Paso un mes desde su partida, sus lecciones eran tediosas, sin embargo las aprovecho al máximo, su tío intentaba con fervor hacerle olvidar la espada, cosa que no lograría por nada del mundo, era más fácil olvidar el amor que sentía por Yuuri que dejar la espada, sentía que era lo único que lo unía a sus hermanos, sin la espada no era nada, no le quedaba nada en esos momentos.
Empezaba a sentirse abatido, su corazón parecía estar lejos de él, ese maldito rostro no se movía de su lugar o mejor dicho no dejaba que se moviera, la esperanza aún vivía en su corazón, de improviso la lección término tenía que dirigirse al edificio donde su tío lo esperaba para ver la economía de las tierras, con intensión de salir de sus pensamientos tomo un atajo por el cobertizo, el único amigo que tenía era su caballo, su hermoso caballo blanco, Gwendal se lo regalo en su vigésimo cumpleaños, “si quieres ser un soldado, necesitas un caballo fuerte”, tenía quince minutos para ir con su tío así que sería una visita rápida, entro al cobertizo, su caballo al verlo relincho, el rubio se acercó hasta quedar frente a el.
-Hoy no vamos a salir solo he venido a verte, lo siento.
El caballo le dirigió una mirada que él asimilo como comprensiva, un soldado llega al cobertizo, cosa que Wolfram no esperaba.
-Su madre ha venido a verlo, excelencia, el rey Woltarana manda decirle que puede pasar de sus responsabilidades este día.
-Gracias, enseguida voy.
Él pensando que se había librado de la vigilancia de su tío y resulta que sabe donde está en cada momento, acaricio un rato más a su caballo, cuando sintió deseos de ver a su madre se marcho asegurándole que regresaría en cuanto tuviera oportunidad, dispuesto a ver a su madre salio del cobertizo, podía darse una idea de lo que le diría y no le gustaba mucho la idea, llego al castillo al cabo de unos quince minutos, después se dirigió al salón para invitados, su madre estaba parada enfrente de la ventana, llevaba uno de sus vestido teñidos, su largo cabello recogido en una cola de caballo.
-Aquí estoy madre.
Cecile volteo al escuchar esa voz, planeaba abrazarlo como siempre, pero se contuvo, ese chico era más maduro su voz lo delataba, ya no se escuchaba ese pequeño chillido que durante años lo identificaba, ahora era una voz tranquila, se sintió un poco cohibida por eso. Con mucha elegancia tomo asiento en uno de los sillones que había en la habitación.
-Veo que has cambiado demasiado.
-¿Crees?
-Sí, has cambiado.
-¿Pasa algo malo, madre?
-¿Por qué lo dices?
-Es raro que vengas a estas tierras.
-¡Oh! Wolf, sabes que mientras estés aquí tengo razones para venir- le dirigió una sonrisa.
-Es bueno verte.
-Wolf… sé que esto no tiene que ver conmigo, le rogué a Gwendal que me dijera el motivo de tu partida… y me sorprendió, al principio creí que Woltarana te había obligado de nuevo, pero al ver que sólo nosotros, tu familia lo sabíamos comprendí todo. Gwendal pensó que lo hacías por capricho, para obtener la atención del Maoh, pero al ver la expresión de Konrad supe que no era así, tú estás aquí para olvidar el amor que sientes por Yuuri.
-Así es.
-¿Estás seguro de esto?
-Madre, no recuerdo haber tomado decisiones tan drásticas sólo porque sí.
- Lo sé, pero no le has dicho a Yuuri lo que sientes por él.
-Cada que intentaba hablar del tema, Yuuri lo evadía o se alejaba de mí, así que decidí demostrárselo y acabo ocurriendo lo mismo.
-En el amor nada es fácil.
-Y es tan doloroso, y sabes que a mí nunca me ha gustado sufrir, y durante estos… ocho años lo he estado haciendo.
-Deberías darle una oportunidad…
-Oportunidades le he dado muchas y jamás me las pidió y nunca me las pedirá.
-Puede que tengas razón.
-¿Puede?, madre, Yuuri nunca me noto estando a su lado, ahora que estoy lejos menos lo hará y es mejor así, él sigue con su vida, yo seguiré con la mía.
-Esta decisión es algo que deben tomar los dos.
-Si ambos hubiéramos sentido amor o cariño, pero sólo yo lo sentí.
-Wolfram, no deberías de darte por vencido.
-¿Qué debería hacer entonces?, ¿seguir a su lado hasta que se case con una mujer?, no madre, yo ya no voy a hacerme falsas ilusiones, habrá alguien que me ame mujer u hombre y quiero estar listo para ello.
-Pero Yuuri…
-Pero nada, si Yuuri no se ha dado cuenta de mi ausencia en el palacio entonces no hay más que decir.
-Estás enojado.
-No, en realidad no, no puedo obligar a Yuuri a amarme, no puedo enojarme con él por eso, no es su culpa, ni es mía, yo di todo lo que podía o al menos eso creo.
-¡Oh! Wolf. –Cecile se levanto para abrazar a su hijo – Todo estará bien, mami esta contigo. -Wolfram se sonrojo por lo dicho, pero acepto gustoso el abrazo que le daba.- Estoy segura de que Konrad y Gwendal también te apoyaran.
-Ustedes jamás me dejaran solo.
-Así es Wolf, mami y tus hermanos estarán contigo siempre –Meció un poco a Wolfram, minutos después lo separo de ella para darle un delicado beso en la frente.
-¿Seguirás viajando?
-Claro que sí, mi busca por el amor aún no acaba, ¿quieres venir conmigo?
-No, gracias de todas formas.
En ese momento Woltarana ingreso a la habitación.
-Que placer verla de nuevo Cecile.
-Cuanto tiempo sin verte Woltarana.
Antes de que comenzaran a hablar de cosas que no le importaban se despidió de ambos con la excusa de una tarea pendiente, ahora que si tío estaba entretenido no iba a dejar pasar la oportunidad de estar un poco más de tiempo con su caballo.
Respiro de manera fuerte, iba a seguir adelante, por su propio bien, todo el mundo decía que era egoísta y era hora de serlo, seguiría adelante porque debía, podía y quería y esta vez, conseguiría lo que se proponía.