RITSU POV
Después de los espantosos acontecimientos, decidí ir a revisar cómo se encontraba el azabache, y mi hipótesis fue correcta. Entrando a la habitación lo vi recostado mirando a la ventana, con sus ojos perdidos en su mente, él no se encontraba aquí, sino en sus recuerdos.
-Takano-san…- Dije algo preocupado.
-Oh, hola Ritsu…- dijo volteando hacia mí –Perdona, debí haberte asustado…- dijo algo nervioso, fingiendo una sonrisa como de costumbre.
-Takano-san, lo lamento… yo no sabía cómo se encontraba la salud de mi madre, por ello no podía suponer nada…- Luego me le acerqué, acurrucándome en su pecho.
-No te disculpes, idiota, tú aun sigues aquí, y eso es lo que debo de agradecer más que a nada- Dijo con sus ojos cristalinos. Yo tomé su rostro con delicadeza y besé su frente, luego sus labios, él solo me correspondió.
-Realmente, deseaba poder volver a hacer eso…- dijo rozando mis labios con sus dedos.
-Siempre que lo quieras, Takano-san- Dije nervioso.
-Bien, sí, sí, entiendo…- decía Haitani al otro lado de la puerta con el teléfono en mano -… pero compréndame, no me puedo regresar, sí, sí, pero él no está en una situación muy decente- dijo algo nervioso –Sí, sí, sí, bien, entendido, entonces mañana, sí, hasta luego jefe- Dijo molesto. Luego entró en la habitación –Ya vine Ritsu, Takano ¿cómo te encuentras?-
-Mejor, gracias- Dijo algo cortante.
-Ah, no tengo remedio, no importa como trate a este sujeto, jamás me aceptará- dijo Haitani soltando un suspiro.
-Haitani-san ¿qué pasó? ¿Con quién hablabas? Te notabas preocupado-Dije algo confundido.
-Te lo diré hoy cuando regreses a casa, por el momento descansen, nos vemos, mi amor- luego se acercó y me dio un beso en la mejilla, yo solo me sonrojé.
-Sí, nos vemos, amor- dije sonriente. Después Haitani salió de la habitación.
-¿Hasta cuándo dejarás de mentirle y le dirás la verdad?- Dijo Takano con molestia.
-Perdona, pero todo este tiempo, Haitani ha sido muy buen esposo, nunca nos ha tratado mal a Kiitsu ni a mí, entonces, se podría decir que me acostumbré a sus caricias sin querer- dije risueño.
-Eso no me ayuda Ritsu- Dijo Takano molesto.
-Etto, no te enojes ¿vale?- Dije nervioso, había dicho cosas sin pensar. Luego Takano se posó sobre mí y me comenzó a besar boca abajo.
-Toc toc…- Dijo Akihiko quién nos miró impresionado por haber llegado en el momento menos preciso –Este, ya me voy…- dijo nervioso –sigan en lo suyo-
-No, no, no Takano-san- Dije molesto, haciendo un puchero.
-Perdón Akihiko, me estaba dejando llevar- dijo nervioso el azabache.
-No, descuiden, fue mi culpa, debería aprender a tocar, pero en fin, les traje algo de café y unos sándwiches, espero y les gusten…- dijo alegre entregándonos una bolsa.
-Gracias Akihiko- Dije sonriente.
-De nada, es lo que hace un buen amigo…- dijo tomándome las mejillas y sonriendo. Terminamos de comer y tiramos todo, luego salimos del hospital a pedir el dinero por la muerte de mamá. Pasamos al banco y a la funeraria, y ya para cuando acordamos ya era muy tarde.
-Bien, Takano-san me voy a casa. Necesito alistarme para mañana- Dije despidiéndome, luego Takano tomó mis mejillas y me pegó a su boca, nos empezamos a besar y para cuando nos separamos ya nos hacía falta el tomar aire.
-Nos vemos, mi vida- Dijo Takano alejándose de mí. Caminé a mi casa en silencio, toqué la puerta y vi a Haitani afuera platicando con una chica, se miraba molesto, yo me acerqué rápidamente.
