El rubio y el castaño corrían presurosos a través del bosque -¡Te digo que no!
-¡Admítelo Hyoga! No tiene nada de malo estar atontado por alguien mas
El rubio se escurría entre las pocas sombras que aún había en el bosque, su casa no estaba lejos pero debía ser cuidadoso, un rayo leve de sol seria letal en su piel -¡No es eso! ¡Y lo sabes!
Por responderle al necio castaño no se percató que su hombro atravesó un rayo de luz, que se coló sobre las ramas de aquellos árboles que no lograron resguardarlo, un quejido de dolor salió de los labios del rubio, este cayó al suelo de inmediato agonizando en dolor, todo su hombro y parte de su brazo estaba quemado, fue inevitable que sus ojos se cristalizaran por aquel tormento -¡Hyoga!
El castaño corrió a su lado, este soltaba gritos de dolor con cualquier roce incluso el del viento causaba un sufrimiento interminable -¡Mierda arde!
-¡Tenemos que seguir o habrá más luz! Levante te
Seiya se transformó en un águila, una enorme águila blanca, extendió su ala cubriéndolo de todo posible contacto de luz, el rubio se levantó con pesadez y camino al costado de inmenso animal –Gracias…
Continuaron a paso lento, pues Seiya no se acomodaba al caminar con sus patas, este animal era perfecto al volar, pero no para caminar, sin embargo las alas cubrían de maravilla a aquel rubio herido por lo que no se rendiría hasta que este llegase a su oscura cueva –Hyoga, ¿Qué tiene de malo admitir que te has enamorado?
-Sabes que pienso de eso
-Pero ella…
-¡No quiero saberlo!
Hyoga desconfiaba tanto del amor, pues años atrás ese sentimiento que todos presumían era maravilloso le arruino la vida, esa mujer fingió amarlo, le hizo creer que era lo más importante en su vida, le engaño solo para obtener un almuerzo.
El rostro de Hyoga se tornó melancólico y de esto se dio cuenta el castaño, por el momento sería mejor no preguntar, caminaron en silencio hasta llegar a la cabaña, Hyoga entro y de inmediato fue a dejarse caer sobre su cama, las cobijas de lana rosaron la herida y este soltó un pequeño quejido de dolor -¿Necesitas algo?- pregunto Seiya ya transformado en ser humano
-Que te vallas
-¡No te pongas de niña!
-Seiya… ahora enserio quiero estar solo, no me molestes, ve con Shiryu, seguro se siente incómodo estando solo con ese dragón, él te necesita más que yo
-De acuerdo- Seiya se fue más a regaña dientes que por placer –Si necesitas algo no dudes en llamar- y el castaño se fue, dejándolo abandonado.
Seiya al estar fuera de la cabaña se transformó en aquel lobo blanco que tanto le gustaba y salió corriendo en dirección a aquella caverna, Shiryu podía cuidarse solo, pero nada era seguro estando con ese dragón, si tenía fama de hostil era por algo, no paso mucho tiempo hasta que llego a la entrada dela caverna, donde Shiryu estaba sentado fuera
-Mi luz, ¿No cuidarías al hermano mayor de Shun?
Shiryu abrió los ojos encontrándose con aquel lobo blanco, le regalo una cálida sonrisa y se levantó del suelo –Me eh encargado de sus heridas, hace rato que está dormido, al anochecer estará bien- sin embargo Seiya sabía que algo andaba mal, esa sonrisa cálida era falsa
-¿Qué pasa?- pregunto Seiya volviendo a su forma humana
Shiryu bufo –Es claro que nada se te escapa
-Te conozco desde hace mucho tiempo, no puedes engañarme
Shiryu dejo de lado esa sonrisa y miro con seriedad al castaño –Estoy alarmado, la descripción de Shun, no cabe duda
-Lo mismo pensé… debe ser ella
-No, pero si alguien de su familia, debe ser una de los Kido
-¿Crees que Hyoga lo sepa?
Shiryu ladeo negativamente su cabeza –Aun así, no creo que tarde mucho en averiguarlo, ¿Cuántas familias de vampiros existen?
-¿¡Que querrá Shiryu?!
-Nada bueno amor, pero si esa mujer está aquí tarde o temprano ira por Hyoga
Un silencio se adueñó de ambos, dejándoles pensar cualquier posibilidad -¿Tendrá que ver con tu visión amor?
