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¿Mi prometido? (Tsuki x Yamaguchi) por Flory

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Notas del capitulo:

Jeje... Que cosas ¿no? 

Ya se, no tengo escusa. Mejor directo al fic. Disfutenlo. 

-¡¡¡Demonios, mi alfombra!!! –se quejo Kuroo.   


-Interrumpes, vete de una vez –ordeno Oikawa haciendo caso omiso de la queja. 


-eres un pervertido –dijo Kenma aun con lo ojos cerrados.  


-niño, no sé si ya tuviste tus primeras experiencias –hiso énfasis en toda la frase dando a entender a lo que se refería, a lo que a Kuroo se le pusieron rojos hasta los dedos –aun si no lo has hecho, debes comprender que este es el momento en que ambos desaparecen de aquí.   


-me corre, de mi propio apartamento –lloriqueo Kuroo al sentirse humillado. 


Iwa hiso un sonido aclarándose la garganta para que los demás salieran de su casual charla en medio de un momento tan inapropiado como ese.  


-Kuroo, por favor –dijo Iwa.            


-volveré dentro de una hora –dijo Kuroo guiando a Kenma para salir.  


-dentro de dos –alcanzo a decir Oikawa. 


Cuando sus interruptores yo no estaban a la vista, Iwa sonrío y volvió a colocarse sobre Oikawa. Con solo una mano le sostuvo las muñecas por sobre la cabeza y con la otra le acaricio el miembro mientras que Oikawa soltaba unos gemidos. 


-creí que tendrías más control sobre ti mismo –se burló al sentir la erección de Oikawa. 


-tu también te pondrías así, si tu sueño mas erótico estuviese por cumplirse. 


-dejara de ser un sueño –le susurro manteniendo a raya la felicidad que eso le causaba.


Desabrocho los pantalones y metió su mano bajo estos, pero acaricio aun por encima de los bóxer  haciendo que Oikawa  se mordiera el labio tratando de contener su cordura para no gemir.


-Iwa no me tortures así, quiero sentir más.  


-¿y qué? ¿Qué esto termine en solo un instante? Olvídalo.  


-Iwa... 


Oikawa rio entre sus gemidos, jamás creyó que llegaría el día en que a él le tocara implorar para ser tocado, pero ahora que estaba en esa situación, lo valía todo.  


-pediste dos horas y creo que no llegaras ni a media.


-¿te divierte humillarme? 


-eres tú el que lo hace. 


-eres tú él me hace ser así –Oikawa libero sus manos y con rapidez las metió bajo los pantalones de Iwa apretándole los glúteos haciendo más intenso el contacto entre sus miembros.  


-solo mírate, pareces una mascota –lo atrajo hacia si, dejándolo sentado sobre sus muslos. Sus manos empezaron a recorrer la espalda de Oikawa haciéndolo respirar placenteramente, lo cual le causaba una gran excitación al ver esa cara.


-Iwa... quiero... quiero todo –cada palabra de Oikawa era acompañada de besos llenos de intensidad y deseo en el cuello de Iwa


-está bien, nunca lo he hecho sobre una alfombra. Suena interesante.  


-y yo nunca lo he hecho  sobre una alfombra... con Iwa. 


Iwa sintió sus venas marcarse en su frente, estaba claro que Oikawa es la clase persona que no puede controlar sus palabras incluso en momentos como ese.  


-entonces se una buena mascota y nunca traiciones a tu amo –palabras que decían mucho mas de que se escuchaba.


-tal parece que ya me has puesto un collar al cuello –“que digo, soy yo el que se la puso al venir aquí”


Cumpliendo sus deseos, Iwa le abrió la camisa de un solo tirón haciendo que los botones se cayeran, al instante se la quitó y por fin, después de tanto fantasear, Oikawa pudo sentir los labios de Iwa recorriéndole la piel con intensidad desde el cuello hasta los hombros. Era real, podía sentir esos labios humedecerle la piel, esas manos recorriendo su costado. Cuando sus labios se tocaron mutuamente en un beso nada sutil.


-que salvaje…


-mmm ¿no te gusta? ¿Debería ser más suave?


-n…nooo


-eeh? eres un masoquista. Si así lo quieres.


Saco el cinturón de Oikawa y con ese mismo le ato las manos por detrás, lo empujo sobre la alfombra dejándolo tirado frete a él, completamente indefenso.


-nnth… Iwaaa, esto no es justo. Yo también quiero tocarte…


-pero que mascota más renegona tengo. Tendré  que enseñarte modales.


Sus ojos se dirigieron a los de Oikawa los cuales le imploraban que lo soltara, pero Iwa solo se limitó a disfrutar el ver al gran rey implorando. Bajo su mirada hasta los pantalones de Oikawa y los desabotono dejando a la vista la ropa interior ya abultada. Empezó a dar besos acompañados de mordidas y succiones que se quedaban marcados en el abdomen del castaño, bajo más hasta que sus labios rosaron con el contorno de los bóxer dando besos más lentos ahí. Oikawa sentía el cosquillo que le causaba pero no ponía hacer nada más que contraer el cuerpo ante cada rose, y para colmo Iwa lo torturaba sin tocar esa parte aun.


-Iwaaa…


-¿mmm?


-ya… tócame…


-parece que aún no estás bien entrenado –dijo pasando su lengua por el contorno del bóxer.


-po… por favor.


Iwa sonrió, nunca creyó escuchar eso de él. Bajo los pantalones aún más y entonces empezó a besarle el pene  por sobre el bóxer, podía sentir como este ya se encontraba endurecido y esto lo excitaba mas.


