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Sax and you por Yoshita

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Notas del capitulo:

Me reporto de nuevo luego de una ausencia, al fin ando en vacaciones y he podido terminar el capítulo dos de "Sax and you", espero lo disfruten. 

Nota 1: si se ve feo o pegado, lo editaré cuando pueda, actualizo desde un dispositivo móvil y no es fácil. 

Nota 2: la canción de tono de Noya, el "Sexy saxman" en realidad es "Careless Whisper" de George Michael. La deben conocer como la canción de los créditos en Deadpool (quienes la vieron). 

En la mañana, los golpes repetitivos en la puerta levantaron a Nishinoya.  

-Ya voy, ya voy- intentaba gritar mientras se tallaba los ojos y acomodaba su pantaloneta de dormir. Apenas abrió, varios muchachos entraron de sopetón a su apartamento. -¿Pero qué hacen aquí todos ustedes?

Tanaka, Oikawa, Kuroo, Iwaizumi, Akaashi y Bokuto estaban tirados en el suelo. 

-Tenemos curiosidad- murmuró Tanaka- del tipo con el que te fuiste ayer. 

-No fue nada, en verdad- se sentó en el suelo frente a la montaña de chicos- me llevó a un sitio llamado Catarsis y allí...

-¿Cogieron bien duro?

-No, nosotros...

-¿Se masturbaron salvajemente?

-No...

-¿Te viniste muchas veces?

-¡Por la puta, cállense! Nada de eso pasó... Asahi-san me invitó un café. 

Se quedaron mirando al chico con cara de estupefacción. 

-¿Un café? ¿Asahi-san? ¿Pero qué te pasa, Nishinoya?

-No me pasa nada. Y si, fuimos por un café... En realidad fueron dos... Y unas galletas en forma de dinosaurios. 

-¿Un tipo con cara de matón te pidió para llevarte a comer galletas?- cuestionó Oikawa. 

-No, no, él no me quería invitar, yo lo obligué. 

-Entonces si quería sexo. 

-No, no...

-¡¿Entonces qué?!- exclamaron exasperados.  

-El sujeto estaba perdido y terminó en el bar, como no consumió nada, la única escapatoria que tenía era yo y lo hizo, me pidió que lo llevara al café y allí se aclaró la cosa... Entonces en compensación le dije que me invitara a un café. Un café que terminaron siendo dos y galletas y una conversación excelente. 

-Entonces... ¿Asahi-san?

Asintió. Todos soltaron la risa. 

-¿Pero qué les sucede a todos, idiotas?

-Nishinoya Yuu...- se burlaba Tanaka- te enamoraste de ese pastel de chocolate.  

-No me he enamorado... Me gusta, pero no me enamoré. 

Se callaron. 

-Entonces, Nishinoya-san... ¿Aceptas que te gusta?- preguntó Akaashi. 

-Si, lo acepto. Y si ustedes fueran yo, les gustaría ese tipo también. 

-Estás perdiendo la cabeza- poco a poco se fueron sentando- no puedes enamorarte, Yuu-chan. 

-Si que puedo- se cruzó de brazos e hizo un mohín- y se los demostraré. 

-Lo máximo que vas a conseguir es llevarlo a la cama- murmuró Tanaka. 

-Claro que no... Si me acostaré con él en algún momento, pero me voy a enamorar de Asahi-san.  

-Ah- Kuroo suspiró poniéndose de pie- supongo que no has desayunado- dejó sobre el mesón de la cocina la bolsa de víveres que había logrado salir intacta luego de la caída de los muchachos- tampoco hemos comido... En realidad veníamos a usar tu cocina. 

-No me extraña. 

-Vamos Yuu-chan, no cualquier joven de 22 vive solo y en un apartamento tan amplio como el tuyo. 

-Estaba en oferta, les dije... Y todos lo arreglamos. Y sabes que no lo he terminado de pagar. 

-Lo que lo convierte de nuestra propiedad también- murmuró Tanaka sentándose en el sofá- pero no pagaremos por el. 

