Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Miraculous: Lordbug & Chat Noir por Discord Di Vongola Arcobaleno

[Reviews - 44]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Perdón por la demora!

-Vi que todos ustedes hicieron un gran trabajo la última noche de tarea. – dijo la maestra mientras Alya sacaba un par de tijeras y la fotografía de Lordbug.

La de lentes recortó el rostro del personaje y paso su ojo por el para mover en dirección a sus compañeros de asientos superiores.

-Solo quería decirles que todos han mejorado drásticamente.

Paso la imagen por donde estaba el rostro de Kim y luego el del chico moreno de lentes a su lado, Max.

-Espero que no sea una exageración pensar que lo mismo ocurrirá en la tarea de hoy.

Bajo la imagen para toparse accidentalmente con Chloe quien señalaba hacia su lado izquierdo con una sonrisa burlona y arrogante, Alya siguió el camino para ver como la maestra le miraba extrañada.

La morena, al verse descubierta bajo la imagen del héroe de París y la oculto dentro de su cuaderno.

-¿Mariette aún está en el baño? – le preguntó la maestra.

-No lo sé. – respondió mientras el timbre sonaba.

-¡Muy bien! – llamó la atención la maestra mientras todos comenzaban a guardar con clama sus útiles. – Para la tarea de hoy deben leer el capítulo 3 “El milenio después de la fundación de Francia”

La mujer pelirroja les entregó a todos las hojas blancas, a Adrien, a Chloe quien se la dejó a Sabrina, a Nino y de dirigió al asiento de la de lentes con su peliazul amigo en el trayecto.

-Asegúrense de contestar las preguntas al reverso de la página. – dijo mientras le daba su hoja a Alya con otra de más. – Asegúrate de entregarle la tarea a Mariette cuando lo veas.

Solo pudo asentir ante el pedido.

Ya afuera del salón de clases Alya sacó su celular y llamó a su mejor amigo.

-¡Has llamado a Mariette! – dijo la contestadora con el tono de voz de su amigo. – Por favor, deja tu mensaje. ¡BEEP!

Alya, preocupada y algo confundida decidió buscar a su amigo por la escuela.

Se acercó a un chico robusto con cara de antipático.

-Oye, Iván. – le llamó. – ¿Podrías hacerme un favor?

-¿Cuál? – preguntó el muchacho.

-Ando buscando a Mariette. – informó. – ¿Podrías entrar al baño de chicos para ver si está ahí?

-Vale, ya vuelvo. – contestó el chico. No es como si tuviera otra cosa que hacer.

Pasaron unos segundos cuando Alya vio como volvía Iván, solo.

-No se encontraba nadie allí. – le dijo.

-Ehm, bueno… gracias de todos modos. – agradeció la de lentes mientras se alejaba. – Hasta luego.

-Adiós. – despidió igualmente el robusto.

Pasó caminando por la cancha junto a algunos compañeros.

-¿Han visto a Mariette? – preguntó a Juleka y Rose.

Su ceño fruncido por la preocupación era evidente.

-No. – negaron ambas.

Cansada de no encontrar a su amigo por ningún lugar se puso su mochila azul y agarro la, irónicamente mochila rosa de su amigo. Iba a salir de la escuela pasando por los casilleros cuando en eso nota a Chloe quien sacaba sospechosamente algo de su casillero. Se ocultó para abrir los ojos con increíble sorpresa. Del casillero de la rubia oxigenada, esta sacaba un antifaz rojo de lunares negro al igual que un yoyo del mismo estampado para guardarlos cuidadosamente en su caro bolso.

No podía ser cierto ¿verdad? ¿Chloe era Lordbug? ¡Pero ella era una chica y Lordbug un hombre! Aunque si fuera una chica eso explicaría las anchas caderas del héroe ojiazul al igual que su delgada cintura y menuda llena de curvas, además de que Chloe, al igual que Lordbug estaban tan planos como una tabla.

Tal vez si tengas algo de parecido después de todo.

Chloe cerró su casillero al igual que su bolso y salió corriendo ignorando la penetrante mirada de la Césaire en su persona.

-¿Será Lordbug? – se preguntó en un murmulló mientras le seguía el paso.

Lo último que vio de ella fue su espalda que se introdujo en una limosina blanca y que arrancó de inmediato.

Decidida, Alya sacó su celular y lo colocó contra su oreja.

-¡Mariette! – dijo. – ¡Tengo algo importante que decirte, llámame!

Inmediatamente cuando acabo de decir su mensaje, quien sabe si fue una coincidencia, una obra del destino o su día de mala suerte (para él) pero Nino apareció quien su único plan era caminar de regreso a casa pero su plan fue evitado por la chica de lentes quien le tomó de la muñeca.

-¡Espera un segundo, Nino!

-¿Por qué? – pregunto con aquella sonrisa relajada que tanto le caracterizaba.

-¡Solo sígueme! – le gritó mientras salía corriendo levándose al de gorra roja. - ¡Dame tu mano!

Así siguieron avanzando hasta llegar a una banca verde donde una vez que se alejaron unas palomas ellos se sentaron en ella. Alya dejo a su lado derecho la mochila de su amigo mientras sacaba su celular.

-¿Qué suced-? – intentó preguntar el castaño para ser silenciado por un dedo de la más baja.

-¡Has llamado a Mariette! – Y Alya se decepcionó nuevamente. – Por favor, deja tu mensaje. ¡BEEP!

-Odio cuando hace eso. – dijo para sí misma la de lentes. - ¡Desaparece por horas y no regresa mis llamadas!

-¿Verdad? Adrien también hace lo mismo. – comentó Nino. – Pero con su padre siendo tan estricto y todo eso no me sorprende.

EL celular de la de lentes sonó, lo levantó para dejar ver la imagen de una mujer de cortos cabellos vinos con un micrófono.

-Una vez más, Lordbug y Chat Noir detuvieron a los criminales y rescataron a los ciudadanos de París. – dijo la presentadora para dejar ver la imagen del héroe de rojo saludar algo nervioso pero sonriente al público y las cámaras.

Alya frunció el ceño al ver el yo-yo que estaba en la mano del chico peliazul que saluda.

Un yo-yo rojo con cinco puntos.

Igual que el que Chloe metió en su bolso.

-¡Lo sabía! – exclamó la de lentes, agarrando la mochila de su amigo y sacando algo de ella. – ¡Nino! ¡Creo que ya sé quién es Lordbug!

Sacó una tableta para recargar en ella una hoja amarilla cuadrada mientras comenzaba a escribir algo.

-Chloe. – le susurró en la oreja al moreno.

Alya se alejó emocionada para presenciar la posible mirada de asombro de su compañero pero frunció el ceño e hizo un puchero cuando este solo comenzó a carcajearse.

-¿¡Chloe!? ¿¡Es una broma!? – preguntó el moreno más que divertido, intentando evitar seguir riéndose en vano. – ¿¡La chica narcisista y millonaria es un súper héroe!? ¿¡Estás segura!? ¡Porqué que yo recuerde Lordbug es un chico!

