A QUE NO TE ATREVES
Lo que parecía una tranquila mañana en la vida de dos estudiantes de Hogwarts se vería truncada por una simple frase.
-Apuesto a que no te atreves- dijo uno y eso fue suficiente para que durante todo un día un rubio se la pasara repasando la estupidez que había cometido, el había sido quien fomento aquella situación y por ningún motivo dejaría de asistir aquella extraña reunión con aquel moreno insufrible.
Horas mas tarde un chico de ojos esmeraldas se dirigía a la torre de astronomía preguntándose porque iba hacia ahí, si en realidad sabia perfectamente que no tenia nada que probar pero entonces el honor Gryffindor le gritaba que ningún miembro de su casa que se aprecie como tal se le tacha de cobarde de buenas a primeras y mucho menos por el simple hecho de un enfrentamiento con su conocido Némesis de colegio.
Era estúpido lo sabia, su mejor amiga no creía nada de aquello al escucharlo y por supuesto no tuvo ni un ápice de su apoyo lo cual no le extraño, al igual que tampoco le extraño escuchar los alientos que le lanzaba su mejor amigo asegurándole que el era mejor que ese Huron desteñido en todo lo que se le ocurriera.
Si cierta castaña estuviera en esa habitación solo una palabra saldría de su boca y esta seria “idiotas”, si porque aquellos dos ni siquiera sabían porque estaban ahí o por lo menos un rubio disimulaba muy bien lo contrario.
Todo comenzó con apuestas leves, niñerías, nada serio como…
-Apuesto a que no dejarías tu varita lejos de ti- Obviamente ninguno de los dos hizo caso ha aquello pero si a lo que vino posteriormente…
-Apuesto que no te atreves a…..-
-Así, pues apuesto a que tu no te atreves a…..-
-¡Apuesto que tu no haces….!-
-¡Pues yo apuesto a que tu menos!-
-¡Apuesto a que tu no lo tiras lejos!-
-¡Apuesto a que no te acercas mas!-
-¡Apuesto a que tu no te acercas mas!-
-¡A..a…apuesto…a que tu…!-
-¿Que…cosa?-
Horas mas tarde un moreno y un rubio enredados entre si, despiertan sobre un duro suelo de cemento preguntándose como diablos acabaron así….desnudos… apenas tapados por un par de túnicas sucias de ciertos fluidos corporales que no desean recordar en esos momentos, entonces verde y gris por primera vez se confrontan mas de sus bocas no sale ni una sola palabra, intentan de apartarse pero hace frío, sus pieles aun se rozan y esto les provoca tal ardor que sus cuerpos claman por mas contacto pero aun así ellos no reaccionan, están mas concientes de lo ocurrido y esto los aterra mas que confundirlos……..dejan pasar unos minutos y uno de ellos emite un leve sonido a lo cual el otro intenta de responder pero ambos aun siguen sin decir una sola palabra y es que no hay nada que decir porque aquella noche dos jóvenes se han entregado en cuerpo y alma en un acto hecho solo para amantes y no para enemigos por lo cual saben perfectamente que aquello no volverá ocurrir por lo que deciden dejar todo aquello en el olvido……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..por el bien de ambos……………………………………………………….
…………………………………………………………………………………………………………………………………o mejor dicho…………….......................................... por el bien de su salud mental…………………………………………………………….
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Días mas tardes un simple choque accidental causa un nuevo reto entre ciertos enemigos naturales que no sorprende en lo mas mínimo a sus conocidos, tampoco el escuchar donde se reunirán para partirse la cara con todo gusto sin intervenciones de ningún tipo.
-¡Te apuesto a que no te atreves!-
-¡Maldito huron soy un Gryffindor de tomo a lomo y nosotros a diferencia de las viles y rastreras serpientes no nos echamos atrás!-
-¡Pues bien pruébalo!-
-¡Bien!-
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A dos semanas exactas de su último encuentro un moreno y un rubio se encontraban en el mismo lugar de siempre. Gemidos extraños se escucharian en aquel cuarto, acompañados de las voces de siempre retándose sin contemplación alguna.
-Te reto a que te quites la tunica- decía un moreno a lo cual un rubio aceptaba sin traba alguna para demostrar su valentía.
-Te reto a que te saques los pantalones- dijo sin una gota de vergüenza un rubio a lo cual un moreno hizo una mueca un tanto lujuriosa sacándoselos sin chistar.
-Te reto a quitarte la camisa- decía un oji verde lamiéndose los labios insinuantemente.
-Te reto a quitarte la ropa interior- dijo a su vez una serpiente de lo mas excitada al verle mojado esos carnosos labios que a su parecer estaban dispuestos a ser devorados en cualquier momento.
-Que osado te has puesto Huron- le respondió dándole una de sus mas sexys sonrisas.
-No me llames así-contesto a su vez un cabreado chico harto del apodito que no paraba de lanzarle en los momentos menos oportunos. El moreno sonrío al mismo tiempo que apoyaba ambas manos en sus ya desnudas caderas de una forma bastante sugestiva a la vista.
