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El Sirenito por lizerg_chan

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Notas del capitulo:

Disculpen la demora nnU

 

Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a su autor Kishimito-sama, este fic lo hice solo y únicamente como diversión

Parejas: SasuxNaru y otras

Aclaraciones: Se que ya hay un Fic basado en la Sirenita, pero me dieron ganas de hacerlo (nnU) además de que quiero terminar este Fic que originalmente era de YYH y que para ser sincera ya no me inspira para terminarlo, los diálogos de Naruto desde el capitulo 2 serán entre "" al no poder hablar.

Advertencia: Contiene Lemon, un poco de Hetero, Travestismo, UA (Universo alterno), entre otros.

Beta: Usarechan

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Capitulo 17.- Deseo

 

 

Naruto se encontraba sentado en las cercanías de unos corales, sentía que algo le faltaba, pero no tenia idea de lo que era, tan solo sentía aquel vacío en su pecho, como si algo hubiera muerto dentro de él, se sobresalto al ver unas cuantas perlas escapar de sus ojos; sus lágrimas. No era la primera vez que le sucedía sin razón aparente y estaba seguro que no seria la ultima vez.

 

-Naruto -lo llamo Marina -Con que aquí estabas -le sonrió, pero esto no le duro mucho -¿Qué te sucede? -le preguntó preocupada.

-Marina... yo... -finalmente no pudo mas y rompió en llanto.

-¿Naruto? -ahora si que la sirena estaba asustada y tan solo atinó a abrazar al menor.

-Lo siento... yo... -espasmo -No se que me pasa... yo...

-Shhh, tranquilo -le dijo tratando de consolarlo, la sirena se sentía culpable; ella, como todos los demás, sabía del por que del sufrimiento del rubio, aun así no podían hacer nada, pues Minato lo había prohibido.

-Regresemos a casa -el rubio asintió tratando de tranquilizarse.

 

Mientras tanto, Minato se encontraba en el olimpo junto a Zeus y Hera, los tres tenían una expresión seria en el rostro, aunque, en el caso de Zeus y Hera también era de molestia.

-En verdad eres un idiota, hermano -habló Hera en tono molesto -¿Acaso no te das cuenta que Naruto esta sufriendo sin necesidad?

-Naruto se recuperara -aseguró -Pronto se enamorara de otro, ya he convocado a varias criaturas marinas para que elija a alguien.

-Dudo mucho que su corazón pueda querer a alguien que no sea ese mortal -le dijo Zeus con tranquilidad.

-¡Tonterías! -exclamó el rubio -Naruto no recuerda a ese insecto y pronto se enamorara de alguien igual a él -aseguró -No se por que no lo entienden, estoy seguro que Hades si me apoyara.

-Hades piensa igual que nosotros, Minato -le dijo Hera -No entiendo tus motivos, ni que Naruto fuera el primer dios que se enamora de un mortal -habló en tono molesto mientras se cruzaba de brazos.

-¡Pero si seria el primero que dejaría su divinidad por estar con uno!

-Entonces convierte al mortal en un tritón y asunto arreglado.

-¡Eso jamás! No permitiré que un sucio mortal se convierta en un habitante del mar, ensuciaría nuestra estirpe.

-Naruto fue mortal, ¿Eso lo hace un ser sucio? -le preguntó Hera frunciendo el ceño.

-Por su puesto que no. Es y siempre será mi hijo, príncipe de los mares.

-Pues con ese mortal es lo mismo, siempre será el único amor de Naruto.

-No digas estupideces, hermana -tanto Zeus como su esposa suspiraron ¿Cómo era posible que alguien fuera tan cabeza dura?

-Hera -la aludida asintió, se levantó de su silla dándole una última mirada de reproche al rubio.

-Espero puedas hacerle entrar en razón -le dijo la diosa a su esposo antes de retirarse dejando a ambos solos.

-¿A que viene todo?

-No te comprendo, Zeus.

-Hace tan solo unos siglos no te habrías puesto tan histérico, ¿Por qué tan de repente cambiaste tu manera de pensar?

-Y te dices omnisciente, hermano -se burló Minato aunque su tono de voz aun era de molestia.

-¿Esto tiene que ver con tu pelea con mi hija por la ciudad de Atenas? -tratando de ignorar el comentario burlón de su hermano, era mejor evitar cualquier accidente.

-Por supuesto que no -gruñó molesto -Simplemente no me parece bien que nosotros nos rebajemos al nivel de simples mortales -respondió con una mueca de asco.

Zeus suspiro pesadamente, levantando las manos en ademán de haberse rendido, era imposible razonar con ese cabeza dura que era más terco que una mula, pero justo cuando se levantaba para retirarse, un nombre vino a la cabeza del dios, sonrió.

-Ganímedes -pronunció Zeus al recordar a su querido cooperó.

Minato levanto una ceja y miro a su hermano con algo de confusión en su rostro, pues el dios tan solo había murmurado el nombre como la brisa matinal.

-¡Es verdad! -exclamó para si, Zeus -Ganímedes era un mortal antes de que lo convirtiera en un dios -comento con alegría, como si hubiese dado con la solución al problema.

Pero estaba equivocado, pues Minato se cruzo de brazos, frunciendo el ceño, inflando las mejillas a modo de puchero, ciertamente, una actitud demasiado infantil.

-Una decisión demasiado estúpida debo agregar -habló el rubio ganándose el enojo de Zeus.

-¿Por qué, según tú? -le preguntó entre dientes, tratando de tranquilizarse, aunque ya comenzaba a tener un tic en el ojo derecho y una pequeña vena comenzaba a asomarse en su frente.

-Suficiente tiene Hera con saber de tus aventuras como para que tengas el descaro de traer a una te tus putas a vivir en su misma casa -concluyó.

-Te recuerdo, hermano que tú has hecho cosas peores que yo -le soltó molesto -¿Ya te has olvidado de lo que le hiciste a Demeter?

El rubio tragó en seco, como olvidarlo, aquello era de lo único de lo que el dios de los mares se arrepentía, bajó la mirada y apretó los puños con fuerza, hasta el punto de lastimarse, el rey de los dioses suspiro en tono cansado, se sentía un poco arrepentido por haber hecho al rubio recordar aquel suceso con su hermana, pues sabía que estaba arrepentido.

-Somos dioses -comenzó ha hablar para tratar de animar al rubio -Aun así lo único que nos diferencia de los humanos es nuestro poder y vidas eternas -le dijo en tono severo, aun así su vos estaba cargada de comprensión, Zeus acariciaba la cabeza de su hermano como se haría con un pequeño al que se trata de consolar -Yo hice a los mortales a nuestra imagen y semejanza, al contrario de lo que tu crees, son seres asombrosos.

-Eso no es verdad, son solo basura que...

-¡Ya basta! -gritó molesto, interrumpiendo al rubio -¡Ya deja de comportarte como un mocoso egoísta y malcriado! -gruñó -Empieza a velar por Naruto, tu hijo esta sufriendo por tu estúpido egoísmo y a ti no te interesa.

