Era pleno concierto, todos se estábamos algo nerviosos por lo que venía luego de dos actuaciones grupales previas a un pequeño ‘receso’ en donde nos preparamos Woohyun, Hoya, Sungjong y yo, Myungsoo.
Cada uno era maquillado, con pequeños retoques en un tiempo récord. Fue el mismo tiempo que empleamos en cambiarnos de ropa para estar completamente preparados para hacer nuestra esperada aparición en el escenario.
Los gritos eran ensordecedores, nuestros nombres se escuchaban por separado y claramente lo que, claramente encendía nuestra euforia y claro, nuestra emoción al estar entregando lo que a nosotros nos gusta hacer.
- ¿Viste a Sungjong? -Escuché la voz de Dongwoo repentinamente, lo cual causó que me sobresaltara al escucharle pues hace sólo segundos había bajado del escenario.
- No, ¿Le pasó algo?... -Pregunté algo preocupado, el próximo en subir al escenario era él y si no estaba disponible sería un verdadero problema.
- No, pero -Rió un poco, mostrando esa actitud un tanto infantil además de risueña que lograba entregarme tranquilidad frente a la negativa de mi pregunta-, espera y lo verás, quizás quedes con la boca abierta al verle... Sólo eso.
Sonreí ladino pues no sabía qué podía esperar del pequeño maknae del grupo. De todas las formas se veía bien, conservando su imagen tierna que en muchas ocasiones resultaba ser bastante engañosa. Sobre todo en esa ocasión en la que su imagen tierna se borró totalmente de mis pensamientos.
“Mierda.”
Sus piernas estaban casi en su totalidad expuestas con ese vestido negro que dibujaba su silueta perfectamente, su S-line definitvamente ya era algo que, desde ese día, no sería vista sólo por Hoya. Hubiese dado lo que fuera por ver su abdomen descubierto, pero esa tela traslúcida tan sólo encendía un poco más ese deseo de ver su nívea piel y luego memorizarla con mi tacto. Sin embargo, a pesar de todo el impacto que me causó ver esas provocativas prendas, lo que más me indujo a tener ese tipo de pensamientos fue ese bendito baile, ¿Cómo alguien podía ser tan jodidamente sensual en el escenario? Sungjong debería respondérmelo, quizás más que eso, debería demostrármelo con ese esbelto cuerpo que sabía cómo mover en cada nota musical que daba lugar a su pícaro baile.
Deberían darme un premio por aguantar esas horribles ganas de ir a bajar del escenario a Sungjong y llevármelo quizás a quién sabe dónde para comenzar a aclarar unas cuantas cosas. Esas intenciones ya me tenían más que loco.
Apenas pude notar como las luces se apagaban y el pequeño bajaba contorneando sus caderas de una forma inevitable, deslumbrando a todos, sobretodo a mi quien fue el que se precipitó con una expresión seria hacia él, para tomar su mano y llevármelo a la habitación más cercana, en donde no había muchas cosas, algunas de utilerías que quizás no serían necesarias. Realmente esperaba que no fueran necesarias porque ambos no saldríamos en un buen rato de ahí.
- ¿Qué sucede Myung?... -Escuché su voz un tanto titubeante, pero no por ello menos suave de lo usual.
- Sungjong, explícame, ¿Cómo puedes ser tan jodidamente sensual en el escenario? -Solté sin ningún tipo de filtro, llevando de inmediato la mano que segundos antes había estado sosteniendo su muñeca hacia su mentón, delineando con lentitud su quijada una y otra vez, esperando ansioso su respuesta.
- ¿Q-Qué?... -Noté como tragaba un poco de saliva debido a un sutil movimiento en su garganta-. No sé de qué hablas... Yo sólo hice lo que tenía que hacer en el escenario hyung... No hice nada fuera de lo común
-Sungjong -Murmuré bajando un poco más el tacto de mis manos siguiendo la silueta que trazaba su esbelto cuerpo-. Lo que hiciste ahí no fue nada común, créeme... Me dejaste con la boca abierta -Mientras las palabras afloraban casi por si solas de mi boca mi rostro se iba acercando al suyo con lentitud, sin quitarle la vista de encima con una fija mirada sostenida entre nuestros ojos-. Pero hay cosas que me llaman la atención... -Mi tono de voz fue más grave de lo normal cuando mi diestra ya estaba cercana a su abdomen, aledaña a ese lugar que tanto ansiaba por ver al descubierto sin aquella tela traslúcida que sólo entorpecía mi vista.
