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El amor duele por Allure

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Notas del fanfic:

Este fic esta dedicado a una amiga muy especial que me ayudo cuando mi musa me ignoraba.

Gigi tu sabes que te adoro!

Notas del capitulo:

Mi primer AU de Supernatural y es ,por supuesto, de mi pareja favorita aunque es probable que aparezca otra a lo largo de la historia.

Los personajes de Supernatural no me pertenecen y solo escribo esto por amor al arte.

 

Dicen  que lo que no nos mata nos hace más fuertes y él creía en eso ciegamente. Dean Winchester había sido criado de la forma antigua le habian inculcado que los hombres se casan con las mujeres y cualquiera que no siga esa norma debería ser enviado a un manicomio.

Por eso cuando Castiel, su mejor amigo desde que tenía memoria, le dijo que estaba enamorado de él lo único que atino a hacer fue echarse a reír tomándolo todo como una broma, sin embargo nada era una broma y dolido Castiel se alejo de él, poniendo entre ellos  la mayor distancia posible así fue que una mañana, sin despedirse, Castiel se marcho a mas de dos mil kilómetros de distancia con la firme intención de olvidar a su primer amor.

Pasaron largos cinco años y a pesar de lo que les hacía creer a todos sus conocidos Dean Winchester jamás dejo de sentirse culpable por como habían quedado las cosas entre él y Castiel, cuando el castaño se le declaro su mundo dio un vuelco y aquellas incomodas sensaciones salieron a flote ,nadie conocía el verdadero motivo por el que el ojiazul se había marchado pero todos imaginaron que fue para profundizar sus estudios y sin más se olvidaron de él, todos excepto Dean quien poco a poco comenzó a superar su sentimiento de culpa. Su vida era envidiable: tenía un empleo que disfrutaba, ganaba bien y muchas mujeres que prácticamente se le lanzaban a los brazos.

Despertó a media mañana y con paso cansado entro al lavabo donde tomo una ducha rápida, cuando salió del baño se encontró con la cama vacía asi que supuso que la mujer de turno se habría ido, sonrió feliz por tener un problema menos y bajo a desayunar aunque su felicidad duro muy poco cuando descubrió a la chica en cuestión usando una de sus camisas mientras le servía una taza de café.

–Buenos días, sexy dormilón– su voz aguda hizo que comenzara a sentir dolor de cabeza en el futuro debería averiguar más de la mujer con la que iba a acostarse o tendría este problema siempre pensó mientras caminaba hacia ella.

–Eeh… hola– sonrió tratando de parecer natural –no tenias que molestarte en hacer el desayuno–

–Pero si no es molestia… tómalo como un agradecimiento por la increíble noche que pasamos– rio la tipa, Dean sonrió cortés mientras comparaba aquel molesto sonido con el chillido de una ardilla –¿Qué te parece si volvemos a repetirlo? –

– ¡No!... digo, ya sabes es muy tarde y tengo que irme a trabajar– aquello lo había tomado por sorpresa, normalmente ninguna chica se quedaba y aquello le agradaba mucho pues no quería nada serio con nadie así que pidiéndole perdón mentalmente hizo algo que sabía que haría a la chica salir de su casa en menos de lo que tardaba decir “tarta”.

–Lo siento, Tammy pero la verdad…– empezó a decir notando en seguida que su plan había funcionado nada más ver la mirada de furia en la mujer que escupiéndole  un “¡BASTARDO, mi nombre es Amber!” salió a gran velocidad de la cocina, subió las escaleras para después bajar y salir de la casa con un portazo. Sinceramente no estaba seguro porque les molestaba tanto a las mujeres que las llamara por otro nombre pero si aquello funcionaba para sacarse de encima a las tipas como ella sería una táctica que seguiría a menudo.

Con una mueca de sonrisa, Dean, bebió un sorbo del café que la rubia preparaba tardándose solo unos segundos en correr hacia el lavabo y escupirlo.