Frustrada, Alya guardo la tableta en la mochila de su amigo y la cerró.

-No sabes nada. – le dijo mientras se levantaba y salía de ahí con Nino siguiéndole el paso. – Es mejor que veas para creer.

Mientras tanto, por los techos de París se encontraba saltando y corriendo el ya mencionado héroe peliazul. Siguió con marometas para utilizar su yo-yo, balancearse por las calladas calles de ese hermoso día en París y ocultarse tras un enunciado. Después de que una luz rosada saliera de atrás del enunciado no salió el famoso héroe de París que todos conocemos, sino que salió un chico común de cabellos azulados y ojos cielo quien caminaba naturalmente.

-El tiempo cuando salvas vidas, ¿verdad? – comentó Tikki desde el bolso blanco de Mariette. – ¡Ya es mediodía!

-Lo sé. – dijo cansado. – Y tuve que perder mi última clase, espero que no haya pasado nada importante.

-Demasiadas cosas han ocurrido últimamente. – comentó nuevamente la Kwami. – Estoy tan cansada que creo que podría tener caspa.

-Pero tú no tienes cabello. – dijo divertido el peliazul para abrir la puerta de la panadería y entrar.

-Alya trajo tu bolso, cariño. – dijo la mujer peliazul, entregándole el bolso rosado a su hijo quien acababa de bostezar.

-Hola, mamá. – saludo.

-últimamente has estado tan fuera de ti mismo. – dijo la Sabine. – Quizás sería bueno que salgas a hacer ejercicio y tomes un poco de aire fresco.

-Sí, sí… – dijo Mariette para darle un beso en la mejilla a su madre y adentrarse más a la panadería. – Tal vez más tarde.

Ni pensarlo. Ya tenía más que el ejercicio y aire fresco suficiente para hacer movimientos y ataques inhumanos a sus contrincantes Akumanizados. Lo que necesitaba en verdad era un descanso de su vida.

-Lordbug salva al mundo del mal. – dijo el peliazul una vez que se sentó en su silla de ruedas rosa, sacaba su tableta y miraba a Tikki. – Pero ¿Quién salva a Mariette de las tareas?

Volteó a ver su tableta para sorprenderse al ver una de esas notas amarillas de recordatorio en ella para agarrarla. 

-¿Qué? – soltó extrañado. – “Llámame. ¿¡Ya se quién es Lordbug!?

-¡No puede ser! – exclmó una preocupada Tikki. - ¿De verdad lo sabe?

-Estoy seguro que no. – dijo Mariette, intentando tranquilizar a la Kwami. – Ya sabes cómo es Alya, es experta en tomarse las cosas muy seriamente.

-¿Pero qué pasa si de verdad sabe quién es? – preguntó la pequeña.

-No te preocupes, Tikki. – dijo sacando su celular y llamando a su mejor amiga. – Yo me encargo de ella.

Pero la llamada no se pudo realizar.

-No hay señal. – notificó el peliazul.

Mariette salió al balcón con el celular en lo más alto que su brazo lograba estirar pero ni así había señal, se acercó a donde estaba el Wi-fi pero seguía sin señal, no fue hasta que un hombre de pantalones de mezclilla y chaqueta que estaba trabajando con algunos cables reparó en su presencia.

-Estamos actualizando el servicio así que por eso no hay señal. – informó al joven. – Nos tomará una hora más o menos.

-Está bien, Mariette, puedes llamarla más tarde. – dijo Tikki. – Ahora tienes que hacer la tarea.

El chico suspiró mientras volvía a entrar a su casa, adentrarse en su habitación y sentarse con desgano en la silla con ruedas. Encendió la tableta y comenzó a hacer su trabajo mientras sacaba la lengua, concentrado.

Tan pero tan concentrado que no notó cuando se hizo de noche…

Pero una vez que pasaron las horas y comenzó un nuevo día, en frente de la escuela que ya todos conocemos bien estaba estacionándose una limosina blanca por donde bajo una rubia oxigenada gracias a que Sarbina le abrió la puerta.

-Hola a todos. – dijo mientras le dejaba su bolso a la pelinaranja y avanzaba hacia la escuela como si fuera alguna celebridad. – Te ves adorable. No, tú no. ¿Qué piensas que es? ¿Halloween?

-¿Qué acaso no puedes verla? – le preguntó Nino a la de lentes mientras ambos miraban con disimulo a la hija del alcalde. – Si Chloe es Lordbug yo soy el Mago de Oz.

-Ella es Lordbug. – declaró.

-¿Tienes pruebas? – preguntó.

Pero la única respuesta que tuvo es a Alya jalándole de la camisa, incluyéndolo en su misión.

Mientras tanto, unos adormilados Mariette y Tikki abrían con pereza los ojos con el humano recargado en el escritorio al igual que la Kwami.

-¿Qué hora es? – preguntó la criaturita, aún cansada.

-Está bien… – dijo Mariette, prendiendo su tableta con lentitud. – Las clases comienzan en…

Oh, no.

-¿¡HACE UNA HORA!?

Mientras tanto, Alya quien vigilaba como Chloe hurgaba cosas en su casillero se volteó para tomar a Nino de las mejillas y acercándolo peligrosamente a su rostro que, a pesar de los lentes de ambos, el moreno no pudo evitar notar la mirada decidida y que prometía venganza si no cumplía con su misión que ordenaba su compañera.

-Conoces tus líneas. No falles.

Fue lo único que le dijo para empujarlo en dirección a la rubia oxigenada logrando chocar con el casillero a lado de ella. Chloe volteó a ver al de camisa azul extrañada y este solo atinó a sonreír nervioso para recargarse en los casilleros intentando tener una pose y aspecto “cool”

-¡Oh, mira! – exclamó el moreno, señalando la ventana. – ¡Es Lordbug!

La rubia volteó a ver la ventana pero volvió a dirigir su mirada a Nino cuando se dio cuenta que lo único que había era el cielo azul.

-¿Qué planeas haciendo esto? – le preguntó la perra.

-Oh… ¿Viste a Lordbug ayer? Él es realmente genial – dijo el moreno, invadiendo el espacio de la rubia. – Siento curiosidad por saber cuál es su verdadera identidad.

Chloe levantó el brazo y le empujo, lejos de ella.

-¿Acaso no dormiste lo suficiente? – le preguntó sin notar como Alya se acercaba a ellos sigilosamente. – Escupiendo palabras como idiota tan temprano.

Y fue así como la morena de lentes alcanzó a tomarle una foto al casillero de la rubia oxigenada con su celular.

-¡Chloe! – gritó Sabrina.

Y casi se salía con la suya…

-¡Alya trata de husmear en tu casillero!

Si no hubiera sido por esa pelinaranja de mierda…

-¡Cómo te atreves! – exclamó, intentando parecer inocente. - ¡Jamás haría algo así!

Pero, sin darse cuenta al igual que Chloe con ella, Kim avanzó a hurtadillas hasta ella para quitarle el celular y alzarlo en alto como evidencia de las mentiras de Césaire.