Zeus estaba realmente enojado, tanto así que sus pupilas estaban dilatadas, su pecho subía y bajaba rápidamente y la vena en su frente estaba tan grande que parecía que explotaría en cualquier momento.

-Hago esto por mi hijo.

-¡Suficiente! -dijo molesto -Si quieres arruinarle la vida a tu hijo hazlo, pero no esperes que te ayude cuando Kushina te de la golpiza que mereces -sentenció retirándose del lugar pisando el suelo con fuerza, casi marchando.

Minato suspiró, se levantó de su asiento y desapareció del lugar, más molesto de lo que había llegado.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Naruto ya estaba cansado de sentir aquella frustración que parecía carcomer su interior lentamente, es por eso que se había escapado del castillo cuando todos estuvieron dormidos para ir a la casa de Lina, quien seguramente estaría dormida, entró cual ladrón hasta llegar a la habitación donde la bruja estaba dormida.

-Lina -la llamó en voz baja, moviéndola ligeramente para que despertara.

-Mmm, ¿Naru? -dijo mas dormida que despierta -¿Qué sucede? -bostezó levantándose de la cama para quedar sentada -¿Qué haces aquí a esta hora?

-Lina, necesito tu ayuda ttebayo -le dijo con desesperación.

La bruja bostezo nuevamente, levantándose de la cama mientras se tallaba los ojos para tratar de despertar por completo.

-¿Mi ayuda? -preguntó después de unos minutos -¿Para que?

-Ya no lo soporto mas -dijo con voz decidida -Ya no aguanto este vacío que me oprime el pecho y no me deja respirar, ¡Ya no lo aguanto ttebayo!

Lina lo miro con tristeza mordiéndose el labio inferior que temblaba ligeramente, se sentía culpable, demasiado. No le parecía justo que el pequeño rubio sufriera por los prejuicios de su padre.

-Ven conmigo -habló después de un rato de silencio -Te ayudare.

 

Mientras tanto en tierra, Sasuke se encontraba sentado en el alfeizar de su ventana mirando el mar que era iluminado parcialmente por los rayos de la luna, como tantas otras noches, el azabache no podía conciliar el sueño y es que tan solo le bastaba cerrar los ojos para que aquella bella imagen apareciera en su mente atormentándolo.

-Maldición -gruño el azabache sintiéndose impotente y deprimido.

El destino había sido demasiado cruel, primero, quitándole a su querida amiga, aquella que lo conocía y entendía mejor que nadie, seguramente mejor que él mismo y como si esa pena no fuese suficiente, se le fue arrebatado lo que mas amaba, ciertamente los dioses se habían ensañado en hacerle la vida miserable.

Hecho la cabeza hacia atrás, suspiró pesadamente, su mirada estaba perdida y oscura.

"Sasuke"

Aquello lo saco de sus pensamientos, no estaba seguro si era la voz de alguien llamándolo, pues tan solo era como el susurro de la brisa marina.

"Sasuke"

Nuevamente, aquella voz se escuchó, el aludido parpadeó varias veces tratando de definir de donde venía la voz, una vez mas escuchó que lo llamaban, ahora estaba seguro que no eran imaginaciones suyas, ni tampoco era que estuviera loco.

"Sasuke"

El azabache salió de su habitación en busca de lo que le estuviera llamando, su camino inevitablemente lo llevó a la habitación de la ojigris, la cual esta exactamente como la rubia lo había dejado, incluso uno de sus uniformes se encontraba aun en una silla, blanco, tan pulcro y puro como las nubes, el cual era iluminado por los rayos de la luna que se filtraban por las cortinas semiabiertas haciéndolo resaltar aun mas.

-Debe ser mi imaginación -se dijo a si mismo agitando la cabeza.

"Sasuke", No, definitivamente esa no era su imaginación y viéndolo bien, junto a los rayos de luna, unas pequeñas esferas luminosas que parecían danzar alrededor de la silla, el azabache se talló los ojos para asegurarse de que no le fallaban pues aquellos puntos comenzaban a tomar la forma de una persona, una mujer.

-Hola Sasuke -habló el espíritu una vez se formó totalmente.

-Li... Liney... -aunque ya había visto al espíritu de su amiga con anterioridad no podía evitar sentir asombro, en especial ahora que aquel ente tenía un aura luminosa que le daba una belleza fantasmal.

La temperatura de la habitación había descendido hasta tal punto que la respiración y el aliento de Sasuke escapaban como neblina de su boca y nariz.

El fantasma de la rubia miró al azabache con infinita tristeza, se acercó a él, colocando una mano en la pálida mejilla, la cual, por alguna extraña razón era tibia, contrastando con su helada presencia.

-Oh, Sasuke, lo siento tanto -se disculpó derramando algunas lágrimas que rápidamente se cristalizaron convirtiéndose en hermosas perlas de un tono amarillo pálido -Te fallé, no fui capaz de cumplir mi promesa.

Sasuke frunció el ceño, dándole un manotazo a la rubia para que apartara su mano de su rostro, pero tan solo sintió una corriente helada al atravesar la translucida figura.

-Baka -la insultó -Ya has hecho suficiente -le dijo molesto.

-Pero es mi culpa que Naruto y tú no estén juntos, si tan solo yo hubiera matado a esa bruja cuando tuve la oportunidad -se lamentó derramando mas lágrimas.

-Deja de comportarte como una niña llorona -le dijo sintiéndose molesto por la autocompasión de la rubia que no tenía cual alguna de su desgracia -Tú no eres así, siempre fuiste una ridícula optimista que trataba de buscarle el lado bueno a todo.

Liney lo miró con infinita tristeza, aun así trato de sonreírle, besó su frente; calidos, sus labios eran tan calidos que parecían quemar.

-He venido a despedirme -habló una vez se alejó, el azabache abrió los ojos de par en par, no podía creer lo que sus oídos escuchaban, ¿Se estaba despidiendo? ¿Por qué? -Mi trabajo con Afrodita ha terminado, es momento de que me una a las ninfas de la brisa marina.

-¿De que demonios estas hablando? -le preguntó realmente confundido.

-No tiene importancia -le dijo mientras se acercaba a la ventana, sus pies ni siquiera tocaban el suelo.

-¡Espera! -le gritó -No te vayas -le pidió casi en un susurro ahogado, bajó la mirada haciendo que su cabello cubriera sus ojos.

La rubia lo miró con tristeza, de pronto, miró nuevamente a la ventana.

-Ve a la playa -le pidió mirándolo con seriedad, aun así, por primera vez su rostro mostraba una chispa de alegría.

-¿Qué? -preguntó confundido y no era para menos, desde que había llegado la mujer mostraba un semblante triste, melancólico y de pronto eso cambiaba por una chispa de alegría.

-Por favor -le rogó en tono desesperado -Hazlo como un favor especial a mi.

-Hn, no cambias -dijo desviando la mirada, fingiéndose enojado -Bien, iré a la playa.

