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Encanto por neblinadesol

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Notas del capitulo:

28-2-2016  ¡¡¡Buenas!!!, hace tiempito que no dejaba actualizacion, la idea estaba, solo que eran tantas partecitas que me costaba unirlas, unas iban por ahi, otras por allá, otra vez volvian a su sitio, en fin, ya está, ¡gracias por sus reviews! Están respondidos.

Los personajes son de NARUTO de Kishimoto Masashi sensei.

Errores ortográficos serán corregidos con el tiempo :3

 

 


—Naruto-kun…—suspiró aliviado, pero el susodicho le ignoró y caminó hacia el rey

— ¡Itachi , debemos formar grupos de búsqueda!—grito el rubio...Ni me ves…,Naruto no lo ve porque tiene a Sasuke en frente suyo, obstaculizando su amor…ojala te mueras…deseó y apretó la mano en su herida ignorando el dolor, como odiaba a su primo, se llevó una uña a la boca y comenzó a morderla impaciente…Debí matarte desde el principio…y por culpa de su padre no lo hizo, pero ya no estaba en este mundo, hizo una hueca sonrisa.

 El joven rey con la cabeza gacha y mirada perdida parecía sumido en sus propios pensamientos. Naruto lo observó extrañado ante la falta de respuesta.

 

El monstruo había escapado a pesar de los esfuerzos de sus hombres y no pudo llegar a tiempo para atraparlo, estaría rondando en los alrededores y el pueblo, SU pueblo estaría en peligro, la vida de la gente que se inclinaba respetuosa junto a sus niños que gritaban su nombre a su paso estaba amenazada.

La noche pronto se haría presente y la mirada de los guardias al verse fracasar manifestaba el temor creciente.

 

Su hermano, su único y adorado hermano, la única familia que le quedaba estaba perdido en algún lugar, tan inocente de la crueldad exterior, estaría temblando ante a lo desconocido, prácticamente jamás había cruzado las murallas del castillo ¿cómo no saber eso si lo conocía desde la cuna?

Aun podía escuchar su risa infantil cuando corría tras él y al alcanzarlo se aferraba a su túnica para evitar caerse, esos ojos llenos de cálida pureza, ¿qué tipos de infamia verían?

 

Quería salir corriendo a buscarlo él mismo, removiendo cada pedazo de piedra a la vista...

Quería salir corriendo a destruir esa maldición que caía sobre su amada gente…

¿Qué hacer?

 

…¿Mi hermano o mi reino?…

 

Esos eran los pensamientos que mantenían anclado al rey en su sitio.

Indeciso.

 

Nara a su lado suspiró al ver el semblante confuso de su majestad, llevaba pocos días ejerciendo su nuevo título y hoy sin duda era el momento de prestarse a realizar y demostrar que el puesto bien lo merecía:

—Eso sólo nos deja una opción ir al sur, el oeste está custodiado por el país de la Arena, aliados nuestros, pronto recibirán la noticia del secuestro del príncipe y cerraran las fronteras.También ya se enviaron emisarios a los pueblos vecinos para que nos ayuden en la búsqueda.—Naruto y el pelirrojo lo miraron pensativos—además, Naruto, dijiste algo del país de la Nube, sin duda si alguno de ellos están relacionados deben tomar un barco para regresar a sus tierras y el único lugar disponible es el puerto del sur, pues la ciudad permanece sitiada, y como no se obtuvieron resultados, dedujo que se dirigieron hacia allí,  la distracción de anoche les fue provechosa.

—Opino igual, el norte está custodiado por los límites del bosque maldito, debemos partir ya —sugirió el capitán Kakashi enderezándose —Es mi responsabilidad, tomaré a mis hombres más bravos y partiremos enseguida al sur…—el capitán se inclinó ante el primogénito en signo de disculpa.—Por mi incompetencia sucedió esto, Majestad, déjeme corregirme,  traeré a su hermano, nuestro amado príncipe, le prometo barrer todo el continente de ser necesario.—Itachi cerró los ojos meditándolo todo, se sintió aliviado de que en ese momento de debilidad ellos no lo notaran o si lo hicieron, lo pasaran por alto y asintió con cara complacida.

