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¿Mi prometido? (Tsuki x Yamaguchi) por Flory

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Notas del capitulo:

Hola... jeemm disculpas por el gran gran retraso, pero superando todos los contratiempos estoy de vuelta (maldita tesis y virus que me dañaron todo (T_T) ) 

Espero que disfruten del cap. 

-¿Qué hace aquí? Creí que te había dicho que estaba ocupado –Tadashi apareció de tras de Kenma.


-sí, y por lo visto lo está –respondió el pequeño sin apartar la mirada de Kuroo.  


-¿Qué ocurre? Es hora de… -Tsukishima se percató del ambiente, vio a Kuroo a lo lejos y pudo intuir lo que ocurría.


-Tsuki –dijo Tadashi en voz baja esperando ayuda.


-vámonos –respondió con voz firme –este lugar ya se hiso aburrido.


-si –respondió Kenma siendo el primero en dirigirse a la salida.


Tadashi fue tras él pues sabía bien que no debía dejarlo solo. Tsukishima le dio una última mirada al pelinegro, no entendía sus razones pero si tenía muchas cosas que explicarle al pequeñín.


-hermano ¿tenemos que irnos tan rápido? –pregunto Ryu al momento en que Tadashi le ponía el cinturón de seguridad.


-sí, veras… -dio una mirada a Kenma que estaba en el asiento del copiloto con la mirada perdida –pasaremos a otro lugar y por eso no podemos estar aquí todo el día.


-¡Tadashi! –lo llamo Shoyo desde el auto de Kageyama.


-ahora vuelvo –le dijo a los dos dejándolos en el auto.


-¿Qué ocurrió? –pregunto seriamente Shoyo desde el asiento del copiloto.


-Kenma no se siente muy bien.


-Tadashi –dijo Shoyo exigiendo la verdad.


Kageyama escuchaba la conversación, él también intuía que algo no estaba bien. Miro a Tadashi de igual forma que Shoyo, toda esta presión hiso a Tadashi suspirar con pesadez y opto por contarle lo ocurrido.


-ese maldito –dijo Shoyo apretando los puños –y yo que confié en él.


-tranquilo, no creo que sea prudente adelantarse a las cosas –dijo Kageyama por experiencia –sugiero que vallamos a algún otro lugar divertido para mantener ocupada la mente de su amigo.


-hasta que dices algo bueno –dijo Tsukishima apareciendo junto a la ventana de Shoyo –propongo ir al acuario, eso siempre entretiene.


-bien, decidido –dijo Tadashi –todos al acuario.


Salieron del estacionamiento del zoológico y se dirigieron al acuario. Tsukishima iba solo en su auto, durante el camino trataba de platearse mil y un maneras de explicar esa situación; ¿y si estaba cuidando a un niño? ¿pero de quién?; tal vez algún amigo, pero si él no le conocía a ningún otro. A pesar de conocerlo bien y saber que nunca haría nada a espaldas de Kenma, no podía evitar sentir cierta molestia.


Kenma no emitía palabra alguna, solo se dignaba a jugar con su celular. Tadashi pensaba en alguna manera de formar una conversación pero al final no podía decir nada. Detuvo el auto ante la señal del semáforo, por el retrovisor vio a Ryu jugar con su cinturón tratando de quitárselo.


-Ryu, no hagas eso. Puede ser peligroso.


-lo siento hermano –dijo volviendo a su pose de niño bueno.


-recuerdo… -empezó Kenma llamando la atención de Tadashi –que tú y yo siempre nos quitábamos el cinturón cuando salíamos de viaje, Shimada siempre nos estaba regañando e incluso los aseguraba con una cinta extra para que no pudiéramos librarnos de ellos –una sonrisa cruzo por su rostro –pero tú siempre podías quitárselo y al final Shimada detenía el auto y volvía a ajustártelo pero con más cintas.


-jajaja –rio para inducir un poco de alegría –sí, tuvo que soportarnos mucho antes de que creciéramos.


-Tadashi… quiero irme a casa.


-¿eh? Vamos a un acuario, te gustan mucho ¿cierto?


-sí, pero…


-te sentara bien estar distraído un rato –le dijo dándole a entender la razón.


-gracias –dijo Kenma con una sonrisa al saber lo que su amigo hacía.


 


En el acuario, Kenma yacía parado frente a una vitrina mirando a unos peces de colores, sus amigos estaban cerca pero aun así no podía escuchar otro sonido más que el de su mente.


“no seas tonto, yo lo vi en sus ojos aquel día, él es alguien que no me engañaría jamás, pero…”


-Kenma –Tadashi lo saco de sus pensamiento –tranquiliza tus pensamientos, así serás capaz de ver más allá de lo superficial.


-Tadashi… tienes razón –apreciaba la preocupación de su amigo.


-hermano –Ryu corrió hasta ellos.


-¿Qué pasa? –pregunto Tadashi agachándose para levantarlo en brazos.


-para ti –dijo en pequeño extendiendo su brazo a Kenma.


Kenma extendió su mano y Ryu dejo sobre ella el colguije de un pez payaso.


-a mí me gustan mucho los payasos, siempre me alegran cuando estoy triste –miro a Kenma de la forma más inocente de un niño –lo compre para ti ¿ya no estas triste?


Un nudo se formó en la garganta de Kenma y Tadashi, el rostro de Ryu lleno de inocente preocupación por uno de los amigos de su hermano, era inevitable no sentirse feliz de tener a alguien así tan cerca.


-mnn no –dijo Kenma tomándolo entre sus brazos –estoy feliz, gracias.


-Ryuuu –lloriqueo Tadashi abrazándose a ellos dos -… un momento ¿fuiste solo a la tienda?


-no –negó con la cabeza –le pedí al… a mi hermano que me llevara –dijo señalando a Tsukishima quien estaba frente a ellos.


 


Para las 5 de la tarde ya estaban saliendo del acuario, Tadashi le presto su auto a Kenma, fue el primero en irse. Kageyama y Shoyo decidieron seguir su diversión solos,  por lo que se fueron al bar de Kageyama. Tsukishima se dirigió a su casa para dejar a Ryu y después llevar a Tadashi.