La rubia sonrió, algo que sorprendió al azabache, pues nunca había visto tan sincera y hermosa sonrisa en el rostro de su amiga, tan llena de alegría, algo raro pues normalmente, siempre tenían un toque de melancolía o dolor.

Liney juntó sus manos, como haría un pequeño que oculta algo, al abrirlas, una hermosa mariposa azul marino que parecía tener luz propia salió de estas, revoloteando alrededor de la puerta.

-Síguela -le pidió -Ella, aunque pequeña puede darte lo que yo no pude -con esas últimas palabras, la rubia se desvaneció en una simple brisa.

 

Sasuke salió tras la mariposa que a pesar de ser pequeña volaba muy rápido; mientras corría por los pasillos, sintió una dulce brisa que parecía haber besado sus labios y acariciado su mejilla.

 

"Donde quiera que estén... los protegeré" Aquello llenó sus oídos como el susurro del viento entre las hojas de los árboles, aun así no dejaba de estar cargada de dulzura y una inmensa ternura.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

La sola sensación de saber que pronto podría llenar aquel vacío, hacía que su corazón quisiera salir de su pecho a causa de la emoción que en ese momento lo embargaba.

Toda aquella revolución de sentimientos hacía que nadara lo más rápido que podía dejando atrás a la bruja del mar de vez en cuando, lo que le hizo ganarse unos cuantos regaños cada vez que esta le daba alcance.

-Apresúrate Lina ttebayo -le pidió el rubio muy emocionado.

-Tranquilízate Naruto -le dijo la bruja en tono cansado.

-No puedo evitarlo -le respondió, su voz era una mezcla de alegría y miedo, no estaba seguro del por que, pero a medida que iban avanzado aquellos sentimientos se iban haciendo cada vez mas fuertes.

-Ya casi llegamos -habló la bruja en tono comprensivo, tal vez no podía romper su propio hechizo a causa de Minato, pero tal vez si le mostraba algún lugar en el que él y su amado hubieran estado, tal vez, solo tal vez, él recordaría.

Finalmente, después de mucho nadar, llegaron a la gruta a la que Sasuke había llevado a Naruto tiempo atrás.

 

El lugar parecía mágico, pequeñas luciérnagas revoloteaban por el lugar proporcionando una tenue luz que hacía que los matices del coral lucieran aun mas hermosos.

-Este... lugar... -una serie de imágenes comenzaron a bombardear el cerebro de Naruto, una hermosa sonrisa, unos ojos negros, una voz masculina y sensual que llenaban todos sus sentidos volviéndolo loco, escuchó su propia voz gimiendo de placer y llamando un nombre, Sasuke... Sasuke.

Finalmente no pudo mas, soltó un grito de dolor que hizo eco en la gruta y llenando los alrededores.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Sasuke iba unos pasos atrás de la mariposa, su corazón latía muy rápido, no tanto por el hecho de estar corriendo, más bien era por la sensación de que muy pronto tendría ese alivio que tanto necesitaba.

Algo lo hizo detenerse, un grito, si, estaba seguro que era eso, aunque solo lo escuchó por unos momentos pero no logró definir de donde venía aquello. Para su sorpresa, la pequeña mariposa lo condujo hasta la gruta, desapareciendo en el mismo instante que entro, más el azabache no se movió, por alguna razón se había quedado paralizado, su respiración era pesada y sudaba frío.

-"Entra... no tengas miedo" -aquella voz sonaba en su cabeza, insistiendo más y más para que entrara, cerró los ojos y respiró profundamente aun sin decidirse a entrar o no, no es que tuviera miedo, no, pero debía ser precavido, podría ser una trampa.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Dentro de la gruta, Naruto ya se había calmado, estaba sentado en la orilla, junto a Lina, ambos callados. El rubio tenía algo entre las manos, un pequeño frasco que la bruja le acababa de dar.

-¿Esto me convertirá en humano? -le preguntó aun sin entender por que su amiga quería que se volviera un mortal.

-Podría decirse que si -le respondió -Es solo una poción, puede darte un par de piernas, pero solo si estas cerca del agua, si llegaras a alejarte de esta, tus piernas regresarían a ser una cola.

-¿Pero por que me lo das ttebayo? -le preguntó nuevamente mirando su cola mientras la movía, jamás se le había ocurrido dejar su querido mar para ir a la superficie, ¿Por qué razón? El mar era mucho más hermoso que la tierra.

-¿Recuerdas tu primera vez en la superficie? -el rubio negó suavemente.

-Me golpeé muy fuerte la cabeza, no recuerdo nada de lo que vi ttebayo -Lina suspiró maldiciendo internamente a Minato, si ella pudiera ya lo habría convertido en algún animal diminuto.

-Vamos afuera y disfrutemos de lo que queda de la noche -le dijo -Disfrutemos de la brisa del mar y de la calidez de la tierra.

Naruto la miró extrañado, parecía que Lina conocía mucho del mundo de la tierra, tenía un extraño brillo en sus ojos, no podía estar del todo seguro pero parecía una mezcla de tristeza y alegría.

-Lina... -la llamó un poco inseguro de lo que le preguntaría -¿Tú alguna vez estuviste con los humanos? -la bruja le sonrió con melancolía.

-Si, fue hace unas cuantas décadas -la sirena levantó la vista al techo de la gruta -Su nombre era Liam -aquel nombre se le hizo muy familiar al rubio, lo conocía, ¿Pero de donde? -Era marinero y un humano muy extraño -sonrío tiernamente -Ni siquiera se inmuto al ver a una sirena con aspecto de tiburón -le comentó -Nos hicimos amigos y con el tiempo... nos enamoramos.

-¿Qué paso con él? -el rostro de Lina se volvió sombrío y una solitaria lágrima convertida en una perla gris callo al suelo.

-Minato se enteró y me ordenó dejarlo o lo mataría -le respondió con cierto rencor en su voz.

-¿Por qué mi padre haría eso ttebayo? -preguntó confundido.

-Minato odia a los humanos -le respondió con el ceño fruncido -Cree que son simples basuras que no están al nivel de ser como nosotros -la mujer guardó silencio unos momentos para luego cerrar los ojos y suspirar pesadamente -Naruto, ¿Recuerdas el deseo que le pediste a tu padre en tu cumpleaños.

-Si -le respondió en tono serio -Le pedí enamorarme ttebayo -el rubio bajo la cabeza, por alguna razón aquello le hizo sentir un tirón en el corazón.

-¿Y no lo has encontrado? -el rubio negó con la cabeza -¿No has pensado que tu persona predestinada no este bajo las aguas sino... sobre ellas?

Naruto levanto la mirada para ver a la bruja a los ojos, ella le sonrió tiernamente.

-Toma la poción -le dijo mirándolo dulcemente, como solo una madre podría ser capaz de mirar, con una ternura y un amor que no tiene fin.

El ojiazul la miró durativo, no sabia que hacer, por un lado, tenía miedo, el miedo que cualquiera sentiría a lo desconocido, por otro lado tenía tantos deseos de conocer el mundo de la superficie, sin importar que no pudiera alejarse mucho del agua, le sonrió a su amiga, lo haría, después de todo no tenía nada que perder.