— …Y en cuanto a su pariente—dijo Shikamaru serio llamando a un par de soldados con un gesto de mano— será mejor que quede recluido hasta que se decida su responsabilidad, solo lo atenderá y soldado de confianza del rey—ellos asintieron a la orden y levantaron a un adolorido y decaído Sai que no opuso resistencia. —Majestad, también iré con ellos, si me disculpa —y saludó al rey que solo asintió lentamente, Nara suspiró y se dirigió a su habitación para preparar sus cosas, se sentía en deuda y mientras más ayuda en la búsqueda, más gente armada se quedaría en el castillo.

 

 El joven rey agradeció internamente de tenerlos como leales súbditos.

 

—¡Yo los acompañaré-ttebayo!— el rubio salió corriendo aun sucio ni bien terminó de decir esas palabras y se dirigió a su transitoria habitación, al llegar tomó un bolso que estaba colgado y luego de buscar su espada y asegurarla en su cintura bajó y salió por una salida lateral rumbo a las caballerizas. Corrió y buscó a su corcel que encontró cabalgando en un potrero.

—Kyuubi, tendrás que posponer el descanso-ttebayo…—le habló dolido acariciando las hebras del animal que rechinó y sacudió la cabeza en respuesta. Los gritos de los hombres que se armaban llamaron su atención. Y volvió a acariciar al animal—Mi Sasu está perdido y te necesito más que nunca.

 

 

 

 

Itachi, parado en la gran puerta del edificio alzó la voz frente a los grupos de hombres que le observaban expectantes a sus palabras:

—Mensajeros —los nombrados se aproximaron e inclinaron sus cabezas obedientes frente a todos— se dirigirán al oeste para poner al tanto al rey de la Arena, al pueblo vecino y a los condados aledaños

—Pain, necesito que el sitio se mantenga en la ciudad.—El pelirrojo le saludó con un dedo índice y un fanfarrón chasquido de dientes, para luego hacer una exagerada reverencia.

—Yamato, en ausencia de Kakashi tú me responderás.  —luego de se dirigió al grupo de Kakashi

—Tráemelo a como dé lugar.—con voz firme y ojos suplicantes que al capitán no solo conmovió sino que lo envalentonó, respondió con un saludo marcial y dio la orden de partir, Itachi bajó los peldaños y se acercó al nuevo capitán para planear la resistencia nocturna, los grupos que salieron del castillo se separaron tomando diferentes rutas, los aldeanos miraban asombrados el contingente que cruzaban las calles hacia las afueras del reino. Ignorantes de la situación que se acercaba al anochecer.

Un elegante carruaje que se acercaba a las grandes puertas de la muralla se vió obligado a desviarse de su camino para dejar paso a las tropas. Neji, se asomó por la ventanilla y vio azorado como el grupo de Kakashi y más de veinte hombres armados lo pasaban a trote veloz, Hinata a través del hombro de su primo gritó el nombre de Naruto a su paso, lo vio muy serio, pero éste siquiera se volteó a verla.

—¿Lo viste?¿qué habrá pasado?—dijo algo decepcionada al no obtener respuesta del embajador que se alejaba junto al grupo.

—Mmm…Tiene que ver con el sitio al puerto, estoy seguro.—suspiró y golpeó el techo del vehículo para dar la orden de seguir al castillo. Lo averiguaría, su padre estaba como loco al no poder salir con sus embarcaciones de la costa.

 

 

El trecho que los separaba del primer pueblo aledaño no fue muy extenso. Un jinete venía en su dirección levantando el brazo.

— ¡Oigan! ¡¿Van al sur?! —Con señas el chico cuyo perro corría al lado de su caballo gritó y aminoró el paso ante el grupo. Naruto lo reconoció, era uno de los mensajeros del reino la Hoja, detuvo su caballo.

—¡Inuzuka! —Saludó Kakashi deteniendo también su marcha ante las palabras, hizo seña para que sus hombres continuasen—¡Así es, ¡¿cómo?.. ! —Pero el joven con tatuajes triangulares en sus mejillas dijo:

—¡Vengo del pueblo vecino!—señaló hacia  atrás— por la noche vi una caravana, pero lo extraño era sus faroles apagados,  pasaron como huyendo de algo y evitaron ingresar por las calles centrales del pueblo,  y hace unos momentos oí que el joven príncipe fue secuestrado, me dirigía al castillo para informarle de esto! —Naruto apretó las riendas de su caballo y miró significativamente al capitán—¡Estamos en buen camino-ttebayo! —Kakashi asintió y tiró de las riendas para volver al galope.

