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Encanto por neblinadesol

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Notas del capitulo:

3-4-2016

¡¡¡Buenas gente!!!, ya les dejo el capu, muchas gracias por dejar reviews. :D

Los personajes pertenecen a NARUTO de Kishimoto Masashi sensei

 

Los errores se corregiran más adelante (espero que sean pocos XD)

Naruto bajó del caballo ante la insistencia del can, sacó de entre los bolsos el pequeño farol de viaje regalo de su padre y lo encendió, suspiró ¿qué hacia él acompañando a un perro en medio del bosque?,la leve esperanza de encontrar a Sasuke se desvanecía,. Qué tontería… como si Sasuke estuviera aquí escondido-ttebayo…y si el perro seguía insistiendo daría la vuelta y le pediría al joven Inuzuka que lo atara para que no volviera a escapar. Escuchó al perro ladrar un par de veces y suspiró otra vez, cuando se giró a verle se extrañó que luciera tan calmo y al fijar su mirada hacia donde el animal veia, casi se talla los ojos ante tan fantasmagórica figura, un joven envuelto en telas algo sucias se acercaba a él con una extraña expresión, lo que lo asombró era lo que estaba detrás de él, unas ¿alas? Más bien parecían ser un par de manos gigantes, maldijo internamente, el bosque estaba habitado por un demonio, que se acercaba cauteloso a él, no sabía que tan fuerte sería, o si estaba empleando algún tipo de magia, de lo que si estaba seguro es que no lo dejaría vivir, ya bastante tuvo con el desagradable encuentro con Orochimaru.

Sus rápidos movimientos confundieron a ese ser que se quedó estático.

 

Apenas pudo ponerse en posición para darle el golpe cuando se sintió inseguro de hacerlo, al estar cerca no pudo evitar verle a los ojos, ojos muy oscuros,  por un segundo la mirada temerosa del demonio le recordó a Sasuke, la angustia en su pecho lo obligó a casi detener su mano. Pero recordó la amarga sensación de casi haberlo perdido creyendo que la serpiente lo había herido de muerte y arremetió con su arma con fuerzas renovadas.

Pero un ruido proveniente del monstruo lo ensordeció y golpeó.

 

 

Completamente paralizado ante lo que acababa de ocurrir, la mente en blanco no lo ayudaba a pensar, ver a  Naruto como un muñeco tirado sobre las raíces de un árbol que detuvo su cuerpo, más se acercaba a un sueño que a la realidad…¿Realmente eres Naruto?... se preguntó, y se contestó a si mismo reteniendo el aliento…No, Naruto no haría esoél no…

Tropezando sobre la misma ilusión, no se percató de los dos que se acercaron hasta el rubio seminconsciente sino luego de oír sus voces alarmadas y los reconoció, uno era el mensajero del palacio y el otro el nuevo mayordomo, la idea de estar cerca de los suyos y de su hermano le emocionó al punto de las lágrimas.

—¡¡¿Qué rayos?!!—Inuzuka llegó y bajó del caballo al ver al embajador recostado en el suelo.

— ¡Uzumaki!—Shikamaru apuntó con la luz de su farol y luego bajó de su corcel, junto con el mensajero ayudaron a sentar a Naruto que lucía semiinsconciente por lo que fuera que le pudo haber sucedido, oír el estruendoso trinar le puso los pelos de punta, él era un hombre de números, casi maldijo no pedirle al capitán un par de hombres para seguridad, dudaba que el chico de los mensajes fuera hábil con las armas, pues no le había visto alguna. El mayordomo principal observó veloz con ojo crítico a su alrededor buscando el porqué del estado del embajador, allí a pasos, la espada y otro farol en el suelo iluminaba tanto al caballo y al perro que les observaban mansos. Y lo vio, más allá un chico extraño vestido de blanco entre las sombras, se levantó y alzó su luz.

Abrió los ojos a más no poder.

El color de la piel.

Esas cosas en su espalda.

¿Era una bestia de bosque?, un pequeño escalofrió recorrió su columna vertebral, Inuzuka también se percató de la presencia y se quedó helado de la impresión, el Nara buscó a unos metros la espada de Naruto y sin dudar corrió hasta el arma y la tomó con su mano libre apuntando torpemente en su dirección. El mensajero al ver a su perro le dio una orden.

