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Pet por sleeping god

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Notas del capitulo:

Subo con mucha prisa.

Disfrutenlo.

Descendieron el bosque en un silencio mortal. Ichigo ahora se sentía con toda la fortaleza para rechazar a Grimmjow esa y más veces porque ese jamás lo querría como él lo hacía, nunca se rendiría ante sus sentimientos y de aquella manera no funcionaba el amor. Grimmjow miraba con pesar al muchacho que con tristeza caminaba, como si sus palabras le hubieran destrozado el corazón, no era su intención, jamás era su intención lastimar pero lo lograba y muy eficientemente.

-vamos por los peces-dijo el pelinaranja una vez salieron de entre los arboles hacia el camino vacío pues la gente aún estaba en las orillas viendo los fuegos artificiales.

-sí… Ichigo…

-cállate.

Así lo hizo.

Tomaron las nuevas mascotas y se retiró el menor, sin decir nada, sin voltearlo a ver ni despedirse.

Ni cuando Aizen le abandonó se desconsoló tanto al punto de por fin conocer el dolor en el pecho.

 

Al entrar en la mansión puso el pescadito en uno de los estanques y le vio nadar tranquilamente junto a las enormes carpas.

-¿Qué quiere de mí?-se cuestionó a sí mismo en su reflejo del agua-algo hice mal y no sé…-se levantó rápidamente y corrió a la habitación de Byakuya, despertándolo con sus pasos en el suelo de madera-tienes razón, necesito ayuda.

El noble se sentó en la cama para despertar completamente después de ser levantado tan bruscamente.

-¿Qué necesitas?

-estoy… creo… no sé si estoy enamorado.

El pelinegro abrió grandes los ojos, imaginaba una confusión del felino pero no algo tan fuerte como el amor.

-descríbeme cómo te sientes a su lado o cuando piensas en ella.

Si bien escuchó que le cambiaban el sexo a Ichigo prefirió dejarlo de esa manera pues aun no sabía siquiera que clase de inclinación sexual tenía.

-… siento… me siento feliz y hoy…-bajó el rostro un poco-… me siento terrible porque creo que hice algo mal.

-¿Por qué piensas que es amor?

-no lo sé. Es como si algo, no sé, algo me causara una repugnancia, un odio terrible, unas ideas tan estúpidas pero que deseo esas cosas, quiero que no se vayan y me duele ver su mirada…-alzó por fin el rostro sin darse cuenta que estaba igual de lastimado con sus propias palabras-… triste.

Kuchiki  pensaba que había muchas posibilidades de que estuviera enamorado pero no podía asegurarlo, por el momento debía dedicarse a guiar un poco al gato perdido.

-¿le hiciste o dijiste algo malo?

-creo que sólo fue lo que dije porque lo que iba a hacer no era malo.

-y si esas palabras la lastimaron ¿Por qué las dijiste?

-… porque es la verdad.

-¿y esa verdad no les permite relacionarse?

Aquella pregunta era la razón por la que idearon ese juego de roles y ahora se veía siendo incapaz de cumplir, como un jugador que haría trampa para perder a como dé lugar.

-no quiere, no quiero… no sé ¡no sé! ¡NO SÉ!-golpeó la mesa a un costado de la cama del otro y se sentó en la orilla de la cama-no quiero atarme pero quiero que se quede conmigo-se llevó las manos a la cara con odio a no decidir.

-¿Qué te gusta más, tu…?

-¡no me jodas! No puede escoger entre mi libertad e Ichigo.

Ambos se sorprendieron con la confesión hecha sin pensar.

Fue Grimmjow quien continuó.

-es alguien que no me deja opción a la duda.

-yo no te iba a preguntar si preferías la libertad a quien te gusta.

Llamó la atención de Jeagerjaquez que esperaba la solución que no podía deslumbrar.

-¿Por qué te quitaría la libertad?-cuestionó antes.

-porque siento que dependería de su presencia.

-todos dependemos de alguien y eso no te hace débil, al contrario-le sonrió, recordando a su esposa fallecida que hace mucho no le venía a la mente.

