Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Can't you see por Tail End Charlies

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Estoy rescatando fics que tenía en el fondo del armario.

Can't you see

 

¿Cuánto rato lleva observándolo? ¿Minutos? ¿Horas? ¿Días? No, no, sólo han sido unos minutos, pero podría pasarse el día sin dejar de seguirlo con la mirada. No puede, ni quiere, evitarlo, Hyukjae lo atrae demasiado como para buscar otra manera de pasar el rato. Le gusta, lo ama, y le es inevitable que sus ojos los sigan de forma inconsciente, ya esté el mayor bailando como pasando la escoba, y qué decir cuando se queda dormido, entonces sí que no quiere mirar hacia otro lado. Mordisquea su labio inferior mientras lo sigue escrutando disimuladamente, haciendo ver que tiene la mirada perdida hacia un punto infinito. Hyukkie se mueve de forma exquisita, ha nacido para bailar, Donghae lo sabe y se queda embelesado ante esos contoneos.

 

Suspira de forma queda, aparentando ser una adolescente enamorada y, exceptuando ese pequeño detalle de que no es una adolescente, y menos “una”, todo lo demás se acerca muchísimo. Pero todo está en su contra: el EunHae no es real y de verdad que sólo son los mejores amigos del mundo; Hyukjae es asquerosamente heterosexual y le gusta demasiado el porno heterosexual. Donghae tiene la batalla perdida, eso también lo sabe, pero de vez en cuando se permite soñar.

 

—Al final se va a dar cuenta —avisa el líder.

 

Donghae se ruboriza un poco y mira a Jungsoo para no seguir mirando a Hyuk. Leeteuk lo sabe, porque para Hae, Teukie es como su hermano, lo quiere mucho y es su hyung preferido, así que se lo explicó porque necesitaba decírselo al que considera como a uno de la familia. Jungsoo sonríe de lado e ignora el impulso repentino de querer abrazar a ese tontorrón. Sabe que el pececito sufre por Hyukkie, pero no puede hacer nada por él más que apoyarlo y estar a su lado para lo que necesite.

 

Inevitablemente su atención se dirige de nuevo hacia Eunhyuk y de nuevo el santo se la va al cielo y el tiempo pasa sin que se dé cuenta. Cualquiera pensaría que está perdiendo el tiempo y que podría aprovechar para hacer algo productivo en lo que tarda en mirar al monito, pero Hae opina que observar a Hyukkie ya es bastante productivo; podría reconocer su cara y su cuerpo con los ojos cerrados y sólo tanteando con sus manos, lo que ya ha hecho miles de veces en su mente.

 

Hyuk lo mira y Donghae cree que lo ha pillado, que el monito se ha dado cuenta de que lleva media vida escrutándolo y ha adivinado que siente algo por él. Hae entra en pánico y sólo tiene ganas de salir corriendo y negar cualquier acusación de que está enamorado de Lee Hyukjae, pero entonces el monito le sonríe y vuelve a su práctica, arrancando un suspiro de alivio del pez, que estaba a punto de morir angustiado. Pero recuerda la sonrisa que le ha dirigido y el corazón empieza a golpearle en el pecho; Hyukkie siempre le sonríe, pero el corazón de Donghae parece que aún no se ha acostumbrado y siempre termina reaccionando así, con latidos contentos.

 

—¿Crees que deba decírselo, hyung? —le pregunta a Jungsoo.

 

Este se muerde la lengua; no, no debería decírselo. Sabe que si su doangseng favorito se declara saldrá herido, porque una cosa es el fanservice, todo mentirijillas, y otra es la vida real, y en la vida real Hyukjae no siente nada por Hae, excepto una fuerte amistad forjada durante años. Debería callarse y llevar ese sentimiento bien guardado, hacer una bola con él y esconderlo en lo más profundo. Cruzar los dedos y esperar a que ese sentimiento pase y conocer a otra persona más adecuada. Pero Jungsoo no es capaz de decírselo. Sabe que Donghae está concienciado de eso, pero no quiere lastimarlo, bastante mal debe sentirse ya sabiendo que no es correspondido.

