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Encanto por neblinadesol

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Notas del capitulo:

28-10-2015

¡¡Buenas noches, gente!!

-Saca la lengua del cansancio-este capitulo costó horrores en escribirlo y luego acomodar la idea principal,  aaah , ya está  :3.

si , si tardé, pero bueno....(respondí revierws)

Los Personajes son de NARUTO de Kishimoto Masashi sensei

si hay errores los corregiré con el tiempo....

 

 

Apestaba como cualquier otro lugar del bajo mundo. Pero  era idóneo para buscar los servicios de bandidos, cazadores, en fin lacra a disposición en busca de unas cuantas dulces monedas, ya tenía un pequeño grupo pero para su desgracia no eran lo que realmente buscaba pero… algo es algo.., pensó, sentado elegantemente en una esquina encapuchado y con uno de sus leales guardaespaldas, había terminado de informarse con su “hombre”, sin tocar la bebida que contemplaba con asco, maldecía internamente tener que respirar el mismo aire enrarecido por el olor al tabaco y el sudor. Además tenía el dato de que alguien requería de sus servicios de “comerciante”, vería  de que era y si no le agradaba simplemente se marcharía. Al rato de estar allí y de comenzar a sentirse  más incómodo un hombre de estatura mediana con turbante en su cabeza que dejaba apenas verle el color dorado de su cabello y una tela que cubría medio rostro se sentó directamente en frente de él.

—Me dijeron que conoces a gente que prestan ciertos servicios especiales. —Susurró.

—…—su mano se acercó al vaso y con el dedo índice rodeó el borde. El movimiento sutil de su cabeza le dio pie al desconocido para seguir hablando.

También que eres sabedor del bajo mundo y sus placeres.—Hizo una mueca algo disgustado, en su joven vida trató con gente que traficaba esclavos y otros botines de ladrones, pero era bajo las órdenes de su padre.

Mi señor acaba de llegar de un largo viaje y está buscando algo en específico. Donceles jóvenes hermosos de cabellos negros y ojos de igual color, piel blanca.— Eso le causó un pequeño cosquilleo recordando a alguien y fijó la vista al “invitado”.

 —Hay alguien que cumple con esa descripción.—Contestó con tono bajo. El otro se apoyó en la mesa.

—No importa el precio. Mi señor es poderoso y le agradecerá con creces. —Casi grita extasiado por tener tan buena suerte al caerle casi del cielo esa información.

—Mmmm…. No es dinero lo que quiero en este momento. ¿Podría llevarme a su señor?. Allí le diré lo que quiero y estoy seguro que estará más que satisfecho con su pedido.—El hombre oculto con su ropa asintió y los tres se levantaron dejando el horrible y mal oliente bar del barrio bajo del puerto.

El hombre  habló con otro que lo esperaba en la entrada, luego éste los miró  comenzó su andar, los otros tres les siguieron cruzando las calles sucias producto de la actividad diurna. Luego de doblar en una callejuela los dos primeros extraños se adelantaron e ingresaron a un hotel desgastado. El joven encapuchado y su guardaespaldas se miraron y entraron.

El ambiente en el interior era bastante diferente del exterior, atravesaron el vestíbulo  y salieron al patio en el que había varias mesas y sillas colocadas estratégicamente. En una de ellas estaba sentado un hombre con un físico bastante grande de tez oscura y cabellos rubios con una incipiente barba, a su lado pero más alejados había guardias, de los cuales pudo distinguir su origen por la vestimenta aunque trataban de disimularlo. El hombre que lo llevó hasta allí hizo un ademan para que se sentase, asintiendo fue y con lentitud se acomodó en la silla, puso sus manos bajo la mesa para que el otro no le viera lo nervioso que estaba, dejando rezagado a su guardaespaldas que se quedó parado a metros detrás de él, sobre la mesa estaba una elegante botella de vino a medio terminar y la copa se movía con el líquido  sobre su mano derecha. Ese hombre imponía respecto y miedo.

—Dirás…—la voz fuerte y segura emergió del rostro sereno del hombre.Carraspeó un momento, comenzaba a dudar de su propia seguridad, pero se arriesgaría, ya había perdido mucho.

—Tengo lo que quieres, y lo que deseo a cambio es a veinte de tus mejores guerreros a mi disposición.—el gran señor sonrió y se llevó la copa a la boca, luego de beber un poco del líquido dijo.