-pero entonces él podría destrozarme. Ahora simplemente me tiene loco por una estupidez, si después hace algo para lastimarme sé que podría…

-es parte de todo, Grimmjow. Él puede romperte y también te puede levantar. Las relaciones humanas son así, te ves influenciado por todos, más por unos que por otros, y en este caso debes escoger muy bien a quien le confíes algo tan grande.

Sin embargo el felino no se convenció hasta la última oración del psicólogo.

-tu pareja jamás será tu amo porque tú también puedes destrozar su corazón.

-entiendo-respondió seriamente y se retiró a su cuarto a dormir con la ropa puesta, como era ya su costumbre.

 

Se levantó a las 7:30 de la mañana, esperando que por ser sábado ninguno de los hermanos Kuchiki se despertara antes de las 9, sin embargo estando a punto de robar unas llaves de algún vehículo se encontró con el mayor levantado, arreglado y atento a sus silenciosos movimientos.

-… iba a comprar leche-se excusó fingiendo que no haber sido sorprendido.

-me es difícil pensar que quieras tanto a alguien como para que no te escabullas a mi habitación al menos una vez a la semana.

-Byaku…

-si bien eso logra decepcionarme y hasta hiere mi orgullo, me da gusto pues demuestra que he hecho un buen trabajo contigo-le lanza unas llaves que jamás había visto-se cuidadoso y usa el casco.

Permaneció en silencio hasta comprender que por fin le regalaba la moto que tanto había pedido.

- ¡Uhhh! ¡Ya tiene la ciudad un loco suelto!

-hey, que tenga…-le calló la alegría y el gracias del pantera con un beso en los labios antes de verlo irse a la puerta corriendo. Cuando se quedó sólo se dijo que esa sería la última muestra de cariño que tendría del gato y con una sonrisa le deseó suerte.

 

Estacionarla fue más fácil que manejarla, pero consiente que podría cometer alguna equivocación y quedar en ridículo prefirió estacionarla a una cuadra, revisando que bien lucia la Harley negra y sus altos manubrios. Continuó a pie a la clínica Kurosaki pero más bien notando que la familia salía en el auto, corrió a la motocicleta y los siguió a prudente distancia hasta un cementerio. No quiso razonar nada y no se atrevió a pensar en nada malo por ver bajar al pelinaranja sano y salvo, pero nada feliz, su rostro estaba oscurecido y ausente de todo. Dejándoles subir la pendiente a la familia él lo hizo por el pasto y los árboles para poder ver que oraban a una tumba, le ponían incienso, comida y la lavaban. El padre bromeaba y las chicas no parecían tan abrumadas como Ichigo.  Un momento después se fueron y corrió a la tumba que nombraba a Masaki Kurosaki y un presentimiento le dijo que no sería otra hermana o tía, sino que la madre de su pretendido.

 Él no sentía dolor, sólo podía pensar que eso lastimaba demasiado a el menor y era suficiente para no gustarle que ella muriera.

-haces sufrir a Ichigo ¿sabes?-le dijo a la roca inerte y aun húmeda del agua-debe sentirse solo. Todos los que conozco tienen madre y padre, y puedo ver que cuando digo que no tengo a ninguno me tienen lastima, entonces supongo que duele no tener a alguno. Debe dolerle que te fueras-se siente a un costado de ella, comiendo una bola de arroz dejada como ofrenda-tú eres su madre y quizá deba empezar diciéndote a ti que amo a su hijo. Puede que no te guste eso y estoy de acuerdo, no estoy seguro que funcione ni que realmente le voy a decir. No sé nada aun. Ni prometo nada. Él quiere que todo sea seguro y yo no puedo con eso ¿bastara con que le diga que lo amo?-devora otro onigiri y suspira, revisando el clima cálida, el viento suave y el cielo azul-es un buen día ¿no crees? A Ichigo y a mí nos gustan los días soleados, también le gustan tanto las fresas como a mi aunque prefiere el chocolate, además prefiere comer cosas ligeras en vez de un buen trozo de carne y detesta que este muy condimentado, cuando a mí me fascina… Y muestra una sonrisa muy poco a pesar de tener una muy linda, dice que le gusta que me ría y me da gusto que cuando lo dice… él… sonríe-no se daba cuanta que casi reía en esa platica imaginaria por hablar de quien amaba, a la vez que no daba con Ichigo que volvió para recoger la cubeta olvidada a un costado de la tumba, escuchando eso último que le movió el corazón.

