Pov Allison
Se me hacía raro ir a otra escuela, me gustaba mi escuela era especial. Al ser la segunda secundaria en el pueblo todos nos conocíamos y ayudábamos cuando lo necesitábamos, claro que yo seguía igual sin hablar con nadie pero de igual forma ayudaba si se necesitaba, es muy contrario en una ciudad grande como la que estoy viviendo ahora, cada persona esta en su mundo o en el mundo de su mini grupito de junta.
- Quiero volver a mi casa- Susurre comportándome como una niña caprichosa
Pero no podía, porque ya estaba allí, parada delante de la puerta que sería mi nuevo curso. Suspire pesado, creo que sería mi séptimo suspiro en lo que va de la mañana, toque despacio y espere que la profesora me indicara que podía entrar.
- ¿Le puedo ayudar en algo?-Cuestionó observándome
- Soy su nueva alumna- Comente poniendo los ojos en blanco, era obvio que estaba allí por eso, ¿Qué otra cosa seria? Al parecer noto mi gesto porque su mirada se tornó seria y molesta
- Llega tarde- Elevó la voz para dar mas aire autoritario
- Me perdí- Era cierto, la “inteligente” de mi prima fuera de sangre solo me dejo en la entrada del portón y se fue con sus amigas
La observe a los ojos, creo que jugábamos a “¿Quién parpadea primero pierde?” ya que no apartó la vista de mi en ningún segundo, en serio me daba la impresión que no parpadeaba. Suspire, otra vez en el dia, esta mujer sería mi cansancio en lo duraba el año
- Preséntese y después puede ir a sentarse- Comentó volviendo a escribir en el pizarrón
Sonreí disimuladamente, le había ganado
- Me llamo Allison Frent- Comencé sin ganas- Me mude hace un par de días, por lo que seré su compañera en lo que reste del año y seguramente en el siguiente- Sonreí falsamente, odiaba tener que hablar con la gente, creo que en interior soy anti-social… Tal vez
- Busqué un lugar libre y siéntese- Ordenó la profesora
Busque con la mirada y encontré un asiento libre, justo al lado de la ventana ¡Suerte para mí! Antes me encantaba ver las cosas por la ventana. Me encamine en silencio y una vez que llegue colgué mi mochila en el gancho al lado del pupitre, observe hacía afuera y note que la ventana daba al patio trasero, también podía ver la cancha de futbol que tenía la escuela.
La clase de matemática, que resulta que era en la que estaba, comenzó. Durante el trayecto de la explicación de la profesora le dejé de prestar atención, el tema que trataba ya lo había visto meses antes, mi padre me lo explicó un día en el que se cortó la luz y afuera hacía mucho frío para salir. En cambió me puse a analizar mi estancia en la casa de mi tía, si es que se puede llamar así
La noche que llegue estaba muy cansada para comer por lo que me dormí en el acto, en la mañana me desperté desorientada ya que la habitación no se parecía en nada a la mía, como sonámbula me levante y dirigí a la cocina comencé a preparar todo para hacerle el desayuno a mi padre, el maldito se había acostumbrado a que yo lo hacía. Grande fue mi sorpresa cuando, ya terminando todo, la voz que me saludó en la mañana no fue la de mi padre sino la de una chica, la de Kelly mi prima. Las imágenes aparecieron en mi cabeza como flashes una tras otra, apenas si articule palabras para contestarle el saludo.
De igual forma prepare todo en la mesa, en frente suyo. Cuando termine me disponía a irme a mi cuarto de nuevo, pero su voz me detuvo
- ¿No comeras?- Me cuestionó sorprendida
- No acostumbro a desayunar- Comente aun de espaldas
- ¿Por qué hiciste esto entonces?
- Solía hacerle el desayuno a mi padre- Me sinceré. Suspire al recordar que el no estaba mas- Si te molesta no lo hare mas- Hable despues de un pequeño tiempo, subí las escaleras, me encontré con María al cual la salude cordialmente
Me tenía que recordar no hacer eso nunca más. No se en que momento me puse a jugar con la lapicera lo único que sé es que ahora estaba a unos pocos centímetros de la mesa, la baje de golpe haciendo más ruido del que pretendía. La profesora me miro molesta, solo desvíe la mirada de vuelta al patio, sabiendo de sobra que esa materia ya la tenía mal.
El timbre sonó minutos después. Salí al pasillo, si estaría en esa escuela tenía que encontrar algo para entretenerme en los recreos. En mi antigua escuela solo me subía a un árbol y leía, creo que hare lo mismo acá, pero primero necesitaba un libro por lo que debía encontrar la biblioteca.
Para mi suerte no estaba muy lejos. Entre viendo lo vacía que estaba, seguro era raro el momento en donde eso estaba llenó. Camine atravez de las estanterías en busca de algo interesante, nada llamó mi atención, pero debía encontrar algo para entretenerme por lo empecé a buscar más arriba, en las filas altas en donde solo llegas a ellas con una silla o una escalera.
Mi vista se posó en un libro particular, “¿Cómo controlar tu dialecto social?” Reí bajo ante el nombre seguro sería una cosa estúpida y aburrida, pero no tenía nada que perder, claro descartando el tiempo leyéndolo.
Aun si hacía punta de pie no lo alcanzaba, tampoco tenía cerca una silla para subirme. Lo observe un momento analizando la distancia, luego a mi alrededor viendo que nadie estaba cerca, luego volví mi vista al libro nuevamente. Suspire lento, extendí mi mano un poco más y el libro cayo en ella, alegre camine hasta el escritorio de la bibliotecaria.