-Oye Bokuto, échame una mano aquí- gritó Tetsuro desde la cocina.  

-¡Hey, hey, yeah! 

-Es tan idiota...

-Vamos Akaashi, no puedes negar que Bokuto causa un poco de ternura-  se burló Tanaka. 

-¿Qué? Deja de hablar mierda, idiota, Bokuto-san es un imbécil. 

-¡Te estoy escuchando, Akaashi!

-Ya lo se, idiota. 

Rieron. 

Así pasaron la mañana, entre comida y juegos y burlas. También un poco entre música.  

-Vamos Yuu, dinos mas de ese sujeto.  

-Asahi-san es jugados de volleyball profesional. 

-¿En serio? Hombre, hace mucho no juego- murmuró Kuroo. 

-Tampoco yo- secundó Tanaka. 

-¿Dónde juega tu futuro novio?

-¡Hey! Es Azumane-san para ti, y juega con el equipo de la ciudad. Y trabaja en una librería. 

-Suena aburrido- murmuró Bokuto- vamos Nishinoya, tienes potencial para mas. 

-Para él es quien quiero potencial- bebió de la lata de cerveza que tenía- no lo conocen. 

-¿Es tan importante para ti, Nishinoya-san?  

-Bueno...- el timbre del celular de Nishinoya comenzó a sonar con la afamada canción del "Sexy Saxman". El chico lo cogió y miró el mensaje entrante.  

Nishinoya, soy Azumane Asahi. Quería saber si puedo tomar otro café contigo. Si no tienes... Trabajo, claro.

Noya sonrió y dio al botón de responder.   

Tengo turno esta noche, pero le diré a Ryuu que me deje salir mas temprano... ¿Te parece a las 11?

Presionó enviar y, de paso, guardó el número como "Asahi-san".   

Los chicos lo miraban confundidos. El timbre de mensaje sonó al rato. Nishinoya no había soltado el teléfono.   

Si tienes trabajo lo dejamos para otro día, no quiero ser un problema para ti.

Frunció el ceño, Asahi-san no era una molestia para él.   

No eres ninguna molestia, de hecho le preguntaré a Ryuu en este momento.

Enviar. 

-Oye Ryuu- exclamó- ¿puedo salir hoy mas temprano? 

-¿Eh? ¿Disculpa?- dijo mientras tomaba otra carta del montón. ¿En qué momento habían comenzado a jugar póker?

-Hoy, esta noche. Para terminar el turno a las 11, ¿puedo? Vamos, di que si, nunca te lo he pedido. 

-Si, no creo que haya problema... Puedo decirle a Yamamoto que tome tu turno...

-¡Yes!

Volvió a su celular y tecleó.    

Ryuu acaba de decir que si, así que esta noche también podrás invitarme un café y galletas. 

Envió el mensaje y recibió otro al tiempo.    

¿Estás seguro? No quiero interferir en tu empleo o algo así.

-Realmente es un idiota.   

Te dije que no había problema.

Enviar.  

¿Nos encontramos en el café o piensas perderte de nuevo?

Enviar. Sonó el tono.   

Gracias por aceptar tomar café conmigo. ¿Quieres que pase por ti o...?

Tono de nuevo.   

Creo que no quiero perderme, pero ya se como llegar. Voy a preguntar en el camino. Espérame afuera, no quiero pasar vergüenza de nuevo.

Rió.    

Si vas conmigo no van a decirte nada. Puedes entrar. Siéntate en la barra y dile a Tooru que vienes por mi. No es difícil reconocerlo, es el único chico que vas a encontrar sin chaqueta y con delineador de ojos.

Miró al mencionado, Oikawa había desfalcado ya a los chicos. Como cosa normal, pagaban con prendas, así que había una pila de ropa en la sala. 

Sonó el tono.   

Está bien. Entonces nos vemos esta noche.

-¡Yaaaas! 

-¿Qué sucede?

-Tengo una cita esta noche. 

-¿Con el matón de peluche? 