-¿bajas? –pregunto Tsukishima al llegar a su casa.


-no, aquí te espero.


-vuelvo en un momento –tomo al niño entre sus brazos como si se tratara de un muñeco.


-Tsukiiii


-si si ya entendí –lo tomo de forma más cuidadosa y entro a la casa.


.


.


.


Dos cuadra antes de llegar a la casa de Tadashi, se encontraba estacionado el auto de Tsukishima a la sombra de la barda del muro del parque.


Tsukishima se encontraba prácticamente sobre Tadashi, sus manos recorriendo la espalda al menor, subiendo y bajando bajo la ropa, sus acalorados besos deseosos de  más, sus lenguas jugando entre sí. Tadashi se quitó a Tsukishima empujándolo un poco, ahora era él quien estaba por sobre el rubio, dejo sus labios y bajo por el blanco cuello que le sabia gloria.


-Yamaguchi… si continuas así no te dejare ir, y hacerlo en un auto es muy incómodo.


-solo un segundo… -Tadashi desbrocho los primeros botones de la camisa del rubio, bajo con suaves besos y se detuvo en su pectoral izquierdo, lo toco, acariciándolo como si se tratara de una escultura y volvió a poner sus labios sobre el, ahora no beso, se quiso deleitar más aprisionando esa piel entre sus labios y succionando la intensidad de su delicioso sabor, Tsukishima sintió la presión y le rodeo la cintura dejando escuchar un gemido ronco.  


-nggt… te has vuelto muy atrevido –dijo Tsukishima casi en un susurro besándolo y dándole una placentera y pequeña mordida en los labios haciendo que el menor se retirara.


-Tsuki eso dolió.


El rubio solo respondió con una sonrisa divertida, se volvió a acercar a él para besarlo nuevamente pero Tadashi puso sus manos en su pecho como barrera.


-no te morderé.


-no… espera Tsuki


Tadashi señalo al frente, Tsukishima siguió con la mirada a donde señalaba.


-¿Qué demonios se carga este? –dijo Tsukishima apretando los dientes.


A varios metros de ellos, Kuroo bajaba de un auto gris para reunirse con alguien que estaba fumando recargado en la parte delantera del auto, no pudieron saber quién era por la poca luz, pero se les hiso familiar. Kuroo le quito el cigarro y empezó a fumarlo él, paso su brazo por la espalda del desconocido en un abrazo.


-esto es suficiente…


-espera –dijo Tsukishima sujetándolo para que no se bajara del auto.


-Tsuki déjame ir –insistía en liberarse del rubio.


-no lo hagas,  no es nuestro asunto.


-es mi amigo –dijo enojado.


-y ese idiota es el mío.


-Tsuki suéltame.


-cálmate, ya te dije que no es nuestro asunto –dijo haciendo que Tadashi lo mirara forzosamente.


Ya más tranquilo, relajo su cuerpo por lo que Tsukishima disminuyo la fuerza con la que lo sostenía. Volvieron a mirar al frente, Kuroo le acaricio la cabeza alborotándole los cabellos a su acompañante, el desconocido tomo su mano y la aparto para entrar al auto siendo seguido por Kuroo abandonando el lugar.


-te llevare a casa –dijo Tsukishima poniéndose en marcha.


Tadashi no respondió, durante todo el camino no dijo palabra alguna, estaba muy enojado como para hablar, y Tsukishima no insistió en establecer conversación.


Lo dejo frente al portón de su casa. Tadashi cruzaba el jardín maldiciendo a Kuroo y descargando todo su enojo en cada pisada que daba.


-desgraciado… ojala y te atragantes con el humo de esos cigarros por ser un…


-¿joven? ¿se encuentra bien? –Shimada dejo de limpiar el auto para preguntarle.


-¡no, no me encuentro bien! –casi grito sin detenerse ni mirarlo entrando a la casa.


-je je parece que hoy no fue tu día.


Oikawa lo miraba desde la parte superior de las escaleras recargado del  pasamanos.


-eso no es asunto tuyo –le respondió pasando de largo.


………………………………………………………………………………………


Después de un día tan pesado, Kenma se metió a duchar quedándose casi 40 minutos bajo el agua, en bata de baño salió a la cocina sin siquiera secarse el cabello. Sobre la barra de la cocina comía su cena; un tazón de cereal con leche, que ni siquiera termino. No podía más y al final tomo su celular y llamo a Kuroo.


-¿Cómo estuvo tu día? –tentó a decir evitando parecer interrogación.


-bien algo… mmm como diriaa… intenso.


-¿intenso?


-ehh… bueno, creo que pesado es la palabra correcta. ¿Qué tal el tuyo?


-divertido.


-me alegro, no pude acompañarlos esta vez, pero la próxima no faltare.


-estoy cansado, voy a dormir –se despidió Kenma para ya o tener que seguir con eso.


-no espera, no te vayas quiero seguir escuchando tu voz ya que hoy no pude verte –le rogo Kuroo.


Kenma no sabía si alegrarse o sentirse peor, le dolía el pecho y un nudo se le formaba en la garganta, tuvo que bajar su celular para poder aclarar su garganta sin ser escuchado.


-entonces… ven.


-Kenma yo...


-si no puedes, no hay problema, te veré hasta mañana, adiós.


Corto sin esperar respuesta, más triste que molesto se fue a su habitación, encendió el aire acondicionado y se metió a dormir.


………………………………………………………………………………………


 -hey ¿qué hiciste el día de hoy? -Tsukishima llamo a Kuroo casi segundos después que Kenma.


-hola, me encuentro bien, también me alegra oírte –respondió tratando de ponerle gracia a la respuesta.


-responde.


-¿Qué te pasa? Desde cuando te preocupas por hacer esas preguntas.


-olvídalo –dijo cansado –aah por cierto, creo que el pequeñín no se sentía muy bien –dijo eso y corto la llamada.


