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Sin olvido por zandaleesol

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Notas del capitulo:

¡Hola lectores! este es el penúltimo capítulo de esta historia, espero que lo disfruten y pronto estaré publicando el final, besos para todos.

El sol con su aliento de vida, había rasgado desde el alba el manto de las últimas nieblas otoñales y arrojado los jirones flotantes en derrota hacia el sur trazando una banda reluciente de azul y oro tras las montañas. El verano se acercaba a pasos agigantados y también el final de ese curso. Harry continuaba invariable su relación con Neville, pero aún no se atrevía a inclinarse por algo formal, aquellos meses junto al muchacho habían sido muy felices para él, sin embargo sabía que un algo que jamás podría apartar de su corazón no le dejaría ser totalmente feliz.


Draco durante aquellos meses desde la lejanía observó la relación de Harry y Neville, notó la alegría de Harry, pero presentía que la felicidad no era total, sin embargo, veía que el vínculo entre ellos se estrechaba, Draco no se percataba de que ponía todo su empeño en alejar de sus pensamientos aquella idea que lo atormentaba y que no se atrevía a mirar de frente, como si fuese la imagen de la muerte. En ese esfuerzo, la cruel amenaza se alejaba de él hacia el horizonte de lo indefinido, a ese porvenir sombrío que puede cambiar el curso de los acontecimientos frustrando los propósitos de los hombres. El había deseado lo mejor para Harry, entre las nieblas opacas que circuían y ofuscaban su mente desde la misma noche en que Harry le dijera que en su corazón no había lugar para el perdón, durante todo este tiempo la idea de haberlo perdido para siempre había finalmente tomado una forma precisa.


Ver a Harry unido a Neville por un laso indisoluble había sido para él a pesar de todo una vaga y lejana nube del porvenir, que él había apartado de su espíritu con cierta creencia instintiva en la acción protectora del tiempo, pero ahora aquel rayo estallaba sobre su cabeza con su fragor destructivo. Sentía que un soplo de desgracia se condensaba en torno a él, un final que le había parecido tan lejano y que, sin embargo, ahora le envolvía ineludiblemente en su trama de una realidad sin salida.


Se acercaba el final de aquel curso, entre el profesorado de Hogwarts se acrecentaba el rumor de una inminente boda entre Harry y Neville para ese verano, Draco experimentó ante tal noticia un punzante e indomable despecho que saltaba sobre su razón como el torrente sobre el obstáculo que se opone a su paso, pero ese grito de su alma atribulada, demasiado cansada ya del tiránico juego de la pasión humana, no pudo evitar salir del corazón del muchacho sin una conmoción de todo su ser que forzosamente terminó en llanto desesperado. Luego se apoderó de él la resignación estoica que engendra en los que sufren el fatalismo del dolor. El alma de Draco se replegó a su aislamiento de silenciosa amargura, como un prisionero, en el rincón sombrío de su calabozo, se abisma en su abandono durante las primeras horas de una reclusión sin término.


Harry por su parte estaba seguro de ser feliz y que su pasión por Neville era profunda y sincera, sin embargo, su corazón seguía amando a otro, él lo sabía con certeza y era justamente es misma seguridad la que no lo dejaba decidirse a tomar un compromiso más serio a pesar de saber que el camino andado ya no podía deshacerlo. Durante el último mes sin saber él como, ni por qué, habían comenzado todos quienes le rodeaban a hablarle de matrimonio, en un principio no les daba importancia y sólo sonreía. Pero en los últimos días el asunto ya era otra cosa, las bromas se precisaban cada vez más como si todos quienes le rodeaban se hicieran cómplices a lo que juzgaban una sincera inclinación de su corazón, empujándolo con suavidad primero, luego de manera más directa, Neville era el que le convenía, el que realizaba su ideal y el de todos, como si una conjura universal le fuera señalando suavemente el camino de su vida y incitándolo discretamente hacia una decisión trascendental.


Los únicos que se mantenían al margen de todo esto eran Ron y Hermione, ellos no se hicieron ecos de tales consejos, tenían mucho cariño por ambos muchachos, pero la fidelidad de ambos estaba enteramente con Harry y no creían que estuviera preparado para tomar una decisión que influiría en el resto de su vida, primero debía olvidar por completo a Draco y a pesar de la alegría y la tranquilidad que veían en él desde que estaba junto a Neville estaban seguros de que aquello no era amor, Harry no amaba a Neville, no como había amado a Draco, eso era lo que les decía la melancolía de esa mirada esmeralda.


