Memorias perdidas.
Año 2020. Ha ocurrido un increíble avance en la tecnología durante los últimos años, los humanos han logrado crear y perfeccionar robots capaces de asemejarlo en aspecto y superarlo en capacidades, androides y cyborgs que hace tan solo 7 años parecían solo historias de ciencia ficción.
Más toda tecnología es un alma de doble filo.
Alrededor del mundo han surgido científicos que se descaminaron del propósito inicial y han creado increíbles pero destructivos monstruos robóticos para lograr objetivos egoístas. A pesar de que la humanidad ha tratado de cambiar es un hecho irreversible que siempre existirá el juego del policía y del ladrón por lo que también han surgido muchas instituciones destinadas a crear robots para el bien, que ayudan a las personas y arreglan el desastre de los que no hayan sido programados para el bien.
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Frieden, es un poblado a la cima de unas hermosas colinas es una ciudad tranquila donde tan solo al llegar puedes dejar atrás todo el caos del mundo exterior. O al menos así lo es cuando el Doc. Aber tiene controlado al Doc. Groll para que no cree algún androide caótico que traiga destrucción a la ciudad. Ambos estudiaron en la misma academia y eran formidables científicos pero uno prefería ayudar a los demás con sus creaciones mientras que el otro tiene el empeño de crear armas potentes para probarlas con los inocentes ciudadanos. A veces las cosas se salen fuera de control entre ambos científicos por lo que ya todos están acostumbrados a de vez en cuando tener que cerrar los locales más temprano y volar a casa rápido para evitar quedar en medio de los enfrentamientos.
Hoy sin embargo el desastre no se está creando en la ciudad, si no en la base del Doc. Groll a las afueras del sur la ciudad donde una de sus creaciones ha tenido una reacción inesperada y está volando todo lo que consiga a su paso. Las alarmas suenan sin parar y todos los robots del Doc. Groll tienen órdenes de detener al causante de todo, el cual es una creación totalmente nueva en el laboratorio porque es el primer cyborg que ha creado el Doctor a partir del cerebro y nervios de un joven que no le estaba yendo nada bien en su vida. El científico pensó en ayudarlo a dejar de sufrir (Muy contrariamente a lo que suele hacer) y a cambio obtener el primer soldado cyborg a su mando.
Todo habría salido bien en su plan de no ser por haber olvidado el importante detalle de discutirlo con el chico antes de someterlo a el procedimiento, el cual tan pronto recobro la conciencia entró en pánico al ver su nuevo cuerpo y ahora destruía todo el lugar.
-¡No puedo creer que ese estúpido muchacho este destruyendo mi preciada base! ¡Deténganlo antes de que llegue a los pisos superiores!- Exclamaba el terco científico desde su seguro bunquer del laboratorio.
No soportaba que una de sus propias creaciones (Aunque esta no fuera 100% obra suya) Destruyera su amado laboratorio. Tan pronto como pensaba esto, una de sus pantallas indicó la llegada de un mensaje.
- ¡Señor, el cyborg está llegando a las compuertas del ala este, lo tratamos de detener pero nos está manteniendo al margen con su láser!- Anuncio uno de sus androides más confiables, Endo, desde una de las pantallas de reporte.
- ¡Pero si solo es un laser de bajo pulso! ¡Deténganlo antes de que llegue a salir de la base! Y no te atrevas a volver a contactarme si no es para decirme que lo tienen sometido a ese malvado engendro.- Vociferó inclemente el Doc. Groll a la pantalla.
-Si señor.- Fue la única respuesta firme de Endo al cerrar la comunicación.
Endo era uno de los androides más desarrollados del Doc. Groll. Tenía el aspecto de un joven de 20 años de 1.78 m de altura con una contextura firme, cabello cobrizo abundante y ordenado, con unos ojos de intenso color miel que ocultaban un software estratégico por excelencia. Su cuerpo superaba por creces las habilidades humanas y sus armas eran unas potentes hojas cargadas de energía que surgían principalmente de sus brazos (Aunque solo él y el Doc. Groll saben la cantidad total de hojillas punzantes que tiene alojadas en su interior) Capaces de, si era necesario, lanzar energía concentrada en forma de potentes proyectiles.
Más todas estas habilidades no le eran suficientes para hacerle frente a la más reciente creación del Doc. Groll. El cyborg tenía sentidos muy sensibles y en su brazo derecho un potente laser que disparaba a la más mínima provocación volviendo escombro todo lo que Endo y sus subordinados usaba para cubrirse.
