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Fuguémonos por RyuStark

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Notas del capitulo:

Hola bomboncitos <3

Lo sé, no tengo perdón…y no me lo merezco, ha pasado demasiado tiempo. Lo lamento en serio. Sólo que perdí la inspiración por un rato, seguida que como algunos ya lo habrán notado se me borraron un par de capítulos, lo cual fue una total basura ya que perdí los estúpidos archivos en la infinidad de mi computadora, más sus bellos comentarios y con ello el hilo de la historia /o7 –Todo el drama de la vida-

Pero decidí darle la solución de simplemente seguir el Fic a partir del especial de Navidad, que es el capítulo anterior (10). Y ya cuando encuentre esos archivos de ¿Qué pasó ayer? O si es que me vuelvo a animar a escribirlos todos, que es una lata sinceramente, los subiré pero como un spin off o algo así de Fuguémonos. Y dios, no sé si muchos aún sigan está historia…pero en serio perdón y para los que aún siguen por aquí gracias por tanta paciencia, amor y cariño. ¡Los amo muchísimo! <3 ¡Ah! Y sé que debo capítulos con dedicatoria a varios de ustedes, sólo…recuérdenmelo TuT ¡Se los compensaré en los próximos capítulos! ¡Lo prometo! :33

Así que sin más los dejo con puro fluff rosado y esponjoso de ese que da diabétes, un toquecito de humor y lemon con lactancia. Dios, ¿A quién quiero engañar? Este fic es eso, puro fluff, estupidez y lactancia, ok no >u<

Este capítulo se lo dedico con todo el amortss del mundo a Banana bebé <3

CAPITULO 11

////Aomine/////

-Daiki, levántate inútil. Daiki…¡Ahomine! ¡Son casi las seis, has dormido todo el día carajo! No te hagas el idiota que ya te deje descansar.

Finjo demencia sin atreverme a abrir los ojos mientras sonrío al sentir como el tigre me agita con agresividad en un intento por despertarme.

-¡Vas a llegar tarde y tu entrenador se va a enojar de nuevo!

Claro que tiene que reclamarme que siempre llego tarde a mis prácticas, pero si le digo que es porque no hay mejor que vista que su redondo trasero que me idiotiza, seguro que se enoja aún más. Por lo que me mantengo callado y continuo boca abajo con el rostro enterrado en mi almohada la cual abrazo con fuerza.

-¡En serio vas a meterte en problemas! ¡De todos los días no puedes faltar hoy!

Si fuera por mí, ni siquiera voy.

-¡Ah, otra vez haciéndote el dormido! ¡Date prisa carajo!

Me lo dice mientras me jala el cabello, haciéndome echar la cabeza para atrás y gruñir. Y más cuando siento una pequeña mordida en el brazo que me hace abrir los ojos. Y claro que quién me la ha hecho me sonríe tiernamente parado frente a mí, el pequeño y voraz Hine.

-¡Papi! ¡Papi!

¡Ah! ¡Con ustedes no se puede joder! De inmediato me levanto escuchando a Hine reírse tiernamente, mientras Kagami se baja de la cama y se coloca en su pose de mamá sexy y regañona con las manos en la cintura.

-Tienes cinco minutos para vestirte, la comida ya está lista y debemos salir en menos de veinte, así que date prisa o llegarás volando al partido de una patada en el trasero.

Sí, sí…lo que sea. Sólo bésame y no digas más Bakagami. Me estiro para besarlo pero lo único que consigo es que me apriete la nariz hasta casi arrancármela, para luego irse con Hine como si nada. Por mi parte me sobo y me tiro de lleno en la cama nuevamente suspirando adormilado. Que se jodan todos, dormiré.

-¡Cuatro minutos Daiki!

¡Ya voy! Y claro que voy antes de que él venga y me ponga la golpiza de mi vida. Juro que a veces pienso que tiene ojos en la nuca. Por lo que me visto a prisa con mis pants negros, una camiseta blanca y aburrida y una sudadera. Una vez listo salgo mirando a Taiga ya comiendo y de paso alimentando a Hine en su sillita alta. Sonrío por lo adorables que se ven, claro que no lo digo en voz alta a menos que quiera una golpiza por parte del tigre; sólo yendo con mi familia y poniéndome a comer arroz frito, algo de ensalada y agua, nada realmente pesado.

-Hoy vendrán los chicos a verte jugar.

¿Ah? ¡Pero yo no los invite!

-Pero yo sí. Es un juego importante Aho.