-Esta bien, Lina -habló finalmente -Iré contigo ttebayo.

La bruja le sonrió enigmáticamente, ya sabía que afuera, el azabache acababa de llegar y parecía no tener intenciones de entrar.

-Bébelo -le dijo señalando la botella -Esta poción te convertirá en humano hasta el alba, no te alejes a mas de tres metros del agua o tus piernas regresaran a ser una cola, recuérdalo, por favor.

-Si -el rubio miro el contenido de la pequeña botella, cerró los ojos y suspiró para darse valor, lentamente llevó la botella a sus labios y bebió el contenido hasta la ultima gota.

 

Una luz cubrió el cuerpo del rubio e iluminó la gruta por completo, cegando al azabache que se encontraba afuera, al desaparecer, pudo ver a Naruto quien llevaba puesto una toga blanca y a su lado, Lina quien estaba usando un vestido sencillo de color blanco.

 

Las miradas de ambos se encontraron, zafiros y ébano mirándose con intensidad. El azabache abrió la boca pero ningún sonido salio de ella, todo él estaba en shock, por otro lado el rubio sentía como si tuviera mariposas en el estomago, sus corazones latían muy fuerte.

Sasuke fue el primero en dar el primer paso, pero al hacerlo, Naruto retrocedió colocándose al lado de su amiga quien veía la escena con una sonrisa divertida en los labios.

-Lina... -la llamó el rubio, se sentía extraño, como si estuviera en una especie de deja vu, sentía que conocía a ese humano que con tan solo verlo sentía que sus sentimientos estaban en el ápice del delirio.

-Es un placer verle nuevamente, príncipe Sasuke -lo saludo la bruja, el aludido tan solo asintió con la cabeza, pues toda su atención estaba en el rubio -Naruto -lo llamó tomando su mano y la del azabache para hacer que ambos se tocaran.

Aquel simple toque, fue como una descarga que recorrió la columna del inmortal, la piel de ese humano era tan suave y tibia, quería sentar más, por alguna razón tenía la desesperada necesidad de probar esos labios, sentir esos fuertes brazos rodeando su cuerpo, sentir todo su ser...

-Príncipe Sasuke -lo llamó nuevamente la bruja -¿Podría llevar a Naruto a dar un paseo por la playa? -el aludido asintió aun perdido en sus pensamientos -No se alejen demasiado del agua y regresen antes de que los primeros rayos de sol aparezcan.

Ambos asintieron retirándose del lugar, moviéndose más por inercia que por otra cosa.

Lina sonrió al verlos alejarse, sabía que ambos tenían mucho que arreglar, solo esperaba que el azabache fuera capaz de romper su hechizo y hacer que el príncipe de los mares recuperara su memoria., suspiró pesadamente, solo rogaba por que Minato no se enterara.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Naruto estaba sonrojado, dejándose llevar por la calidez que en ese momento lo envolvía al sentir el contacto de su piel con la del azabache.

-Príncipe... -lo llamó un poco cohibido, sorprendiéndose a si mismo.

-Sasuke -le dijo sin mirarlo para evitar que se diera cuenta de su sonrojo, su voz era mas hermosa de lo que se hubiera imaginado.

-Sasuke -lo llamó nuevamente -¿A dónde me llevas ttebayo?

El Uchiha sonrió mordaz, tenía tantos deseos de besarlo y hacerlo suyo como la última vez, tomarlo en sus brazos y no dejarlo ir nunca más.

-Ya veras, dobe -le respondió.

-¡No me digas así, Sasuke-teme! -le gritó molesto, el aludido no pudo evitar sonreír de medio lado, con prepotencia.

 

Ahora ambos caminaban a la par, de pronto, el rubio perdió el equilibro siendo sostenido por el azabache quien lo atrajo en un abrazo, finalmente ya no pudo mas y lo beso tan apasionadamente, tan intensamente como podía, quería transmitirle sus sentimientos a través del simple contacto de sus labios, deseaba que supiera cuanto le amaba.

Al sentir aquel contacto, el rubio no fue capaz de resistirse, internamente él también lo deseaba y mucho más de lo que pudiera imaginarse.

-Te amo... -murmuró Sasuke después del beso, lo que sorprendió al rubio pero aun así no pudo evitar sonreír.

-Yo también -dijo inconcientemente, Lina tenía razón, su persona predestinada no estaba bajo las aguas sino sobre ellas.

Pero a pesar de la alegría que le regocijaba no pudo evitar pensar en su padre, sabía por Lina que él no gustaba de los humanos, pero no le importaba, estaba dispuesto a pelear por lo que quería y amaba.

-Sasuke... yo, tengo que regresar -le dijo con melancolía -Ya casi amanece.

-No te dejare ir, dobe -le dijo Sasuke en tono serio, secretamente temía que si lo dejaba ir lo perdería esta vez, para siempre.

-Volveré mañana -le dijo con una hermosa sonrisa en los labios -Tengo que hablar con mi padre y decirle que mi lugar esta contigo ttebayo.

Aun cuando Naruto no había recuperado la memoria sabía en su corazón que amaba a Sasuke y por raro que parezca, sabía que sus sentimientos eran correspondidos y eso le daba fuerzas para enfrentarse a su padre.

-Mas te vale que regreses usuratonkachi -le dijo en tono serio, el rubio sonrió nuevamente asintiendo con la cabeza.

-Lo prometo ttebayo.

-Espero que cumplas tu promesa dobe.

-Yo siempre cumplo mis promesas dattebayo -le aseguró en tono ofendido.

Sasuke suspiró y asintió, lo acompañó de regreso al mar e incluso, entró con él, importándole poco que sus ropas o botas se dañaran a causa del agua salada.

Se besaron nuevamente, entrelazando sus cuerpos en un abrazo, mientras los primeros rayos de sol tocaban sus cuerpos, transformando las piernas del rubio en una cola.

-Nos veremos aquí al anochecer ttebayo -le dijo sonriéndole zorrunamente, el azabache asintió, manteniendo su semblante serio, aunque por dentro sentía que moría.

Salio del agua minutos después de que el rubio se fuera, pero ni bien había dado unos cuantos pasos fuera del agua cuando se topo con Lina quien aun poseía su forma humana, aunque algunos rasgos de su verdadera forma ya eran visibles, al verlo, la bruja le sonrió tiernamente, mostrándole sus afilados dientes de tiburón.

-¿Cuál es el precio por verlo de nuevo? -le preguntó seriamente, secamente, aunque no pudo evitar que sus ojos dejaran ver un brillo de esperanza.

La bruja le dedico una mirada comprensiva, acariciando el rostro del más joven como lo haría una madre.

-Hay cosas que la magia no puede conceder pues el precio a pagar seria demasiado alto -habló en tono dulce -Tal vez Naruto no te recuerda del todo, pero sabe que te ama y que su lugar esta a contigo -aseguró -Ya luchaste por él, ahora es su turno de luchar por ti y demostrarse a si mismo que es digno de ti.