-Azumane-san, para ti, Kuroo. 

-Así que me pediste permiso por ese sujeto.  

-Te lo recompensaré, Ryuu, te lo prometo. 

-Ya, ya... Cálmate... Pero si tiene alguna amiga, mas te vale presentarme. 

-Lo que digas- estaba radiante. 

-¿Qué usarás esta noche, Yuu-chan?

-No lo había pensado, ¿ropa, quizá?

-No seas tonto, Yuu-chan, piensa- destapó su juego, tenía flor real. 

-Oikawa tramposo- gritó Hajime- eso no se vale. 

-Vamos Iwa-chan, es completamente de acuerdo a las reglas. 

-Eres un maldito, Oikawa- Kuroo se quitó el pantalón y lo dejó sobre la pila de ropa. Iwaizumi se quitó la chaqueta que tenía y Tanaka dejó una media. Bokuto y Akaashi, ellos... Bueno, ya se habían retirado del juego, toda su ropa estaba en la pila.  

-¿Quieres jugar, Yuu-chan?

-No, iré a buscar algo decente para salir con Asahi-san. 

-Está bien, si necesitas mi ayuda, solo dime. 

Nishinoya asintió. 

Se encaminó a su habitación, ¿qué tan importante debía ser su ropa? Podía usar algo parecido a lo de la noche anterior.  

-Quizá la leñadora verde...- abrió la puerta de su recámara. No debió haberlo hecho- ¡por la madre, maldición! ¡Si iban a hacerlo, hay habitación para huéspedes, malditos enfermos! ¿Por qué en mi cama? ¡Largo! 

Akaashi y Bokuto salieron casi corriendo de la habitación del castaño. Noya cerró la puerta con fuerza. 

Miró su cama. Afortunadamente no habían pasado a mayores aun, pero sintió desagrado y quitó el edredón.  

-Voy a lavar esto hasta que quede como nuevo. 

Ignoró el hecho y miró su guardarropa, ¿qué era tan importante con la ropa?

-¡Tooru!- exclamó- ¡¿qué es lo importante con la ropa?!

Escuchó maldiciones y trastos mover, luego vio a Oikawa abriendo su puerta. 

-Yuu-chan, Yuu-chan, la idea de una cita es conquistar mas, debes verte bien. 

-¿Eh? ¿Quieres que use ropa... Elegante?

-No, Yuu-chan. Quiero que vayas bien.  

-¿Cómo es ir bien?

Oikawa abrió la boca para de ir algo pero luego la cerró.  

-Veamos que tienes, Yuu-chan. 

El armario de Nishinoya no era la gran cosa: una parte era ropa deportiva, la otra era ropa de trabajo y una pequeña porción era ropa casual.  

-Parece que nos iremos de compras, Yuu-chan. 

-Ni que estuviese loco, gracias. 

-¿Por qué no te gusta?

-Es aburrido- se tiró a la cama- lo único que uno espera es la silla. 

Oikawa suspiró. 

-Está bien, veré que rescato. 

-Te lo encargo, Tooru- le dio la espalda al chico y comenzó a jugar en su teléfono.  Pudieron haber pasado tanto 5 minutos como 30, pero Nishinoya había ignorado por completo que Oikawa estaba eligiendo ropa para su cita. 

-¡Hecho!- exclamó, parecía complacido con lo que había seleccionado. 

-¿Hmm?- miró la ropa que Oikawa había dejado en su escritorio. Se encogió de hombros- si tu lo dices, Tooru, lo usaré.     

 

 

Nishinoya cerró con llave la puerta de su apartamento. 

-Apura Noya, vamos...

-Si, si, tarde, pero la culpa es de Tooru por querer con Hajime en la cocina.

Oikawa se cruzó de brazos. 

-En mi defensa, fue Iwa-chan el que comenzó. 

Recibió un golpe en la parte trasera de su cabeza.

-Y será culpa mía si te caes desde este piso a la acera, Oikawa bastardo.  