—He llegado ayer y el anterior como tú me prometió lo mismo, pero la mercancía no era ni lo mínimo que buscaba, ¿sabes qué le pasó?—El joven negó bajo su capucha.—No creo que pueda volver a hacer negocios si está bajo el mar.—sus hombros se tensaron, este no iba con vueltas.Aspiró el aire y soltó:

—…Vale eso y más...

—¿Vale los veinte hombres?¿Cómo puedo saber que no mientes? —Sonrió burlón y le apuntó con un dedo de mano libre a la cara— ¿Si ni siquieras me has mostrado tu rostro? —Entonces el otro levantó sus manos y las llevó a la capucha quitándosela. El rubio abrió sus ojos asombrado al ver el rostro de su  comerciante y casi deja caer la copa.

—Porque es pariente mío y como verás…, él es más hermoso que yo. —El rubio pestañeó varias veces mirando a ese doncel que sonreía falsamente, con razón al verlo ingresar notó que era un poco más pequeño que los hombres, recorrió con ojos lujuriosos la cara pálida del chico y se relamió inconscientemente ante la idea de tenerlo bajo su cuerpo. Sin embargo comparándolo con su sueño la similitud era casi nula, en verdad ese joven era precioso pero el doncel de sus sueños lo era más, el chico en frente suyo carecía de algo además de que su pelo negro era muy corto. Si, la última frase le  devolvió la respuesta.

“...Él es más hermoso que yo…”

— ¿Estás dispuesto a entregármelo?.

—Por supuesto, solo quiero deshacerme de un estorbo.

—Así que…—se rascó la barbilla pensativo ante la idea de tener a ese doncel,…sería sumiso o… le brindaria una pelea de seguro,…una fierecilla a domar…el rubio por unos instantes entrecerró los ojos ya que intuyó que algo más se cocía, no por nada tenía sobre su espalda un gran territorio, sin embargo la idea lujuriosa de tener entre sus brazos aquel pequeño cuerpo le nubló el pensamiento. Tantos días sedientos del verdadero placer estaba carcomiéndole las entrañas.

—Acepto. ¿Cuándo tendré mi pedido?

 —No te arrepentirás. Mañana por la noche tendrás a tu doncel si me das a tus hombres ahora.—El grandullón se levantó presuroso produciéndole un pequeño salto del susto y le tendió la mano, el joven se la estrechó luego de levantarse del asiento.

—Mi nombre es A, Rey del país de la Nube. Trato.—…Mis ojos no me engañaron, qué aliado…pensó el pelinegro.

—Mi nombre es Sai, hijo de Shimura Danzo. Hecho.—Se inclinó a modo de despedida —Mi sirviente responderá por mí —Se dio vuelta  y sin esperar más abandonó el recinto  dejando a su guardaespaldas cumplir con la tarea de llevarles a su pequeño ejército. Al salir miró la luna que estaba en principios de cuarto menguante.

Al fin te quitaré de mi camino…primo…

 

 

Se despertó sobresaltado. Miró a su alrededor rememorando que lo de ayer no era un sueño. Más bien fue una locura. Estaba vivo y todo rojo de la vergüenza. Se llevó una mano a la cara temblando, su parte racional al fin volvió reclamándole las tonterías de los celos y su insensatez al entregarse de esa manera tan estúpida. Comprendiendo lentamente a medida que sus nervios volvían a calmarse que la fiebre seria quizás producto de alguna herida interna. Nada grave.

Separó los dedos uno a uno que se encontraban entrelazados en su cintura, levantó suavemente el brazo y se alejó de su cuerpo lentamente sin hacer muchos movimientos para no despertarle, y para no sentir la molestia en su interior,  se giró y al verle a la cara notó que tenía el ceño fruncido, pero seguía dormido, gateó hasta salir de su extensa cama y se dirigió al baño. Se quitó el camisón y se acercó al espejo de cuerpo entero que estaba empotrado a la pared. Se observó desde los pies hasta el cuello, hizo una mueca de disgusto pues el moretón en la base del cuello sería difícil de tapar…Tal vez una remera de cuello alto…se dijo a si mismo. Se sonrojó al recorrer su pecho y notar otras pequeñas moradas en su piel. Se giró quedando de espalda  y volteó su cara para verse de nuevo,  solo vió con más vergüenza otras marcas, se asemejaban a dedos en sus muslos. De un mueble abrió un cajón y sacó una bolsita con hierbas las cuales dejó caer en la tina, se sentó en el borde de ésta y abrió la canilla del agua caliente. Antes de adentrarse en el agua cerró la puerta con cuidado. Suspiró en señal de derrota y alivio. No vió nada de “eso”  o aún era muy reciente.