-Dime la forma para convertirme en una criatura marina -le exigió prestando oídos sordos a lo que la bruja le decía.

-No puedo concederte eso -le respondió suspirando tristemente.

-¿Por qué no? -le preguntó molesto -¿Es que acaso mi deseo es poca cosa para ti? -sasuke comenzaba a pensar en la posibilidad de acabar con esa bruja, aunque sabia que eso era imposible.

-No, claro que no, príncipe -le aseguró -Cualquier deseo que provenga del corazón es muy valioso, pero no puedo convertirlo en tritón.

-¿Por qué no? -preguntó nuevamente comenzando a enfurecerse.

-Por que Minato, el dios de los mares te mataría tan solo acercarte a su palacio -le respondió en tono serio -Odia a los humanos y te aseguro que te daría el peor castigo por atreverte a "mancillar" la pureza de nuestra especie -las ultimas palabras fueron dichas con sarcasmo.

-No me importa -le respondió molesto.

-Confía en Naruto -le dijo en tono tranquilo -Él es el único que podría convencer a su padre, solo ten confianza en él -le dijo comenzando a caminar hacia el mar.

Sasuke se mantuvo en su lugar sin dignarse a mirar a la bruja cuando esta desapareció entre las olas.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Mientras tanto, en el castillo del dios de los mares, la familia real se encontraba sentada a la mesa para disfrutar del desayuno, aunque aun no comenzaban, pues esperaban al miembro mas joven, Naruto, pero no paso mucho tiempo cuando el menor hizo su aparición con una hermosa sonrisa en los labios, besó a su madre y hermanas en la mejilla, a cada una y sonrió a su padre.

-¡Buenos días a todos ttebayo! -exclamó con esa enorme sonrisa aun dibujada en sus labios.

-¡Buenos días! -saludaron sus hermanas, al unísono, aunque la turbación era visible en las tres sirenas.

-Es bueno ver que te levantes con ánimos -mencionó su padre, también con una enorme sonrisa, por lo visto el "pequeño problema" se había solucionado por si solo.

-¡Si! -respondió alegremente comenzando a comer su desayuno, para alegría de sus dos progenitores y hermanas.

-Eso es bueno -habló la reina sonriendo -Seguramente tu salida a media noche tiene mucho que ver -comentó haciendo que su hijo se atragantara mirándola asombrado, mientras que Minato miraba al menor con una ceja levanta.

Kushina sonrió divertida al ver las reacciones de su esposo e hijo, no hacia falta decir que ella sabía de la "pequeña" salida nocturna de su hijo.

-¿Conociste a alguien interesante? -preguntó sonriendo haciendo que el menor se sonrojara, oh si, definitivamente la mujer lo sabía, el aludido tan solo asintió cohibido.

-¿Y como se conocieron? -preguntó Minato, internamente feliz de que su hijo regresara a ser el mismo de siempre.

-Lina me lo presento ttebayo -respondió sonriendo nerviosamente con una mano en la nuca y ligeramente sonrojado.

-¿Lina? -repitió el rey de los mares visiblemente enojado.

-¡Queremos conocerla! -exclamaron las princesas.

-Esto... yo... no es una ella... es un él ttebayo -habló Naruto aun cohibido.

Minato suspiro pesadamente, por lo visto tendría que olvidarse de tener nietos, al menos por parte de su hijo, pero por lo menos tenia la esperanza de que no se tratara de ese humano, que equivocado estaba.

-Espero nos lo presentes pronto, hermanito -le dijo Ariadna emocionada.

-Eh... si -respondió sudando una enorme gota.

El desayuno trascurrió entre risas y bromas, cuando este hubo acabado, la pelirroja pidió a sus hijos dejarla sola con el rubio mayor.

-Es bueno ver que Naruto ya se ha recuperado -comentó Minato.

-Querido, quiero que me prometas algo -habló la pelirroja en tono serio.

-¿Qué cosa?

-Que sea quien sea la persona que escogió nuestro hijo, la respetaras.

-Siempre que no sea ese mortal...

-Dije sea quien sea -recalcó su esposa mirándolo con furia, el rubio tragó duro, ni el seria tan terco como para ir y contradecir a la pelirroja.

-Lo que digas querida -respondió sudando gotita, dando su brazo a torcer, como siempre que se trataba de la mujer.

-Bien -sonrió complacida.

Mientras Minato y Kushina continuaban hablando, Naruto estaba que se comía hasta las paredes de lo nervioso que estaba, sabía que debía hablar con su padre y decirle la verdad, pero también sabía, gracias a su amiga Lina que los mortales no era del agrado del dios, sin embargo debía intentarlo, nunca se había dado por vencido antes y no iba a comenzar ahora.

-¡Hermanito! -exclamaron las tres sirenas a la vez, rodeando al pobre rubio como si se tratara de un pequeño pececito y ellas unos tiburones hambrientos -Cuéntanos, cuéntanos, ¿Quién es él? -preguntaron al unísono.

-¿Es guapo? -preguntó Marina.

-¿Tiene algún hermano? -preguntó Circe con ojos en forma de corazón.

-¿Sabe quien es papá? -preguntó Areana.

-¿Qué pregunta? -habló Circe en tono de regaño -Es obvio que sabe de papá, todas las criaturas marinas lo conocen -aquel comentario hizo que a Naruto le saliera un aura depresiva.

-¿Qué te sucede Naru? -le preguntó la mayor en tono preocupado.

-No es una criatura marina -respondió sonriendo nerviosamente.

-¿A no? -preguntaron las tres al unísono en tono confundido.

-¿Entonces? -pregunto Marina en tono inocente.

-Ay no -habló Areana cubriéndose la boca -Es un humano -el rubio asintió sonrojado.

-¿No será...? -intentó preguntar Circe antes de que la mayor de los príncipes le cubriera la boca sonriendo nerviosamente al igual que Marina.

Naruto las miró sin entender, ocasionando que las sonrisas mostraran aun más nerviosismo.

-¿Qué les sucede ttebayo? -les preguntó confundido.

-No sucede nada, je je je -respondió Marina muy nerviosa.

-Mira la hora -habló Areana sin quitar la mano de la boca de su hermana -Tenemos que irnos -dijo saliendo del lugar a toda velocidad llevándose consigo a Marina y Circe dejando al rubio con un enorme gotero en la cabeza.

-Naruto -lo llamó una voz masculina a su espalda.

-Padre.

-Me parece que tú y yo tenemos una platica pendiente -habló el dios en tono serio.

-Eh, ¿Sobre que? -preguntó sonriendo nerviosamente.

-Sobre "el chico" que esa bruja te presentó -dijo con enojo al recordar a Lina.

Naruto se quedo callado. Tragó grueso, ¿Cómo iniciar? ¿Cómo decirle a su padre que estaba enamorado de un mortal sin que este se desquiciara?