-Iwaaa…


A pesar de disfrutar su tortura  prosiguió a bajarle el bóxer, y no fue por su compasión, de hecho él también ya estaba al límite en sus ganas de saborearlo.


-no está mal –le dijo al dejar al descubierto su miembro.


-que dices Iwa… es muy satisfactorio y de primera  –dijo Oikawa orgulloso.


-yo juzgare eso.


Lo tomo con una mano y deslizo su lengua desde la base hasta la punta donde presiono con la lengua, volvió a hacer lo mismo rodeándolo con su lengua como si de un helado se tratara. Oikawa al estar atado no podía más que arquear la espalda por el placer, ni en sus más realistas fantasías se pudo imaginar que Iwa sería tan bueno en hacerlo sentir de esa manera. “al diablo todo. Iwa es el mejor… nnntg tengo que resistir todo, pero… quiero ver su cara…”


-pareces un adolecente conteniéndose –se burló Iwa al ver los gestos de su cara.


-ca… cállate, no sabes cuánto me he estado… nntg


Apretó los labios cuando Iwa dejo de lamerlo para meterse la punta del pene en la boca y succionar suave, lentamente y con una habilidosa lengua que se deslizaba por los lados saboreándolo, fue bajando hasta que termino con todo dentro de su boca. Las succiones hacían presión en el pene de Oikawa quien a solo unos momentos de iniciar eso ya sentía la acalorada sensación recorriendo por su vientre, e involuntariamente  le hacían cerrar las piernas a lo que Iwa ejercía mas presión en los brazos para mantenerlas fuera de los movimiento de su cabeza.


-aaah!!! Iwaa… eres muy bueno


-mmm ¿reconoces mi talento? Eso es todo un cumplido –“terminemos con esto”. Se lo saco de la boca causando molestia en Oikawa que ya se sentía a punto de terminar. Iwa lo miro con malicia divertida.


-¿Qué pasa? –Oikawa dijo confundido y ansioso por continuar. 


-pídemelo –dijo Iwa con aire autoritario.


-tu… maldi… -“aaj… me encanta eso de ti. Te hace ver tan sexi”


-pídelo –volvió a decir.


Oikawa jamás se imaginó en una situación así. Se sentía avergonzado por tal situación, situación en la que no se podía permitir perder lo que ya había ganado.


-hazme…hazme terminar por favor –si pudiera se cubriría la cara con los brazos  por la vergüenza, sentía su cara arder pero solo podía desviar la mirada.


-je esa cara lo vale –se relamió los labios y volvió a bajar a la entrepierna del castaño para continuar con lo de antes.


Con mayor velocidad y succiones que a Oikawa le hacían sentir punzadas de placer que se reflejaban en los ya nada discretos gemidos.  Tanto placer jamás lo había sentido a ese nivel, se arqueo para ver a Iwa y se encontró con los ojos de este, se volvió a su actual posición al sentir que ya estaba en su límite, con la poca dignidad que le quedaba apretó los labios para ahogar el ultimo gemido al sentir como el calor salía de su miembro corriéndose dentro de la boca de Iwa.


-Iwa… –dijo con la respiración agitada –lleguemos hasta el final.


-¿crees que soy tan fácil? No te daré todo en los primeros días –respondió limpiándose los labios con los dedos.


-que cruel –se abrazó de Iwa y restregó su cara en su pecho, después levanto la vista y le sonrio –pero… eso te hacer ser mi chico ideal.


-¿Cuándo te…?


-tengo experiencia zafándome de estas cosas –le dijo mostrando el cinturón en el piso –por otro lado, la única cosa de la que no puedo liberarme es de ti. Te amo.


Iwa se sonrojo levemente y desvió la mirada, con su brazo volvió a pegar el rostro de Oikawa a su pecho y lo dejo casi en un abrazo.


……………………………………………………………………………………………………


Caminando al estacionamiento del restaurant donde entraron a desayunar, Kenma y Kuroo planearon pasar la tarde en el apartamento del pequeño. Pero este pequeño  había tenido algo en la mente durante todo el tiempo después de su encuentro con Oikawa.


-Kuroo…


-dime.


-¿crees que soy …?


-¿Qué ocurre?


-nada, olvídalo –Kuroo entrecerró los ojos haciendo que Kenma se sintiese interrogado silenciosamente, pero aun así no se dignó a decirle más.


-Kenma… eres encantador cuando te pones así.


-ca…cállate no deberías decir eso así como así –dijo viendo como unas chicas volteaban a verlos en cuanto escucharon eso de Kuroo.  


-aah pero no es algo que se pueda ocultar ¿no te gusta que te lo diga?


-no… no es eso –“solo me dice que soy lindo, adorable y esas cosas… pero me gustaría que dejara de verme como algo tan puro igual que un niño” –es solo que no soy un niño.


Kuroo a pesar de su vasta experiencia no pudo interpretar correctamente eso, para él era normal que un chico de su edad se molestara su fuese tratado como un niño, pero él no sentía que lo tratara de es amanera.


-lo siento Kenma, no fue mi intención.


-descuida, sé que no lo es –dijo adelantándose a su paso.


 ………………………………………………………………………………………………………


-padre, buen día –saludo Tadashi al bajar a desayunar.


-buenas tardes –respondió sin apartar la vista de su periódico.


Tadashi se mordió la lengua para no cometer una imprudencia -¿hoy descansa?


- iré a la empresa más tarde.