— ¡Akamaru, ataca!—el animal lo miró con ojos inexpresivos, movió su cabeza de un lado a otro, a su amo y a aquel ser, ladró y dio un par de saltos para quedarse nuevamente en su lugar. Sasuke  los miró confundido,  Inuzuka frunció las cejas ante la respuesta de su can—¿Qu…—pero Shikamaru en un gesto rápido puso su  farol  en la punta de la espada y la arrojó hacia el extraño que, sorprendido,  levantó su brazo para cubrirse, el aceite por el impacto se derramó sobre las ropas empapándolo y prendiéndose fuego, Sasuke dio un grito estridente por el susto y el dolor, aturdiendo a los hombres, se quitó la sabana arrojándola al suelo y salió corriendo con pavor, alejándose de ellos, le hicieron daño, algo que jamás creyó,…¡No!¡No!...... sentía su brazo izquierdo arder, su piel estaba más oscura, dejó que la parte instintiva tomara su conciencia, debía alejarse, salvarse, huir lejos, proteger a su futuro hijo de sus atacantes…eran sus únicos pensamientos.

Y corrió perdiéndose en la espesura, sin rumbo.

 

—¡Naruto,  levántate!

—Ugh, ya…—dijo sin ganas el embajador.

—Tuviste suerte, de no encontrarte quien sabe que pudo haberte sucedido.—dijo Shikamaru todavía tenso.

—¿Qué…?...

—¡Woa, hombre! ¡Sobreviviste al ataque de ese demonio, serás famoso cuando lo cuente!—Naruto apenas sonrió ante la tonta alabanza, pero un nudo en su garganta lo dejó serio y pensativo. Ese demonio no le atacó sino cuando él lo hizo primero, casi le dio lástima recordar sus grandes ojos asustadizos.

Negó internamente.

Ningún monstruo debía vivir, solo causaban daño a los humanos.

—Señores, debemos volver con el capitán.—dijo el Nara mientras caminaba hacia el farol del embajador más allá en el suelo.

 

 

 

Al rato se detuvo y rompió a llorar silenciosamente, se puso de cuclillas y se abrazó a si mismo resintiéndose del dolor en su brazo herido…cálmate…cálmate…sé fuerte… se decía mentalmente mientras se mecía, pasó un rato envuelto en su melancolía, regularizando su respiración…él nome reconoció…por eso… alzó la mirada perdida buscando nada, solo estaban los oscuros  árboles y el silencio roto por el tímido murmullo de las hojas, se acarició levemente la herida que ya no dolía, comenzaba a cicatrizar, la costra en la piel era prueba de ello, pasó su brazo desnudo por la cara limpiándose los rastros de tristeza...mi pequeño…llevó sus manos a su panza plana y se lo acarició lentamente, sonrió ante la futura escena de verse con un bulto pronunciado y con fuerzas renovadas se levantó y respiró profundamente, llenando sus pulmones del aire del bosque, se dio cuenta de que se volvió a perder…Ahno sé…¿Dónde?... suspiró ya resignado, tratando  de descartar la amarga impresión pasada, se sacudió las pequeñas ramitas y hojas de sus ropas y cabello, torpemente caminó un par de metros y tropezó varias veces con las raíces desnudas, apenas podía ver, la oscuridad era rota por los pequeños rayos de la luz lunar,…¿cómo llegué a aquí?..., el frio y la falta de abrigo hicieron temblar su menudo cuerpo, el aliento formaba pequeñas nieblas en su cara, producto de la baja temperatura, se apoyó sobre un tronco delgado y se frotó las manos en un inútil intento de darse calor.

El recuerdo del ataque lo entristeció de nuevo…No, Naruto... yo…no quería… y lloró otra vez en lastimoso silencio, ocultando su rostro en la corteza del árbol e intentando abrazarlo, su mente saltaba de un pensamiento a otro, recuerdos difusos del pasado,sus tontas peleas, el casamiento arruinado, su secuestro, lo de hace unos momentos, futuras e inciertas ideas de como regresar con su hermano, volver con Naruto, todo  lo estaban mareando, se separó del apoyo y dio apenas unos pasos sosteniéndose  de los troncos cercanos para no caer. Vió un árbol seco más allá, que dejaba filtrar la luz nocturna y se acercó a él, de pronto un ruidito a su lado le provocó un respingo por el susto, un conejo  le rozó el pie para luego esconderse dentro del árbol muerto, siguió su trayecto y se alegró un poco de encontrar el hueco lo suficientemente grande para su cuerpo, se limpió las lágrimas y miró dentro del agujero, las hojas secas y viejas formaban un mullido colchón, con lentitud se adentró y se sentó sobre ellas, sus manos rodearon sus piernas y las alas cayeron envolviendo su cuerpo, se quedó quieto un buen rato  recomponiéndose mentalmente y asimilando su nueva situación.

