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Mil dudas y una respuesta. por neblinadesol

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Notas del capitulo:

11-11-2015

¡Buenas noches!, miercoles, dejando el capi, espero que les guste, creo que es más serio :P.

¡¡¡Agradezco los reviews !!!!, ¡¡¡ya fueron contestados!!!

Los personajes son de NARUTO de Masashi Kishimoto sensei.

Errores ortográficos serán corregidos con el tiempo.

Sábado por la tarde, Uzumaki Namikaze Naruto  recibió un llamado del detective dándole información sobre la persona en cuestión y citándole en un lugar específico. Lo primero que hizo fue trajearse con el que consideró su mejor traje ( de dos) y luego  arrastrar a su amigo castaño, viajar en tren, tomar el  bus y caminar unas cuantas cuadras hasta llegar al lugar citado donde el Nara junto con su ayudante estaban esperándolo dentro de su Audi “A5 Quatro” color blanco. Ellos salieron del vehículo  y luego de un apretón de manos, sin emitir casi palabras caminaron una cuadra más y se adentraron a un barrio privado, luego de enseñarles sus identificaciones a los de seguridad y de algunas indicaciones llegaron frente a una gran casa.

 

—¿Aquí?—Dijo el rubio vestido con su traje de trabajo ya algo arrugado con la expresión de un niño a punto de recibir su regalo de navidad.

—Seee, aquí, Uzumaki-Namikaze…—Suspiró el detective enfundado en su habitual traje de trabajo de varios dólares dejando salir una estela de humo por la nariz, lentamente como no queriendo gastar energías, se giró mirando el frente de la hermosa y vieja casona. Una edificación de aspecto antiguo de dos plantas con un pequeño jardín delante  bastante cuidado.

—¿Ves Kiba? ¡¡¡Mis rezos fueron escuchados!!!—Gritó Naruto palmeando la espalda de su amigo a su lado.

—Más bien, el dinero, Naruto.—rodaba los ojos su compañero trajeado.

 — ¡Pero no me cobró nada! —Naruto sonreía como un sol—¡Es  aquí! Lo presiento-ttebayooo!

—Aaah~ , ya les dije que solo es basado en los datos que como cliente nos dio y con ello hicimos el cotejo con los residentes de la ciudad y los únicos que caen en coincidencia es esta gente, Aaaaah~—el detective aspiró el aire para seguir viviendo.

—¡¡LO ENCONTRÉ-TTEBAYOOO!! Y saltaba de  lado a lado y levantando las manos en puños, el asistente del Nara con sus verdes calzas bajo el taje gris sonrió contagiado y también lo imitó.

—¡¡SIII, encontramos al novio de Namikaze-san!!—Ambos parecían idiotas en la vereda moviéndose sincronizadamente, Inuzuka se masajeaba el cuello avergonzado y el detective suspiraba cansado de estar parado. Algunos de los excéntricos habitantes que paseaban en sus carritos de golf le sacaron fotos.

—Qué problemáticos…—caminó por la veredita hasta la puerta y levantó el dedo índice tocando sin mucha fuerza el timbre. Quería terminar con todo y deshacerse ya de su cliente para seguir durmiendo cómodamente en su sillón. Todos en silencio esperaron el ruido de la puerta abrirse.

Después de esperar un rato, Nara comenzó a aflojar su cuerpo recto, dobló la espalda  lentamente hacia adelante desinflándose y golpeó la frente en la puerta de caoba.

—No hay nadie…—suspiró.

—¡¡¿COMO QUE NO?!!—grito el rubio con cara espantada.

— ¡Jefecito, mire!—señaló hacia arriba su enérgico asistente. Retrocedió a paso lento  junto al ojicielo. Desde el balcón pudo divisar a una persona, pero por estar el sol de la tarde en dirección suya no pudieron verle bien.

—Pasen por atrás, por favor—Se escuchó un dulce voz para luego desaparecer. El primero en hacerlo fue Naruto que prácticamente voló hacia la otra puerta y entró a la cocina, miró a ambos lados y al no ver a nadie se asustó.