-¡Hey! – exclamó, intentando alcanzar su teléfono como niña pequeña. – ¡Dame eso!

Chloe se acercó a ambos de piel morena para tomar el celular de Alya que Kim le estaba ofreciendo. Ella revisó las imágenes para mostrarles a los tres presentes una foto de ella de espaldas cerca de su casillero abierto.

-Niega esto, perdedora. – dijo la piche rubia.

-¡Director! – gritó innecesariamente Chloe una vez que estuvieron en la oficina del mencionado. – ¡Ella violó mi espacio! ¡Tengo pruebas!

Así, frente al barbudo directo estaban ambas chicas, por un lado estaba la morena de lentes sentada en aquellos grandes y mullidos asientos, sola y por el otro estaba sentada en una silla igual estaba la rubia oxigenada con Kim y Sabrina como testigos a su espalda.

-¡Yo solo estaba tomando una fotografía! – se excusó la castaña ante su teléfono en el escritorio del director.

-Lo lamento, Chloe. – dijo el mayor. – Pero esta escuela no se hace responsable por tales… derechos.

-¡Entonces castíguela por allanamiento! – exclamó de manera chillona.

-¿Y que se supone que allané? – defendió su caso Alya.

-No robaste nada, ¿verdad? – le preguntó el director.

-¡Ella robó el derecho a mi privacidad! – volvió a hacer escandalo la rubia. – ¡Mi casillero es mi jardín de los secretos, pero ella intentó ver dentro de él sin mi consentimiento! ¿¡Acaso no se preocupa por esta pobre y frágil alma!?

Y se tiró a los brazos de Kim a llorar falsamente, ganándose miradas de desaprobación de ambos adolescentes del lado de Chloe.

-Alya, tendrás que presentarte a detención luego de la escuela. – dijo el director.

Y Chloe sonrió con satisfacción y de manera burlesca en los brazos de Kim. Eso no bastaba, quería hacerla sufrir.

-¿¡Acaso escuche bien!? – cuestionó, nuevamente indignada la puta de Chloe. – ¿¡Tiene sentido para usted solo la castigue una hora!? ¿¡ALGUIEN QUE COMETIÓ UN CRÍMEN TAN ATROZ!? ¡Sabrina!

 

 

La mencionada paso al frente para levantar unas hojas y poner una sonrisa confiada en sus labios.

-Busqué en el reglamento de la escuela y el robo se sanciona con una semana se suspensión. – declaró.

-Pero esto difícilmente puede ser considerado un robo. – dijo el director.

-Me preguntó si mi padre estará de acuerdo... – se cuestionó la perra de Chloe, ya con celular en la mano.

-Chloe. – dijo apresurado el director, obviamente nervioso. – Esto no es algo en lo que deberías involucrar a tu padre. Él debe estar muy ocupado en estos momentos.

Y, como la piche puta que es, la rubia oxigenada miro con inferioridad al hombre barbudo para marcar el número de su padre.

-Quiero decir… – dijo a duras penas el director. – Te suspenderé una semana.

Chloe colgó.

-¡Es tan injusto! – exclamó Alya. – ¡Publicaré sobre esto en el sitio web de la escuela!

El director volteó a ver a la rubia.

Esta movió amenazadoramente su celular.

Suspiró cansado.

No volvería a votar por aquel señor que solo tenía ojos para su egocéntrica hija.

-Quizás las personas que manejan el sitio web deban tomarse un pequeño descanso…

-¿Y las personas la tiene a ella como heroína? – se preguntó Alya, viendo a la chica que, si pudiera, mataría mínimo una vez. – ¡No en mi sano juicio!

La morena tomó su celular con rabia e irse de aquella oficina a pisotones. En eso, una ventana inmensa se abría, dando paso a la iluminación de aquella habitación de ubicación desconocida, por lo que dejo ver muchísimas mariposas blancas volando por todo el lugar, y en el centro se encontraba la figura de un hombre mayor, enmascarado, mirando por dónde provenía la luz.

-La escuela es un lugar interesante, No existe mejor laboratorio de ciencias.  – dijo Hawkmoth. – Es como un tubo de ensayo lleno de experimentos que crean mentiras y traiciones… perfectos para mis Akumas.

Extendió su brazo al igual que su mano dando a presenciar sobre la palma de esta una pequeña mariposa blanca. Extendió esta vez su otra mano disponible para cubrirla entre ambas palmas sin realizar verdadera presión. Una vez hecha esta acción unas manchas negras aparecieron a los lados de esta, escabulléndose entre las manos a través de los dedos. Para cuando Hawkmoth levantó la mano la mariposa blanca se había convertido en una mariposa negra con brillos morados.

-Vuela, mi querida Akuma. – dijo el enmascarado. – Posee a esa chica.

Así, la susodicha voló por los aires para salir por la ventana en busca de la nueva víctima de su dueño, perdiéndose de paso por las calles de París.

En esos momentos se encontraba Marientte corriendo a la escuela con desespero.

-¿¡Qué debo hacer!? – se preguntó alarmado sin dejar de moverse. – ¡Es muy tarde!

Corrió y corrió hasta entrar a la escuela y subir por las escaleras del lugar, siendo la misma acción de la Césaire solo que esta lo hacía en dirección opuesta. Una vez que la de lentes llegó al suelo corrió para salir de la escuela. Aun así, una vez fuera no dejó de correr, siguió su huida hasta que sus pies la condujeron al lado del río donde después de bajar unas escaleras se sentó en el suelo abrazando sus rodillas. Jadeo por la corrida pero cuando su respiración se normalizó sacó su celular y llamó a Mariette.

-¡Has llamado a Mariette! Por favor, deja tu mensaje. ¡BEEP!

Alya bajó la mirada con tristeza, mientras su frente estaba sobre sus rodillas y su celular era sostenido por su mano derecha. Sin que se diera cuenta, una pequeña y aparentemente inofensiva mariposa negra con brillos morados que se introdujo dentro del celular de la de lentes aprovechando su distracción al sollozar.

-Lady Wi-fi. – llamó Hawkmoth a la morena. – Intentas descubrir la identidad del Miraculous Lordbug, ¿no? Puedo ayudarte con eso, solo si me das lo que buscó.

-Jamás olvidaré a aquellos que ocultan la verdad con mentiras. – declaró Césaire. – Lo haré.

Y así Alya se levantó mientras el poder del Akuma la rodeaba.

Mientras tanto, el peliazul entró a hurtadillas al salón sin que la maestra se diera cuenta para sentarse en su lugar de siempre pero de paso notó algo extraño. La ausencia de su amiga.

Se inclinó de su asiento hacía adelante y toco el hombro del moreno frente a él para llamar su atención.

-¿Dónde está Alya? – le preguntó en un susurro.

-La suspendieron. – le respondió Nino de la misma manera.

-¿¡QUÉ!?

¡Mariette! – llamó la profesora, dándose la vuelta y volteando a ver a su alumno. – ¡Si llegas tarde entonces quédate tranquilo!

