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I hate you por vickytoya

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Notas del capitulo:

Es la primera vez que escribo algo y nació después de ver videos de Youtube con ellos como protagonistas xP (seamos realistas, Leo sonríe más con Ken que con los demás, obviemos a Lay de EXO xP).

Espero que les guste ^^

I hate you

Te había tocado manejar en esa ocasión, N iba a tu lado cumpliendo su papel de copiloto, mientras que los demás chicos habían tomado el lugar habitual en los asientos de esa camioneta familiar. Leo en el asiento de hasta atrás con Ravi de acompañante, te gustaría tenerlo a tu lado en el exacto lugar en el que se encuentra N pero después te dices que está mejor así ya que cuando miras por el retrovisor puedes verlo sin despertar sospechas de nadie más.

Justo en ese momento volteas a verlo, la cabeza echada hacia atrás mostrando el cuello que has recorrido un par de veces con tus labios mientras de los suyos salen gemidos excitantes que te llevan a querer más, a querer todo de él. Suspiras y diriges tu vista hacia el frente, pero cuando vuelves a espejear el chico tiene clavados sus ojos en ti, el maquillaje aún en su rostro y cuando sabe que lo estás viendo te da un esbozo de sonrisa.

No puedes evitarlo y le sonríes de vuelta, sus ojos pequeños y la boca curvada suavemente hacia arriba son lo mejor que puedes ver en tu vida.

N te está hablando, obligándote a apartar la mirada y la sonrisa de Leo, lo escuchas y le contestas con una broma, algo típico de ti e inmediatamente regresas tu vista al camino. No falta mucho para que lleguen al departamento y sabes que en cuanto pongas un pie ahí, Leo y tú van a excusarse para poder estar solos, probablemente digas algo como que ambos son vocalistas principales y que están planeando algo nuevo y en parte tal vez eso sea cierto.

Te estacionas fuera de los dormitorios que han sido establecidos para ustedes y esperas a que salgan todos para salir tú también.

La razón por la que Leo se sienta atrás es porque así puedes verlo mejor y además es el último en salir, así que generalmente se dan miradas de comprensión, como una promesa a que lo mejor está por venir. Leo tocó tu hombro antes de salir y volvió a sonreírte.

Agradecías que casi no sonriera en público porque entonces reservabas todo lo que su sonrisa pudiera significar para ti, asentiste con la cabeza y lo viste salir del vehículo para seguirlo unos segundos después. Activaste la alarma de éste y caminaste junto a N mientras lo abrazabas por los hombros.

Leo hizo un mohín a tu lado, tú no lo viste pero si lo hubieras hecho probablemente habrías soltado a N para ir hacia él.

–Hyung –llamaste la atención del líder mientras mirabas de reojo a Leo–, debo ir al salón de prácticas con Leo, ya sabes, intentamos crear algo nuevo–comentaste y le guiñaste un ojo. Si alguien sabía de su relación, ese era N; ninguno de los demás lo sabía, aunque probablemente se lo figuraran.

El líder asintió con la cabeza captando el sentido de tu oración y tomaste a Leo del brazo, él lo quitó haciendo cara de disgusto y tú sonreíste. Siempre lo hacía, así que te limitaste a tomar su hombro y caminar detrás de él con cautela.

Cuando llegaron ahí volteaste a verlo y te lanzaste a sus brazos en un abrazo protector, lo querías, lo querías como no habías querido a nadie y en estos momentos agradecías haber aceptado ser un cantante a seguir con tu novia.

Aún recordabas cuando fue que todo empezó a seguir su rumbo–. Fue en Japón–dijiste y Leo asintió. Sonreíste, pues eso era lo que más te gustaba de su relación, se entendían sin muchas palabras, tal como era Leo, un chico de pocas palabras.

–Fue cuando conté lo que pasó en Japón, yo esperaba que rebatieras, que dijeras que eso no había pasado, pero te dedicaste a explicar por qué había pasado–. Su voz suave como la seda te acarició y ésta vez te tocó asentir a ti.

Así que ahí había sido cuando él se había enamorado de ti, jamás te había hablado sobre eso, pero te imaginabas que esa había sido una de las razones.

–Tú me abrazaste esa noche cuándo te dije que estaba asustado y me susurraste que todo estaría bien, fue cuando deje de pensar que dabas miedo. No eres una mala persona.

Te miró y rodó los ojos–, no puedo creer que lo pensaras.

Sonreíste–todos lo pensamos alguna vez–. Dijiste y él te agarró posesivamente de la cintura antes de empezar a besarte con fuerza. Sus manos viajaban sin reparos por debajo de tu playera, consiguiendo erizar cada palmo de piel que tocaba, se concentraba en besar tu cuello y presionar con el pulgar y el índice tus tetillas, gemiste y él se presionó más contra ti buscando rozar sus miembros de manera delicada.

Terminaste sacándote la playera por tu cuenta al notar que tu piel quemaba y Leo no hacía nada para remediarlo más que seguir tocándola. Bajó sus manos con suavidad y desabrochó tu pantalón para empezar a bajarlo, lo dejó en tus rodillas junto con tus boxers mientras recorría tu abdomen con sus labios. Te apoyaste en una de las paredes sintiendo el conocido cosquilleo invadir tu pelvis mientras Leo avanzaba lentamente hacia tu miembro.