¿Y eso qué? Lo que menos necesito en pleno juego es la mirada asesina de Akashi sobre mí, o los “Que impertinente eres-nanodayo” de Midorima, ni mucho menos las maldiciones de tu estúpido hermano junto a Murasakibara que solo come y ni siquiera ve el juego ¿Y debo mencionar los chillidos de Kise que pareciera estar pariendo nutrias?

-Son de la familia.

Ay sí, ay sí la familia. Pff. Le saco la lengua haciéndolo rodarme los ojos, por lo que sigo comiendo hasta que terminamos, para luego lavarme la boca, por fin tomar mi maleta e irnos los tres. Bueno, los cinco contando los dos preciosos y gordos bebés que trae Kagami dentro. Ah, ¿Olvide mencionar que estamos esperando gemelos? ¡Pues lo estamos! Juro que casi me da un maldito infarto cuando al tercer mes fuimos a su cita mensual para ver el progreso de nuestro hijo y ¡Sorpresa, dos bebés! Porque obviamente Hine necesitaba no uno, sino dos hermanos. ¡Dos!

Así que con mayor razón me cayó como anillo al dedo el reclutamiento del equipo nacional de básquetbol. Y como son las ligas “profesionales” tengo que asistir a los odiosos entrenamientos todos los días, a los cuales Taiga me acompaña junto a Hine unas tres veces por semana, ya que si se queda mucho tiempo en casa suele aburrirse con facilidad ahora que no puede hacer mucho deporte. Por ello se toma muy apecho el joderme intentando que sea responsable o algo así. Y orgullosamente ha logrado que no falte a ninguna práctica…por ahora.

-¿Estas nervioso Daiki?

No, ¿Por qué habría de estarlo? Ni que fuera a jugar contra ti, y en todo caso no serían nervios, sino emoción, pero como es contra alguien que no conozco no me importa realmente. Se lo digo mientras me rasco la nuca sacándole una sonrisa al tigre. El camino se pasa lento con las estúpidas canciones de Hine resonando por todo el auto, de la vaca retrasada que dice moo y el pollo que dice cuack, no espera ése es el pato. El punto es que por fin entramos al estacionamiento que está atestado de autos debido a que montones de personas han venido a ver este partido.

Ya que por primera vez desde hace años, muchos, muchos años debo acentuar que el equipo no lograba ni siquiera calificar para participar en la copa de Asia de la FIBA. Pero gracias a mí y a un par de chicos nuevos en el equipo lo hemos logrado. Y bueno, si ganamos este jodido partido no solo ganamos la copa de Asia, sino que lograremos aplicar para entrar a la copa del mundo que es dentro de un año. ¡Por fin! Después de medio siglo Japón lograría entrar y creo que eso hace que la gente esté tan emocionada. Y más que Tokio es la cede, por lo que si perdemos nos veríamos más idiotas de lo normal. Bueno el resto del equipo, porque yo soy perfecto.

Y siendo sincero no estoy eufórico, pero me la estoy pasando bien. Y por primera vez agradezco el título de jugador ya que tengo un lugar reservado en el estacionamiento. Oh sí, sólo por eso estoy contento. Eso y que si gano el partido seguramente el tigre me dejará darle pasión. No, no estoy sonriendo embobado, ni quiero ganar solo por eso, bueno tal vez un poco sí… mucho. Una vez que nos bajamos del auto sonrío ya que no me había dado cuenta que Hine trae puesta su pequeña camiseta que el equipo le regaló con mi número cinco, la cual Kagami le arregla como buena mamá, no sin antes sonreírme. ¿Es para darme apoyo?

-Obviamente tonto.

Oh tigre, ¿En ese caso cada vez que anote te levantarás la camiseta para mostrarme tu suculento pecho como una chica enamorada? ¡Ah, no me digas! ¡Te escribiste “Hazme tuyo Daiki”! ¡A que sí! ¡Eres un pervertido Bakagami! Apenas si logro esquivar el puñetazo directo a mi rostro riéndome de su ceño fruncido. Amo hacerlo berrear.

-Sueñas estúpido. Ahora por eso le diré a Kise que se asegure de gritar con su voz más chillona. Ya lo oyes ¿No es así? “Aominecchi, Moo… Aominecchi tú puedes”

Te juro que si lo haces, terminarás con trillizos Bakagami. Ahora él me hace una mueca divertida y me saca la lengua tiernamente. ¿Ya dije que amo a este tonto adorable, pechos suculentos, cejas de cangrejo, cara de ángel, trasero de bombón? Obvio que también omito eso a menos que quiera jugar con la nariz rota. Así que sin más aprovecho que está distraído para abrazarlo por los hombros y darle un beso rápido. O bueno, tal vez dos, o tres.

