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Seguiré adelante por tí por neblinadesol

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Notas del capitulo:

10-4-2016

¡¡Holis de nuevo!! trayendoles otro capitulo, les agradezco su comentarios, ya los respondí, espero que lo disfruten :3

Los personajes son de NARUTO de Kishimoto Masashi sensei.

 

—Naruto, tu estas….completamente sano, —la rubia negó varias veces con gesto cansado y se quitó los anteojos —no sé porque me hiciste perder mi tiempo, cuando podría haber usado esas horas para enseñar en la academ.. —el golpe de puño en la mesa detuvo su discurso.

—¡Mentira!¡yo sé que no es cierto-ttebayo! —Se levantó de pronto tirando la silla al suelo. — Lo único que dicen mis estudios es que no padezco los síntomas porque no está el disparador— la sannin le observó detenidamente…. ¿Desde cuándo usa esos términos?...se preguntó y chasqueó la lengua molesta apuntándole con el índice.

 —Si ocultas más de lo que dices no puedo ayudarte, Naruto—el Hokage hizo una línea en sus labios, ni muerto le decía, que hizo eso y aquello, y era imposible recordar todo lo que hizo desde las veces que se sintió extraño, porque no estaba seguro de que fuera culpa ajena.

—Tsk! Solo perdí mi tiempo — giró sobre sus propios talones y abrió la puerta bruscamente marchándose pese a la insistencia de la médica. Frustrado recorrió los largos pasillos del hospital para detenerse en el comienzo de las escaleras….No, no me echaré atrás…lo haré…asintió silenciosamentey bajó por ellas de dos en dos, mientras ensanchaba su sonrisa.

 

 

— ¡Sasuke! —Karin corrió hasta ponerse delante de ambos, deteniéndolos y arrastrando a Nara que solo suspiraba. —¿Qué fue eso?

Pero Sasuke solo le dirigió una mueca de molestia y siguió de largo ante los ojos dudosos de la chica. El bunshin solo atinó a sonreír nervioso sin saber si contestarle o imitar al Uchiha (de una manera más amable) al verse acorralado ante la enorme interrogante que presentaban las caras de los dos compañeros.

—Ahm, bueno…—se rascó la barbilla, pensativo.

 —Deja de perder el tiempo. —oyó la voz de su objetivo que más adelante se había detenido y lo estaba viendo con los brazos cruzados y mirada impasible, éste se alegró internamente,…¡Me espera-ttebayo!…  y si pensar más hizo una pequeña reverencia ante los dos ninjas a modo de disculpa y dio unos trotecitos hasta alcanzarlo.

—Después de todo parece que no nos necesitan, —Shikamaru se masajeó la frente al verles ir juntos en dirección al campamento—qué problemáticos…

 

 

 

 

La mañana siguiente, el Hokage, se levantó muy temprano acudiendo a la torre antes de lo previsto, trabajando raudamente para terminar antes de que anochezca, y lo había logrado, en estos momentos estaba en su antiguo departamento, desde que fue nombrado Kage, se alegró de no haberlo vendido, sin duda fue y será su refugio, sin contar que era parte de su pasado, de su vida.

Mientras lo limpiaba y acomodaba cosas, dejándola preparada para su ausencia, juntó toda su determinación, pues hoy debía realizar algo importante y ya había pasado una hora desde que envió a llamar a su esposa.

 Cuando Hinata tocó a la puerta, él fue a abrirle con expresión solemne, con un saludo cordial y un ademán de que pasara al interior. Ella escondiendo su nerviosismo ingresó a pasos lentos y se sentó en una de las dos sillas que estaban junto a la pequeña y vieja mesa. Naruto le acercó un té que había preparado antes y se sentó en frente.

—Ya,… creo que intuyes el porqué del encuentro. —Pero ella negó lentamente, fijó su vista al agua del té. El rubio suspiró y la miró apoyando las manos en la mesa.

Ambos estaban nerviosos.

 Lo había pensado tanto, tanto que ya hasta tenía un discurso escrito por puño y letra alegando un sinfín de excusas por si la verdad no satisfacía a nadie.

