Quizás las personalidades de los personajes estén un poco cambiadas pero es solo para darle mayor fluidez a la historia- Tatsuha + Ryuichi
“Cuando sigues tus sueños no importa lo que piensan los otros: Importa la alegría de tu corazón” (Maktub)
Este fic esta dedicado a todas las personas que hacen grande mi pequeña existencia ^^
Shinsetsu
Capitulo único
Nieva
Cada copo de nieve cubre las aceras y el césped, las azoteas de los edificios aledaños a este departamento y todo lo que esta a su alcance.
El frío se puede sentir en el aire; mis manos están congeladas y siento escalofríos tan solo al caminar un poco, aunque la calefacción entibie la sala y el cuarto, no es suficiente para mantener un calor agradable.
Mas mis pensamientos no se dirigen a mi incomodidad, ni al frío que tengo, ni siquiera al hambre luego de pasar un día sin comer por culpa del instituto y el trabajo de medio tiempo.
Mis pensamientos están contigo, en tu propio bienestar y en tu propia salud.
Me paseo de lado a lado en el ventanal, nervioso por si estarás abrigado o no, o si vendrás caminando como muchas veces acostumbras...
Y lo sé, sé que muchas personas piensan que no soy capaz de velar por ti y que mis intenciones contigo eran solo meterte a la cama una o dos veces y así deshacerme fácilmente de ti, pero la verdad nunca me ha importado lo que puedan pensar de mi.
Como así tampoco me importo que en un principio hasta tú lo pensaras y que nuestra relación fingiera normalidad mientras te preguntabas una y otra vez si mis palabras eran ciertas y cuando tomaría mis cosas y me marcharía.
Nada me importo más que demostrarte como era y lo que sentía realmente.
Vuelvo a la realidad cuando mi vista se topa con una cabellera castaña que se mueve entre la nieve.
Sonrío sin notarlo cuando comienzas a construir un muñeco de nieve con ayuda de Kumagoro aunque este ultimo no te sea de mucha ayuda y estoy seguro que es eso lo que ahora mismo le reclamas.
Observo tu rostro molesto y cuando este se vuelve tan solo concentración al volver a tu tarea. Tus cabellos castaños se mecen frente a tus ojos y molesto los corres para que no estorben en tu tarea.
Desvías tu vista hasta la ventana y sonríes infantilmente saludándome con una mano alzada y no es hasta este momento que noto la poca ropa que te cubre.
Lo más rápido que puedo tomo una chaqueta y bajo por las escaleras del edificio hasta estar a un lado tuyo.
-Ryu – chan vamos arriba- Me miras confundido esperando algún tipo de explicación y no puedo menos que dártela - Si sigues aquí enfermaras.
-Are? –llevas un dedo a tu mejilla de forma pensativa para luego continuar con el muñeco de nieve- estaremos bien, verdad Kuma?
-Ryuichi.. pescaras una gripe
-No, no, no, no, no
-Si....
-No, no, no y 390943.094.398.498.210 veces no!
-Pero...
-No, no, no, tengo algo importante que hacer aquí- Me desconcentra tu respuesta y aunque me encante tu actitud refunfuñada y verte decidido no puedo dejar de ser firme.
-Ryuichi vamos dentro.- Me observas de forma dolida y vuelves tu vista a la nieve.
-No quiero subir!
-Esa es tu ultima palabra?
-Si
Observo la determinación en tu rostro por lo que me doy la media vuelta sin siquiera dejarte la chaqueta que tome para ti.
Subo hasta el departamento molesto cerrando la puerta de un golpe fuerte.
¿Que puede ser tan importante como para quedarse allí abajo en la nieve?
Pasan los minutos mientras en mi cabeza no deja de dar vueltas esa pregunta.. y es que simplemente no puede entenderlo.
Camino hasta el ventanal para volver a observarte y noto como sigues empecinado en tu tarea... suspiro al reconocer que no podré separarte de tu capricho.
Será mejor que prepare algo de comer para ti.
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Dos horas han pasado y sigues en el mismo lugar.
Durante este tiempo te he estado vigilando constantemente pero es ahora cuando comienzas a mostrarte cansado. Tus ojos se entrecierran y tus mejillas están sonrojadas... ¿que como lo sé? ... te he admirado por mas de diez años y he asistido a todos los conciertos que has dado en Japón, ¿crees que no aprendí a apreciarte a pesar de la distancia.
Sujeto nuevamente la chaqueta que tome para ti y salgo del departamento sin importarme esta vez tus berrinches, vendrás conmigo como que mi nombre es Tatsuha Uesugi.
Todo es como lo suponía; se siente más frío que hace unas horas y los copos de nieve golpean con más fuerza.