Kuroo se sintió triste al oír esas palabras, miro la mesa, platos y vasos sucios de la cena que aún tenía que lavar, en la sala los cojines del sofá tirados y en el sofá, su amigo. Camino hasta él e intento despertarlo.


“debería estar con Kenma y no con este” –oye, ya ve a la cama –el otro ni se movió –nunca volveré a tomar contigo, eres pésimo.


Si, hubiese preferido ir con sus amigos en lugar de quedarse con él, pero también tenía su lealtad hacia otras amistades.


………………………………………………………………………………………


Se sentía frio, pero no tenía ánimos de levantarse a apagar el aire acondicionado. Dormía solo entre momentos ya que en otros se despertaba agobiado por malos pensamientos. La habitación oscura, las cortinas cerradas no dejaban entrar luz, parecía como si se quisiera alejar de todo el mundo esa noche.


Estaba cubierto de pies a cabeza, un movimiento suave en la cama lo despertó, se reincorporo sobresaltado arrojando las sabanas a un lado.


-disculpa, no quise asustarte –Era Kuroo sentado en el borde de la cama.


-¿q-que haces aquí? –pregunto recuperando la calma.


-quería verte –se acercó a encender la lámpara. 


-¿a las 3 de la mañana?


-sí.


Kenma cerró los ojos cuando Kuroo encendió la luz, poco a poco fue distinguiéndolo, estaba despeinado, y con ropa casual y holgada. Como el felino que aparenta, se subió a la cama y acurruco junto al pequeño. Lo rodeo de la cintura y recostó su cabeza en sus piernas, Kenma no podía más que acariciar esa negra cabellera y sonreír con tristeza.


-¿me amas? –soltó de repente haciendo que Kuroo levantara la cabeza para mirarlo.


-claro, te lo repito cada que puedo. Te amo.


Esas palabras, esas hermosas palabras acompañadas de esa intensa mirada. Sentía su corazón latir más fuerte, y en su rostro no se podía evitar notar esa felicidad. No sabía lo que estaba sucediendo, pero dejaría hasta que Kuroo estuviese listo para decirlo, no dejaría que sus dudas arruinaran esa relación. Paso sus manos por la barbilla del pelinegro hasta llevar su rostro al alcance de sus labios, dejando de lado la ternura, lo beso con intensidad desde el primer rose, Kuroo respondió de la misma manera colocándose sobre él al instante.


-te extrañe –le dijo entre besos.


-ya estás aquí.


Impulsado por el deseo de no dejarlo ir, se rodó en la cama quedando sobre Kuroo, con la mirada devoraba esos labio húmedos por el reciente beso. Kuroo rio al sentirse alagado de ser tan bien observado, rodeo la cintura de Kenma y lo atrajo hacia el en un abrazo.


-puedo escuchar tus latidos –dijo Kenma.


-me escuchare ridículo diciendo esto, pero… lo que escuchas es el sonido de mi amor –dijo Kuroo escondiendo su rostro entre la cabellera de Kenma.


La risa de Kenma se escuchó, Kuroo diciendo algo así, era inevitable.


-me gusta escucharte decir cosas así –le dijo sin apartarse de su pecho.


-entonces… siempre te diré cosas así... pero será en privado, solo quiero que sean para ti –agrego ruborizándose.


No importa lo que haya visto, ahora sentía que se pertenecía el uno al otro, le dio un beso rápido en los labios y volvió a la misma posición del abrazo.


………………………………………………………………………………………


Al día siguiente, el profesor explicando su tema, Shoyo tratando de entender aun con dolor de cabeza (causa de haberse pasado de copas); Tadashi esperando el momento para salir y Kenma con las mejillas infladas en un puchero de niño desilusionado, porque a pesar de que Kuroo fue durante la madrugada, cuando se despertó por la mañana el pelinegro ya no estaba.


A solo 3 minutos antes de que terminara la clase, un mensaje de texto le llego a Tadashi.


“es mi día libre y quiero divertirme. Tal vez les dé una sorpresa. O. T.”


-demonios –dijo en voz alta.


-joven ¿tiene algún problema con mi clase?


-no profesor, disculpe.


-¿Qué ocurre? –pregunto Shoyo.


-n… nada.


-se me antoja una rebanada de pastel –dijo Shoyo cambiando de tema.


-a mí también –dijo Kenma.


-yo prefiero una rebanada de pay


-jóvenes mi clase no es un restaurant. ¡Fuera!


-profesor faltan como 30 segundos para que se termine su clase –le dice Shoyo bastante relajado.


-pues… pues –se escuchó el sonido de la campana y todos empezaron a levantarse de sus lugares y salir.


-nos vemos en la siguiente clase –Shoyo le palmea el hombro antes de salir dejando al profesor boquiabierto.


.


.


.


-Kenma…


-estoy bien –se apresuró a responder a Tadashi –muy bien.


A pesar lo que había visto la noche anterior, lo que más le importaba era su amigo, y por el momento se guardaría cualquier cosa que pueda afectarlo.


-aah ya tengo hambre –dijo Shoyo cambiando el tema, era su forma de animar el ambiente.


-vamos a comer y más tarde a estudiar –respondió Kenma con su natural sonrisa.


-¿te divertiste anoche? –le pregunto Tadashi a Shoyo.


-si, mucho, pero…


-¿pero?


-que ocurrió Shoyo –pregunto Kenma interesándose en la conversación.


-me pareció ver a ese egocéntrico de Oikawa.


Tadashi sintió la presión caer sobre él y ponerse nervioso. No sabía ni que responder, no era bueno mintiendo, mejor dicho Shoyo era muy bueno leyéndolo.  


-tal vez ya debía estar pasado de copas –se respondió el mismo.


-t…tal vez –dijo tratando de controlar su paso robotizado.


………………………………………………………………………………………-oye Kei… ¿Por qué me miras de esa forma?


La mirada de Tsukishima llevaba más de 20 segundos clavada en Kuroo, y eso era una tortura para cualquiera.