-Grimmjow-le llamó. El otro se levantó de golpe, guardando silencio por saber que no está bien comer la comida de los muertos-¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabías de ella?

-fui a tu casa, los vi salir y los seguí. Creo que es tu madre, es lo que supongo.

-así es. Ella era mi madre.

-¿Qué le ocurrió?-apenas concluyó la pregunta el menor bajó el rostro con melancolía total.

-la… mate…

-jajajaja-carcajeó dejando a Ichigo con una sorpresa tan grande que no cabía la tristeza también-eso es imposible-respondió, calmándose-no me has matado a mi por mis tonterías así que dudo que haya alguien que te saque de quicio.

-aun así yo lo causé-dijo volviendo a sentirse mal-por salvarme ella murió.

Tuvo que razonar un momento para no contestar algo muy insensible, llegando a la mente una idea simple.

-yo sería la persona más feliz si pudiera salvarte.

Ichigo se sonrojó y un nudo en la garganta le impidió hablar.

-ella es muy afortunada-complementó Grimmjow sonriéndole y acercándose a abrazarlo-y no me gustaría hacerte infeliz y si ella te quiere tanto como yo seguro piensa lo mismo, quisiera verte son…

-no lo digas… no me imagino…-envolvió la espalda del felino, dejando que el dolor fluyera y también la imaginación-… perdiéndote a ti también.

Se quedaron en mirad del camino en un fuerte abrazo donde en unos pocos segundos Kurosaki dejó que las lágrimas que cada ocasión guardaba brotaran en el pecho de quien lo amaba, sin saber que Jeagerjaquez sufría con cada una como si le cortaran, sin entender que le hacía bien desahogarse, llevándole a levantar la cara del menor y verle a los ojos con melancolía.

-no llores… no llores…-pidió el también al punto del llanto- no entiendo pero no sigas.

-Grimm-fue una alegría y una sorpresa el pedido como de un suplicante niño. Esa pantera le quiera tanto que sufría más que el mismo cada gota salada-ya no lloraré-dijo haciéndolo e intentando reír.

El peliazul le secó las mejillas y dejando sus manos ahí empezó a acercarse para poner sus labios sobre los suyos.

-… no debemos…-susurró Ichigo empezando a cerrar los ojos, sin la fortaleza a rechazarlo.

-me rindo ante ti-aceptó besándole quedamente, llevando las manos después a la cintura mientras Ichigo se sujeta al cuello, estando en las puntas de los pies mientras disfrutaba un beso sin lengua, apacible, sintiendo que su madre enfrente estaría contenta. Rio un poco pues Grimmjow platicó con ella, como pidiendo su mano, antes de hacer cualquier cosa. Se separaron sin soltarse. Sonrieron.

-ahora…-se atrevió a decir el mayor-no sé qué hacer, siento que salte la barrera que me impedía seguir y adelante hay una más grande.

El pelinaranja le sonrió.

-ya veremos. Con el tiempo-se alzó a darle otra beso pero esta vez el peliazul le levantó del piso en una beso rápido porque rieron del acto-debo volver…-dijo casi pidiéndole permiso.

-no quiero que te marches ahora que por fin pude…-no concluyó pues no estaba seguro si debería decir “besarte” o “decírtelo”.

-… ¿nos vemos en la tarde?

-¡si, a las 7 paso por ti!

-sí, Grimmjow-se marchó apenado de la alegría del peliazul que apenas vio marcharse a Ichigo brincó de alegría y celebró fingiendo tocar una guitarra y haciendo el ruido de un rock pesado con la voz-ah, Grimm…

-¡’¿eh?!-volteó asustado y avergonzado, pretendiendo que no hacía nada.

-olvidé la cubeta.-contestó conteniendo la risa.

-ah, toma.

-nos vemos más tarde.

-sí.

-adiós.

-hasta luego-nuevamente se fue y pudo castigarse mentalmente-que pendejo debí verme… bueno-nuevamente observó la tumba-gracias, suegra, me ayudaste con tu necio hijo… ¿mmm? ¿Qué dice? ¿Qué no quiere que me lo coja antes de los 20? Esa si la voy a deber-se rio, empezando a caminar y diciéndose que si bien no era su prioridad copular con Ichigo si era una de sus metas.