—¡Yo también voy! Pero los seguiré más tarde. ¡Es importante!

—¡¿EH?! —Naruto lo miró confundido.

—Mi perro es el mejor buscador ¡seremos útiles! — El rubio levantó un ceja— Solo necesita alguna prenda que pertenezca a nuestro príncipe, por eso me diría al castillo.—… ¿Prenda?...Naruto hizo memoria, oh si, llevaba algo de él en su bolsa, un regalo de hace mucho tiempo, en sus días de viaje solía darle un contemplarlo y recordar el aroma impregnado.  Le hizo una seña a Inuzuka a que esperara y sacó de un costado la bolsa que tomó, metió su mano rebuscando hasta sentir el papel.

 —¿Servirá esto?—En su mano dejó ver un sobre amarillento y arrugado. El mensajero lo miró dudoso.

—Pero necesito que no esté muy contaminado…—Naruto abrió el sobre y sacó un pequeño pañuelo celeste, se inclinó un poco de la montura de su caballo para enseñarle al can.

—Solo es mi aroma y el de Sasuke.—Inuzuka convencido de sus palabras, le indicó a su perro que olfateara el pañuelo. El perro luego de hacerlo dio un par de ladridos en dirección al rubio.

El mensajero le dijo al animal — “El otro, otro”— a lo que el perro ladró un par de veces y dio una vuelta alrededor de sí mismo.

— ¿Qué pasa?

—Ya sabe qué aroma buscar.

—¡Vamos-ttebayo! —Inuzuka espoleó a su corcel y se puso a la par del caballo de Naruto — ¡Gracias-ttebayo!

—¡Heee! —El mensajero se limpió la nariz con la manga— ¡No me lo agradezca Uzumaki! Cualquier ciudadano libre que ame su país y conozca a sus majestades haría lo mismo—Naruto sonrió complacido, el chico amaba sus tierras sin dudas,…¡todavía queda gente patriota-ttebayo!...  pensó.

— ¡Ojala pueda recibir de recompensa un beso del segundo príncipe! —Casi se cae de Kyuubi por la sorpresa, bien es cierto que basados en la tradición muchos jóvenes en el pasado hacían ese tipo de actos para obtener ciertos favores de las altas autoridades, pero quedó en el pasado, nadie más que él tenía derecho a sentir su piel, en fin no lo permitiría ni de broma. Inuzuka sonrió esperanzado —¡La última vez que estuve en el castillo , apenas le vi. ¡Se ve tan hermoso y delicado, parece que baila cada vez que camina, y esas túnicas! ¡Con un doncel así dan ganas de protegerlo hasta de la lluvia!— y notó un gruñido, Inuzuka miró a su fiel amigo canino que corría feliz a su lado sacando la lengua para luego ver hacia adelante despreocupado, Naruto apretaba los dientes conteniéndose, …¿le estuvo espiando?… ¡¡Malnacido, pervertido degenerado-ttebayo!!… ya no estaba seguro de quererlo en el grupo, cuando llegara la ocasión le pondría los puntos a ese baboso, cara de perro, pero antes debían alcanzar al resto que les aventajaban por quedarse platicando.

 

 

 

Reaccionando al rugido dado por el rey y su mirada desorbitada, se sobresaltó y comprendió que debía salir de allí, ya que de solo ver a su alrededor cualquiera haría una mala interpretación de la escena y aunque tratara de explicarlo no salían más que tímidos chillidos de sus labios. Se levantó torpemente de la cama, pero su andar se detuvo ya que los gritos de los guardias al abrir con golpes la gran puerta de la habitación lo paralizaron,  entraron atropelladamente y apuntaron sus lanzas a varios metros alejados de él, unos con ojos llenos de  fascinación, otros con horror, esas extraños le cerraron la única salida visible, temeroso caminó hacia atrás arrastrando consigo la sabana ensangrentada y tratando de tapar su cuerpo semidesnudo, se acercó a la única gran ventana de la recamara.

Los ojos de rey no perdían detalle a sus movimientos y los hombres tampoco, el rubio rasgó la camisa y se envolvió la herida, la lujuria dejo paso a la ambición.

