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POR QUE, YA ES HORA por Kaede S

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Notas del capitulo:

Los personajes pertenecen a la serie de Kyou Kara Maoh!

Aquí va otro capítulo, espero que les guste. Gracias por los review y por leer este fic.

Konrad se presentó dos meses más tarde, asegurándole que la razón de su tardanza eran las misiones impuestas por su hermano mayor, sin embargo, él culpaba al Gran Sabio, algo en su manera de actuar cuando le pidió ese favor no le gusto, y era verdad, si a Dorcas no se le hubiera salido que lo habían visitado, el Gran Sabio no le hubiera dicho nada, claro que Konrad no se lo pensaba decir.

 

-Y, ¿para qué querías verme?

 

-¿Tienes prisa?

 

-No, realmente no.

 

-Entonces, vamos a mi habitación, así podremos estar más cómodos.

 

En la habitación el rubio se retiro la capa y se sentó al borde esta, el mayor dejo su espada para poder tomar asiento al lado de su hermano.

 

-¿Ahora si me vas a decir?

 

-Cuando te fuiste, no me despertaste y no pude despedirme como se debe.

 

-Estabas muy cansado, opte por dejarte dormir.

 

-Entonces te hubieras quedado, así podrás haber pasado más tiempo contigo.

 

-Tenía que regresar al palacio, ya que no avise que andaría por acá.

 

-¿Avisaste ahora?

 

-Gwendal me dio permiso de estar tres días aquí.

 

-Que bueno.

 

-¿Cómo vas con tus lecciones?

 

-Pues, bien.

 

-No suenas muy convencido.

 

-No le digas a ese pelimorado, el profesor me duerme con sus palabras, Gunter sería un mejor profesor, al menos nos pelearíamos y saldríamos de la monotonía.

 

-Pero no estudiarías nada.

 

-He repasado estas lecciones por lo menos tres veces y te aseguro que antes de ser rey las volveré a tomar.

 

-Es lo más seguro,

 

-Mmmm…. Konrad.

 

-¿Qué pasa?

 

-Cerca de aquí hay un buen lugar para nadar, ¿quieres ir?

 

-¿Ahora?

 

-Mañana, así vamos temprano.

 

-¿Tu tío te dejará ir?

 

-Se lo comente desde que Murata vino y dijo que sí.

 

-Entonces mañana vamos.

 

Al día siguiente, fueron al lugar, iban con ropa casual, pantalones y camisas, nada más, llevaban una canasta con alimentos y bebidas y dos toallas, ya que escogieron el lugar para instalarse, se quitaron la ropa quedando únicamente con su traje de baño, Konrad tría uno azul y Wolfram uno rojo.

 

Konrad quedo embelesado al observar el cuerpo de Wolfram, a simple vista parecía delicado y pequeño, nadie creería que fuera capaz de controlar el fuego y utilizar una espada, alzo su vista hasta unos ojos verdes que lo miraban con curiosidad.

 

-¿Por qué me ves así?

 

-Porque eres hermoso, te has convertido en un muchacho muy guapo Wolfram.

 

-No digas eso, haces que me sonroje.

 

-Y eso te hace ver muy tierno.

 

Wolfram sonrió y bajo la cabeza, sabía que sus hermanos lo querían por eso, pero eso no significaba que estuviera acostumbrado a escucharlo de sus labios, además había algo en la forma en que Konrad lo decía que lo diferenciaba demasiado de Gwendal.

 

-Vamos a nadar.

 

Echo a correr para llegar al agua, pero fue interceptado por Konrad, quien lo cogió de la cintura y lo alzo, al sentir el cuerpo del mayor pegado a su espalda se sonrojo, era tan firme y suave, de improviso su hermano lo lanzó al mar.

 

-¿Qué te pasa?, ¿por qué lo hiciste?

 

-Necesitabas mojarte por completo, sólo ayude –Konrad se arrojo al agua.

 

-Ven aquí, el agua esta deliciosa.

 

Las olas estaban algo fuertes, o de momento así las sentía, estuvieron jugando en el agua hasta que les dio hambre, salieron del agua y fueron a comer, pero a Wolfram le dio frío así que se pudo la camisa de Konrad, ya que era la que estaba más cerca. Como no podían nadar, se pusieron a caminar por la arena, había veces que por las olas el agua les llegaba a los muslos.