Harry estaba pensando seriamente en renunciar a su puesto en Hogwarts, la experiencia de profesor le había gustado, si en un comienzo había aceptado el puesto sólo por su deseo de contrariar a Snape, ahora creía sinceramente que ya no debía continuar enseñando en la escuela, pero no porque no le agradara, sino porque era tiempo de alejarse definitivamente de Draco. El verano estaba próximo y también el termino del curso, era tiempo de definiciones importantes, llevaba meses con aquella idea en la mente, debía dejar la escuela para siempre, tenía perfecta conciencia de que su relación con Neville lastimaba a Draco, nunca había tenido la intención de involucrarse con su amigo sólo para lastimar al rubio, las cosas entre Neville y él se habían dado sin premeditación, pero a pesar de ello aún así comprendía que Draco sufría por esto y él no quería cargar con una culpa que estaba seguro de no merecer.


Hacia finales de mayo buscó al profesor Dumbledore y le comunicó su decisión, cosas que el anciano mago lamentó muchísimo, las cosas no habían resultado como él las había esperado y esto era algo que lo entristecía enormemente, pero Harry ya era un hombre, dueño de su vida y de sus decisiones debía ser él quien buscara el camino hacia su felicidad. Harry creyó necesario avisarle con antelación a Snape su decisión para darle oportunidad de que el director buscara con tiempo a su reemplazante, quizá Draco volviera a retomar el puesto y Zacarías Smith quedará como profesor titular en Pociones, pero eso era algo que sólo el director debía resolver y Harry se abstuvo de hacer sugerencias.


Snape no tardó en llevarle a Draco la noticia que de que Potter dejaba el puesto de profesor, el rubio se sintió muy dolido al saberlo, pero estaba seguro que era lo mejor que podía suceder, aquel curso que ya estaba llegando a su fin le había resultado muy difícil con la presencia de Harry, la tortura había sido constante, sobretodo verlo junto a otro, aunque eso era justamente lo que él había deseado, que Harry fuera feliz aunque estuviera lejos de él, si Harry dejaba la escuela él seguramente recobraría algo de esa tranquilidad que su corazón tanto anhelaba.


Neville por su parte había pensado muchísimo en proponerle a Harry que realizaran un viaje juntos en esas vacaciones de verano, aún recordaba las vacaciones Navideñas en las que él había comenzado a conocer la felicidad, jamás imaginó que llegaría a amar tanto a Harry, para él ese muchacho de ojos esmeraldas era único y maravilloso, cada día junto a él era como un sueño, sueño del que no quería despertar jamás.


&&&&&&&&&&


La agitación que provocaba la llegada de los exámenes era notoria en el castillo, los alumnos más nerviosos de lo habitual iban por todos lados cargando apuntes y libros, la biblioteca estaba abarrotada a toda hora, todos deseaban aprobar de forma satisfactoria el curso. Harry salió aquella mañana de su despacho y se encaminó hacia el Gran Comedor. La pasada noche Neville le había propuesto pasar esas vacaciones juntos en algún lugar, la idea le resultaba grata quizá durante esas semanas tuviera la oportunidad de decirle a Neville que renunciaría a su puesto de profesor y que al comienzo del próximo curso ya no podrían estar tan cercanos como había sucedido con ese que estaba terminando, se preguntó si Draco ya sabría por Snape que él dejaría Hogwarts.


Cuando llegó al comedor la alegría y bullicio de los alumnos le contagió y experimentó una sensación de satisfacción y tranquilidad, mientras caminaba hacia su puesto en la mesa de profesores recibía el saludo de los alumnos, pensó que extrañaría eso y muchas cosas más a las que se había acostumbrado en aquel curso. La seriedad que encontró en la mesa de profesores contrastaba con la animación de los alumnos, ahí en la mesa todos sus colegas estaban demasiados serios y parecían comentar algo con mucho interés. Después de saludar Harry tomó su puesto junto a Neville, notó enseguida la ausencia de Draco pero lo atribuyó a nada especial.


- ¿Cómo amaneciste hoy? –pregunto Harry a Neville por lo bajo –anoche no me di cuenta cuando te marchaste

- No quise despertarte –dijo el muchacho

- ¿Sucedió algo?... noto a todos un poco serios.

- Seguramente están preocupados por lo que está pasando –dijo Neville fijándose en Snape que conversaba con la jefa de la casa Gryffindor

- ¿Y qué ha pasado?

- Un Mortífago escapado.

