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El vampiro y el plebeyo por ryuzaki uzumaki

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Notas del capitulo:

¡Pedradas al final!

¡A LEER!

Shun estaba completamente en shock, no sabía que acababa de pasar – ¿Hy-Hyoga…?- sus orbes azules estaban intersectando a las esmeraldas verdes aun confundidas -¿Qué estas…?- Hyoga acerco más la cintura del menor a la del rubio presionando con su mano

-Hay algo que me está matando…- Hyoga acerco su rostro al cuello del menor y este lo olfateo

-¿Qué es…?- Shun no movió un solo musculo, estaba asombrado, nunca espero tal acercamiento y mucho menos después de esa triste historia de amor

<< Creo que estoy enamorado de ti… Seiya dice que no es malo… pero, no puedo evitar el sentirme asustado>> El rubio se separó del cuello de su pequeña presa, regreso a mirar a aquellos ojos aun asustados y llenos de nerviosismo, moría por decirle, ¡Pero! ¿Si no era correcto?, su corazón ya no era el de un humano y mucho menos su cuerpo, <<Algún día él también morirá…>> Con el corazón hecho pedazos se retiró sobre del menor dándole la espalda –No es nada

Shun estaba un tanto atontado, primero se le había abalanzado y no solo eso, le había dicho que era perfecto, ¿Cómo no podía ser nada?  Shun quería preguntar, quería ayudarlo, no soportaba ver entristecido a alguien y mucho menos sabiendo que él podía hacer algo, aunque sea pequeño, aunque sea sin importancia ¡Él lo haría! –Hyoga… estoy aquí- el menor se acercó con cuidado e intento escurrir sus brazos entre las costillas y los brazos del mayor, sin importarle que este le correspondiera o no.

Hyoga reacciono rápidamente retirándose del agarre, no quería, tenía miedo, tenía miedo de herirlo, o eso se decía a si mismo intentándose convencer de la realidad << No quiero que me lastimes… No quiero que tú lo hagas también, ¡No quiero!>> -Shun, vete a casa, no tienes nada que hacer aquí

El rubio se apartó unos pasos de él aun dándole la espalda, sabía que si veía sus esmeraldas decaídas cedería y correría a abrazarlo - Desde que me salvaste cuando era un niño…- << ¿Qué yo que?>> Hyoga se giró incrédulo ante la confesión del menor  -Por tu mirada quizá… quizá ya lo olvidaste, pero la primera vez que vine al bosque para poder conocer a mi hermano una serpiente me ataco, pero tú me defendiste… te recuerdo con claridad aunque solo te vi detrás de unos arbustos, eres exactamente igual que ese día… y cuando te conocí formalmente fue de la misma manera, salvándome –Shun bufo- pero esta vez de dos serpientes- Quiero decir.. Siempre eh estado agradecido porque me hayas salvado la vida, quiero regresarte el favor, ¡Quiero hacer algo por ti! ¡Quiero verte bien!

<< ¿Eso era lo que sentía por mí? Gratitud… ¿Sentía que estaba en deuda conmigo? ¿Por eso siempre tan al pendiente en tratar de atender mis heridas? >> Hyoga se había quedado pálido, aquella noche la había mal interpretado, él realmente quería cenárselo y Shun creía que lo había salvado, valla cuestión de percepción.  –Me creerías… si te digo que recuerdo esa noche también- Hyoga pronuncio nervioso y decaído, Shun esbozo una gran sonrisa –Pero… yo no quería salvarte

Las comisuras del menor descendieron con lentitud -¿qué… quieres?- Hyoga le miro con frialdad e incluso se podría decir que con crueldad, lo cual le causo un miedo profundo a Shun, quería correr, quería gritar, quería llorar y todo a causa de una gélida mirada

-Yo quería chupar tu sangre, quería matarte- pero eso le paralizo el corazón, aquel órgano bombeo sangre con rudeza y no solo eso la sangre que había esparcido en aquel bombeo era helada, el menor sintió como palideció de inmediato, sintió como si un gran muro de piedra callera sobre sus hombros haciendo que sus rodillas desistieran, sin notarlo estaba arrodillado sobre el suelo de madera con unas cuantas lagrimas que amenazaban con salir del rabillo de su ojo –Esa serpiente iba a ganarme, por eso la ataque primero, yo quería ser el único que bebiera tu sangre, no te defendí, solo no quería compartir a mi presa- Hyoga lo pronuncio con tal seguridad que el menor no dudo un segundo en sus palabras.