Como siempre me gritonea mientras yo le sonrío y con mi mano libre cargo al pequeño Hine, que quiere hacerme lucir candente en las fotos, despeinándome y estirándome la cara. Ya dentro veo que no hay nadie en los vestidores, por lo que me asomo a la cancha principal en donde mi equipo y el contrario ya están calentando. Oh mierda. Gruño porque seré regañado seguido del manotazo que me da Kagami en la cabeza más su mirada recriminatoria de ´Te dije que se nos haría tarde idiota´ Así que comienzo a quitarme la ropa a prisa, asegurándome de darle la espalda ya que no puede ver la camiseta que me pondré debajo del uniforme.

-¡Ya empezaron a calentar, ya vete Ahomine!

¿Me voy en pelotas o qué? Está bien que te pone caliente verme desnudo tigre, pero una cosa es que tú me veas y otra que todo Japón me vea el trasero por perra cadena nacional. Hine grita emocionadísimo mientras Kagami se pone todo rojo y se limita a arrojarme mis shorts, más mis protecciones para brazos y piernas a la cara con todo su brusco amor contenido. Imposible no amarlo ¿Cierto? ¡Es un idiota adorable! Así que una vez listo, voy con él para abrazarlo y frotarle el vientre repetidamente.

-¿Qué haces?

Dicen que es de buena suerte.

-¡Ni que fuera Buda, estúpido!

El tigre me jala el cabello intentando separarme mientras yo me río, lo abrazo más y lo beso tanto como puedo. Quiero comérmelo a mordidas maldición. Hasta que por fin a los pocos segundos deja de pelear y me deja meterle la lengua, pero apenas unos segundos ya que pega su frente con la mía.

-Muéstrales quién es Aomine Daiki.

Ambos nos sonreímos mientras yo asiento, muerdo su nariz, le doy una nalgada y salgo volando antes de que me asesine, no sin antes gritarle a él y a mis hijos que los amo. Apenas salgo el entrenador me apuñala con la mirada, pero ni siquiera me quedo a oírlo tan sólo metiéndome en la carrera para dar un par de vueltas a la cancha.

-¡Más te vale que entres en calor Aomine, que el juego está por empezar!

Me lo grita el entrenador haciéndome correr más rápido y hablar por lo bajo cuando paso a su lado. Sí, sí. Deme una foto de Kagami desnudo y verá como entro en calor.

-¿Dijiste algo?

Nada. Sin más sigo corriendo y mirando hacia arriba por primera vez percatándome lo tremendamente lleno que está el lugar. Oh no, ¿Dónde estará el tigre? ¿Cómo sabré dónde…? Olvídenlo. Apenas miro una pancarta inmensa que dice “Aominecchi me enorgulleces” ruedo los ojos porque Kise tenía que ser, ahora  brincando y saludándome eufórico junto a mis amigos y Kagami, que me sonríe perversamente y se asegura de que vea cómo le susurra algo al rubio, que asiente emocionado y no tarda en gritarme “¡Aominecchi tú puedes!” con su voz más jodidamente chillona. Carajo, y eso que todavía ni empieza el puto juego.

Decido ignorarlo dedicándome a ver a mis oponentes que lucen muy altos para ser asiáticos y bastante pesados pero nada para asustarse realmente. Aunque eso lo comprobaré ya en el juego. Pero como decía estoy emocionado y no. Ya que aunque ganemos la copa de Asia, la internacional está algo lejana, porque para ser sinceros el equipo no tiene material de campeón del mundo. Y creo que es porque estaban tan acostumbrados a perder y a ni siquiera calificar que no tienen esa energía, ambición y ráfaga que se necesita para coronarse por lo alto.

Pero al menos por mí y por ver feliz al tigre me aseguraré de llevar al equipo tan lejos como pueda empezando por ahora. Después de todo él es mi admirador número uno y mi mejor rival, dejando de lado el novio, madre de mis hijos, ridiculez, blah. Eso y que si gano el partido, tal vez…me atreva a preguntarle algo importante que llevo planeando desde hace tiempo. Pero solo tal vez, no es que tenga miedo, ni me de vergüenza ni nada, sólo que…la ocasión probablemente lo amerite.

////Kagami////

-Taiga, hola hijo. ¡Que guapo te ves hoy! Y mira a esos preciosos bebés, ven aquí.