 

—¿Te digo lo que haría yo?

 

—Por favor.

 

—Me callaría y lo olvidaría.

 

Hae lo mira afligido; ha intentado olvidar lo que siente por Hyukkie, claro que sí, pero se pasan el día juntos, se ven día sí día también. ¿Cómo va a olvidarlo? No es como si pudiera irse una temporada a casa con su madre o a casa de algún amigo. Es un idol y las cosas en su mundo no funcionan así. Leeteuk se da cuenta de que Donghae está decaído; quería ser sincero pero a la vez suave, pero ambas cosas no casan; pocas veces puedes ser suave cuando vas soltando verdades. Le pone una mano en el hombro, intentando reconfortarlo.

 

—Pero si te vas a sentir mejor, o ves que ya no puedes callártelo, hazlo. Ya sabes que estoy aquí para lo que necesites.

 

—¿Lo dices como amigo o como líder, hyung?

 

—Como líder, pero sobre todo y ante todo, como amigo.

 

Donghae sonríe sintiéndose un poco mejor.

 

Esa noche, echado en su cama, observa el techo de la habitación iluminado levemente por las luces procedentes de la calle. No sabe qué hora es, pero imagina que debe ser de madrugada. Pero no puede dormir, lleva horas dándole vueltas a la conversación mantenida con Teukie, barajando posibilidades, pros y contras.

 

Hyukkie es su mejor amigo, su apoyo, su confidente, su todo, y no quiere romper esa amistad. Teme que si le dice lo que siente por él el monito se aleje, quizá no al principio, pero poco a poco se irá creando una brecha entre ellos. “Seguiremos siendo amigos”, “Esto no cambiará nada entre nosotros”… Todo mentira, porque al final siempre termina cambiando para mal. ¿Y si pierde a Hyukkie, qué le queda? Están los demás, pero con ellos no hay esa afinidad que existe entre ambos.

 

Podría dejarse llevar por fantasías y pensar que el fanservice es real y que detrás de ese teatro Hyukkie esconde el amor que siente por él, pero eso sería rozar el delirio y no quiere engañarse hasta ese extremo. Donghae también se acerca a Siwon y eso no significa que muera por sus huesos. Por lo menos en esto puede decir que ha sido cabal y sensato y que no se ha dejado llevar por utopías.

 

Se mueve en la cama y se queda de lado, encogiéndose sobre sí mismo quedando echo una bolita. Lleva demasiados años callándoselo; no es que ahora tenga la necesidad imperiosa de declararse, pero si va a ser rechazado, ¿qué más da mañana que pasado? Pero perder una gran amistad así a lo tonto… Tiene demasiado que perder y nada que ganar, porque en ningún momento Hyukkie a dicho o hecho algo que le indique que este va a ser un final feliz, al contrario, está hasta la coronilla de que Eunhyuk le hable de tal o cual chica, ensalzando sus virtudes y lo bonito de sus traseros.

 

En esos momentos lamenta el que el mayor viva en el otro piso, porque cuando vivían todos juntos se metía en su cama y dormía la mar de bien, por un lado sabiéndose seguro y acompañado, por el otro feliz porque dormía a su lado, pero ahora… Se levanta de la cama y se acerca a la de Teukie; no es Hyuk, pero necesita pegar ojo, aunque sea un par de horas. Maldito pánico a sentirse solo…

 

—Hyung —susurra mientras lo zarandea con suavidad por un hombro, pero el mayor no reacciona. —Jungsoo hyung —repite, aumentando la fuerza del zarandeo.

 

Éste abre los ojos y mira a su alrededor, asustado, intentando adivinar dónde está y si hay algún peligro inminente, hasta que ve a Donghae y se siente aliviado al comprobar que no es a saber qué y que su integridad física no corre riesgos.