—Quiero el divorcio. —Ella azorada levantó la mirada perlada, el rastro de dolor y confusión se reflejaban, el corazón se le estrujó y casi comienza a hiperventilar, si no fuera porque estaba sentada se habría caído al suelo, pues sus piernas temblaban como gelatina, cerró sus ojos para ocultar la angustia reflejada, ella le dio el tiempo que le pidió, un tiempo en el que pensaba que Naruto necesitaba para retomar la relación, esperó pacientemente a que él se acostumbrara a su presencia, a la nueva vida. Sabía que la idea del casamiento era apresurada, y más cuando sintió que desde el tiempo en que Uchiha no estaba en la aldea, de parte de Naruto no había intenciones de avanzar más allá de la amistad…todo cambió a partir de ese secuestro.

...Qué tonta…se recriminó.

Y que él descubriese la mentira en el pergamino era la causa del insomnio en las anteriores noches, estuvo tentada a regresar y buscarlo para destruirlo pero clavaba sus pies en el suelo evitando hacerlo, habían pasado tantos días sin novedades que ya dudaba que se ejecutara, a veces hasta creía que solo fue parte de un tonto sueño, por las noches  le asaltaba la idea de que algún torpe secretario lo destruía por error,  o que le papel con la misión se perdiera entre otros documentos, eso la aliviaba y la molestaba por minutos, horas incluso, todas esas sensaciones la rondaban atacándola  en sus ratos de reposo y no podía evitar rehuirle la mirada a su propio esposo con un deje de culpa, por el hecho de haber usado su nombre, usurpado su cargo, el sentir  la futura reacción, la decepción en sus ojos celeste como el limpio cielo, si lo descubría, claro.

Sus discusiones eran tontas fachadas para aliviar su propia tensión en aumento, pero aún conservaba la satisfacción anidando en su ser ante la ilusión de poder borrar la molestia en su pecho de una vez y por eso mantenía su silencio.

Hizo una mueca triste, ¿Y si Uchiha realmente no era el problema? Se mordió el labio, y se centró en apagar la última duda, en la torra del Hokage, varios días atrás, su intuición le gritó que algo entre ellos sucedió, no sabía qué, pero dos chakras fundirse en uno no era normal.

Miró a su esposo que no parpadeaba.

Ahora el problema era el propio Naruto.

¿Qué estaba mal? ¿Acaso Naruto no la amaba?¿ no le correspondía  acaso lo besos?

¿No la ilusionaba?

¿De que sirvió tanto esfuerzo?

¿Por qué aceptó casarse con ella? ¿Jugó con sus sentimientos?

…¡Ya no somos unos niños!...

Sin embargo ante tantos cuestionamientos que deseaba gritarle a la cara usó su autocontrol para reprimir su estado y tragando saliva dijo.

— ¿Por qué? ¿Qué hi-hice mal? —el rubio cerró los puños apoyados en la mesa. Ya habia pensado la respuesta y esperaba que le fuera útil.

—Soy yo lo que hizo mal las cosas al apresurar algo de lo que no estuve seguro. —Ella se mordió otra vez el labio en evidente gesto de incomodidad, Naruto observaba todas las reacciones calmadamente. Si la había llamado era para darle personalmente la información, se planteó la situación de mostrarse amable, pero solo la confundiría más y eso era lo que menos quería hacer. Entonces decidió ser sincero. —Los papeles de divorcio los tramitaré en cuanto vuelva de una importante misión. —ella abrió los ojos a más no poder, ¡incluso la abandonaba!, ya algunos rumores se oían al no verlos juntos desde el día de su casamiento. Pero ella con una sonrisa les daba escusas, escusas que se esfumarían en cuando llegaran los dichosos papeles a su puerta.

 —¿Qué? ¿Incluso te vas sin intentar pelear por nuestra relación? —El Hokage asintió suavemente sin quitarle la mirada cielo de su rostro. —¡No lo creo! ¡¿No eras tú el que no se rinde ante nada?! —Ella se levantó se su silla y apoyó las manos dando un golpe seco en la mesa, casi deja caer lágrimas de impotencia, él no quería luchar por ella, por ese sentimiento pasado. ¿Dónde quedó el Naruto del que se enamoró?

—¡Pero me dijiste que me amabas! —su voz fue suficientemente fuerte para ser oídas por los vecinos.