-Lo siento. – se disculpó, bajando la cabeza.

Pero, insistente, volvió a tocar el hombro de su compañero.

-¿Qué ocurrió? – le preguntó.

-Ella husmeó en el casillero de Chloe, bueno, el casillero de Lordbug. – respondió Nino.

-¿¡QUÉ!?

-¡Es suficiente, Mariette! – declaró la maestra. – ¡Ve a la oficina del director en este momento!

Y, sin refutar, el joven de ojos azules tomó su maleta rosada para alejarse de ahí.

-¿De qué estás hablando, Nino? – preguntó Adrien mientras el Dupain-Cheng salía del sakón con la cabeza baja,

Si algo incluía a su amado Lordbug, él también estaba involucrado.

-Tal y como lo oíste. – dijo el de gorra a su amigo. – Alya piensa que Chloe es Lordbug, ¿puedes creerlo?

-¿¡QUÉ!?

-¡Es suficiente, Mariette! – regaño la profesora. – ¡Ve a la oficina del director en este momento!

Sin refutar, el peliazul tomó su mochila rosada y caminó desanimado hacia la puerta.

-¿De qué estás hablando, Nino?

-Tal y como lo oíste. – le dijo el otro. – Alya piensa que Chloe es Lordbug. ¿Puedes creerlo? Ni siquiera son del mismo género.

Pero eso no evitó queque, sorprendido, girara el rostro para ver a la rubia a su lado quien le guiño el ojo con coquetería. Adrien frunció el ceño. Ella no podía ser su Lordbug, ya que además de que él era un chico tenía una corta y suave cabellera azulada diferencia de los brillantes cabellos rubios e imperceptiblemente arruinados de Chloe por el exceso de cosméticos. Ambos eran completamente diferentes. Mientras el héroe es dulce, amable, valiente justo, Chloe… Chloe es todo lo contrario empeorado por 50. También, estaba el hecho de que la blonda siempre coqueteaba con él, pero, si fuera Lordbug en realidad no tendría que hacerlo ya que el héroe ya tenía a Chat Noir, y Lordbug nunca le sería infiel…

¿Verdad?

Mariette caminó con desgano hasta la oficina del director y una vez frente a la puerta de este la golpeo ligeramente.

-¿Director? – llamó.

Al no conseguir respuesta abrió la puerta y pasó por ella.

-Director. – volvió a llamar.

Pero sus ojos se abrieron como platos al ver a su barbudo director petrificado con los ojos abiertos con terror y el brazo alzado, como si quisiera evitar algo en su dirección. Se acercó a él poniéndose frente al escritorio y movió su mano intentando ver señales de vida. Y fue ahí donde un video que apareció al lado del escritorio le llamó la atención.

Dicho video tenía como protagonista a una chica de piel morena y cabellos castaños con un antifaz morado oscuro con ropa del mismo color, guantes blancos y el signo de Wi-Fi brillando en su pecho junto con un celular sobre su enguantada mano derecha.

-Mi nombre es Lady Wi-fi. – informó la castaña. – Soy la reoortera de verdad.

El salón de clases al que pertenecía el Dupain-Cheng miró con sorpresa la imagen de la Akumanizada en el pizarrón debido al proyector.

-Así que díganos, director. – dijo ella poniendo con total confianza su brazo sobre el hombro del mayor. – ¿Suspendió injustamente a la estudiante Alya esta mañana?

-Si… – aceptó el hombre, bajando la mirada.

-¿Entonces admite que lo que hizo estuvo mal y fue estúpido? – preguntó Lady Wi-fi mientras Mariette observaba con detenimiento el video pre-grabado.

-Si… – dijo el director mientras el peliazul notaba algo en la imagen… – La primera parte…

Un adorno de mariquita que colgaba del celular de la morena.

-Oh, no… - se dijo mirando con horror la pantalla. – Alya…

Abrió su bolso blanco para dejar salir a la pequeña Kwami roja.

-Tikki, necesitamos transformarnos.

-¿Podrás luchas contra tu mejor amiga? – le preguntó, volando a su lado.

-No, no lucharé contra ella. – dijo más que decidido. – Voy a salvarla.

Tikki fue absorbida por los pendientes negros de Mariette los cuales cambiaron a unos color rojo con 5 lunares. Paso sus descubiertas manos por sobre sus ojos y como una suave y rápida caricia movió sus manos hacia arriba, dejando ver un antifaz rojo de 5 lunares sobre el rostro del ojiazul a la vez que levantaba su cabello, dejando al descubierto su blanca frente dejando todos sus cabellos hacia atrás a excepción de dos mechoenes azulados que caían delante de sus orejas. Extendió su brazo con gracia para dejar apreciar como sus camisa negra se convertía en ropa ajustada de color rojo con varios lunares dispersos hasta llegar al antebrazo donde un guante negro cubrió el resto desde abajo del codo hasta la punta de los dedos. En la parte de su tórax sus ropas comunes eran rodeadas por el licra rojo de puntos negros hasta llegar a la cadera donde unos shorts cortos y negros, igualmente de licra, cubrían la pubis del peliazul y el estampado de lunares siguió bajando hasta llegar cerca del tobillo donde se hicieron presentes un par de botas negras y, como último, un yo-yo se amarrara a la cadera del héroe.

-La próxima vez descubriré a la persona detrás de la máscara. – anunció Lady Wi-fi. – Les mostrare quien es en realidad el milagroso Lordbug…

El director alzó el brazo y abrió los ojos con horro al igual que abrió su boca para intentar decir algo pero la Akuma fue más rápida. Pasó su dedo por su celular y lanzó algo al mayor quien se quedó petrificado en su asiento una vez que el signo de pausa brillante y rosada estuvo frente a él.

-Hasta la próxima.

El video acabo.

-¡Esto es muy peligroso! – exclamó la maestra a sus alterados alumnos. – ¡Todos serán despachados a sus casas!

Sin excepción, todos los estudiantes salieron corriendo con sus mochilas y/o maletas ya listas.

-¡No olviden leer el capítulo 4!

Mientras todos huían despavoridos de la escuela, Adrien se metió al baño que, para su suerte, se encontraba vació.

Levantó su camisa blanca para dejar ver al kwami negro que salía de este.

-Si Chloe es mi Lordbug entonces Lady Wi-fi ira tras ella.

-¿Caíste ante Chloe? – preguntó burlón.

Y el Agreste respondió con extender su puño dejando ver aquel anillo blanco que siempre llevaba.

Y aunque intentara escapar, Plagg no pudo evitar el ser succionado por el anillo de Adrien, el cual, cambió de ser blanco y limpio a uno color negros con una patita verde brillante en el centro. El blondo pasó los dedos de la mano con el anillo frente a su rostro dejando que un antifaz negro cubriera sus ojos y el puente de su nariz; abrió los ojos verdes dejando ver como estos eran completamente verdes además de que la pupila se había alargado. Levanto su otra mano y pasó esta por sus cabellos rubios brillantes poniendo un par de orejas negras en lo alto de su cabeza y despeinándose de paso. Extendió ambos brazos viendo como estos eran cubiertos por licra negra hasta llegar a sus manos que fueron cubiertas por un par de guantes negros con largas garras. Un lindo cascabel amarillo se había hecho un lugar en el cuello de las ropas del Agreste mientras su tórax y piernas eran ocultados por el licra negros finalizando con unas botas igualmente negras y una cola de cuero en su espalda baja.