-Déjenlo ya, arreglen todo esto después en el apartamento de alguno. 

-Y no va a ser el mío- murmuró Nishinoya. 

Bajaron por las escaleras, el teléfono de Yuu indicaba las 5:30. 

-Todavía hay luz, Noya, no puedes hacer que sean las 11 tan rápido.  

-Lo se Ryuu, pero es que quiero que sean las 11 para ver a... Asahi-san y... Oh, mierda. 

Se detuvo en seco, haciendo que el resto de chicos lo hicieran también.  

-¿Pasa algo, Noya-san?- Akaashi se acercó al chico y le puso una mano en el hombro. 

-Tooru...- sonrió- dejé mi ropa en casa... La ropa... La de la cita...

-¡Yuu-chan! ¡Y yo me esforcé en elegirla...!- Oikawa alzó la vista por un momento, iban en un parque con juegos infantiles, él conocía ese parque. Tomó a Nishinoya de la mano y salió corriendo- ya regresamos, esperen ahí. 

-Espera Tooru, ¿a dónde vamos?

-A mi casa- sonrió y le hizo una mueca- no puedo dejarte ir a tu cita...- lo miró de arriba abajo- así, Yuu-chan.  

-Tengo miedo de esto...

Oikawa dio unas cuantas vueltas en algunas esquinas hasta llegar a una bonita y pequeña casa de un solo piso.  

-¿Vives aquí, Tooru?

-Si, esta es mi casa.

Oikawa abrió la reja de la entrada y luego la puerta, hizo pasar a Nishinoya primero y luego cerró tras de él. 

-Sígueme, Yuu-chan. 

Nishinoya lo siguió por el pasillo recto hasta que Tooru giró a la derecha en el último cuarto. Era su habitación.  

-Verás, Yuu-chan, entre toda mi ropa debe haber algo que te quede- abrió su armario de par en par, vaya que Oikawa tenía ropa. Tooru analizaba su ropero detenidamente buscando algo que le quedara bien a Nishinoya. -Dime, ¿te gustaría ir de blanco?

-Lo que sea Tooru, solo date prisa, llegaremos tarde.  

-Pero esta vez va a ser culpa tuya- le guiñó un ojo. 

-Lo que digas- murmuró aburrido. 

-¿Qué pasa, Yuu-chan?

-Voy a dejarlo. 

-¿Qué?

-El ser acompañante nocturno, eso. No puedo acostarme con alguien que no sea Asahi-san.  

-Hombre, y acabas de conocerlo. 

-Solo ya no quiero eso, Tooru, me gusta que me inviten un café mas que una copa. Anoche no bebí licor y fue una noche memorable... Mejor que todas las noches que he tenido y ni siquiera hubo sexo, ¿entiendes mi punto, Tooru?

Entendía. Yuu era alguien que había llegado por azares del destino a la puerta de Parade y Tanaka lo había acogido. Poco a poco se había ganado la confianza de todos. Yuu no tenía la cara de ser una perra, como él siempre se refería al músico. Habían aprendido a conocer a Yuu y todos concordaban con lo mismo: Nishinoya no tenía madera de acompañante nocturno y mucho menos de una puta. 

-Sigue buscando, Tooru- él también sentía que podía confiar en los chicos. Sin embargo, nunca supo como fue que comenzó a ser toda una perra. Porque él no era así. Quizá las ventajas del dinero, pero Yuu había notado que un trabajo en la mañana no sonaba mal, además cuando acabara su turno podía ir a ver a Asahi-san y...

-¿Te gusta esto, Yuu-chan?

-Si, si, está bien.  

-Aunque pienso que a ese Asahi-san realmente no le importará lo que lleves puesto.  Yuu esbozó una ligera sonrisa. 

-Claro que no va a importarle.

Oikawa tomó una maleta desocupada de su armario y metió a la fuerza la ropa que le había prestado a Yuu. 

-Vas a verte genial, Yuu-chan. 

-Si, ya lo creo.     