-por nada. ¿Vienes a comer?


-no puedo. Debo regresar temprano a casa, tengo algo que hacer.


-aun te falta una clase.


-sí, pero no habrá problema si falto.


-¿seguro?


-claro, pero antes tengo que ir a revisar un registro en biblioteca. Te veo después.


Solo faltaban dos meses para el cambio de consejo estudiantil por lo tanto tenía que dejar todo en orden. Se fue a las oficinas de la biblioteca, al terminar estaba a punto de salir cuando a través del cristal de una puerta pudo ver a Kenma y sus amigos estudiando.


“iré con él un momento y después regresare a casa”


-hey hola ¿cómo están?


Solo recibió  un seco “bien” por parte de los amigos de Kenma que no levantaron ni la cabeza.


-por lo visto están muy ocupados –coloco su mano sobre el hombro de Kenma.


Tadashi levanto la mirada y tubo que contenerse para no gritarle hasta de que se iba a morir, al igual que Shoyo quien se sostuvo con ambas manos de la silla.


-tenemos que estudiar –dijo Kenma con más tranquilidad que la de costumbre.


-Kuroo, porque no nos ayudas, según me dijo Tsuki eres muy bueno en esta clase.


Tadashi tenía segunda intención de acorralarlo y encontrar la dolorosa verdad o el cruel mal entendido.


-sí, ayúdanos –dijo Shoyo entendiendo el plan.


-no tienes que hacerlo si no puedes –dijo Kenma poniendo un límite a sus amigos.


-no… es decir, si les ayudare.


-genial, le diré a Tsuki que nos lleve a tu casa. Te avisaremos que día iremos.


Dicho esto y aprovechando el estado de sorpresa de Kuroo, cerraron sus libros y entre los dos levantaron a Kenma para salir de ahí.


-te vemos después –dijo Shoyo haciéndole adiós con la mano.


 


-chicos, no creo que sea algo malo. Antes dude, pero ahora confió en él.


-Kenma…


-escucha Tadashi, gracias –se detuvo y le sonrió –fuiste tú quien me enseñó a saber cuándo la mirada dice la verdad, y tu Shoyo –se giró hacia él –me enseñaste mucho más de lo que piensas.


-¡Kenma! –los dos lo rodearon en un abrazo y llanto.


-no puedo respirar –decía intentando zafarse.


Disfrutaba de ese abrazo más que nadie, sus amigos preocupados por él era algo que no se podía comparar. Mientras ellos reían entre sus lágrimas, pudo distinguir la silueta de Oikawa yendo de un lado a otro por el estacionamiento.


-Tadashi –le susurro dándole la señal de que mirara.


“¡aaah! ¿Qué demonios hace aquí?” – ¡Ten…tengo algo que hacer! -Le dio la vuelta a Shoyo para que no mirara hacia Oikawa y lo empujo junto con Kenma –ustedes vallan por… por.


-el manual que encargaste –lo ayudo Kenma al ver su nerviosismo.


-aah ya no quiero regresar allá –con toda la holgazanería puso sus manos tras su cabeza y empezó a caminar.


-sho, ven conmigo, también pasare por unos dulces.


-está bien –dijo animándose mas y caminando al lado contrario.


 


En cuanto pudo salió al estacionamiento, Oikawa ya no estaba ahí. Busco por los alrededores y lo vio cruzando por el pasillo que lleva a las oficinas de control escolar. Corrió con todas sus fuerzas, últimamente hacia más ejercicio que antes, subió por las escaleras como si fuese perseguido por perros.


-¡Oikawaaaa! –gritaba tras de él para detenerlo sin importar que todos lo miraran.


-eres escandaloso.


-¿Qué haces aquí? –se apresuró a decir recuperando el aliento.


-¿tú que crees? –con la mirada le indico las oficinas.


-no pensaras…


-mmmm no lo sé.


-no juegues.


-tranquilo, no pienso quedarme en este lugar, solo busco algo de información.


-Kageyama no está en esta universidad.


-¿y cómo sabes que es él a quien busco?


-porque no creo que busques a Shoyo…


-aah el mocoso, creí que era alguien insignificante, pero al parecer me equivoque –le dio la espalda y empezó a regresar.


-¿Qué es lo quieres? con Kageyama no lograras nada –Tadashi empezó a seguirle el paso.


-no es algo que yo deba hablar contigo, pero te diré que me encantan los juegos.


-tu juego implica la felicidad de otros.


-mi juego es mi juego.


-eres…


-soy lo que soy –dijo con una orgullosa sonrisa dejando a Tadashi preocupado –nos vemos en casa.


-ni se te ocurra buscarlos –le grito antes de perderlo de vista, Oikawa solo levanto la mano en señal de despedida.


-¿a quién le gritas? –Tadashi pego un salto por el susto al escuchar a Shoyo.


-a… a nadie importante ¿consiguieron el manual?


-no, dijeron que no les habían pedido ningún manual –Tadashi no sabía que responder a eso, por lo que Kenma tuvo que volver a intervenir.


-al parecer hubo un error, volví a hacer el pedido.


-g…gracias Kenma.


-¡aaah… es él! –Shoyo salió corriendo para mirar desde el pasillo hacia el estacionamiento –creo que es él.


-¿a qué te refieres?


-el gran rey, ese tonto, Tadashi creo que es él, pero ya no lo veo.


-cálmate Shoyo. ¿Qué tendría que hacer aquí? –Kenma lo tomo de los hombros alejándolo de la orilla del pasillo.


-si Shoyo, anda regresemos a casa –Tadashi reconoció el auto de Oikawa, el tiempo que les tomaría llegar al estacionamiento sería suficiente para que Oikawa se fuera sin ser visto.


“no podré seguir con esto durante mucho, ¡ya quiero que termine esta semana!” si se le seguían presentando estas cosas a Tadashi, pronto tendría que tomar suplementos para recobrar energías.


………………………………………………………………………………………


-¡oyeeee! ¡Ya son las 3 de la tarde, levántate!


