-Deprimente lugar.
-pareciera que… -el detective calló ante la mirada furtiva de su compañero.
-pareciera que todo el lugar esta triste– “Igual que yo” pensó el rubio.
A lo lejos, en el fondo, se divisaba un poblado sumergido en la humedad de una fría llovizna que empapaba las vacías calles.
Un pequeño hotel, el único del lugar y de la región, les dio cobijo. Tsukishima miraba por la ventana, con ganas de en ese momento estar ahí, afuera buscando. Estaba tan cerca, y aun no lo podía ver ¿Cuánto más tendría que esperar?
Por la mañana desayunaban bajo la sombra de un árbol. A pesar de ser un lugar pequeño nadie les supo dar alguna razón de su búsqueda.
-No desesperes –trato de consolar Akaashi al ver la inquietud del rubio.
-Sí, lo encontraremos pronto –Afirmo Bokuto- Buscaremos hasta debajo de esas montañas.
-¿Montañas? ¡Eso es! –Grito Tsukishima.
-¿Tengo razón? –Se pregunto Bokuto –Akaashi, ¿viste eso? Resolví el misterio ja, ja, ja.
-Si Bokuto, felicidades –Respondió sin despegar la vista del periódico local.
-No parece alegrarte –Se desanimo el detective.
-Necesitaremos un guía –Sugirió Akaashi- preguntare donde conseguir uno -Dijo adentrándose a la plaza.
-Me ignoro –Lloriqueo el detective –Tsuki...
-Ya deberías estar acostumbrado. También me voy. Regresare en 5 minutos, mas te vale no alejarte del lugar. Si te pierdes no me preocupare por buscarte.
-¡¿Cómo podría perderme?! –Le grito- uh huele a carne, carne, carne…
5 minutos después…
-¿Dónde está el retardado?
-No lo sé –Respondió Akashi con pesadez –Suficiente tenemos con buscar a una persona.
-¿Un niño? ¿Él será nuestro guía? –pregunto Tsukishima al ver al pequeño escondido tras el pelinegro.
-No. No quiere hablar.
-¿Entonces? ¿De qué nos sirve?
-Mira –Señalo al bolso que el pequeño sostenía con apego.
-¿Fresas? ¿Qué con eso?
-no son vistan en esta región.
-¿Dónde las obtuviste? –Pregunto al niño quien no se digno a responder –Dime, te pagare.
-Ya lo intente. No quiere hablar.
-Mira pequeño mas te vale que… -El niño, asustado, salió corriendo antes de que pudiera terminar.
-Genial, asustaste a la única persona que te puede ayudar –Se le escucho a un despreocupado Bokuto con la boca y las manos llenas de brochetas con carne.
-¡Cállate! ¿Dónde demonios estabas? –Le replico Tsukishima.
-Fui por carne.
-Me pregunto por qué aun no te he despedido.
-Déjame al mocoso a mi –Con sonrisa triunfante salió corriendo entre la gente.
-Estoy perdido.
-Lo hará bien –Animo Akashi –confía en él.
-Joven, su comida. Mejor dicho, su desayudo.
-Lo lamento Shimada, perdí la noción del tiempo y no desayune.
-Ha leído esos libros una y otra vez –Dijo mirando la estantería –Le traeré otros mañana.
-Te lo agradecería mucho.
-Mientras tanto, este es el periódico de hoy. Todo va bien.
-Tiene que ir bien. Gracias por la comida.
-Le ruego coma antes de que se enfrié –Yamaguchi miro por la ventana, llovía aun más fuerte que la noche anterior –por favor.
-Si –Esbozo una sonrisa –Comeré de inmediato.
-Dejare la cena en la nevera. Volveré por la mañana. Cierre las ventanas o podría pescar un resfriado.
-Lo hare. Hasta mañana.
“Todo va bien. Nmm tiene que ir bien, no es como si el mundo fuese a detenerse por mí. apenas es medio día, y ya parece tarde. Demasiado triste incluso si lo digo yo. Es increíble cómo puedo sentirme tan conectado al mundo aun cuando me mantengo alejado de todos”
A veces las para sentir paz, debes rompemos ataduras. Seamos felices. “
-¿En serio eres feliz?
Se le helo la sangre.
-Responde.
La gélida voz tras su espalda, penetro sus oídos y corrió por el interior de sus huesos dejando todo su ser inmóvil.
-¿No vas a responder? Dime ¿De verdad eres feliz?
-Tsuki.