 

A las siete en punto una hermosa motocicleta negra se estacionó frente a su casa y sobre ella el irresponsable pantera usando unos lentes en vez de un casco.

Se revisó nuevamente al espejo, que su playera sin mangas de color blanca no se transparentara demasiado pero tampoco que no dejara ver nada, también que el pantalón le ajustara bien el cuerpo y al final volvió a debatirse si quitarse la chaqueta negra o dejársela, al final se la quedó. Quería verse bien y atractivo aunque no estuviera muy seguro aun si llegaría algún día al sexo con Grimmjow, después de todo no se imaginaba abriéndose las nalgas para que entrara el enorme miembro del otro, a la vez menos entraba en su cabeza haciéndole eso al otro.

Salió, se puso el casco que le entregaron y se marcharon a la mansión.

-déjame saludar a Rukia-pidió Kurosaki siendo jalado por la mano para no detenerse.

-la saludas cuando te vayas.

-¡Grimmjow!

-vienes a verme a mí no a ella-alegó, llevándolo hasta su habitación y cerrando.

-bien, ya me secuestraste hasta aquí ¿ahora qué?

-si te dijera…

-¿Qué dijiste?

-nada… -razonó un poco todo lo que hacían siempre y ahora no parecía cuestión de una cita-mierda, ser novios es muy difícil.

-¿Qué?...-se atrevió a gesticular en voz alta.

-… no, quiero decir… fue…-se aclaró la garganta y siendo firme, dijo-sí, quiero decir, no creo que sólo quisieras besarme ¿o sí?

-no-contestó veloz y algo asustado-es que no me imagine, bueno, no había pensado en que somos… novios. Se escucha extraño.

-tu eres extraño-ofendió para relajar el ambiente.

-¿yo? Mira quien habla, mascota humana.

-enano zanahoria.

- pitufo.

-chaparro.

-idiota.

-microbio.

-¡deja en paz mi estatura!

-ja, gané-empezó a correr cuando el menor se encarreró a atraparlo, empezando una pelea de las muchas que libraban en esa habitación, dejándola totalmente desordena, con algunas cosas rotas hasta terminar en el piso, cansados, divertidos pero en esta ocasión mirándose diferente y siendo el mayor quien se lanzó a besarle, acomodándose encima a quitarle esa chaqueta para poder acariciarle los brazos, hombros y cuello.

Ichigo admitió que eso era excitante, haciendo que bajara las manos en la espalda del otro, deseando quitarle la playera y quizá más, hacer que ese calor lo enfriara su novio. Abrió la boca para sentir la lengua juguetona del felino  y permitirse experimentar ese juego húmedo. Pronto las manos del otro estaban en su vientre, desconcentrándolo un poco, dándose cuenta que entraban bajo su ropa en un tacto un tanto rasposo pero muy cálido.

-Grimm-dijo entre besos, no sabiendo si quería sólo nombrarlo o pedirle que dejara de tocarle de aquella manera.

-¿Qué?

-mmm… nada-calló y con eso concedía que ahora toda su barriga estuviera descubierta para que Jeagerjaquez se recostara y le acariciara la espalda, escuchándole gemir y gozar de las caricias.

-Ichigo…

-dime.

-voy a detenerme-dicho eso se separó totalmente abochornado-lo siento, si no lo hacía empezaría meter mano en tu pantalón-se justificó, seguro que el pelinaranja no desearía llegar al sexo en su primera cita oficial.

-entiendo-aceptó más no seguro de que si ese hubiera continuado lo hubiera detenido-veamos una película.

Durante el resto de la tarde se dedicaron al filme, juntos en el sillón y robándose uno que otro beso. Por la noche lo devolvió a su hogar pues si se quedaba seguro lo tomaría sin pedir más permiso.