- Myung... Debemos cambiarnos ropas y n-no tengo tiempo para responder eso -Intentó levantarse a lo cual reaccioné de inmediato tomando sus muñecas con fuerza, acorralándolo contra una de las paredes, teniéndolo indefenso aún con esas ropas tan provocativas que llamaban a mis manos para que finalmente pudiese quitarlas-. A-Ah... Myungsoo -Jadeó casi sin aliento, me imagino por el movimiento un tanto brusco que había hecho.
- No me interesa eso... Tú te quedas aquí, conmigo... Nos vamos a entretener -Dejé una extensa lamida por sobre la curvatura de su cuello, llegando hasta su oído y así susurrar unas cuantas cosas más-. Haré que te sientas como un verdadero adulto, Sungjong -Fue lo último que dije antes de morder el lóbulo de su oído mientras que una de mis manos se encaminaba hacia su entrepierna, deteniéndose en su abdomen el cual aún no conseguía acariciar directamente.
No podía negar que el hecho de escuchar los suaves jadeos de Sungjong me provocaba a ser un poco más bruto en todo sentido, pero preferí comenzar por desabrochar sus ropas, siguiendo los lugares en donde, obviamente, se encontraban los broches que dejarían esas ropas holgadas fáciles para remover de su cuerpo. Mis labios fueron probando cada centímetro de su cuello, guiándome por su hombro hasta comenzar a succionar en ese lugar, mordiéndolo a ratos pues dejaría marca sobre su nívea y tersa piel.
- Mmh... Eres un verdadero experto con tu boca...-Musitó casi sin voz mi pequeño que continuaba contra la pared, dejándose hacer en su totalidad a esas alturas. No hacía falta pensar demasiado con respecto a lo que continuaría haciendo después.
- ¿Qué tenemos aquí?... Un pequeño maknae igual de sediento que su hyung -Fue inevitable comenzar a molestarle, hablando sobre su piel como si aquello fuese algún tipo de distracción al momento de dejar que sus manos delinearan con toda libertad su S-line, continuando con atrevidas caricias hasta tan sólo rozar esos lugares aledaños a su entrepierna, la cual, parecía poco a poco estar despertando ante los expertos toques de cada uno de sus dígitos.
Todo parecía ir bastante rápido con cada caricia que lograba hacer efectiva. Sungjong estaba al borde de quedar completamente desnudo entre mis brazos. En sólo unos segundos, de una manera sorpresiva, Jongie se volteó, quedando frente a frente, tomándome de inmediato por el cuello de una forma demandante, casi imponente lo que me dejó helado por unos segundos. ¿Realmente había logrado esa reacción en un chico que aparentaba una imagen inocente tan a cabalidad?... ¿Realmente el pequeño podía ser tan jodidamente sensual, y no sólo arriba de un escenario?
Pasados unos preciados minutos me apresuré en devorar su boca de una forma desesperada, saboreando su cavidad en su totalidad cuando nuestras traviesas lenguas decidían jugar a la par la una con la otra, causando esos típicos ruidos húmedos los cuales, lograban disimular los agudos gemidos de Sungjong, además de acallarlos claro. Entre cada uno de nuestros besos continuaba aprovechándome, pues sus ropas ya adornaban el suelo cuando mis manos se amoldaban perfectamente a su pequeño pero bien formado trasero. No tuve ningún tipo de vergüenza al tomarlo con ambas manos y con un sutil movimiento acercarlo más a mi cuerpo.
- ¡Ah!... Demonios... -Le escuché maldecir lo que me provocó esbozar una maliciosa sonrisa al verle de ese modo.
- ¿Aún quieres ir al escenario, Sungjong?