“padre, no pienso trabajar en su empresa…. Ahh si solo pudiera decirle eso” –tengo que pasar a la universidad.


Su padre no respondió, Tadashi salió de su casa y se subió a la moto de Shoyo que lo esperaba frente a su casa, por suerte Oikawa llevaba desaparecido desde la mañana.


-Shoyo tenemos que hablar –dijo en cuanto llegaron al estacionamiento.


-pareciera que vas a terminar conmigo –bromeo


-ja no conozco a nadie capaz de dejar a alguien como tú.


-lo sé, soy un encanto. Pero dime, ¿de qué querías hablar conmigo?


-Shoyo, lo lamento pero... Oikawa se está quedando en mi casa desde el inicio de esta semana –cerro los ojos y encogió los hombros esperando recibir el impacto del golpe que Shoyo le plantara, pasado unos segundos abrió un ojo y vio a Shoyo mirándolo con una sonrisa.


-lo sé.


-¿qué? –dijo Tadashi limpiándose los oídos


-que lo se


-otra vez, creo que no escuche bien.


-dije que lo sé, crees que después de ver a su amigo en casa de Kuroo me quedaría sin investigar.


-pero…


Confundido, Tadashi no sabía ni como continuar sus oraciones. Pero era lógico que se pusiera a investigar aunque nunca pensó que sabría la verdad tan rápido.


-Tadashi, no quiero que te sientas mal. Entiendo porque me ocultaste eso, sé que solo lo hacías por mi bien.


-Shoyo… -sus ojos se llenaron de lágrimas.


-es…espera Tadashi, no te pongas a llorar a medio pasillo –decía alarmado mientras agitaba los brazos para calmarlo.


-Shoyo… shhj has madurado –dijo limpiando sus lágrimas.    


Hacía mucho que a Shoyo no le tocaba ver ese lado de Tadashi, le recordaba su infancia en la cual el sentía ganas de abrazarlo cada vez que Tadashi se frustraba por tanto sobreesfuerzo que imponía en todos sus trabajos.  Le palmeo el hombro y con una gran sonrisa lo jalo para seguir caminando.


-vamos, solo entregaremos nuestro trabajo y después me invitaras un helado.


“siempre solucionando las cosas con dulces” –suena genial.


-solo una cosa. No lo tome a mal… pero no quiero encontrarme con esa cosa otra vez –dijo refiriéndose a Oikawa.


-jaja algo así me paso por la cabeza.


………………………………………………………………………………………………………


-joven aún nos falta revisar los informes de la semana pasada.


-joven, tiene una llamada por la línea 3.


-joven, una señorita lo busca, esta  recepción y se reúsa irse.


-joven…


Tsukishima nuevamente pagaba por la ausencia de su padre. Su ceño fruncido  alertaba a los que estaban a su alrededor que ya estaba en su  punto linte por lo cual retrocedieron unos pasos.


-¡suficiente! Trae esos reportes los revisaras conmigo y saldrás hasta que hayamos terminado.


-si –respondió como si se tratara de un sargento y salió corriendo por los reportes.


-tu –señalo a una de las secretarias que tenía en frente –atiende esa llamada, diles que si es tan importante sabrá esperar –la secretaria salió de su oficina. Camino a su escritorio y tomo el teléfono –ken… ¿eh? Disculpe lo atenderán en un momento –dijo cambiando su voz aun tono suave. Cambio a otra línea –Ken llama a seguridad, hay una persona no deseable en recepción, sáquenla.


Se dejó caer en su silla y solo unos segundos después le colocaron frente a él los informes, demasiados como para terminar en un par de horas. Se llevó la mano a la cabeza, suspiro y se lanzó a la batalla maldiciendo nuevamente a su padre. Después de revisar los primeros, el siguiente llamo su atención. Al parecer los siguientes días serían muy agitados.


………………………………………………………………………………………………………


Pasadas las 5 de la tarde Tadashi estaba en su habitación, acababa de llamar a Tsukishima pero el aun seguía en el trabajo por lo cual ese día no lo vería. Se rodó por toda la cama, como era su costumbre, y trato de planear algo para algún día en que saliera con Tsukishima, hacía mucho que no tenían una cita, aunque con tanto trabajo no sabía si Tsukishima aceptaría salir.


-¿mamá?  -respondió a su celular.


-cariño, salgamos de compras.


-está bien, vamos –corto la llamada y se levantó como rayo para salir de la habitación –Mamááá!!! –se asustó al verla parada frete a su puerta.


-lo siento, era más rápida una llamada. Shimada nos está esperando.


Llegaron al centro comercial e inmediatamente empezaron a visitar cada una de las tiendas. Su madre tenía la costumbre de comprar objetos para decorar su habitación y el resto de la casa, por suerte Shimada subió con ellos y ayudaba a Tadashi con todas las cajas y bolsas que ya habían juntado.


-estoy agotada. Descansemos un momento –dijo ella sentándose –cariño ve por algo para refrescarnos.


-si mamá –respondió alejándose de ellos.


-Makoto.


-si señora.


-¿crees que mi hijo es feliz?


-lamentablemente no le puedo responder. El joven es muy bueno suprimiendo sus emociones negativas, pero creo que en un 80% de su vida es feliz.


-típico de ti Makoto. Yo no puedo estar a todas horas con él, ¿podrías hacerlo reír cuando tú estés con él?


-si ese es su deseo.


-y el tuyo –le respondió con una sonrisa ladeada a lo que Shimada correspondió con otra igual.


