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No te despidas por L C Volkov

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Notas del capitulo:

Estoy tan, pero tan jodido, que dudo aun estar respirando.

¿Razón de ausencia? Abajo, gracias por su paciencia.

“Si, era una idea estúpida y si los llegaban a descubrir sería algo muy similar a un suicidio, pero Haruka sabía, muy dentro de sí mismo, que era la única manera de tener lo que ambos más deseaban en el mundo.

Kiryuu Europa nació y creció en el seno de la adinerada familia, fruto de una alianza, el muchacho creció sin muchas muestras de afecto de parte de sus padres, pero, por alguna razón, tenía esa actitud digna de alguien cuya vida estuvo plagada de amor y cuyo corazón yacía en una cajita forrada de terciopelo.

Así era cuando lo habían conocido, así fue cuando se separaron y así es en la actualidad.

Rido sonrío al ver que su hermano estuvo de acuerdo en aquel pequeño plan, simple en realidad: raptar al actual patriarca de los Kiryuu. Sería fácil, el ya hombre no era confiado, pero su habilidad con la espada lo llevaba a tener la guardia mayormente baja.

 

Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q

 

Hana era consciente de que su familia y matrimonio eran un asco, pero para ella, nada de eso era su culpa.

No, era culpa de su primogénito por no morir en su vientre y unirse a su hermano, también lo era de su esposo, que durante su adolescencia tuvo un romance con los hermanos Kuran.

Europa le sonrió a sus hijos, parado en medio de la cocina con un delantal rosa que rezaba en enormes letras: “LA MEJOR MAMA Y COCINERA DEL MUNDO” y un cucharon aun chorreante en la mano.

-Niños, ignoren a su madre, YO si estoy cuerdo…

Zero arqueo una ceja, miro la ropa de su padre y como su madre hablaba sola en un rincón.

-Tu definición de “cuerdo” y la mía son muy, pero enserio, muy diferentes-y pensar que ese mocoso tenía seis años.”

 

El camino fue más llevadero de lo que los propios gemelos hubieran creído, pues, a final de cuentas, Zero cayó rendido a menos de la mitad del camino, con su hermano menor sirviendo como almohada y Cross colocándole una manta por encima, el enfermo no llego a notar el escándalo que el resto de los vampiros tenía en los otros vehículos. Si no jodían a Zero, ni el director Cross ni Ichiru tenían planeado meterse en lo donde no los llamaban.

Así que si, el camino a la mansión de los Kuran fue tranquilo y silencioso para los tres cazadores, pero los vampiros no contaron con la misma suerte.

 

Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q

 

Apenas veinte minutos de trayecto, cayó noqueado, si fue por los mareos provocados por los viajes de carretera o por alguna especie de “cansancio fantasma”, bueno, ni el mismo estaba del todo seguro de ello, así que se resigno a no darle más vueltas-o importancia, que viendo el caso, sería lo mismo-al insignificante asunto.

De lo que Zero si estaba seguro fue de que al despertar ya no se encontraba en el auto con Ichiru y Cross, si no en una habitación (demasiado “Barroca”, a decir verdad) que le mareaba de solo verla. Olía a flores, pero el muchacho no estaba seguro de poder identificar de que clase, así como tampoco estaba seguro de poder saber si era de día o noche: el gran ventanal de la recamara estaba cubierto por pesadas cortinas de tale oscura, dejando todo sumido en una penumbra alarmante. De no ser por el bonito candelabro de tres velas en el buro junto a la cama no tendría manera de ver sus propias manos.

Suspiro, ahora llevaba un pijama, de los más discretos que tenía, a decir verdad (blanco, con un montón de retrasados conejos azul pálido bailando de un lado a otro), de seguro su hermanito lo había cambiado en pos de su comodidad.

El piso estaba frío, tanto que le llevaba a recuerdos nada agradables sobre su infancia plagada de hospitales, doctores y un montón más de esa mierda que se negaba a recordad siempre que podía. Acallando aquella fastidiosa vocecilla que le decía que volviera a tumbarse en la cómoda cama salió de la habitación, candelabro en mano, ignorando la cera caliente que le goteaba en el puño (que, había que aclarar, no le resulto tan molesto como creyó en un primer momento que sería).

Afuera las cortinas estaban corridas, protegiendo a los habitantes de los rayos del sol.

-Día- se confirmo Zero, había avanzado un poco, entreabriendo cada puerta que podía, buscando a alguien familiar, aunque muchas estaban cerradas, se rindió al cabo de unos minutos.

Y  como era de esperarse en esta clase de historias, cuando el joven quiso volver a la recamara en la cual despertó, se dio de bruces con la horrible-y predecible-realidad: no sabía cómo carajos volver.

¿Traducción? Se había perdido.

Y de la forma más cliché y vergonzosa posible, SIP, Zero lo confirmo, el era todo un caso.

Siguió caminando por un rato, las velas se consumían más rápido de los que le hubiera gustado (quedarse a oscuras en la “Mansión de Dracula” no era algo que le resultara atractivo en esos momentos) y la cera ya le había cubierto la mayor parte del puño, ardía un poco, pero le ayudaba a entrar en calor…se sentía…bien. Volvió a callar la vocecilla fastidiosa que le recriminaba esa clase de extraños pensamientos y siguió avanzando.

Tras algunas cuantas puertas le pareció oír ruido; murmullos ahogados y gemidos y jadeos amortiguados por los almohadones, lo cual, había que ser sinceros, le perturbo, pero solo poquito.

Bueno, sí, lo descolo en demasía escuchar como cogían, pero no podía quejarse, ¿Verdad?