-¿Es una criatura marina? -preguntó comenzando a desesperase, el rubio negó con la cabeza ligeramente -¿Es algún dios? -otra negativa -¿Entonces? -el tic en el ojo del dios ya amenazaba con hacerse permanente -¿Es un... mortal? -por fin un asentimiento.

-Su nombre es Sasuke, lo conocí ayer -le respondió, fue entonces que Minato se dio cuenta que Naruto no recordaba nada de lo que había pasado, tan solo unos días atrás, aun así ese sentimiento no había desaparecido, si no todo lo contrario -Se cumplió mi deseo ttebayo -dijo emocionado.

-Me da gusto... -habló Minato entre dientes.

-¿No estas enojado ttebayo? -preguntó confundido, pues se esperaba que le gritara o por lo menos comenzara a jalarse el cabello.

-Por supuesto que no esta molesto, querido -le respondió Kushina quien acababa de llegar -Es mas, tu padre quiere conocerlo -sonrió.

-¿Quiero? -preguntó el aludido en tono confundido.

-Quieres -repitió la pelirroja mirando a su esposo con furia.

Naruto sudo una enorme gota, sentía pena por su padre, pues cuando su madre se enojaba era peor que un huracán, era por eso que muchos mortales creían que era Kushina y no Minato quien expresaba su furia con tormentas.

-Bien, en ese caso ordenare que se prepare un sequito real -habló Kushina en tono feliz -Naru, dile a tus hermanas que las quiero listas en media hora y tu también, debes verte muy guapo para ver a ese chico.

Kushina se retiró del lugar dejando a los dos rubios mudos de la impresión, definitivamente quien llevaba las riendas era sin duda la pelirroja.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Mientras tanto, Sasuke se encontraba en compañía de su hermano, como ya se le había hecho costumbre, el azabache se encontraba sentado en el alfeizar de la ventana mirando en dirección del mar, estaba ansioso de que anocheciera para poder encontrarse con su querido rubio.

Itachi miraba al menor, cuestionándose si era prudente o no, hablar con él.

-Escúpelo de una maldita vez -gruñó Sasuke, ya cansado de tener que soportar la mirada de su hermano sobre él.

-Es... nuestra madre -Itachi habló despacio, tratando de escoger sus palabras con cuidado.

-¿Qué le sucede? -preguntó sin apartar la mirada del océano ni un solo segundo, Itachi suspiró pesadamente.

-Esta buscándote una nueva prometida -aquello fue suficiente para que Sasuke se dignara a mirar al mayor.

-¿Qué? -preguntó con la voz cargada de furia.

-Cree que es lo mejor para ti.

-Ella no tiene ni idea de lo que es bueno para mí -dijo con veneno.

Sasuke se levanto del alfeizar, le dedicó una mirada de furia a su hermano antes de salir de la habitación azotando la puerta.

-Creo que este va a ser un largo día -se dijo a si mismo con voz cansada mientras se sobaba la cien a causa de la jaqueca que comenzaba a sentir.

 

Itachi no era el único que tenía problemas, Fugaku, su padre se encontraba discutiendo fuertemente con Mikoto. Ella esta segura que al casar a su hijo con alguna princesa, este olvidaría del hijo del dios de los mares.

-No te entrometas más en la vida de Sasuke, Mikoto -le pidió Fugaku, ya cansado de aquella discusión.

-Yo solo quiero que mi hijo se olvide de ese "amor" que solo lo lastima -se defendió la mujer -¡Tú deberías de preocuparte más por Sasuke! -chilló la mujer. Fugaku se sobo la cien a acusa de la jaqueca de lo embargaba en ese momento.

-Entiendo tu punto, pero obligarlo a casarse con una total y completa desconocida fue el problema en un principio -habló tratando de sonar tranquilo -Eso solo seria tropezar con la misma piedra.

Mikoto miró a su esposo con coraje, tenía deseos de abofetearlo, de gritarle. ¿Cómo es que podía estar tan tranquilo cuando su hijo estaba sufriendo por un amor no correspondido?

-Hnm, lamento interrumpir su discusión marital, pero sinceramente ya me han aburrido -habló un hombre. Un joven de cabello castaño, ojos lila, vestía una toga corta, tenía puesto un sombrero de ala ancha, sus sandalias tenían pequeñas alas, en su mano izquierda tenia un caduceo y un bolso grande de cuero.

-¡He-Hermes! -exclamo el gobernante dejándose caer de espaldas por la impresión.

-Los mortales deberían ser más originales -mencionó en tono aburrido.

-¿A que debemos el honor de estar frente el mensajero de los dioses? -preguntó Mikoto, bajando la mirada en señal de respeto.

-Les traigo un mensaje de Kushina, esposa y reina del dios de los mares -le respondió buscando en su bolso, saco un pergamino -Aquí tienen, suerte -comentó desvaneciéndose en el aire como una ligera brisa de verano.

La pareja se había quedado de una pieza y era comprensible, no todos los días recibes la visita del mensajero de los dioses. El primero en reaccionar fue Fugaku, tomo el pergamino, ostentando el sello del dios de los mares, lo abrió despacio, sus manos temblaban a causa del nerviosismo.

-¿Qué es lo que dice? -preguntó preocupada al ver a su esposo completamente blanco.

-Dice que el dios de los mares y su familia vendrán al atardecer -respondió.

-¿Qué? -pronuncio incrédula -¿A dónde vas?

-A preparar todo -le respondió -Debemos recibir a nuestros dioses como se merecen -con esas últimas palabras salio de la habitación.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Naruto estaba muy nervioso, le preocupaba lo que su padre le pudiera hacer a Sasuke o a su familia, por otro lado, la excitación de verlo nuevamente era tan grande que se sentía desesperado. Quería llegar y quería hacerlo, ¡Ya!

-¡Que emoción! -exclamó Marina dando un pequeño saltito en su asiento -¡Ya quiero llegar y conocer a nuestro cuñado! -mencionó en tono alegre.

-¡Yo también! -la apoyó Circe.

-No pareces muy contento, Minato -habló Lina divertida por la actitud del rubio. El aludido tan solo le dedico una mirada de odio puro, maldiciendo por lo bajo el hecho de haber permitido que la bruja los acompañara, lo menos que necesitaba en ese momento eran los sarcasmos y las sonrisa burlonas de la ojigris.

-Lina, ¿Crees que esos mortales no se asustaran con nosotros? -le preguntó Ariadna con tono preocupado.

-Quizás solo reciban una fuerte impresión -respondió la buja sonriendo nerviosa -Aunque con la cara que "su majestad" muestra esa cara de pocos amigos, es posible que se asusten -comentó en tono burlón.

-Oh, Minato no esta molesto -habló Kushina quien parecía ser la mas feliz del grupo, incluso mas que el propio Naruto -¿Cierto querido? -le preguntó dedicándole una mirada enigmática.

-Por su puesto que no -respondió Minato entre dientes.

 

El sequito real comenzó a emerger a la superficie, faltaba muy poco para llegar a la orilla, al hacerlo fueron sorprendidos por el sonido de una orquesta y de fuegos artificiales que les daban la bienvenida.