 —¡KIBAA, UN FANTASMA!—el, castaño entró velozmente por los gritos de su amigo.

 —¡¿QUE PASA NARUTO?!—llegó su compañero de aventuras. Seguido por el joven asistente y más atrás arrastrando los pies lentamente el detective aparecía.

—¡NO HAY NADIE! ¡BUAAAA, QUÉ MIEDO-DATTEBAYOOO!—Y se abrazó fuertemente girando sobre si mismo, el Inuzuka rodó los ojos.

—¿Aun le temes a los espíritus? Ja ¡qué gallina!—Los otros dos solo observaban lo pulcro de la habitación.

—¡Kiba, son los únicos  a los que no puedo golpear-ttebayo!— Y prácticamente se colgó del cuello de su amigo.

—¡Cómo sea!¡ suéltame!

—¡Jefecito venga!—el asistente luego de hacer señas con sus manos se adentró en la casona seguido lentamente por el adinerado investigador. Naruto no perdió detalle de eso y luego de soltar al Inuzuka siguió a los otros. Al cruzar el pequeño pasillo que dividían las salas, el rubio vio el gran living que funcionaba como recepción de tan magnifica edificación, con una decoración moderna de tonos claros y detalles de porcelana en la paredes. Hermosos vidrios de colores claros completaban los ventanales y el centro una mesa ratona de mármol blanco brillaba pulcramenterodeado por cómodos y extensos sofás 

—Oh, sean bienvenidos, caballeros, señorito.— en la base de las escaleras  que conducían al piso de arriba estaba un joven doncel de cabello rubio, usando un traje de mayordomo. Un mechón le tapaba la mitad de la cara y era prácticamente imposible verle los ojos por los anteojos tipo base, culo (o lo que quieran llamar) de botella tan horribles que tenía, lo curioso es que iba en muletas y hacia equilibrio en el último peldaño. Kiba miró asombrado al asistente del detective y le apuntó con el dedo índice.

— ¿Eres un doncel?—El de calzas verdes se sonrojó y se ocultó detrás del Nara, éste solo reviró los ojos cansados y se dirigió al mayordomo—Ya… Buenos días,  quisiéramos tener una plática con su señor.

—Oh, ya le he avisado, debe estar bajando. ¿Desean tomar algo?—Los tres se miraron dudosos, pues el mayordomo estaba que se caía si seguía en la misma posición.

—Deidara, ve por unas bebidas frías.—la imponente voz se oyó en todo el recinto y las visitas giraron sus cabezas para dar con el origen. El mayordomo asintió y torpemente comenzó a andar con las muletas resonando a cada paso.

 —Discúlpenlo es algo torpe.—El amo de la pequeña mansión  en su silla de ruedas mecánica se acercó a los invitados.

¡Pam!

Todos voltearon a ver el origen del ruido. El joven rubio se había golpeado la cara contra el marco de una puerta.

—Y chicato, acaba de equivocarse de nuevo. —se masajeó la sien. Naruto se acercó a ver al dueño de tan bonita mansión, era de largos cabellos negros y facciones finas aunque más maduras, como su  esbelto amor, sin duda era su hermano mayor, estaba en un aparente costosa silla de ruedas vestido con una camisa de lino blanco y una manta cubriéndole las piernas, los datos proporcionado por el detective eran verídicos, sonrió de buena gana, cuando quería ese joven adinerado medio dormido podía ser muy eficaz.

—Mucho gusto. Soy Uzumaki Namikaze Naruto…Señor Uchi,Uchi..…

—Oh, Uchiha Itachi. Un placer. —Se dieron las manos en un fuerte apretón, y luego el dueño giró la silla de ruedas para verlos mejor, los demás también se fueron presentando. Luego de eso, el joven amo hizo un ademán con su mano a modo de invitación, y los invitados se fueron sentando en los diferentes sofás. Al instante el mayordomo apareció con una mesita movible y con una muleta ya que el brazo libre lo usaba para empujar la mesita.