 

 

La hermana de Tanaka les gritó. Habían llegado media hora tarde y el bar ya estaba a reventar, ni que decir del casino. Al parecer, el sábado había prometido mas de lo usual y se necesitaban todos los meseros. Y vaya que esos 7 faltantes hacían bien. 

-Rápido, rápido- había dicho Saeko luego de halarle las orejas a cada uno de ellos- los quiero a todos listos en 10 minutos, así que ¡andando! 

Los chicos se habían quejado de Saeko, pero bien que se lo merecían. 

-Ryuu, ¿podrías pasarme eso?- señaló su corbatín.  

-Ten, Noya. 

-Gracias. 

El pequeño cuarto en que se cambiaban estaba abarrotado. Como sus turnos solían ser distintos, no había nunca mas de 3 personas al tiempo en el recinto, pero como los chicos habían llegado juntos, debían soportarlo. Apenas y se podían mover. 

-¡Listo!- exclamaron y salieron antes de que Saeko volviera a halarles las orejas.   

 

 

Nishinoya no dejaba de mirar el reloj que Oikawa tenía detrás.  

-Mirar el reloj no hará que vaya mas rápido, Yuu-chan.  

-Solo quiero que sean las 11. 

-Dos horas, Yuu-chan, debes esperar dos horas mas. 

Suspiró. 

-No quiero esperar, Tooru, lo quiero ya.

-Ten- puso el pedido de bebidas en la bandeja del chico-game on.

-Te odio, Tooru- murmuró mientras llevaba la bandeja con licor a los clientes.  

-¡Te oí!

-¡No me importa! 

Oikawa sacudió la cabeza en señal de negación, Yuu seguía siendo el mismo Yuu, solo que enamorado. Y no lo culpaba, también había cambiado un poco (mucho) cuando comenzó a salir con Hajime. 

Miró el reloj y se rió para sus adentros. Ese reloj había dejado de funcionar hacía mucho y nadie había querido repararlo. Tampoco él, pero tampoco había dejado que lo botaran, ese reloj hacía parte del decorado y le había tomado cariño. Porque se detuvo el día que había besado a Iwaizumi. Pero eso era otra historia. No iba a decirle a Yuu que en realidad faltaban 10 minutos para que su pastel de chocolate llegara.

-¿Too... Ru?- oyó con inseguridad que le llamaban en la barra.  

Hablando de pasteles... 

-Oikawa Tooru, un gusto- extendió su mano- Azumane Asahi, ¿verdad? Ya le avisaré a Yuu.  

-Gracias O... Oikawa... -san... -No hay de qué- le guiñó un ojo y dio una seña a alguien detrás de Asahi. 

Kuroo comprendió el mensaje y se acercó a Yuu para secretearle algo. 

-¡¿Eh?!- exclamó el chiquillo- ¡voy realmente tarde! 

Oikawa se carcajeó en la barra. 

-¿Sucede algo?

-Claro que no, Azumane-chan, todo va perfecto... Oh, disculpa un momento, debo hablar con el hermano de la dueña- Oikawa se retiró de su puesto y buscó a Tanaka entre la gente. 

Asahi se quedó sentado en la barra, solo. Sin Nishinoya, se sentía en un terreno tan hostil como un campo de batalla. Un gatito en una perrera.  

-Así que regresaste, ¿eh? 

Un hombre de apariencia adinerada y mala clase se dirigió a él. 

-¿Dis... Disculpe?

-A buscar a Yuu, viniste por él. 

-Ni... Nishinoya-san me dijo que pasara por él...

-¡Ah!- el hombre estalló en risas- Yuu cree que puede hacerlo. Oye, por si no lo sabes, Yuu tiene ya a alguien. Y no va a cambiarlo por un tonto, gigantón y cobarde. 

-Es cierto- murmuró Nishinoya detrás del hombre- ya tengo a alguien y ese alguien es Asahi-san. Y tiene razón- se situó al lado de Azumane y tomó su mano- no lo cambiaría por un ¿cómo fue? Tonto, gigantón y cobarde- miró al hombre de arriba abajo- en este bar nos reservamos el derecho de admisión y me place decirle que está usted cordialmente no invitado a regresar. Es mas, está cordialmente invitado a conocer la salida. Adiós- agitó la mano en señal de despedida.