Un dia cuando tenía cinco años y vio a una de las sirvientas  ordenando su cuarto con un enorme bulto le preguntó a su madre el por qué.

— ¿Mami? ¿Maria  está enferma? —Sasuke sentado en su asiento y moviendo sus piernitas  miraba a su madre a través del reflejo del espejo mientras era peinado.

— ¿Mmm?¿ por qué lo dices?—La pelinegra sonrió ante la curiosidad y dejó el peine en el mueble.

 —Esta hinchada, parece que va a explotar, y... ¡pum!—Hizo señas con sus bracitos.

—Oh, eso…Jijiji…va a tener  un bebé pronto.—la reina se puso en frente del príncipe.—Yo también estuve así, dos veces, de Itachi y de ti.—Sasuke miraba asombrado a su madre que sonreía y con sus manos hacia la forma de un bulto en su vientre.

—¿Eeeh? ¿Cómo entran ahí?—Sasuke puso cara de terror.— ¡¿Se los comen?!¡¿Me comiste?!—gritó y se llevó las manitos a la cara.

—Ay, hijito, no—acercándose le susurró en el oído—Eso sucede luego de que dos personas se aman y hacen algo especial—Sasuke la miraba sin comprender, la reina lo miró con dulzura y le acarició la mejilla.

—Mmm…mira, tu padre y yo somos esposos y por amor te tuvimos a ti a Itachi, tú, cuando seas mayor, tendrás un esposo que te querrá mucho, mucho y tendrás bebés.—el principito asintió aun confundido.

— ¿Y cómo son?—susurró algo tímido.

—Cuando Maria tenga al bebé te llevaré a que lo conozca y sepas como son—Y se agachó poniéndose a su lado—Y cómo eres un doncel, la manera en que sepas que tendrás bebés es diferente del de las mujeres como yo.

— ¿En serio? —La reina asintió serenamente y dijo dibujando en el aire:

—Cuando veas en  tu cuerpo la marca de una luna creciente, sabrás que tendrás uno.

 

Desde que nació supo que algo no estaba bien con él, ya que a diferencia de su hermano mayor  le era prohibido salir del castillo, con el tiempo  supo de que se trataba de  un principio de asma, pero  ya que su país era de por sí de clima cálido y seco, eso no era lo verdaderamente problemático,  según los médicos, cuando nació sufrió de anemia y su cuerpo tardó en recuperarse dejándolo débil y causándole  un problema en el corazón y eso era lo temido, si tuviera un hijo, la carga de llevar otro ser causaría un trabajo extra a su ya dañado órgano, y si no se hicieran bien la cosas, habría un alto porcentaje de muerte . Sólo debía ser extremadamente cuidadoso, aunque nada era seguro.

Su padre sobreprotector al confinarle entre la paredes solo pregonó el miedo y la curiosidad en los sirvientes  ante el silencio y las chusmas hicieron el resto. Su madre aun sabiendo del problema con su salud jamás dejo marchitar la esperanza de un futuro fértil

 

 

…¡Ese tonto!...y  se acarició el vientre plano, sonrió ante el mínimo deseo de estar embarazado, pero luego un escalofrió recorrió su espalda. ¿Si lo estuviera todo saldría bien? Porque al leer varios libros sobre su enfermedad supo que lo tenía muy difícil. Pero quería intentarlo. Naruto nunca preguntó sobre su condición más allá de decirle lo del asma. Torció la boca en signo de impotencia y se tapó la cara. No eso nunca se lo diría. El miedo a ser rechazado  a ser tocado por el propio Naruto le hizo temblar bajo el agua cálida. 