 —Ja…el….príncipe Uchiha …un monstruo, ya… entiendo…—Sonrió gratamente a pesar del dolor—Sin duda…. la sangre de los demonios tienen ciertas…. propiedades y poderes…¿Cuáles…. son los tuyos?....¡Habla!— A pesar de la palidez en el rostro moreno su voz rugida imperiosa, pero Sasuke al hablar no pudo emitir sonido más que uno los suaves silbidos. Quería decirle que no sabía nada de eso, apenas podía creer lo que le sucedió.

— ¡Mátenlo!— y los hombres se acercaron con pasos decididos apuntando las lanzas a su pequeño pecho. Sasuke dejó caer lágrimas de impotencia y retrocedió hasta chocar su cadera con el marco de la ventana. Vio hacia afuera, deseaba volver a ver a Naruto y abrazarlo con todas sus fuerzas, pedirle a su hermano que lo acepte como pretendiente y poder casarse con él, conocer los lugares que Naruto le narraba en sus cartas, poder llegar a viejos disfrutando de la compañía de los nietos, seguro eso era más fácil de realizar que librarse de la muerte, con nerviosismo se llevó la mano a la cara y trataba de limpiarse las lágrimas que volvían a cubrir su ojos, ¿qué haría su hermano en esa situación?

“La cabeza siempre en alto, porque somos el orgullo del país

Recordó su amable voz, si iba a morir al menos no le daría el gusto de que sea bajo el filo de sus armas, después de todo tenía que mantener un poco de su dignidad como príncipe, se mordió el labio y apretó fuertemente sus ojos noche, temblaba como una hoja ante lo que pensaba hacer, pero sería lo más sensato, no dejaría que lo tocasen más, lo lamentó por Naruto, por esa  relación que apenas comenzaba  a disfrutar…Sé feliz…, deseó con fuerzas que donde quiera que esté, aquella persona pudiera rehacer su vida, se llevó las manos al pecho en puños dándole valor a su corazón …Te amo…, y obligó a su cuerpo a inclinarse en el marco, cayó de espaldas, llevándose consigo la sabana y las miradas desconcertadas de sus atacantes.

 

 

Un nudo en su garganta lo obligó a detener su caballo, se llevó la mano al pecho y aspiró profundo tratando de serenarse ante la extraña sensación de abatimiento….Estoy en camino…se dijo a sí mismo dándose fuerzas y jaló las riendas de su caballo dispuesto a continuar.

 

 

 

 

Brisa veraniega.

Aroma a sal.

 

La ráfaga de viento en la cara lo despabiló y vio a los lados confundido, giraba mientras caía envuelto en telas manchadas, se asustó al ver pasar a su lado unas lanzas muy lentamente, los hombres lo habían arrojado en su intento de dañarlo. El suelo se acercaba, y aún estaba vivo, la adrenalina encendió sus sentidos, el aleteo de las palomas llegó a su mente y lo imitó, las alas se movieron ante su pensamiento y levantó vuelo a escasos metros del suelo, asustando a algunos aldeanos que estaban cerca.

Se elevó torpemente ante los gritos que comenzaron a perderse en la distancia.

 

….¡Estoy vivo!... Sonrió nervioso y luego agitó su cabeza en negación, tenía una oportunidad y pensaba aprovecharla.

Ante su vista vio un lejano bosque que comenzaba a un costado de la pequeña ciudad portuaria, dado que el sol estaba en su cenit, y al no poder deducir que dirección tomar optó por ir a allí, sería más difícil de encontrarlo si se ocultaba en su espesura. No sabía que es lo que lo esperaba más adelante pero debía ser fuerte si quería vivir, y si podía encontrar de nuevo el camino a su reino y volver a ver a los suyos...¡Espérame, Naruto!… Los bruscos aleteos cambiaron a otros más apresurados, la espalda comenzaba a doler, pero tomó todo el aire de sus pulmones y se concentró en mover las alas en esa dirección….¡Lo lograré!…

 

 

Estaba agotado y cayó en un claro.

 

La suave y espesa hierva sirvió de amortiguador, aun el sonido de los latidos en sus oídos resonaban fuerte por lo vivido.