- ¿Qué?... ¿Han escapado Mortífagos de Azkabán?

- No Harry… es uno al que jamás pudieron atrapar.

- Pero… yo creía que todos estaban presos o muertos.

- Sí, la mayoría, pero este resultó especialmente escurridizo para los Aurores… bueno sabes que en la batalla final murieron muchos de los más experimentados y los que hay la mayoría son demasiado jóvenes.

- Entre ellos está Ron –dijo Harry

- Y Malfoy… fue llamado al Ministerio.


Al oír esto Harry sintió una punzada de preocupación.


- Pero Malfoy no trabaja para el Ministerio.

- Sí es cierto pero igual se graduó… además al Mortífago que han ubicado fue le que mató al padre de Malfoy, seguramente querrá darle casa él mismo, es comprensible, yo en su lugar haría lo mismo.

- Entonces ese Mortífago que han ubicado es Macnair.

- Sí.


Harry no dijo más, su corazón experimentaba una angustia creciente, quizá Ron también sería enviado tras ese sujeto. No comprendía por qué sucedía eso, como luego de tantos años hubieses aún Mortífagos libres, apenas pudo probar el desayuno, tenía un horrible nudo en el estómago y de su corazón se apoderaba una creciente zozobra. Neville comprendió la preocupación de Harry y sólo se limitó a tomarle la mano en señal de apoyo, después de todo también le preocupaba Ron que era un amigo muy querido por él.


Luego de terminado el desayuno Harry no se dirigió a su clase de esa mañana, se despidió apresuradamente de Neville y se fue tras Snape, lo alcanzó en un pasillo, el hombre se mostró bastante sorprendido al ver la preocupación que delataba el rostro de Harry.


- Sí Potter… ¿Necesita algo?

- ¿Es cierto que Draco fue al Ministerio por el asunto de que localizaron a Macnair?

- Sí Potter… así es.

- ¿Cómo es posible que lo permitiera? –preguntó Harry mientras miraba asombrado el impávido rostro de Snape

- ¿De qué me habla Potter… acaso yo debía impedírselo?


- Por supuesto.

- Potter… Draco ya es un adulto libre de tomar sus propias decisiones y…

- Hace mucho tiempo usted no pensaba del mismo modo –dijo Harry con rencor que no podía disimular

- En ese entonces Draco sólo tenía diecisiete años… en unos días cumplirá veinticuatro… es bastante la diferencia no cree.

- No ha pensado que podría no llegar a cumplir veinticuatro si llega a encontrarse con Macnair.

- Draco se graduó de Auror…

- Un Auror sin ninguna experiencia.

- No menosprecie las capacidades de Draco… además a usted que puede importarle lo que le suceda.

- Soy yo quien decide si me importa o no.

- Dije todo lo que pude para convencerlo de que no fuera, pero no me escuchó… hace años que Draco no toma en cuenta mis consejos… porque cuando lo hizo las consecuencias fueron desastrosas para él –dijo Snape sin poder controlarse

- Vaya… no creí que tuviera el valor de reconocer que sus consejos arruinaron la vida de alguien.

- No fue mala intención Potter… yo deseaba lo mejor para Draco… sólo quería protegerlo.

- Y lo mejor para Draco naturalmente no era yo… debía protegerlo de mí.

- ¿A caso eso importa ahora?... cometí un error y lo he lamentado por años… pero no he sido el único… usted también cometió otro cuando se negó a darle una oportunidad Potter… se dejó cegar por el orgullo… pero supongo que ahora tiene una vida perfectamente feliz junto a Lomgbottom… ocúpese de su novio Potter… Draco no es asunto suyo.


Tras estas palabras Snape le dio la espalda y se fue por el pasillo, Harry se quedó viéndolo alejarse, sentía una tremenda rabia contra Snape, pero luego de unos segundos volvió a pensar en el peligro que podía correr Draco si es que pensaba ir en busca de ese sujeto Macnair. No podía quedarse ahí en la escuela esperando el regreso de Draco, tenía que hacer algo, regresó tras sus pasos hacía el vestíbulo, estaba decidido a ir hasta el Ministerio, si había alguien que podía atrapar a ese Mortífago ese era él, no dudaba de las capacidades de Draco, se había graduado con honores y debía ser por algo, pero lo cierto era que el rubio jamás se enfrentó con un Mortífago, no tenía idea de lo que podía sucederle en realidad, o tal vez sí, quizá ya no apreciaba su vida lo suficiente y por eso estaba dispuesto a exponerse a semejante peligro.


