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El vampiro y el plebeyo por ryuzaki uzumaki

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Notas del capitulo:

Pedradas y amenazas de muerte 
¡Al final!

¡A LEER!

Era poco más de la una de la madrugada, el bosque estaba aterradoramente tranquilo, ¿La razón? Las Kido, desde que aquella familia había pisado los bosques de Equiem, la mayoría de las criaturas que utilizaban ese bosque como hogar o incluso refugio habían huido, ya no había nada de seguro en esos bosques y posiblemente en el mundo entero.

Ni siquiera el aire acariciaba la copa de los arboles esa noche, los grillos habían preferido silenciarse e incluso la luna estaba oculta tras las nubes esa noche, Saori y su hermana Pandora caminaban entre los arboles con dirección a la falda de la montaña, eran cubiertas ambas por un manto blanco y puro, su andar era tranquilo y sin prisa aunque ya iban retrasadas a una pequeña cita que daría lugar esa noche. Saori estaba cansada de que sus planes no resultaran según ella por “lo incompetentes que pueden llegar a ser sus hermanos” después de la traición de Esmeralda y la falta de medidas de Pandora había decidido dejarle el trabajo sucio a alguien más.  

-Hermana, ¿Estas segura de esto?- pregunto la azabache quien venía a unos cuantos pasos tras de ella, con una voz suave y melodiosa incluso, podía llegar a ser tierna. Saori no respondió, incluso parecía que ni siquiera había podido escuchar la pregunta, pero su hermana sabía perfectamente que solo había sido ignorada después del relato de Pandora era completamente normal –Es una idea bastante…- mala quería completar Pandora, sin embargo no tenía el valor de decirlo –temeraria…- dijo Pandora casi en un susurro

-Es necesario- respondió la peli lila de la forma más fría posible, pues al utilizar ese tono era claro que además decía “No quiero más preguntas”

Pandora se silenció y continuo su camino junto con Saori, la falda de la montaña estaba a la vista y en una de las formaciones rocosas se encontraba la persona a quien habían citado, sentado mirando la nada en sus pies, con una sonrisa burlona –Por un momento pensé que no vendrían- dijo cruzándose de brazos y mirando a ambas hermanas sin siquiera darles la oportunidad de llegar con totalidad cerca de su persona.

-Lymnades- pronuncio Saori retirándose el gorro del manto blanco que traía para cubrirse del frio –Señorita Saori, es más hermosa de lo que se me había contado- dijo la criatura enderezándose completamente y haciendo una reverencia, mostrando sus filosos molares amarillentos

-No vine aquí para recibir halagos- respondió Saori sin siquiera ruborizarse o inmutarse por el comentario, pues viniendo de un ser tan “repugnante” pero útil según Saori, sus palabras no eran más que aliento desperdiciado

Lymnades bufo y de inmediato se enderezo nuevamente –Una mujer que va al grano ¿Eh? Me agrada- acaricio su mentón como seña de interés y después continuo hablando -¿A que debe mis servicios una de las desencintes Kido? Tengo entendido que usted es de “Si quieres hacer algo bien, lo debes hacer tu mismo”- hablaba sin decoro o más bien pensaba en voz alta, aquello no parecía molestarle a la peli lila pues no decía nada incorrecto –Diga me, ¿Qué desea?- pregunto por fin el monstro

-Sucede que necesito tus habilidades de camuflaje, para que aniquiles a un ser despreciable, claro no sin antes torturarle y hacer lo pagar por su impertinencia- Sentencio la menor de las Kido

-Oh, comprendo, pero mi lady, aun siendo usted… debo advertirle, que mis servicios tienen un costo y no soy nada, nada fácil de complacer- recalco eso ultimo acercándose a la dama y sonriendo de forma perversa

-Lo tenía muy en consideración- y sin previo aviso, dio un giro cortando con el delicado pero letal filo de sus uñas a la hermana que venía acompañándola, tardo un par de segundos para que su sangre saliera disparada cual catarata por la presión sanguínea y después esta callera al suelo con un sonido casi sordo.

Gemidos de dolor y angustia fueron la primera reacción de Pandora -¿Saori?- dijo Pandora haciendo presión en su muy herida garganta, intentando detener la hemorragia

-Una hermana que tiene misericordia con una traidora no me sirve, necesito personas leales, fuertes y por último pero más importantes nada incompetentes- dijo mirándola como si solo se estuviese deshaciendo de basura o un estorbo, incluso su mirada se le compararía a una completamente aliviada –Pero alégrate, servirás de recompensa para este caballero que por su bien, más le vale hacer correctamente su trabajo- dijo Saori hincándose y hablando con tal naturalidad mientras su hermana, una de las personas que la cuido y velo por sus seguridad desde que nació estaba desangrándose a sus pies.

Los ojos de Pandora se nublaron, por alguna razón no podía curar su herida, ¿Por qué? ¿Por qué no sanaba? Esa herida si bien era letal llevaría un minuto de curar con su regeneración, hasta que a su mente regreso aquella merienda mientras relataba lo sucedido con Esmeralda, después de haberle contado todo con lujo de detalle Saori ofreció una taza de té a Pandora, el sabor era diferente pero ciertamente lo paso por alto.

Ahora lo entendía, el pedirle acompañarla por “seguridad” era solo una excusa, desde un inicio ella sería un sacrificio para deshacerse de Hyoga, a su mente vinieron recuerdos fugaces, de su familia, su vida y por último el rostro de una afligida pero esperanzada Esmeralda quien pedía acompañarla, que tonta fue, el arrepentimiento se hizo presente en su mente, el miedo apareció en su corazón por conocer la muerte en unos cuantos momentos próximos y las lágrimas demostraban impotencia en sus ojos.

-Él hubiera no existe, perdóname Esmeralda, dudo ir al cielo pero si me es posible cuidarte desde el infierno lo haré…- pensó mientras sus ojos se sellaron, últimos respiros de vida soltaba –Muchachos… cuídense y a mi hermana Esmeralda… tienen un oponente feroz- dijo en su mente como último pensamiento para después falleces en la fría tierra.

-La sangre de vampiro te servirá para incrementar tu habilidad, encuentra a Hyoga y haz que desee no haberme conocido, o mejor aún; no haber nacido- ordeno la señorita Kido, mientras sacaba un pañuelo cian de su bolsillo y limpiar el ligero rastro de sangre entre sus uñas –No necesito mencionártelo Lymnades, pero no tolero las fallas, por tu vida más te vale no fallar-

Concluyo Saori, tirando aquel pañuelo y colocándose el manto blanco sobre su cabeza nuevamente, para después dar media vuelta y dejarlo sorprendido por las acciones de la señorita, si bien no estaba asustado estaba asombrado, aquella mujer realmente era de temer

-No le fallare- dijo confiado mientras hacia otra reverencia como despedida –Por mi bien… no lo hare… -dijo a su mente mientras veía a Saori alejarse y cubrirse por la oscuridad donde en un inicio venia

Notas finales:

¡Chan chan chan!


¡Sin spoilers! simplemente dire que esto...


¡Se va a descontrolar alv! 


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