—Nunca dije eso-ttebayo. —Dio un paso hacia atrás arrastrando la silla que chirrió, era cierto, ella era la que lo decía, y vaya que le costaba al principio. Hinata quedó pasmaba ante la respuesta tan sencilla y brusca, buscó algo para desquitarse, si, después de todo él también tenía la culpa.

—¡Me mentiste! ¡me… ilusionas…te! —se le quebró la voz y se limpió una escurridiza lagrima. —¡¡E-eres un idiota!!¡¡Un-un embustero!!¡¡¿Cómo voy a..!!—Naruto contemplaba todas las emociones de su esposa. Y la comprendía, era su falta también, y dejó que le gritase a modo de bálsamo reparador, él aún estaba atrapado sin poder hacer lo que realmente deseaba, tenía que poner su mejor cara ante los demás, mientras por dentro la desolación de no estar a su lado crecía.

—Lo siento.

Hnata se dejó caer al asineto impotente ante el semblante de Naruto, su esposo, ese que la miraba sentado sin sentimiento alguno más que sinceridad, había soñado desde niña compartir su vida a su lado y ahora que era su esposo se comportaba más como un amigo lejano, como si lo que dijera fuera una hoja a pasar cambiando la página, otra lagrima rodó por su mejilla…¡no te dejaré marchar tan fácilmente!... Su rostro cambió de abatida a decidida.

—Tu….¿ tuvimos nuestra noche de bodas o acaso lo olvidaste? ¡El matrimonio no puede anularse así como así! ¿O quieres dejarme con un futuro hijo a cuestas? —mientras hablaba se llevó las manos al vientre, era algo estúpido confiar en estar encinta a la primera vez, pero si su esposo volvía con ella, haría lo posible por quedarse embarazada. Naruto parpadeó un par de veces y ladeó su cabeza hacia el lado derecho, su postura parecía tranquila pero interiormente estaba sorprendido, muy sorprendido.

…¿Así que usas eso?.., pensó,… ¿prendes…atarme con tanta bajeza-ttebayo?...  Abrió las manos separando todos sus dedos en la mesa y casi clavó las uñas en la madera, suspiró con la intención de relajarse, porque estaba molesto ante tal artimaña.

No se saldría con la suya.

—Sí, tuvimos nuestra boda no lo niego. —Como agradecía las clases de Ibiki y a su autocontrol, empleándolo a todo esplendor juntó lentamente sus manos y entrecruzó sus dedos. Calmadamente dijo: —Pero no han pasado ni diez días, ¿cómo puedes saber si estas embarazada-ttebayo? —Hinata sonrió con suficiencia y dijo.

—El flujo de chakra cambia cuando las mujeres estamos…encinta. —el rubio le hizo ademan con un asentimiento  a que continuase y ella lo hizo complacida —Se reparte al tener otro ser dentro de nosotros…. Con el tiempo el chakra del bebé cobra identidad, pu-pudiendo ser una mezcla de los progenitores en partes iguales o con más influencia de uno… que del otro.

—Ah…—vió a Naruto asentir lentamente, como asimilando la información.—entonces tal vez debería felicitarte Hinata. ¿Serás madre-ttebayo?.—dijo con voz monótona.

—Ambos seremos padres, Naruto, no puedes rechazarme así y ¡menos con un futuro hijo tuyo! ¿Acaso no lo entiendes?. —el Hokage negó suavemente, se sintió un estúpido al creer que a su lado podía ser feliz.

¿Cuándo pensó que lo sería?

Todo lo hizo mal.

Él, protegiéndola contra Pain ante el sentimiento de perder a una amiga, él, prestándole su chakra para luchar juntos como ultima esperanza en la guerra.

Él, llevando a Hinata a la ceremonia, molesto por no obtener lo que calló por impulso. Usándola de ese modo para calmar su dolor. Cuando pudo haberse detenido.

Cuando Sakura abrazó a Sasuke siendo niños calló su tristeza, cuando Shikamaru le comentó la cercanía de Sakura a Sasuke lo irritó tanto de igual forma cuando Orochimaru dijo aquella frase “…mi Sasuke-kun”.

Cuando vio a Sakura y a  Sasuke en la entrada del templo lo enfureció tal cercanía. Cuando pudo haber hecho más.

  

—Lo que entiendo es que, si estás embarazada, con más razón debería darte el divorcio. —Su corazón se paralizó, ¿es que Naruto no tenía sentimientos? ¿La olvidó?