 —¿Y que se les ofrece si se puede saber?—comenzó amable el  amo mientras veía como con gran esfuerzo el mayordomo le ofrecía los vasos de cristal a los jóvenes. El ayudante del detective se levantó presuroso y prácticamente le quitó la carga de seguir moviéndose.  Nara comenzó a abrir lentamente la boca pero el rubio se le adelantó.

— ¡Busco a su hermano menor: Uchiha Sasuke-ttebayo!—con una sonrisa de oreja a oreja  saltó de su asiento con las palabras. El Uchiha suspiró y cerró sus ojos negros.

—Mi hermano….no se encuentra aquí…Desde hace tres años que no pisa su hogar…—y sacó un pañuelo de su regazo limpiándose una pequeña lagrimita que asomaba en uno de sus ojos.— Ese niño desagradecido ni siquiera ha venido a ver a su propio hermano lisiado de por vida por culpa de un accidente…—Naruto puso cara de consternación,…¿con quién estaba realmente tratando?..., ¿ese tal Sasuke era una persona sin corazón que ni visitaba a su familia?, …¿de qué tipo de persona me enamoré-ttebayo?... Bajo su vista al piso decaído y se dejó caer de nuevo en el mullido sillón restregándose ambas manos.

—Eso quiere decir….que no tiene datos sobre su paradero…—dijo Kiba.

— Lo siento…no puedo serles de mucha ayuda.—Naruto hizo un puchero, ya no sabía que pensar, tal vez su amigo tenía razón y ese tal Sasuke solo se aprovechó de él.

—Naruto…—Dijo el castaño apenado y le palmeó la espalda al ver la expresión de su amigo.

—¿Puedo preguntar por qué lo buscan? —dijo serio el Uchiha acomodándose la mantita que le cubrían las piernas.

—Ah, bueno…esto es un poco complicado-ttebayo….—Naruto puso cara de concentración y se rascó la barbilla, pues no iba a revelar lo que realmente pasó, de seguro su hermano no se merecía un disgusto.

— Ahm…le salve de unos matones y bueno luego de decirme su nombre, ehmmm….desapareció, y contraté al señor allí durmiendo y dimos con usted.—El Uchiha miró al Nara que estaba repantigado en el sofá en otro mundo, luego a Naruto y a su amigo.

Mmm… mi hermano no anda por ahí diciendo quien es…—susurró el pelilargo con una mano en la barbilla, pensativo.

—Ah, no, no sabía si era su nombre pero cuando le dije al señor Nara que tenía un abanico tatuado... —En un instante se sintió flotar pues sus pies no tocaron el piso y al darse cuenta, vio la cara del Uchiha mayor en frente de sus narices bastante enojado que comenzó a zarandearlo.

—¡Oh dios!¡está de pie! —gritó el asistente con ojos desorbitados levantándose de su salto. El Nara con todo el griterío se despertó aturdido.

—¡¡DEGENERADO!!¡¡ LE ESTUVISTE VIENDO LAS BOLAS A MI SENSUAL Y VIOLABLE HERMANO!! —remolinos en los ojos del Uzumaki se formaron  al ser sacudido ferozmente por el dueño de la casa y se escuchó el sonido de las monedas que se le caían de algún lado del saco del rubio, rebotando en el piso.

Kiba atónito, no sabía qué hacer, si felicitarle por la pronta recuperación o separar a su amigo del dueño. Se decidió por lo último.

—¡MILAGRO! —Saltó el joven mayordomo y fue derechito  abrazar a Lee. Mientras el castaño trataba de apartar a Naruto de su agresor.

— ¡Joven maestro qué alegría! —Y le tomó de las manos.

—Este….Se equivocó de persona. —Dijo avergonzado el asistente. El mayordomo solo atinó a mostrarle una sonrisa vergonzosa y reír torpemente.