El hombre refunfuñó cosas inteligibles y se marchó.

-¿Estás bien, Asahi-san?

-Uh... Oh... Si, estoy bien, gracias Noshinoya-sa...

-Deja el "-san" aparte, Nishinoya está bien.  

-Está bien...

-¿Quieres algo? Debo cambiarme antes de irnos. Iba a hacerlo antes, pero ese hombre estaba molestándote y Tooru no estaba cerca para salvarte el trasero. Así que aquí estoy yo, cuidando tu espalda. ¿Quieres un batido de fresa? ¿O es el chocolate mejor?

-El que sea está bien...

-¡Enseguida!- Yuu cruzó como bólido al otro lado de la barra y sacó muchas cosas del refrigerador- oh, no te asustes, nada de esto es licor- sonrió sabiendo lo poco tolerante al alcohol que era su acompañante- creo que esto bastará- metió todo al vaso de la licuadora y la encendió. Una crema color café daba vueltas dentro. La apagó y sirvió el batido en un vaso grande con un pitillo- va por cuenta de Yuu- se señaló con el pulgar- así que no hay nada de qué preocuparse. Espera aquí, me cambiaré en par patadas. 

Nishinoya salió corriendo y desapareció detrás del enorme escenario del antro. 

-Parece que eso fue todo...- murmuraba Oikawa mientras sacudía sus manos y regresaba a su posición de trabajo- ¿oh? Vaya, vaya, debes ser realmente especial para Yuu, él no deja que nadie se acerque a su provisión personal de helado. 

-¿Provisión personal?

-Yuu suele ser como un niño pequeño- se apoyó en la barra y comenzó a limpiar las copas que Kuroo había dejado hacía ya un rato- hay veces que no para de beber licor, pero hay veces en que se hace casi cinco malteadas diarias. Y no importa lo cercanos que seamos a Yuu, él nunca va a dejar que las probemos- se carcajeó- siéntete libre de pedir otra, parece que Yuu te dio un pase libre. 

-Nishinoya es realmente muy amable...

-Noya. 

-¿Perdona?

-A Yuu le gusta más que le digan Noya a que le digan Nishinoya. Aunque le gusta más que le llamen por su nombre, pero parece que no tienes la valentía suficiente que a Yuu le sobra.  

-Poco a poco la tendré...- murmuró y tomó un sorbo- me gustaría llamarlo por su nombre así como él hace conmigo.  

-Estás perdiendo el miedo a hablar, grandote- se burló- eso es bueno. 

-Es que veo que tienes mucha confianza con... Noya. 

-¡Perfecto! Ya puedes decirlo, vamos bien... Y si, Yuu y todos... Somos casi inseparables... Oh, espera un momento- caminó hasta un extremo de la barra y buscó a alguien con la mirada, ya localizado, exclamó- ¡Yamamoto, quiero tu maldito trasero vestido de gala y listo para reemplazar a Yuu!

El mencionado levantó su dedo corazón en dirección al castaño. 

-Bastardo infeliz...

-Relájate- murmuró Kuroo.

-¿En qué momento llegaste?

-Justo ahora. Anda, ve y regaña al chico mimado, te cubro en la barra. 

-Te lo encargo. 

Oikawa saltó el mesón de madera decidido a halarle las orejas a ese estúpido de Yamamoto Taketora. 

-¿Así que tu eres Asahi-san, eh? Vaya, Noya es realmente curioso. 

-¿Lo dices por la malteada?

-Básicamente, si- rodeó el mesón para quedar al otro lado en el puesto de Oikawa y siguió con la tarea de limpiar copas- y de que va a salir contigo dos veces seguidas. Él nunca hace eso. Es mas, nunca sale, Noya...