Uhm, hola. Saludo algo tímido a mí suegra, ya que aún me da pena hablarle muy cariñoso a pesar de que nos conocemos desde poco más de medio año. Sin embargo ella me abraza y frota el vientre tal y como su torpe hijo, una y otra y otra vez junto a su marido que me sonríe feliz. Y es que parezco ser la bola de la fortuna de todos, que no me dejan de tocar carajo. Y lo peor es que cuando creo que ya se acabó Kuroko toma el lugar de mi suegra para seguir con el exceso de cariño a los gemelos. Maldición Kuroko, ¿No se supone que ya deberías estar embarazado de Akashi para que te frotes tu propio vientre eh? ¿Sabes acaso lo que es el espacio personal?

-Kagami-kun me ofendes, soy el padrino oficial de los gemelos al igual que el de Hine-kun y es mi deber como tal brindarles mi amor y cariño. En cuanto a mi propio embarazo tuve que posponerlo ahora que Seijurou ha tenido que viajar fuera del país con tanta frecuencia.

Será lo que sea pero ya llevan mucho tiempo de casados. Sin mencionar todo el drama de tu boda y tu despedida de soltero con los chicos hace unos meses ¡Ya deberías estar embarazado maldición! ¡Para que sientas lo que es ser una jodida pelota de playa rodante! Claramente me ignora porque apenas escuchó “Despedida de soltero” entró en un extraño trance que me hace reír de solo recordar las estupideces que me contó Daiki que hicieron él, Kise y Murasakibara para festejar a Kuroko.

-¡Kagamicchi, el juego está por empezar! ¡Ahí está Aominecchi! ¡Aominecchi hola, hola, aquí estoy! ¡Aominecchi salúdame que soy yo, tu mejor amigo!

Kise grita eufórico haciendo que Takao se ría entretenido mientras Midorima simplemente se compone las gafas, algo avergonzado y letalmente serio como siempre. Por su parte Tatsuya recién regresa de ir a comprar un par de golosinas para sus bebés, que son sus hijos y el niño grande de Murasakibara que platica con Akashi. Y hasta mis padres están aquí más arriba junto a los de Aomine y Momoi, y sinceramente eso me hace feliz, ya que a pesar de que todos están sumamente ocupados se tomaron el tiempo de venir a apoyar a Daiki.

Y no mentiré, yo también me emociono apenas suena el timbre que da inicio al juego después de los saludos respectivos, seguido del público que grita alegre. Y miren que para que los japoneses griten es porque realmente saben que es un juego importante para el país. Mira Hine, ahí está tu papá. Se lo señalo a mi hijo que está parado sobre su asiento y le aplaude emocionado a su padre, que corre con el balón y justamente encesta los primeros puntos con una magistral clavada haciendo que todos griten enloquecidos.

Me alegro aún más al ver como Daiki corre de regreso a su posición con una mano levantada mostrándome sus cinco dedos. Una señal que sólo él y yo entendemos y que me dice que me dedica la canasta aun cuando nuestras miradas no se puedan encontrar, por la rapidez y adrenalina del encuentro. Así que en definitivo culparé de mi sonrisa de oreja a oreja a mis estúpidas, inútiles e idiotas hormonas del embarazo que me ponen sensible. No que admita que amo al idiota con locura y desesperación.

-Aomine-kun está realmente salvaje el día de hoy Kagami-kun, parece querer destrozar el balón. Así que por tu bien espero estés preparado para darle su recompensa.

Toso escupiendo mi jugo, ahogándome y mirando avergonzado a Kuroko que como el pequeño diablillo que es me dedica una miradita traviesa que me dice ´Sé lo que harán cuando termine el partido pervertidos´ ¡Y yo no soy ningún pervertido! Bueno, es culpa de Aomine la mayoría de las veces.

-Si te parece bien Hine-kun podría quedarse con nosotros este fin de semana.

No es necesario.

-Créeme Kagami-kun, es necesario. Además Seijurou y yo estaremos felices de tener a Hine-kun sólo para nosotros todo el fin de semana. Nos sirve para prepararnos para cuando tengamos a los nuestros.

Y como Akashi es todo omnipotente claro que está escuchando todo, por lo que se asoma de alado de Kuroko, me levanta una ceja y asiente claramente diciéndome que no acepta un no por respuesta. Está…está bien. Se quedará con ustedes si no es mucha molestia.

-Ninguna molestia Taiga.

Ambos me sonríen complacidos mientras yo suspiro pensando que son el uno para el otro y ahora si fijándome en el partido. Está un poco más reñido de lo que pensé, pero aun con descansos se pasa realmente rápido, tanto que si parpadeas te puedes perder algo importante. Pero eso sí, Kise es el portavoz oficial de todos ya que le grita a Aomine como si estuviera jugando a su lado, lo cual me hace reír y seguramente tiene a Daiki queriéndose arrancar el cabello.