Aunque el doctor conservo su aspecto físico de joven de 19 años, alto de cuerpo fino pero no débil y con un cabello de negro azabache y ojos achocolatados, el chico despertó en el peor momento cuando se estaban realizando las pruebas con el laser de su brazo y al ver el cambio tan atroz en su cuerpo entró en un bloqueo de pánico y ahora estaba en un trance del que no lograban sacarle.
Endo y los androides de menor rango trataron de calmarlo creyendo que como era en parte humano bastaría algunas palabras para hacerlo reaccionar pero hace un buen trecho cambiaron la estrategia a tratar de no ser rostizados por el laser de su brazo.
-¡No podemos seguir retrocediendo! Tenemos que distraerlo de alguna forma… ¡Contacten a los androides del laboratorio! Deben saber alguna forma de detenerlo.- Ordenó Endo a dos androides que de inmediato fueron a cumplir la misión.
Se estaban cubriendo detrás de una de las gruesas columnas que aún seguían en pie. La base era de pasillos muy anchos y pulcros de color blanco con algunos cuadros de color cromo que almacenaban desde pantallas a armas o algún tipo de instrumento tecnológico. Para buena suerte de los androides esa era la única ala de la base que aún conservaba las columnas que les estaban sirviendo de escudo y que el Doc. Groll consideraba estorbos.
Debían apresurarse porque el cyborg ya había llegado casi al final del pasillo de salida de la base, donde solo una resistente compuerta los separaba del exterior.
-¡Señor Endo hemos contactado con los androides del laboratorio, quieren hablar con usted!- Informó uno de los androides rápidamente mientras que le aventaba a Endo la pequeña pantalla de comunicación. Del otro lado de la pantalla las cosas no se veían nada bien, lo que siempre fue un laboratorio pulcro y un claro ejemplo de organización ahora parecía ser el lugar de prueba de una bomba nuclear.
Endo sintió un poco de lastima por los otros androides que eran compañeros muy cercanos de él, porque así es, a pesar de ser un androide 100% sintético en alguna de las tantas actualizaciones que tuvo desarrollo emociones similares a las del ser humano que mantuvo ocultas del Doc. Groll por temor de ser considerado inservible… Y no era el único, como lo era el caso del androide que le hablaba a través de la pantalla en ese momento, Stifen.
-¿Como van por alla? Nosotros apenas y nos estamos recuperando de las daños de esa pequeña máquina de lasers... – Suspiró el androide de cristalinos ojos azul celeste mientras que se apartaba los largos mechones de cabello blanco que caian rebeldemente por su cara.
-No muy bien... ¡Agh!- Se quejó Endo al mismo tiempo que un certero disparo creaba una explosion y le daba por completo a la columna que no soportaria mucho mas.
-¿No sabes alguna forma de detenerlo? Con quitarle el laser soy feliz.- Endo trataba de disimular su preocupacion pero no le salia muy bien, a veces odiaba tener todas esas emociones.
-Bueno como es un laser de bajo pulso se me ocurre una idea... pero debes estar dispuesto a arriesgar un poco tus tornillos-
-Lo que sea, dime cual es tu plan.-
Mientras Stifen le decia el plan a Endo, su cara fue de la sorpresa a la preocupacion para terminar con una mueca de resignacion... No seria nada facil a pesar de como lo pintaba el cientifico al otro lado de la pantalla.
-No debes hacerlo si no te sientes seguro.- Le dijo finalmente Stifen con preocupación al ver como el rostro de Endo se endurecia dejando de mostrar emocion alguna.
-Lo hare.- Concluyo el pelirojo.
-¡ESPERA END...!- Grito Stifen pero no fue escuchado porque Endo cerró la comunicacion y salió a toda velocidad del resguardo de la columna.
El cyborg tan pronto detecto su accion empezo a cargar en su brazo un laser que se veia mucho mas potente que todos los demas que habia cargado hasta ahora. Endo por su lado afirmo sus pies en el suelo y rapidamente alinió sus brazos de los que sacó cinco hojas de gran tamaño sin cargarlas de energia, formando un cono reflector listo para reflejar el impacto de regreso al brazo derecho de su atacante.
-Hasta aquí llegaste pequeño cyborg.-
Tan pronto se disparó el laser se escucho un estruendo que retumbo por toda la colina y una luz cegadora surgió de la base hacia el exterior.
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Dos androides que volaban por cerca de la base se detuvieron abruptamente.
-¿¡Haz visto eso!? Tremon algo realmente malo esta ocurriendo en la base de ese doctor chiflado.- Gritó la chica androide de baja altura, de cabellos largos y dorados con ojos esmeralda mientras veia con preocupacion la enorme explosion.
