NUEVO AÑO, NUEVO PROFESOR… bueno, que sean dos
Se alza un castillo difícil de describir, las palabras serían insuficientes y parte de la magia se pierde con simples oraciones, es un castillo salido de los sueños, magia e ilusiones, el famoso colegio Hogwarts de cientos de años de antigüedad abre las puertas nuevamente para llenarse de viejos y nuevos asistentes en este nuevo periodo escolar.
Risas y conversaciones, amigos reencontrados después de las vacaciones, exclamaciones de asombro de los nuevos discípulos de la enseñanza en este colegió y mas es lo que se vive en este primer día de ingreso.
Con sus pros y sus contras es innegable que casi el 100% del alumnado está feliz de estar en ese lugar.
Harry y sus amigos no son la diferencia, después de todo un verano con sus tíos y primo siempre es motivo de alegría el regresar al lugar más cercano que considera a hogar.
Entra de nuevo por esas puertas y la sensación de pertenencia tan ajena a él en las vacaciones es reconfortante, aunque también detrás de estas puertas es donde ha experimentado las pruebas más difíciles de su joven vida.
Como todo el alumnado que no es de primer año se dirige al gran comedor, recuerda a la perfección su primer día en ese lugar, y tiene la gracia de revivirlo cada año con los niños de nuevo ingreso viendo sus expresiones ante el ingreso a un nuevo curso escolar.
La mesa de los leones está llena de voces y alegría, se sienta junto a sus amigos y como es de esperarse de alguien lista y observadora, Hermione es la primera en darse cuenta en su grupo de amigos de la primera anomalía perceptible en el colegio ese año.
-¿Quién es ese sujeto?-
Buena pregunta, no es de extrañar, al menos desde que entro a este colegio, que el personal docente cambie para bien o para mal, especialmente en la clase de defensa contra las artes oscuras, en realidad no se sorprendería si ese sujeto, sombrío y de traje negro, mucho menos estrafalario e igualmente resaltante entre los maestros resultara ser el nuevo maestro de esa clase.
Es alto y delgado, y como ya dijo antes resalta su simplicidad, no tiene túnica puesta, solo ese sencillo traje negro, con una camiseta blanca y una corbata negra, piel pálida, ojos oscuros y negra cabellera, y un ceño fruncido en su frente son sus características.
No son los únicos en darse cuenta, ya la mayoría está prestando atención al extraño entre los maestros, y todos se repiten la misma pregunta.
¿Quién es él?
Es cierto que los maestros cambian desde que entro al colegio, específicamente en la clase antes mencionada, pero esto es extraño, normalmente alguien ya sabría quién es, en realidad, hasta podría decir que el director Dumbledore tiene gusto por contratar a gente celebre o altamente conocidos por su especialización.
Que contrate a un completo desconocido no puede ser una buena señal.
-Probablemente sea el nuevo profesor de defensa- Harry expresa después de un rato de discusión en la mesa.
-No se ve muy alegre de estar aquí- comenta Ron, y es verdad, su semblante serio y con ceño fruncido no está nada relacionado con la alegría ni nada parecido.
En realidad a más de uno le parece intimidante.
Quizás es esa aura pesada que se carga, que incluso parece incomodar a sus compañeros de mesa, o quizás otra cosa.
Ese mal humor que se carga parece contagiar a los demás profesores, algunos logrando disimularlo mas que otros.
-Me da escalofríos- comenta una de sus compañeras, no se molesta en verificar quien, pero muchos concuerdan con ella.
El momento en que el directo da su discurso llega, comienza como siempre y continúa hasta que llega a la parte de presentar a los profesores, la mayoría conocidos, excepto por el misterioso hombre en la mesa de los profesores.