 

—¿Qué ocurre? —pregunta, amodorrado.

 

—¿Puedo dormir contigo?

 

Sonríe intentando parecer lo más inocente y desvalido posible, pero está demasiado oscuro como para que pueda ver ese gesto, aunque Teukie se imagina que está haciendo algo parecido. Quiere decirle que ya no tiene quince años como para ir componiendo pucheros adorables, pero se calla porque es Donghae y… porque es Donghae y con eso se justifica todo. Se hace a un lado y el menor se mete en la cama, tan contento.

 

—Gracias, hyung. Cuando muera te legaré todas mis pertenencias.

 

—Más te vale.

 

Al día siguiente Donghae despierta como nuevo, percatándose de que en algún momento de las horas pasadas ha terminado abrazado a Jungsoo. Muy abrazado, porque uno de sus brazos ha terminado debajo del cuerpo del mayor y, aparte de que la extremidad se le ha entumecido, tampoco puede salir de la cama. Ya lo ha despertado una vez y no quiere hacerlo de nuevo, así que espera con paciencia a que Leeteuk abra los ojos por sí mismo, aunque teme perder el brazo si al líder le da por dormir demasiado.

 

Cuando Jungsoo despierta sólo ve un revoltijo de brazos y piernas, unos le pertenecen, los otros no, entonces recuerda que no ha dormido solo. La única persona que le pasa por la cabeza es Donghae, porque es el único que se mete en lechos ajenos sin que le remuerda la conciencia.

 

—Buenos días, hyung —canturrea Hae, aliviado por poder sacar su brazo de su aprisionamiento involuntario.

 

Jungsoo lo mira, pensando en cómo alguien puede estar de buen humor a esas horas de la mañana, pero deja de pensar y le da un golpecito juguetón en la nariz.

 

—Vamos a desayunar.

 

Un día más todos terminan reunidos en el mismo piso y se preguntan porque les dijeron que iban a vivir separados si siempre acaban haciendo vida en la casa que no les toca; suben y bajan escaleras por amor al arte.

 

—¡Buenos días, Hyukkie!

 

Saluda un Donghae efusivo mientras da un salto y se cuelga del mayor, que pierde el equilibrio y está a punto de caer al suelo. El monito lo abraza y lo besa en la mejilla.

 

—¿A qué tan contento? —pregunta el mayor mientras Donghae vuelve a pisar el suelo.

 

—He dormido con Teukie hyung —contesta, sonriente.

 

En el fondo ha intentado poner un poco celoso a Hyuk, pero este sólo ha sonreído y le ha revuelto el pelo. Un poco decepcionado, se sienta junto a los demás para comenzar a desayunar. Lo malo de estar tan apretujados es que no puede mirar a Hyukkie a sus anchas porque se nota enseguida, así que lo va observando de forma casual, intentando disimular todo lo posible.

 

Caminando por los pasillos de la compañía se dirigen a la sala de ensayos; pronto sacaran un nuevo álbum y deben ponerse las pilas si quieren que todo salga bien. Donghae anda al lado de Hyukkie comentando pasos de la nueva coreografía cuando se cruzan con una chica. Hae no puede evitar sonreír con ternura cuando ve como Hyuk la saluda con timidez, y le parece mentira que a esas alturas Hyuk siga siendo así de retraído con las féminas.

 

—Era guapa, ¿verdad? —inquiere el mayor.

 

—Ya sabes que a mí las mujeres…

 

—Lo sé, lo sé, pero los gays también sabéis reconocer la belleza femenina, ¿no?

 

—Sí, pero… —Hae iba a decir que cualquier mujer (u hombre) palidece a su lado, pero se calla a tiempo, sabiendo que sería contraproducente sacar a relucir esa afirmación. —Tenía los ojos demasiado juntos.