<< ¿Por qué?>> era lo único que el menor podía pensar junto con su corazón ahora desgarrado, siempre había querido conocerle para agradecer aquel gesto, para cuidarle de la misma manera que él lo había hecho y hoy se viene enterando que fue porque quería matarlo…  sin embargo el resto de la historia regreso a su memoria << ¿Entonces porque sigo aquí?>> Shun miro al rubio con algo de esperanza en sus ojos -¿Por qué… no me mataste en ese entonces?- Hyoga ni siquiera pareció inmutarse, al contrario su mirada se hizo más cruda que el mismo invierno

-¿Por qué?- Hyoga bufo –Porque no sería divertido asesinar a mi presa sin cazarla- << Tú mirada me tranquilizo>> -Decidí esperar más tiempo para verte huir de mis garras entre el bosque - << Quise esperarte y conocerte… >> -Matarte lentamente- << Y lo más importante protegerte, incluido de mi>>  -¡Ahora lárgate! Antes de que se me antoje un humano escuálido- << Tengo que ser fuerte>>

Shun derramaba lagrimas sin compasión, sin embargo no emitía sollozo alguno, simplemente su dolor era tan grande que estaba en shock sin poder reaccionar correctamente, sus lágrimas intentaban expulsar aquel dolor, ¿Pero de que servía?, instintivamente el menor se levantó, no tomo sus cosas, no tomo la capa negra con la que siempre venia protegido del frio, simplemente se puso de pie y camino hasta la puerta sin creerlo que había vivido en estos escasos minutos

<< No te vayas…>>

Cada paso que el menor daba era con dificultad e inseguridad, muy en su interior deseaba que Hyoga le detuviera y le dijera que era una broma de muy mal gusto.

<< ¡Detente! ¡¿Por qué no paras?! ¡Ven a abrazarme! ¡Shun detente! >>

Oh tan siquiera decirle que ahora su punto de vista había cambiado, decirle que ahora quería cuidarlo sin importarle que, con cada torpe paso Shun llego hasta la puerta de madera.

<< Dios no… ¡Dios no!>>

Hyoga quería correr y detenerlo, pero su cuerpo se lo impedía, su mente le decía “se fuerte” pero su corazón le animaba a correr tras ese muchacho y abrazarlo, la mano derecha de Shun se acercó hasta el pórtico girándolo con timidez.

<< ¡Shun ¿No vez que estoy sufriendo?! ¡No te vayas amor, por favor!>>

Los pies de Hyoga por fin se movieron con torpeza, caminando hasta la puerta, Shun al escuchar que se acercaba abrió aquella puerta y por fin salió de la choza, el rubio se detuvo justo a dos pasos de él, viendo su delgada espalda, su cabeza baja viendo a su amor a escasos centímetros.

<< Shun… lo siento tanto…>>

El menor se giró un poco sin dejar de darle la espalda a Hyoga, extendió su mano con lentitud en dirección hacia él, Hyoga no lo dudo y también la estiro intentando alcanzar esa nívea mano, pero fue su sorpresa al ver que esa delicada y temblorosa mano fue dirigida al picaporte de la puerta –Adiós… Hyoga- Shun cerro lentamente aquel obstáculo entre ambos, aun esperanzado que el rubio lo detuviera o le dijera algo, pero no ocurrió.

