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Learning to be a god por LemonSoda

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esperté asustado de ese sueño tocando mi frente.


-un...sueño...-susurre mirando la habitación, era un habitación japonesa. Me encontraba en un futon, mire detenidamente todo cuando alguien se encontraba afuera llamo mi atención al abrirse la puerta dejándome ver a un chico sorprendiéndose de verme despierto.


-despertaste...-susurro.


-¿Dónde estoy-


-el amo Baekhyun se podrá tan feliz-me abrazo sin entenderlo para irse corriendo, a los pocos minutos escuche como alguien corría siendo abierto nuevamente aquella puerta corrediza mientras un chico muy hermoso me miraba.


-en serio despertaste... de verdad eres tu...-comenzó a llora abrazado-Kyoichi-se aferró a mi continuando llorando-Kyoicihi, eres en verdad eres Kyoichi, no sabes cuánto te extrañe-


-espera un minuto-intento alejarlo-¿Quién es Kyoichi? Oye-al escucharme aquel chico se alejó.


-de que hablas, eres tu-


-no... no sé, quién es...-me quede pensativo llegando aquel sueño -Kyo... ichi...-comenzó a dolerme la cabeza la tome con mi mano comenzando a respirar agitando.


-oye, estas bien...-


-me duele...-


-¿te duele?-se asustó el chico- Suga llama a V rápido-


-claro-se fue aquel muchacho que acompaño a este mientras él se me acercaba tomando mi mano.


-tranquilo, todo estará bien-negué mientras me encorvaba dejando caer mi cabeza en aquel futon mientras encajaba las uñas de mis dos manos en mi cabello, lentamente comencé a perder la conciencia, cuando las puertas fueron otra vez abiertas.


-hey humano-escuche la voz de Jonghyun seguido de Chen y Minho.


-Kibum-llego corriendo Minho tocando mi hombro-Kibum, ¿estás bien?-


-Baek ¿qué sucedió?-pregunto Jong mientras el nombrado negaba.


-no lo sé solo..-


-yo...-susurre, todos me miraron-¿Quién es?... Kyo...ichi...-fue lo último para sumergirme nuevamente en la obscuridad.


°~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~°


Me encontraba de camino al hacer algunos mandados para los vecinos, eso traía un poco más de dinero a la casa, suspire algo cansado deteniéndome en el camino tocado mi cabeza.


Siempre trabaja por el bien de mis hermanos y mi padre, cerré los ojos soltando mi aliento había pasado ya un mes desde que mate a aquel dios creí que vendría otro para cobrarse, pero fue como si no les interesara. Nadie se dio cuenta como yo jamás hable de aquello, deje de meterme en asuntos relacionados con eso por el temor que descubrieran mi pecado por que sí lo era.


Suspire, pero al llegar a casa a lo lejos vi como un grupo de oficiales estaba afuera, solté todo corriendo a casa desesperado abrí la puerta entrando hasta la habitación principal con miedo.


-¡Takumi!-grite viendo a mi hermano pequeño reír junto a una anciana que al verme me miro seria.


-hermano -corrió Takumi a mi mientras lo revisaba -la abuela Rin quiere hablar contigo-


-¿abuela... Rin?..-mire a la anciana, lucia imponente y sobre todo se notaba que era un de las sacerdotisas.


-mi nombre es Nozomi Rin, la sacerdote superior de...-


-del país lo sé-suspire mirando a mi hermanito-Takumi ve con la señora Son -el asintió corriendo fuera mientras me sentaba y ella me sonreía-porque una sacerdote de gran nivel y prestigio vendría hasta aquí-


-vine a hablar acerca de tu pecado-temblé levemente al escuchar a aquella anciana mientras ella reía-claro que es común saber qué es lo que te atormenta o no-


-no sé de qué habla, yo... solo soy...-


-un chico que se atrevió a contradecir la creencia de todos y termino matando a un dios-trague en seco mientras ella me controlaba como quería-


-¿viene a castigarme?-


-la verdad no, vengo a convencerte de unirte a nuestro templo-


-¿unirme?... de estar loca, solo las personas más capaces son elegidas y yo no... mire donde vivo, no tengo lo que otros sacerdotes tiene, porque yo...-


-porque fuiste capaz de matar a uno de ellos-


-por eso es que debería morir...-


-sabes la verdadera razón por la que tu familia y tu están vivos aun-me quede callado mientras ella seguía-al parecer al dios que mataste ya tenía una marca de que había perdido rumbo por lo que estaba en la última etapa para volverse un anti dios, creo que el señor de sol te perdono y me mando a mí para agradecerte por tu gesto desinteresado-


-iba a atacarme...-la mire molesto.


-aun así lograste acabar con él, tu solo un chico humano, por eso te ofrezco no solo venir a vivir al templo si no una buena vida para tus familiares y amigos ¿qué dices?-me extendió la mano mientras abría levemente los ojos sin comprender sus palabras-


-yo..-


-es tu única oportunidad Teru Kyoichi. Levanta el nombre de los Teru, enorgullece a tu padre. ¿O no quisiera que tu hermano fuera capaz de ir a la escuela? Que todos ellos tuvieran algo decente que comer todos los días, bien si es así-se levantó dirigiéndose a la salida cuando yo me levante.