Preocupado como iba sólo pensando en como evitaría que Draco cometiera la imprudencias de buscar a Macnair, no vio que en tras una estatua del pasillo se ocultaba la figura de un muchacho cuyos ojos brillaban inundados por las lágrimas, Neville había seguido a Harry tras la salida de este del Gran Comedor, había oído gran parte de la conversación del director con Harry, aunque todo lo dicho no había sido muy revelador él igual había comprendido, la preocupación de Harry era genuina y aquello sólo podía significar algo que él se había empeñado en ignorar.


&&&&&&&&&&


Harry salió de la escuela completamente decidido a ir hasta el Ministerio, pero antes debía pasar por la casa de su amiga, no estaba seguro de si ella estaría informada acerca de lo que sucedía, no sabía si Ron comentaba con ella lo que se relacionaba con su trabajo como Auror. Un instante después apareció en la calle donde se ubicaba la casa de sus amigos, con pasó presuroso se dirigió hacia la casa de ladrillos rojos, tocó la puerta con determinación, pasaron varios minutos temía que Hermione no estuviera ahí, pero cuando ya iba a desistir la puerta se abrió y el rostro de su amiga asomó con extrañeza.


- ¡Harry!... pero qué haces aquí… qué sucede.

- Hola Hermy, lamento venir así sin avisar.

- No digas tonterías… no necesitar avisar, pero no deberías estar en Hogwarts dando clases –dijo la chica mientras se apartaba de la puerta para dejar pasar al interior de la casa a Harry

- Sí… así es pero necesitaba preguntarte algo.

- ¿Qué sucede?

- Ron te comentó algo en relación a que el departamento de Aurors localizó a un Mortífago que estaba prófugo desde el final de la guerra.

- Pues sí, me lo dijo anoche… ese tal Macnair… qué sucede Harry… no me digas que Ron fue tras ese sujeto –dijo la chica poniéndose pálida

- No lo sé Hermy… es justamente lo que quiero saber… a quién enviaron… Draco esta mañana fue al Ministerio.

- ¿Draco Malfoy?... pero qué…

- Macnair fue el Mortífago que asesinó a su padre.

- Ah… no lo sabía… creo que lo entiendo, sería por eso que se hizo Auror… seguramente esperaba algún día atrapara él mismo a ese hombre.

- Sí pero es una estupidez no tiene ninguna experiencia.

- Se graduó con honores fue el mejor de su promoción.

- ¿Y tú crees que eso lo pone a resguardo?... en la guerra murieron la mayoría de los mejores Aurors… tú sabes como son esos tipos… asesinos despiadados… olvidaste nuestra incursión al Ministerio.

- No claro que no… ¡cómo olvidarla! –dijo Hermione –qué harás Harry crees que hayan enviado a alguien tras ese sujeto

- No lo sé Hermy… necesito usar la chimenea, debo ir a la oficina de Aurors y averiguar lo que pueda… quizá Ron pueda ayudarme.

- Por supuesto Harry ve… y por favor avísame de cualquier cosa que sepas.

- Esta bien… intentaré volver pronto –dijo Harry entrando en la chimenea que lanzó grandes llamaradas verdes.


Cuando salió de una de las tantas chimeneas que habían en el Atrio, sin fijarse en nadie en particular se dirigió hacía el mesón de seguridad, pero el mago lo reconoció enseguida y lo dejó pasar sin pedirle su varita como se hacía con los visitantes, atravesó las rejas doradas que conducían hacia los ascensores, se apretujó en uno junto a otros magos y brujas que a esa hora de la mañana llegaban a trabajar y que le miraban con algo de sorpresa al reconocerlo, pero con el nerviosismo que sentía no prestó demasiada atención a quienes le rodeaban y se olvidó de las miradas que caían sobre él. Oprimió el botón que llevaba al segundo piso donde estaba el cuarte general de Aurors, salió del ascensor, miró a todos lados al traspasar las grandes puertas de madera, no sabía donde podía encontrar a Ron, por lo que se acercó al primer mago que vio.


- Buenos días… estoy buscado a Ron Weasley.

- ¿A Weasley?.. no lo he visto… no está aquí –dijo el hombre que sostenía un montón de pergaminos enrollados

- Pero él trabaja aquí.

- Sí… pero creo que ha salido.

- Soy Harry Potter…

- ¡Vaya!... no lo había reconocido… es un gusto que nos visite –dijo el mago sonriente

- ¿Podría hablar con el jefe de los Aurors?