En los últimos minutos todo el mundo sabe que Japón ganará ya que llevan una diferencia de casi veinte puntos que a este momento está muy monumental reponer. Pero lo mejor es que sea un minuto o mil, Aomine se encarga de seguir realizando feroces y demenciales jugadas, más esos tiros sin forma que tanto amo y que me enloquecen totalmente. No solo a mí, sino también a Hine que grita tan o más emocionado que yo cuando ve a su padre hacerlos.

-Solo diez segundos Kagami-kun.

Apenas me dice eso Kuroko siento el corazón latirme al mil por hora ya que Aomine viene corriendo desde el otro extremo de la cancha tan rápido como puede, logrando burlar a los jugadores para finalmente hacer un giro espectacular en el aire y hacer una clavada con ambas manos al mismo tiempo que suena el timbre que anuncia el final del partido.

Y ahora sí, todo el mundo pierde la cabeza y el maldito confeti sale volando, más los brincos de alegría de Kise con Hine en sus brazos. Pero poco me importa, porque aunque sus compañeros de equipo se abrazan felices, Aomine ha venido al frente de nuestro palco y se ha levantado la camiseta del equipo mostrándome una que trae debajo con algo escrito que me deja estático.

-¡Oh dios mío, Kagamicchi! ¡Lo estás viendo! ¡Dime que lo estás viendo!

Kise me agita emocionado al igual que Takao y Tatsuya mientras yo sigo petrificado, leyendo una y otra y otra vez la frase. “Taiga, ¿Quieres casarte conmigo?” Y juro que puedo oír los gritos de locura de mi madre y la de Aomine a mi espalda, pero es como si todo se quedara en silencio, el tiempo se hubiera detenido y lo demás se apagara mientras Daiki y yo nos miramos fijamente. Mierda, carajo, maldición. Juro que pasan por mi cabeza mil cosas, nuestro primer encuentro, como nos hicimos amigos, haberme enamorado de él, nuestra fuga, nuestro primer beso, Hine, los gemelos, Daiki y yo siendo felices por siempre. Supongo que todo está claro.

Sin más suspiro ya que estoy jodido de por vida y lo admito, lo amo. Amo a este imbécil odioso y problemático que siempre me hace berrear con la misma intensidad que me hace amarlo. Por lo que me acerco al borde del palco y le sonrío. ¡Si quiero Daiki! Aomine se queda paralizado como no creyéndoselo, pero apenas un compañero le da una palmada y lo felicita, parece captarlo por lo que brinca emocionado y comienza a bailar y a correr por toda la maldita cancha como el loco que es. Este tipo idiota, ah como me gusta carajo.

-Kagamicchi, estoy tan enternecido. No creí que Aominecchi fuera tan romántico.

Kise lloriquea junto a Takao en el pecho de Midorima que mira ambos como queriéndolos ahorcar, por dejarlo todo mojado y babeado mientras yo intento no lucir a punto de colapsar.

-¡Tigre!

Volteo al oír esa voz, fijándome que Aomine ha llegado corriendo y ahora no sé qué decir conforme él se acerca lentamente hasta pegar su frente con la mía.

-¿Eso fue un sí cierto? Porque sería un poco patético que ahora me rechazarás después de mí twerking en plena cancha transmitido por todo Asia.

Eso sería una verdadera vergüenza Daiki. Pero supongo que oíste bien. Si quiero casarme contigo tonto. Y carajo, su sonría, la sonrisa que me da me basta para está y mil vida más por lo que no dudo en abrazarlo de nueva cuenta y besarlo sin importarme un carajo que todos nos miren. Porque mientras lo abrazo no puedo evitar pensar que el mejor lugar del mundo se encuentra con Aomine, siempre con él, eternamente con él.

////Aomine////

Nunca he sido del tipo al que le gusten mucho los abrazos, pero carajo. Juro que no quiero soltar a Kagami nunca en todo lo que resta de la eternidad infinita y más adjetivos lejanos. No sé por qué por un segundo llegué a creer que diría que no querría casarse conmigo, pero al demonio, es mi condenado día de suerte. Por lo que no me despego aferrándome a él como si la vida se me fuera a ir si lo hago. Claro hasta que siento como alguien me abraza por la espalda por lo que giro viendo a Kise que lloriquea conmovido. ¿Te molesto rubia?

-Sí Aominecchi, así que guarda silencio y síguelo abrazando.

Apenas dice eso también Tetsu se une al abrazo muy decididamente del lado de Kagami que se ríe entretenido mientras yo ruedo los ojos al sentir más personas incorporarse. Está bien, esto es jodidamente vergonzoso. Así que se apartan o los aparto.

-Que poco sensible eres Aomine-kun.