Se sentó adolorido  por el esfuerzo anterior, el viento de frente meció sus largos mechones junto a las altas hierbas revelándole que el bosque estaba ante sus ojos, debía entrar en él y perderles el rastro, se levantó y dio un par de pasos cautelosos arrastrando las alas que comenzaron a dolerle,  tropezó con la sábana ensangrentada y sucia, viéndose a sí mismo y recordando su pudor se envolvió en ella, buscó limpiarse un poco la sangre salpicada en los brazos arrancando la alta hierba y frotándola por su piel.

No pasó mucho tiempo cuando escuchó ladridos y voces lejanas. Se tensó.

¿Lo estaban persiguiendo?

El miedo lo invadió, los ladridos se hacían más fuertes, comenzó a sollozar. ¿Es que no lo dejarían en paz?

Naruto… trataba de decir su nombre con labios temblorosos pero su boca no emitía el mismo sonido.

…¿Por qué?...se sentía perdido, física y emocionalmente ¿cuánto tiempo podría durar en un lugar desconocido para él? trató de volver a levantarse pero esas alas le impidieron hacerlo, era como si todo el cansancio lo invadiera, el usarlas por primera vez y por ese lapso de tiempo tuvo consecuencias. No pudo más que acurrucarse en el suelo para esconderse y rogar porque esa gente no lo encontrara…ayuda…suplicó mentalmente.

 El viento que mecía el pastizal ondulante, cambió de dirección. Se hizo más fuerte. Sasuke se dio cuenta de ello pues ahora soplaba a sus espaldas como queriendo empujarle a avanzar. Un poco animado ante la idea se arrastró entre el verde y llego al comienzo del bosque. Los primeros árboles eran medianos, se apoyó con mucho esfuerzo en uno de ellos y se incorporó lentamente viendo su inmensa espesura. Un escalofrió recorrió su espalda, ver hacia el interior le daba mala espina, nunca estuvo en un lugar tan sombrío, oyó esos gritos lejanos que se hacían más notables, tomó aire y lo soltó en un intento de calmarse…Por favor…le habló mentalmente a sus piernas que temblaban para darse valor y dio el primer paso adentrándose. 

 

—¡Debe haber caído por aquí!— Dijo un hombre corpulento sobre un caballo aún más grande que el promedio.

— ¡Seguro entró al bosque!—gritó un hombre con arañuelas producto de la bebida en su cara, sujetaba a dos sabuesos que ladraban frenéticamente.

— ¡Cacémosle!—los demás gritaron con entusiasmo, la promesa del rey era que si traían la cabeza del demonio, obtendrían una jugosa recompensa.

 

 

El lugar era silencioso.

Sasuke comenzó a caminar más a prisa lastimándose la cara con algunas ramas bajas  y raspándose las piernas con el alto y duro pasto, tenía sed y hambre, pero el miedo de ser encontrado dejaba esas necesidades postergadas, estuvo corriendo un buen rato, pero ahora estaba cansándose y más si tenía que llevar esas alas en su espalda, dio un mal paso y cayó rodando por una espinada ladera escondida por las hojas y enredaderas, las alas lo envolvieron protegiéndolo de los golpes, aunque el dolor en ellas por ser parte de su cuerpo fue igual de intenso.

Abrió sus ojos cuando creyó que dejó de rodar y luego de separar sus alas contempló con maravilla el rio que burbujeaba cerca de él. Levantó la vista hacia donde el lugar que creyó caer. Espero un tiempo tratando de oír algún indicio de que lo siguieran, pero solo oyó el sonido de las hojas de los árboles agitarse y el rugir del agua contra algunas rocas.  Una sensación de alivio lo invadió y con eso en mente gateó hasta la orilla y bebió del agua cristalina. Suspiró satisfecho luego de saciarse. Sentado en el borde de la parte mansa del rio miró hacia arriba protegiéndose con la mano del sol y no vio ninguna nube amenazante.

Ahora estaba indeciso, ¿qué hacer?, ¿hacia dónde ir?. Observó su propio reflejo en el agua, tenía cabello más largo casi hasta la cintura y de color azul-celeste, se tocó los mechones intentando arreglarse, su piel era grisácea, frunció el ceño al verse con una extraña cruz negra en su nariz y notar sus labios algo más oscuros, al menos sus ojos no habían cambiado, se lavó la cara en un intento de quitarse la apariencia y suspiró resignado al no lograrlo después de muchas lavadas. …¿Cómo regreso a ser yo?...

