Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pet por sleeping god

[Reviews - 66]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Considero yo no me tardé en esta ocación, así que espero no tener regaños esta vez.

Lean.

Jadeaba sin aliento, limpiándose el sudor de la frente mientras miraba el pecho de Ichigo inflarse y desinflarse velozmente.

-per… perdedor…-anunció Kurosaki, recargándose en la reja para recuperarse.

-fue… por… que… te… di… chan… ce…-se justificó aun sorprendido de no ser capaz de alcanzarlo con sólo un par de metros de diferencia de arranque.

-no es… verdad.

-claro… que sí.

-mal… perdedor…

Ya no respondió el peliazul para recargar sus manos en las rodillas, agacharse y recuperar el aliento.

Al fin volvieron a la normalidad y salieron de  la mansión.

 -¿Qué vas a comprar?-cambió el tema el menor para no seguir con la discusión en que él era el verdadero vencedor.

-algunos pantalones.

-quizá te pueda ayudar a escoger algunos que no te hagan ver como un maleante-se atrevió a decir a la nueva vestimenta del gato; un pantalón negro roto con una cadena, una playera con un esqueleto estampado sobre la playera blanca y demasiados collares con significados religiosos o de esqueletos.

-jajaja, no creo que puedas,  enano. Además, las chicas adoran mi imagen.

-deben estar ciegas.

-las que te coges, cabrón.

Ambos rieron.

Ichigo sentía que ese el Grimmjow que debía ser, su sonrisa ya no era falsa y eso le agradaba.

 -escojo unos 6 y nos vamos.

-bien-miró la tienda y vio unos de cuero negro.

-hey, esos son geniales.

-¿bromeas? Sudarás como un puerco y se notara tu “amiguito”. Si quieres ser tan descaro mejor ándate desnudo.

Volvió a sacarle una gran y sonora risa al peliazul.

-no te creas lo que te dicen, en realidad uso un calcetín.

-ajá, quisiera no recordar como sé que no es falso.

-alégrate de que no te haya mordido.

Se rio Ichigo dejando al otro que tomara la ropa dicha y se cambiara.

-¡oye, ¿con o sin calzoncillos?!-bromea Jeagerjaquez sólo para divertirse.

-¿hablas enserio?

-no, ¿Por qué te preguntaría a ti?

-imbécil.

Salió vistiendo los pantalones que a la perfección le daban un aspecto rebelde.

-debo admitir que te lucen bien-confesó el pelinaranja.

-a mi todo me luce bien.

-¿eso piensas?-cuestionó con sonrisa macabra-porque si es así te reto a ponerte algo de la sección de mujeres ¿Acepta o es usted un cobarde?

Frunció el ceño y dijo que sí sin dudarlo. Sin embargo se arrepintió al momento en que le dieron una blusa escotada en color crema.

-debes estar bromeando-dijo al pelinaranja al notar que le quedaría a punto de romperse, además de la obvia vergüenza a usarlo.

-¿…o es usted un…?

-¡bien, bien!-aceptó-pero entonces debes usar lo que yo escoja.

-¿Por qué?

-¿es usted un cobarde?-le abofeteó con un guante que había entre un montón de ropa, provocando a que Ichigo accediera.

 

-a la cuenta de tres saldremos los dos-dijo Grimmjow en el vestidor a un lado del de Kurosaki.

-¿estás seguro que no quieres ser un cobarde?

-jamás. Pero puedes rendirte, fresita.

-… nunca-respondió con pena y negación a aceptar que quería rendirse o que se lo tragara la tierra.

-uno.

-dos.

-¡tres!-salió vistiendo la playera que le apretaba de todos lados y que le lucia terrible a su formidable cuerpo musculoso. Una empleada no pudo evitar reír al verlo-¿Ichigo?

-¡no pienso salir, esto es ridículo!

-no sé de qué te quejas si no había ropa interior femenina.

-¡aun así no planeo salir!

-entonces es mi triunfo.

-bien. Me quitaré esta cosa.

-¡oh, no! ¡No ganaré sin verte!-entra a fuerza al vestidor para encontrar a Ichigo con el vestido amarillo a medio muslo por estar a punto de quitárselo, sonrojado hasta las orejas y con una cara de risa y sorpresa a la intromisión de un Grimmjow aun con una blusa de mujer.

-¡SAL DE AQUÍ! ¡LARGO!

