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El vampiro y el plebeyo por ryuzaki uzumaki

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Notas del capitulo:

Pedradas y amenazas de muerte al final
¡A LEER! 

-Muy bien Seiya, escucha con atención- dijo Miho entregando un envase de cristal asegurado por un corcho de piel – Esta poción sirve como escudo y repelente, debes esparcirla alrededor o formar un círculo en el lugar u objeto, persona o lo que quieras proteger, cuando este esparcida se tornara en un color amarillo, en ese momento tienes que poner aunque sea una gota de sangre de vampiro sobre el circulo, es importante que primero sea la sangre de Hyoga o cualquier otro vampiro pues es lo que quieres repeler- Shina continuo.

-Otra cosa importante, si quieres que Hyoga este exento de esto debe estar adentro del circulo en todo momento, pues si está afuera no podrá entrar y te advierto, será muy complicado el poder hacer una brecha en el escudo, pues tratándose de los Kido este es uno de los hechizos más poderosos que hemos hecho.-

-Por ultimo deberás gritar al aire “Vampaia Corpus Repelús” e instantáneamente debes colocar la sangre de dragón en el margen del círculo, en ipso facto el escudo de levantará - concluyo Miho

-Entiendo, entiendo, sangre de dragón primero, luego de vampiro- dijo Seiya guardando las cosas en su bolso

-¡Al contrario!- gritaron ambas hermanas -¡Si, si, si!- grito Seiya –Una advertencia más- dijo Shina acercándose con lentitud hasta él pues esto era lo más importante – podrán salir del escudo los que estuvieron dentro, pero si un vampiro está a los alrededores el escudo funciona como un imán, atraerá inmediatamente a los huéspedes del escudo a su espacio de protección. Por esta razón Hyoga debe estar dentro, sino ninguno de los que estén dentro de las barreras del escudo podrá acercársele de nuevo. ¿Me entendiste?- Seiya asintió aquello de verdad debía tener la mayor prioridad posible

-Gracias Shina, también a ti Miho. ¡Me voy ya!- Seiya retomo su forma de Pegaso y salió volando en dirección a casa de Hyoga, no tenía tiempo que desperdiciar –Buena suerte- grito Shina mientras Miho se retiraba –Deberías disculparlo, ya paso mucho de aquello y sabes muy bien que no tiene la culpa, su corazón no te pertenecía- amabas hermanas se miraron –Yo lo se… y es lo que más me molesta- concluyo Miho para dejar a su hermana en el pantano mirando como desaparecía la menor ente la neblina.

-Ya te enamoraras de alguien más…- miro al cielo nostálgica –Después de todo, eres una humana de nacimiento

Mientras tanto en la morada de los Kido Saori estaba casi a reventar, maldecía y golpeaba cualquier cosa que estuviese a su alcance –Hyoga las pagara- mientras que Marin y Esmeralda le miraban desde el marco de la puerta -¡¿Cómo es posible?! ¡Esmeralda ¿No puedes hacer nada bien?! Mis planes frustrados… Shun con vida… Hyoga sigue como si nada ¡Y yo de nuevo pierdo! ¡Maldita sea!- si se le pudiera comprar diría que un caldero hirviendo a punto de derramarse seria lo mínimo en comparación a la peli lila

-Hermana deberías dejar esto por la paz, Hyoga simplemente no debería pagar los platos rotos- dijo Marin

-¡¿Es que no lo entiendes?! ¡Eres mayor que yo deberías saber mejor que nadie que ese inútil nos trajo la deshonra a la familia!- grito Saori encarando a la pelirroja -¡No fue él, tú lo hiciste!- un golpe en la mejilla de Marin tuvo lugar y es que a Saori no se le podían mencionar sus errores, claro a menos que quisieran morir de una manera lenta y brutal.

-Te lo diré otra vez… Hyoga tiene toda la culpa… yo no, no hay manera-  Marin dirigió su rostro herido en dirección a su hermana, esto era el colmo –Piensa lo que quieras, la única inmadura que no supera el que no pudo matar a un mortal creando un neófito eres tú- dijo Marin para después irse de la habitación de Saori, no tenia deseos de continuar con una pelea fuera de lugar, incluyendo que no importarían los fundamentos contra la peli morado, ella siempre se mentiría asimismo diciendo que no cometió ningún error.

-Esto se termina ahora, definitivamente se termina ahora-

La cabaña de Hyoga estaba cálida gracias a una presencia, la de Shun. Ambos compartiendo un beso tras otro sin descanso y sin compasión de los labios ajenos, nada les separaría, eso se habían jurado ambos. –Hyoga… para no puedo respirar- dijo Shun intentando cortar ese beso apasionado pero apenas había terminado la oración había vuelto a unir sus labios con los de mayor.

El rubio bufo –Eres tú el que no me suelta…- este rodeo su cintura y la abrazo acortando distancia entre ambos, el menor soltó una risa tierna que encantaba al mayor, simplemente en esos momentos se sentía radiante de felicidad, se sentía completo y de una manera protegido por los brazos de Shun, a su lado no habría quien lo derrotara o es lo que él sentía.