Ya lo creo Tetsu, ahora largo.

-Tú también largo Aho.

¿Qué? ¿Estás corriendo a tu prometido, padre de tus hijos, amor de tu vida, el que te compra tus gorderías a las tres de la mañana eh Taiga? De inmediato el tigre me pellizca haciéndome reír.

-Idiota, es porque te están esperando, ya es hora de la premiación y faltas tú.

Oh…bueno, eso cambia las cosas. No te vayas de aquí. Le doy un beso rápido para luego salir volando nuevamente hacia la cancha donde me importa un carajo el palabrerío, la medalla y el trofeo. Porque solamente quiero ir con Kagami maldita sea, y lo peor es que seguro que ya salí bizco en las fotos por estarlo viendo, pero ese idiota adorable cejas de cangrejo con estómago de pozo sin fondo lo vale todo. Así que apenas termino con mi parte de nuevo me acerco a él que ya está en la parte baja junto a nuestros amigos y padres.

Mi papá me felicita mientras que el de Taiga me da un apretón de manos que seguramente me hará perder la temporada entera, mientras me sonríe y me dice que lea entre líneas algo como  “Haz a mi hijo sufrir o llorar y te corto, baleo, trituro y prendo en fuego” A lo que no me queda más que asentir muy decidido pero preocupado, porque con eso de que el tigre llora por lo que sea debido al embarazo seguro que termino inválido.

-No puedo creerlo Aominecchi ¡Ya todos están casados menos yo!

Siempre supe que terminarías como la rubia solterona de las marmotas.

-¡¿Ni siquiera gatos?!

Ni siquiera los del vecino. Kise berrea mientras yo me río hasta que recibo un manotazo en la cabeza de parte de Kagami que me dice “No lo molestes” Les juro que es toda una mamá regañona.

-Sé que todos pensaban que yo sería el primero en casarme por lo sentimental que soy ¡Y mira, termine siendo el último!

-Nadie pensaba eso Kise-kun, pero tal vez deberías dejar de esperar y mejor proponérselo tú a Kasamatsu-san.

Escucha a Tetsu. Pero no te preocupes Kise, que si te rechaza nos vamos de fiesta ¿Qué no Tetsu? Mi pequeño amigo de inmediato niega fervientemente sacándome una ancha sonrisa. Así que finalmente me despido de mis amigos que de nuevo me felicitan y hasta Akashi me echa su miradita de “Ya te estabas tardando” y Midorima, bueno…es verde.

-Aomine-kun espero que disfruten su noche con Kagami-kun que Seijurou y yo les cuidaremos al pequeño Hine-kun.

Asiento pero rápidamente cargo a mi hijo que me sonríe emocionado. Y es que está tan suavecito y bonito con ese rostro de galán como el mío, por lo que no puedo evitar tallar mi mejilla contra la suya a la vez que le hablo quedito para que nadie me escuche aparte de él. Hine pórtate muy mal con Tetsu ¿Sí? Mi bebé de inmediato asiente haciéndome sonreír. Ese es mi campeón. Y asegúrate de ensuciar a Akashi, tírale todo encima, hazle piquete de ojos, un jalón de pelo y mordidas cariñosas para que conozca los placeres de ser padre ¿Sí?

Si lo haces te compraré un juguete y si no te daré tu puré de habichuelas, de las verdes te digo. Mi hijo frunce el ceño y hace un tierno puchero haciéndome reír, hasta que de nuevo Kagami me jala una oreja. Está bien, es mentira…o tal vez no. Al final Tetsu me quita a mi hijo que se despide de nosotros. Mierda, ya lo extraño. Y ni hablar de Kagami que lo ve conmovido hasta que lo tomo de la mano llevándomelo al estacionamiento. Una vez dentro del auto ambos permanecemos en silencio, no incómodo pero definitivamente debo hablar. Así que…¿Vamos a un hotel? Kagami me levanta una ceja mientras yo razono lo que dije. Oh carajo, eso no era lo que quería decir.

-Pff. Qué cabrón tan romántico que eres Ahomine. Por lo menos primero invítame a cenar rey de la sutileza.

Sutileza es mi tercer nombre.

-¿Y cuál es el segundo?

Semental. Me rio apenas Kagami me da un puñetazo en el brazo. ¿Ya dije que amo molestarlo?

-Deja de pendejear Ahomine.

¿Bromeas? Pendejear es mi vida, ¡De eso vivo! Ambos nos reímos hasta que él se acerca para darme un beso en la mejilla.

-Eres un estúpido.

Pero soy tu estúpido.