-… y por último, tenemos un nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras, que viene nada menos que del continente americano, el señor John Constantine- hiso una pausa esperando que diera algunas palabras o un simple saludo, este solo inclino un poco la cabeza y guardo silencio, se notaba que no era muy hablador –ejem… y también Hagrid tendrá un ayudante, aunque al parecer esta noche se ha mostrado indispuesto, el también es proveniente de E.U. y su nombre es Chas Kramer…-
¿John Constantine? ¿Chas Kramer? ¿Quiénes eran esos sujetos?
Pronto el murmullo entre las mesas se empezó a incrementar, ya tenían un nombre, bueno, en realidad dos, pero nadie había escuchado hablar de estos sujetos antes, además de que era un hecho sin precedentes que en el personal docente se integraran personas de Norte América.
El crujir de la puerta llamo la atención entre los murmullos y la confusión de los adolescentes, para ver a uno de los leones famoso por su torpeza asomarse, era Neville Longbottom, quien al verse descubierto y con varias miradas sobre su persona un color rojo inundo sus mejillas hasta sus orejas y cuello, parecía que se había quedado petrificado de momento.
-¿Nev no estaba con nosotros hace un momento?-
-Creo que dijo que quería ir al baño-
En efecto lo que dice Dean a Seamus es verdad, el muchacho olvidadizo antes de entrar al comedor decidió atender al llamado de sus necesidades, cosa que pensándolo un poco parece que tomo un poco más de tiempo de lo acostumbrado.
Antes de que alguien más haga un comentario en la mesa, una cabeza se asoma junto al muchacho, de cabellos cortos rizados y que mira con ojos asombrados al gran comedor, otra cara nueva.
-Oh, tenías razón, era por este camino-
El desconocido empuja un poco más la puerta y se deja ver mejor, es un hombre joven, no parece mucho mayor que alguno de los estudiantes de séptimo año, viste un traje sencillo, pantalones café oscuro y una camisa blanca con su respectiva chaqueta, y lo que algunos se dan cuenta, por ser fijados, detallistas, observadores, es que calza unos tenis negros.
-Muchas gracias Neville, realmente me encontraba algo perdido-
-No hay de que señor Kramer-
-Ya te dije que puedes llamarme Chas-
-Uh… si, de acuerdo-
-Sera mejor ir a nuestros respectivos asientos, creo que estamos llamando un poco la atención. Nos vemos luego Nev-
El joven hombre le dedica un par de palmadas en son de despedida y avanza con paso algo presuroso hasta la mesa de profesores, cielos, nunca cuando fue estudiante había llamado tanto la atención, y ahora que regresaba a una escuela como algo así como ayudante de profesor, falso, técnicamente, pero trabajaría aun así de eso, sobresaltaba, pequeñas ironías de la vida.
Bajo la atenta mirada del alumnado se observa al joven hombre tomar asiento junto al nuevo profesor de defensa, así que ese era el anteriormente mencionado Chas Kramer.
-Perdón por la tardanza, es un castillo muy grande y creo que me desubique un poco, y cuando le pregunte a un par de fantasmas creo que les entendí mal sus indicaciones…-
-A todos nos ha pasado alguna vez, debo admitir que la primera vez que vine me separe de mi amigo y de alguna manera termine en la torre de astrología- le disculpo el director rememorando tiempos antiguos.
-Está bien Chas, no te perdiste de nada importante-
-Bueno, continuemos con la selección de las casas de los nuevos estudiantes-
Y mientras la selección de casas daba comienzo, en la mesa de los leones el muchacho olvidadizo era interrogado por sus queridos compañeros.
-¿Qué paso?-
-¿Conoces al nuevo ayudante de Hagrid?-
-¿Dónde lo conociste?-
-Yo… yo simplemente me lo encontré por el pasillo-
~*~
HOLA, SOY CHAS
Este castillo era maravilloso, impresionante, el libro que había leído antes de venir se quedaba corto. Aunque tal vez debieron poner una pequeña advertencia en este por muy detallado que fuera, algo así como en letras pequeñas o paréntesis de que “cuidado, te puedes perder”.
