Era una tarde tremendamente calurosa, sus rizados cabellos se pegaban a la frente por el sudor y para colmo llevaba puesta solo su sudadera ya que en la mañana el día pintaba ser lluvioso y frio, pero no, se había convertido en un calor infernal. Y si eso no era suficiente faltaban 3 horas para salir de clases…
-Joven...- le llamaban –joven!
-ehh?- por fin reacciono
-que me diga la respuesta!
-ahhh... no preste atención- dijo sin interés alguno
A decir verdad la escuela no le interesaba ni un poco, solo iba para perder el tiempo y así librarse un rato de su disfuncional familia… siempre buscaba eso, distraerse con algo.
Dorian, como así se llamaba aquel chico de 17 años, estudiaba apenas la preparatoria, era conocido en la escuela como el chico raro y misterioso que atraía a la mayoría de las chicas y uno que otro chico, se les hacia un tipo de problemas, quizá por eso no tenía muchos amigos, pero a pesar de eso amantes le sobraban, almenos cada semana tenia uno nuevo, y sus “noviazgos” duraban no más de un mes. Su aspecto en si era algo llamativo, 1.76 y delgado, su cabello despeinado y rojizo con algunos mechones teñidos verdes y azules que contrastaba con sus orbes esmeraldas, sus facciones masculinas aunque un poco delicadas, con varios tatuajes y un par de perforaciones que ocultaba para asistir al colegio.
Pasaron las horas y por fin salió de su encierro, unas chicas lo invitaron a tomar un café, pero este les rechazo, el no era de esas cosas “es demasiado hostigoso y cursi para mi” dijo alguna vez así que se fue solo a deambular por las calles del centro… igual y si corría con suerte encontraría un chico a chica que le hiciese la noche, se sentó por unas horas en un parque, a solo contemplar a las personas, le gustaba hacer eso, disfrutaba su soledad, sus planes en la vida eran completamente inciertos, lo único que sabía era que jamás se casaría, ni tendría hijos, él no era así, jamás podría sostener una relación, lo suyo era el sexo casual.
Ya eran las 10 así que sin titubear dirigió sus pasos a un bar cercano.
-hey Larry, lo de siempre vale?- dijo en cuanto se sentó en la barra
-vaya vaya alguien ha decidido regresar, porque te ausentaste tanto tiempo ah?- dijo sonriendo el barman, Dorian era cliente frecuente del lugar, ahí hacia la mayoría de sus conquistas
-meh.. ya sabes, falta de tiempo y dinero- rio un poco
Mientras bebía su cocktail diviso a un guapo hombre, de no más de 23 años, alto, un poco fornido y con el cabello rubio, nada mal aunque el realidad nunca le había prestado demasiada atención a sus detalles, si estaba aceptable con gusto pasaría la noche con él.. o ella, considerando que era bisexual. Le dirigió ciertas miradas captando su atención y el chico inmediatamente fue junto a él.
-Un whisky en las rocas- pidió al barman – vienes solo?- pregunto a Dorian
-depende para que- contesto con una seductora sonrisa
-digamos que para divertirnos un rato…
-podría ser...
Tomaron sus bebidas y el mayor pago la cuenta, se dirigieron a un hotel cercano… uno que ya conocía Dorian, no de en vano había ido tanas veces ahí a darle rienda suelta a sus necesidades.
Al llegar al cuarto se besaron con violencia, mientras el mayor desnudaba a Dorian, lamiendo todo su cuello y pecho, pasando por sus duros pezones los cuales mordisqueo y lamio hasta que los dejo rojos y ensalivados; al llegar a su miembro ya erecto comenzó a lamerlo en toda sus extensión, succionándolo vorazmente, mordisqueando la cabeza y apretujando sus testículos sacando más de un gemido de el pelirrojo que no tardo demasiado en correrse, una vez desnudos los dos decidió que por esta vez estaría abajo, ya que no tenía ganas de el moverse. Dejo que le dilatara a pesar de que realmente no era tan necesario..., metió dos de sus dedos en su entrada, abriéndolos como tijeras para después reemplazarlo con su erguido y necesitado miembro metiéndolo de una sola estocada, empezaron con ritmo frenético, no había tiempo para esperar, Dorian sentía como aquel gran miembro tocaba su próstata, lo cual lo hacía gemir con voz ronca. Rápido acabaron, tirándose exhaustos en la cama.
-eres bastante bueno… que te parece si alguna otra vez nos reu…
-no, ten por seguro que jamás nos volveremos a ver- rápidamente contesto Dorian mientras se vestía
-vamos primor, sabes que fue grandioso
-no me llames así hijo de puta- y le dio un puñetazo en la cara –estuvo bueno, hasta nunca bastardo- y salió de la habitación
Camino otro rato sin rumbo fijo mientras comía un helado, eran casi la 1 de la mañana, quizá lo mejor sería irse a su casa. Vivía en una zona promedio de la ciudad con sus padres, los cuales comúnmente no estaban en casa. Su padre trabajaba día y noche, tenía otra familia con todo y dos hijos incluidos, y su madre, en extremo religiosa tanto que iba diariamente a la iglesia a abrirle las piernas al padre… Dorian no era tonto, no señor, se percataba de todo lo que pasaba en su “perfecta” familia; no le prestaban atención y le era indiferente si lo hacían o no.
Entro y subió las escaleras de inmediato con dirección a su cuarto, sus padres seguramente ya estarían durmiendo, se encerró y aventó su mochila a algún lugar del suelo. Su cuarto al igual que él era un desastre, Dorian era un gran aficionado a los videojuegos, y tenía varias consolas y juegos tirados, así como bolsas de frituras, latas de refresco y cajetillas de cigarro…
-ahh… que día, nada nuevo cierto Ónix?- le decía a la pequeña serpiente que tenía como mascota mientras prendía la consola para jugar un rato. Y así era su vida todos los días, escuela-bar-sexo-videojuegos, así de caótica era su vida...pero no le molestaba, él era feliz así. Después de un rato se durmió, en espera de otro día exactamente igual… o no?