Chat Noir saltó por los techos hasta llegar frente al hogar de su compañera rubia donde sacó su bastón de metal y lo extendió dejando ver una pantalla negra la cual al instante se prendió. Una vez encendido lo levantó en dirección al edificio mostrando la imagen de este en la pantalla del bastón. Hizo un acercamiento para ver por la pantalla una delgada figura roja con lunares negros y antifaz moviéndose tiesamente con un yo-yo rojo de cinco lunares.

-Imposible… – se dijo, quien sabe si con terror, asombro o ambas. – Esto debe ser una broma…

-Hey, gato fisgón. – llamó una voz a su lado que le sorprendió.

Suspiró con alivio.

A su lado estaba su amado.

-Lordbug…

-¿Qué? – le preguntó sonriente al minino. – ¿Realmente pensaste que ella era yo?

El héroe de rojo saco su yoyo y lo abrió para igualmente ver la imagen de la rubia disfrazada de Lordbug… quien lanzó su falso yo-yo y quedó atrapada en ella al punto de caer al suelo.

-Imposible. – dijo, ya más confiado el gatito travieso. – Te reconocería donde fuera.

-Incluso ella notaría la diferencia. – afirmó el peliazul mientras ambos se ponían de pie. – Chloe es solo una fan, podríamos decir que es una cosplayer

-Seguro.

Y mientras ellos miraban a la rubia caída, esta intentaba liberarse de su propia arma… en vano. Pero fue algo que llamó su atención, desde su ostentoso y obviamente caro bolso blanco se escuchaba un timbre. A duras penas llegó a saltos al sillón donde estaba su bolso y lo saco con su mano disponible.

-¿Diga? – respondió

Pero nadie hablaba.

Alejó extrañada el teléfono de su oreja para mirarlo con terror una vez que este empezó a brillar con fuerza.

Asustada, Chloe lanzó su celular lejos de ella, haciendo que callera entre su televisor de plasma y una gran mesita blanca.

El celular cada vez brillaba más y más hasta que de él salió la figura de Lady Wi-fi.

-Buenas tardes, Lordbug. – saludó amablemente para sacar de manera amenazadora su propio celular.

Chloe intentó correr. Se dio la vuelta con el único pensamiento de huir de ahí pero la morena fue más rápida, logrando ponerla en pausa.

-Wi-fi conectado. – dijo Lordbug.

Era tiempo de salvarlas.

Lady Wi-fi utilizó su celular para poner frente a la petrificada cosplayer el ícono de una cámara de video para acercarse a ella y poner su brazo sobre el hombro de ella como lo hizo con el director, sonriendo triunfal a la cámara.

-Por supuesto que sí. Mis predicciones jamás fallan. – anunció la morena.

La imagen de Lady Wi-fi se alzó por los cielos de París al igual que por todas las televisiones.

-Todo el mundo cree que el chico en el traje de insecto es un santo. – dijo la castaña. – Pero ¿Qué pasaría si supieran que Lordbug es…?

Y le quitó la máscara a la rubia.

-Chloe Buorgeois. – anunció con victoria.

Pero algo sorpréndete paso.

Tanto el Chat Noir como el verdadero Lordbug entraron en acción, irrumpiendo en la habitación pateando las puertas de par en par.

Lady Wi-fi con los ojos abiertos de la impresión volteó a ver a la recién capturada Chloe y al otro adolescente de cabellos azules que acababa de entrar.

-¿Quiénes son ustedes? – preguntó acusadoramente.

Ambos héroes intercambiaron miradas. Y mientras el de rojo parecía algo desconcertado, Chat Noir se enderezó y flexionó sus brazos para dejar apreciar sus escasos músculos.

 -¡Pero ella es Lordbug! – exclamó la castaña.

-¡Yo no parezco una chica! – exclamó indignado.

-Hablaremos luego de eso, my Lady. – dijo burlón el gato ante el evidente enojo de su pareja. – Esto llega a ustedes gracias a: Tú transmisión en directo.

-Haré que se arrepientan. – declaró.

Con el movimiento de sus dedos sobre su celular cancelo el signo de pausa y el de la cámara para que no solo el video se acabará, sino que también Chloe quedará libre.

-¡Alya! – intentó llamar Lordbug una vez que la rubia cayó al suelo.

-Alya no está aquí. – declaró nuevamente la morena. – ¡Estén atentos porque Lady Wi-fi se encargará de revelar la identidad de Lordbug!

La Akumatizada disparó al peliazul varios signos de pausa que este esquivó con ayuda de sus reflejos hasta quedar a cierta distancia de su posición original.

-¡Sígueme! – le exclamó a su compañero.

Ambos héroes corrieron en dirección a Lady Wi-fi y una vez frente a ella saltaron cada uno a un lado de la pared para saltar nuevamente tras la villana, esquivando de paso los disparos en su dirección. Abrieron las puertas que la de antifaz blanco intentó cubrir y escaparon por el pasillo; la villana, con prisa pero con rapidez logró disparar al elevador una señal de bloqueo impidiendo abrirlo y dejándoles como única opción al gato y la mariquita el seguir corriendo por el pasillo.

Lograron llegar donde se encontraban las escaleras de emergencia por donde huyeron corriendo hacia abajo.

-¿Qué hacemos ahora? – preguntó el de traje negro tras el peliazul.

-Sus poderes provienen de su teléfono. – explicó. – Así que debemos llevarla a donde no tenga-

-Ah, hacía donde no tenga señal. – entendió rápidamente el blondo sin dejar de correr.

Lady Wi-fi casi logra atrapar al héroe pero este fue más rápido y siguió descendiendo.

La Akumatizada sonreía como gato rizón sin dejar de disparar aquellos signos de pausa, no fue así hasta que un sonidito salió de aquel aparato. Lo levantó para ver mejor lo que ocurría.

Se había ido la señal.

Lordbug y Chat Noir ya esperaban a la nueva Akuma en primer piso con sus respectivas armas afuera listas para atacar.

-¿Estás listo? – le preguntó a su compañero.

-Más que listo, my Lady. – dijo el otro después de lanzarle un guiño.

-¿¡Puedes ver que está ocurriendo!? – le regaño. Aunque en verdad era una excusa para no seguir hablando de eso.

Arriba de las escaleras se escucharon unos pasos ascender con velocidad lo que alertó a Lordbug.

-¡Ella regresó al hotel! – exclamó el peliazul.

Volvieron a las escaleras esta vez para subirlas mientras veían de paso las puertas rojas de salida de emergencia selladas por la imagen de un candado rosado.