—Ya… me parecía que usted no estaba paralitico…—bostezó el Nara tanteando los bolsillos para dar con su caja de cigarrillos. El Uchiha miró al detective con una gota en la sien, se vio de pie y luego soltó al rubio que al caer de rodillas se puso a juntar todas las monedas.

—Gama-chan. — llorisqueo, poniéndolas en su monedero y revisándolo por si veía alguna rotura. El  joven amo rodó los ojos para mirar la araña de cristal que colgaba sobre sus cabezas que a la penosa actitud del rubio y luego se acomodó la camisa. Se irguió más recto de lo que estaba y con voz autoritaria dijo.

 —¡Se terminó la visita!.¡Largo, si no quieren que los corra son los de seguridad!—Y dignamente estiró su brazo apuntó a la salida con la barbilla alzada. Los cuatros aun confundidos salieron de la mansión empujados por el doncel rubio.

—Lo siento—fue lo último que se oyó, luego de que la puerta le fuera cerrada en la espalda al Nara, Naruto llorisqueó.

—Es un mal cuñado-ttebayooo. Necesito un explicación ¿Y ahora por dónde?—Naruto caminó hasta la vereda y se dejó caer al suelo derrotado. El castaño solo se frotaba la sien.

—Lee…—dijo el detective luego de dejar salir el humo.

—¡Jefecito!

—¿Tienes el parlante? —El otro asintió y le entregó un estuche. Naruto lo miró interrogante al igual que su  amigo.

—¿Qué? —El rubio se levantó del suelo curioso.

—Mientras ustedes hablaban.. —Abrió el estuche y sacó un aparatito con toda la tranquilidad del mundo—dejé bajo la mesa del teléfono un micrófono, Naruto recordó el amplio lugar, la mesita estaba en una esquina alejada del centro y de la puerta…¿Cómo lo hizo-ttebayo?...—El Nara lo manipuló con movimientos lentos poniéndole las pilas— así que “esto” — dijo señalando al artefacto. —Nos va a ayudar un poco.

—¿Cómo es eso? —preguntó el castaño. El Nara lo miró cansino.

—Si alguien llama, o él llama,  lo sabremos.—No terminó de hablar cuando se escuchó la conversación desde dentro de  la mansión.

—<…rca Dei, tiene que estar prevenido>—Tanto Naruto y compañía acercaron sus oídos al parlantito  para enterarse de lo conversación.

——Todos los oyentes pusieron caras indescifrables.

—<Jaja… >—se escucharon algunos ruiditos que supusieron eran del teléfono.

Un zumbido,

Dos zumbidos.

Clak-tic

—<<Di.>>

—¡Es él-ttebayo!—gritó Naruto.

—¡SHHHH! — Dijeron los demás con los dedos índices sobre sus bocas. El rubio se la tapó con ambas manos.

—<…rmano te llamo para advertirte que te están buscando...>

. —<<¿Quién?, ¿ de nuevo el  lindo de cuatro ojos de la semana pasada?,¿ o es el pelirrojo seductor del que te hablé?, ¿o tal vez el castaño buen mozo del otro mes?, ¿ o el rubio despistado e infartante de…?>>—Tanto Kiba como Nara y Lee miraron con pena al Uzumaki que solo dijo.

—¡Soy infartante-ttebayo!—Y le brillaron los ojos cielo mientras levantaba ambas manos al cielo.

—<Mmmm. Un rubio, ¡pero Sasuke! tienes mal ojo, ese chico es un tonto, cómo pudist…>

—<< Itachi, ¿y tú y Dei?, de seguro está usando las muletas y no es precisamente porque se cayó>>—El único doncel del grupo se llevó las manos a la cara avergonzado y los varones sonrieron cómplices.

—<Okay, dejemos eso…Al menos dime que esos dos tontos están contigo…>

—<<Si, si, ya estoy grande pero me cuidan>>

—<Sasuke…>

El tono con el que habló su hermano hizo al detective pegarse al aparatito.