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-tengo que hablar contigo –hablo Tsukishima por el celular a Tadashi.


-¿ocurre algo?


-preferiría que sea personalmente, es sobre tu-pro-ble-ma.


-ahh Tsukki… es de lo que menos quiero hablar.


-si gustas lo dejamos para mañana por la tarde.


-¿no iras a clase?


-no. Mi irresponsable padre me dejo todo su trabajo. Pero iré por ti a la universidad, así que no lleves tu auto.


-bien, entonces le diré a Shimada que me lleve en la mañana.


A Tsukishima no le agrado la idea, por muy empleado de años atrás que fuera ese, no le gustaba que tuviera tanta confianza con Yamaguchi. Estaba casi seguro que solo esperaba la primera oportunidad para hacer su jugada.


-como gustes.


Se despidió de Tsukishima y se arregló para bajar a cenar, su madre le había adelantado que tanto ajetreo en el centro comercial la había dejado agotada por lo cual no cenaría con ellos. “genial, una cena de hombres. Nada más divertido que esto”.  Cuando bajo al comedor se encontró solo con Oikawa.


-al parecer solo somos nosotros.


-razón suficiente para no cenar –dijo Yamaguchi planeando retirarse.


-creí que ya éramos amigos.


-no mal interpretes  –cambio de opinión y se sentó e inmediatamente le sirvieron la cena –sigues sin agradarme.


-que lastima, tú me agradas. Aunque esta es nuestra última cena.


-¿mañana mueres o qué?


-Tsukishima te está contagiando su agradable personalidad.


-la tuya es peor.


-cambiemos de tema a uno igual de desagradable, tu señor padre lleva toda la tarde en su oficina, al parecer no le fue muy bien este mes, ah claro pero eso a ti no te importa –Oikawa movía la mano como si el tema fuese tan casual y sin rencores.


-y a ti menos –respondió sin levantar la mirada.


-por dios que cena tan agradable –dijo con sarcasmo.


-lo mismo digo.


-intento ayudarte –levanto la voz en su desesperación.


-no quiero tu ayuda –respondió sin cambiar su actitud.


-pe… pero bebimos juntos –dijo Oikawa levantando su vaso de jugo.


-¿y eso que? A demás, no recuerdo ni de lo que hablamos.


-eres de lo peor –dijo sobreactuando un dolor en su pecho.


Claro que se acordaba, pero Tadashi limitaría su trato con él. Otra razón para no escucharlo era que por el momento no quería saber del tema, estaba claro que pronto su padre empezaría a ponerle mayor presión. 


-Oikawa...


-¿Qué ocurre, ya quieres hablar? Pues ahora soy yo el que no quiere hablar contigo.


-aaaa!! Suficiente, contigo no se puede –desvió la mirada como si en ese momento imaginara que Oikawa no existía.


-no me ignores, detesto que hagan eso –pero no obtuvo respuesta, le aventó un pedacito de pan y nada, una rebanada de zanahoria y nada, ya casi le aventaba la servilleta. Tadashi empezaba a perder la paciencia pero con todo su autocontrol lograría salir intacto de esa cena. Si, eso era lo que planeaba cuando sintió una tira de espagueti rodarle por la cara.


-¡¡suficiente!! –le grito -¿acaso eres un niño?


-dicen que soy tan adorable como uno –respondió poniéndose el dedo bajo la barbilla.


-¿Quién te lo dice? ¿tu mamá?


-que cruel


-ya deja de jugar y cena…


-una cena así es aburrida…


-es una cena normal… y si no te gusta te puedes retirar –le dijo enseñándole la lengua como gesto.


-eres un aburrido –dijo respondiéndole de la misma manera.


“¿son jóvenes de la alta?” “ni ellos están exentos de estas cosas” “parecen niños” sus empleados solo miraban la peculiar escena procurando no reír.


………………………………………………………………………………………………………


A la mañana siguiente Oikawa e Iwa salieron al aeropuerto con destino a otro continente lejos de sus amigos, casi amigos y no amigos.


Tadashi y sus amigos salieron de clases a las 4 de la tarde y se despidió de ellos en cuanto Tsukishima le aviso que ya lo esperaba.


-¿A dónde vamos?


-a mi casa. –respondió Tsukishima.


Tadashi subió al auto, estaba feliz de al fin estar con Tsukishima, pero ir a su casa no era lo que había planeado. “Pudimos ir al cine al menos. Aun que si yo lo hubiese invitado a salir no sé si le agradaría el lugar al que lo lleve”


-¿ocurre algo? –Tadashi negó con la cabeza –“¿hice algo mal?”


Llegaron a casa, y para sorpresa de Tadashi no había ni una sola alma en ella. En lo que Tsukishima subió a su habitación Tadashi recorrió desde la cocina, el comedor y los pasillos sin encontrar a nadie, una casa tan grande y vacía asustaba a cualquiera.


-¿Dónde están todos? –pregunto en cuanto vio a Tsukishima.


-les di el día libre, y mi hermana salió con unas amigas. Por otra parte… -lo rodeo por la cintura y condujo contra la pared -¿no te alegra?


-claro que si –“Tsukki tiene los ojos rojos, perece muy cansado. Soy un egoísta”


-insisto ¿ocurre algo? –volvió a preguntar Tsukishima dándole un pequeño beso en la mejilla.


-pareces cansado –le acaricio la mejilla –vamos tu habitación.


-jmm ¿y crees que si vamos ahí, descansare? –lo apego así mordiéndole el lóbulo de la oreja y hablándole de forma provocativa –te excitas muy rápido.