—¡¿Qué?!

—Hubo boda, sí, pero no “noche de boda” o como le quieras llamar. Y si estás embarazada, ese hijo no es mío, lo puedo probar con lo que has dicho, los exámenes de sangre y chakra. —ella se levantó nuevamente de su asiento y él la miró a los ojos.

¿Cómo podía decir eso?

 —Nosotros nos acosta… —no terminó de hablar, dudosa de sus propias palabras, recordó que estaba bebiendo con Naruto en su nueva casa y después...¿después qué?.

—No. Tú te dormiste antes y ambos estábamos cansados con toda la celebración —mintió mientras sonreía internamente ante los ojos confusos de su esposa. Agradeció su mal y triste humor de esa vez para no sentirse capaz de tocarla y por supuesto al jutsu. —Hinata, dijiste que me amabas — Naruto enfureció su mirar a tal punto de obligarla a retroceder—pero veo que también me usaste para algo que no entiendo, tal vez también lo hice, no sé tu motivo, pero yo recapacité. Y te pido perdón. —La vió trastabillar como si le hubiera dado una bofetada.

—Yo…yo, aun no sé si….si… lo… estoy…

—Bien….—ambos se miraron por un momento trasmitiendo sentimientos dispares. El silencio en el departamento se estaba volviendo insoportable, asi que decidió cerrar el tema.

—Tengo…. que volver al despacho…— Fueron las últimas palabras del Hokage para luego llevar sus ojos a la taza y tomarla para beber el líquido, sudaba por dentro ante la pelea, pero con la satisfacción de que llevaba las de ganar,aunque ya no se atrevía a ver los ojos perlados, a la joven que apretaba las manos con contenida furia, ya era tanta presión que sus dedos canelas querían intruscarse en el pequeño recipiente, ella se quedó solo unos segundos contemplándolo, maldiciendo por dentro el cambio de Naruto, no sabía el porqué de su nueva actitud, o tal vez debería dirigir su rabia a alguien que estaba a muchos kilómetros de la aldea, cerró los ojos con fuerza, de nuevo esa sensación  molesta de no estar satisfecha. No lo estaría nunca ahora que la persona que amaba no la quería a su lado. Despreciada como mujer, como persona.

Y si ella ya se sentia despreciada, entonces haría que también él lo fuera.

—Tú me…no, no será tan facil. No-no me rendiré. —Naruto dejó la taza y la vio marcharse cerrando lentamente la puerta, no le gustó el tono calmado en que lo dijo. …Hinata está enojada-ttebayo…, hizo una mueca desagradable, ya intuía que ella no daría el brazo a torcer tan facil, tal vez por su clan, posición o por…

—Ahhh…— se rascó la nuca y miró hacia la ventana, era su culpa, lo sabía, tanta ceguera de su parte y por poco comete una locura del que no saldría,  suspiró, había cometido una y ya no quería recordar todas las que hizo, contempló los últimos rayos del atardecer que se filtraban por ella. ¿Cómo le diría que hizo eso con él? ¿Cómo haría para evitar esos oscuros pensamientos cuando lo tenía cerca? Tal vez sería mejor hablarlo.

—…Un paso a la vez….—se dijo.

Ya lo hizo.

Hoy se marchaba con o sin la aprobación del consejo, eso lo pensó antes, pero lo mejor era irse sin que nadie lo supiera, dejaría un clon en su lugar, eso lo hizo ensanchar más la sonrisa.

Se sentía libre.

—Voy tras de ti, Sasuke.

 

 

 

 

Antes de que cerraran las puertas salió de la aldea sin que sus propios anbus lo notaran, cuando estuvo a una distancia considerable, junto chakra e hizo unos sellos concentrándose.

—..Sé que me oyes, dime donde están…—susurró, en la misma posicion esperó un tiempo pero no obtuvo respuesta. Chasqueó la lengua molesto, ¿acaso no lo escuchaba?

—¡Copia tonta-ttebayo! —maldijo, lo intentó de nuevo pero nada, pensó en el porqué y solo  se le ocurrió que estarían muy lejos como para lograr una comunicación, se pasó su mano vendada por el cabello, frustrado.