-no, de ninguna manera. Ya se rieron de mi ahora es tu turno-lo sujeto de los brazos para sacarlo a la fuerza, mientras el otro forcejeaba para quedarse dentro y sacar al peliazul, rompiéndole la blusa que estaba a punto de tronar de todas formas. En un empuje de Jeagerjaquez a Ichigo hizo que este último se golpeara la pierna con el banco, dejando una cortadura de 5 cms y una expresión de dolor.

-… eh…-no atinó a disculparse con el menor, con quien ya había terminado la pelea y sólo se volvía a sentar para buscar con que limpiar la sangre que comenzaba a correr.

Grimmjow por fin sacó un pañuelo de su bolsillo y lo colocó, teniendo que arrodillarse frente al chico.

-fue un accidente-le dijo al felino para que no se sintiera mal por la herida.

-lo sé y fue tu culpa por no jugar limpio, fresita.

-¿Qué…? Ah, jódete-regañó sonrojándose por tener a Grimmjow de rodillas frente a él, preocupándole que en algún momento mirara bajo el vestido de tela ligera, en forma de ondas hasta el pecho que estaba más apretado a su cuerpo, y aunque largo no tenía tirantes.

El pantera se puso de pie y en busca de una venganza sacó su celular y le tomó una foto donde no le miraba por estar aún enojado y apenado.

-¡¿Por qué hiciste eso?!

-algún día le sacaré provecho a esto.

-¡bórrala!-ordenó poniéndose de pie.

-no, el ganador hace lo quiere. Ahora cámbiate antes de que a alguien te le antojes.

-eres un puerco-aunque le hizo caso y volvió a colocarse los vaqueros y la playera, al igual que Grimmjow poniéndose su camisa.

Pagaron la ropa, ambos sin decir que habían roto una de ellas, y salieron a la tarde que ya se tornaba oscura.

-muero de hambre-anunció la pantera tomando su estómago.

-hay un puesto de fideos por aquí cerca.

Se dirigieron a pequeño puesto ambulante que por el momento estaba vacío.

-deme dos grandes  ¿y tú qué quieres?-se burló el más alto.

-jaja- rio sarcástico.

Se sentaron y empezaron a comer en cuanto les sirvieron.

-¿Cómo va tu escuela?-quiso saber el pelinaranja.

-bien, supongo. No es nada del otro mundo, solo gente más adinerada de lo normal. ¿Y tú?

-espero las vacaciones.

-¿Quién no?-complementó pidiendo un par de refrescos.

-¿tienes amigos? ¿Novia?

-no sé si se le puedan llamar amigos, son más bien mis putas… el fin. Te diré algo pero te romperé el cuello si le dices algo a Byakuya.

-dime.

-fue mi novia su hermana.

-¡no! ¡No es cierto! ¡No mientas!-regaño escéptico.

-de verdad que no miento. Lo juro por mis bolas.

-apenas te creo-dijo aunque no era difícil siendo Grimmjow tan apuesto-¿Por qué terminaron?

-porque no era tan serio como creíamos.

Guardaron silencio mientras terminaban de comer. Se levantaron para irse y mientras Ichigo sacaba su cartera el otro le indico que no.

-yo pago. Déjame gastar la fortuna de Byakuya-pagaron y se retiraron.

 

Salieron de la plaza comercial y vio un gran reloj marcando las nueve de la noche.

-demonios-dijo Ichigo desanimado.

-¿Qué ocurre?

-ya no alcance el metro.

-no hay problema. Quédate conmigo-se ofreció pensando ya en la mansión como su casa, además de importarle poco que pensara Byakuya y que de esa manera Rukia no le regañaría por dejarla plantada.

-gracias.

Volvieron a emprender la misma carrera de la reja a la puerta de la casa Kuchiki, pero ahora entre empujones y juegos sucios, terminado por ganar nuevamente Ichigo.

-2-1, gatito-se burló el ganador.

-por ahora, fresita.

Pasaron dentro hasta caminar frente al comedor donde los hermanos Kuchiki cenaban.

Rukia le lanzó una mirada mortal al ojiazul que prefirió ignorarla.

-que gusto, Ichigo Kurosaki-saludó Byakuya, no sin antes limpiarse con la servilleta.

-hola, Byakuya. Grimmjow me invitó a quedarme.

-no hay inconveniente.

Se miraron la pelinegra e Ichigo, pues no se conocían.

-ella es mi hermana Rukia-presentó el noble mientras se saludaban con un apretón de manos.

-ya fue mucha mierda. Te reto en los videojuegos-anunció el felino para que le siguiera.