 

-¿Y como está Greta?

 

-Preguntando por ti.

 

-¿En serio?

 

-Después de todo eres su otro padre.

 

-Era, pero ¿está bien?

 

-Sí, generalmente  es una buena niña hasta que llega Anissinia y le mete ideas en la cabeza, casi siempre Gwendal termina pagando las consecuencias de sus actos.

 

-Pobre hermano.

 

-Lo peor es cuando meten a Gunter, el consejero hace de todo con la mención de ser por o para el Maoh, así que casi siempre es el conejillo de indias.

 

-Eres el único que se salva.

 

-Bueno, tengo facilidad para negarme a hacer ciertas cosas. Mira… -Konrad se agacho para recoger algo.

 

-¿Qué es?

 

-Un caracol.

 

-¿Qué?

 

- Escucha –Konrad le acerco el caracol al oído, se escuchaba el mar, cerro sus ojos y reposo su cabeza sobre el caracol sabiendo que su hermano sostendría su peso. Los ojos de Konrad no perdían detalle alguno de la imagen que tenía enfrente, el cabello del rubio meciéndose por el viento, sus largas pestañas a la vista, su respingada nariz, su boca entreabierta, la camisa le quedaba grande, le llegaba a la mitad de los muslos, lo que darían varias personas por pasar sus manos por esas largas pierna, el traje de baño era demasiado pequeño para su gusto, si no tuviera que controlarse él mismo devoraría a ese pequeño y hermoso cuerpo, como si el mar conociera sus intensiones los cubrió con una ola alta, cuando el agua desapareció quedaron dos cuerpos,  uno encima de otro.

 

Konrad quedo encima si la vista que tenía anteriormente le hizo soñar, esta le hacía delirar, los cabellos dorados desordenados, sus ojos le miraban directamente, los finos labios cerrados, sus manos estaban sujetándose de sus brazos, la camisa parecía una segunda piel, y era blanca y como no estaban nadando sus cuerpos no estaban acostumbrados a la temperatura del mar por lo que un escalofrío recorrió el cuerpo del menor provocando que sus pezones se levantaran, por lo que podía percibirlos perfectamente, era magnifica, esa vista era magnifica, sus ojos regresaron a los de su hermano, el cual estaba sonrojado, era obvio, estaba seguro que su mirada estaba llena de deseo.

 

-¿En que piensas? –Había sentido vagar los ojos castaños por todo su cuerpo, pero su mirada no era la de siempre, sentía que era cuestión de segundos para que su hermano lo devorara por completo, al escuchar su voz lo saco de esos pensamientos.

 

-En nada –El peso de su hermano se incremento, podía sentir su pecho rozar el suyo, así como el peso incremento igual diminuyo.

 

-No se fue –Konrad sacó el caracol del lado derecho de su cabeza y sonrió como siempre, correspondió esa sonrisa, el mayor dejo el caracol en la arena, y paso esa mano sobre su mejilla derecha, era una caricia muy superficial, delineo su perfil y lo deslizo por el contorno de su rostro.

 

-Mami, aquí hay alguien, mami –Un niño correteaba alegremente a su alrededor, la señora se acercó.

 

-Anda Ephran, espero que no hayas interrumpido algo –Ante esa indirecta Wolfram como pudo se levantó.

 

-No que va, una ola nos tomo desprevenidos, eso fue todo –La señora le sonrió al joven, sin perder la oportunidad de recorrer ese cuerpo con la mirada, ese chico era demasiado sexy en ese estado, de pronto sintió una mirada asesina proveniente del otro chico, al parecer su hijo había interrumpido algo importante.

 

-Perdón por la molestia muchachos, nos vamos, Ephran discúlpate con los chicos –el chiquillo se paro delante de ellos, tomo aire y grito:

 

-LAMENTO HABER INTERRUMPIDO SU BESO, PERO EL MAR ES PÚBLICO Y NO PARA HACER ESOS ACTOS, SI NO QUIEREN QUE UN NIÑO LOS INTERRUMPA QUEDENSE EN CASA –Al escuchar semejante respuesta la madre se llevo al niño lo más rápido que pudo, dejando a los muchachos boquiabiertos y mudos por la impresión. De la nada el mayor comenzó a reí a carcajadas, poco después el rubio le siguió.