Fueron tantos días…

O estaría durmiendo el muy… ¡Las termas-ttebayo!...eso fue lo que leyó en la hoja de ruta, tal vez si se dirigía hacia allí podría dar con ellos o preguntaría, no perdía nada con intentarlo.

 

 

 

—Eso no puede ser posible! ¡Exijo hablar con el Hokage! —los gritos del líder de los Hyuuga retumbaban las paredes de la Torre.

El bunshin se despertó por el grito y agradeció que su secretario  detuvo su lectura de un aburrido informe sobre las calles a pavimentar y dejó salir un sonoro resoplido ante la voz gruñona de su suegro,… bueno un poco de emoción…, sonrió desganado, tendría que soportar la reprimenda del Hyuuga  y quizás algun golpe, esperaba ser lo suficientemente fuerte para no desaparecer, aunque estaba replandeandose dejarse pegar mientras su otro yo salía del pueblo,…¿Y por qué no me fuí yo-ttebayo?...se hundió en su asiento….no es mi suegro…—¡Tsk!

— ¡Pero no puede!—un viejo oficinista que estaba en la entrada le impedia pasar.

—Mira como lo hago— y sin más le empujó, obligándole a apartarse y golpeó con el puño la puerta al despacho—¡¡Uzumaki-Namikaze!! —luego tomo el pomo y lo giró varias veces. Hinata estaba pálida, ir hasta su padre y descargar toda información de su pronta ruptura con el Hokage le enfureció.

Eso era deshonor para el clan.

Una ofensa para las buenas costumbres.

Un escándalo.

—Hyuuga, me sorprende su actitud. —Ibiki Morino pasó a su lado, el hombre le miró furioso pero se sorprendió de que el shinobi abriera con soltura la puerta.

—Hokage-sama—apenas dio un asentimiento de cabeza de saludo y entrecerró los ojos, viendo a su líder, el cual se removió incomodo ante la presencia de él y del jefe del clan Hyuuga.

—Si…¿qué suce..de?…—su voz tambaleó y tragó duró …¡mierda,en la que me metí-ttebayo!...lloraba internamente, miró la pared, le daba ganas de estrellarse a ella para desaparecer ya y no soportar el escrutinio de los presentes.

—¡¡NARUTO!! —gritó el hombre ya sacado de sus cabales ante su yerno, que mas parecía interesado en mirar a cualquier lugar menos a su cara... —¡Desgraciado, ¡¿cóm..?! —pero una fuerte presión en su hombro le detuvo, detrás estaba el shinobi con seria expresión en sus ojos.

—Tengo algo más importante que decir. —el pelilargo se apartó bruscamente, no era bueno discutir con ese ninja. El jefe de investigaciones se acercó a la mesa y arrojó un pergamino, el bunshin frunció las cejas, confundido al tomarlo. Antes de que abriera la boca para preguntar el otro se le adelantó.

—No entiendo tu cambio de actitud.¿Como es eso de compañero a traidor? —Los presentes mantuvieron sus posturas silentes, antes las confusa palabras. —Lee.

—¡¿…?! —la copia tomó el pergamino de funda roja y lo desenrrolló, anodadado por las palabras. Hinata empezó a temblar... ese pergamino…retrocedió instintivamente, casi dejó de respirar mientras observaba a Naruto abrir sus pliegues y centrar la vista, que poco a poco cambiaba a una que no supo interpretar.

—¿Q…quién..? —atinó a balbucear, todo su cuerpo temblaba.

—Esa es tu firma. —sentenció impertérrito el shinobi, Hyuuga no comprendía lo que pasaba pero decidió esperar, mientras curioso se preguntaba que era lo que había en el pergamino para poner asi al rubio.

—Es…es …—No podía terminar la oración ante lo que acababa de leer, — I…imposi…ble. —…¡Oh Kami-sama!…se dijo Hinata ante el nuevo semblante de su esposo que cambio de una interrogante a furiosa en dos parpadeos, o eso era lo que quizo ver para engañar a su mente.

Y desapareció dejando una estela de humo que confundió a ambos Hyuuga, no así a Ibiki.

—Lo suponía…

—¡¿Qué rayos sucede?! —bociferó el ojicielo. El jefe de investigaciones luego de tomar el pergamino que cayó al suelo, dijo

—Esto… — agitándolo frente al Hyuuga—es la sentencia de muerte de Uchiha, firmada por Naruto, el Hokage—El hombre retrocedió un par de pasos sorprendido ¿ese idiota era el mismo del pasado que gritaba a los cuatro vientos su amistad?