-Si, se lo que hace- lo detuvo, no necesitaba saber mas- me lo dijo. 

-Ah, entiendo... ¿Y aun así quieres salir con Noya? 

-¿Por qué no? 

-Bueno- se apoyó con el codo en el mesón- teniendo en cuenta que Yuu ha dormido con mas gente en una semana que tu en un año...

-Nishinoya ha...- se detuvo- Noya -corrigió- Noya ha dormido con mil personas, no me importa... Me convertiré en la mil y una y no voy a cambiar ese dígito.  

-Suenas convencido, grandote. 

Suspiró. 

-Soy Azu...

-Si, si, sabemos quién eres y donde trabajas y esos detalles insignificantes gracias a Noya. Un gusto- dejó el trapo y la copa aparte- soy Kuroo Tetsuro- le extendió la mano y Asahi la estrechó. 

-Bueno, ya sabes quién soy.  

-Si- se carcajeó- es mas, puedo decirte que casi todo, si no es que todo, el personal del bar te conoce. Y todo por Nishinoya. 

-Entonces Noya...

-Lleva hablando de ti desde que despertó- dejó la última copa en su puesto- es agotador, pero al tiempo nos alegra que ese chiquillo te haya encontrado, Azumane. 

-La verdad- sonrió- también me siento afortunado de haberlo encontrado. 

Kuroo sonrió, ese pastel de chocolate gigante le hacía bien a Noya. 

-¿Y? ¿Qué piensas invitar a hacer a Noya?

-Bueno, no lo había pensado... Quizá lo lleve de nuevo a por un café y...

-A Noya le gustan las películas de acción. 

-Y las comedias románticas- interrumpió un chico de cabellos canos a la espalda del castaño- hey, Azumane, llévalo por una película, Noya lo adorará.  

-También- Kuroo posó sus manos sobre sus caderas y las ladeó hacia un costado- y Noya ama el helado, de lo que sea, lo adora. Y los panes de carne. 

-Y el ramen- murmuró el chico de cabellos claros recostado en la barra.  

-Lo tendré en cuenta, muchas gracias Kuroo-san y...

-Bokuto- le estrechó la mano que le apuntaba- Bokuto Kotaro. 

-Bokuto-san.  

-Procura que Noya no caiga aburrido o lo vas a lamentar. 

-¿Eh?- ahora habían crispado sus nervios, ¿no aburrirlo? ¿Cómo lo lograría? Ni siquiera había planeado lo que harían, él solo quería ver de nuevo a ese chiquillo hiperactivo y sonriente. 

-Vamos chicos- interrumpió Oikawa- no asusten a nuestro Chocolate-chan, va a estar todo bien, ¿verdad?- guiñó un ojo a Azumane. -Por cierto, Yuu ya viene en camino. 

Solo fue mencionar al músico y este apareció al lado de la barra, saliendo de los camerinos donde se había cambiado por la ropa que Tooru le había facilitado. 

-¿Estás listo, Asahi-san?

-Eh, si, yo, bueno...- se frotaba el antebrazo de manera nerviosa e insegura.  

-Ya se nos ocurrirá algo para hacer- tranquilizó al muchacho- estará todo bien. 

-Si, eh... Hasta luego- dio una ligera reverencia a los muchachos y luego se retiró junto con el chiquillo. 

-¡Adiós chicos!

-¡Adiós Noya!- exclamaron mientras los veían acercarse a la puerta.  

-Va a ser una noche larga para ellos, ¿no lo creen?- murmuró Oikawa. 

-Y lo será para ti si sigues en esas- murmuró Iwaizumi a su espalda- Oikawa bastardo, deja de ser un holgazán... ¡Todos ustedes igual!    

 

 

-Y dime, Asahi-san, ¿qué haremos hoy?  

-Bueno, yo pensaba en una cosa y en otra...

-¿Iremos al café?- preguntó emocionado.  

-No, eh... El café está cerrado. 

-Pero es sábado- hizo un mohín y se cruzó de brazos- debe estar abierto. 