-¡Que bello! -exclamó Marina al ver los fuegos artificiales -¡Siempre me han encantado!

-¡Igual nosotras! -exclamaron sus hermanas al unísono, lo que en cierta forma fue un duro golpe para su padre, pues no esperaba que a sus hijas les gustaran las cosas de los mortales.

Al fin llegaron al puerto, donde fueron recibidos por la pareja real en persona, y el pueblo entero. Algunos marinos, cantaban alabanzas para su dios, otros, principalmente mujeres y ancianos, lloraban de la enorme felicidad que en ese momento sentían.

-¡Sean bienvenidos! -habló el rey  haciendo una reverencia en el momento que Minato piso tierra, transformando su cola en piernas. Miro a su esposa por sobre su hombro y esta asintió con una sonrisa, hizo un extraño ademán con las manos ocasionando que el cuerpo de sus hijos y el suyo propio, brillaran ligeramente, al desaparecer la luz, tenían piernas en vez de colas, las princesas y su madre lucían vestidos largos y escotados de tela ligera, mientras Naruto usaba un pantalón negro y una camisa de manga larga, algo holgada.

-¿Dónde esta el príncipe Sasuke? -preguntó la bruja, quien también había tomado la forma de una humana, aunque conservando aun algunos rasgos de su naturaleza.

-¿Dónde esta? -esta vez fue Minato el que preguntó, aunque sobra decir que el tono empleado no fue para nada amistoso.

-Lo sentimos mi señor, pero Sasuke... -Mikoto comenzó a hablar, aunque fue rápidamente interrumpida por el dios.

-¡Esto es inaudito! -vocifero el dios escandalizado, haciendo que los mortales presentes retrocedieran unos cuantos pasos -¡Exijo que ese insensato mortal venga en este momento! -golpeo su tridente contra el suelo, ocasionando que algunos rayos escaparan de este, asustando aun mas a los pobres humanos.

-No será necesario -habló Kushina en tono tranquilo, sonriéndole a los presentes -Supongo que no quiso venir por una razón -comentó -Bueno, si Zeus no va al Olimpo, el Olimpo deberá ir a Zeus -dijo juntando la punta de los dedos a la altura de la barbilla -¿Cierto querido? -preguntó mirándolo sin dejar de sonreír con dulzura.

-Eh... si -respondió el aludido ya calmado. Esa sonrisa era todo menos dulce.

-¿Pueden llevarnos con él? -habló nuevamente la pelirroja en tono dulce.

-Cla-claro -respondió Mikoto, no sabía a quien temía mas, si al dios o a su esposa.

-Disculpe mi impertinencia, mis señores -habló Fugaku haciendo una reverencia -¿Por qué buscan a mi hijo?

-Ustedes al igual que nosotros, saben que nuestros dos hijos se aman -respondió Kushina en tono tranquilo ocasionando que el rubio desviara la mirada con un ligero sonrojo en el rostro.

-Con todo respeto mi señora, pero mi hijo es solo un simple mortal -habló Mikoto -No es digno de ustedes.

-Si el amor es ciego, no distingue entre mortales o dioses, haciendo que los que se enamoran comentan cualquier locura en el nombre de la persona que aman -dijo Lina tranquilamente -Y ellos dos lo han probado en más de una forma.

Los presentes no pudieron estar mas de acuerdo con las palabras de la bruja del mar.

-Quiero ver a Sasuke ttebayo -habló Naruto -Por favor -la pareja real le sonrió.

-Acompáñennos sus ilustrísimas.

 

 

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Itachi y Sasuke estaban discutiendo, pues Sasuke se había negado a recibir a sus invitados, creyendo erróneamente que se trataba de alguna de alguna de esas arpías con las que su madre deseaba que se desposara.

-Aunque así fuera es una falta de respeto no recibirla... -intento razonar el mayor.

-Ya estoy cansado de esta estúpida discusión, Itachi -le cortó el menor -No me importa esa niña estúpida, ni ninguna otra.

-Eso es bueno y espero que le seas fiel a mi hijo o me encargare que tu estancia en el Hades sea de todo menos placentera -aquella voz sobresalto a los dos hermanos.

-¡Cuñado! -pronunciaron las tres princesas antes de lanzarse contra el pobre azabache quien termino en el suelo bajo el peso de las tres sirenas -¡Eres tan guapo! -chillaron las tres.

-Niñas, niñas, no hagan eso que dejaran a su hermano viudo antes de la boda -comentó Kushina entre divertida y emocionada.

-¡Pero es tan lindo! -exclamaron las tres mientras restregaban sus rostros contra un azabache aun en estado de shock.

-¡Ya déjenlo ttebayo! -les gritó Naruto molesto.

-¡Esta bien! -respondieron las tres quitándose de encima del confundido azabache.

-Es mejor que los dejemos solos -habló Lina.

-Tienes razón -la apoyo Kushina.

-Yo prefiero quedarme -menciono Minato cruzándose de brazos y recargándose en el marco de la puerta mientras miraba al Uchiha menor con cara de pocos amigos.

-¡Claro que no!, nuestro hijo necesita privacidad -pronuncio la reina de los mares con enojo.

-Eh, ¿Qué les parece si vamos a tomar un poco de té a la terraza? -sugirió Itachi tan confundido como su hermano.

-Me parece maravilloso, ¿A ti no querido? -le preguntó Kushina a Minato.

-Claro... -respondió con un tic en el ojo izquierdo -Genial.

-Entonces vamos, Naruto, los dejamos solos -comentó la pelirroja mientras se llevaba arrastras a su marido seguido de sus hijas, la bruja y los Uchiha.

Paso un minuto antes de que Sasuke pudiera reaccionar, miro al rubio aun sin creer que quien tenía frente era el verdadero y no una ilusión.

-Sasuke... -murmuró Naruto con una sonrisa en los labios -Te dije que volvería ttebayo -el aludido no pudo evitar sonreír, pero esta vez su sonrisa distaba mucho de contener la arrogancia o prepotencia de siempre.

-Dobe -murmuró sin poder ocultar su alegría.

-¡Ya te dije que no me digas dobe, teme! -le gritó el ojiazul molesto, pero ni bien había comenzado su rabieta cuando unos labios sellaron los suyos en un beso.

El beso pasó de ser tierno a apasionado, sus lenguas luchaban en una deliciosa batalla para tomar el control, carisias ardientes que demandaban sentir más el uno del otro, de llenar aquel vacío en sus corazones. Ambos lo sabían, se necesitaban para sentirse completos, dos almas rotas que habían estado buscando a esa parte faltante, finalmente después de mucho tiempo y tanto sufrimiento se habían encontrado y lo único que querían era estar juntos para siempre.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

-¿Naruto no recodará lo que sucedió antes? -preguntó Itachi con un dejo de preocupación.

-Los recuerdos de Naruto mientras estuvo entre ustedes fueron el pago del príncipe Sasuke por salvarlo, esos recuerdos jamás regresaran -le respondió la bruja -Sin embargo, su amor no ha cambiado, al contrario... se ha intensificado.