Era imposible, ¿él ordenó asesinar al Uchiha?

 

Hinata salió del despacho completamanete sin respiracion.

La mirada de Na-Naruto…Se agarró los largos mechones y se los tiró con fuerza.

No, no quería recordarlo.

…Era de furia.. se dijo a si misma, pero ella sabía leer en las personas con su byakugan.

Esta vez no fue necesario hacerlo.

No lo soportó.

Esa mirada la mataba.

Era una mirada de fuerte determinación.

Una mirada de furia contenida.

Una mirada de desesperado amor.

 

 

 

 

Era pasado el mediodía, y el campo que cruzaban estaba casi desierto de árboles, Sasuke marchaba detrás del grupo, siete días han pasado desde su partida de Konoha, y se sentía que de un momento a otro su cara golpearía el suelo sin elegancia. Comenzaba a tambalear y su vista se nublaba lentamente, tenía sueño, sueño de verdad… ¿qué lo causa?...pensó y se llevó la mano a la boca para cubrir un bostezo. Pero se contuvo por una razón.

Todos olían muy mal.

—¡Tsk!. —Puso cara de asco y dejó de caminar para que los demás se alejaran, el bunshin a su lado derecho hizo lo mismo y se rascó el cuello….Mmm… no comprendía las actuales reacciones de su objetivo, pero estaba con él después de todo. Se acercó más a su lado y fijó la vista a la pálida mano que cubría su boca. Sonrió complacido ante la idea de acariciarla otra vez, si, a la misma mano, pero de seguro esta vez recibiría una patada. Ya había experimentado el poco genio de su objetivo  la tarde de ayer cuando se sentó a su lado en un tronco roído para descansar del recorrido y la tomó con la excusa de limpiarla, ya que habían atravesado una profunda y resbaladiza acequia por lo que de vez en cuando debían al apoyarse en la pared de barro,  acabando enlodados por la fragilidad de la tierra, volviendo al pasado día, cinco pares de ojos curiosos contemplaron el inicio de la interacción, inicio, porque su objetivo  sin expresión alguna le golpeó con la palma de su otra mano enlodada dejándole marcada la cara y tirándole del tronco y de su lado.

Cuando no quería su cercanía se lo hacia saber a su manera.

 

Ansiaba demostrarle su fuerza y decisión…¿cómo?... Se preguntaba, se cruzó de brazos mientras lo veía retomar el andar, también lo siguió, anoche antes de dormir sintió otro cosquilleo y un molesto murmullo inentendible en su cabeza el cual ignoró por completo. No sabía que era pero le daba mala espina. De un momento a otro salió de su ensoñación al escuchar a la pelirroja que gritó algo y señaló al cielo, antes de que pudiera girarse a ver, Sasuke se arrojó a él, tirándolo hacia atrás.

Las flechas de chakra cayeron cerca de ellos, Kakashi junto con los demás corrieron para rodearles, Suigetsu blandió la espada y girándola en el aire repelió el otro grupo de flechas dirigidos a ellos. El clon vio al menos tres aves de tinta que giraban en el cielo azul y  velozmente bajaron, rozaron el suelo en su dirección,  se levantó y poniéndose delante de Sasuke  formó una bola de viento para lanzarla hacia los enemigos, partiendo un ave en dos, obligando a que sus pasajeros saltaran al suelo. Lo mismo hizo el sexto al arrojar un kunai electrificado y cortar el ala del ave que pasó a su lado. Karin se agachó al lado de Juugo cuyo brazo trasformado lanzó un cañonazo al tercer pájaro destruyéndolo en el aire, los enemigos cayeron al suelo con poca elegancia.

—Vaya…—dijo Shikamaru. Pero se sorprendió al verles las máscaras, máscaras de anbu. Chasqueó la lengua al ver que dos grupos de dos corrían hacia ellos. Poniéndose en guardia.

—Esto si es problemático.

 

 

 

Notas finales:

Wueno, ya vamos por el 21 Wiii!! , son muchas hojas de word D:, espero leernos en alguna actualizacion, ¡cuidense! :3


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