Se quedó en el mismo sitio pensando como deshacerse de esta maldición, sería un peligro para su gente, si alguien lo viera, reaccionaria como lo hicieron los hombres de ese rey, pero si lograba llegar con su hermano, seguro lo protegería y Naruto también. ….No tiene caso preocuparse por algo que no ocurre… negó algo inquieto. Necesitaba despejarse y ver el agua tan clara lo animó, se quitó las sandalias sucias y las puso a un lado, afuera la sabana, como así el vestido semi-roto, y con las ropas en su brazo dispuesto a lavarlas y lavarse ingresó dando saltitos al agua que lo recibió fría, aliviándole las pequeñas heridas.

 

 

De cuclillas y escondiendo su cuerpo bajo el agua fría contemplaba con ojos curiosos a una familia de conejos que corrían en la vegetación perdiéndose más a lo lejos, su estómago rugió y se avergonzó. Había permanecido mucho tiempo en el agua, sus ropas algo limpias estaban en las rocas y se veían secas. La tarde llegaba y luego de salir y vestirse caminó hacia la puesta del sol. Se restregaba las manos nerviosas bordeando la orilla del rio, no había pensado como pasar la noche en él….¿Cómo consigo algo de comer?…escuchó el canto de los pájaros que se reunían para pasar la noche…¿Habrá bestias?...pensó angustiado mientras veía el sol esconderse. Se detuvo al instante y su cara esbozó una sonrisa, olvidando lo anterior al ver un pequeño árbol de manzanas con sus frutos rojos colgando de sus ramas. Se acercó y estiró su mano izquierda para tomar una fruta cercana, pero al hacerlo notó algo en su palma. Ofuscado se observó detenidamente. Eso no estaba antes.

En la palma de su mano izquierda había una marca pequeña.

…Una… luna ….¿creciente?

 

“Cuando veas en tu cuerpo la marca de una luna creciente, sabrás que tendrás uno”

 

Abrió sus ojos de par en par y las lágrimas comenzaron a caer copiosamente, se llevó la otra mano a la boca, escondiendo el jadeo por la sorpresa.

…¡Seré!…

En su pecho los latidos aumentaron tanto que creyó que su corazón deseaba escapar de su encierro.

…¡¡Voy a tener!!…

En algún lugar del bosque se escuchó un imperioso graznido, varios pájaros aletearon saliendo de sus escondites.

 

 

 

 

Kakashi divisó a lo lejos el humo de las primeras casas, no faltaba mucho para llegar a la ciudad del sur. El obligar a los caballos a una larga carrera no era lo mejor pero se aseguraron de llevar a varios caballos de recambio. Aun así todos llegarían exhaustos, tendría que idear un plan para dar con su príncipe sin parecer desesperado. Negó entristecido, aunque llegaran, aquellos hombres tal vez ya hayan partido. La esperanza que aún le quedaba era que pudieran dar con alguna pista sobre su destino final. Y entonces aunque viajara él solo, no se detendría hasta recuperar a la pequeña y frágil joya del reino, y mataría a cualquiera que intentara o haya siquiera dañado su investidura.

 

 

 

—¡Akamaru!—el mensajero trató en vano de llamarlo, pero el perro dio un par de ladridos altos y se internó en el bosque lindero.

—¿Qué le pasa-ttebayo?—Naruto algo cansado vio al dueño detenerse con su caballo, volteó a ver que el grupo de Kakashi continuaba su marcha.

—¡Olfateó algo! ¡Ven aquí, Akamaru!—gritó Inuzuka algo molesto, el perro lo miró por un momento y luego de ladrar otro par de veces desapareció entre los pastizales, siendo visible la cola, Naruto vio el bosque, se veía muy viejo, como un rayo el nombre de Sasuke le vino a la mente, y sin dudar siguió al perro ante la voz de desconcierto del mensajero. Shikamaru que vio la acción de Naruto a lo lejos, suspiró y dio vuelta su caballo. No era bueno que un hombre, quien quiera que sea se internara en un lugar desconocido.