-parece que por fin encontró un amigo-dijo el mayor de los Kuchiki con cierta felicidad.

 

El reloj marcaba las 4:36 de la madrigada pero no era visto por el par de jóvenes que con los ojos cansados, las piernas acalambradas, las manos adoloridas y más dormidos que despiertos seguían jugando.

-68-59-hizo referencia el peliazul con el marcador a su favor aun habiendo perdido esa ronda.

-estás loco, no llevamos eso-le regañó sin animo, queriendo cerrar los ojos.

-acepto la locura pero es eso lo que llevamos.

Bostezaron al mismo tiempo y concordaron en silencio que era hora de dormir. Apagaron el Wii y la televisión de plasma de 42 pulgadas que se hallaba en el cuarto del felino.

-prende la luz-pidió el dueño del lugar, haciendo que Ichigo a medias llegara al interruptor para ver al otro ya acostado, con todo y zapatos en la cama.

-¿Dónde dormiré yo?-cuestionó frunciendo el ceño e igualmente dirigiéndose a la cama.

-en el piso.

-claro que no.

No respondió por caer dormido y ya que la cama era matrimonial se descalzo y cobijándose se durmió con la luz encendida.

 

Por la mañana estaba muy oscuro más después dio conque un cuerpo estaba acostado sobre su rostro, tapándole la luz del foco y del sol que se colaba por la ventana sin cortinas.

-Ichi… Ichi…go- quiso despertarle pero ya que no lo hacía se desperezo y quitó de encima el torax del joven. Bostezo. Se levantó para quitarse los tenis y entrar al baño a orinar y después bañarse.

El ruido de la regadera lo despertó más no lo suficiente para no caer dormido nuevamente. Al volver a despertar encontró a el pantera con una toalla atada a su cintura y revisando el armario para escoger que ponerse.

-buenos días-dijo para ya levantarse de la cama.

-buenas…-respondió jalando un pantalón azul y una playera de manga corta blanca.

-deberías cambiarte en otro lado.

-somos hombres ¿o no? No vas a ver nada que no hayas visto antes  o que no tengas-dicho eso se sacó la toalla, dejando que nuevamente viera su cuerpo trabajado de todos los músculos y el miembro grande y grueso colgando mientras se colocaba unos bóxer rojos con negro, después el resto de la ropa.

-sí que eres desvergonzado-se quejó un tanto incomodo de observar a detalle a su amigo.

-es mi casa y hago lo que quiera-se defendió tomando unos converse negros con blanco y colocárselos-iré con Byakuya a hacer unas labores. Ya sabes cómo salir. Nos vemos mañana ¿te parece? Aún tengo que derrotarte en muchas otras cosas.

-quisieras, idiota-dicho eso se marchó el peliazul y ese se quedó en su habitación hasta que le dieron ganas de ducharse.

Luego de arreglarse su hambre hacia salido a flote en forma de leves retortijones de sus tripas, así que con algo de esfuerzo pudo encontrar la cocina y servirse un vaso de leche. Mientras lo bebía Rukia se presentó en la cocina con una pijama blanca de conejitos.

-buenos días-dijo a la aun soñolienta mujer.

-buenos días ¿se han ido ya?

-sí, hace una media hora.

La chica afirmó con la cabeza para empezar a servirse un plato de cereal con leche.

-me alegra que Grimmjow te trajera, le hacía falta una amigo.

-y demasiado. No me dejó dormir hasta la madrugada.

-es porque ni a mí ni a mi hermano nos gusta seguirle sus jueguitos de quien es el mejor en esto o en aquello-contestó ella mientras el chico la acompañaba a desayunar.

-¿y a donde fueron?

-a manejar. Nii-sama estará más ocupado después con nuevos pacientes y quiere que Grimmjow me lleve a la escuela. Pero es un idiota en coordinar las manos y los pies.

Ichigo se rio y la otra le sonrió.

-¿Cuántos ha chocado?

-ninguno por el momento aunque está a punto de tirarle la defensa al auto.

Siguieron platicando de banalidades, aun después de terminada la comida y al medio día Ichigo se retiró de la mansión con un par de nuevos amigos.

 

Esa tarde estaba cansado en exceso, le dolían los brazos de las vencidas que peleó con Ichigo el día anterior, las piernas por coger antes de ir a la escuela con Byakuya y la cabeza por estudiar en el recreo con sus fracciones. Regresaba a casa aun a pie pues, aunque sabía ya manejar, no sacaba su licencia y por ello Kuchiki se negaba a entregarle las llaves.