–Demonios… quería matarme– pensó mientras se incorporaba y miraba por la ventana de la cocina, su mirada vago por el pequeño jardín frente a su casa recordando a la única persona que le preparaba el café tal como a él le gustaba: Castiel Novak, el amago de sonrisa desapareció de su rostro nada más recordar cómo habían terminado las cosas entre ambos… suspiro con fuerza en un intento de alejar aquella conversación que había marcado el final de su amistad.

–Mierda… ¡deja de pensar en eso!– se regaño a si mismo volteando hacia la mesa para recoger la comida y tirarla al basurero antes de poner los platos en el fregadero. Cogió su chaqueta de cuero al pasar por el recibidor y salió de la casa en dirección a la cochera donde se encontraba su “bebé” como él llamaba cariñosamente a la única cosa a la que de verdad tenia aprecio: su auto, el impala parecía esperarlo y el no pudo evitar acariciar su capo mientras abría la puerta y montándose en el auto lo encendió, puso la canción más ruidosa que hallo en la radio y se marcho a su trabajo.

Se estaciono con un pequeño derrape frente a su lugar de trabajo: el taller mecánico “Demon’s Hunter”, bajo del vehículo y camino hacia una gran camioneta de color rojo con el capo levantado, un joven se afanaba moviendo tuercas dentro de ella aunque sin resultado aparente.

–Hey, Ash ¿todavía no arreglas la camioneta de Sanders?– rio dándole una palmadita en el hombro al otro que  pegando un gritito nada masculino se levanto  con un salto golpeándose la cabeza en el capo  –vaya, no sabía que todavía gritabas como pendeja–

– ¿¡Qué!? n-no es cierto, solo fue porque tú me diste un susto de muerte– se defendió a la vez que se sobaba la adolorida cabeza –para la próxima intenta saludarme de forma normal–

–Ok... ¿y qué? ¿Aun te está dando problemas este trasto?– cuestiono Dean rodeando la camioneta hasta el asiento del piloto – ¿a qué hora se supone que la recogen? –

–En una hora aproximadamente– el ojiverde volteo para encontrarse con su jefe y uno de sus mejores amigos, Bobby lo observo a su vez con una mueca.

– ¿No se supone que tenias el turno de la tarde? –

–Eso... pues ya sabes que este lugar se cae prácticamente a pedazos si no estoy yo– bromeo volviendo a acercarse a Ash –enciéndelo, quiero resolver una duda–

– ¿Para qué? este cacharro debería irse al basurero– gruño el pelinegro mientras se limpiaba las manos con un trapo – todavía no se que está mal con el–

–Solo hazlo, Ash, quizás aprendas algo– el viejo también se acerco – es eso ó tu mismo le dices a Sanders que su camioneta todavía no está lista–

– ¿Yo decirle a ese tipo? no lo creo, el desgraciado es el entrenador del equipo de hockey, me haría papilla– se quejo caminando hacia donde estaba su jefe – aun no estoy seguro para que sirva esto pero lo hare–

Con lentitud Ash se sentó frente al volante y encendió el motor, solo habían pasado algo así como dos minutos cuando Dean le hizo un gesto para que lo apagara.

–El problema es que tiene una bujía floja– dijo el castaño y Bobby asintió –si me necesitan estaré con Ellen–

– ¿Eh? ¿Cómo  puede decir eso si ni siquiera reviso el auto?– Ash se bajo de la camioneta y volvo a examinar el motor – ¿q-qué demonios?... tiene razón–

–¿Y... aprendiste algo Ash?– sonrió el más viejo mientras se acomodaba la gorra que siempre traía puesta –Dean hizo la mitad de tu trabajo–

–¿Cómo pude haber aprendido algo si ese idiota solo se paró a escuchar? –

–Pues si no aprendiste nada es que tú eres más idiota–

Dean no pudo oír las carcajadas de Bobby desde donde estaba, había cruzado a la calle en dirección al “Road’s House” restaurant-bar que pertenecía a una de sus pocas amigas, Ellen Harvelle era una mujer dura que no se amilanaba ante nada, ni siquiera cuando se quedo viuda con su pequeña hija Joanne dejo que la vida la sobrepasara, con mucho esfuerzo monto un pequeño bar que ahora era uno de los más conocidos entre el pueblo, no era uno de esos lugares para gente rica y ostentosa (jamás verías a un ricachón ahí) por eso Dean le gustaba, aparte de otras razones que no venían al caso. Nada más entrar lo recibió el agradable aroma del tocino friéndose ¡oh aquello era lo más grandioso del mundo! se sentó en la barra y se quedo observando a la rubia que dándole la espalda estaba secando unos vasos.

