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Rain Sound por LJP23

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Notas del fanfic:

One shot de BAP de la pareja Banglo (Yong Guk+Zelo)

Notas del capitulo:

Me ha salido del alma cuando lo escribía, y realmente no amo esta pareja pero fue tal cual salió mientras escribía y he utilizado versos de la canción. Espero que lo disfrutéis.

Me encontraba sentado con dos vasos de café sobre la mesa. Uno vacío y otro lleno, pero sin saber por qué, a pesar de que se me cerraban los ojos por el peso que el cansancio ejercía sobre mis párpados, mantuve aquella taza ya fría sin tocar si quiera.
 
Al otro lado de la ventana del estudio escuchaba el sonido del viento soplando y el de la lluvia que caía con fuerza sobre el asfalto del aparcamiento, casi podía degustar el olor del cemento mojado y cómo la contaminación de la ciudad intentaba evaporarse con aquel lavado que el medio ambiente intentaba ejercer sobre los altos edificios.
Estaba sumamente cansado de escribir todas aquellas canciones, canciones tristes, canciones vacías. Echaba de menos compartir mi tiempo con él, sonreír, disfrutar de su mirada animada a todas horas, sus manos enredándose entretenidas en mi pelo con el deseo de jugar con cada uno de los mechones que aún a pesar de rebosar tinte de diferentes colores siempre habían sido encontrados como algo bonito y entretenido. Para mí no había nada más hermoso que él, a cualquier hora, cualquier momento. Joder.
 
Encendí la radio en mi teléfono móvil y encajé los cascos en la ranura correspondiente. Era mejor que me fuese a casa, allí le vería aunque tuviese que mantenerme lejos, sólo su presencia me hacía sentir bien aunque la amargura invadiese cada poro de mi cuerpo y hundiese mi corazón, igual que en una piscina, bajo el agua, ahogándose... así lo sentía a cada segundo que no podía rozar aquella piel nívea, entrelazar mis dedos con los suyos o simple y llanamente pasar horas y horas admirando la belleza de sus ojos oscuros.
Tan cerca y a la vez tan lejos...
Y entonces comenzaron a sonar canciones que me recordaban a él, que me obligaban a pensar en él. El mundo estaba en mi contra o tal vez mi subconsciente. Menudo hijo de la gran puta, pensé. Aunque igual era mi culpa, tal era el deseo de estar con él pegado a mi cuerpo que le veía en todas partes, en la noche, durante el día. Y en mi imaginación cuando me sentía solo notaba sus brazos delgados alrededor de mi cuerpo, pidiéndome cariño y calor al mismo tiempo que me proporcionaba precisamente lo que anhelaba.
 
Jun Hong, Jun Hong, Jun Hong...”
 
Durante mi camino por la calle, en soledad, podía hundirme más y más en mis propios pensamientos, encerrándome en mis recuerdos como si pudiese echar el cerrojo en una habitación llena de ellos. ¿Recuerdas?, medité para mí mismo, como si él pudiese escucharme: fue la primera vez que estuvimos solos en la casa, nuestro primer día de descanso absoluto y tú te sentaste a mi lado como si fueses el rey. Reí para mí mismo, deseando que él pudiese saber que yo recordaba cada uno de los momentos pasados a su lado aún cuando mi memoria era demasiado descuidada en los detalles y el tiempo. Aquel día también llovía, recordé en mis adentros, y soplaba el viento; la temperatura no era fría pero la humedad era excusa suficiente para quedarnos los dos solos en casa. Te acercaste a mí y juguetonamente dejaste un beso en mi mejilla... no podías ver que me derretía con algo como eso, tan estúpido y tan simple, pero era hermoso... era magnífica esa sensación en mi estómago, como una sabana en estampida. Todo tu culpa, jamás había sentido algo así.
 
Me ardían las lágrimas tras los ojos, que por suerte permanecían en aquel estado disimuladamente gracias al frío y la lluvia. Si desbordaban tendría una excusa que serviría. ¿Por qué llorar? Nadie lo entendería, ni siquiera él cuando me rompió el corazón con una de sus tiernas sonrisas. Incluso el dolor había sido dulce entonces, seguía sintiendo, seguía viviendo, y la angustia era un síntoma de mi propia existencia, un recuerdo de todo lo vivido. Juntos. Tu recuerdo.¿Estoy destinado a vivir en este desconsuelo en el que tú me empujaste?
Entonces mis lágrimas, en caso de descubiertas, serían incomprendidas. Me vio sonreír aquel día acompañando el gesto de palabras que salieron de mi boca en una voz quebrada por el intenso dolor, ni lo notó: “todo está bien”. Y enterré el amor que sentía por él en el adiós.
 
Mis pasos resonaban en el suelo por los charcos que se veían invadidos por mis pesadas botas negras. Las manos me temblaban, ¿del frío? No lo sé. Sólo sé que le echaba de menos.
¿Y te acuerdas de aquellos besos en secreto? En cada esquina, cada momento libre de rodaje de vídeos, en el estudio componiendo canciones cuando la melodía de una guitarra rompía el deleitoso silencio que reinaba entre nosotros y hablaba entre ambos. También llovía la noche en la que casi nos pillan nuestros compañeros, los dos tumbados en el sofá mirando al techo mientras sus dedos dibujaban figuras sin sentido sobre mi pecho. Recuerdo aquella sensación de plenitud, la felicidad que me proporcionaba sentir el movimiento de su pecho por su respiración contra el mío, y siempre terminaban compaginándose igual que el latido de nuestros corazones. ¿Puedes recordar?El sonido de la lluvia y tu sonrisa en medio de la oscuridad provocando la mía. ¿Puedes ver? Que el amor que sentí por ti aún se mantiene vivo. ¿Puedes comprender? Que fuiste mi valioso tesoro que veo obligado a abandonar en una isla desierta aún cuando sé dónde está, aún cuando disfruté de él, aún cuando luché por él. ¿Sabes cómo me siento? Todavía pienso en ti.
 
Frené en medio de la calle, frente a nuestro portal, el portal de todos. Y podía ver nuestros besos en todas partes, la diversión de poder ser o no ser pillados y las posibles respuestas en caso de haberlo sido. Las risas, las carcajadas, las tonterías... pero él siempre se mantenía a mi lado en cada sinsentido. ¿Todo lo que me costó estar contigo ha sido en vano? ¿Cuál ha sido el error?
Retiré los cascos de mis orejas y guardé el teléfono móvil en el bolsillo. Ahora todo se mecía en un completo silencio que reverberaba en mis oídos con terribles consecuencias. La lluvia... el sonido de la lluvia. ¿Es esa tu voz?
Y deseé que el cielo me ayudase a que dejase de llover para poder olvidarme de él. De su dulce y tierna presencia. Necesitaba con urgencia dejar pasar todo lo ocurrido entre los dos, pero no podía... simplemente había construido una felicidad a su lado que no era capaz de dejar a parte.
 
Peleé con la soledad y los recuerdos, empujándolos a un lado a sabiendas de que mi corazón le pertenecía. Así que dejé que éste doliese como lo hacía, con aquel puñal que él blandió incrustado justo en el centro. Dejé que los recuerdos me invadiesen y que las lágrimas desbordasen de mis ojos a la par que mis brazos se relajaban a cada costado de mi cuerpo: silenciosos, cuidadosos...
¿Me va a consolar esa lluvia?
Mentí cuando dije que podría vivir sin él, intenté desechar mis sentimientos pero aún le echo de menos mientras intento dormir.

 


Y en este día de lluvia... mi corazón no puede dormir.

 

 

Notas finales:

¿Os ha gustado? ^-^


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