Sus miradas se encontraron aun estando a cada lado de la habitación llena de gente, su mirada brilló con aquel brillo que no anunciaba nada bueno, y aquella sonrisa de medio lado que le rizaba la piel.
KyuHyun se disculpó con los magnates con quienes había estado hablando hasta el momento en que vio la figura de JongWoon al otro lado del enorme salón, caminó a paso lento y elegante hasta donde estaba el mayor, tomándolo por la cintura logrando asustarlo un poco.
-Nos vamos-le dijo serio apretando un poco más el agarre en su cintura, sonriéndoles amablemente a las personas con las que JongWoon había estado hablando.
-Disculpen-dijo sonriendo de forma tímida, haciendo una reverencia marchándose de aquella ostentosa fiesta junto al codiciado Cho KyuHyun.
Subieron al Audi del menor, que rápidamente arrancó con dirección a su departamento, aquello ya era algo normal para JongWoon, desde el primer momento en que los ojos del menor se posaron sobre él, desde ese momento se convirtió en su amante, convirtiéndose el menor en el veneno que rápidamente comenzó a correr por sus venas, embriagándolo con su ser.
Y sabía perfectamente que su corazón terminaría roto, lo sabía porque el menor estaba comprometido con una chica… una tal Victoria Song, hija de un poderoso empresario chino, pero aun así no pudo evitar caer rendido ante los encantos del menor, y ni siquiera le importaba que el menor lo haya humillado mil y un veces frente al resto de los ricachones con los que solían convivir, porque al final el sabia que al menor le quedaba mal sabor de boca, no por nada su habitación estaba llena de las mas excéntricas y hermosas flores, y siempre tenía los más exclusivos diseños, y los más caros y deliciosas lociones, todos ellos regalos del menor.
El auto se detuvo bajando ambos del mismo, para subir hasta al octavo piso donde estaba el departamento del menor, y en cuanto abrió la puerta y el mayor entró, lo atrapó entre su cuerpo y la pared devorando con ansias sus labios, mientras sus manos rápidamente se escabullían dentro de las ropas de JongWoon haciéndolo jadear.
Los labios de KyuHyun dejaron los ajenos, para comenzar a bajar marcando aquel exquisito cuello con sus dientes.
-Angh… Kyu~, no dejes marcas- murmuró Jong mientras sus dedos se perdían entre los mechones de cabello castaño del menor, que sonrió lamiendo la marca que había dejado, antes de deshacerse del estorboso saco y camisa que portaba Kim, dejando el ligeramente tostado pecho del mayor a su completa disposición.
Miró lascivamente al mayor mientras colocaba una de sus piernas entre las del mayor haciendo presión sobre su ya despierto miembro, logrando que gimiera de forma algo escandalosa, haciéndolo sonrojar fuertemente.
Sus manos se pasearon libremente sobre el pecho del mayor disfrutando de su suavidad y calidez, cargándolo para llevarlo hacia la cama, donde lo dejó caer de espaldas, al tiempo que se deshacía de los fastidiosos pantalones, dejándolo únicamente en ropa interior, se acercó a las piernas del mayor separándolas con algo de fuerza, al tiempo que comenzaba a besar la parte interna de los muslos de JongWoon que solo podía soltar suaves gemidos, mientras que sus manos se aferraban a las sábanas bajo su cuerpo.
Cuando llegó a la palpitante entrepierna del mayor se alejó para volver a besar con ansias y hambre los deliciosos labios ajenos, mientras sus manos se deshacían de la ropa interior de JongWoon, que rompió el beso haciendo un pequeño puchero.
-No quiero ser el único desnudo aquí-reclamó mientras comenzaba a desabotonar la camisa que portaba KyuHyun que solo sonrió, ayudándole al mayor quedando rápidamente en iguales condiciones, volviendo a unir sus labios en otro hambriento beso, mientras sus manos acariciaban toda la piel que tenían cerca, dejando que las miles de pequeñas y deliciosas descargas eléctricas inundaran sus sentidos.
KyuHyun se separó de los adictivos labios del mayor, para besar, morder y lamer cada pedazo de su tostada piel, hasta que llegó al despierto miembro del mayor que ya goteaba y rápidamente lo tomó entre sus manos lamiendo la punta, mientras que JongWoon solo pudo dejar que un gemido escapara de su garganta mientras sus ojos se veían cegados por el placer que el menor comenzaba a brindarle con su deliciosa boca.
Mientras sus labios se encargaban de succionar aquel goteante miembro sus dedos se deslizaron hasta llegar a la entrada del mayor tanteándola con curiosidad, sintiendo como el cuerpo del mayor temblaba suavemente debajo de él.
Se alejó del miembro del mayor recibiendo un gruñido en queja, sonrió guiñándole un ojo a JongWoon que se sonrojo aun más si era posible, para después dirigir su cara a la ya algo dilatada entrada del mayor, para pasar su lengua por ahí, oyendo como Woonie gemía y contraía su cuerpo.
-Relájate sweetheart-le dijo antes de volver a su tarea de dilatar completamente aquel estrecho pasaje que pronto lo albergaría.
Cuando lo sintió completamente listo, se apartó sonriéndole al mayor de forma encantadora pero dejando ver aquel lado algo malvado, ese lado que tanto le ponía a JongWoon.
De la mesa de noche sacó un condón que rápidamente se colocó y perfiló su miembro contra la entrada del mayor, uniendo una vez más sus labios, pero esta vez en un beso tierno, cálido, amoroso, mientras lentamente entraba en el cuerpo ajeno, sintiéndose desfallecer ante las estrechas paredes que se cernían sobre su miembro.
Una vez completamente dentro, se tomó su tiempo para besar con devoción y cariño cada parte del rostro sonrojado del mayor, acariciar con cuidado sus costados, sus muslos, hasta que sintió el sutil empuje de las caderas del mayor, dando así comenzó a las embestidas que comenzaron lentas y profundas, lentamente aumentando su velocidad, hasta llegar a un ritmo desenfrenado donde sus gemidos, el sonido obsceno que hacían sus caderas al chocar y el chirrido de la cama chocando con la pared era todo lo que se oía en la habitación.
-¡M-Más fuerte!-gimió con fuerza JongWoon enterrando sus dedos entre los omoplatos del menor, para después deslizar hacia abajo sus dedos, dejándolos marcados en la blanca piel ajena.
Las embestidas se volvieron más rudas, más salvajes, dando contra aquel dulce punto que hacía a JongWoon delirar de placer, dando una y otra y otra vez contra aquel punto hasta que el mayor se corrió entre sus cuerpos en medio de un grito de placer, mientras que KyuHyun dio un par de estocadas más, llegando al fin al orgasmo, dejándose caer sobre el cuerpo del mayor, uniendo superficialmente sus labios.
-Eres el peor veneno de todos- susurró JongWoon sobre los labios del menor, acariciándole suavemente el rostro-y lo peor de todo es que soy adicto a ti, y ni siquiera concedo un mundo sin tener mi dosis de ti.
-Tú también eres mi veneno JongWoon- le dijo el menor, cerrando sus ojos ante la caricia- el más delicioso veneno que alguna vez podría haber probado, y lo que más me duele es que no pueda reclamarte como mío.
Aquella relación no los llevaría a ningún lado, pero los hacía felices, los hacía sentir vivos y eso era lo que más les importaba.