-Tsukki… -se alejó  un poco para no tener que caer –vamos a tu habitación, dormirás solo una siesta, después haremos lo que quieras. Lo prometo.


Como negarse a eso, para Tsukishima con tal de estar con Tadashi todo le era placentero. Subieron a la habitación, se dejaron caer sobre la cama  y en menos de 5 minutos Tsukishima ya se había dormido. “si estabas tan cansado pudiste decírmelo” le dio un beso en la frente y Tsukishima lo envolvió en un abraso evitando que se alejara de su lado haciendo que él también se durmiera. Un sonido lo despertó, Tsukishima se encontraba al borde de la cama.


-¿Qué pasa?


-disculpa te desperté.


-mmm –miro su celular y solo había pasado media hora desde que se habían dormido.


-¿puede alguien dormir solo media hora? –le pregunto Tadashi con cierta gracia.


-ya estoy acostumbrado –le dijo subiéndose de nuevo y posicionándose sobre Tadashi –y ahora, ¿Cuál había sido el trato?


-todo lo que quieras –dijo Tadashi besándolo.


-excelente. Solo dame un minuto -Tsukishima fue a su baño y cuando salió vio a Tadashi con un vaso de lo que parecía jugo.


-¿gustas?


-¿jugo? Creo que un buen vino es más excitante en estos momentos.


-como prefieras.


Tadashi se llevó el vaso a la boca pero antes de que pudiera tomar, Tsukishima se lo quito y bebió todo de el.


-no está mal.


-creí que preferías tu vino.


-para mi tienen el mismo sabor –coloco el baso en la mesa de al lado –pero dejando de lado eso, es a ti a quien quiero saborear.


Antes que el rubio se lanzara a Tadashi, fue este quien tomo la iniciativa. Se colocó sobre sus piernas y lo beso con su habitual sutileza. “sabe a naranja” pensó. Tsukishima le rodeo la cintura y empezó a meter mano bajo la playera de Tadashi quien poco a poco fue haciendo que descendiera hasta dejarlo acostado sobre la cama.


-siento que ha pasado una eternidad desde que estuvimos así  -le dijo Tadashi.


-je te daré todo lo que no pude en este tiempo –dijo Tsukishima con diversión.


Tadashi le sonrio y nuevamente lo beso, fue bajando por el cuello mientras que Tsukishima le sujetaba ja cabeza enredando sus dedos entre su cabello y la otra mano sobre su espalda. En solo un instante sintió como desaparecía la presión que las manos del rubio ejercían sobre él. Se alejó y contemplo a Tsukishima completamente dormido.


-eso fue rápido –dijo bajándose de la cama –tal vez solo debí ponerle media. Bueno, otro día tendremos nuestro momento. Ahora descansa.


Lo acomodo en la cama. De su bolsillo saco un frasco y lo coloco en uno de los cajones de donde lo había sacado. Después salió de la casa y para ir a la suya a descansar.


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Tomo un taxi para ir a su casa, en cuanto bajo se encontró con Shimada que lo miraba atónito.


-jo…joven ¿Por qué no me llamo? Pude ir por usted.


-no era necesario, no estaba muy lejos.


-pero puede ser peligroso.


-no te preocupes tanto, sé qué agencia es confiable, recuerda que tú me lo enseñaste –le dijo tranquilizándolo y entrando a  la casa.


-joven, el señor lo espera en su despacho –aviso una empleada en cuanto puso el primer pie dentro de la casa.


“¿y ahora que hice?” “esto me da mala espina”. Entro al despacho y vi a su padre sentado tras su escritorio de espaldas a él. Al entrar, sintió un aura de jefe de mafia, esa impresión le daba su padre en algunas ocasiones.


-¿necesitaba hablar conmigo, padre?


-lo que necesito es que de una vez te pongas al corriente en la empresa –respondió con mal genio y sin volver atrás.


-padre –continúo Tadashi con calma –apenas estoy iniciando la universidad, siempre me he esforzado mucho para complacerlo… por favor, deme más tiempo.


-¿tiempo? Para que te conviertas en un inútil.


-padre…


-¡cállate! Mañana te quiero ver por allá, aun si tienes que faltar a clases. Y ahora lárgate.


Con el nudo en la garganta, intentando contener sus lágrimas, salió de la casa y fue a su sitio de soledad, estando ahí se tiro sobre la cama y sin mas dejo escapar los gritos de frustración ahogándolos en la almohada.


-¿como puede ser tan egoísta?


Recordó la primera noche que paso junto a Tsukishima, en ese momento le gustaría estar con él. Estaba pasando una de las peores noches de su vida y tenía la certeza de que vendrían más. Entre lo húmedo de sus lágrimas y sus amargos pensamientos se quedó dormido. Al siguiente día, cuando despertó se encontró con su madre sentada sobre un cojín junto a su cama.


-¿mamá? ¿Qué haces aquí?


-miro a mi hijo dormir –le respondió con una adorable sonrisa.


-discúlpame, creo que te preocupe.


-hijo, hace mucho que no me acompañas a tomar un té, ¿el joven tiene libre la tarde?


-mamá… claro, siempre estoy libre para ti –él la abrazo y ella acaricio su cabello con una nostálgica mirada en sus ojos.


Para su suerte, su padre ya se había ido a la oficina. Tomo la ducha más larga en toda su vida, una de esas en las que tienes toda una conversación contigo mismo.  Se vistió, no tuvo ganas de desayunar, y le pidió a Shimada que lo llevara a la empresa de la familia. Estaba decidido a terminar con todo eso de una vez por todas. Miro su celular, pensó en llamar a Tsukishima para explicarle lo ocurrido, pero descarto la idea, tenía que aprender a salir de sus propios problemas.