-¿Qué pasa Haitani?- Pregunté confundido.
-Oh, Ritsu, ella es una de las dueñas de las empresas de aquí, quiere hacer algunos contratos, Angélica él es mi esposo Ritsu- dijo mi esposo.
-¡OH RITSU!- Dijo aventándose a mí, ya sabía quién era.
-Etto, ¿me perdí de algo?- dijo Haitani confundido.
-Oh, Haitani ella es Angélica-san, una de las encargadas de mi grupo cuando estaba en la escuela media- Dije sorprendido –Hace tanto tiempo Angélica-san- dije sonriente.
-Ritsu, ya ha pasado mucho, ya extrañaba ver esa carita tuya ja, ja- decía sonriente la joven.
-Bueno ¿gustas pasar?- Pregunté formalmente.
-No, lo siento, tengo que volver a casa a cuidar a mis dos diablillos- Dijo algo nerviosa.
-Angélica-san ¿tuviste hijos? ¿Con quién?-
-Con…- luego se escuchó un carro.
-Angélica ¿hasta cuándo seguirás…? ¡¡Ritsu!!- Dijo Meithan. Luego se bajó del carro y se abalanzó sobre mí, luego bajaron dos pequeños, una niña y un niño, muy lindos, luego salió mi pequeño hijo, era muy diferente a Haitani por eso Angélica y Meithan se miraron extrañados.
-¿Él es… su hijo?- Preguntó Angélica confundida.
-Bueno, sólo mío…- dije nervioso.
-Bueno, creo que ya es tarde, lo mejor es irnos ¿no, Angélica?- Dijo Meithan nervioso.
-Sí, bueno nos vemos- luego se subieron rápidamente al auto.
-Mami ¿quiénes eran ellos?- Dijo confundido el pequeño.
-Amigos de mami y papi, corazón- dijo Haitani.
-Oh- Luego Haitani lo cargó –Pero ¿por qué dijeron que yo no me parezco a papi?- Dijo confundido.
-Bueno, tú te pareces a un abuelo que tenía pero falleció- Dijo nervioso Haitani.
-Oh, de hecho me parezco a papa Takano- Dijo mirándose el cuerpo y tocando su cabello, Haitani hizo una cara de molestia e impacto.
-Claro que no, tú eres idéntico a mi abuelo…- Dijo Haitani sonriendo –toma Ritsu iré a preparar la cena- luego se fue a la cocina.
-Mi amor, no debes hablar de Takano enfrente de papi ¿entendido?-
-¿Por qué?- Dijo confuso.
-Te lo explico cuando seas grande- Dije algo nervioso.
-Bien-
-Pero también hay otra cosa que quiero decirte…-
-Sí…-
-Verás, abuela Takano, ya no podrás verla porque…- dije nervioso, luego las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos –porque…- luego sentí unos brazos tomándome y enredándome.
-Porque abuela Takano… ya no está con nosotros, corazón- Dijo Haitani algo preocupado, con ojos cristalinos.
-Pero, ella está en su casa ¿no?- No soporté más y me aferré a Haitani lo más que pude -¿No, mami?- Dijo con lágrimas en su rostro. Luego se aventó hacia mí y se aferró a mi ropa –Mi abuela Takano, ya no está ¿no?- Dijo llorando, eso fue bastante para mí.
Empezamos a cenar y mi pequeño no comía nada. Le acerqué un pedazo de su cenar preferida, pero solo miraba el suelo triste. Me sentía devastado, me sentía a punto de llorar, pero no podía, debía ser fuerte por él.
-Mami, ¿puedo dormir ya?- me preguntó.
-pero no has comido nada mi amor- dije.
-No tengo hambre mami…-
-Bien, iré haya cuando termine ¿está bien?- Él solo asintió y se fue a su cuarto.
-No puedo…- dije sollozando –Ya no puedo Haitani, ¿qué debería hacer?- Dije algo frustrado.