-¡Te fuiste sin decir una palabra! ¿Pensaste las cosas? ¿O solo huiste como siempre? ¡Necesitabas estar solo!… y lo entendí, todos lo entendimos. Tres días, una semana, incluso meses, y lo entenderíamos…pero, años sin saber de ti ¿Tienes idea de todo lo pasamos? ¿De lo que “yo” pase sin tener una sola noticia de ti? ¿Tienes idea de cómo me sentí?
No se contuvo, aun después de sentir sus lagrimas caer. ¿Estaba arrepentido de lo dicho? No, porque a fin de cuentas, era lo que sentía.
-No tengo nada que decir –Respondió a secas –Te puedes ir, no deberías estar aquí.
Tsukishima lo miro enmudecido. Él estaba ahí, con toda la compostura que a él le faltaba, guardando su laptop y bebiendo su tasa de café.
-Si pensaste que al venir aquí conseguirías algo, te has equivocado –Le dijo antes de darle la espalda.
-No me iré sin ti.
-Entonces nunca te irás. Porque no pienso dejar este lugar.
-¡Entonces me quedare! Me quedare contigo.
-¡¿No escuchaste lo que dije?! O mejor dicho ¡¿no entendiste?!
-¡Lo entendí perfectamente!
-¡No lo hiciste, de lo contrario no estarías diciendo estupideces!
-¡¿Estupideces?! ¿Es una estupidez querer estar a tu lado?!
-¡Lo es cuando!.. Cuando yo no quiero. Ahora largo de aquí.
-Si no es por mí, hazlo por ellos.
-¿Desde cuándo tanta consideración a los demás? Ellos están bien, lo sé.
-¿Ya nada te importa? Nunca pensé que tocarías fondo y que yo no estaría a tu lado. En algún momento dijimos que estaríamos ahí, el uno para el otro ¿no me dijiste eso? Tal vez tienes razón. Es mejor así ¿no? como pareja no habríamos funcionado. Se supone que compartiríamos todo, incluyendo el dolor.
-¿Qué quieres que te diga? ¿Vienes por una respuesta? Bien. No podría estar contigo. Ya no. Yo soy parte de su pasado y ustedes del mío. Eso es todo.
“Eso es todo” esta persona frente a mí, no es él. Lo quiero de vuelta, quiero a la persona que solía decir que todo estará bien. La persona cariñosa y tierna. La persona que a pesar de no tener voz, tantas veces se hizo escuchar y decidió su futuro, un futuro que ahora mismo está arruinado. Eso es.
-¿Tu..?
-Suficiente. Es hora de irse. –Suspiro cansado. Denotaba agotamiento total, como si una línea más fuese a quitarle el ultimo halo de vida.
Tsukishima lo miro de espaldas, bajo esa bata de dormir se contorneaban unos hombros afilados y delicados, como si fuesen a romperse con mínimo roce. Tampoco paso desapercibida esa clavícula hundida y pómulos sobresalientes. Lo estaba perdiendo por completo.
-Una vez más. Una y otra vez, volveré por ti.
El golpe de una puerta cerrándose fue su respuesta. Aun si no había sido escuchado, para él bastaba saber que la persona que amaba ahí.
-¿Y? -Pregunto uno de los detectives al ver llegar al rubio frente a ellos.
-Gracias por todo. Su trabajo termina aquí –Respondió.
-Y el tuyo empieza. Necesitaras ser más persistente que nosotros –Animo Akashi.
-Eso no es un pr…
El estrepitoso sonido de cristales rompiéndose los alarmo. Los tres entraron disparados al interior de la casa, Tsukishima, alarmado se dirigió al habitación en la cual Yamaguchi entro momento atrás.
-¡Tadashi!
Grito al verlo tirado en el piso junto a un sin número de vidrios rotos manchados de carmesí que brotaba de la piel de Tadashi.
-¡Mierda! ¡Buscare un médico! –Grito Bokuto saliendo de inmediato.
-No parece haberse golpeado la cabeza. Tsukishima, ayúdame a colocarlo sobre la cama.
El detective hiso uso de sus vastas habilidades médicas para socorrer en primer instante las heridas de Yamaguchi. En cuanto el médico llego fue tratado adecuadamente dejando varias banditas adheridas al brazo derecho, y una gasa en el dorso de esa mano.
Cuando Yamaguchi despertó, se encontró en su habitación perfectamente acomodado. Shimada estaba dormido en una silla al fondo de la habitación. Miro por toda la habitación y no vio a nadie más, una parte de él estaba desconcertado. Una cesta con relucientes fresas estaba sobre su mesa de noche, junto a ellas una tarjeta doblada.
“Ni siquiera tienes fuerza para sostener un jarra con agua. Recupera energías por que desacerté de mi no te será tan fácil”
Lagrimas cubrieron sus ojos. Por primera vez en mucho tiempo, sintió hambre.