-No nos podemos quedar con los brazos cruzados Haley, el Doc. Aber nos envió a ver porque había tanto jaleo por acá y ahora no nos podemos ir sin saber.- Exclamo el androide castaño de ojos ambar mientras se dirigía al lugar de la explosion ignorando que era una de las entradas a la base de sus enemigos.
- ¡Es-esperame Tremon!-
Al llegar al lugar de la explosión se quedaron atónitos. El humo que se iba despejando dejó ver un enorme agujero en la pared de la base del que se podia seguir una estela de destruccion en el piso que salia de la base y se prolongaba unos cuantos metros. Los androides del Doc. Aber escanearon en lugar y se acercaron al final de la estela a inspeccionar. Encontraron a un chico pálido de cabello oscuro inconciente y muy lastimado en el suelo.
-¿Qué crees que haya pasado?-
-No lo sé pero es primera vez que vemos a ese androide, debe ser una nueva creación...- Medito Tremon mientras escaneaba rapidamente al joven del suelo, luego volteó a ver a la base para hacer un escaneo en busca de cualquier amenaza.
- Parece que la exploción los tomo por sorpresa tambien a ellos...-
-Tremon... No es un androide, es un cyborg.-
-¿¡Qué!?.-
-Tiene el sistema nervioso de un humano, aunque todo lo demas es robotica.-
Tremon volvio a escanear al joven que Haley recostaba en sus brazos con mucho cuidado y en efecto, era un cyborg. Como creaciones del Doc. Aber tenian un sistema que les permitia tener emociones y estaban programados para ser en extremo cuidadosos y atentos con cualquier ser vivo, en especial con los humanos. Tan pronto encajó las piezas Tremon tuvo que contener la irá que se formó rápidamente en su interior.
-¡Malvado Doc. Groll! ¡No te era suficiente atormentar a la ciudad con destruccion así que preferiste torturar a este chico!.- Rugio hacia la base, sin detenerse a pensar si era escuchado o no.
-Tremon tenemos que sacarlo de aquí, no estamos seguros.- Haley tambien estaba molesta pero tenia mas cordura en este tipo de situaciones que su el castaño.
-Vamos rápido a la base.-
Tan pronto terminada la frase ambos androides partieron hacia el sur llevando con sumo cuidado al muchacho y dirigiendose a la base del Doc. Aber. Su prioridad en ese momento era ponerlo a salvo, luego decidirian que hacer.
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Dentro de la base el humo finalmente estaba dejando ver los estragos que eran tales que ni siquiera las alarmas se molestaban en informar de los daños. Todos los androides que se encontraban en el lugar tuvieron un error provocado por la intensidad de la luz que soportaron sus sensores opticos y recien es que estaban recuperando la persepccion de su alrededor.
Habia un silencio sepultral que fue llenandose lentamente de los reportes de cada androide comprobando si seguian o no en una sola pieza. Hasta que se escucharon pasos a gran velocidad que se acercaban del interior de la base. Se trataba de Stifen que venia a toda velocidad para ver lo que habia ocurrido.
-No puedo creer que ese idiota no me dejo terminar de hablar ¡Espero que esté bien!- Pensó Stifen mientras se acercaba cada vez mas al final del pasillo donde ocurrió la explosion y casi se quedó sin habla al ver como quedó el lugar.
Las paredes estaban cubiertas por un hollin negro y todo estaba destruido, todo coronado con un enorme agujero en la muy resistente compuerta de la salida este de la base. En menos de dos segundos Stifen hizo los calculos preliminares, envió un reporte al Doctor (Odiaba esos protocolos pero debia hacerlos) y de inmediato buscó con desesperacion entre los escombros, encontrando pronto a su compañero.
Endo estaba inconciente a varios metros del lugar de impacto. Tenia todo el cuerpo en grave estado, pero en especial los brazos que quedaron casi destruidos dejando a la vista muchas de sus hojas cortantes, algunas totalmente destruidas a pesar de ser de un material con resistencia formidable.
-¡Mira como haz terminado!.- Exclamaba con sumo dolor el peliblanco mientras lo inspeccionaba de cerca sin dejar de sentir una intensa punzada de culpa agobiandolo.
Pero tuvo que detener lo que hacia al detectar todo el batallon que se acercaba, encabezado por nada menos que por el Doctor Groll en persona, un hombre bajo ya bastante entrado en edad con poco pero alborotado cabello canoso y un visor especial que siempre llevaba que le permitia mejorar su vision pero que no escondia el hecho de que no se veia para nada complacido. De inmediato Stifen supo que lo que se avecinaba eran problemas.
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Continuará