- Claro no creo que tenga problema en recibirlo –dijo el mago saliendo hacia el pasillo –vaya por este pasillo en la puerta del fondo encontrara al jefe

- Bien… muchas gracias… hasta luego.

- Hasta luego señor Potter.


Harry caminó rápidamente hacia donde el hombre le había indicado, el hecho de que Ron no estuviera ahí y le dijesen que había salido lo hizo tener un mal presentimiento, pero era mejor no pensar en nada hasta hablar con el jefe. Llegó al final del pasillo y en la puerta que le había indicado el mago había una placa que decía “Jefe de Aurors” tocó la puerta dos veces y esperó, al instante escuchó una voz fuerte que le decía que entrara, empujó la puerta y se encontró a un hombre de mediana edad y de aspecto afable.


- Buenos días –dijo Harry tendiéndole la mano –soy Harry Potter

- Sí… por supuesto que sé quien es… quién no lo sabría –dijo el hombre con tono divertido –soy Thomas Farbmer


Harry había imaginado que el jefe de Aurors era un hombre más adusto y serio, pero el mago que tenía frente a él era bastante agradable.


- ¿Y dígame señor Potter… en qué puedo ayudarlo?

- Señor… yo vine porque deseaba preguntarle si es cierto que localizaron a un Mortífago prófugo desde hace años llamado Macnair.


El hombre miró más seriamente a Harry.


- Veo que la noticia se extendió rápidamente… pues sí es cierto.

- ¿Dónde?

- Esa es información confidencial señor Potter… sólo los Aurors tienen acceso a ella.

- No soy Auror y no trabajo para el Ministerio… pero no soy cualquiera no creo que tenga que recordárselo –dijo Harry mirando con cierto desafío al hombre frente a él

- Señor Potter… nadie en nuestro mundo olvidaría quién es usted y cuanto hizo por todos nosotros pero aún así…

- Sólo deseo saber si envió a Ron Weasley tras ese Mortífago.

- Sí… pero…

- ¡Por Merlín!... ¿sabe usted acaso lo peligroso que es ese sujeto?

- Por supuesto que lo sé… es peligroso y hábil, sino no hubiese logrado evadir al Ministerio por tantos años, pero usted no debe preocuparse por su amigo, sólo fue enviado a vigilarlo… no se le ordenó que intentará capturarlo… además el señor Malfoy se ofreció a ir también.


Harry no se sorprendió al oír eso ya lo esperaba pero aquello le parecía una locura y una irresponsabilidad de parte de ese hombre que quedaba tranquilamente sentado en su escritorio mientras arriesgaba la vida de sus empleados.


- No entiendo cómo es posible que enviara a dos Aurors inexpertos tras un Mortífago tan peligroso… además Draco Malfoy ni siquiera trabaja para el Ministerio, como lo permitió.

- Señor Potter… siento mucho respeto por usted, pero no creo que sea apropiado que se inmiscuya en los asuntos de esta oficina…

- Lo que no es apropiado señor es que usted este sentado aquí cómodamente mientras dos personas arriesgan su integridad y su vida en un trabajo que debía asignarle a personas más experimentadas.

- Señor Potter… no me diga como debo hacer mi trabajo… aunque usted lo dude sé perfectamente como debo manejar las cosas y…

- Sí… ya veremos como maneja las cosas en el caso de que sus dos Aurors resulten heridos o muertos… tendrá que dar muchas explicaciones.

- ¡Explicaciones!... ¿a quién a usted? –dijo el hombre levantándose de su asiento al tiempo que Harry hacía lo mismo

- No claro que no… al Ministro… sé que es un hombre recto y juicioso… estoy seguro que no aprobará esta estupidez…

- ¡Salga de aquí ahora!

- Por supuesto… señor es una lástima que un puesto tan importante se lo asignaran a alguien incapaz…

- ¡Fuera!


Harry no se hizo repetir la orden salió del despacho furioso, no entendía como un idiota burócrata tenía un puesto así, pero luego comprendió que al parecer las cosas en el Ministerio no habían cambiado demasiado en esos años, al parecer aún estaba lleno de gente que sólo le interesaba el poder, pero que no tenía ni una gota de inteligencia para dirigirlo hacia decisiones que fueran las apropiadas ese jefe de los Aurors era un claro ejemplo de ello. Decidió regresar a la casa de su amiga para darle una noticia que sin duda caería como si fuese una maldición en el corazón de su amiga. 

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