Cruzo la calle, abrió la reja y recorrió el camino a la puerta, disfrutando de la brisa que anunciaba lluvia y de los árboles que le arrojaban pétalos al rostro, además del sonido que el viento hacía con sus ramas.

A un par de metros de la puerta sonó su teléfono celular que aún le era difícil de manejar y a decir verdad no era muy de su agrado, aunque si útil para saber si esperaría a Rukia o si se iría por quién sabe dónde con sus amigas. Sin embargo era Ichigo.

-¿Qué pasó, perro?-le dijo sin realmente querer herirlo, sino como una manera de llevarse.

-¿no quieres ir al cine, culero?-respondió de la misma manera.

-ando todo jodido. Lánzate a mi casa y vemos una película.

-me queda muy lejos y lo sabes.

-…pinche huevo-insultó en voz baja aunque queriendo relajarse con el pelinaranja que le hacía estar en total confort-aguanta una medio hora y voy por ti.

-no, quiero vivir.

-¡ni que estuviera tan pendejo para manejar! Es más ¿Por qué te pregunto? Voy para tu casa y si no estás te meto unos vergazos.

-¿Cómo piensas hacerlo sino estoy ahí?

-aguántame ahí-colgó para no quedar más en ridículo. Entró a la casa y robó las llaves del Mazda blanco.

 

Sólo tuvo que esperar 20 mins para que llegara el pantera en un lindo carro blanco, le pitaron y, despidiéndose de su familia, salió y se subió.

-vámonos-dijo el mayor acelerando para que se asustara el otro, cosa que logró aunque en acto reflejo, sujetándose con fuerza al asiento-jajaja.

-¿de qué te ríes, idiota? Conduce bien. Rukia ya me dijo que no tienes licencia.

-es sólo un pedazo de plástico que dice lo ya los otros conductores ya saben-respondió sabiendo desde hace un tiempo que la mujer hizo amistad también con el chico con nombre de fresa. No le molestaba en lo más mínimo pero cuando ellos dos empezaban sus juegos ella los dejaba solos.

 

Antes de llegar rentaron un par de películas, compraron botanas, refrescos y alcohol y se instalaron en la sala de televisión después de un regaño de Byakuya por llevarse el auto sin avisar ni tener permiso.

-no deberías hacer enojar a Byakuya, él te mantiene.

-le gusta que le haga enojar para que después lo ponga bien contentito.

-¿hablas de que…?-indagó con curiosidad a lo que se daba a entender a pesar de ser difícil de creer.

-ah…-se aclaró la garganta únicamente.

-¿no puedo creerlo?-después bajo la voz-¿te tiras a los dos?

-¿Cómo sabes que me tiro a Rukia?

-eso me lo responde-dice sonriendo. Ella nunca se lo dijo pero supuso que ser novia y después ya no serlo pero seguir viviendo con Grimmjow conllevaría tener sexo con él-¿y ellos lo saben?-siguió preguntando.

-claro que no. Ni uno ni el otro. Me matarían ambos y luego entre ellos.

-eso no es bueno-le regañó.

-¿Qué más te da cuanta gente me ensarte?

-… nada. Pero igualmente no está bien.

Suspiró soportando su ángel de la guarda que siempre le reclamaba sus malas acciones.

-tú no te quejes y vamos a ver la película.

Al cuarto de transcurrida la película sintió la cabeza de Grimmjow recargarse en su hombro, en un inicio iba a quitarse pero al verlo notó que realmente estaba cansado porque ya dormía. Le permitió acomodarse mejor y sin darse cuenta se quedó dormido también.

 

-Grimm… Grimm.

Abrió los ojos azules y vio a su compañera llamándolo.

-váyanse a acostar-les apagó la televisión  y se fue a dormir.

Quitó con cuidado a su amigo y al tratar de despertarlo este sólo gruño y volvió a acomodarse en el sillón. Ya que por esa sala se hacía todo el movimiento de Byakuya en la mañana se decidió a cargarlo a su habitación, lo recostó pero colocándose encima cuando su collar de cruz se atoró con uno de calavera de Ichigo.

-que mierda-atinó a decir intentando desenredarlo pero con una cadena abierta atorada con el dije se volvía un trabajo meticuloso que era excesivamente complicado para Grimmjow Jeagerjaquez.

El de ojos castaños empezó a despertar para descubrirse con las piernas atrapadas por las de su amigo, con sus brazos encerrados con los del otro y los labios de ese… maldiciendo a quien sabe qué.