No podría estar con las personas, le harían daño al verle. ¿Cómo regresaría con su hermano?... hermano…Oh, no… Y lo que lo preocupó más fue imaginar qué sería de él viviendo completamente solo si seguía perdido y cargando una nueva vida en sus entrañas,…mi bebé…volvió a acariciarse, no tenía ningún tipo de conocimientos más allá de los libros, pero esos no enseñaban a sobrevivir en un lugar si no es por propia experiencia. Volar no servía de nada si no conocía la dirección correcta hacia su país.

Volvió a llorar maldiciendo su mala suerte, miraba al cielo por momentos buscando una salida entre las nítidas estrellas. Se culpó de nuevo  por lastimar a Naruto…perdóname… se mordió el labio inferior  hasta hacerlo sangrar, una vez más volvía a estar lejos de él, pero esta vez, los sucesos eran muy distintos, era un hecho casi consumado de que no podía estar a su lado mientras permaneciera de esa forma, el lamentofue por ambos, ….perdón…por ser tan inútil para luchar contra lo desconocido… ¿qué haré ahora?... ¿dónde iré?...Se sintió de lo peor  pues tomó la decisión más fácil, huir y no enfrentarlo, el miedo a ser lastimado y el instinto de  supervivencia pudo más, y ya no podía volver, no,  sabiendo a que se enfrentaría. Nadie le creería mientras estuviera en esa forma.

Un certero pensamiento lo agobió…oh, ¿y si mi hijo?…todo su cuerpo tembló ante la posibilidad de que también esté malditocomo ély se llevó las manos a la boca para acallar el llanto silencioso….no.., ¡no por favor!…¡mi bebé no!…

Se abrazó a sí mismo para cobijarse y proteger a su pequeño o pequeña dentro de su ser. Cerró fuertemente los ojos tratando de calmarse, el miedo era difícil de eludir, recordó las historias que recordaba de su capitán, su antigua nana y de los libros con documentación que solía robar ya aburrido de no encontrar nada que releer de la biblioteca, sabía que los hijos de bestias con humanos solían ser cazados con completa aprobación de la gente. Incluso los que eran sus supuestos familiares eran masacrados para evitar cualquier propagación de la “sucia” estirpe. Negó constantemente ante la pesadumbre de la situación y volvió a recordar los ojos de Naruto.

Si los ojos de la persona que más amaba lo miraban de esa forma…

No… no lo permitiría, era su pequeño hijo o hija  que crecía dentro de él, era el tesoro de lo que quedaba de su amor por Naruto,…yo…no lo permitiré… debo encontrar la manerade... ¿habría solución?, ¿podría deshacerse de la enfermedad en su cuerpo?

¿Y si no tenía cura?

No importaba, sin dudarlo lo amaría. Abrazó sus piernas frías y frunció su ceño con la angustia de tener que aislarse, el pensar que tendría que vivir con su retoño alejados de los que pretendieran hacerle daño, con un ojo tras su espalda, por escasos minutos  el miedo a ser cazado lo angustió y ocultó su cabeza entre sus rodillas,  pero recordó que si algo le sucediera a él, el bebé no sobreviviría, pues no tendría a nadie más que su madre, entonces a pesar del temor, su corazón tomó fuerza y latió más aprisa, el valor le inflamó el pecho, una creciente seguridad le envolvió…lo haréno sé cómo…pero….lo lograré… y lo vería crecer.

La idea le lleno de calma, colmando su mente.

...¡Seré madre!…se rió y jugó con sus dedos, observando detalladamente las uñas filosas de color negro por la luz lunar, tendría que comenzar a hacerle ropa…mmm….un amarillo conjunto marinero…

Pero ante el recuerdo de su encuentro con el embajador se entristeció….Naruto,..