-joven, discúlpeme que se lo diga pero, se ve fatal.


-gracias Shimada. A los jóvenes nos encanta que nos digan eso –respondió con un sarcasmo divertido.


-jaja a los jóvenes como usted no.


-tienes razón, prefiero que elogies mi buena presentación, aunque en estos momentos este por el suelo.


-entonces, no se deje ver –le aconsejo mirándolo a través del espejo retrovisor.


-Shimada no te entiendo –dijo mirando por la ventana.


-lo que quiero decir es,  que la actitud de una persona siempre sobresaldrá más que la apariencia externa.  


-je tienes razón. Es bueno escuchar eso –ambos se sonrieron viéndose a través del espejo.


………………………………………………………………………………………………………


-¡demonios! –Tsukishima se levantó de un salto y corrió hasta el baño donde se miró al espejo –Tadashi, ahora sí que me la hiciste.


Le era casi imposible creer que Tadashi usaría sus propias pastillas para hacerlo dormir. Fue un muy buen sueño, pero lo privo de las ganas que tenia de hacerlo suyo, y para colmo no le hablo del aquel asunto que tenía que tratar.


“ya quiero estar con él, demonios deberían darme un premio por mi autocontrol”.


En la oficina  vio un informa donde expresaba que la empresa Yamaguchi había tenido un mal mes. Eso solo podría traer una racha de muy mal humor para su presidente, la empresa pasaría por una sombra oscura y peor aún Yamaguchi se encontraría en medio de ella.


-¡DEMONIOS! –golpeo el lavabo con su puño dejándolo rojo –tengo que verlo.


Se ducho, vistió y desayuno, y en menos de media hora ya estaba saliendo de su casa con rumbo a la universidad, su celular sonaba cada 2 minutos pero ignoraba cada llamada “váyanse al diablo” pensaba, ahora para él, lo más importante era encontrarse con Tadashi.


Como loco desenfrenado se estaciono, y corrió hasta su salón de clases.


-¿Dónde está Tadashi?


-¿Tadashi? –dijo Shoyo extrañado por la prisa de Tsukishima.


-no ha llegado –le respondió Kenma –no debe tardar.


-¿ocurre algo? –pregunto Shoyo poniendo seriedad.


“Tal vez me estoy preocupando demasiado. Pronto llegara” –No –cruzo entre ellos y fue a sentarse a su lugar.


Shoyo lo miraba y rodeaba como si se tratara de una experiencia irrepetible, admirando ese gesto claramente expresivo.


-siéntate enano. Pareces cuervo volando alrededor de comida.


-¡ah… volvió el señor malos humos! –le grito corriendo hacia Kenia.


“se está tardando” por mucho que lo intentara, solo podría tranquilizarse hasta que viera a Tadashi entrar por esa puerta. Y para colmo  olvido tomar su celular en el auto.


La clase estaba por empezar, pronto llegaría el profesor. Poco a poco cada alumno fue tomando su lugar y la clase inicio. Shoyo y Kenma miraban el asiento vacío de Tadashi y a un muy impaciente Tsukishima que no dejaba de mover el pie. 10, 15 minutos pasaron, y esa fue la señal de que Tadashi no llegaría, se levantó dejando escuchar el chirrido de su silla deslizándose con el suelo haciendo que todos voltearan a verlo.


-¿ocurre algo joven Tsukishima? –pregunto el profesor.


-nada. Continúe con su clase –dijo abandonando el salón.


-¿Dónde va? Joven Tsukishima, eso es inapropiado para un estudiante –le decía el profesor con nerviosismo pero Tsukishima solo agitaba la mano en señal de despedida. Ahora sabía a donde tenía que ir.


……………………………………………………………………………………………………


“esto es una pesadilla, quiero salir que aquí ¡ya!... detesto este lugar, detesto estos temas, este ambiente. Todo esto me sofoca”. Tadashi yacía sentado junto a su padre en una junta de la empresa.


-es toda una alegría saber que aún hay jóvenes que siguen un buen camino.


-con esto la empresa quedara en buenas manos.


-si, de seguro siempre estará en un auge de triunfo.


Los miembros hablaban como si ese fuese el único lugar en que Tadashi debiera estar. Sentía ganas de callarlos a golpes.


-como ya sabrán, mi hijo decidió que ya estará tomando papel en este lugar. Espero que cuente con la ayuda de todos ustedes.


-claro.


-será todo un honor.


-cuente con nosotros.


“¿decidió? ¿Cuándo decido yo esto?” –Padre –se levantó –tengo algo que decir.


-adelante.


-yo… lo lamento pero no pienso formar parte de la empresa. Discúlpenme, con permiso. –haciendo una inclinación salió a toda velocidad del lugar.


Fue tan rápida su salida que no miro atrás hasta que se reunió con Simada. Su corazón latía de miedo, no quería que llegara la tarde y enfrentarse al enojo de su padre.


-¿joven?


-Shimada, estoy muy asustado –decía agarrándose el pecho.


-joven, tranquilo. Todo estará bien.


Viendo tal situación y al conocerlo tanto, se acercó a él y lo abrazo para que pudiera calmarlo. Sentía a Tadashi  temblar entre sus brazos, la situación era peor de lo que imaginaba. Apretó más el abrazo mientras le bajo la cabeza para que la escondiera en su hombro.