-Eso mismo me estaba preguntando… aunque no me explico por qué Shun estaría tirado a su lado
Fue cuando Seiya recordó aquella madrugada en las afueras del bosque -¡Hyoga se ha enamorado de ese niño!- Shiryu le miro con asombro
-Ten cuidado con lo que dices, esas cosas no se toman a la ligera
-¡No exagero luz mía! Lo vi esta mañana- Shiryu acuno su rostro y lo miro fijamente a sus ojos, buscando entre sus recuerdos pruebas de aquello, lo vio claramente, el trepar sobre Seiya para cuidar de Shun a causa de su miedo, al estar volando la sonrisa tonta de Hyoga, al despedirse, todo. -¡Lo vez! ¡Está enamorado! Solo que…- Seiya se decayó apartándose del mayor –No quiere aceptarlo… todo por la estúpida culpa de aquella mujer
-Esto es grave…
-¡Sí que lo es! Hyoga merece ser feliz
-¡Eso no! Quizá solo sean coincidencias, aun así sean coincidencias o no hay que estar listos para lo peor…
-¿No intervendrás?
-Ya te lo dije, uno suele encontrar su destino al intentar escapar de él, aunque parece que vamos directamente a esa visión
-¡Pero Hyoga y Shun! ¿Qué pasara con ellos?
-No lo sé amor… pero ojala no sea nada con esos vampiros, esperemos que solo haya sido casualidad el que hayan atacado a Shun, si lo analizas con detenimiento no tenían razón para eso, más que para alimentarse
-Entonces irán al pueblo a atacar… ¡¿Qué haremos?!
-No es seguro, quizá solo iban de paso, no hay que precipitarnos
Seiya y Shiryu miraron preocupados el horizonte, solo esperaban que lo suyo fuera paranoia y que sus ideas fueran solo eso, unas teorías causadas por el susto –Lo dudo
Ambos se giraron a la entrada de la cueva, de entre las sombras salió Ikki o al menos únicamente su inmensa cabeza, Seiya comenzó a temblar al ver aquel imponente y fiero animal -¿Qué quieres decir?- pregunto Shiryu colocándose frente a su tembloroso castaño
El dragón bufo –No le voy a hacer nada-
-Yo sé que no, pero aun así quiero protegerlo, espero que no te ofendas- El dragón negó con su cabeza –Hace un rato dijiste que lo dudabas… ¿A qué te referías?
-Shiryu, como tú ya sabes los dragones poseemos distintas habilidades, en tu caso posees la capacidad de ver el futuro en breves imágenes, tengo entendido que a veces son cronológicamente y otras solo en desorden, lo cual es un problema
-Sí, ¿Eso en que nos afecta?
-En nada en realidad, por otro lado yo al ser un dragón oscuro puedo hacer lo que me venga en gana
Shiryu comprendió a qué punto quería llegar –Te refieres al uso de la magia
Seiya miro confundido a su amante -¿Magia Shiryu?
-Los dragones, todos nacemos sin color alguno, pues con nuestros actos se define nuestro color, los que usan la sabiduría para compartir y se limitan a usar solo magia de camuflaje y curación son aquellos dragones de tonalidades claras- Shiryu hizo una breve pausa mirando al dragón oscuro a los ojos –Sin embargo existen los dragones que hacen todo lo contrario, la sabiduría que juntan durante toda su vida los vuelve regularmente más astutos que el resto, practican todo tipo de magia y lo usan para sus fines y no el de los demás
-Me alegra que estés tan bien informado
-Sigo sin entender cuál es el problema…- respondió temeroso el menor
-Tu amorcito quiere decir que él está sujeto a principios, yo por otro lado soy libre de hacer y deshacer a mi gusto
-¡¿Pero qué tiene que ver?! ¡¿Qué es lo que quieres hacer!?
El dragón mostro un semblante de desagrado << ¿Cómo puede ser tan idiota?>> -Me interesa poco o nada la vida de tu amigo el asqueroso vampiro, sin embargo se ve que mi hermano le ha tomado cariño, a diferencia de Shiryu yo quiero evitar esa visión que ha tenido
-¡¿Cómo sabes sobre eso?!- dijo Seiya asombrado
-Se ha colado en mis recuerdos- Shiryu pronuncio molesto –Es claro que en verdad haces lo que quieres, eso se llama invasión a mi privacidad
-Eso yo lo llamo adquirir información nueva, ¡También se llama proteger a mi hermano! Y no dejare que esa visión se cumpla, buscare a su agresor sin descanso una vez este recuperado y créanme se arrepentirá de haberle enseñado los colmillos a mi pequeño hermano.