-Eso no te lo negaré. Pero no follaremos en un hotel, vamos a casa después de cenar claro. Porque si no ceno no me puedes tocar ni la mano.

Ambos nos sonreímos y finalmente decidimos ir al lugar favorito de Kagami, oh sí, al estúpido y sensual Maji Burger en el cual pedimos como cuarenta hamburguesas para llevar ya que Kagami está algo cansado y quiere comer tranquilo en casa. Pero obvio que como el pozo sin fondo que es apenas le dieron los paquetes empezó a meterse como mil papas fritas a la boca durante el camino.

Siendo sincero le pedí algunos consejos a Tetsu para llevar de cita a Taiga y que hoy fuera más especial, pero con eso de que camina mucho y se le hinchan los pies y le duele la espalda por el peso de los gemelos, al final me quede sin muchas opciones. Y follar en el carro no es la opción, es incómodo y pequeño ya que lamentablemente no es la limusina de Akashi. ¿Tigre seguro que no quieres que te lleve a otro lado?

-¿A mi cama con mis almohadas masivas y mis cobijas cuenta?

A la cama será. Me sonríe emocionado aun comiendo y realmente lo entiendo, Kagami lo que quiere en este momento es sentirse cómodo y feliz y pienso dárselo. Así que ya en casa me doy una ducha rápido mientras él se recuesta un rato en el sillón, para luego terminar de cenar ahora si juntos. Y esto es tan nosotros, una propuesta con basquetbol incluido, hamburguesas y el uno recargado en el otro como cuando apenas éramos adolescentes con ideas fugaces y sueños dementes, creo que no podría ser más perfecto.

-Daiki o follamos ya o me voy a quedar dormido.

¿Ahora quién es el poco sutil?

-Jódete, tus hijos tienen sueño y me dan sueño y nos damos sueño ¿Entiendes?

No puedo evitar reírme de sus tonterías adorables mientras me inclino para besarle la nariz hasta mordérsela, sintiendo como me pellizca.

-¿Vamos o no? Ya quiero.

Supongo que no puedo negártelo si tanto lo quieres. Le sonrío de lado mientras él se levanta y me jala casi arrastrando hacia la habitación. Pero es una trampa en la que he caído sin retorno posible, apenas entramos y gruño al sentir como soy estrellado contra la pared seguido de unos labios dulces como el caramelo que se impactan violentamente con los míos. El tigre me acorrala para sujetarme el rostro con agresividad y besarme como si el mundo se estuviera cayendo a pedazos.

Me besa con hambre irremediable, con lujuria acumulada y con mucha pasión inaudita. Y sí que lo hace hasta dejarme temblando y totalmente duro por él. Pero esto no es más que un reto que estoy dispuesto a tomar, por lo que lo giro para pegarlo a él contra la pared para comerle el cuello a besos y a mordida, mientras mis manos se deslizan por sus costados hasta su voluminoso trasero el cual froto, escuchándolo gemir y suplicar. Y estoy seguro que la temperatura ha subido al menos cien grados por lo caliente que me encuentro.

Nos jalamos del cabello, mordemos y peleamos en busca de dominio, pero el tigre siempre termina cediendo para mi placer, dejándome llevarlo hasta la cama en donde lo recuesto con cuidado. Nuestra ropa sale volando como el estorbo que es mientras yo me voy contra él, para meterme entre sus piernas e inclinarme para besarlo de nuevo. Esta vez mis manos viajan por su enorme y precioso vientre bajando hasta sus muslos suaves y tersos, los cuales rasguño dejando líneas rojizas e hinchadas a mi paso a la vez que le abro bien las piernas.

-Maldición Daiki, hazlo ya.

Y que ganas las mías de tan sólo entrar en él y fundirnos hasta que alguno pierda la consciencia ahora mismo, pero aun con la cabeza por las nubes no quiero lastimarlo. Y él parece notarlo al tomar mi mano para comenzar a chuparme un par de dedos de una manera retorcida y obscena, deslizando su lengua rugosa, suave y mojada por mi piel hasta dejarme escurriendo en su saliva tibia. Lo amo, amo a este tipo sucio con facha de inocencia que ahora me regala la más perversa y lasciva de sus miradas a la vez que él mismo lleva mis dedos hasta ese pequeño agujero, rosado y húmedo que ya se contrae ansioso por mí.

-Mételos.

Y claro que lo hago, introduzco dos de mis dedos con profundidad en su interior carnoso y estrecho, que de inmediato me recibe como calor incontenible. Al instante Kagami jadea con esa voz erótica y abrumada en placer mientras nos miramos fijamente. Maldición, siento mi erección punzar dolorosa por lo duro y goteante que me encuentro por él, por su rostro suplicante y por esas mejillas ahora del color de su cabello. Pero no puedo evitarlo, amo torturarlo, así que continúo moviendo mis dedos, abriéndolos dentro de él y asegurándome de palpar cada centímetro hasta verlo enloquecer.