…¡Oh!...se mordió la uñas nervioso. Y con su otra mano se tiró del largo mechón que caía por su pecho.

¿Qué sería de Naruto? seguro lo buscaría, cerró sus ojos pidiendo a los cielos la fuerza necesaria para emprender el nuevo camino y que Naruto tuviera la entereza de sobrellevar la perdida

Perdónpor ahora… no podemos estar juntos…

…si no logro encontrar la cura…yo… 

Se imaginó la vida lejos de su lado, sería triste y amarga, sin su compañía, sin su protección, sin su amor.

Si no lo lograba, si no pudiera hallar la cura, tendría que rehacer su vida lejos, muy lejos de la gente.

Algún día quizás lo vería a lo lejos para asegurarse de que estuviera con bien, qué tan lejos llegó y si encontró otro amor.

…¡Oh, Naruto!...su corazón se encogió ante la idea de perderlo de esta manera.

….No sé qué será de nosotros…

… Yo…se frotó la cara en un inútil intento de interrumpir el llanto. Pero sabía que era imposible.

 

El cansancio poco a poco le gano a la desolación y  pronto comenzó a cabecear, sintió el peso de los parpados, lentamente se tapó son las hojas y se talló los ojos, no quería dormirse y ser encontrado por desconocidos, pero a pesar del frio no pudo seguir aguantando más y se quedó adormilado dentro del tronco del árbol viejo.

 

 

 

Kakashi había ingresado al pueblo creando completo caos, azotando a cuanto extranjero se le cruzase y logró en su arrebato obtener la información sobre la ubicación del escurridizo rey. Junto a sus hombres se abrieron paso ante los atónitos guardianes de su majestad, la ferocidad con la que acorraló al rey fue digna de película, destrozaron todo el edificio y capturaron a su moradores, la feroz intromisión tomó por sorpresa a la mayoría de los habitantes, acostumbrados al comercio y al ocio, solo un puñado de hombres casi sitiaron el pueblo, pero eran de los mejores entrenados, en estos momentos el capitán del país de La Hoja se acercaba  con pasos firmes al monarca que herido por los golpes de espadas yacía arrodillado y humillado.

—Dime, rey…, por tu vida, ¿dónde se encuentra el segundo príncipe del país de La Hoja?—el capitán sacó su espada y apoyó la punta en el pecho del soberano derrotado.

—Ja, dices un príncipe…y no es más que un…. Monstruo...soltó con asco. Kakashi entrecerró sus ojos, pensó que el hombre de rodillas perdió la cordura, pero dos de sus súbditos lo defendieron.

— ¡Es cierto!,¡ atacó a nuestro rey, luego escapó volando hacia el bosque!—gritó uno, y otro también habló.

— ¡Alguno de nosotros fuimos a buscarle pero se dice que el mismo bosque está maldito!—y luego varios hombres también gritaron “¡un monstruo, un demonio escondido en el reino de La Hoja!” “¡el bosque no nos dejaría entrar!” el capitán los miró confundido y luego furioso,…mentirosos…, no sabía que sucedió realmente pero no era escusa, esa gente estaban mintiendo para lavarse las manos ante la terrible traición a un país. —Me dirán dónde está el segundo príncipe o las cabezas rodaran.

 

Naruto junto a sus compañeros vieron el destrozo del capitán ni bien ingresaron al pueblo, hizo una mueca de desagrado al observar las primeras casas en llamas, era impresionante lo que un reducido grupo podía hacer, se lamentó por los inocentes que sufrieron la intromisión y rogaba en silencio que no pasara a mayores, pues no creía que el pueblo estuviera confabulado con los bandidos, cabalgó hacia donde los hombres apostados en la entrada le indicaron que se encontraba, ansioso bajó de su caballo y corrió escaleras arribas ingresando al gran salón que daba la bienvenida al edificio, ahora bastante mal tratado…¡Sasuke!... pensó emocionado al volverle a ver. Traspasó a otro salón más pequeño donde vio al capitán que molesto oía los gritos desaforados de los hombres arrodillados del otro país, intentando convencerle de algo del que hacía oídos sordos.

 

 

En algún lugar, a las afueras del castillo. La persecución había terminado.