 


-Tadashi.


Tsukishima apareció, se aproximó a ellos con naturalidad, ocultando sus celos al ver a Tadashi siendo consolado por otro.


-¿Tsukki? –se soltó del abrazo y fue a su encuentro


-lo lamento, llegue tarde –Tadashi se detuvo frente a él, pero Tsukishima lo acerco a su pecho en un semi abrazo –no te dejare solo.


-no quiero estar aquí.


-entiendo –miro a Shimada sin ocultar su desagrado  –te puedes retirar, ahora yo me are cargo de él.


-entendido joven.


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-lo que hiciste fue muy valiente. No tienes por qué sentirte mal –trato de consolarlo en cuanto Tadashi le conto lo ocurrido.


-tengo miedo de volver a casa.


-dejemos que las cosas se calmen. Te puedes quedar en mi casa este día y todo el tiempo que quieras.


-escapar sería muy cobarde, no quiero darle a entender a mi padre que huyo de él.


-no huyes. Solo tomas distancia para después acercarte y enfrentarlo.


-Tsukki…


-dime.


-lamento lo que te hice.


-¿hablas de ponerme a dormir? Bueno resulto satisfactorio para mi cuerpo, así que no tienes por qué disculparte. Ahora solo vallamos a algún lugar donde te puedas tranquilizar.  


Después de conducir por varios minutos, Tsukishima se estaciono frente a un parque que Tadashi recordaba muy bien.


-este lugar…


-te traje aquí la primera vez que salimos. Te dije que este lugar me tranquilizaba, espero que pueda hacer lo mismo contigo.


“el solo hecho de que estés conmigo ya es tranquilizador” –este es el lugar adecuado. Gracias Tsukki.


El lugar estaba casi vacío, tal vez por ser a mediados de semana aun, eso era muy conveniente para ellos ya que hacía mas relajante. Tsukishima guio a Tadashi hasta la sombra de un gran sauce al que no visitaron la última vez.


-aquí puedes tomar una siesta –indico Tsukishima.


-es muy relajante. Quédate a mi lado por favor –casi le suplico Tadashi tomando su mano.


-no tienes que pedirlo –respondió subiendo la mano de Tadashi hasta su mejilla y besándola al mismo tiempo.


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-Kenma, ¿crees que algo ocurre con Tadashi?


-creo que está ocurriendo de todo, Shoyo.


-mmmm me siento impotente.


-tú no eres nada impotente –dice Kageyama saliendo de tras de ellos.


-no aparezcas así como así. Dime ¿acaso no tienes trabajo o clases en tu universidad?


-…


-su silencio indica que se saltó las clases –dijo Kenma pasando de largo.


-Ahh? ¿Eso es cierto Kageyama? –exigió Shoyo una respuesta acorralando a Kageyama contra la pared.


-bueno… podría ser.


-escucha. Si tu vuelves a escaparte de clases no te daré nada de nada por una semana.


-ahh? Pero eso es…


-tú decides.


-entiendo.


-Shoyo tus métodos son muy inusuales –se dijo Kenma a si mismo escuchando la conversación.


Era medio día y aun no tenían noticias de Tadashi. Intentaron llamar pero no respondía al celular. La preocupación se hacía presente en ellos, y por mucho que intentaran no podían tranquilizar tratándose de su mejor amigo. Se encontraban reunidos fuera de la casa de Tadashi pero no lo encontraron ahí, su madre no estaba presente y los empleados no sabían nada.


El celular de Kageyama empezó a sonar y miro un número privado.


 -¿hola?


-Tobio hola hola –a Kageyama se le erizo la piel al reconocer la voz –pásame al enano.


-¿Qué quieres con él? –dijo bajando la voz.


-¿Qué ocurre? –Pregunto Shoyo -¿Por qué bajas la voz?


-ehh?? –como era de esperarse Kageyama no era capaz de ocultar su nerviosismo.


-esta ahí, ya lo escuche –decía Oikawa -¡PEQUEÑO, ENANO… SOY YOOO… ME ESCUHAS!


-¿Por qué te llama el gran rey? –reprocho Shoyo con chispas de enojo en sus ojos.


-no… es decir… quiere hablar contigo –dijo entregándole el celular a Shoyo quien lo tomo inmediatamente.


-¿sabes? Es como si trajeras un imán de mala suerte –dijo Kenma burlándose de Kageyama.


-cállate, no tienes que recordarlo –le respondió Kageyama con la sombra de toda su negatividad.


-!QUE DICES! –grito Shoyo -¡¿COMO?..  ¿DEMONIOOS?! –corto la llamada y entrego el celular a Kageyama –tenemos que encontrar a Tadashi, nos necesita, les explicare todo en el camino. Dame las llaves yo conduzco –dijo dirigiéndose a Kageyama quien las encendía tras de si para protegerlas.


.


.


.


-Shoyo mas lento, acaso nos quieres matar –decía Kageyama sosteniéndose de con todas sus fuerzas ante los bruscos movimientos del auto.


-Kenma ¿posibilidades de donde puede estar Tadashi?


-con Tsukishima. Probablemente tratando de relajarse. Según la situación y mis análisis, no regresara a su casa, tendremos excito si esperamos en casa de Tsukishima.


-bien. A la mansión Tsukishima –dijo Shoyo cambiando de dirección haciendo que los otros autos frenaran repentinamente para no chocar con él.


-ustedes son unos dementes –gritaba Kageyama sin ser escuchado.