Zero tardo solo un segundo-lo mismo que tardo en caer-en darse cuenta de que no había piso bajo uno de sus pies y fue así como termino bajando las escaleras de una forma muy poco convencional. Literalmente rodo por unas escaleras que parecían no tener fin.

Logro cubrirse la nuca y rezo (¿A quién? Pues a saber) para que a la bendita vela no se le fuera a ocurrir apagarse, ¿Huesos rotos? Meh, ¿A quién le importa tener algo roto si tus jodidas velitas siguen encendidas para cuando termines de rodar por unas escaleras que parecen llevarte al mismísimo infierno?

¿A quién? Pues a Zero.

 

Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q

 

Apenas cerrar la puerta que ocultaba al “tesoro” de su padre y tío, Kaname pudo escuchar a la perfección un cierto escándalo, más concretamente, en las escaleras.

Zero estaba tirado al pie de las mismas, en una posición por demás incomoda y hasta parecía sorprendido de estar con vida. A solo unos metros de él, el candelabro yacía apagado sobre un pequeño charco de cera aun caliente.

Kuran le extendió una mano al muchacho, Kiryuu la acepto de buena gana, así como también acepto que el de sangre pura le ayudara a sacudirse el pijama y a volver a subir por las escaleras, tragándose su orgullo lo mejor que pudo…

Porque, seamos sinceros, no veía ni una mierda sin sus velitas.

-Déjame adivinar-comenzó el castaño, sonriendo en la oscuridad-, ¿Buscabas a tu hermano y te perdiste?

-Es un poco obvio, pero si-Zero abrió muchos los ojos, esa era la primera charla que mantenía a solas con el Kuran.

-En ese caso, que bueno que no lo encontraras-Zero alzo la vista, cojeaba un poco de la pierna izquierda, tal vez fuera un esguince-Los hubieras encontrado en plana faena, a Ichiru y Takuma, quiero decir.

Zero se enredo con sus propios pies y por poco se lleva a Kaname a besar el suelo, bueno, que tú y tu hermano tengan sexo, Zero lo considera una cosa, pero en definitiva no quería verlo de pasivo con el vampiro rubio de ojos verdes (¿Si era ese?), o bueno, al menos, EL HERMANO MAYOR DE ICHIRU, EN DEFINITIVA, NO QUERIA VER ESO.

-Tendré que lavarme el cerebro con lejía para quitarme esa imagen de la cabeza-un escalofrió recorrió su columna vertebral, se comenzaba a plantear la idea de ya no tener sexo con su querido hermanito.

Kaname enarco una ceja.

-Solo, no te la vayas a tomar.

Zero rio, por alguna razón, se sentía tranquilo con el vampiro, inclusive, en ese momento, le pareció captar un olor dulzón en la ropa del mismo, tal vez, solo tal vez, fuera el aroma de Europa…

Eso o su dañado olfato y cerebro le estaban gastando una broma.

-¿A dónde llevan esas escaleras?-Zero solo quería cambiar de tema.

Kuran se tenso.

-Al sótano-Kaname solo quería retrasar un poco más lo inevitable.

-Y… ¿Qué hacías tú en el sótano?

-Solo…rememorando los pasillos*

Y ambos lograron su cometido.

Notas finales:

*No se ustedes, pero yo cada que salgo de viaje y regreso a casa, lo primero que hago es dar un recorrido por TODA la casa, inclusive a los lugar a los que nunca entro, supuestamente, eso es lo que estaba haciendo Kaname, aunque sea mentira en realidad.

 

Bueno, no sé si ya lo había comentado, pero de niño perdí un ojo durante un secuestro (todo el globo ocular, solo quedaba una cuenca vacía) y nunca utilice la prótesis, pese a tener una (esto más por razones de comodidad, me “calaba”), bueno, el punto es que una empresa está desarrollando un “ímplate visual completo” (no estoy seguro de como se le llama), que básicamente es una especie de “ojo robótico”, bueno, volviendo al tema, una empresa estadounidense en conjunto con una japonesa son quienes llevan el proyecto (que, por lo visto, aun ni se da a conocer como tal).

Un amigo de mi padre ofreció ponerme en la lista de candidatos para probar el prototipo que, por sus costos de producción, solo había alrededor de diez o quince, por fortuna, quede. Pero, la operación para “instalarlo” sería llevada en Japón, esto se nos aviso a finales de octubre y para mediados de noviembre-a mas tardar, el dieciséis-ya debía de estar haya para que se me realizaran los últimos exámenes, ¿Traducción? Mi hermano gemelo, novio y yo nos tuvimos que aventar el trabajo escolar-con exámenes incluidos-de más de mes y medio… ¡En una puta semana! (casi colapsamos), y si se preguntan porque lleva a mi gemelo y novio si no hacían falta, pues simple, necesitaba bufones.

El capitulo cinco se lo deje ya escrito a mi novio para que él lo publicara mientras yo estaba internado en el hospital y ellos muy cómodos en su jodido hotel cinco estrellas. Y si bien la operación era, en realidad, de lo más simple (lo más complejo fue poner el chip que recibe lo que capta la cámara expuesta) lo que si fue una tortura fue el proceso de recuperación y los últimos análisis, así que celebramos navidad sin mis otros dos hermanos y Edgar (hermano menor de mi novio), que se quedaron en México, y fue casi lo mismo con año nuevo, pero en ese apenas llegamos a la casa, faltando dos minutos para las doce, sin mencionar que nos invadieron diez de los trece hermanos mayores de mi padre (son catorce en total y mi papá es el menor con cuarenta años).

En resumen, estoy rendido, pero la buena noticia es que recupere la vista perdida con el implante, algo bueno tenía que sacar, ¿No?


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