Llegue al escritorio y observe a una señora sentada detrás de él. Su pelo con alguna canas por la edad, estaba atado en una colita y por lo visto no parecía muy largo, su rostro no mostraba mucha vejes por lo que presumí que su edad no pasaría los 35. Ella me miro sorprendida cuando me pare enfrente, seguro que no me reconocía.
- Hola- Saludó con una sonrisa
- Hola- Devolví el saludo- Quiero sacar este libro- Le mostré el libro- ¿Qué tengo que hacer?- Pregunte para recalcar que no sabía como funcionaba las cosas por acá, en la antigua solo saludaba a Meir, es como se llama la bibliotecaria, y pasaba de largo
- Asi que sos nueva- Comentó sacando una pequeña hoja de abajo del escritorio- Solo pon tu nombre acá, el curso en donde estas y el libro que sacas
Hice todo lo que me pidió, le extendí el papel el cual leyó antes de guardarlo
- “¿Cómo controlar tu dialecto social?”- Leyó el nombre del libro- ¿Tienes problemas para comunicarte con el resto?- Cuestionó mirándome
- No me gusta la gente- Levanté los hombros- Nací ya con eso
- No lo creo- Dijo sin apartar la vista de mí- Me parece que no te comunicas con el resto por miedo- Soltó
- ¿Miedo?- Pregunte sorprendida- ¿A que le podría tener miedo?
- No lo se- Volvió la vista a la computadora- No estoy en tu cabeza- Se tocó la cabeza con el dedo
Yo solo me di vuelta un tanto anonada, ¿Qué abra querido decir con miedo?
- Allison- Escuche mi nombre a mis espaldas, me di vuelta encontrándome con la señora- Te dire que si necesitas un lugar al cual ir si quieres estar sola, solo ven acá- Me sonrió- Encontraras la tranquilidad que buscas- Se cayó, yo asentí como entendiendo lo que dijo- Por cierto me llamo Norman- Volvió la cabeza a la computadora
El resto de la mañana y casi media tarde la pase en el curso. Otros dos recreos más le siguieron al primero pero yo no tenía ganas de salir, solo me quede mirando el libro pensando que abra querido decir Norman. No tenía miedo de nada, que recuerde no me asusta nada. Con los insectos todo estaba bien, por lo que fobia no era, los payasos me dan igual, la oscuridad me da sueño, y podría seguir recordando la gran cantidad de miedos que hay y poder encontrar una razón por la cual no les temo, entonces ¿Miedo a que?. Levante mis hombros restándole importancia
Solo se que no me comunicó con la gente porque siempre termina diciendo algo raro y estúpido como lo que dijo ella, agarre mi mochila, colocándomela al hombro salí del curso apenas tocó el timbre de salida.
..............
Me detuve en la esquina de la cuadra. Ya había pasado por acá, mire a mi alrededor, si en efecto era la misma cuadra. Suspire, estaba perdida. Todo por culpa de la idiota de mi prima que no fue capaz de esperarme para irse a casa, y aun me pregunto porque odio a la gente claro que es por estas razones.
- Pareciera que estas un poco perdida- Escuche una voz seguida de una suave risa
Gire mi cabeza y comprobé que no había nadie cerca mio
- Acá arriba- Volví a escuchar- Hola- Me saludó una vez que lo encontré
- No estoy perdida- Comenté entrecerrando los ojos, el sol me daba directo y no podía ver mucho
- Pues entonces te debe de gustar mucho caminar por esta cuadra- Volvió a reír suave- Ya que eso llevas haciendo desde hace un rato largo- Con un sutil movimiento saltó de la baranda en donde estaba sentado y cayó en frente mio
- Solo quiero conocer un poco más-Mentí
- Si seguro- Murmuró moviendo su cola detrás suyo- En la mañana te vi y venías con otra chica- Me recordó- Parecía que no conocías el lugar
- Si lo hago, solo quiero conocer más- Volví a decir lo mismo- Escucha no me molestes- Comenté ya molesta, no me gustaba que se burlaran de mí y mucho menos un gato atorrante como el que tenía en frente- ¿No tienes que ir a cazar una paloma indefensa o algún ratón?- Propuse caminando nuevamente, sin importar que estaba en mi camino, solo lo pase por encima
- No, ya comí- Me contestó como si me importara- Me gusta más burlarme de la gente- Vi de reojo como salto a la baranda del muro a mi costado y comenzaba a seguirme por arriba
- Créeme, no querrás burlarte de mí- Sonreí maliciosamente
- ¿Porque no?- Cuestionó sentándose- Eres la primera persona que me escucha y contesta- Hizo silencio por unos segundos- Cosa rara- Terminó
- Nah, yo ya me acostumbre- Levante los hombros, era cierto tenía este “Don” desde que me di cuenta en el orfanato, bueno este y otro mas practico
- Estas sumamente loca ¿Sabías?- Comentó burlándose nuevamente.
Un enojo creció en mí, al escuchar esas palabras. Mirándolo molesta levante mi mano, con un movimiento de esta lo empuje haciendo que cayera dentro del patio o cosa que estaba cubriendo el muro. Seguí mi caminó ignorando los ladridos de los perros, al parecer si era un patio… Con perros en el, sonreí ante la idea de ver como escapaba de eso.
Me termine sentando en una banca en el parque, al parecer no encontraría la casa a tiempo. Tire mi cabeza hacía atrás y suspire, parecía que eso hacía mejor, me pase el día suspirando. Pero un recuerdo de vino a la cabeza, el libro que saque de la biblioteca, podría leerlo mientras esperaba que el ardor de mis pies se fueran y con suerte de que mi tía se dé cuenta que aún no llego a casa