Tic, toc, tic, toc... -Sonaba el reloj, una y otra vez, dando a entender que se aproximaba la hora de cenar.
Se encontraba allí, tirada en el suelo, a un lado de su sillón. No había mucho que hacer, no había con quien hablar; bueno, estaba Ginger, aunque claro, era un caso diferente.
Extrañaba, en el fondo de su corazón, a la chica que solía acompañarla, siempre... Alegrándola con esa peculiar sonrisa suya.
{. . .}
¡Gingeeeer...! -Alargo aquella vocal, dejando escapar un fuerte suspiro que termino en un bufido.
Estúpido servicio de pizzas. -Se quejo, mientras se recostaba en el suelo, acariciando a su mascota. Hace prácticamente una hora que había encargado por teléfono un par de cajas de pizza, y nada que llegaban. Si desde aquí a quince minutos más, no venían, ni siquiera propina le daría al tipo que traía los encargos.
Estúpida monotonía... -Susurró.
{En algún lugar de Seúl}
¡Mierda, mierda! -Grito una joven, que viajaba con prisa en la motoneta, llevando los encargos. Era este su segundo día de trabajo, y si su jefe se enteraba de que iba tarde tendría serías reprimendas de su parte; ya que, según la política del local... No se debe cobrar ni un centavo al cliente, si es que la pizza llegase fría.
Haber, dice... Tercer piso, número 206, vale. -Tomo ambas cajas del alimento, y con cuidado se encamino hasta el departamento de la joven.
Seguro que se murió de hambre. -Emitió para si misma, ladeando su rostro al notar que nadie le habría.
{. . .}
TaeYeon ya hacía dormida en el suelo de su salón, estaba más que cansada... El estrés nunca había sido bueno para ella, ¿Qué cosas? El estrés nunca iba a ser bueno para nadie, pero en la chica, esta sensación, producía el doble o hasta triple de agotamiento.
Bueno, debo terminar mi trabajo. -Emitió determinante, girando a la vez la perilla de la puerta, que para su suerte, estaba abierta. Se acerco hasta una pequeña mesa de centro, y con su mirada comenzó a buscar al propietario del lugar.
Tendré que pagar yo... -Realizo una pausa, entreabriendo un poco sus labios, de forma preocupada, al notar la figura de una joven el suelo.
¡Me escuchas! -Exclamo, ahora de cuclillas a un lado de ella. Trababa de reanimarla, por su mente pasaron las peores ideas, tales como: "Pobre chica... & si, ¿Me culpan a mi por su muerte? ¡Torpe!, debiste traer antes la comida". Mordió levemente su labio inferior, mientras tomaba su muñeca, tratando de sentir su pulso. Para su suerte, aún vivía, así que apoyando sus manos sobre los hombros de la chica, trato de reanimarla nuevamente.
Mhm... -De a poco, la joven "inconsciente" abrió sus ojos, encontrándose con un rostro moreno, bastante hermoso.
¿Tú...? -De pronto, abrió grande sus ojos, tratando de separarse al instante. -¿Quien eres? ¡Llamaré a la policía! -Emitió, logrando que la joven morena soltara su muñeca, y rápidamente retomara su posición erguida.
Tranquila, por favor. -Negó un par de veces con sus manos, -preocupada- seguidamente apuntando con el indice de su mano diestra hasta la mesa de centro; TaeYeon miro.
Traje las pizzas...
Ah... -Miró en la dirección apuntada, esbozando una leve sonrisa de lado, bastante apenada. -Lo siento.
Bueno, no pasa nada. Que disfrutes. -Realizo una corta venia con su rostro, mas después, solo se encamino hasta la puerta, con intensiones de abandonar el lugar.
¿Adonde vas? -Inquirió la propietaria, confundida, mientras se levantaba.
De vuelta a mi trabajo, ex trabajo... -Murmuro lo último, encogiéndose de hombros de manera resignada.
¿No quieres que te pague?
Llegué tarde...
Al menos, ¿Quieres acompañarme? o ¿Prefieres enfrentar la irá de tu jefe? -Inquirió para la morena, quien alzo su rostro hacía TaeYeon. Esta lucía una cálida sonrisa, la cual hizo sonreír a la joven repartidora.
Primera opción... -TaeYeon se sentó en una silla, a un lado de su mesa, la chica le imitó.
Por cierto, ¿Tu nombre es?
Yuri, Kwon Yuri.
¿Yuri? Peculiar nombre, me agrada... -Entonces abrió la caja, tomo un pedazo de pizza, y sin dejar de observar a la chica, comió un poco de esta.
Fría, -sonrió para sus adentros- pero estaba feliz, por fin, después de tantos días, comería algo... & ahora, en compañía de la agradable repartidora.
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