—<<…No… Itachi>>

—<<¡Basta!>>

El Nara  hizo una mueca y miró serio al rubio que al parecer no captó nada ya que estaba destilando estrellitas y luego fijó su vista a su amigo que solo atinó hacer un gesto de negacion con su cara.

—<Está bien…  hoy… ¿por dónde estarás?>>

 —<<Mmm…Para que estés más tranquilo hoy pasearé por el centro, habrá un pequeño festival >>—El Nara codeó a su asistente haciéndole señas con la vista  y el susodicho sacó una libreta de su saco y anotó lo oído.

—<Cuídate…>

—<<Tú también…>>

Click

 

Todos se miraron.

—Vaya, tenemos algunas pistas…—Mientras hablaba el detective se masajeó el cuello.

—Kiba ¿vamos al centro? Tengo que encontrarlo..—Y sacó su pase tarjeta para  el bus—Aaah, tengo que cargarla-ttebayo, ¿me prestas el tuyo?—El castaño resopló derrotado y rebuscó entre sus ropas.

—El centro…—y el detective  tomo  aire para luego soltar— …eso significa que estará en el cruce de calles de bares, estará muy concurrido por ser esa zona y déjenme decirte que allí hay buenos restaurantes y discotecas dónde acude la alta sociedad. Los puedo alcanzar con mi auto.

—¡Gracias-ttebayo!—y el rubio como niño fue corriendo hasta salir del barrio cerrado ante la vista de los de seguridad y ponerse al lado del auto. Levantó la mano haciendo señas a sus compañeros.

—Oye, ¿por qué nos sigues ayudando? —Preguntó Kiba al Nara mientras a paso lento se dirigían al vehículo.

—¿…Y tú porque porqué lo acompañas?—Kiba se detuvo un momento, hizo un mueca y luego  miró a Naruto que le preguntaba a Lee donde conseguir esos aparatitos. El castaño solo levantó los hombros.

—Amistad, supongo…

—Me lo suponía…yo solo quiero terminar eficientemente mi trabajo—Y tiró la colilla del cigarrillo en un cesto cercano a ellos mientras apretaba el botón para quitarle el seguro a su auto—Vamos Uzumaki, si quieres comenzar a buscar, te daré algunos datos de los bares…Pero antes te cambias —y se quitó el saco para ofrecerle al rubio. El ojicielo lo miro dudoso y el de coleta suspiró.

 —Si vas a ingresar a un bar u otro local,  la gente viste de última moda, se darán cuenta de que no eres de su clase. Así que…

—Oh, entiendo-ttebayo—Y se puso el saco para luego entrar al auto junto a su amigo y el asistente que se sentó al lado del copiloto.

—Bien, andando…—El Nara  saco un chicle y se lo llevó a la boca, luego encendió el motor y el auto salió rumbo a la capital.

 

 

 

Ya era de noche cuando llegaron. El detective estacionó el auto a una cuadra y todos desde allí  pudieron observar el movimiento de la noche en su apogeo .El Nara habló cansino.

—Yo y Lee esperaremos aquí, tu podrás entrar si muestras esto y tu amigo deberá quedarse afuera. —El castaño hizo una mueca.

—¿Y porque tengo que hacer eso?

—Es la única tarjeta que tengo, a menos que digas que eres doncel y su novio.—Y se dio la vuelta entregándole una tarjeta dorada al Uzumaki que la miraba sorprendido para luego guardarla.

—Paso. —Inuzuka se cruzó de brazos con cara de pocos amigos.

—Bien, Uzumaki, recuerda: tu nombre es Shii,  tienes 26 años y vives en “ Le Parc”, tienes...

—Espera, espera, ¿porque tengo que saber eso-ttebayo?¿ Y quién es Shii? ¿Lo conozco?—Se rascó la nuca algo preocupado.

—Un conocido mio. Puedes inventar alguna  excusa pero no olvides el nombre.