 

 Aunque la mitad de la culpa era suya al dejarle hacer, tendría que pensar en que decirle a su hermano con lo que acababa de ocurrir,…le matará...nos matará...no,  mejor ni le digo…se saltaron todo el decoro de un futuro noviazgo, lo mejor era que lo mantuvieran en secreto , hasta que aclararan las situaciones, de seguro Naruto pensaba lo mismo, despues de todo, ambos pronto tendrian todo a su favor.  Sus pensamientos fueron interrumpidos por el ruido de la puerta al abrirse, Naruto aun con la ropa puesta caminaba medio dormido hacia el retrete y levantó la tapa, con lentitud comenzó a bajarse el pantalón y sacó un miembro para apuntar torpemente al inodoro, Sasuke sentado en el agua se coloreó fuertemente y se agachó más escondiéndose y cerró los ojos, pero su curiosidad le hizo morder el labio inferior girándose y poniéndose de rodillas sacó lentamente la cabeza, apoyándose con sus manos en el borde, dándole un buen vistazo a ese pedazo de carne que descargaba el líquido y que estuvo entre sus piernas ayer por la noche. Era bastante más grande que el suyo. Por un momento sintió que la sangre caía de su nariz. Naruto bostezó y miró a su alrededor desperezándose y  pudo ver la cara colorada de su pequeño amor medio escondido en la tina.

—¡Waaaa!— guardó a su amiguito como pudo y se puso todo tieso sonrojándose hasta las orejas.

— ¡Aaah!—Sasuke se escondió otra vezbajo el agua por la vergüenza de ser descubierto tratando de aguantar la respiración, Naruto luego de la impresión se acercó y casi tiene un derrame nasal  y se cae para atrás al ver toda la parte trasera desnuda del ojinoche pues el agua no tenía espuma y la nacarada piel resplandecía con la luz mañanera. Sasuke solo pudo contener el aire por poco tiempo saliendo hacia la superficie nuevamente.

—¡Oh, mierda!¡ Sasuke no hagas eso-ttebayo!—el rubio luego de pasarse la mano por la nariz se puso de cuclillas frente a la cara del pelinegro que recuperaba el aliento. El susodicho estiró su brazo y le dio un coscorrón importante a la mejilla del ojicielo

—¡Ay!

—¡Usuratonkachi!—aun semiescondido le miró avergonzado—Debemos mantenerlo en secreto, ¿si?—Naruto lo pensó tratando de entender lo que quizo decir hasta que cayó en la cuenta.

—¡Ah, te refieres a...¡OOH!—Ambos se colorearon de nuevo ante el recuerdo—¡Cla-claro-ttebayo!—Ni loco enfrentaba al hermano mayor por su "indiscrecion"

—Uhm...

 

 

 

 

La mañana pasó sin inconvenientes luego de que ambos  bajaran los humos. Para sorpresa de Sasuke su hermano no se encontraba en el castillo sino que estaba en alguna parte del pueblo. Además no tuvo  la indeseable visita de la Hyuuga, pareciera que algo pasó ayer, se preguntó si el joven Hyuuga tuvo algo que ver.  Luego de un frugal desayuno  en la cocina del castillo junto a Naruto y de algunos besos castos  a escondidas de los sirvientes cada vez que éstos no los veían ambos se separaron prometiéndose verse al atardecer ya que el embajador del Remolino debía realizar importantes negocios según su itinerario con algunos capitanes de barcos que atracaron esta mañana en el puerto.

 Sasuke con una remera de cuello alto  azul, pantalones blanco cortos hasta las rodillas y unas chatitas del mismo color  bajaba por las escaleras,  luego de estar en su cuarto aburriéndose sin nada que hacer,  se encontró  con el nuevo mayordomo.

—Bueno días. ¿Mi hermano?—Preguntó.

—Buenos días .Está en su escritorio, majestad.—Nara Shikamaru se inclinó cortes. El principito saludo con inclinación de cabeza.

—Gracias. Y felicidades—El Nara sonrió se inclinó a modo de  despedida. Sasuke caminó sin muchas ganas hacia la habitación, preguntándose si su hermano, tan perspicaz, notaría algún cambio en él. Al llegar al cuarto tocó la puerta y luego de escuchar el “pase”  entró.

—Pequeño hermano—sonrió el primogénito levantando la vista y alegrándose de verle. Estaba vestido con un traje negro con bordados rojos en las mangas.

—Itachi—saludo con una sonrisa y se sentó en el asiento que estaba frente al escritorio.

— ¿Cómo estuvo el dia?

—Bien…si…—y se sonrojó al recordar lo de la mañana.

—Mmm, por el sonrojo estas bien de salud,¿ o es algo más?—Se acomodó los lentes mientras alzaba una ceja. El pelinegro negó varias veces tontamente. El primogénito llevó su vista  a unos papeles y luego de ponerles si firma preguntó.

 —… ¿Querías algo?

—Ehm…Solo saludarte ya que no te he visto desde ayer.—…Oh, sí, desde el almuerzo…pensó el pelilargo.

