Telenovela por Suu-chii

Su mirada se asoma por encima del mueble y los espía. Están de espaldas a él, sentados en el sofá. Es aburrido, no hacen nada. Piensan que están solos, y él sabe que la diversión no tardará en llegar.
Oh, espera. Ya han comenzado. Desde el sitio en el que está no es capaz a ver mucho, pero sabe que el brazo del mayor se ha movido y se ha situado en alguna parte del cuerpo del maknae. No puede estar seguro de donde, pero no le importa, porque ahora han cambiado de posición, sus cuerpos se han acercado y el menor ha ladeado la cabeza. Sonríe, la diversión acaba de empezar. Sus labios se juntan y sus ojos se cierran, sabe que las manos no están quietas porque el menor está jadeando, bajito. ¿Para que quiere doramas teniendo uno en su propia casa? Los labios del menor se separan de los del maknae y recorren su cuello, dando besos de mariposa en ellos. Poco a poco la intensidad cambia y ya no son solo besos, la lengua del mayor lame su cuello, sin llegar a dejar marcas.
Ya no puede verlos, el mayor se ha ido recostando sobre el menor, pero no le importa, porque puede oírlos.
Los jadeos del pequeño han pasado a ser auténticos gemidos, sabe, gracias a su perfecta audición, que una prenda de vestir ha caído al suelo, y supone que son los pantalones del menor.
Ve como una camisa vuela al suelo, la reconoce de inmediato. Más prendas caen al suelo, ya no está seguro de quienes son, pero le da igual, ya no solo se oyen gemidos del menor, el mayor también pone de su parte.
Cuando los gemidos aumentan, tanto de frecuencia como de regularidad, sabe que ya lo están haciendo. Un grito se oye por parte de ambos, lleno de placer, y sabe que han terminado. Entonces se escabulle del salón y se esconde en su habitación, espera a que su erección baje y se mira al espejo, sonriéndose divertido. Es hora de salir.
Toma el pomo de su puerta y hace el ruido suficiente para los dos chicos que se están vistiendo de nuevo en el salón se alarmen. Camina hacia allí y les ve, nerviosos, ya vestidos. Ladea la cabeza, inocente y alegre.
-¿Se divirtieron?- una carcajada sale de sus labios y el sonrojo de los otros dos aumenta en consideración.
-¡Ryeowook!- no oye el “hyung” “esperado” del maknae, así que le miras divertido.
-¿Qué pasa Kyuhyun? ¿Ni por estas me llamas hyung?- Entonces mira al mayor.- ¿Y tú qué, Yesung hyung? ¿No me dirás nada?- sonríe de nuevo al ser el causante del nerviosismo del mayor, quien se sobresalta y huye, escondiéndose en su habitación.
-¡Hyung, no huyas!- se oye por parte del maknae, quien corre detrás de él, escondiéndose también, ignorando la carcajada de Ryeowook, quien se dirige a la cocina para hacer la cena, tiene que estar todo listo para cuando lleguen los demás.
-¿Para qué quiero telenovelas? Si en esta casa tengo varias...- ríe de nuevo y se concentra en la cena, evitando crear cualquier desastre.

FIN