-Bloqueó todas las puertas. – dijo Chat.

Siguieron subiendo con prisa.

-No puede ser. – dijo Lordbug sin dejar de correr seguido de su pareja. – ¿Otra vez bloqueada?

Y siguieron ascendiendo…

-Finalmente una abierta. – dijo el gato mientras se quedaba quieto frente a dicha puerta con el de traje rojo.

-¿Listo? – le preguntó. – A las tres. Uno…

Chat movió su pie derecho para atrás mientras levantaba la guardia.

-Dos…

Lordbug se preparó.

-¡Tres!

Exclamó el peliazul para abrir de una buena vez la puerta y encontrarse solamente con lo que parecía un restaurante.

-Eso fue un poco decepcionante. – declaró el rubio.

Lordbug no respondió, simplemente avanzó con su guardia en alto, vigilando cualquier posible anomalía.

-Permanece detrás de mí. – ordenó alerta el más bajo sin dejar de avanzar en dirección a las mesas. – ¿A dónde se habrá metido?

Siguieron caminando hasta la sección donde había varias mesas, todas con un celular en medio de estas.

-¿Por qué hay teléfono en todas las mesas?

Pero no pudo seguir con su analización de aquella recámara ya que una luz fue expulsada por uno de los celulares dejando el poder contemplar a Lady Wi-fi quien, después de una corta risa malvada disparó uno de los signos de pausa hacia los héroes que, para su suerte, lograron esquivar a tiempo. Al igual que los demás que se dedicaron en su dirección, huyendo de aquella parte.

-¿¡Por qué me apuntas a mí!? – exclamó Chat Noir mientras corría y esconderse tras una mesa que volteó para hacerle de escudo. – ¡Creí que ibas tras Lordbug!

Pero, uno de aquellos disparos fue demasiado fuerte, no lo suficiente como para atravesar la madera y golpear al gato pero si como para sacarlo volando y que este chocara contra la pared.

La morena villana sonrió de manera diabólica mientras alzaba su celular pero su plan fue obstruido por un yo-yo rojo con lunares que se amarró a su muñeca derecha. Lordbug intentó jalarla pero esta se teletransportó sobre otra de las mesas y luego a otra y otra…

-Tendrás suerte si consigues tocarme. – declaró la morena.

-¿Quieres apostar? – preguntó el héroe.

Con ayuda de su yo-yo siguió avanzando y golpeando los celulares de las mesas a su alrededor, rompiéndolos.

Uno por uno los celulares se iban acabando al igual que las opciones ara Lady Wi-fi. Y, como único recurso al tener al héroe tan cerca salió corriendo en dirección a la cocina por donde Lordbug le siguió e inmediatamente que puso un pie adentro saltó para esquivar uno de los disparos de la castaña quien cerró la puerta ante dicha acción. Chat Noir intentó entrar pero apenas acababa de notar que las puertas estaban bloqueadas por más que empujo.

-¡No! – gritó para sí mismo. – ¡Aguanta ahí, Lordbug!

El rubio se volteó para sacar su bastón y ver por la pantalla de este las diferentes rutas por las que se podía pasar por el eificio.

-¡Eso es! – dijo al hallar su objetivo. – El elevador de comida.

Y mientras Chat Noir salía del aquel cuarto para dirigirse a dicho elevador, Lordbug acababa de bloquear uno de los disparos de Lady Wi-fi con una sartén.

Al notar que el golpe no le afecto disparó su escudo a la Akumatizada quien esquivo a duras penas. Aprovechando la distracción, el peliazul saltó a uno de los muros contrarios para respaldarse de ahí y lanzarse en dirección a la castaña pero esta logro ser más veloz que el héroe, logrando esquivarlo para que este callera acorralado entre la pared, unas mesas de metal y Lady Wi-fi quien, sin perder la oportunidad disparó aquellos signos de candado desde su celular a las muñecas de Lordbug, imposibilitando el movimiento alguno de ellas por más que se esforzó.

Confiada, Lady Wi-fi volvió a pasar sus dedos sobre la pantalla de su celular, dejando sobre su cabeza la imagen de una cámara de video.

Lordbug solo pudo atinar a abrir los ojos con horror.

-El milagroso Lordbug. ¿Héroe o escarabajo apestoso? – dijo la enmascarada a la pantalla para dejar ver la imagen del héroe atrapado que miraba con los ojos abiertos como platos por la desesperación y el pánico. – ¿Cómo esperas que confiemos en ti si no sabemos quién eres?

Preguntó aquello último con tono cantarín para acercarse a su presa y tomarlo de la barbilla, alzando su rostro evitando que el otro logrará alejar su rostro.

-Tenemos derecho a saberlo. – declaró la morena mientras agarraba con sus dedos el antifaz rojo.

Sin embargo, al intentar quitárselo no podía pues este parecía que se encontraba pegado a la piel de su rostro. Por más que jalaba lo único que lograba sacar eran ligeros jadeos ahogados por parte del peliazul.

-¿¡Por qué no se desprende!? – cuestionó harta la enmascarada mientras se alejaba.

-Sería inútil si lo hiciera. – respondió el otro.

Y al instante un ruido ajeno los desconcertó. Giraron la cabeza para notar como por el elevador de comida había llegado con todo y pose el sensual Chat Noir.

-Es hora de que salgas del aire, Lady Wi-fi. – dijo el rubio dando a notar que todo el camino de ahí para la cocina se anduvo pensando la frase cool que diría.

-Oh, esto es tan adorable. – dijo la enmascarada mientras el gato negro sacaba su bastón. – El pequeño gatito vino a rescatar a su novio.

-¡N-nosotros no somos novios! – reclamó sonrojado el héroe atrapado.

-Podemos hablar sobre eso luego, cariño. – contestó coqueto Chat.

Al instante giró una vuelta esquivando los múltiples disparos en su dirección por la Akumanizada y así siguió hasta que uno no logró evadirlo a tiempo lo que lo mandó a volar contra una puerta abierta donde entró y al chocar se le desprendió su anillo.

-Oh, no. – dijo Adrien a su mareado compañero. – Mi anillo.

-Demasiado helado. – quejó Plagg mientras el rubio se agachaba.

-¡No puedo encontrarlo! – exclamó el ojiverde.

-¿Cómo debería deshacerme de ti? – se preguntó Lady Wi-fi mirando los movimientos bruscos de Lordbug por escapar de sus candados.

-¡Fuérzalo a usar su habilidad! – ordenó Hawkmoth. – Así quedará sin poder. Luego toma su Miraculous.

-Si no sacas a tu novio de ahí se volverá helado de gato. – dijo la morena al héroe, haciendo caso a lo dicho por el enmascarado de mariposa.

Levantó su teléfono para cancelar el ícono de ambos candados los cuales al ser disueltos no tuvieron más opción que liberar al héroe peliazul.

-Buena suerte con el Sr. Congelado de allí. – comentó. – Ahora vamos con un informe en terreno…

Y se fue de la habitación.