- Hazme tuyo de una vez y luego respondo eso. - Y nuevamente parecía que el pequeño se me adelantaba ya que no pasó siquiera un minuto cuando me guió en un camino de delicados pasos hasta un solitario asiento en dónde me empujó con suavidad, dejándome sentado en el cuando sus grandes manos comenzaban a desabrochar mis pantalones, bajándolos en un abrir y cerrar de ojos para lanzarlos a algún lugar en el suelo junto con mi ropa interior, dejando mi entreprierna completamente al descubierto-. Vaya... ¿Te ayudo con eso, hyung? -Susurró en tono excesivamente inocente, provocativo más que nada pues lo único que logré articular fue un ligero movimiento con mi rostro, indicándole una respuesta afirmativa poco antes de sentir su pulgar dibujando pesados círculos en mi glande con insistente fluidez.
- Agh... ¡Basta! -Exlamé tomando su estrecha cintura-. Primero provocativo... Y ahora atrevido -Pronuncié jadeante atrayéndolo hasta dejar a mi pequeño amante sobre mi regazo. Pude notar que por inercia este quedó sobre mi a horcajadas, llevando con consigo una mirada cegada por la pasión del momento.
- Sólo... Quiero hacerte sentir bien... Como un adulto -Habló moviendo sus caderas un par de veces hasta que me atreví a detenerlo con mi diestra que se apresuró en capturar su mentón y así atraerlo hasta mis labios mientras que mi zurda de una manera hábil llegaba hasta mi miembro, tomándolo para así poder comenzar a tan sólo meter la punta en el interior-. Ah... Ha-Hazlo de una vez... Márcame, hazme tuyo... Hazme pedir más de ti -Le escuché gemir desesperado sobre mis labios cuando su aliento se colaba en mi cavidad.
- Dios... Contigo no se puede tener compasión -Y diciendo eso sellé nuevamente sus labios con los míos a la vez que decidía entrar en su cuerpo con una certera pero a la vez profunda estocada en donde pude sentir lo estrecho y cálido que era-. Oh... Sungjong -Esta vez fue mi voz la que resonó en la habitación mientras escuchaba lo que parecían quejidos de su parte por lo brusca que había sido mi intromisión. Rápidamente llevé mi zurda que hace poco ya se había librado de toda actividad, quedando totalmente dispuesta para esta vez comenzar a masturbar el miembro de quién tenía sobre mi cuerpo-. Anda... Relájate -Susurré en un tono de voz grave, sonriendo con notoria lascivia, esperando que sus paredes internas poco a poco se fuesen acostumbrando a mi desesperada intromisión.
Realmente ya no me importaba lo ruidosos que pudiésemos llegar a ser a esas alturas, mi atención estaba por completo en Sungjong quién tuvo la iniciativa de comenzar a moverse sobre mi miembro de una forma tan experta que lo único que me quedó por hacer en esos minutos fue echar mi rostro hacia atrás por unos segundos, entreabriendo mis labios para que esos roncos gemidos abandonaran mi boca a la par de los más agudos que pronunciaba el menor. Mi mano continuaba causando estragos en su miembro pero aquello no era razón para que el chico se detuviese, mas bien, parecía ser algo más alentador ya que de sólo apresurar mis movimientos sus caderas comenzaron a imitar el mismo movimiento, causando que pronto en mi vientre se comenzase a alojar un intenso hormigueo que anunciaba el clímax de aquél acto carnal del cual, tan sólo las cuatro paredes de aquella habitación eran testigos.
-Me vengo... ¡M-Más rápido! -Anunció casi sin voz mi pequeño cuando yo iba a anunciar lo mismo. Decidí callar y tan sólo besarle de una manera apasionada cuando ambos no estábamos en condiciones de mover nuestros labios ya que estos estaban más ocupados gimiendo el nombre del otro una y otra vez hasta finalmente sentir como la cálida esencia de ambos marcaba distintas partes de nuestros cuerpos-. Como te amo Myungsoo...-Susurró besándome con dificultad-. No sé como puedo tener un novio tan... Desesperado por poseerme...
Y fue ese momento en el que escuchamos la voz de Sunggyu trás la puerta.
-¡Yah! Par de conejos, vayan a cambiarse, agradezcan que hay tiempo... Y no quiero ver el desastre que tienen después de escuchar todo su alboroto. - El regaño de nuestro líder no podía faltar pues siempre escogíamos lugares como esos para tener uno que otro encuentro. De todos modos... No me arrepiento de nada