 

Cuando se les paso la euforia y los nervios, siguieron con su caminata, el rubio se perdió en sus pensamientos, el nombre del chiquillo le había gustado, Ephran Von Bielefeld, se escuchaba bien, Ephran Shibuya, no eso lo echaba a perder, el apellido de ese debilucho no encajaba con los nombre que el pensaba, con sus apellidos sonaban tan bien pero los del Maoh dejaban tanto que desear, y no quería que sus hijos llevaran nombres como Shiori, Ken o Yuuri, sus apellidos no concordaban el lo absoluto, Ephran Weller, así se escuchaba bien, Ephran Murata era desgracias al niño, pero ¿qué estaba pensando?, era un idiota, esos pensamientos le decían que el debilucho aún seguía dentro de su corazón, quería seguir adelante, de verdad quería, pero a veces parecía imposible, como si algo lo ligara a Yuuri.

 

-Wolf, ¿estas bien?

 

-Sí, sólo pensaba tonterías.

 

-¿Pensabas en Yuuri?

 

-Creo que pensaré en él por siempre, después de todo es el Maoh. Por lo menos ya no estoy llorando ¿eh?, Konrad –se percato del silencio del mayor -¿Pasa algo?

 

-Nada, sólo no me explico como te dejo ir.

 

-Si lo piensas bien, yo lo deje libre, hubiera hecho todo para hacerlo feliz, desgraciadamente, él esta aferrado a lo único que no puedo darle.

 

-Sigues pensando en él, creí que lo olvidarías.

 

-Lo haré, pero no puedo olvidar tan fácilmente siete años de mi vida.

 

-¿Aún… aún…?

 

-¿Si?

 

-¿Aún quieres nadar? –No quería deprimirlo, se lo comentaría después.

 

-Un rato no hace daño.

 

Jugaron otro rato en el mar, cuando empezaba el ocaso decidieron regresar al palacio, se secaron y se pusieron las camisas, la de Konrad estaba húmeda, lo que era un deleite para todos aquellos que pasaban a su lado, al notarlo, Wolfram se pregunto ¿cómo es que su hermano no tenía novia o novio?, ¿acaso seguiría pensando en Julia?, ya había pasado tiempo de ello, a no ser que su hermano le haya ocultado sus romances como Gwendal hacía.

 

Llegaron al castillo muy callados, Konrad no le hablaba más que con monosílabos, estaba ido, se despidieron vagamente, estaban cansados así que decidieron descansar.

 

A la mañana siguiente todo volvió a la normalidad, la sonrisa amable y la mirada cariñosa volvieron al rostro de Konrad, no sabía que le había pasado y quería saber, pero opto por quedarse con la duda, pero se alegraba por que fuera el de siempre.

 

Su tío insistió en que tomara lecciones y le dio tareas atrasadas, por lo que no pudo pasar mucho tiempo con su hermano, cuando al fin termino Konrad esta a punto de partir.

 

-Hermano mayor pequeño, espera –llegó corriendo a él.

 

Al verlo, Konrad bajo del caballo y lo recibió en sus brazos.

 

-Que bueno que te alcancé, mi tío me dio algunas tareas de más, discúlpame por no pasar más tiempo contigo.

 

-Pero el que pasamos lo disfrute mucho.

 

-Me alegra saberlo, salúdame a todos por allá.

 

-Deberías ir a verlos de vez en cuando.

 

-Cuando sea necesario, iré.

 

-Cuídate, Wolfram.

 

-Tú también –Konrad sujeto su rostro para despedirse como siempre, pero el movimiento de unas ramas hizo que por instinto el rubio moviera un poco la cabeza, provocando el roce entre sus labios, aprovechando el momento Konrad puso un poco más de presión en los labios del menor, dejando a Wolfram perplejo.

 

-Nos vemos –Konrad empezó a alejarse, su caballo iba a un buen galope, pero la presión de sus labios parecía seguir ahí.

Notas finales: Bueno, actualizando cuando se puede, no me convencio mucho este capítulo, espero que a ustedes sí, y sigan leyendo lo bueno esta por llegar. Cuídense mucho y nos leemos en la próxima actualización, bye.

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