Mientras tanto, afuera del edificio estaba rodeado de varias patrullas con policías armados cuando se pusieron alertas al notar como las puertas principales se abrían dejando ver una rubia oxigenada quien con sus ropas ya comunes corrió en dirección a los brazos de su padre donde empezó a llorar falsamente. Aun así, no pasaron ni 5 segundos cuando esta se alejó del mayor para revisar su celular con cara de indiferencia. Sin embargo, algo que sorprendió a los presentes fue el hecho de ver una anormal y brillante luz resplandecer y abrirse paso en la noche dejando ver la figura de Lady Wi-fi quien se elevó hasta la parte más alta del edificio.

-¡Damas y Caballeros! – llamó la morena mientras hacía que una cámara mostrara su imagen por los cielos de París. – ¡Es hora del reporte especial que tanto esperaban!

A la vez, en la cocina con Lordbug este intentaba abrir la puerta que encerraba a su pareja con patadas pero nada servía.

-¡Aguante ahí, Chat Noir!

-¡T-tómate tu tiempo! – pidió un congelado Agreste.

-No cambien de canal. – aconsejó/ordenó la Akuma del Internet. – Revelaremos la identidad de Lordbug.

-¡Lucky Charm!

Gritó el héroe tiraron su yo-yo hacía arriba para que a sus brazos cayera…

Una Tablet.

-Esto debe ser suerte. – se dijo sarcásticamente con la tableta de lunares negros sobre su color rojo.

Pero, espera… pensándolo bien… el botón de encendido… el signo del candado y…

-¡Por supuesto! – exclamó el peliazul. – ¡El microondas!

Desconectó dicho aparato para colocarlo sobre una mesa de metal con ruedas y meter la Tablet dentro del artefacto. Colocó la mesa frente a la puerta, conectó el microondas nuevamente en un enchufe más cercano y acercó lo mayor posible este con la puerta al patear la mesa.

 Mientras tanto, Adrien había logrado encontrar su anillo bajo una de las diversas mesas de metal.

-¡S-si! – tartamudeó helado. – ¡L-lo enocntré!

El signo de candado en l puerta se disolvió debido a las atenciones del microondas sobre el para que Lordbug se ocultará tras la mesa de metal.

-Por favor, que difunda la señal. – deseó el héroe.

El microondas explotó para ligera sorpresa del peliazul quien al instante jaló la mesa con ruedas para ir y abrir la puerta que encarcelaba a su compañero. En el momento donde logró abrirla solo pudo encontrarse con un Chat Noir con los dientes castañeando del frío para caer debilitado. Lordbug intentó sostenerlo pero fue complicado ante su menuda figura por lo que cayó al suelo también como colchón para el rubio.

Colocó la cabeza de este sobre sus piernas mientras lo acomodaba con ambos brazos mientras lo revisaba y observaba preocupado.

-¿Estas bien…? – preguntó angustiado. – ¿Chat Noir…?

-¿…Ha-has ocupado el Lucky Charm? – pregunto a duras penas el gato congelado.

Los pendientes del héroe brillaron.

-…Ya no tenemos tiempo… – intentó decir Chat quien se veía en la pantalla de una sonriente Lady Wi-fi.

 -Llegó el momento. – sonrió triunfal la villana.

-¿Vamos a volar la puerta? – le preguntó el gato a su pareja.

-No puedo. – informó el peliazul. – Ya ocupé mi Lucky Charm.

Pero, para su suerte, recordó que la cámara seguía grabando.

-¿Y si destruimos la antena del tejado? – le preguntó en un susurro.

-Entiendo.

Tomó una sartén más oscura que su traje, se acercó a la imagen de grabación sin que la “cámara” lograra tener una buena toma de él hasta que dejo al descubierto nuevamente su rostro que mostraba una perturbadora sonrisa para cubrir cualquier imagen con dio sartén.

-¿Qué intentan hacer? – se preguntaba la castaña.

-¡No debes perder los Miraculous! – ordenó Hawkmoth.

-Entendido.

-Va saliendo una antena ahumada. – dijo el rubio mientras se metía con agilidad dentro del elevador de comida.

-Por favor. – pidió el menor mientras las compuertas se cerraban

Lady Wi-fi corrió por el pasillo una vez que cruzó por el elevador para llegar justo a tiempo para ver como las compuertas del elevador de comida se abrían dejando la vista de un héroe gatuno al cual inmediatamente le empezó a disparar.

Chat Noir con du felina agilidad empezó a dar volteretas para poder escapar por una puerta roja que lo llevó fuera de los interiores. Después de analizar el lugar encontró su objetivo para saltar y aterrizar frente aquel pal negro portador del Wi-fi.

-Aquí estas. – se dijo.

Levantó su brazo mientras una bola negra se creaba sobre su palma.

-¡Cataclysm!

Con su habilidad especial lista avanzó rápido hacia aquel tubo pero no lo suficiente puesto que unos rayos morados empezaron a rodear dicho objeto y, al levantar la mirada, Lady Wi-fi había aparecido.

-Buen intento. – “felicitó”. – ¿Realmente creíste que perdería la señal tan fácilmente?

Y al momento de acabar con dicha oración, la morena disparó al blondo quien escapó dando vueltas hacía atrás

-Por favor… – suplicaba en su soledad Lordbug mientras otro lunar de sus pendientes desaparecía. – Date prisa, Chat Noir…

Y en medio de su revuelo y evación contra Lady Wi-fi, el minino sacó su bastón y corrió en dirección a la Akuma con este en alto para lanzárselo.

La enmascarada con su ya conocida velocidad logró esquivarlo para ver como este al pasar por sobre ella se dividía en dos. Disparó a uno de los bastones para vaporizarlo ya que estos se movían como bumerangs con el fin de volver a pasar sobre ella quien volvió a realizar aquella acción con el otro bastón pero este se encontraba más cerca que el otro por lo que al desintegrarse le cayó algo de su humo en el rostro. La joven después de toser bajo la mirada para ver a Chat Noir nuevamente frente al palo.

-¡No! – exclamó.

Como si sus suplicas pudiesen ser escuchadas.

El gato tocó el tubo que con rapidez se empezó a oxidar doblándose para no loso caer él, sino también Lady Wi-fi.

En la cocina el ícono de la cámara de video se apagó al igual que el signo de candado sobre las puertas para que Lordbug, sin perder el tiempo cruzara por ella corriendo.

-¡No! – exclamó la morena. – Mi señal…

Pero las cosas no acababan ahí.

-¡Suelta el teléfono! – ordenó Chat.

EL gato saltó para encontrarse cara a cara con la ya enderezada Lady Wi-fi,

Inmediatamente se enfrentaron en una pelea final o eso parecía pero realmente era la Akuma evitando que el gato tomara el teléfono de sus manos hasta que ella logró darle una patada en el abdomen que nuevamente lo sacó a volar. Lady Wi-fi corrió hacía él y este extendió su garra en su dirección mientras imitaba los movimientos de la chica pero esta fue más rápida para agarrarle la muñeca y someterlo contra el suelo con el celular en alto. Rió con triunfo sobre el cuerpo del felino héroe cuando algo se amarró su muñeca. Volteó la mirada para ver con los ojos abiertos como platos al milagroso Lordbug con su arma de yo-yo amarrada a su muñeca.