-espere por favor-se detuvo sin mirarme al igual que yo-¿está segura que le sirve alguien como yo?...-


-más de lo que crees, no eres común Teru. Creo que eres lo que siempre hemos buscado nosotros y el señor del sol-


-entonces... acepto, pero-me gire mirándola-espero que siga con su palabra, además deje advertirle que yo jamás obedeceré las ordenes de los dioses, aunque sea un sacerdote-


-entiendo, entonces así será. Te vendré a recoger en dos días ten todo listo hasta entonces-rio para irse, me deje caer suspirando tocando mi cabeza, lo hacía por mis hermanos y mi padre.


Mire aquella estatua de madera con el nombre de mi madre, era un pequeño altar en su nombre.


-es lo correcto ¿verdad?.. madre-susurre.


-¡¿Qué hiciste que?!-grito Taro mirándome furioso-Kyoichi no entiendes lo que acabas de hacer-


-si lo entiendo, y sabes que lo haría mil veces más-


-¿Por qué hijo?-me miro triste mi padre mientras lo miraba.


-entiende padre, esto lo hice por ustedes. Por nosotros, lo que siempre he querido desde que madre murio fue darles lo mejor, si ir con ellos es que ustedes puedan vivir cómodamente, lo hare-


-pero Kyo...-susurro Taro furioso, Takumi dormía con Keita-no tenías porque sacrificarte de esa manera-


-descuida, sé que todo saldrá bien-tome su mano mientras le sonreía, él me devolvió la sonrisa tristemente. Los dos terminaron y apareció un grupo de hombres que cargaban un pequeño tipo de altar, todos se sorprendieron un poco, pero sabían que venían por mí. Cuando salí mire a una chica vestida de sacerdotisa con una manta roja cubriéndole el rostro, la cual bajo mirándome de arriba abajo con cierto asco.


-eres Teru Kyoichi ¿cierto?-asentí levemente mientras ella me aventaba una especie de bola de tela acomodaba, cuando me di cuenta era aquel Kimono de sacerdote, suspire mirándola-que esperas cámbiate-fui adentro cambiándome me mire en el espejo. Jamás creí terminar usando blanco y rojo el color de aquellos que servían a los dioses.


-hey kyo, dice la amargada que...wow, quien eres tú y que hiciste con mi hermano-reí levemente ante el comentario de mi hermano.


-no cree que esto sea muy....


-tranquilo Kyo y-me abrazo fuertemente-suerte-iba a llorar, pero me contuve.


Cruce la puerta para entrar en aquella construcción donde aquellos hombres la levantaron, suspire mientras sentía como me alejaba de mi hogar no sin antes ver como aquella sacerdotisa le entregaba a mi padre 5 bolsas de monedas junto a un pergamino con una nueva propiedad, suspire algo tranquilo al ver que habían cumplido su promesa. Sin darme cuenta me quede dormido hasta que sentí como me bajaban de manera brusca. Salí de aquel lugar sorprendiéndome de ver un enorme templo no sin antes mostrar una colina llena de escaleras.


-esto es...-


-el templo de entrenamiento novato, ahora vamos-me dijo aquella chica al legar a la cima me sentí cansado mientras ella solo se reía de mí, fui recibido por un anciano, quien se acercó sumamente feliz.


-debes ser el famoso regalo de dios-


-¿regalo de dios?...-


-la señora Nozomi nos habló de ti, eres el regalo que el señor del sol envió-


-debe estar equivocado, yo...-


-claro que lo está-hablo a chica mirándome furiosa-ni que un chico flacucho y debilucho como tu haya acaba con un anti dios se fue déjamelo con el anciano, quien rio.


-ella es Kaya, otra residente. Vamos tienes mucho que hacer pequeño-


Así fue como me la pase dos años encerrado en aquel lugar al principio fue difícil al igual que Kaya siempre me retaba a cosas estúpidas, fue algo sumamente difícil para mí un simple chico que no obedecía, ni aceptaba a los dioses. Así fue mi acenso convirtiéndome en un sacerdote nivel maestro, antes de mi ceremonia de inicio me dejaron volver a mi pueblo para ver a mi familia, tome un caballo acomoda aquel arco mi arma definitiva, algunos sacerdotes prefieren báculo o rosarios, pero siempre me acomode mejor a un arco.


-recuerda Kyoichi, no llegues tarde-


-lo hare Rin-


-mocoso, como te atreves a faltarle el respeto a la señora Nozomi-


-déjalo Ken-


-pero señora...-


-bueno me voy-le guiñe el ojo para galopar al caballo con suma velocidad, era uno de los mejore sacerdotes, pero el peor. Llegue a una pequeña tregua conmigo mismo respetar a los dioses sin dejar que me humillen este era el nuevo Teru Kyoichi


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