Por más que intentaba levantarlo, su amigo estaba acostado en el sofá con apariencia más cercana a un zombi que aun humano.


-déjame, me duele la cabeza.


-y como no, si llevas 2 días tomando.


-¿a ti que más te da? Solo quiero dormir –le respondió colocándose un cojín sobre la cabeza.


-eso. Que tengo que cargar contigo y tus imprudente actos.


-jmmm.


-escucha ya es su…. –su celular vibro –Kenma ¿Qué ocurre?


-Tsukishima nos lleva a tu casa, llegamos en 5 minutos.


-¿Qué?


-que vamos a tu casa.


-aaahh sí, claro aquí los espero –en cuanto corto la llamada, salió disparado y tiro a su amigo del sofá.


-¡qué demonios haces! –dijo su amigo sobándose la espalda.


-sal de aquí, tengo visitas –le dijo exaltado mientras acomodaba los cojines y levantaba los vasos vacíos.


-¿y?


-son ellos.


-bien, estaré en tu habitación y saldré hasta que se vallan.


-no es así de fácil.


-¿y qué quieres? ¿Qué salga a quien sabe dónde, en este estado? ¿O peor aún que me los encuentre en el elevador?


-quédate en tu cuarto y no salgas de ahí. ¡¡Pero ya!!


-está bien –en cuanto escucho el timbre, Kuroo lo empujo para que se apresurara.    


 


 


-trajimos botanas –dijo Kageyama al entrar.


-¿y tú que haces aquí?


-vine a acompañar.


-a distraer –corrigió Kuroo.


-disculpa por avisar a última hora.


-descuida Kei, no estaba ocupado de todas formas –Tsukishima escaneo su rostro nerviosamente sonriente.


-bien, entonces empecemos –Tsukishima entro e inmediatamente empezó a escanear el lugar mientras los demás se acomodaban para estudiar.


-¿aquí estarán cómodos?


-sí, aquí estamos bien, por favor empieza a explicarnos –dijo Kenma colocándose junto a él.


-sí, solo déjame ir por mis apuntes.


Cuando Kuroo paso junto a Kageyama este lo detuvo discretamente.


-huele a alcohol.


-s… si, estuve bebiendo un poco –respondió con nerviosismo.


-eso no es muy normal en ti –lo soltó dejándolo continuar su camino.


En cuanto ya no estuvo a la vista de los demás soltó un suspiro de alivio, estaban muy perceptivos y eso no le convenía para nada.


Una… dos… tres... horas y aún seguían estudiando. Tsukishima estaba demasiado atento a Kuroo al igual que Tadashi y Shoyo. Kuroo sentía demasiada presión sobre él, solo le quedaba confiar en que su amigo no hiciera una tontería.


-suficiente, creo que es momento de irnos –dijo Tsukishima poniéndose de pie.


-sí, gracias por todo –le dijo Kenma.


-un placer ayudarlos –respondió Kuroo.


Tadashi no estaba conforme con no haber conseguido nada, pero ya habría otras oportunidades.


-entonces… creo que es todo por hoy –dijo Shoyo dirigiéndose a la salida junto con los demás.


El sonido de un cristal rompiéndose hiso que se detuvieran y miraran extrañados a Kuroo.


-¡WHUUAAAA!


-¿Qué fue eso? –dijo Kenma con miedo a la respuesta.


-¡WHUUAAAA! –se volvió a escuchar.


-¿tienes otra visita? –le pregunto Kageyama con cierto enfoque en “otra”


-¿eeh?


-¿Kuroo? –dijo Kenma exigiendo una respuesta.


-s…si, un amigo.


-¿y no ibas a presentárnoslo? –Kageyama agrego más leña al fuego.


-esta indispuesto y no lo creo necesario, y por lo que escuchan, no se podrá. Bueno, los veo después –dice empujándolos a la salida.


-¡un momento! –Grito Tadashi –queremos conocer a tu amigo.


-en serio no creo que…


-¿ocurre algo malo? –Kenma lo sostuvo de la maga de la playera.


-no. es solo que…


-¡aah siento que muero!


Iwazumi salió de su habitación arrastrando los pies, sosteniéndose de la pared, agarrándose el estómago y dejando a todos en shock.


-¡que hace él aquí! –gritó Shoyo enojado al verlo.


Kuroo se llevó la mano a la frente y agacho la cabeza, cerro sus ojos pero podía sentir todas las miradas pasar de Iwazumi a él, sabía que era una mala idea alojarlo ahí, pero ahora nada se podía hacer.


-¿Kuroo? –la dulce voz de Kenma lo hiso abrir los ojos quedando de frente a él.


-sabía que no lo tomarían nada bien, y por eso me calle.


-¿Qué es de ti?


-mi amigo.


-nos conocimos hace un año. Solo convivimos un mes, pero nos hicimos muy buenos amigos – decía Iwazumi desde la esquina de la habitación.  


Analizando la situación, Tsukishima reproducía en su mente toda la historia. Era lógico, en el cumpleaños de Tadashi, habían visto a ese tipo, lo que significa que tiene algo que ver con Oikawa, la persona de la que menos querían saber.


-creo que por hoy es suficiente. Todo está bien –dijo Tsukishima alentando a irse.


La espina empezó a picar en la mente de Shoyo, si él estaba ahí, significa que Oikawa andaba cerca. Su rostro analítico alerto a Tadashi de que no podría ocultarle la verdad a su amigo por mucho tiempo.


-tienes razón –dijo Kenma volviendo a tomar sus cosas –nos vemos mañana.


-espera –lo detuvo sosteniéndolo del brazo y bajando la voz –no abras pensado que yo…


-discúlpame, por un momento si lo hice.


-ken…ma –dolió, si, le dolió mucho que desconfiara de su amor. Lo soltó y no hiso nada para detenerlo cuando salía.


-¿está bien que los dejes ir? –se le acerco Iwa  en cuanto se fueron.