Itachi saltó eludiendo el pedazo de tronco que pasó bajó su pies, ésta siguió rodando y terminó a metros detrás suyo, golpeando a algunos despistados de sus hombres, las sogas se tensaban más y algunas cedían, rompiéndose, la espada giró sobre su mano y afirmó su agarre, los destellos resplandecían cada vez que se acercaba a la bestia, como si el arma estuviera ansiosa de desgarrar tejidos.  La serpiente se resistía a ser controlada, tiraba con fuerza de las sogas amarradas en su cuerpo intentando romperlas todas con sus manos, su cola se enroscó en otro árbol joven arrancándolo de cuajo y lo aventó hacia sus captores fallando grotescamente. El rey sonrió bajo el pañuelo, vio al soldadito rubio que corría para unirse con el otro par que encendía el fuego, el efecto de la niebla formada por las bombas arrojadas anteriormente entorpecían los movimientos del monstruo, se acomodó la tela para evitar inhalar los humos que salían de unas vasijas que trajeron en carretillas, mientras más intenso era, más letárgico se movía la bestia. Y menos veían.

 —AAAH…,¡ERES UN REY TONTO!…—varios de los hombres tiraron las sogas en su cuello, logrando inclinar la cabeza de la serpiente hasta tocar el suelo, otros aprovecharon para clavar estacas y atar los extremos de las cuerdas. Pero ninguno se atrevía a acercarse más de diez metros. El humo se tornó más espeso.

—Tal vez.  — Dijo acercándose para que no lo oyeran— ¿Todo lo que dijiste es cierto? …—Itachi cerró su mano en la hoja de la espada y la deslizó manchándola, luego la abrió y dando un paso hacia atrás dejó caer gotas del líquido rojo en la tierra. La serpiente estiró su lengua hasta tocar la zona y lamer la tierra apenas manchada.—…AAAH, DUDAS, DUDAS, CUANTO LA VERDAD HAS VISTO…—El primogénito sonrió ante la respuesta.

—Te propongo un buen trato—y sosteniendo la hoja de espada otra vez en  su mano murmuró a un metro de la cara pálida.— Libertad a cambio de exilio.—El demonio sonrió cínico.

—SIII…UN TRATO ES UN TRATO…CON SANGRE...—Itachi dejó caer más liquido en el suelo viendo como el demonio hacia un gran esfuerzo por llevárselo a la boca, ya saciada,  la serpiente volvió a sonreír y de golpe se irguió rompiendo las sogas, Itachi retrocedió sin apartar la vista, el demonio olfateo el aire y en fea muesca dio varios giros sobre si misma rompiendo las gruesas sogas como si fueran cintas de tocado ante la mirada incrédula de los hombres más cercanos que lo apresaban.

—¡¿Señor que ha hecho?!—gritó Yamato. El rey en gesto cansado solo dijo—Es lo mejor. ¡Retírense!— Ordenó, todos los presentes quedaron descolocados ante la orden de su rey. La serpiente rió —…AAH JAJAJA…—siseó,—…UN BUEN TRATO…SIIII, SIEMPRE ES BUENO HACER NEGOCIOS…. —y se escurrió entre los matorrales alejándose ante los gritos de asombro de los guardias.

—¡¿Por qué?!¡Pudo haberle matado!!—el segundo capitán no se lo creía. Su señor dejó escapar la amenaza de la ciudad.

—Fue una indulgencia por sus servicios.—Miró triste el arma en su mano— La espada no puede matar.

—¡¿Qué quie…?!—Gritó atónito. El rey lo miró con ojos entrecerrado obligándolo a callar. Apretó los puños.—¿Y si…?

—No podrá. Un trato es un trato.El demonio no volverá. —Aunque dudó de sus propias palabras, nada le aseguraba de que volviera a la región, pero su ciudad estaría a salvo por un largo tiempo. Sus hombres aún estaban sin poder creerlo y lo observaban como si él mismo fuera un demonio, el chico rubio mal arreglado en su uniforme corrió hasta caer de rodillas en señal de disculpa —Yo, yo lo siento, señor, mi padre me necesitaba en… —pero el rey detuvo su hablar con un leve levantamiento de mano. —Ya.

No le dio importancia y se dirigió al guardia que sostenía las riendas de su caballo.