Ambos estaban tan próximos, exageradamente 40cm, 50cm cuando mucho, el único obstáculo era una vieja puerta de madera que Hyoga podía derribar con una patada, que Shun podía de nuevo abrir, pero en ese momento parecía una muralla entre ambos, Hyoga se derrumbó sobre el suelo con lágrimas en sus ojos.

<< ¡SHUN REGRESA!>>

Hyoga se sentía a morir, se sentía peor que cuando recordó a Saori, había perdido la más importante que tenía y no había sido culpa de Shun, o de alguien más, había sido suya, quería protegerlo, ¿Pero a que costo? ¿Cómo proteger a alguien que habías forzado a irse de tu lado? ¿Cómo evitar que sufriera si tu habías echo que llorara? ¿Cómo amarlo…si tú mismo habías destruido toda oportunidad? << Shun… regresa… quédate conmigo >>

El menor permaneció inmóvil delante de aquella puerta, la esperanza era lo último en morir, pero al ver que no había interacción por parte del interior de la choza opto por abandonarla y regresar debatido a su aldea, tímidamente avanzo hasta llegar a los tres escalones que conectaban la casa con la húmeda tierra del bosque, su corazón bombeaba con fuerza, sus ojos no paraban de llorar y en su garganta se encontraba un enorme nudo queriendo salir en un grito de desesperación.

Camino un poco más hasta adentrarse en el bosque, la fría briza golpeaba su cuerpo, pero no sentía nada, no tenía frio y si lo tenía no se le asimilaba al dolor de su corazón, desde niño había sido tan sensible ante las demás personas, nunca le importo sufrir a cambio de que los demás estuviesen bien, pero ahora… ahora esa sensibilidad lo había aniquilado por dentro, se sentía tan débil, tan indefenso, sentí su corazón apagarse poco a poco pese a que latía con ferocidad pero con tenuidad a la vez.

Era contradictorio, era una sensación espantosa, ¿Por qué se sentía así? No tenía más de un mes de conocerlo y lo había puesto de esta manera, con lo aldeanos que conoce desde toda su vida jamás lo había sentido, no importa cuán horribles fuesen sus insultos siempre los ignoraba, él sabía que no era una bruja, él sabía que no hacía nada malo al venir a visitar a su hermano.

-Padre… madre…- el menor se dejó hacer en la orilla del gran rio que marcaba la mitad del camino y del bosque –Si pueden escucharme… quiero pedirles que cuiden a Hyoga… es buena persona, tengo fe en que lo hizo por un bien mayor que yo en estos momentos no puedo entender… o al menos eso quiero creer- su respuesta fue el correr del agua por el frio viento –Madre… Padre… le quiero, tanto como a mi hermano, has sufrido mucho por alguien que le hizo daño, no es justo, ¡Cuídenlo!- grito a todo pulmón y después dejo caer ambas manos sobre la tierra intentando recuperar su aliento –Ahora que yo ya no puedo…- sollozo apretando las rocas que alcanzaron sus manos

-¡Oh que tierno!- una voz femenina hizo que se enderezara de inmediato -¡Me da asco!- la voz venia de entre los arboles

-¡¿Quién es?!- pregunto Shun mientras se levantaba de inmediato

De entre los arboles una silueta femenina apareció, se podía ver que llevaba un vestido negro que cubría sus talones, su cabello color azabache con tonalidades purpuras que llegaba hasta su cintura si no es que un poco más abajo y su piel nívea pero de un color opaco –Mi nombre carece de importancia, pero dadas las circunstancias te lo diré, mi nombre es Pandora-

-¿Por qué lo dices?

-Porque no sobrevivas para recordarlo

Notas finales:

¿Que pasara con Shun y Hyoga?

¿Quien es Pandora?

Descubran eso y un poquito más en el siguiente capitulo

Como siempre ya saben que pueden dejarme sus comentarios, espero ansiosa sus opiniones.

Nos estaremos leyendo! ♥


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