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AMANTES Y RIVALES por desire nemesis

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Notas del capitulo:

¡Deja de hacer esto!—le gritó el rubio.

 

¿Por qué? Creía que esto era lo correcto para ti—dijo el pelinegro impasible mientras la otra mano del ojos azules se posaba en la suya para detener su actuar.

 

Como veía que no podía detener el gatillo intentó golpear con su mano libre la cara del otro para hacerlo trastabillar y tomar completa posesión del arma.

¡Deja de hacer esto!—le gritó el rubio.

 

¿Por qué? Creía que esto era lo correcto para ti—dijo el pelinegro impasible mientras la otra mano del ojos azules se posaba en la suya para detener su actuar.

 

Como veía que no podía detener el gatillo intentó golpear con su mano libre la cara del otro para hacerlo trastabillar y tomar completa posesión del arma.

 

Kurogane atrapó su mano con la libre de él y sus ojos chocaron como dos petardos encendidos y prontos a ser lanzados.

 

Los azules desesperados y los rojos decididos. En esa lucha de voluntades DeFluorite supo que perdería.

 

¡No quiero esto!—admitió cerrando sus ojos y para su sorpresa sintió como el dedo del otro dejaba de apretar el suyo y su mano armada era liberada mientras de la otra fue halado con violencia para darse cuenta en un tris que estaba siendo besado por unos labios sumamente posesivos.

 

¡Tú si me importas! ¡Y yo a ti!—dijo el pelinegro. Esa seguridad lo desarmó. Había apostado la misma vida a que no le dispararía y había ganado. Ahora separando sus labios el de ojos rojos añadió—Ya no vuelvas a decir que esto no tiene nada que ver conmigo, porque ya ha quedado claro que sí. Ahora dime que es lo que esta pasando en verdad—

 

El rubio lo obligó a soltarlo y dándole la espalda comenzó diciendo—Tienes razón. Desde que tú y yo firmamos ese acuerdo mi tío ha estado sospechando de mí. De vez en cuando intenta desacatar mi autoridad aunque cuando me entero no se lo permito—

 

Lo dicho. Todo esto es por…--dijo Kurogane.

 

¡Tú no entiendes nada!—alegó Fye con un tono cortante en su voz—Mi tío tuvo que aguantar que su hermano mayor lo tuviera todo mientras él permanecía a su sombra. Siempre estuvo esperando una oportunidad pero mi padre era un hombre terrible e implacable por lo que nunca se la dio. Lo del acuerdo solo es algo que puede usar en mi contra con los otros miembros del clan. Esta tratando de minar mi autoridad para que esta recaiga en él y por desgracia creo que lo está consiguiendo. Él es un hombre paciente y sus artimañas no conocen límites—agarró su celular y mientras lo veía añadió—Si estos tipos llegaran a decirle todo esto…--

 

No tienes que preocuparte por ellos. ¡Yo los encontraré por ambos! Recuerda que ellos me deben una muy grande y ahora más y Kurogane Fuko siempre se ha cobrado lo que le deben—dijo el ojirojo agarrando la mano con el celular en ella mientras el rubio volteó se acercó para besarlo de manera dominante.

 

El ojos azules intentó alejarlo un poco pero el calor que sintió en su mano izquierda cuando sin querer la posó en el pecho desnudo del, aún no vestido del todo Kuro, hizo que su resistencia menguara ostensiblemente. Los labios se volvieron apremiantes seres que se tocaban y dejaban de tocarlo para solo volverlo a hacer con más intensidad, las manos se volvieron voraces predadoras enganchando entre sus dedos partes de ropa o simplemente tocando cálidas pieles expuestas mientras las lenguas comenzaron a animarse a salir de sus hogares para encontrarse entre sí.

 

Ahora DeFluorite volvió a sentir esa extraña debilidad que sentía cuando el calor del otro se traspasaba a  su cuerpo y sus alertas se desactivaban de manera peligrosa pues se embebía en el placer puro de su contacto y se dejaba hacer con naturalidad.

 

Su espalda tocó el duro muro cuando el otro lo empujó hacia él, sus apasionados besos se volvieron tan intensos y tan pasionales como los que compartieron en aquella cama en la casa donde lo tenía prisionero. Recordar aquello solo le hizo peor porque su propio cuerpo comenzó a calentarse con el simple recuerdo mientras los duros brazos que lo sostenían y atraían contra el torso del pelinegro hacían que las sensaciones que experimentaba se agudizaran.

 

Su manzana de adán fue lamida y luego mordida cuando los labios de Kuro abandonaron los suyos por un momento. Y si fue solo por un momento fue porque Fye impidió que esa cara volviera a alejarse de la suya tomándola con sus manos para volver a esos furiosos y deliciosos labios que conocía y quería tan bien y que no quería dejar atrás.

Notas finales:

Espero que les guste este singular cap

tarde en escribirlo

aunque sea poco quise dejarlo

ja ne

n.n


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