-Apuesto a que no te atreves a tocármelo- dijo el de ojos esmeralda en espera a la negativa del chico de ojos de plata para así poder darle un castigo pero que para su sorpresa este sin siquiera meditarlo toco su miembro semi duro con una mano mirándolo directamente a los ojos.
-Apuesto a que tú no te atreves- respondió entonces un rubio que antes de terminar la oración sintió como su “enemigo” hacia lo mismo.
-A que no te atreves a sobármelo- increpo entonces un moreno.
-A que tú no te atreves- contesto el otro mientras ambos comenzaban a realizar la ardua tarea de jugar con sus miembros.
-A…a…que…no….no…-
-Que…a que….mi….Hu…roncito- preguntaba un ardiente moreno mientras con su mano libre comenzaba acariciar la espalda del rubio sin dejar los besos apasionados sobre aquellas exquisitos labios que le suplicaban por mas.
-Na…nada…- contesto el rubio que se había dado por satisfecho al recordar como su moreno le complacía sin siquiera decir una palabra.
Quien gemía mas, quien tocaba mas, quien besaba mas, quien era el que brindaba mas placer, eso no importaba porque ambos por primera vez en sus vidas se sentían completos, plenos, llenos, satisfechos, uno solo, enredados por completos entre brazos y piernas. Sudor, lágrimas, pasión, deseo, es que quien diría que la felicidad unida a la lujuria irían de la par para dos muchachos que se odiaron prácticamente desde el mismo momento de conocerse, no la respuesta más simple seria entonces que habían perdido por completo la cordura, cosa normal en tiempos de guerra.
Unos fugaces y ardientes besos terminan por desatar el fuego a todo su esplendor, un movimiento certero de caderas provoca un remecer por todo el cuerpo de uno de ellos que sin miramientos se arquea de forma sensual soltando un gemido gutural de placer que en seguida es acompañado por uno igual de sonoro por parte de su compañero que no duda en llenarlo por completo con un calido liquido que no deja parte de su interior sin su esencia, dejando mas que satisfecho a quien se encuentra enredado entre sus caderas…Sus respiraciones ya no tan agitadas, son el anuncio que aquello terminara pronto por lo cual solo se abrazan respirando hondo, tan hondo que cierta parte de sus almas queda impregnada uno en el otro al igual que su propio sudor, una ultima mirada directa a sus ojos, un par de besos y se dan cuenta que se encuentran sobre un mar de ropas mal tratadas por un previo jueguito de apuestas sin sentidos…o quizás mas de lo que están dispuestos a admitir o permitirse.
Sale el sol y como ya es regular dos enemigos pertenecientes a casas contrarias se encuentran en un pasillo cualquiera, ambos son acompañados por sus compañeros correspondientes, ambos se miran con profundo odio disimulado, ambos maquinan una nueva forma de comenzar un pleito y sin quererlo ambos se insultan al mismo tiempo para asombro de sus amigos pero no para los conocidos resultados que esto les dará. En tanto una castaña regaña a su amigo por no madurar y un colorín lo apoya por considerar que es su deber poner en su lugar aquella creída serpiente. Mientras ellos están en lo suyo un par de gorilas le preguntan a un rubio si esta seguro de no necesitarlos para darle una lección al santurrón del niño que vivió a lo cual este se espanta de tan solo imaginárselo, mas no lo demuestra de ninguna forma, negándose educadamente ante sus respectivos compañeros alegando que aquello era una cuestión de honor.
Así nuevamente León y Serpiente se reencuentran en un lugar diferente del castillo para un combate sin fin en donde ni hechizos, ni golpes, ni heridas, ni mucho menos sangre es un factor para ganar y sabiendo de ante mano que si sus amigos se enteraran del verdadero motivo de aquellos encuentros una embolia seria lo menos de que preocuparse tras tal horrible descubrimientos que de seguro terminaría por matar hasta el mismísimo Voldemort dando fin así a una estúpida guerra que no hace mas que estorbarles en sus planes…………………………………………………………………
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-En que piensas- pregunta un adormilado chico mientras su amante le acaricia con dulzura.
-En nada…solo tonterías- respondió dándole un beso en la frente mientras deseaba jamás perderlo, aunque sabia que aquello era solo un sueño y que tanto su destino como el suyo había sido trazado por otros que ni siquiera se detuvieron en pensar en ellos y los odio por eso, se odio por eso, le odio por eso pero aun así entre tanto dolor acoplado en su pecho por lo que se avecinaba no dejaba de abrazarlo e imaginar que habría un mañana para ambos, uno en el cual despertaran juntos cada mañana, uno en donde no tuvieran que vestirse aprisa para volver a sus respectivas casas, uno en donde no se vieran obligados a insultarse para estar juntos, ni mucho menos darles explicaciones a sus amigos del porque se amaban, porque se amaban, de eso el estaba seguro, tanto así que ya había fraguado un plan para tenerlo a su lado para siempre, algo tan infalible que ni su familia lo podría alejar de el-Duerme mi Huroncito que dentro de poco tendremos que levantarnos-
-Si-respondio perezoso el rubio acomodandose mejor sobre el pecho del otro.
Si pronto estarían juntos y ninguna apuesta estaría de por medio entre ambos, al menos no en el futuro, ya no mas.
FIN.