–Hola, bonita ¿a qué hora sales?– rio cuando la joven volteo con una mirada de furia en sus ojos pero nada más ver de quien se trataba una sonrisa ilumino su rostro

–Dean Winchester... y yo que pensaba que mi día no podía mejorar–

–Ya sabes, preciosa, le pasan cosas buenas a la gente buena– respondió dedicándole una mirada de pies a cabeza –y tu eres una chica muy buena–

–Por tu bien, Winchester, espero no volver a saber que has mirado de esa forma a mi hija– Dean volteo a ver a la mujer que entraba al lugar con una caja de cervezas –no eres precisamente el mejor partido–

– ¿Qué? pero si yo soy perfecto, ya sabes ¿guapo, inteligente, buen amante?–

–Sí, claro...– rio la mujer dejando la caja sobre la barra – ¿te doy lo de siempre?–

–Me muero de hambre– exclamo sacándole una nueva risita a la mujer que se encamino a la cocina para prepararle el desayuno a uno de sus clientes favoritos.

Una hora más tarde y más comida de la que un humano normal necesita, Dean regreso al taller pero nada más entrar se encontró con alguien familiar.

–Sammy ¿qué haces aquí? ¿No me digas que quieres que te acompañe a comprarte el vestido? – Bromeo mientras se acercaba al auto donde su hermano se encontraba apoyado –sabes que las cosas de chicas no van conmigo–

–Que gracioso, Dean... venía a resolver otro asunto, Ruby quiere saber si vas a asistir con alguien a la boda–

–Pues... Angelina Jolie sigue casada con Brad así que tendré que pensar en otra opción–

–En serio, Dean, ya me canse que cada vez que te lo pregunte me salgas con algo distinto... está bien, sé que no puedo obtener más de ti en este asunto así que pasare al segundo tema–

–Sam, no se tu pero yo tengo trabajo que hacer así que si no te molesta...–

–Castiel va a venir a la boda– nunca una frase tan corta había hecho temblar tanto a Dean Winchester, miro a su hermano intentando digerir lo que este dijera pero la única mención del nombre del ojiazul había logrado que su mundo empezara a temblar –le pedí que fuera fotógrafo en la boda–

– ¿Cuándo ibas a decírmelo?–

–Mira, se que debí hacerlo antes pero necesitaba su confirmación– Sam se acerco a su  hermano tratando develar la razón por la que él y Castiel terminaran su amistad, en su rostro no había ira así que podía desechar la idea de que Castiel hubiese hecho algo que enojara a su hermano... Dean solo mostraba mucho dolor –jamás me quisiste decirlo que paso entre ustedes dos que terminara una amistad de casi toda tu vida–

–No es tu problema, Sam– el mayor de los Winchester definitivamente se sentía jodido, Sam conocía la mayoría de sus secretos pero lo que había pasado entre Castiel y el era algo que no se lo confesaría ni a Dios mismo –ahora... ¿tienes algo más que creas que yo debo saber? porque si no es así te pediré que me dejes trabajar–

–Pues... no, no hay nada– el pelilargo se mordió el labio mientras continuaba su lucha interna para decidir si sería buena idea confesarle a su hermano que en ese momento su ex mejor amigo debería estar llegando a la ciudad.

Su vuelo había sufrido un retraso y cuando por fin se aproximaba el aterrizaje, el fotógrafo le había enviado un mensaje a su celular.

 

–Lamento haberte molestado, Dean– murmuro a modo de despedida y salió del taller con la idea de ir a buscar a Castiel al aeropuerto.

 

 Si no podía obtener más información de una fuente lo intentaría con otra, no es que fuera un entrometido solo estaba preocupado por su hermano.

Notas finales:

Espero que les guste...


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