-Ryuchi... –murmuró al estar a tu lado. Tú solo me miras sonriente, sin decir nada.
De igual manera te tomo entre mis brazos, cubriéndote inmediatamente del frío, llevándote a través de todo el edificio al departamento y dejando de lado tus delirios de que me acerque a la ventana.
Un gemido sale de tus labios al sentir el calor de la cama en tu cuerpo medio desnudo, y mis manos “frías” en tu frente.
-Tat chan.. estas helado nanoda...
-No, tú estas caliente Ryuichi- me observas con ojitos llorosos a modo de disculpa pero sigo impasible como hace un rato- te advertí que enfermarías si te quedabas allí.
-Demo
-Y lo dije mas de una vez no?
-Hai... demo!-
-Y eres tan irresponsable! No cuidas de tu propia salud aun cuando eres mayor que yo.. pareciera que nada mas te importara deberías ser mas razonable Ryuichi.. pero insistes en tratar de enfermar!... cielos - Me miras dolido como si esa no fuera la verdad pero no dejo que digas palabra, salgo del cuarto dejándote solo en el. Me siento molesto de tu irresponsabilidad y de tus caprichos.
Indignado de que cierta forma no cuides de ti... porque si tu faltaras...
Si faltaras...
Pero aunque mi molestia sea grande no dejare que enfermes más. Busco lo necesario para bajarte la fiebre y sirvo un poco del estofado que te he preparado.
Camino con pasos lentos hasta tu encuentro cuando tu voz entrecortada llega hasta mis oídos. Me acerco a la puerta y te veo sentado sobre la cama con Kumagoro en tus piernas.
-Yo solo.. quería demostrarle que también le quiero.. eso esta mal Kuma chan? Yo sé que el todavía no me cree, que piensa que es un sustituto nada mas, y yo se que hay veces que me mira como un Dios que es inalcanzable.. y estoy tan cansado de eso –Retiras de tus ojos azules algunas de las lágrimas que se agolpaban en ellos- Yo sé que a él le es suficiente un te quiero pero.. yo le quiero demostrar cuanto le quiero.. y no es justo que el no lo crea... pensé que si.. que si hacia le un muñeco de nieve como cuando le vi la primera vez...- Dejo las cosas para ti en la mesita de centro que encuentro en mi camino y veo por la ventana el muñeco de nieve que tiene la forma de un hombre... un hombre que soy yo a los 16 años, cubierto de un abrigo si uno pone mucha imaginación a la nieve que la simula... mas mis ojos se llenan de lagrimas emocionadas cuando leo bajo el muñeco las palabras que te dije cuando nos vimos y que me sorprende no han sido borradas por la nieve:
“No importa si eres un sueño o algo inalcanzable.. para mi lo eres todo”
Comprendo ahora porque insistías tanto en quedarte abajo y que viera la ventana.. entonces.. si prestabas atención a mis palabras.. si entendías lo que querías decir...
No quito la sonrisa de mi rostro cuando vuelvo dando grandes zancadas a la habitación, ni cuando me miras interrogante, ni cuando te abrazo fuerte.. ni siquiera cuando me pides un explicación.
-Tat chan... ya no estas enfadado? –Niego manteniendo la sonrisa calma en mis labios
-No puedo estarlo..con quien para mi significa todo....- Me miras con una sonrisa en los labios comprendiendo a lo que me refiero, cerrando los ojitos, cansado por culpa de la fiebre. Me acomodo de tal forma que duermas cerca a mi cubriéndonos, mañana podremos hablar.
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Despierto al sentir como algo se mueve con insistencia, pero todo mi cuerpo se siente cansado y lo ultimo que quiero hacer es levantarme de la cama.
Algo frío se posa en mi frente acariciándola con cuidado invitándome a ver que es aunque sea un momento, encontrándome con un par de ojos azules preocupados.
-Tat chan! Estas volando en fiebre! Te quedaras en cama hoy vale? Y nada de levantarse–me dices sonriéndome de forma adulta cuidándome como aun niño y explicándole porque no podrá salir a jugar –Yo ya estoy bien solo fue un resfrío temporal.- Respondes ante la mirada analizadora de la que eres presa.
Insisto en levantarme de la cama pero una de tus manos se posa en mi pecho impidiéndomelo.
-¿Acaso no quieres que te cuide? –Preguntas con una sonrisa aniñada cerrándome un ojo con picardía y no puedo menos que asentir volviendo a mi lugar seguro de que harás lo que sea por verme bien.
Seguro de que sientes lo mismo que yo siento por ti...
No importa lo que piensen de mi, ni lo que piensen de ti,...Solo importa la alegría de nuestro corazón.
Owari