—Lo siento, estuve un poco ocupado ¿Me extrañaste?—Sasuke se sonrojó, si, también estuvo bastante ocupado con lo de ayer y sintió el cosquilleo en su vientre. Pensó que una mentirilla no estaría mal.

—…Uhm—Asintió con las manos sobre su regazo. ….Se ve adorable…. Su majestad Itachi sonrió complacido.

 

No hubo  muchas más palabras ya que un mensajero con marcas de triángulos en las mejillas entró y le entrego unas cuantas cartas, Sasuke se despidió y salió rumbo a la biblioteca. En su camino pudo divisar por una ventana el ingreso de Naruto por una de las puertas principales. Se alegró y volvió sobre sus pasos a su encuentro.

Naruto usaba una camisa azul, chaleco naranja con el símbolo de su país en la espalda y calzas marrones con botas tipo bucaneras, estaba desensillando a su corcel y entregándole la montura a uno de los cuidadores cuando Sasuke llegó a su lado con una pequeña sonrisa.

—¡Oh, Sasu!

—Naruto, ¿terminaste con tus obligaciones?…— el rubio lo pensó un poquito y luego sonrió asintiendo —Ya, creo que puedo pasar la tarde contigo-ttebayo—Y se inclinó esperando algo que no llegó ya que Sasuke le rehuyó retrocediendo —Aquí no… Naruto— susurró.

—Mmm,…¿Pero adentro sí?.

—…Uhm…—agachó la cabeza escondiendo el sonrojo.

—Señor Namikaze—el rubio se giró quedando frente a una sirvienta con varias coletas rubias en un traje para el servicio  que se inclinó cortésmente —Acaba de llegar esto para usted.— se lo entregó y luego se marchó, Naruto miró el pequeño pergamino  con un sello  perteneciente a su reino y lo desenrolló para leerlo.

—Oh, es de mi padre, está regresando…Qué raro…—dijo para sí mismo. Algo debió haber salido mal en su viaje, algún problema en el barco para que esté dando la vuelta, luego recordó que su abuela iba en con él  y se preocupó  ¿…ella estará bien?...

— ¿Qué?—Sasuke  se angustió al ver la expresión de Naruto.

—Hoy, antes de caer el sol atracará el barco y quiere que lo espere…mmm…—dijo pensativo.

— ¿Algo mal…?—Pero el rubio negó tranquilamente con la cabeza.

—Solo que lo espere en el puerto…Lo siento Sasu, creo que voy a llegar tarde o quizás deba quedarme en casa de la abuela. —Hizo una mueca de disgusto, pues quería pasar tiempo con su “novio a escondidas”.

Y echarle mano.

Suspiró…Viejo, espero que no sea algo malo…

—No importa, mañana quizás…— Sasuke se rascó la mejilla en signo de incomodidad, ya que no se animaba a terminar la frase.

—Claro que sí-ttebayo.—Y en un movimiento veloz  le dio un beso en la boca, dejando al ojinoche  impresionado por tal osadía.

—Van a tener que volver a colocarle la montura.—Se giró tranquilo dándole la espalda y hablando al cuidador que asintió serio desde el otro lado del caballo. Sasuke se llevó la mano  a sus labios y se dio la vuelta para regresar rápidamente. Su corazón desbordaba de alegría.

...¡Naruto!...

 

 

La tarde pasó aburrida para el joven príncipe doncel, ahora teniendo a Naruto a su lado,  sus días eran diferentes…¿Cómo pude estar tanto tiempo sin su compañía?...Se removió incomodo entre los almohadones, escondió la cara y al aspirar sintió el aroma del rubio.

 —…Naruto…—susurró y se durmió con una sonrisa. Soñaría con él.

 

 

Las actividades del castillo fueron bajando con el paso del día. Los sirvientes fueron dejando sus quehaceres para la próxima mañana. Los guardias hicieron sus respectivos relevos. Todo parecía normal, como cualquier otro día.

 

 

Sasuke estaba apoyado con sus brazos en el balcón contemplando la reciente noche iluminada por la poca luz de la luna que era tapada por las nubes que se movían lentamente. Suspiró y luego sonrió de buena gana. Naruto de seguro estaría esperando a su padre mirando el mar,  o tal vez ahora estarían platicando sobre el viaje. Se imaginó la sonrisa que le daba al verle. ..Naruto…Se puso recto y llevándose ambas manos al pecho aspiró  y comenzó a cantar.