-No más….no, no más…Daiki.

Juro que su voz es como seda tibia y carmín, incitándome y provocándome hasta que no lo resisto más y saco mis dedos de él. Lo miro temblar y abrir sus piernas expectante mientras yo me masturbo dándome un par de bruscos jalones, lo suficiente para esparcir por toda mi carne dura e hinchada el líquido que no para de brotar desde mi punta; y ahora sí llevarla hasta su pequeña entrada mojada que me incita a pecar para penetrarlo despacio. Joder-carajo-maldición. De inmediato el paraíso mismo se abre para mí conforme empujo adentrándome en su cuerpo.

Los ojos de Taiga se salen de órbita mientras gimotea agitado y estruja las colchas. Y yo…yo siento que podría morirme ahora mismo de lo increíble que se siente estar dentro de él. Está tan apretado, demasiado caliente y muy mojado succionándome tan rico que siento que me derrito dentro de él. Maldición tigre, te sientes tan bien. Kagami ni siquiera puede contestarme limitándose a asentir, gemir y a mover sus caderas exigiéndome que se lo dé tal y como le gusta…duro y profundo.

Por lo que salgo casi por completo de su interior, sólo para volver a embestir hasta sentir mis testículos al ras de su perfecto cuerpo; volviendo a repetir la acción una y otra y otra vez. Lo penetro con dureza hasta escucharlo gritar y verlo quebrarse en un mar de agonía infinita mientras yo siento el placer sofocarme los sentidos, disfrutando no sólo de su interior deliciosamente estrecho, sino también de la sinfonía de gemidos desgarrados, suspiros y maldiciones más mi nombre que sale de sus labios con un mantra eterno.

-Huh...más…más, no te detengas.

Sonrío ante esas palabras cínicas mientras me inclino para besar una vez más sus labios ahora rojizos y escurridizos por la saliva acumulada que escurre de ellos. Y como siempre saben a gloria picante y apetitosa. Pero no es suficiente, necesito más…así que me encargo de bajar por su pecho hasta sus pezones rosados, hinchados y llenos como botones ahora listos para mí. Me relamo ansioso los labios mientras Kagami parece estar al punto del colapso y lo compruebo apenas llevo mi boca hasta uno de sus pezones para chuparlo, morderlo despacio y luego empezar a succionar.

Al instante Taiga vibra de pies a cabeza, no sólo jalándome el cabello, sino también asegurándose de estrujar da una manera demencial su interior mandándome un brutal escalofrío directo a la espina dorsal. Y carajo, esta vez no puedo evitar gruñir enloquecido ya que he probado el cielo mismo. Su leche dulce me resulta un tanto embriagante y más cuando no puedo dejar de penetrarlo con fuerza sintiendo que el final está tan cerca. Por lo que me incorporo para aferrarme a sus muslos y aumentar el ritmo de las estocadas hasta verlo correrse sobre su abdomen mientras yo siento las gotas ardientes, gruesas y pesadas de sudor escurrirme por todo el cuerpo.

-Dai…Daiki, Daiki…mi Daiki.

Sus palabras retumban como un eco en mi interior mientras intento mantener mi vista fija en él. Sonrío ante el desastre en que lo he convertido, corriéndome y dejando que por fin el placer me azote como una ola de fuego que me atraviesa y me hunde hasta sus más íntimas profundidades. Tal como un miles de espasmos y un cosquilleo incesante que me hace sentir que arderé por siempre. Y aunque estoy por colapsar, lo miro una y otra vez, y sé muy dentro de mí que probablemente lo amaré para toda mi vida. Sólo a él…sólo a Kagami.

Notas finales:

¿Qué les digo? La familia Aho/Baka >u< se la están pasando de maravilla. Y carajo necesitaba que Kagami tuviera gemelos…porque es Kagami y al negro le gusta darle <3 Y ahora se van a casar mis hermosos bebés TuT No sé me ocurrió mejor propuesta que esa, ya saben con eso de que son adictos a los balones, pues que mejor que pedir matrimonio en plena cancha. Y les viene más fluff, puro fluff ridículo en esta historia como siempre, oh sí… <3

En serio gracias por la paciencia de todos y bueno, la próxima actualización está programada para dentro de dos semanas ¡Esta vez no les fallaré! <3  Les mando montones de besos y abrazos enormes ¡Nos vemos muy pronto! :33


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