Una gota cae, y luego la otra, sin dejar espacio de tiempo posible entre ellas.
La lluvia caía a velocidades en las que nunca me había parado a pensar hasta ahora. Ya era lunes, 5 de la mañana. No podía dormir como en las dos últimas noches y solo me entretenía mirando por la ventana viendo como oscurecía, y como amanecía. A penas había comido algunos dulces que traía mi compañero de habitación para mí. Obviamente estaba preocupado por mi estado de salud y yo aun no me había dignado a decir que me pasaba.
El reloj sonó sacándome bruscamente de mis pensamientos, realmente mi cuerpo estaba agotado, necesitaba dormir. Creía que dormía despierto mientras miraba por la ventana, mirando el cielo, como si fuera la única cosa que me pudiera comunicar con ella ahora mismo, sabiendo que posiblemente, también estaría mirando hacia la lluvia. Un suspiro volvía a salir de mis labios mientras escuchaba las quejas del menor pidiéndome con súplicas que le dejara dormir más y que apagara el despertador. Sin duda era de lo más divertido verle así de adormilado.
Poco a poco me moví, como si tuviera el cuerpo congelado al haber estado en la misma posición durante toda la noche y alargué mi brazo hasta darle al botoncito de encima del reloj. Escuché un ronroneo proviniendo de bajo las sábanas de la otra cama, sin poder evitar reír ligeramente, era la única cosa que me conseguía animar un poco y distraerme de mis pensamientos.
Key tocó a la puerta abriéndola sin esperar respuesta para anunciarnos que el desayuno estaba preparado y que nos diésemos prisa, dedicándome enseguida una mirada de preocupación acompañado de un suspiro de alivio al haberme pillado medio riendo mirando hacia el menor.
-¿No despierta? –me preguntó en un tono serio, de umma enfadada, acercándose a la cama para empezar a mover su cuerpo con las manos y retirarle de golpe las sábanas para dejarlo vulnerable ante el frío de la mañana.
-Frío…frío…
Me levanté sin mucha gana aunque presenciando la escena y busqué en el armario ropa para ponerme, buscando también para el menor tirándosela sobre su cuerpo notando como daba un bote asustado. Abrió los ojos de golpe para ver qué era lo que tenía encima. Una risa se volvió a escapar de mis labios de nuevo ¿cómo es que consigue hacerme reír este niño cuando estoy muerto interiormente? En ese momento agradecí tenerle para compartir cuarto, y así no sentirme solo, a pesar de tener que aguantar todos sus caprichos y niñerías, no me podía quejar.
El desayuno estaba preparado como cada mañana, intacto en la mesa. Como era de esperar aun ni Minho ni Onew se habían despertado. Como siempre acababa siendo el primero en sentarme la mesa. ¿Porqué eran tan dormilones todos? Poco después de pegar mi primer bocado Key se sentaba a mi lado, empezando a probar también la comida y a los pocos minutos ya estábamos todos en la mesa –algunos con más cara de sueños que otros- preparados para ir a nuestro siguiente concierto en Seul.
Nadie sacaba tema de conversación en el coche, yo tan solo estaba distraído mirando por la ventana pensando en esa mujer, que había conseguido hacerme feliz, y que ahora, había dejado ese hueco en mi corazón. Estaba totalmente derrumbado y ausente, ni si quiera me había fijado cual era el motivo por el que no hablaban. Onew, Minho y Taemin se habían quedado dormidos y Key estaba mirando su teléfono móvil. Todos al menos estaban felices, menos yo, que no podía entretenerme con nada, ni dormir, ni a penas poder vivir.
Al llegar todos despertaron de sopetón, haciendo reír a nuestro manager que nos abría la puerta para acompañarnos al interior del edificio. Yo, como ánima en pena, caminaba como si fuera un zombie, por lo que el manager -siempre astuto y atento- se acercó a mi lado.
-Es raro verte tan dormido, Jonghyun –musitó con naturalidad y cierta intranquilidad pero no podría decir con total seguridad que estuviera preocupado.
-Solo pasé unas malas noches estos días, eso es todo.
Mi respuesta pareció convencerle por lo que enseguida se paró mirando hacia atrás para acompañar a los demás con el paraguas y conseguir no se mojaran mucho por las pequeñas gotas de lluvia que aun caían. Por suerte, ya no llovía como esta noche ¿o quizás eran las lágrimas de mis ojos? Quién sabe.
Ahora me había dejado de nuevo solo, delante de todos, como guía. Sentí de nuevo ese vacío y soledad inundarme desde dentro, mirando el cielo para dejar que esas pequeñas gotas de agua cayeran sobre mi rostro intentando así relajarme. De repente algo me sacaba de mi tranquilidad y un peso se subía a mi espalda distrayéndome totalmente de mis tristes pensamientos, haciéndome soltar un grito de susto.
-¡Se puede saber que haces Taemie! –gruñí pareciendo enfadado, aunque en cierto modo me divertía. Lo agarré fuerte bajo los muslos para que no se bajara de mi espalda, empezando a correr como loco para asustarlo y así hacerle gritar como venganza.
