Raditz y Turles estaban en silencio, con el moreno manejando el auto directo a la estación de policía. De vez en cuanto, Raditz miraba de reojo a Turles, pero éste estaba tan concentrado en el camino que hasta parecía que no notaba su presencia. En todo el camino no habá dejado de pensar en ese beso, un beso que estaba lleno de tanto sentimiento, que quiso descartar la simple idea de que el moreno podria estar sintiendo algo por él. Y no lo culpaba, siempre estaban juntos, más de que lo que, en su momento, estuvo con Vegeta, pero el Son no sentía nada más que una profunda amistad, jamás vio a Turles de otra forma, ni siquiera se le pasó por la cabeza ese pensamiento; ¿pero que podía hacer? Ahora estaba confundido, Turles era alguien muy apuesto, y cualquier persona se podría fijar en él, no queria causar molestias y falsas esperanzas.
-Turles...
-Hemos llegado. -dijo el moreno, Raditz volteo la mirada y ya estaban estacionados en la puerta de la comisaria. ¿Tan rápido llegaron? Estuvo todo el tiempo sumerguido en sus pensamientos que ni cuenta se dio de que ya llegaron a destino. Turles fue el primero en bajar del auto, seguido de Raditz, quien le ayudo a bajar del auto a un semi-inconciente Vegito del asiento trasero, y como uno sostenia cada brazo del Saiyan y lo guiaban arrastrando a la estacion de policia.
Permanecian inexpresivos ante las miradas curiosas y extrañas de los transeúntes que pasaban casualmente por ahí. Preguntandose que hacían dos jovenes arrastrando a otro, ensangrentado y sin tener consciencia de lo que pasaba, comenzando a sospechar de que quizas, ellos estuvieran involucrados en alguna clase de delincuencia. Raditz, aunque trataba de mantener una postura inerte, sabía que lo estaban juzgando, que lo estarian señalando con el tipico dedo acusador, y eso lo ponia mas nervioso de lo que ya estaba.
-Procede normalmente. -dijo Turles al ver al Son inquieto ante las miradas ajenas.
-Todos nos observan. -dijo el Son. Respirando aliviadamente cuando por fin lograron llegar a la puerta, en donde Turles la abrio con uno de sus hombros. Las miradas de las personas de afuera no eran nada, comparadas a las ahora dudosas miradas de toda la comisaria, de los agentes y hasta de la secretaria que hasta dejo su telefono alejado de su oreja, con la boca semi-abierta al presenciar tal escena.
-Traemos a un violador. -dijo Turles, el cual Raditz le miro interrogante. ¿Estaba bien llamarlo de esa forma? ¿No era mejor decir, abusador? Comenzaba a pensar que la palabra ''violador'' era un tanto fuerte para definir a alguien.
-¿Porqué esta en ese estado? -pregunto un oficial, en donde Raditz comenzo a sudar del nerviosismo. Era por su responsabilidad que Vegito estaba así, y que Turles le confesaba tal cosa no iba nunca a perdonarselo.
-Lo encontramos así, unos vecinos andaban como locos buscandolo, por haber violado a un menor de edad. Pasabamos por el sitio cuando lo vimos tirado en el suelo. -Raditz le miro con la ceja arqueada, era la mentira mas grande que habia dicho, ademas, ¿quien les aseguraba que Vegito no diria la verdad en cuanto recupere el conocimiento?
-¿Es cierto, hijo? -pregunto el oficial ahora mirando a Raditz, se lo ha visto confuso y poco convencido desde que Turles comenzo el relato, el hombre debia asegurarse que no mentian. Raditz automaticament brinco del susto al percatarse que ahora se estaba diriguiendo a él, no tenia idea de que responder. Miro a Turles, el cual este le dedico una mirada reconfortante y llena de confianza. Raditz volvio a mirar al policia, quien esperaba ansioso una respuesta. -¿y bien?
-Si, lo encontramos, y lo trajimos aqui.
-En ese caso...-el oficial tomo a Vegito de un brazo. -...nos encargaremos, gracias chicos. -y sin más, el oficial se marcho, llevandose a Vegito para procesarlo y encerrarlo. Ambos muchachos salieron del lugar, caminando nuevamente al auto.
-Kami-sama, pensé que nos encerrarían por secuestrarlo y encerrarlo. -dijo suspirando pesadamente cuando tomo asiento en el interior del auto y se abrochaba el cinturon de seguridad.
-Yo sabía desde un principio que nada nos ocurriría. -dijo Turles con una sonrisa, mientras ponía en marcha el auto.
... ...
Algo raro pasaba con su cuerpo, no entendía, no comprendía, era extraño. Era la cuarta vez que corría al baño a vomitar, parecía que hubiera dejado el higado y los riñones en cada momento que vomitaba. Salio del baño tambaleandose, se sentia débil y deshidratado, Kakaroto se sento sobre la cama de una forma delicada, con el pensamiento de que el más mínimo exabrupto y alteración en sus movimientos corporales lo mandarán al baño nuevamente. Pensó que quizas ya era hora de salir un poco de su habitación, quizas era la sensacion de encierro lo que lo tenia en tan mal estado.
Salio de la habitación a pasos lentos y pausados, no queria correr de nuevo a vomitar. Bajando las escaleras, agarrandose de las barandas, buscando con la mirada a su padre. Llegó al ultimo escalón, caminando hacia la cocina, quizas podria encontrar a su padre allí, ya que no se encontraba en la sala mirando television. Y lo que vio al llegar a la cocina, lo dejo estático.
-Pa...padre. -el mencionado giro su cabeza rapidamente, se sentia feliz de que su hijo por fin salio de la habitacion y decidiera tomar aire fresco.
-Hijo, ¿como te sientes? -pregunto el Son, pero Kakaroto no pudo ni siquiera responder, no le estaba prestando atención a Bardock, sino a lo que tenia entre sus dedos. Una ''asquerosa'' rebanada de pan, untado con una ''asquerosa'' mantequilla, bañado en una ''asquerosa'' cascada de mermelada. Kakaroto se llevo las manos a su boca, sentia como las ganas de expulsar vomito le llenaba la boca, amenzanado con salir casi a chorros de la misma.
Dandose media vuelta, corrio lo mas rapido que le daban las piernas, saltandose de a dos los escalones de las escaleras, abriendo de un portazo la puerta de su habitacion y, nuevamente y por quinta vez, volvio a vomitar. Era oficial, dejo el higado, los riñones y ahora sentia sus pulmones dolerle a montones; salio del baño y se tiro boca abajo en su cama, fue una mala idea salir de su refugio, estaba optando con quedarse todo un año encerrado alli.
-Creo que tengo cancer....o quizas tenga algun tumor. -tomo asiento nuevamente en el colchon, frotandose la frente, estaba comenzando a sudar, temia que pudiera estar levantando algo de fiebre, ya que la sentia un poco caliente. -Es...tumancer.