Primero lo tomó entre sus manos bombeando con suavidad antes de introducirlo en su boca para empezar a darte uno de los más grandes placeres de tu vida. Tomaste sus cabellos ahora largos para guiarlo al ritmo correcto que te hacía enloquecer, cuando te sentiste a punto tiraste de su cabello nuevamente, llevando su boca hacia la tuya para poder hundirse en un beso feroz.

Recordabas la primera vez que se presentó ante ti con las extensiones, se sentía incómodo y eso hacía que tú también te sintieras así, ahora las agradecías porque mientras jalabas su cabello podías ver en su cara el deseo y el dolor mezclándose. Sí, probablemente le estabas haciendo daño, ¿pero quién podía saberlo si no se quejaba? Tiraste con más fuerza despegando sus labios de los tuyos, dejando expuesto su cuello, Leo gimió en una mezcla de dolor y placer mientras mordisqueabas con suavidad sus clavículas.

“Nada de marcas” te repetías constantemente en tu cabeza, una sola de ellas y todo podría irse al mismísimo demonio porque empezarían a sospechar de Leo, tú serías el culpable y por supuesto, tú no querías eso. Bajaste el cierre que te haría deshacerte de la parte de arriba de su atuendo, agradeciendo ese tipo de vestuario para las promociones, resultaban ser bastante cómodos y hacían resaltar la belleza de Leo.

Sin que te dieras cuenta el muchacho se había ido deshaciendo de tus caricias para dejarte de frente contra la pared, tomó uno de tus brazos y lo colocó en la puerta para que lo usaras como soporte mientras que con su otra mano desabrochaba el zipper de su pantalón. No se molestó en deshacerse de él, simplemente bajó un poco los boxers y sin preparación aparente embistió contra tu cuerpo, llenándote de una sola estocada.

Gemiste por el dolor y te arqueaste hacia a él descansando tu cabeza en su hombro, ibas a vengarte de eso más tarde.

–Lo siento–se disculpó con su voz suave, iniciando un vaivén delicado para que poco a poco te fueras acostumbrando. Apretó con una de sus manos una de tus tetillas nuevamente mientras que la otra quedaba en tu cadera, ayudándote a llevar el ritmo.

Quitaste su mano de tu pecho y lo guiaste poco a poco hacia tu miembro mientras gemías prácticamente en su oreja, mordiste su mandíbula mientras sentías como las embestidas se iban haciendo más rápidas, sus gemidos se mezclaban en ese pequeño cuarto, haciéndolos sonar más intensos  y excitantes.

Tu mano y la suya trabajando en tu miembro dándote placer mientras él te embiste, estás en la gloria, bombeas un poco más y sientes el clímax crecer en tu interior.

–Aún no–, susurra y aprieta tu miembro para que no puedas correrte, gruñes de impotencia y empiezas a moverte contra su cuerpo, Leo gime pero hace acopio de todo su autocontrol para no dejarse llevar por lo que estás haciendo. En un último intento contraes tu entrada y notas que has acertado, se queja, pero la presión en tu miembro disminuye.

Gimes sintiendo las corrientes eléctricas–, ya mero–susurras con dificultad y entonces el muchacho encuentra ese lugar que te hace ver las estrellas, vuelves a contraer tu entrada y Leo arremete con más fuerza y rapidez. Gritas su nombre cuando sientes su miembro palpitar en tu entrada, llegando más adentro y más duro y quieres estar así para siempre, pero también quieres llegar al orgasmo.

–Vamos Ken–, muerde tu hombro y libera tu miembro de la presión que ejercía, lo bombea una vez más, con cariño, incitándote a que te corras, dando en el punto exacto.

Gritas y él grita contigo mientras se descarga en tu interior.

Sale de ti y te volteas para verlo; sus ojos cerrados y un amago de sonrisa en sus labios. Sonríes tú también y te acuerdas de que tenías que vengarte. Ves sus boxers a medio camino, solamente removidos para poder dejar en libertad su miembro y te acercas a sus caderas. Das una mordida que no es nada suave, pero él no se queja; sin embargo, cuando levantas la vista para verlo un gesto de dolor y enojo ha inundado su cara.

–Me lo debías–dices y sonríes.

Él se deja llevar por ti devolviéndote la sonrisa.

–Te amo–comentas como si fuera lo más normal y el alza una ceja.

–Y yo te odio.

–Bonita manera de odiar, aunque si así odias a todos, debo cuidarme no vaya a ser que encuentres a alguien a quién odies más–replicas y él sonríe.

–No, nada más a ti te odio de ésta manera–, te contesta antes de ir por tus pantalones a medio bajar. Deposita un beso en tus muslos y luego los sube poco a poco. Vuelve a llevar su boca hasta tu piel y por un momento piensas que él es tan vengativo como tú, sonríes cuando otro beso es depositado en tu cadera, el lugar donde tú habías mordido en su piel, él había besado en la tuya, como si te estuviera venerando.

Suspiras cuando te termina de acomodar la ropa y te besa la frente. Sonríes cuando lo ves acomodar las suyas propias y cuando termina le das la mano.

– ¿Qué crearemos ésta vez? –Preguntas y el muchacho sonríe.

–Voy a componer una canción… Quiero decir, compuse una canción pero quiero que seas el primero en verla.

– ¿Acaso es para mí? –Preguntas emocionado y el muchacho asiente.

–Sí, es para ti, porque te odio–. Dice antes de volver a besarte con suavidad.

Notas finales:

Espero que les haya gustado... Probablemente luego escriba algo más ^^

Victoria.


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