RITSU POV
Al día siguiente, cuando me metí a bañar pude notar todas las marcas que el azabache me dejó la noche pasada, estaba nervioso, y si Haitani se enteraba todo iría de mal en peor, seguramente mi padre también se enteraría incluyendo a la empresa, así todo se saldría de control.
Salí y rápidamente me cambié, para mi suerte mi marido no estaba ese día en casa, siempre lo citaban a varios lugares, él decía que era extremadamente aburrido hacer eso día a día y por eso se sentía extremadamente feliz cuando se trataba de pasarse las horas conmigo y nuestro pequeño hijo Kiitsu.
Mientras preparaba el desayuno recordaba cada uno de los toques que el ojimiel me había dado la noche anterior, pero fue mi hijo quien me sacó de mis fantasías con el azabache. Después de dejarlo en la nueva escuela decidí ir al trabajo pero tan pronto llegué note faltante la presencia de alguien; Takano.
-Kisa ¿dónde está Takano?-
-¿Ricchan no te enteraste?-
-¿Enterarme de qué?-
-La madre de Takano quedó muy enferma en la madrugada, la tuvieron que internar para saber qué pasó, y Takano pidió el día para asegurarse de su estabilidad-
-¡¿Qué?! Debo de ir a verla- Dije apresurado y algo atónito.
-¿Por qué tanto escándalo aquí?- Pregunto el supervisor Hasegawa.
-Perdóneme pero ¿me haría el favor de dejarme salir?- Dije inquieto.
-¿Pasa algo joven Ritsu?-
-Una persona cercana está enferma y quiero saber cómo está-
-Bueno justo ahora no tenemos nada que hacer puesto que terminó el ciclo, así que ve-
-Vale, adiós- Y salí de Marukawa para dirigirme al hospital. Tan pronto llegué pedí el número de habitación, y entré corriendo a toda velocidad para saber qué andaba mal.
Cuando llegué noté a Takano con unas ojeras enormes, estaba bastante nervioso, y tomaba un café para manteerse despierto.
-Takano-san- Dije llamando su atención.
-Ritsu…- Dijo casi adormilado pero temblando.
-¿Qué fue lo que pasó?-
-Al parecer su enfermedad la atacó, le entró un paro y mi padre y yo la trajimos al hospital, al fin lograron estabilizarla-
-Debiste avisarme-
-Descuida, ya está mejor- dijo tranquilo.
-Bien- pero aun así debiste haberme avisado-
-Perdona, a la próxima lo haré, es sólo que no quería interrumpir tu tiempo a solas con tu esposo…-
-No lo haces, él ya ni siquiera está en casa, se fue esta mañana-
-Bien, entonces la próxima vez pensaré en llamarte- dijo tomándo mi mano, después me senté junto a él.
-Y bien ¿cómo estás? Al parecer necesitas dormir-
-Sí, pero descuida, sólo un poco…- respondió recostándose en mi hombro como lo hacíamos cuando éramos más chicos.
-Sería mejor que fueras a dormir, yo me quedaré aquí cuidando a tu mamá-
-No podré dormir si no estás a mi lado-
-Bien entonces duerme, estaré aquí para ti-
-Eso mismo me dijiste, antes de irte a Inglaterra-
Entonces recordé todas aquellas veces que le juré que mi amor sólo sería hacia él y de lo mucho que deseaba estar hoy siempre con él, sin embargo todas aquellas promesas se desplomaron tras el matrimonio con Haitani.
Después de un rato noté que el azabache se había quedado dormido en mi hombro, y tomándome de la mano.
Duramos mucho tiempo esperando a que la madre de Takano volviera en sí, y tan pronto despertó nos hicieron pasar a verla, primero entró Takano, pero por estar con él me dieron la mala noticia a mi primero.
-Señor Ritsu, temo decirle que esto tendrá que decírselo usted mismo a Takano Masamune-
-¿A qué se refiere?- dije confuso.
-Verá, ya hemos hecho todo lo posible por sacar todos los modos para que la señora Takano pueda seguir adelante, pero el problema que tiene ya es demasiado fuerte, si llegase a durar una semana sería un milagro y si durara eso cabría la posibilidad de que pudiéramos empezar el tratamiento, pero antes de una semana no se puede hacer nada-
-¿Qué problema tiene?-
-Tiene un problema en el corazón, el cual la está carcomiendo e impide el paso correcto de la sangre, una semana es nuestra meta, pero eso dependerá de la voluntad de la paciente, puesto que en esto nosotros como médicos no podemos controlar la fuerza de voluntad de nadie-
-Ritsu…- de pronto la tercera voz llegó –mi madre quiere hablar contigo a solas-
-Piense en lo que le dije señor Ritsu, hasta luego- Después pasé al cuarto de la señora Takano, y ella tan solo me miraba triste pero con una sonrisa completamente fingida.
-Hola Ritsu, que alegría verte por aquí-
-Hola y no puedo decir lo mismo, yo esperaba visitarla en su casa, feliz y sana-
-No todo se puede en esta vida Ritsu, yo quisiera ser eterna y quedarme siempre al lado de ustedes dos, pero me temo que eso no será posible-
-¡No diga eso! Usted saldrá adelante, estará con nosotros, con su esposo, con Masamune, conmigo, no nos deje y no diga eso, tenemos que salir adelante, vamos usted puede…- dije en histeria y llorando.
-Ritsu…- dijo secando mis lágrimas –yo siempre estaré con ustedes, ustedes son como mis hijos, jamás los dejaría, ni en la vida ni en la muerte…- dijo mientras yo sentía como temblaba al no tener fuerzas en sus manos -… pero tienes que aprender a ser fuerte, por ti, por Masamune, por Kiitsu, por mí, me has hecho muy feliz con mi nietecito-
-¿Cómo lo supo?- dije sorprendido.
-Era más que obvio, por el simple hecho de cómo Masamune y tú se miraban, era con tanto cariño, tanta cercanía, te seré honesta; al principio, cuando noté su relación, me snetí algo decepcionada, asqueada, una mala madre, pero luego de un tiempo, cuando vi como eran felices, ya no sentía nada, me hacía feliz el saber que Masamune ya había encontrado su otra mitad, y cuando te fuiste pensé que se deprimiría, pero no fue así por él me dijo que el regresaría…- dijo llorando –eso me hizo tan feliz…-
-Ma… mamá-
-Ritsu, hijo mío, quiero una promesa tuya-
-Dime-
-Quiero que…-