Las caricias y besos pasaron a ser más intensos, el rubio coloco encima suyo al peliverde, colocando una pierna en cada costado de su cadera, el menor rodeo su cuello y depositaba suaves besos en los labios ajenos, si su hermano lo viera seguramente daría un salto hasta el otro extremo de la habitación, pero en este momento se encontraban en soledad.

Mordidas de parte de Shun tenían lugar sobre el cuello del rubio, en sus labios y hombros mientras que Hyoga evitaba a toda costa perder los estribos para evitar morderlo, aunque por dentro se muriera por una pequeña probada a esa piel, con cuidado lamia las cortadas de sangre en los brazos de Shun y una que el mismo le había hecho en su hombro donde podía succionar poco a poco su sangre.

-Pequeño… ere mi debilidad, por eso siempre te protegeré, nadie te tocara un solo cabello y mucho menos tocara tu sangre- Hyoga beso nuevamente a Shun como si hubiese cerrado un trato de por vida, dejo de besarlo para mirar sus ojos y de paso su respuesta.

Este sonrió enternecido, con un sonrojo de decoración –Eres muy dulce…- respondió, fue atacado por besos y lengüetazos –No hagas eso… que me dan ganas de devorarte…- respondió Hyoga para después ocultar su rostro entre en cuello del mayor aun arriba suyo, solo se escuchó una risa adorable proveniente de Shun.

Cuando un estruendo fuera de la casa los detuvo –Hyoga… ¿Qué fue eso?- pregunto Shun –Quédate aquí- respondió el rubio dejando al menor en la cama recostado, corrió hasta la salida topándose con Pandora y Saori quienes habían derribado un árbol precisamente para llamar la atención del rubio –Ustedes…- susurro amenazante -¿Qué quieren?- grito poniéndose en guardia

-¿No es obvio querido?- dijo Saori caminando hasta la choza –Destrozarte por dentro y después asesinarte como el vil animal que eres- Pandora caminaba detrás suyo sin decir nada, con esa mirada desquiciada era más que suficiente, Shun asomaba su carita por la esquina de la puerta intentando no ser visto

Pero para la vista de Pandora no fue lo suficientemente discreto –Ves… te dije que estaría aquí- dijo señalando a Shun, Saori sonrió sádicamente –Mira que bello… librare al mundo de dos basuras de una vez- dijo Saori acercándose a gran velocidad.

Hyoga no permitiría ni que le rosara su ropa, por lo que ataco, golpes y manotazos se veían a gran velocidad, Hyoga la tenía complicada, pues peleaba con Pandora y Saori a la vez y ninguna tenía la intención de ser justa y esperar turnos, Shun quiso ayudarle sin embargo Hyoga se lo prohibió -¡Retrocede! ¡Mantente a salvo! – la impotencia de Shun era tan grande como el odio de Saori.

Hyoga poco a poco empezó a perder contra las vampiresas, pues aunque fuese muy bueno ellas eran despiadadas, era cuestión de tiempo para que la batalla tomara el rumbo que correspondía desde un inicio, el rubio jadeaba, si no fuera porque él también tenía una gran velocidad juraría que aquellas chicas se movían a la velocidad de la luz.

Por fin en un descuido cayó al suelo de un golpe -¡Hyoga!- grito Shun intentando correr sin embargo las piernas no le respondían, el rubio escupió un poco de sangre y se levantó inmediatamente, golpeaba a Pandora mientras se defendía de Saori, claramente esto era demasiado para él, Shun dejo de lado su miedo y salió de la casa para soltar una ráfaga de fuego.

Pandora pudo esquivarla pero Saori la recibió de lleno –Mira que interesante…- dijo Saori poniéndose de pie –igual no es suficiente- el menor no era experto con sus habilidades, pero de lo poco que Ikki le enseño lo utilizaría para proteger a Hyoga.

Con dificultad se transformó, tomando forma cada vez más como la de un dragón, sus brazos tenían ligeras escamas sus dedos evolucionaban a unas garras, sus ojos esmeralda se volvían más como los de un lagarto y finalmente de su cabeza resaltaron unos cuernos que descendían a su nuca.

-¡Yo lo voy a proteger!- grito el menor, se aproximó a Saori quien era la que estaba más cercana a él, soltó manotazos esperando arañarla, si no de gravedad al menos lo suficiente como para volverla lenta, Hyoga protegía a Shun de Pandora a sus espaldas, ambos eran buen equipo, sin embargo no se comparaban con las Kido.

Pronto el vampiro y el plebeyo terminaron agotados, casi acorralados intentando recuperar aliento y defenderse a la vez, pues atacar no era una posibilidad, fue cuando un rayo de esperanza apareció.