 

El caballo de Naruto trotaba y luego de seguirlo por un buen trecho, recibiendo en el camino un par de golpes de ramas, alcanzó al perro que se detuvo a olfatear el lecho de un rio, luego dio otro par de ladridos y corrió por su borde, el rubio lo observó dudoso,.. ¿A dónde va-ttebayo?...ya dudaba en seguirlo, pero el ladrido dirigido a él, lo sacó de sus dudas, el perro había llegado a su lado y ladraba eufórico, luego volvió a emprender el camino yendo y viniendo como queriéndole decir que lo siguiera no importa el qué.—¡Bien, bien! —dijo y espoleó a su caballo para continuar. El perro ladró feliz ante su respuesta.

 

 

Ya la oscuridad se hizo presente en el bosque y a Naruto le era difícil enfocar la vista. Las altas copas de los arboles cerraban el paso de los rayos de sol del atardecer. No tuvo más remedio que detener a Kyuubi ante la insistencia del can que saltaba a su alrededor y se bajó a buscar de entre los bolsos un farol.

 

Sasuke había subido a una rama gruesa. Le costó con las alas tras su espalda. No estaba muy alto y se aferró silencioso a su tronco, había escuchado unos ladridos acercarse en su dirección.

Y temblaba, más de miedo que de frio. Temía de aquello que estuviera cerca, rogaba porque solo fuera un aldeano en busca de alguno de sus animales perdidos. De pronto vio una luz. Asomó su cara y lo vio, a varios metros de él un hombre bajaba de un caballo y un perro saltaba a su alrededor. Su cabello era rubio, igual que la luz dorada….Naruto… pensó alegre ante la idea… ¿Eres tú?.. Debería acercarse con cautela para comprobarlo. Bajó torpemente del árbol y caminó a paso lento, mirando a su alrededor, buscando si habían más personas. El perro lo vio y ladró un par de veces luego se sentó mirando en su dirección. Sasuke se escondió en un tronco cercano dejando ver medio cuerpo. Naruto giró su cara confundido por la reacción del can y entonces lo vio.

Sasuke dejó caer un par de lágrimas de felicidad, ahí estaba Naruto, él lo había buscado, él lo había encontrado, salió de su escondite y corrió a abrazarlo, quería gritarle que iban a ser padres, que de ahora en más se cuidaría el doble, que Itachi tendría un sobrino. Le pediría a la señora Tsunade su bendición para el embarazo.

Naruto lo vio y cambio su expresión a una seria y decidida, se acercó a él con grandes zancadas.

Sasuke se detuvo al ver horrorizado que su amado sacaba su espada de la funda de la cintura y la blandía a medida que comenzaba a acercarse con ojos fieros.

Se petrificó por la absurda imagen que corría en su dirección aproximándose más y más…¿Qué?...apenas logró procesarlo, se llevó sus manos al vientre por instinto y lo apretó con fuerzas, Naruto levantó la espada sobre su cabeza dispuesto a darle el golpe mortal ni bien lo tuviera a su alcance, Sasuke buscó con ojos aterrados el error, que ese hombre alto y rubio no era Naruto , él seguramente estaría buscándolo desesperadamente, ese hombre delante  que se acercaba no era él, no era su usuratonkachi, quería hacerle daño a él y a su hijo o hija.

….¡No!¡ Naruto!..., pero su voz no era nada, estaba muerta, casi con espeluznante  fascinación vio  cómo su amado se plantaba en frente suyo y en veloz movimiento comenzaba  a asestar  el golpe que sin duda lo destrozaría, pero que él veía muy lentamente. Le miró directamente a los ojos, esos ojos color cielo que tenían decisión, y pedían verle muerto.

…¿Por qué me odias Naruto?...

…Si yo te amo…

 

—…¡¡¡NO LO HAGAS NARUTOOO!!... lo gritó ahogado, pero no se oyó, en vez de eso un sonido estridente salió de sus labios, un ruido de mil pájaros trinando, la onda de sonido golpeó el cuerpo de un Naruto confundido y lo arrojó a varios metros de él.

Entonces se dio cuenta de algo, Naruto lo atacó por su apariencia, él lo vio como un monstruo, un demonio de los bosques.

 

 

 

Notas finales:

Este fué un capitulito larguito ¡Bien,gente!, ¡nos leemos en la proxima actualizacion! ¡Chaucito y portense bien!:3


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