Ya tenía suficiente información, poca, pero era la más certera y uniéndola a la historia de su familia, su mente comenzó a maquinar la nueva historia que forjaría.

Casi sonrió satisfecho. Se subió y guardó la espada en su funda para dar la orden de regreso, sin esperar a que  lo siguieran emprendió el camino a su hogar.

La paz estaba próxima. Ya había hecho lo suyo, esperaba que su capitán pronto le trajera a su hermano y entonces…

Entonces todo sería perfecta paz.

 

 

Naruto oyó los gritos de varios soldados desesperados, trataban de hacerle entender al capitán algo que no alcanzó a escuchar, y éste en serio ademan y sin pizca de compasión ordenaba a sus hombres llevar a ejecutar al patio exterior a tres de los guardias personales. Llegó a su lado.

—Kakashi, ¿Sasuke?  —pero su mirada era triste. Por detrás se acercaron cauteloso el mayordomo principal.

—Es lo peor que escuché en mi vida.—Naruto se tensó. El capitán se frotó la sien con su mano y le miró —Al parecer no saben nada del príncipe.

—¡¿Cómo que nada?!—Naruto se volteó y miró al rey del país de La Nube, por un momento se retrajo al pasado, un sudor frio le recorrió la espalda.  Escuchó a lo lejos los gritos de los condenados—¿Eso?—el capitán desvió la vista y dijo pausadamente. —Un escarmiento.

—Pe-pero…¿Sasuke estaba con ellos o…?

—Los sirvientes del palacio lo han visto a su lado — observó al rey que bufó por lo bajo…—y si no dicen la verdad, donde se encuentra, todos serán ejecutados. Esperaré un minuto —Hatakesacó de su bolsillo un reloj y miró al rey que esbozó otra mueca casi de resignación, era un hombre orgulloso y tal parecía que pretendía llevarse el secreto a la tumba.

Naruto se quedó paralizado, el capitán no se andaba con vueltas, solo un minuto más y todos serian cadáveres.  

—¡Por favor! ¡Tenga misericordia de sus súbitos, que aún le son leales-ttebayo! —el embajador se arrojó al frente del rey que arrodillado se impresionó antes las palabras, apoyando su cabeza en el suelo, siguió rogando—Si está involucrado en el secuestro de uno de los herederos del País de La Hoja, es justo que sean castigados, pero por mi nombre haré lo imposible para evitar una masacre, le pido que desista de su orgullo, por sus hombres, por quienes representa, ¡rey de La Nube, le ruego que nos brinde información sobre el paradero…de..—casi estuvo por gritar “mi Sasuke”…— del joven príncipe!

—¡Naruto! —el capitán no se lo creía, e intentaba en vano levantar del suelo al embajador. Nara casi estuvo tentado a aplaudir tal demostración.

—¡Rey del país de la Nube! —Gritó para llamar su atención y levantó su cara compungida y esperanzada.

El rey entrecerró sus ojos, y miró su brazo cercenado, luego observó a su alrededor, sus hombres le miraban suplicantes, sus captores no se habían movido, clavó sus ojos en el capitán que le sostuvo la mirada impaciente. Y luego se centró en el joven que estaba arrodillado frente a él. Él era un rey y había perdido el camino por deseos carnales, se había rebajado en un simple hombre de mundo bajo, algo que alguna vez despreció.

Cerró su ojos ante la verdad revelada y dejó escapar en un suspiro —Cumple tu palabra, embajador.— Naruto sonrió —El príncipe huyó al bosque.—y luego su corazón se congeló, el bosque, el bosque donde un monstruo habitaba.

Hatake levantó el brazo haciendo una seña a los ejecutores de afuera para que se detuvieran.

—Sin dudas, El rey del País de La Hoja se encargará de que se les impongan la penas que correspondan, pero por el logro del embajador del País del Remolino, nadie hoy será ejecutado. Mis hombres los escoltaran a que cumplan mientras tanto el arresto por el secuestro de uno de nuestros líderes.— Su mirada volvió a ser pacifica—Tenemos que organizar la búsqueda.—Pero antes de darse la vuelta, Hatake miró con ojos entrecerrados al rey, recordando algo—Dime, que lo que han dicho ante tus hombres es mentira—El rey sonrió en gesto cansado.