-Ritsu…- Luego me abrazó –Ritsu, vayámonos juntos a Inglaterra-
-¿Qué?-
-Esta mañana, cuando hablaba por teléfono, mi padre me pedía que regresara a atender unos cuantos asuntos, me pedía que también llevara a Kiitsu, puesto que le había llevado muchos juguetes y que también quería ver a mi pareja, y yo sólo le pedía que me diera tiempo, de todos modos volveríamos dentro de una semana, pero por favor, huyamos de esto-
-¿Crees que me voy a ir? No lo creo, Haitani, mi madre acaba de fallecer y tú me pides que la deje, lo siento pero eso si no lo voy a hacer- Dije con molestia.
-Bueno, entonces, solo te acompañaré mañana al funeral y me iré terminando allí, iré a preparar mis cosas- dijo sonriéndome, algo triste. Mierda, ¿por qué hasta en estos momentos no puedo odiarlo? Es demasiado amable y gentil, yo no puedo.
Me levanté de la mesa y me acerqué al cuarto, vi como empacaba sus maletas, con una cara de seriedad, luego me le acerqué y lo abracé “lo siento” fue lo que susurré en su oreja.
-Descuida, entiendo que tengas que estar por aquí, mi amor- Dijo sonriente, luego siguió acomodando sus cosas. Yo lo tomé de la camisa y lo senté en la cama, me subí sobre él pegándome a su regazo y lo comencé a besar, se sentía bien, luego él empezó a desvestirme lentamente bajó hasta mi cuello y empezó a besarlo, luego bajó aun más y siguió con mis pezones, pero luego escuchamos que alguien tocó la puerta, Haitani solo me volteó y me siguió besando, yo continué, luego me quitó rápidamente el pantalón y metió uno de sus dedos en mi entrada.
-Ahh… Haitani, duele…- dije algo nervioso, luego oímos que Kiitsu le abrió la puerta a Takano quien era quien tocaba, y Haitani solo hizo un tono de molestia. Yo me levanté de la cama y me puse un pantalón para ir a atender los asuntos con Takano, llegando lo vi abrazando a Kiitsu quién se encontraba llorando en los brazos de su padre.
-Mami…- dijo mi pequeño al notar mi mísera presencia –Takano-kun vino a vernos…- Dijo algo triste.
-¡Que se largue!- Gritó eufórico Haitani, jamás lo había visto así, era la primera vez… ¿Qué estaba pasando?
-¿qué?- eso fue lo único que pude cuestionar antes de sentir como era pegado a un torso, era Haitani, el cual me tenía tomado de la cintura y estaba desesperado.
-Oye, suéltalo, ya te lo había dicho, él no te pertence- Dijo Takano, con una mirada de odio. Luego de eso, Haitani me soltó y se abalanzó hacia el azabache. Yo salí corriendo a detenerlos, los separé y después ambos empezaron a ofenderse.
-Él es mi esposo, ¡Tú no tienes ningún maldito derecho!-
-Eso no me interesa, él es la primer persona de la que enamoré, no lo dejaré escapar como pasó antes-
-Deténganse…- dije metiéndome puesto que Haitani iba a golpear al azabache -¡Ah!- chillé al sentir el puñetazo que se me había impregnado en el rostro, me tiré al suelo y empecé a sobarme la mejilla.
-Ritsu… ¡Maldito, nadie se atreve a tocarlo!- Dijo molesto el azabache.
-Saben qué, yo me largo, si te quieres ir es tu problema Ritsu, yo te amo, pero no puedo seguir de esta manera…- Dijo recogiendo sus maletas del cuarto y acercándose a la puerta -¿Sabes? Es en esto momentos… en los que me arrepiento de haberte conocido- En ese momento sentí que mi corazón se había roto –Iré mañana a Inglaterra, el avión parte a las 2:30 de la tarde, ya sabrás que elegir…- Y así cerró la puerta dejándome aferrado de la única persona con la que me siento 100% protegido.