 

En realidad no tenía ningún problema en los ojos, pero mejor decir eso que no quedarse al descubierto, pero parece que ha funcionado, porque Hyukkie ladea la cabeza, intentando recordar el aspecto de la chica y si de verdad su ojos estaban demasiado juntos. No lo recuerda. Lo que sí recuerda con avidez son sus preciosas y bien contorneadas piernas, dato que es necesario que Donghae sepa inmediatamente.

 

El pez rueda los ojos, hastiado; está harto de escuchar los atributos maravillosos de esa o de esa otra y lo que haría Hyuk con toda chica que le cruza por delante. Se pregunta qué pensaría Eunhyuk si le explicara lo que le quiso hacer al chico nuevo de la cafetería. Sí, a ese de la sonrisa encantadora. O cómo se excitó cuando el tipo de seguridad del aeropuerto chino lo violó con la mirada la última vez que tuvieron que reunirse con ZhouMi y Henry.

 

Seguro que haría muecas de asco y le pediría que se callara porque a él no le interesan sus escarceos homosexuales. Pues ya está, a Donghae no le interesan sus escarceos heterosexuales, no ya porque sea gay y le repugna un poco el imaginar a una mujer desnuda, sino porque está enamorado de Hyukkie y le parte el corazón saber lo que se está perdiendo y lo que nunca tendrá.

 

A veces se siente un poco solo e incomprendido; antes tenía a Hangeng y a Heechul. Los muy suertudos eran pareja y a ellos podía explicarles sus miedos, sus inseguridades, sus dudas. Ellos lo comprendían. Incluso alguna vez, cuando estaban aburridos, salían al balcón y puntuaban a los chicos que pasaban por la calle, pero la pareja debía ser prudente a la hora de dar su opinión para no incomodar al otro.

 

Pero Hannie y Heechul ya no están y ahora no tiene a nadie a quién contarle sus temores respecto a Hyukkie. Jungsoo hace lo que puede, pero no es lo mismo. Claro que le agradece infinitamente sus esfuerzos.

 

Cuando se da cuenta ya han llegado a la sala y alguien ha encendido el reproductor de música. Comienzan a ensayar y por lo menos ahí deja de pensar un rato en Eunhyuk, aunque la vista se le va a cada rato hacia él, y es que el muy condenado se mueve como Dios. Un movimiento de cadera demasiado sensual de Hyukkie y Hae pierde el paso y choca con Kyuhyun. Alguien dice algo y los demás lo miran. Donghae frunce el ceño.

 

—¿Qué pasa? ¿Acaso no os habéis dado cuenta de que Jongwoon hyung no va ahí? —exclama, intentando desviar la atención y que nadie se percate de que ha estado a punto de sufrir una erección. Maldito mono del demonio

 

Entonces las miradas se dirigen hacia Yesung, el cual parpadea y se encoge de hombros, como si estuvieran hablando de otro. Jungsoo observa a Hae y hace un movimiento con las manos pidiéndole que se calme y no haga tonterías. Donghae respira hondamente y se relaja un poco; es terrible tener al objeto de tus deseos a un metro y no poder hacer nada.

 

—¿Por qué no paramos un rato? Llevamos casi dos horas con esto —pide Kangin, que acaba de volver del ejército y no está para nada en forma; está a punto de desmayarse de cansancio.

 

Todos están de acuerdo y Donghae le haría un monumento a Youngwoon sólo por esas palabras; si se sienta un rato podrá poner su cabeza en orden y dejar de pensar en Hyukkie y sus movimientos de caderas. Se sienta en el suelo y se dedica a quitar el papel de su botella de agua; está muy pegado, así que tiene todos sus sentidos puestos en esa tarea intrascendente. Nota una presencia delante de él y levanta la mirada, constatando que es Jungsoo.

 

—¿Qué te pasa? —pregunta el líder.

 

—No puedo quitar el papel.

 

—No me refiero a eso.