—La prueba es mi brazo, me lo cortó.—El capitán abrió sus ojos como platos, pero se recompuso.

Mientes…—susurró casi con asco.

—Los que lo vieron fueron varios…puedes preguntar.—No se lo creía, retrocedió un par de pasos y sus hombres pusieron caras extrañas, Naruto los vio confundido y se levantó dirigiendo sus pasos al capitán .

—¡Kakashi!, ¡tenemos que buscarle, hay un demonio rondando el bosque!—Pero el capitán apenas salía de su impresión.

—¡¿Qué dijiste?!

—Antes de venir aquí, Naruto se internó en el bosque por culpa del perro de Inuzuka y nos encontramos con un monstruo de alas raras.—dijo el Nara ante la actitud extraña de Hatake que caminó nervioso hacia el patio exterior. Inuzuka llegó con una cuerda atada al cuello del perro para evitar que se le escapara de nuevo— ¿qué sucede?—le susurró al Nara que tampoco entendía nada.

El capitán buscaba aire, pues dentro se sintió ahogar.

—Sasuke está solo y perdido. ¡Lo encontraremos-tteb!—dijo Naruto mientras le seguía.

—¡Cállate!¡ déjame pensar, maldición!—gruñó, logrando que el embajador cerrara la boca de instinto, para pasarse la mano por su cabello plateado molesto, uniendo piezas.

—No lo puedo creer…pero, tal vez tiene sentido…—dijo casi triste.

—Kakashi, perde..!

—Sasuke es un demonio…

—¡Jajaja¡ si es una broma capitán Kakashi...no es grac!…—Naruto contempló seriamente la cara del capitán, el escalofrío ante la mirada impasible que le envió, le alejó de toda duda, Hatake no se andaba con bromas, entonces recordó la mirada asustadiza de la pequeña bestia. …esos ojos…

—Es un demonio del bosque.— Naruto dejó de respirar al volver a escucharlo, su cara se volvió cenicienta y solo balbuceó un par de cosas sin sentido para quien lo oyera.

…stimé…yo...golpeé…—cayó de espaldas inconsciente ante la mirada azorada de Hatake

—¡Oye!

 

 

 

 

 

 

Un ruido cerca, hojas crujiendo, voces, pasos.

Abrió los ojos asustado al oír gritos lejanos,  pero antes de poder hacer nada, una gran mano le cubrió la boca, desesperado vio que un joven de cabello naranja de cuchillas sobre él  le hacia una seña con el dedo índice en los labios pidiendo silencio, Sasuke no lo comprendió pero al ver el rostro amable junto a su suave voz susurrando—no te haré nada, descuida solo haz silencio….—asintió lentamente, el chico luego de asegurarse que lo entendió apartó su mano y se sentó en frente suyo, Sasuke ya libre retrocedió temeroso hasta dar su espalda con el tronco, pues el chico era corpulento y su cara era de rasgos duros pero ese miedo se diluyó, la mirada del extraño era  amable y además notó un pajarito en la cabeza del joven, luego otro y otro más que se posaban en él,ya tenía cuatro que trinaban mientras el muchacho sonreía tímidamente. Escuchó pasar gritos desaforados de alguien maldiciendo que se perdieron en la espesura del bosque. Ambos se contemplaron por un rato, el chico de cabellos naranjas suspiró y le sonrió otra vez.   

—¿Quién eres? —Sasuke se sorprendió a sí mismo al oír su propia voz y se llevó las manos a la garganta acariciándosela. — ¡Puedo hablar! —el joven extraño le miró y luego sonrió indicándole que no levantara tanto su voz..

—…Así que tú también…—su voz varonil era suave y pausada.

—¿Eh? —el joven le señaló el cuello.

—…tienes una mordida de demonio, ahora casi visible, mira,, yo también…— y se levantó la manga del brazo donde una marca casi nítida apenas dejaba ver dos puntitos. —…Es una marca visible luego de cambiar...

¡Tú!... dijo Sasuke asombrado al saber de otra persona con su enfermedad. Desesperado se arrodilló y le tomó de los hombros

—¡Por  favor dime cómo deshacerme de esto!.

 

 

 

 

Notas finales:

Se las dejé picando (otra vez)

Nos leemos en la proxima actualizacion del fic., ¡cuidense!  ¡y portense bien !:3 


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