Paré justo en la puerta de entrada, girándome para ver como toda la gente de la calle nos estaba mirando, y esta vez no precisamente porque fuéramos ídolos, sino por el escándalo que había montado Taemin gritando mientras yo corría; había sido una venganza victoriosa.
Al entrar se notaba que nos estaban esperando por el ambiente de nerviosismo que se levantó nada más vernos. Era uno de nuestros SHINee World en Corea, pero aun eran las 6 de las mañana y tenían que empezar a maquillarnos y prepararnos para nuestra gran y esperada aparición. A las 7 dejaban entrar poco a poco a todos los fans, pero realmente estaba más ausente, pensando en mis propios problemas que en el espectáculo, incluso dudaba que pudiera hacerlo bien.
Una vez en el escenario, todas las fans gritaban como locas, y ese yo interno, de estar cumpliendo mi sueño, revivía lleno de felicidad. Me dejé llevar, dispuesto a olvidar todos mis malos pensamientos durante las actuaciones, de disfrutar como siempre haciendo lo que más me gusta; cantar.
El concierto acabó con una gran oleada de aplausos que no cesaban. Se les notaba a todos muy felices, y no era para menos, realmente lo habíamos bordado. Pero de nuevo, al cruzar la puerta que separaba el escenario del backstage dejaba de ser el ídolo Jonghyun y volví a ser Kim Jonghyun, el hombre que sufría por… ¿amor?
Volvíamos a los camerinos, agotados, tomando agua como si nos fuera la vida en ello. Todos estábamos mojados por las peleas de agua que habíamos tenido en el escenario, pero aun así el calor era más que notable. Por eso no me gustaba hacer conciertos cuando empezaba el verano…un verano que podría haber pasado con ella, sino hubiera sido por esa discusión. Mi subconsciente me torturaba, ¿me sentía culpable? Posiblemente ¿me echaba las culpas de haberla perdido? Quizás. Pero ahora lo único que estaba claro es que no volvería a verla, y ese vacío se quedaría en mi hasta… ¿cuándo?
Mis preocupaciones se vieron interrumpidas por Key que se sentaba sobre mis piernas de espaldas a mí dando saltos divertido, haciendo chocar su trasero contra mis muslos. Seguro había notado que estaba ausente y trataba de distraerme, siempre era muy lince para darse cuenta del estado de ánimo de todos, lo extraño es que su curiosidad felina aun no me hubiera preguntado que me pasaba.
-¿Qué te pasa, chucho? –preguntó con cierta curiosidad que no podía ocultar.
Oh vaya, finalmente ahí estaba esa esperada pregunta.
-No es nada…-respondí quitándole la mirada sabiendo que si le miraba a los ojos me haría hablar. Me quedé con la vista puesta en Taemin, quien estaba jugando con Minho a…¿¡Qué coño estaban haciendo!?
Key al ver mi expresión se volteó con una velocidad digna de él hacia los dos menores, quienes estaban jugando a ¿Frotarse entre ellos? ¿Meterse mano? ¿Calentarse mutuamente? No sabría definir de qué tipo de juego se trataba. Nos levantemos de golpe del sofá y sin dejarme ni si quiera reaccionar, Key se adelantó para separarlos, mirando a ambos como una madre enfadada. Ninguno de los dos fue capaz de rechistar ante tal mirada de la umma del grupo. Minho actuó con normalidad volviendo a sentarse al sofá y el menor de todos hizo un puchero porque le hubieran quitado su diversión.
Respiré aliviado. Sí, aliviado porque dejaran de meterse mano delante de nosotros ¿acaso el 2min era real? Esa preocupación de repente atormentó mi cabeza, nunca me había parado a pensar que ellos dos estuvieran liados. Nunca lo había notado al menos, aunque yo nunca había destacado por ser muy observador. Si alguien se hubiera dado cuenta sin duda sería Key.
Repentinamente noté una mirada fija en mí quien me hizo salir de nuevo de mis pensamientos. Era Taemin, quien me miraba con recelo o ¿estaba celoso? ¿Por qué? Quizás solo eran imaginaciones mías y solo seguía molesto porque Key le hubiera regañado, aunque solo fuera con la mirada.
Al volver, el auto no estaba en silencio precisamente, más bien todos empezaban a comentar cosas del conciertos. En ese momento hubiera agradecido el silencio de antes, sin duda tenía ganas de dormir, la culpa la tenían esas dos noches sin dormir y ahora las fuerzas me abandonaban totalmente. Sin darme cuenta caí en un sueño profundo incluso con el ruido de sus voces.
Sus tiernos labios sobre los míos…Un beso… ¿Quién es?
Abrí los ojos de golpe sorprendido y solo vi a Taemin. Estaba tratando de rodear mis brazos con sus pequeñas manos intentando despertarme con suaves sacudidas para que saliera del asiento del auto. No sabía cuánto rato había dormido, me llevé una mano a los labios y noté que el menor se avergonzaba y salía rápido del coche para volver a casa, ¿qué le pasaba? Y lo que era peor ¿¡ Por qué había soñado yo con un beso de un extraño!?
Sin duda lo de mi ex me estaba afectando más de lo esperado.