 

Donghae sigue aplicando sus poderes mentales y sus uñas en ese trozo de celulosa; el que esté perdiendo la batalla es insignificante, lo que importa de verdad es que no está pensando en Hyukjae. Oye un suspiro procedente de Teukie y unos dedos se posan en su mentón para que levante la cabeza y pueda verlo.

 

—Donghae.

 

Lo llama el mayor de manera suave, casi con ternura. Hae se estremece y reprime un sollozo.

 

—Es que está muy bien pegado, hyung.

 

Jungsoo sonríe, le quita la torturada botella de las manos y se las coge, dando un apretón.

 

—Esta noche puedes dormir conmigo. ¿Quieres?

 

Hae se sorbe la nariz y asiente con la cabeza.

 

()

 

Esa noche los chicos han decidido salir. Donghae iba a acompañarlos, pero cuando ha sabido que Hyukkie se quedaba ha cambiado de opinión, porque después de tantos años por fin se ha decidido y va a declararse. Que sea lo que Dios quiera. Quién sabe, quizá después de tanto tiempo se da cuenta de que, en lugar de perder a un amigo, ha ganado un novio, pero no quiere pecar de ingenuo y desecha esa idea tan rápido como ha llegado.

 

Finalmente se quedan solos y a Donghae se lo comen los nervios y la ansiedad. Está sentado en el sofá, tieso como un palo, a su lado Hyukjae mira la televisión, tan pancho, ajeno a las tribulaciones de su mejor amigo.

 

—Hyukkie. —Éste lo mira sin dejar de sonreír y a Hae no le salen las palabras; sabía que iba a ser difícil, pero no tanto. Carraspea y mira a su alrededor. —Es que yo… Verás… Hace años que tú…

 

Entonces el teléfono móvil del mayor comienza a sonar e interrumpe a Donghae. Eunhyuk saca el aparato de uno de sus bolsillos del pantalón y se le ilumina la cara al ver quién llama.

 

—Un momento.

 

Se levanta y se mete en la cocina. Hae no oye la conversación, pero unos minutos después Hyuk aparece y el pez tiene la impresión de que está flotando.

 

—¿Recuerdas la chica de la que te hablé? Pues después de tanto insistir ha aceptado ser mi novia. ¿Te lo imaginas? —explica, atropelladamente, sin respirar de lo emocionado que está. Se toca el pelo y se mira la ropa. —Dios, debo ducharme y vestirme y…

 

Y se mete corriendo en el baño. Donghae se queda estático donde está, todavía intentando asimilar lo que ha ocurrido, pero está bloqueado. La puerta del baño vuelve a abrirse y la cabeza del monito se asoma.

 

—¿Qué querías decirme?

 

Hae alza la mirada y no sabe dónde está ni a qué se refiere Hyukkie; los engranajes de su cabeza siguen atascados.

 

—No, que podrías ponerte esa camisa que te compraste el otro día, te quedaba muy bien.

 

Hyukjae sonríe con amplitud y asiente con la cabeza para, seguidamente, volver a desaparecer. Donghae no se mueve, casi ni parpadea. Hyuk ha tenido relaciones esporádicas, nada de qué preocuparse, pero ahora parece que la cosa va en serio. No sabe a qué chica se refiere, le ha hablado de tantas… Y la poca información que ha recibido no lo ayuda a formarse una idea de cómo es la chica que le acaba de robar al amor de su vida.

 

El mayor pasa delante suyo como una exhalación mientras va terminando de arreglarse y de recoger sus cosas, pero Hae no lo ve, ni siquiera nota su presencia. Siente una opresión en el pecho y le cuesta un poco respirar. Mira las manos apoyadas en su regazo, pero tampoco las ve, su mente muy lejos de allí. Hasta que oye su nombre varias veces.

 

—Hey, fishy, te estoy llamando —dice Hyukkie, divertido. —¿Qué tal voy?

 

La boca de Donghae se seca; está guapísimo, no ya sólo por la mencionada camisa, que le queda que ni pintada, sino por todo él, que parece brillar. Hae intenta sonreír con sinceridad, aunque por dentro se siente morir.