 

—“…Pequeñas estrellas bailan bajo mi canción…

—…Pequeños deseos de mi corazón…

—…Como fugaces luceros se unen al mar…

—…El mar de tus ojos en el que quiero estar…

—…Extensas llanuras de tu amor  dicen que…

—…Mi vida contigo no tiene un final…”

 

—Hermosa canción, como siempre—Sasuke dio un respingo y se volteó asustado al escuchar la voz, se sorprendió al verlo parado detrás suyo con una mirada seria. Una sonrisa afloró luego de la impresión.

—¡Sai!—Y se levantó de su lugar a saludarle con un abrazo. El otro no respondió.

—¿Cuándo llegaste?—Pero al separarse se percató de que su primo no estaba solo, más atrás de él, siete hombres armados y con los rostros cubiertos estaban atentos a sus movimientos— ¿Qué, qué sucede?—El aludido le tomó del antebrazo y tiró de él para arrastrarlo hacia los desconocidos.

—Ahí lo tienen.—Prácticamente se los arrojó y casi se cae de no ser porque unas manos lo sostuvieron de los hombros. Miró a quien le sostenía y vio que otro le sujetó ambas manos.

—¡No!,¡ ¿qué creen que hacen?!— y con una tela comenzó a envolverlas.

— ¡SAI!—El chico que respondía a ese nombre sonrió fríamente. Sasuke puso una cara desconcertada… ¿porque  haces  esto?...sus ojos negros se aguaron no quería entender lo que sucedía a su alrededor.

—Sai…—en un tono lastimero miro  quien estaba delante suyo cruzado de brazos mirándole burlonamente.

—Primito, despídete de lo que conoces, pues pronto tendrás un dueño. Tápenle la boca.—Pero Sasuke fue más rápido.

 —¡¿Qué?!¡AUXILIOOOOOooo!—gritó tan fuerte que retumbó en toda la habitación, uno de los bandidos le puso un pañuelo en la boca acallándolo, aunque se resistió  no era fuerte frente a dos hombres que le sacaban dos cabezas de altura, al final lo amordazaron,  dos guardias  que lo oyeron golpearon la puerta abriéndola de par en par.

—¡Majestad! —Gritó uno y se abalanzó con su espada hiriendo a unos de los hombres, los demás  que respondieron al ataque. Otro guardia gritó alertando a los demás que se encontraba en los pasillos, comenzaron a correr en dirección a su cuarto.

—¡Maldición!gritó Sai… la puerta…casi se da contra la pared, siempre ésta sin seguro— ¡Vámonos!—y guió a los hombres para volver por donde entraron, la puertilla. Uno de ellos cargó a Sasuke llevándolo en su hombro. Amordazado comenzó a llorar, el miedo a no volver a verlo le llenó el corazón.

¡Naruto!...

 

 

—… ¿Sasuke?...murmuró apoyado en la baranda del puerto mirando al oscuro horizonte…¿Por qué desde que llegué aquí, tengo esta rara sensación?...Naruto se apretó el pecho,  una angustia desconocida le quemaba, tomó el collar y se concentró, estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando recibió un golpe tras la cabeza que lo noqueó.

 

 

 

—¡¿Qué sucede?!—gritó Hatake al ver a varios guardias correr en una dirección, se preocupó por sus majestades.

—¡Se escuchan gritos desde arriba!—gritó uno.

—¡Tsk! ¡Ustedes cuatro, diríjanse  junto a su Majestad  Itachi!—Y corrió escaleras arriba, pues el que más vulnerable sería era el menor de los Uchiha.

 

 

 

 

Itachi se sobresaltó al ver ingresar a varios guardias en su cuarto. Estaba quitándose la chaqueta.

—¿Qué?

—¡Ordenes del capitán!¿Se encuentra bien?—dijo uno. El primogénito frunció las cejas y cuando iba a responder.

¡BROOOOM!

—¡¿Qué?!—dijeron todos aturdidos, el piso se movió bajo sus pies.Se escucharon algunos gritos desde el patio

— ¡UN MONSTRUO!

— ¡MONSTRUO!

Itachi abrió sus ojos asombrado…. ¡Oh, no, no, no, NO!...

Notas finales:

¿Ya terminaron de leer?, que rapid@s. si alguna quiere sonreir un ratito tengo otro fic "mil dudas y una respuesta" por ahora dos capus. XD

Ok. espero no tardar mucho esta vez, ¡nos leemos en la proxima actualizacion! :3


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