-si…


Sin fuerzas en los pies, Kuroo estaba ahora peor que Iwa, prácticamente se arrastraba hasta su habitación. No culpaba a su amigo, tampoco culpaba a Kenma, era su culpa, por no haber hablado con la verdad y decir que Iwazumi estaba quedándose en su casa.


Kenma no estaba mejor. De regreso a su apartamento prefirió tomar un taxi, estaba cansado, de su inseguridad, de su miedo, apenas empezaba y ya estaba cansado de él mismo. Su miedo no era que Kuroo le fallara, era fallarle él a Kuroo.


Cuando llego a su casa, se acostó sobre el piso en la entrada, parecía patético pero no tenía fuerzas para caminar más allá, entre sus pensamientos se quedó dormido, despertó a las 3 de la mañana con frio y con sus pestañas mojadas. Por alguna razón esperaba que como la noche anterior Kuroo volviese a ir, pero nunca llego y no lo culpaba.


-tonto yo.


………………………………………………………………………………………


A la mañana siguiente, durante el desayuno Tadashi se encontró solo con Oikawa en el comedor. No le apetecía compartir la mesa con él, pero moría de hambre.


-buenos días –dijo Oikawa en cuanto lo vio entrar.


-buenos días.


Durante unos minutos solo se escuchaba el sonido de los cubiertos, la empleada que los atendía sentía un aura pesada por parte de Tadashi mientras que de Oikawa emanaba total tranquilidad.


-iré a la empresa de tu padre ¿gustas venir?


-no. tengo clases –respondió sin mirar.


-lo supuse.


-entonces pudiste ahorrarte la invitación.


-Tadashi, deja de ser tan cortante. Solo quiero ayudar ¿sabes? Tu padre está al borde, tiene muchas presiones y su único hijo se niega a ir a su empresa.


-son problemas de la familia, no te incumben –se le había arruinado el desayuno, se levantó bruscamente y salió sin despedirse.


-tiene su carácter –dijo a la empleada y señalándole que le sirviera más jugo.


“mmm ¿Qué hacer? Será el último día que valla a la oficina, pronto regresare, pero me quedan 2 días libres. Debo aprovecharlos al máximo”


Una sonrisa traviesa cruzo por su rostro al solo maginar todo la que podía hacer. Su celular empezó a sonar, era Iwazumi, dudo en contestar, cada vez que hablaba con él le ocurrían cosas que no son dignas de él, por esa razón prefería poner límites, limites que se le olvidaban en cuanto lo tenía en frente.


-hola.


-Oikawa, no me has enviado tu reporte.


-aah es verdad, disculpa enseguida te lo envío.


-lo más rápido posible.


Cortó la llamada y se quedó pensativo unos segundos, de fondo de pantalla tenía la fotografía de su grupo de trabajo, pero en sí, lo que más le interesaba era que Iwa estaba junto a él, sonriendo como muy pocas veces lo hacía.


-tienes una preciosa sonrisa, no entiendo porque no lo haces más seguido.


………………………………………………………………………………………


Por la tarde Oikawa regresaba a casa de los Yamaguchi, no había nadie en casa, lo que lo alentó a salir al jardín para leer un momento, cosa que no acostumbraba. En la oficina pudo ver a Iwa un momento, solo el necesario para realizar su trabajo. Era típico de Iwa no pasar con él más tiempo de lo necesario. Quiso invitarlo a comer pero se fue sin siquiera despedirse.


-no sé si te haces el difícil o si me falta experiencia con tipos como tú.


Se colocó el libro sobre la cara y se dejó acariciar por el sueño quedándose dormido. Desde fuera era observado desde el interior de un auto.


-ni quien se pudiera imaginar que de indefenso no tienes nada –dio una gran calada  a su cigarro y exhalo el humo con toda elegancia.


-¿Qué quieres? –respondió a su celular.


-¿dónde andas?


-Tetsuroo, ya deja de estarme acosando.


-quien diablos te está acosando, eres tú el acosador, yo solo intento evitar que hagas una estupidez.


-te diré que estoy donde debo estar.


-¡idiotaaaa!


-no hare nada, nunca hago nada. Regresare en unos momentos.


-no, ya es suficiente. Espera ahí.


-¿Qué planeas?


-solo espera.


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-joven –una empleada despertó a Oikawa –el joven Tadashi avisa que lo espere para cenar.


-¿y ahora que se carga este niño? –a la empleada le causo gracia oír tal cometario ya que por lo visto Oikawa era solo un par de años mayor. 


 


Llegada la hora, Oikawa esperaba impaciente en la sala, escucho la llegada de Tadashi y compañía, Kenma, Kuroo y quien menos se esperaba.


-¡Iwaaaa!


Salto como resorte para abrazar a Iwa, pero este lo esquivo dejándolo abrazar solo el aire. A Tadashi le sorprendió que pusiera una expresión tan infantil y cariñosa al ver a su amigo, regularmente siempre lo vea con esa actitud  prepotente y altanera.


-no hagas escándalos –le dice Iwa acomodándose el cuello de la camisa.


-que aburrido –responde Oikawa con un infantil puchero –pero a todo esto ¿Qué haces aquí?


-mi amigo me invito –dijo señalando a Kuroo.


-ohh a sí que son amigos.


A Kenma se le marcaron las venas en la frente al escuchar el tono con el que Oikawa hablaba, estaba  claro que era como una pulga que le gustaba saltar de un lado a otro. De no ser porque Kuroo le explico todo y se sentía mal de haber desconfiado de él, jamás habría aceptado estar en una misma habitación que Oikawa.


Pasaron a comer y durante todo el rato estuvieron bien, las conversaciones no eran muy profundas ya que se conocían poco. Después de esto pasaron a la sala donde continuaron con la poca conversación que podían sacar.


-es cierto, tengo que hacer una llamada –dijo Tadashi levantándose y abandonando el sitio.


Minutos después Kuroo empezó a hacerle unas señas extrañas a Iwa quien negaba con la cabeza y su mirada se mostraba en desacuerdo. Kuroo esbozo una amplia sonrisa que índico lo que se proponía.