-No... En realidad no... Es que...

-Escúpelo ya, Asahi-san. 

-Ah- suspiró derrotado- mañana hay un entrenamiento temprano en la mañana y el entrenador nos prohibió salir hasta tarde o algo así... Y como los que atienden en el café son todos del equipo, no hubo mas remedio que cerrar. 

-Entie... ¡Espera! ¿Qué haces tu aquí entonces?

-Te había prometido una segunda cita y ya te había invitado cuando Suga me lo recordó. Parecías tan emocionado... Y además cambiaste tu turno para poder verme... No podía cancelarlo. Lo lamento. 

Nishinoya lo miraba fijamente. 

-Sígueme. 

-¿Eh? Yuu se desesperó con la confundida mirada de Azumane y tomó su mano para arrastrarlo por la acera. 

-No, no, Noya, espera, espera, en serio, dime qué haces, espera...

Sus balbuceos fueron completamente ignorados mientras el músico caminada por la calle aparentemente buscando algo. Asahi se había ya acostumbrado al trayecto, pero un desvío repentino lo hizo sobresaltar. Nishinoya había girado a la derecha, adentrándose en uno de esos almacenes 24/7.

-Lleva esto- le largó una canasta de la compra y arrojó dos vasos de pasta instantánea. 

Hizo que Azumane lo siguiera a través de todos los pasillos: llevó frituras de varios tipos y algunos chocolates y helado. Se detuvo un momento frente a las bebidas, recordando si tenía suficiente en casa, pero siguió derecho luego de recordar que en la mañana, los chicos le habían dejado suficiente té como para una semana. Asintió para si como si todo estuviese en orden y se encaminó a la caja seguido por Asahi.  

-Esto será todo- le dijo a la chica de la caja mientras terminaba de pasar la última de las frituras. Pagó luego de reprender a Azumane (quien estaba decidido a cancelar el monto por una compra casi ridícula) y arrastró al gigante fuera de nuevo.  

-Noya, Noya, espera- el chico se detuvo- ¿a dónde vamos? ¿Qué haces? ¿Para qué es todo esto?

-Dijiste que no podías salir hasta tarde- soltó su mano y lo miró de frente- así que no saldremos. Entraremos. 

-No entiendo, Noya. 

Yuu señaló con su pulgar un edificio.  

-Vamos a mi casa, si no puedes salir, no lo haremos, pero no vamos a arruinar nuestra cita. 

-¿Entonces todo eso...?

-Pensaba que podríamos ver alguna película... Y si te sietes cansado siempre puedes caer dormido en el sillón, no hay de qué preocuparse. Lo que quiero decir es que quiero estar contigo, pero no quiero que mañana te metas en problemas por mi culpa, así que pensé que esto sería lo mejor. 

Asahi miró al pequeño, ¿él solo había pensado en esa idea? Vaya que le sorprendía. Pero era grato. Sonrió. 

-Gracias, Noya. 

El chico le devolvió la sonrisa. Y sin que se lo esperara el castaño, Yuu lo abrazó por la cintura.  

-Bien, vamos- exclamó.     

 

 

Nishinoya acomodó el sofá-cama de la sala para que ambos cupiesen cómodamente. Por sugerencia de Asahi, habían seleccionado una película de acción clásica que Noya aceptó gustosamente. 

Comieron el ramen con té, frituras con té y acabaron con el chocolate en par patadas, todo antes de la mitad de la película.  

-Espera, ponle pausa- murmuró Nishinoya poniéndose de pie- voy por el helado- y Asahi no necesitó prender ninguna luz (porque el departamento estaba a oscuras) para ver que los ojos de Nishinoya brillaban. El chico tomó los tarros y cucharas y salió despedido al sofá junto a Azumane, le dio su tarro y su cuchara y presionó el botón de reproducir. 

Azumane lo pausó al momento. 

-Gracias Noya- y lo besó. 

 

Notas finales:

Gracias por leer. 

Dejen sus comentarios, son bien recibidos. 

Y


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