Ahora, se encontraba en palabras preferidas por él… un poco desubicado, para no usar el termino más correcto y usado, estaba perdido.
Era un poco vergonzoso para él, que por varios años había sido un excelente taxista, jactándose de su buen sentido de la orientación, terminar perdido, por eso prefería decir que estaba algo desubicado.
De hecho había pedido indicaciones algunos cuantos pasillos atrás, bueno, muchos en realidad, esos fantasmas que se encontró le dijeron que doblara por aquí, por allá, o había tomado mal una vuelta o ellos le jugaron una simpática broma, eso podría explicar las nada disimuladas risas que soltaron después de alejarse un pasillo.
Ahora, ¿ya habría terminado el gran banquete de bienvenida en el comedor?, si era así se hubiera perdido de poder ver el famoso evento de selección de las casas, y más importante, de la cena.
Por andar preparando algunos últimos detalles de su trabajo, no el de profesor, sino por el que principalmente fueron contratados, se le paso la hora de la comida, y luego había tomado un muy ligero desayuno por las prisas, tenía hambre.
Tenía que encontrar a alguien para preguntar, no había de esos extraños cuadros que hablaban ni más fantasmas, así que lo que le quedaba era seguir avanzando hasta que encontrara el comedor o a alguien que le ayudara.
Al parecer la suerte decidió que era mejor lo segundo.
Neville se estaba dirigiendo al gran comedor, que como ya se dijo antes se había retirado de este anteriormente a atender sus necesidades, distraído andaba caminando que cuando alguien de repente le hablo no pudo evitar saltar un poco en su mismo lugar.
-¡Hey, muchacho!-
-¿He? ¿Yo?-
-Sí, oh gracias al cielo, por fin encuentro a alguien, llevo un muy buen rato tratando de encontrar al gran comedor y no hay nadie a quien le pueda preguntar dónde queda-
-Oh, eh… si quiere, si quiere yo lo puedo guiar, me dirijo hacia ahí-
-Te lo agradecería mucho-
-Sí, no hay problema-
-Muchas gracias, ha y mis modales, perdón, no me he presentado aún, me llamo Chas, Chas Kramer, mucho gusto-
-Un gusto, yo soy Neville Longbottom-
El joven Nev no tenía idea de quién era el señor Kramer, que insistió que le llamara solo Chas, pero sin lugar a dudas era agradable, mucho en realidad, muy contrario al nuevo profesor que en pocos momentos encontraría en la mesa de los profesores.
Este iba a ser un año interesante.
-Este castillo sí que es inmenso, y con eso que dicen que las cosas cambian de lugar necesitare hacer un mapa-
-Hu, ¿es la primera vez en Hogwarts?-
-Sip, y de lo que leí de este lugar se queda corto, será interesante en este lugar una temporada-
-¿Quedarse? ¿Usted se quedara aquí?… ¿Cómo profesor?- Nev estaba sorprendido, el sujeto a su lado se veía demasiado joven como para ser un profesor.
-Sí, bueno no, algo así, no exactamente un profesor pero creo me veras muy seguido por el castillo, espero no como este primer encuentro en que me encontraste perdido jajaja, ha y no me hables de usted, ya te dije que puedes llamarme Chas o Kramer, no recuerdo si en este lado del globo se acostumbra a llamar a la gente por su apellido o por su nombre-
El sujeto era un misterio, y siendo sinceros él no era la vela más brillante del candelabro como para detectar algo malo en él, pero a buenas a primeras le pareció agradable, tal vez su forma de hablar y dirigirse a la gente de manera tan amistosa, o que le hablara siempre con una sonrisa que parecía no abandonarlo en todo ese rato, el señor Kramer… Chas, parecía alguien verdaderamente bueno, quizás este sería un año menos tormentoso que lo otros si es que el encuentro con este nuevo profesor, o lo que sea, fuera una especie de presagio.
-¿El comedor está lejos?-
-No, falta poco, solo cruzamos un par de pasillos más y doblamos en otro-
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