-Kenma, esto está un poco aburrido. Vamos por un licor ¿sabes dónde están?


-se lo pediremos a un empleado.


-no es necesario, vamos por el. ¿les traemos uno? –pregunto a los otros dos.


-por favor –dijo Oikawa.


El solo hecho de recordar su terrible dolor de estómago y cabeza, a Iwa ya no le quedaban ganas de probar nada con alcohol.


-no gracias, para mí no.


-ooh vamos Iwa, no me digas que ahora prefieres el vino dulce –se empezó a burlar Oikawa haciendo que Iwa reaccionara ante la provocación.


-está bien –dijo –pero que sea wiski doble.


-como gusten –dijo Kuroo yéndose con Kenma.


-Iwa, ¿Por qué me evitas? –se apresuró a decir Oikawa.


-no te evito.


-sí, si lo haces.


-sabes bien que no tienes tiempo de andarte divirtiendo, tienes trabajo y en cuanto termines deberías regresar inmediatamente –Iwazumi mantenía su expresión seria y sin mostrar emociones.


-no quiero, quiero pasar un rato contigo, pero eres un aburrido.


“un rato” Iwa apretó los dientes cuando esas palabras resonaron en sus oídos, “para ti todo es solo de un rato, yo no pienso ser el juguete de un niño malcriado” formo un puño con sus manos sobre sus piernas, el solo hecho de pensar que en una hora este con él y a la siguiente con otro lo ponía furioso.


-si lo soy, y me gusta serlo.


-jmmm ¿sabes yo podría hacer que te diviertas?


-no quiero.


Iwa esquivo la mirada e inclino su cuerpo al lado contrario  de Oikawa, este observo que nadie estuviera cerca y en menos de una décima de segundo abrazo a Iwa por la espalda, acerco su rosto a su cabello y aspiro su olor poniéndole los pelos de punta a Iwa.


-¿Qué haces? –dijo Iwa tratando de alejarlo.


-lo que siempre he querido hacer.


-suéltame, te pueden ver.


-a mi no me importa. ¿te importa a ti?


-claro que me importa.


-bueno, ya que supongo que te has molestado por algo así, no me gusta dejar las cosas a medias, mejor hagámoste enojar por completo.


Con la fuerza necesaria giro, tomo lo tomo de la barbilla y lo beso sin pensarlo. A Iwa no le sorprendió, sabía que era capaz de algo así, pero de pensarlo a sentirlo era muy diferente. Sus suaves labios estaban sobre los suyos, abrió los ojos, quería verlo de cerca, su rostro cuando lo besaba. Para Oikawa esto era una batalla ganada, y ese beso era su trofeo a pesar de ser él el único que movía los labios.


-creo que ya te divertiste suficiente –Iwa se deshizo del abrazo, se levantó y cambio de lugar en el sofá.  


Oikawa solo sonrió, pero en el fondo no podía engañarse, no estaba satisfecho.  Había algo desde hace mucho  lo molestaba, después de no poder conseguir estar con Kageyama se obsesiono con su racha de caza nova, al punto ponerse metas en cuantas personas podía conquistar en semanas. Empezó a poner sus ojos en Iwa, pero siempre le fue indiferente, se le convirtió en un reto, con cada persona que estaba se imaginaba que era Iwa, pero ninguno de ellos lo satisfacía, no podía comparar su aroma, sus gemidos, el contacto de ellos con los que podría darle Iwa.


-¿sabes? Me gustas mucho.


-no creo que este sea el lugar y el momento.


-para ti ningún lugar ni momento es bueno –Oikawa no se dio cuenta de que su comentario molesto aún más a Iwa.


-si los hay, pero creo que la indicada no es la persona.


Esto se estaba convirtiendo en una conversación no muy grata para Oikawa, le acaban de decir que él no era bueno. Para su suerte Kuroo y Kenma regresaron, Tadashi aun tardo en volver. Después de eso Oikawa no volvió a cruzar palabras con Iwa después de todo le acababa de decir que él no era su tipo.


.


.


.


-¿ya aclaraste tus dudas?


Iwa y Kuroo ya estaban de regreso en el apartamento después de haber llevado a Kenma al suyo.


-sí, todo está claro. Me iré mañana por la tarde.


-¿estas seguro de que eso es lo que quieres?


-más que nunca –Iwa se abrió el refrigerador y saco una cerveza –gracias por la ayuda.


-eres un cobarde –Kuroo se fue a su habitación dejando a Iwa solo con sus pensamientos.


Abrió su cerveza y se fue al balcón, se recargo sobre el y trago a trago recordaba lo sucedido.


-es el idiota más idiota que he conocido. Sí, así es Iwazumi, ahora ponte a hablar solo como un loco. ¿loco?..  Loco me volverá él si continúo con esto.


Iwa estaba seguro de que el amor cambia a las personas, pero el problema era que Oikawa nunca estaba con una persona tanto como para enamorarse. Lo admitía, estaba enamorado de Oikawa, razón por la cual no podía soportar verlo divirtiéndose con cualquiera frete  a él.


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-hijo –la madre de Tadashi entro a su habitación –tu padre acaba de regresar y trae cara de muy pocos amigos.


-es su cara normal.


-hijo, estoy preocupada, últimamente a estado de muy mal humor. Creo que tiene mucha presión.


-siempre ha sido así –Tadashi se levantó de su mesa de estudio y camino hasta su ventana.


-no es por él quien temo –se acercó a él y lo abrazo –es por ti hijo, no quiero que te obligue a hacer algo que no quieres.


-madre, tranquila –dijo colocando sus manos sobre la de ella –no lo hará.


Bajo a cenar y tal y como su madre lo dijo, su aura no era de lo más agradable, incluso Oikawa se abstuvo de hacer comentarios fuera de lugar. En cuanto terminaron cada quien subió a su habitación.


-si que estaba de malas –dijo Oikawa entrando a la habitación de Tadashi.


-¿alguna vez tocas antes de entrar? 


-yo soy como el amor, nunca te das cuenta cuando entro –dijo con aire poético.