-Es una pena -murmuró Mikoto con melancolía.

-¡Dejen ya esas caras largas! -exclamó Kushina -¡Hay que planear la boda inmediatamente!

-¡Si! -la apoyaron sus hijas.

-¡Hay que comenzar con los preparativos! -exclamaron las tres sirenas.

-Es demasiado pronto para pensar en boda -mencionó Minato apunto de entrar en un colapso nervioso.

-¡Tonterías¡ ya han esperado suficiente para estar juntos.

-¿Cuándo desean que se lleve acabo la boda? -preguntó Fugaku.

-Esta misma tarde -respondió la pelirroja.

-¡¿Esta tarde?! -exclamaron los tres Uchiha.

-¡Pero mi señora es muy poco tiempo! -chilló Fugaku.

-Por eso no se preocupen -habló Lina con tranquilidad -Yo puedo ayudarlos -los Uchiha la miraron con una ceja levantada -Es mi regalo para la futura pareja -sonrió -Solo necesito un poco de... orientación.

-Yo la ayudare con gusto -dijo Itachi.

-En ese caso nosotras distraeremos a nuestro hermano y cuñado -mencionó Marina.

-Esto no es una fiesta sorpresa -la regañó Circe -¡Mejor nos encargaremos de la música!

-¡Es buena idea! -la apoyó Areana -¡Andando! -exclamó, las tres se levantaron y salieron casi volando de la habitación.

-Creo que tienen mucha energía -mencionó Mikoto sudando una enorme gota, Kushina dejo escapar una risilla.

-Y no las han visto aun -comentó.

-Príncipe Itachi -lo llamó Lina -Es mejor que nos pongamos en marcha, mientras mas rápido terminemos mejor.

 

Los preparativos de bodas comenzaron casi al instante, los cuales pasaron desapercibidos para Sasuke y Naruto quienes se encontraban dando un paseo, tratando de recuperar el tiempo perdido, mientras caminaban por el pueblo, los aldeanos alababan al rubio como un dios. Ya era tarde cuando regresaron al palacio y ni bien habían puesto un pie dentro, cuando fueron casi secuestrados, el azabache por su hermano que prácticamente se lo llevo a rastras y el rubio por parte de sus hermanas.

-¡Te vez tan lindo! -chillaron las tres hermanas al ver a su hermano ya con su traje blanco, su cabeza estaba adornada con una pequeña corona de oro y perlas.

-¿Qué significa esto? -preguntó confundido el rubio.

-Que tontito eres, hermanito -habló circe -Te estamos preparando para tu boda.

-¡¿Qué?! -gritó escandalizado -¿Están bromeando?

-¿Es que no quieres casarte con ese adonis? -preguntó Marina -Bueno si no lo quieres...

-¡Claro que si! -gritó con los ojos cerrados -Pero... ¿Una boda? ¿Papá lo sabe?

-Claro que lo sabe, tontito -le respondió Ariadna haciendo un movimiento con su mano, restándole importancia -Así que andando, que ese hermoso ejemplar no te esperara por siempre.

El rubio se sonrojo dejándose arrastrar nuevamente por sus hermanas quienes lo llevaron, esta vez a la orilla del mar. El lugar estaba decorado bellamente, había sillas cuidadosamente ordenadas, todas ya ocupadas por los invitados, frente a ellos había un hermoso altar de color blanco y ahí, estaba Sasuke vestido con un traje negro junto a el estaba sus padres y hermano.

-Vayan a sentarse -les ordenó la gruesa voz de Minato a sus hijas.

-¡Si! -respondieron las tres al unísono antes de irse a sentar junto a su madre.

-¿Padre?

-Admito que esto no me agrada -habló el mayor en tono molesto para luego suspirar pesadamente -Pero si esto te hace feliz debo respetarlo -Naruto lo miró sorprendido, para luego entrecerrar los ojos.

-¿Mi madre te obligo? -Minato sudó una enorme gota y volteo al lado contrario.

-Comencemos de una maldita vez -gruñó comenzando a caminar por el pasillo con su hijo del brazo, al llegar al altar le dedicó una mirada de odio a su futuro yerno.

-Recuerda lo que te dije, pequeño e insignificante mortal -le dijo molesto.

El azabache sonrió con prepotencia y asintió tomando la mano del rubio entre sus pálidas manos.

Todos guardaron silencio a los pocos segundos, Zeus hizo su aparición junto con los demás dioses quienes no podían perderse la gran ocasión.

-Dioses, mortales -comenzó a hablar Hera -Estamos aquí reunidos para unir a esta pareja en sagrado matrimonio... Sasuke, ¿Aceptas al príncipe de los mares para amarlo y respetarlo por el resto de tus días mortales y aun mas allá?

-Acepto -respondió.

-Naruto, ¿Aceptas a este mortal, aun renunciando a tu divinidad hasta el final de tu existencia?

-Acepto ttebayo -respondió el rubio sonriendo.

-Bien, por el poder conferido en mi... por mi -dijo sonriendo -Los declaro casados y lo que los dioses han unido hoy, no lo separe nadie -agregó -Pueden besarse.

Sasuke miro a Naruto, tomo su rostro y lo beso apasionadamente. Los aplausos y festejos se dejaron escuchar, felices de la unión que en ese momento se había formado.

El baile y banquete que prosiguió a la boda fue también algo que nadie olvidaría. Ya caída la noche cuando la joven pareja subió al barco que los llevaría a su luna de miel, Naruto se despidió de sus hermanas quienes lloraban de felicidad.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Lina se encontraba sentada en la orilla de un acantilado por donde podía ver como el barco que llevaba a la joven pareja se alejaba en el horizonte.

-Lina... -la llamó minato.

-¿Qué sucede? -le preguntó sin dignarse a mirarlo

-Hable con Hades y esta dispuesto a revivir a esa chica mortal, la convertiré en una de nosotros -Lina lo miró y le sonrió.

-Gracias, pero... el tiempo de Liney termino y su lugar ahora es estar entre las ninfas del viento, cuidando de las personas que ama -Minato suspiró.

-Lo extrañare -dijo después de un rato de silencio.

-Cuando mueran, ambos regresaran a ti -un nuevo silencio se formo alrededor de ambos.

-En algunos cuantos siglos mas, los mortales se olvidaran de los dioses -dijo -Tal y como nosotros lo hicimos con nuestros padres, los titanes... pero, quizás la historia del hijo mas joven del mar enamorado de un mortal dure incluso al final de los días.

La bruja sonrío, no podía estar mas de acuerdo, estaba segura que aquella historia viviría para siempre.

 

 

Fin

 

 

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Lizerg-chan: ¡Yatta! ¡Terminamos!

Youko Saiyo: Tal vez la ultima parte esta un poquito apresurada, pero los finales no son lo nuestro

Lizerg-chan: Bueno, de cualquier manera espero les guste n-n

 

 

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Dedicado a mi beta y a todas las que han seguido mis fic.

 


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