-¿Qué haces?

-desenredo estas chingaderas.

-entiendo…-se sentía extraño con Grimmjow tan cercas. Nunca lo había tenido de aquella manera. Si bien se habían peleado con solo shorts, en una piscina o con la ropa pegada del sudor nunca antes su rostro estaba a centímetros de su cara, dejándole sentir el cálido aliento y una cercanía calmada y apacible. Se escuchaba el tintineo de las cadenas pero muy lejos.

Era un curiosidad morbosa los labios de su amigo que por alguna razón que no se dio el tiempo a analizar, únicamente se acercó y puso sus manos detrás del cuello del peliazul.

Grimmjow dejó de tratar de desenredarse y se quedó inmóvil, sin creerlo y sin respirar. Estaba muy serio su compañero como para que pensar que era una de sus múltiples bromas. Jamás pensó en él de aquella manera pero ya se había tirado a muchos sin sentir nada, era curiosidad de ver qué nuevo le tendrían esperando entre sus piernas. Él también se acercó.

Cada uno miraba a los ojos del otro buscando algo familiar.

Ya no observaba al gatito perdido y al noble petulante, más sorprendente era no ver a su amigo el autodenominado Gran Rey Pantera. Era alguien diferente y se sonrojó al no sentir más curiosidad, sino calor en su pecho y miedo, uno que le hizo erizarse ante la seriedad del que enfrente también le encaraba a besarse.

Tembló el cuerpo bajo el suyo y en un acto no sólo se acercó más, sino que le acarició el cabello anaranjado con la mano que antes usaba para desatar los collares. Ese Ichigo no se parecía en nada al chico que en todo buscaba ser mejor que él y a veces lo lograba, no, ese se ponía a su disposición, dejándole que fuera el amo que tanto adoraba ser. Tampoco se parecía al joven que le acogió después de ser abandonado, ya no sentía que lo cuidara sino que él debía protegerlo.

Y se dio cuenta que falló a sólo un centímetro de juntar sus labios. En una noche se desató lo que tejió por semanas; ya era especial ese pelinaranja en un sentido que volvía a hacerlo atable, sumiso, leal y dependiente. Odiaba ser mascota por fuerza o amor. Al final sería una mascota. Y se dijo que nunca más.

-no-atinó a decir antes de juntarse. Aun ambos tenían los ojos abiertos.

Sujetó su collar y el de Ichigo y arrancó su propio dije para quitarse de encima, apagó la luz y se recostó una vez se sacó los zapatos.

Fue Kurosaki quien no quiso quedarse así pues de dejarlo incluso perderían la amistad.

-Grimmjow.

-¿mmm?

-no debí hacer eso.

-sí, no debiste.

-lo siento.

-yo también.

Nuevamente se quedó en silencio.

-¿Qué pasó?-cuestionó al aire pero esperando respondiera el felino.

-cedimos por un minuto. Ahora, cállate.

-¿Qué quieres decir con que “cedimos”?-giró en la cama para quedar tras la espalda del otro, recargado en un brazo para intentar verle el rostro aunque no lo logra-Grimmjow, responde.

Se giró también el pantera y con un gruñido respondió:

-no sé a qué cediste tú pero yo sé a qué estoy cediendo.

A pesar de la mirada dura del ojiazul logró que Ichigo se sobresaltara con la confesión.

-puede…-bajó la mirada castaña y sin darle muchas vueltas a ese dolor en el pecho respondió-…que sienta lo mismo.

El pantera simplemente suspiro. Ahora todo sería muy difícil. Ninguno se confesaba que en ese mismo momento se dio cuenta que se enamoró.

-¿te gustaría que te llamaran maricón en la escuela? ¿Qué tu padre te odie? ¿Qué se te abra el ano para satisfacer sexualmente a tu pareja?

Esa era la primera vez que le ofendía la manera de hablar de la ex-mascota.

-no me hables de esa manera.

-así será si cedemos. Yo no quiero caer así no me lo voy a permitir y tú tampoco. En este caso yo lo evite, la siguiente será tú turno y de no soportarlo cada quien tomara su rumbo. ¿Hecho?

Dejó un poco confundido a Kurosaki quien al comprenderlo dudó,  más luego respondió:

-hecho. No quiero que dejemos de ser amigos.

-nada más amigos.

Se recostaron frente a frente y con la poca luz podían verse y, finalmente, decirse con pesar:

-esto será jodidamente difícil.

-esto será difícil.

Notas finales:

Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).