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“Como un ángel; tranquilo, puro, pero sobretodo hermoso. Parecería que no ocurre nada en tu vida”. Tsukishima miraba a Tadashi dormir, acaricio la punta de sus cabellos y las beso deseando con todo su ser poder evitarle todos esos malos momentos que pasaba.


-te amo.


-Tsukki –empezó a despertar –tengo hambre.


-me alegra que estés mejor. Vamos a casa.


-Tsukki.


-¿Qué ocurre? –se inclinó para escúchalo pero Tadashi atrapo su rostro entre sus manos y lo beso.


-también te amo –concluyo con una alegre sonrisa.


“y por eso buscare la manera de que seas feliz, para que nunca se borre esa sonrisa que me enamora cada vez más” –jmm te llenare de besos después de comer algo, no quiero que te desmayes.


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-aaah! Se tardan demasiado  –decía Shoyo mas que desesperado.


-Hinata, tirar de tus cabellos no hará que lleguen más rápido –dijo Kiyoko sin mucha preocupación.


Se escuchó el portazo de un auto, Shoyo salto del sofá a la ventana y vio que ellos llegaban a la casa.


-ja ¿Qué decías?


-no creo que eso haya tenido algo que ver –le dijo Kenma.


-eso no importa –intervino Kageyama.


-opino lo mismo –dijo Kiyoko –iré por bebidas.


Tsukishima y Tadashi entraron a la casa y se encontraron Shoyo lanzándosele a Tadashi como mascota recibiendo a su amo.


-¡!Tadashiii!!


-¿Shoyo? ¿Todos… que ocurre?


-¿Qué ocurre? –dijo Kenma –sabes bien lo que ocurre. Es lógico que estemos aquí.


-amigos… -con un puchero de llanto abrazo a ambos conteniendo sus lágrimas.


-él tiene muy buenos amigos –dijo Kuroo acercándose a Tsukishima.


-lo sé. Me da envidia el que ellos lleven conociéndolo más años –respondió con algo de buenos celos.


-tú lo tendrás de ahora en adelante.


-eso es lo que más anhelo.


-por cierto…. ¿desde cuando hablas tan abiertamente?


-… creo que, ese es su don –termino diciendo dedicándole su mirada a Tadashi.


Después de explicar lo ocurrido, todos yacían en la sala tomando té en completo silencio. La situación era clara y no había nada que hacer, más que esperar.


-Tadashi ¿estás seguro de no ir a tu casa, ya sabes, tu mamá…?


-no te preocupes Kenma, le hable cuando venía. Le dije que me quedaría con Tsukki, por supuesto omití todo lo ocurrido.


-entiendo, mi madre dijo que su salud no era muy buena. Esperemos que tu padre piense igual que tú.


-eso espero también.


-creo que es hora de irnos – Kuroo se levantó –yo tengo una junta en la mañana y ustedes tienen clases.


-tienes razón. Y Tadashi tiene que descansar… DESCANZAR –reafirmo Shoyo a Tsukishima quien puso cara de pesadez.


-gracias por venir, nos vemos mañana.


-creo que deberías tomate el día –dijo Kenma –solo tenemos una clase y estoy seguro de que el profesor Ukai estará de acuerdo en eso.


-lo pensare –dijo Tadashi mientras acompañaba a todos a la puerta.


Para Tsukishima no pasaba desapercibido el cansancio emocional en Tadashi.  Subieron a su habitación y este se quedó dormido en lo que Tsukishima le preparaba el baño. Igual que en el parque, lo contemplaba dormir. Se recostó sobre su pecho y se quedó dormido junto a él.


A la mañana siguiente despertó antes que Tadashi, fue a la cocina y ordeno que preparan el desayuno para dos, después de un momento lo subió a su habitación y encontró a Tadashi saliendo del baño.


-buenos días, creí que te habías ido a la universidad.


-buenos días. No te dejaría solo, me quedare contigo todo el día.


-gracias Tsukki –le agradece con su cálida y nostálgica sonrisa.


-desayunemos. Después iremos a tu casa…


-yo no quiero ir –interrumpe al instante.


-tranquilo. Envié a alguien a vigilar, nos avisaran cuando tu padre salga. Podrás ver a tu madre y sacar cosas que necesites.


-es como estar huyendo.


-…


-está bien, lo hare.


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-oye Kageyama, ¿Cómo crees que termine todo esto?


-¿te refieres a lo de tu amigo?


-mmju


-siendo sincero, no entiendo a ese hombre, le tomo más importancia a un puesto en su empresa que a la sexualidad de su hijo.


-Kageyama ¿quiero ayudarlo?


-igual que todos. Pero este es un asunto familiar.


-mmm –se acurruco en el sofá –nosotros también somos su familia.


-Shoyo…


-lo sé. Lo estaremos apoyando.


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-Kenma y quita esa cara –le decía Kuroo mientras salían del apartamento.


-no puedo, es mi cara.


-no. Esta es mucho peor.


-insultas mi cara.


-no… quiero decir, entiendo por lo que están pasando, pero si pones esa cara solo harás sentir peor a tu amigo.


-no puede verme en este momento.


-aaaajj –dijo resignado –ven aquí –lo jalo, tomo su babilla y le dio un suave beso –procura poner una cara como esta –sonrio viendo la cara feliz de Kenma. 

Notas finales:

Amigos... no prometo nada pero, espero ser mas activo porque esto de estar la etapa final de la universidad no deja nada de tiempo libre. tratare de actulizar lo mas pronto posible. 

Gracias por leer. 


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