-ni dices cuando te vas –agrego Tadashi poniendo serio a Oikawa dándole a entender lo que quiso decir.


-solo quiero advertirte –se puso serio –la producción d la empresa de tu padre bajo un 10 %, no afecta mucho pero afecta su orgullo. La tendrás difícil  –se dispuso a salir de la habitación –por cierto ¿te gustaría una copa?


Se miraron a los ojos unos segundos en los cuales una chispa de diversión desvaneció toda tención en ambos, sonrieron y fue la señal para que Oikawa bajara por una botella y se encerrara en la habitación de Tadashi para terminarla en menos de media hora.


-como te di…go, la tuvimos difícil, pe…ro al final arreglamos todo.


-me alegro –Oikawa estaba divirtiéndose mucho con las conversaciones un Tadashi ebrio, él también lo estaba, pero estaba un 10% menos que Tadashi –no todos pueden salir de problemas amorosos, la mayoría prefiere olvidarse y continuar con otra persona.


-tu… harías eso, estoy seguro.


-si… -la tristeza asomo por los ojos de castaño.


-que cobarde –dijo Tadashi tomándose de un solo trago lo que le quedaba de wiski.


-supongo que sí.


-dime ¿nunca te has enamorado?


Rio, no por la pregunta si  no por la respuesta en la que pensó. ¿Enamorado? Eso era algo que siendo sincero no conocía, solo conocía la pasión y el placer carnal.


-no, pero creo que me asusta esa palabra.


-jaja no tienes, cualquiera se puede enamorar cuando menos lo espera… como dijiste “el amor no avisa”


-suficiente, vamos a descansar antes de que me hagas hacer una estupidez.


Dejo a Tadashi en su habitación y él se fue a la suya, desde dentro veía las ramas de los árboles del jardín agitándose con rebeldía. 


-se miran tan rebeldes como él –dijo pensando en Iwa.


………………………………………………………………………………………


Por la mañana Kuroo ya había salido a la universidad. Iwa estaba desayunando y planeaba arreglar u maleta en cuanto terminara. Se había decidido a adelantar su salida por miedo a arrepentirse si tardaba más. Se disculparía con Kuroo cuando pudiese, y en cuanto a Oikawa estaba claro que no se iría hasta conseguir mínimo una noche con Kageyama.


-listo –limpio la casa y después tomo su maleta para salir.


-¿a dónde crees que vas? –Oikawa estaba esperando en el pasillo frente a la puerta como un guardia.


-¿Qué haces aquí? –le dice Iwa con sorpresa.


-no respondas a una pregunta con otra -lo empujo dentro del apartamento nuevamente y cerró la puerta.


-deberías estar trabajando –Iwa intento apartarlo –ayer te retrasarte con los reportes.


-debería, pero solo tengo un terrible dolor de cabeza y ganas de no dejarte ir –y sabiendo a lo que se enfrentaba lo aprisiono en un abrazo.


Iwa le dio un golpe en el estómago pero aun así Oikawa no soltó. Lo tenía tan cerca, su olor era demasiado embriagante, tanto que no le molestaría besarlo hasta que sus labios ardieran.


-Iwa... no te vallas, me dejaras muy solito –dijo con voz infantil.


-estoy seguro de que podrás encontrar compañía, eso nunca ha sido problema para ti –volvió a intentar zafarse.  


-no, no quiero cualquier compañía –con fuerza lo tomo del brazo y lo hiso caer sobre el piso –quiero la tuya.


-¿Por cuánto tiempo? –con ira en la mirada hiso que Oikawa lo mirara sorprendido.


-por todo el que tú quieras estar junto a mí –palabras que jamás creyó decir. Tomar a consideración los sentimientos del otro.


Los segundos en los que Iwa no pudo responder fueron los que necesito Oikawa para aceptar que estaba completamente enamorado de él.


-te quiero solo a ti.


Un beso, no uno como cualquiera, no uno carnal, no uno insípido. En eso pensaba cuando poso sus labios sobre los de Iwa para besarlo, pero se detuvo dejándolo solo en un rose sin apartarse de él. Aspiro su aliento y se deleitó con mover  sus labio solo rosándolos superficialmente cosa que le hacía sentir cosquillas en el estómago por primera vez.


-deja de jugar y apártate –dijo Iwa frunciendo el ceño.


-apártame –reto Oikawa.


Iwa se giró dejando a Oikawa abajo, intento levantarse pero el castaño lo rodeo de la cintura y lo beso, ahora si con la intensidad que se guardó momento atrás. Con toda la fuerza que tenia se separó de Oikawa quedando de rodillas entre las piernas del castaño, lo tomo del cuello bruscamente y lo jalo hacia él como si estuviera dispuesto a romperle la cara.


-te gusta jugar demasiado –Oikawa se asustó en cuanto sintió la presión al jalarlo hacia él, pero en lugar del golpe, lo castigo con un beso.


Por primera vez Oikawa sentía los labios de Iwa moverse sobre los suyos, se apresuró a seguirle el paso pero le era casi imposible, ese beso era más intenso de lo que pudo imaginarse.


-Iwa…


-cállate.


No lo jejo hablar, en ese momento solo quería disfrutar de sus labios. Oikawa sentía su calor subir, empezó a meter sus manos bajo la ropa de Iwa  acariciando su espalda, Iwa succionaba sus labios causando algo de dolor, pero a Oikawa no le molestaba en lo más mínimo. Iwa deslizo su mano najo la playera del castaño y después la subió hasta dejar al descubierto el blanco dorso, lo recorrió con su mano y al llegar al pezón empezó a jugar con este, haciendo que Oikawa se estremeciera y ahogara sus gemidos.


-¡pero que…! Escucharon, y al momento se encontraron con Kuroo y Kenma viéndolos petrificados desde la puertas –no veas –dijo poniendo sus manos sobre los ojos de Kenma.


 


 

Notas finales:

Bien, que les gustaria estoy abierta a sugerencias.

Gracias por leerme. 


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