Seiya las golpeo siendo un Pegaso para después colocarse al lado de sus compañeros -¡Has tardado Seiya!- grito el rubio -¡Eso no importa! Ya llego por quien lloraban- dijo el castaño volviendo a su forma humana. –Escuchen, tengo la manera de protegernos de las Kido, pero necesito la sangre de un dragón y la de un vampiro.

-¡¿Y de dónde vamos a sacar la sangre de dragón estúpido?!- alegaba Hyoga -¡Puede ser la de Shun, en cuanto mantenga su forma de dragón, solo necesitamos una gota, en cuanto a la de vampiro puede seré tuya o de esas abominaciones- concluyo Seiya

-¿y crees que les dejaremos hacer algo?- preguntaron ambas hermanas poniéndose de pie para después soltar una risa confiada –Hyoga…- susurro el castaño –Ya sé, yo me encargo- el rubio dio un salto a las hermanas, sea lo que fuera a hacer necesitaba tiempo.

Mientras el rubio distraía a las hermanas lo mejor que podía, Seiya intentaba destapar el brebaje –Joder está muy fuerte- decía entre dientes, Hyoga fue lanzado a las maderas de la casa, claramente estaban en desventaja -¡Mierda no queda de otra! ¡Hyoga a mi casa!- grito Seiya mientras tomaba del brazo a Shun y salía corriendo con él,  el rubio no tenia de otra, salió disparado entre los árboles pero igualmente las Kido no lo dejarían así.

La persecución esta pesada, pues el rubio aun así intentaba tirar a las hermanas de las ramas o lanzarle obstáculos para que diera tiempo de que Shun y Seiya llegaran al risco que era el hogar de Seiya; por fin después de tanto esfuerzo logro lanzarles un tronco a las hermanas y derribarlas.

-Por fin…- dijo el rubio para salir huyendo al risco, al llegar Seiya estaba con Shun -¡¿Por qué no han hecho nada?!- pregunto alarmado –Tienes que estar dentro del circuló en todo momento, porque si no también serás repelido por el escudo- explico Seiya

Hyoga no dijo nada, presentía que pronto lo entendería, el de cabellos chocolates después de haber abierto el hechizo coloco la poción alrededor de toda la entrada de la cueva y tal y como las brujas dijeron esta tomo un color amarillo brillante –Hyoga necesito tu sangre…- dijo amablemente, el mencionado estiro su brazo y el castaño corto un poco para que unas gotas cayeran en la línea brillante.

-Bien… ¡Vampaia Corpus Repelús!- grito Seiya y justo cuando iba a colocar la sangre de Shun en donde correspondía Saori salió de entre los arbustos con intenciones de asesinar a Shun, Hyoga reacciono con rapidez lanzándose sobre ella quedando ambos fuera del circulo de luz. -¡Regresa aquí!- grito Seiya asustado, sin embargo Hyoga estaba siendo casi ahorcado por Saori, la tenía controlada pero no por mucho -¡Termina de una maldita vez! ¡No podre retenerla más!- contesto Hyoga

-¡Si no estás dentro también el escudo te alejara de nosotros!- grito nuevamente Seiya, pero no había nada que pudiera hacer, el circulo estaba a punto de desvanecerse y con ello la seguridad de Shun y eso no lo permitiría el rubio, miro a los ojos a Shun quien estaba asustado –Hazlo…-

-¡No!- grito el menor, pero era tarde Seiya había cortado la piel del peliverde dejando caer parte de su sangre en el encantamiento y justo como le habían dicho una barrera se levantó cubriendo la entrada del risco.

Hyoga con sus últimas fuerzas lanzo a Saori al escudo que recién había aparecido –Veamos si funciona- Saori estampo contra la barrera y soltó un grito de dolor al mismo tiempo que rayos sobresalían de la barrera dañando a la peli morado, su hermana quien había estado oculta esperando el momento para atacar salió de las sombras tomando a su hermana y desprendiéndola del escudo.

Estaba grave, miro a Hyoga y después el escudo –Esto no se quedara así…- y después desapareció con su hermana en brazos

-¡Hyoga!- grito Shun corriendo hasta sus brazos. Pero cuando este estaba a punto de recibirlo gustoso fue jalado de forma brusca, nuevamente detrás de la barrera, tanto Shun como Hyoga se acercaron al borde de la barrera -¿Qué ocurre?- pregunto Shun mientras miraba confundido a Seiya.

-La barrera no distingue entre los buenos y malos… solo vampiros, por eso dije que Hyoga debía estar dentro para que no lo repeliera la barrea- explico Seiya cabeza bajo -¡Pero yo estaba fuera de la barrera!- intento abogar Shun – Si… pero si hay un vampiro a los alrededores la barrera te jalara detrás de ella para protegerte- tanto Hyoga como Shun lo miraron desconcertados –No puedes tocar a Hyoga y él no puede tocarte.

Notas finales:

¿Que les parecio? disculpen la tardanza me atore en este capitulo.


pero ya actualizare más seguido. dejenme sus comentarios siempre me motivan para seguir adelante.


Nos leeremos 


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