Jaló el hilo contrario para sacar de encima del rubio a la villana quien, ante tan inesperado y brusco movimiento soltó el celular el cual fue atajado por el peliazul en el aire con el fin de arrojarlo en el suelo, rompiéndolo.

-¡Sal de ahí, pequeña Akuma! ¡Yo tengo que encargarme de ti! – gritaba Lordbug mientras la Akuma salía de los restos del silbato. – Tu reinado acaba aquí.  ¡Yo te liberaré del mal!

Dio varias vueltas con el hilo de su yo-yo con tal longitud que el círculo que creaba era hasta un poco más grande que él. Lanzó su arma de una buena vez atajando a la mariposa que se encontraba a punto de escapar para quedar encerrada en su yo-yo y este volviera a manos de su dueño. Por último, apretó el centro del arma de lunares para que de esta saliera la pequeña criatura.

-Adios, pequeña mariposa. – despidió el peliazul a la mariposa blanca mientras se alejaba volando.

Tomó la Tablet con la que había logrado liberar a su pareja y la arrojó al cielo.

-¡Miraculous Lordbug!

Y con ayuda de la magia de su Miraculous, no solo el instrumento con lunares desapareció, también el celular de la anterior villana fue arreglado como nuevo, la antena de Wi-fi volvió a funcionar y el desastre que se había hecho en la cocina cambio a uno impecable orden.

Un humo morado con negro rodeó a la enmascarada para que dejara de ser Lady Wi-fi y se convirtiera en la simple, agradable, determinada, energética y astuta Alya Césaire.

-¿Dónde estoy? – se preguntó agotada.

-Misión cumplida. – dijeron los héroes, chocando los puños.

-¿¡Lordbug!? ¿¡Chat Noir!? – exclamó terriblemente emocionada la de lentes parándose frente a ambos. – ¿Me concederían una entrevistas? ¡Un momento, necesito mi celular!

Y mientras la morena iba por su aparato, ambos héroes escucharon un pitido que venía de los pendientes del peliazul.

-Debemos irnos. – dijo casi en un susurró el gato. – No te queda mucho tiempo.

Y, antes de que la Césaire pudiera voltearse, ellos ya habían escapado por la puerta roja que los condujo ahí.

 -Aquí esta. – se dijo. – ¿A dónde se fueron?

Ambos chicos lograron llegar al primer piso que conducía a las puertas de salida, Lordbug logró identificar en el lugar una puerta la cual abrió con rapidez siendo esta una pequeña bodega. Iba a cerrar la puerta tras de sí pero una garra negra de lo impidió.

-¡Espera! – exclamó el gato mientras levantaba una garra y la otra la colocaba sobre su corazón. – No le diré a nadie. Lo prometo.

-Es mejor mantenerlo en secreto. – declaró a duras penas el peliazul mientras sus pendientes volvían a sonar. – Incluso de nosotros.

Se acercó al gato rubio para darle un beso en la mejilla y después de brindarle una cálida sonrisa dejó la puerta entrecerrada.

La puerta no estaba completamente cerrada y el gato estaba algo dudoso sobre ese tema pues realmente quería saber quién era el chico que le robó el corazón. Levantó con exasperante lentitud su garra y la colocó sobre la manija de la puerta. La bajo y jaló un poco para lograr ver un brillo rosado en el interior del pequeño cuarto. Estaba a punto de hacerlo, era simple. Solo era jalar la manija para que se abriera la puerta y así poder estar con su amado no solo cuando se convertía en Chat Noir, sino, también cuando fuese Adrien… pero…

Suspiró mientras cerraba con fuerza los ojos además de que fruncía el ceño.

Cerró la puerta de manera definitiva mientras salía corriendo del edificio.

-Eso estuvo cerca. – dijo una cansada Tikki en manos del peliazul.

-Es bueno que no nos haya seguido. – dijo Mariette.

Abrió nuevamente la puerta para asomar su cabeza con expresión preocupada pero al notar que era el único ahí salió con confianza de aquella pequeña habitación.

A la vez, el más joven de los Agrestes había detenido su huida para mirar el gran edificio por donde había salido.

-¡El chico de tus sueños estaba justo frente a ti! ¿¡Y cierras la puerta!? – exclamó exasperado Plagg a su compañero humano mientras salía de su camisa blanca. – ¿¡En que estabas pensando!?

-Ese es el problema. – dijo Adrien con una tonta sonrisa en sus labios. – No pienso cuando estoy con él.

-¡Algún día sus identidades serán reveladas y sus Miraculous serán míos! – exclamaba Hawkmoth en la soledad de su habitación mientras la gran y única ventana se cerraba paulatinamente.

-¿Confesarle a Chat Noir? – preguntó Tikki sobre el hombro del peliazul. – ¿Es lo que dice tu corazón?

-No lo creo. – contestó el joven. – Hacer lo que mi ardiente pasión dice puede ser agradable pero soy un héroe, tengo que pensar con la cabeza fría.

-¿Estuviste aquí todo este tiempo?

-¡AH! – exclamó de sorpresa Mariette mientras la Kwami se escondía y su amiga aparecía.

-Tengo un nuevo teléfono. – avisó la morena mientras se paraba junto a su amigo. – El otro sufrió un accidente.

La de lentes levantó el teléfono mientras empezaba a cambiar la imagen con los dedos deslizándose por la pantalla.

-Mira su resolución. – dijo.

-Tienes como miles de fotos de Adrien. – dijo divertido el peliazul. – Al menos no es algo que me sorprenda.

-Bueno... – empezó Alya, sonrojada. – puse un traje sobre él.

Dijo para pasar sus dedos por la pantalla cambiando la imagen de Adrien con las manos sobre su cintura a la misma imagen solo que con el modelo teniendo orejas de gato, un antifaz negro y un traje negro, obviamente hecho en Paint.

-¿No luce como Chat Noir?

-¡NO! – exclamo medio horrorizdo, medio enfadado el peliazul, alejándose de su amiga. – ¡No puedes comparar a alguien tan genial como Chat Noir con alguien como Adrien!

-Vamos, Mariette, ya sé que eres gay. – dijo Alya, levantando la pésima imagen del modelo con el traje del novio del peliazul. – Por lo que no habrá problemas en que admitas que ambos son igual de guapos.

-Deja de decir que mi amado es en verdad el chico que odio. – reclamó con un adorable puchero el peliazul. – A no ser que planees arrebatármelo.

Y, sin que la morena logrará hacer algo, agarró el celular de su amiga para comenzar a huir con este entre sus manos.

-¡Regrésamelo! – exigió Alya comenzando a perseguir a su amigo.

-¡No! – exclamó divertido el menudo chico.

-¡Vamos Mariette! – gritó. – ¡Lo vas a romper!

Notas finales:

Gracias por su paciencia!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).