 

—Te ves genial.

 

Hyukkie sonríe con amplitud y se despide. Unos segundos después Donghae se queda solo, triste y deprimido.

 

Jungsoo vuelve a casa apenas un par de horas después de haber salido; sabe que Hyuk y Hae se han quedado solos y Teukie tiene un mal presentimiento. Durante el rato que ha estado fuera ha estado a disgusto, preocupado por el pececito, y ha decidido que lo mejor era volver y cerciorarse que todo está en orden. Pero cuando abre la puerta todo está oscuro, aunque se adivina una silueta en el sofá, y eso hace que su preocupación aumente.

 

—No enciendas la luz —pide Donghae, en un susurro.

 

El líder baja la mano que se dirigía al interruptor y se sienta al lado del menor, viendo que sus mejillas están mojadas. Ha llorado. Ya sabía que algo iba mal; no debería haber salido. No quiere agobiar a Hae con preguntas o gestos tranquilizadores, así que ambos se quedan callados, envueltos en un silencio cómodo.

 

—Iba a decírselo, iba a arriesgarme, pero entonces ha llamado una chica que ha resultado ser su novia. —Donghae suspira y se seca las mejillas. Ya ha llorado bastante por hoy. —Si lo hubieras visto, hyung, estaba tan emocionado.

 

—¿Al final has podido decírselo?

 

—No, y creo que es mejor así. Hyukkie se pondría triste sólo porque no puede corresponderme.

 

Y ambos sonríen de forma tenue porque saben que Hyuk sería capaz de algo así. Jungsoo lo observa de reojo y, aunque Hae no parece feliz, por lo menos ya no parece tan decaído. Aún sentado en el sofá se acerca a él, Donghae lo mira a su vez y entonces Teukie lo besa. Nada fogoso o apabullante, más bien parece algo inocente y de principiantes. Unos segundos después el mayor se separa y Hae parpadea varias veces, confundido, abre la boca para decir algo, pero Jungsoo vuelve a besarlo con la simple pretensión de hacerlo callar, porque no quiere escuchar un rechazo del menor.

 

Otros segundos que le saben a poco y Leeteuk se separa de nuevo. Se muere por volver a probar sus labios. La cara de confusión total de Donghae le hace sonreír.

 

—Llevo años esperándote, no me importa esperar un poco más. —Se levanta del sofá y coge la mano del menor, tirando de él con suavidad para que lo imite. —Vamos a dormir, seguro que mañana te sentirás mejor.

 

Caminan en silencio hasta la habitación, soltando sus manos sólo para cambiarse de ropa y meterse en la cama, en la misma, porque en cuanto Hae se ha dirigido a la suya, Teukie no se lo ha permitido. Acurrucado contra el pecho del líder, Donghae escucha el latido acelerado del mayor. ¿Siempre ha sido así? Nunca lo había notado. Claro que Hyukkie era todo su mundo y jamás se había permitido mirar más allá, perdiéndose detalles y gestos concernientes a Jungsoo.

 

Pensaba que su hyung no lo comprendía, pero quizá lo comprendía más de lo que él creía. Qué egoísta ha sido; lleva años calentándole la cabeza a Teukie con Hyukkie, el líder escuchando con paciencia, y ahora resulta que… Se encoge más contra el mayor intentando así mitigar un poco la culpa que siente. Hyuk ha sido para él lo que él ha sido para Jungsoo; el monito no paraba de hablarle de chicas guapas, Donghae sólo hablaba de Hyukkie con el líder. Su hyung se habrá sentido tan mal todo este tiempo…

 

—Duérmete —murmura Teukie para luego depositar un beso en su frente.

 

—Sí, hyung.

 

Cierra los ojos y piensa que ya es hora de cambiar y olvidarse de Hyukkie; no quiere hacer esperar a Jungsoo mucho más.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).