—Mmmm…¿cómo dijo que se llamaba-ttebayo?—El Nara casi se dá contra el volante.

—Tu nombre es Shii,  tienes 26 años y vives en “ Le Parc” —Naruto se rascó nuevamente la nuca confundido e iba a decir algo cuando Nara levantó la mano deteniéndolo y de un movimiento brusco sacó del saco de Lee la libretita, lapicera y comenzó a garabatear para luego arrancar la hoja y dárselo al rubio — Toma y memorízalo, ¿quieres?.

—Uhm…—asintió el ojicielo.

 

 

Naruto luego de bajar del auto se acomodó el saco y se lustró cada  zapato pasándolo por detrás de la pantorrilla de la tela de su pantalón, sacó pecho y caminó hasta cruzar la calle. Detrás de él Kiba le seguía discretamente. Ambos observaron a su alrededor el mar de gente que bailaba  en medio de la calle por la música y bebía, latas de cerveza tiradas por doquier,  vasos de diferentes tamaños, botellas de licores finísimos rodando en la calle cerrada al tránsito para la ocasión, un negoción de algunos pocos, el castaño comenzó  alejarse dejando a Naruto en la “entrada”, decidieron que Kiba recorrería las calles y él entraría a los negocios, y quien  lo viera llamaría al otro, aunque el rubio al pensarlo mejor  levantó los hombros despreocupadamente, …no tengo mucho crédito-ttebayo ….pero no se lo diría,…la gente rica es igual a la pobre –ttebayo… si beben se caen de borrachos y hacen cosas tontas igual que cualquier humano, y mientras no  descubran su origen podía pasear y buscarlo, y al fin poder sacarse las espinillas de la dudas que se acumulan  y que le carcomen desde que lo conoció.

 

No dio ni un par de pasos, pues lo tenía de frente a solo cuatro metros de distancia.

Todo para Naruto se detuvo, no creyó encontrarlo tan pronto, el doncel lo miraba serio y casi retadoramente con una mano en su cintura. Naruto lo pudo ver de arriba abajo, a pesar de estar siendo empujado por las personas a su alrededor, llevaba puesto una remera de cuello en “v”, un extremo del cuello le caía por el hombro dejando ver una porción de piel, la tela de color crema de mangas largas le llegaba hasta el final de la parte inferior de la cadera, cubriendo apropiadamente pequeña la calza negra- que parecía más bien ropa interior-la piernas blancas y desnudas, terminaban con  borceguís  negros con tachuelas de piedritas.

La sonrisa ladeada que le mostró le dio el click para despertar, parpadeó varias veces, tiempo suficiente para que el pelinegro se diera la vuelta dándole la espalda y Naruto casi se atraganta con su saliva al ver la espalda casi desnuda hasta la cintura,…esa remera debería ser quemada-ttebayo…

Sasuke giró su cabeza y le guiñó el ojo con espesas pestañas bañadas en rímel, una señal para que le siguiera.

…¿A dónde?...

—¿Hasta dónde llegarías, Naruto?— Apenas le escuchó decir mientras se alejaba con un sutil vaivén de cadera, el rubio se recuperó de la ensoñación al ser pisado por algún desconocido que también se quedó hipnotizado viendo el ojinoche caminar, el rubio le propinó un buen gancho dejándolo inconsciente, la gente a su alrededor ni le importó, más bien parecía otro borracho ocupando el suelo,pues más estaba decir que esa persona estaba babeándole el zapato mientras se comía con la vista a su novio.

SU futuro esposo.

Se lo dijo. ¿No?

 

…Quiero respuestas…

Y cuando las tuviera, podría comprender a lo que se enfrentaba, y a tener  a su lado esa mirada nocturna llena de brillos astrales que le regaló la noche que le dijo:

 “...Y… me gustaría ser… tu novio.”

 

Lo había decidido.

Llegaría hasta el final.

Notas finales:

¿Que opinion tendrán de esto?...

Nos leemos en el proximo capi :3


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