Ichigo consideró que esa cita le demostraba que exageraron en lo difícil que sería estar juntos. Sin embargo al pasar cerca a su padre le pareció que su rostro mostraba sorpresa, como si en su cara o en su cuerpo estuvieran tatuadas las manos y los labios del felino. Pensó que era paranoia y subió a su habitación a mandar mensajes con su pareja hasta media noche, donde quedaron de verse en un par de días para jugar videojuegos y quizá dejarse tocar nuevamente, pensó Kurosaki, observando el pescadito en la esférica pecera, pensando que él representaba el inicio de esa relación.

Tuvo razón en los toqueteos entre largos besos que se intensificaron hasta llegar a dejar a Grimmjow con el miembro duro y a él sin camisa, mas arrepintiéndose antes de que le bajaran la ropa interior, y todo se debía a considerar seriamente el entregarse después de una semana de novios y ya no recordaba cuánto saliendo como amigos, la idea de aceptar ser el de abajo ya no le molestaba después de tiernos gestos de Grimmjow, ya fuera arrancando una flor hasta sus pocos y no muy comunes “te quiero” que le dejaban atontado y deseando comérselo a besos. El problema radicaba en entender como entraría aquello en esa parte, obligándole a ver algo de pornografía e incluso consultar en internet que debía tener, como se sentía y si era doloroso, siempre encontrando respuestas poco serias sobre que desearían tener un novio tan dotado como su pareja, después empezando a  verse en el espejo y cuestionarse si le gustaría al felino como se veía desnudo e incluso en un arrebato en la ducha se rasuró completamente la entrepierna para estar más atractivo.

Esa noche, que saldrían a cenar y luego a la mansión. Tenía el presentimiento que el rey pantera estaba decidido a llegar, tumbarlo en la cama y hacerle el amor, y estaba dispuesto.

 

No cenó mucho por lo cual se sentía seguro con su figura y su vientre pegado en la pared y contra el cuerpo del ojiazul que le besaba hambrientamente.

Se rieron con las frentes juntas, sin prestar atención a que en la sala de televisión alguien miraba las noticias.

El pantera no se calmó sino que aumentó el erotismo en sus besos, en las caricias y la mirada que le daba al pelinaranja, se sorprendía a si mismo aceptando los muchos rechazos que ofrecía su pareja a compartir la cama pero presentía que esa noche no habría más negativas.

-¿tienes calor, Grimmjow?-cuestionó un poco coqueto a quitarle la chaqueta de cuero al otro.

-sí, lo tengo-se  la saco rápidamente, tirándola al suelo-¿y tú?

-sí, tengo calor.

Volvieron a besarse, caminando coordinados a la cama, donde nuevamente el más alto quedó encima mientras le sacaba también el suéter por arriba, separándose sólo unos segundos y seguir con lo suyo, teniendo las manos de Kurosaki entrando en su playera y subiéndola, ayudándole a sacarla y dejarle ver esos músculos que antes no había admirado de esa manera y que durante su corto noviazgo extrañaba contemplar.

-Grimmjow.

-dime.

-quiero que me lo hagas.

Había esperado por esas palabras mágicas y casi dice “por fin” después de tanto tiempo de no meter su miembro en otro ser vivo.

-seré amable.

-confió en ti.

No quiso apresurarse, siguió besándole, sacándole la playera lentamente y al fin bajó al cuello, llenándolo de besos, pasando a los pezones que no mordió, tomándolos con sus labios, dejando a Ichigo gemir un poco por la sensación nunca antes pasada por su cuerpo, empezó a lamerlos mientras abría el pantalón y se lo bajaba con ayuda de su compañero, sacando también los bóxer y con curiosa y lujuriosa mirada pudo ver el miembro duro, no pequeño y húmedo del pelinaranja rogando atención, su atención. Se relamió haciendo sonrojar aún más al menor.

-no te asustes. Todo estará bien.

Afirmó con la cabeza.

-si te lastimo debes decirme.

-¿ya vas a… entrar?

-no, aun no-se bajó de la cama y, en las rodillas, tomó el miembro en sus manos y comenzó a masajearlo, chupando la punta con toda la extensión de su lengua, gozando más que Ichigo esos gritos que sacaba. Se metió la cabeza y la sacó, metiéndoselo un poco más y volviéndole a sacar hasta comerlo por completo y succionarlo, a la vez que acariciaba los testículos sin vello, gozando de la suavidad no solo de estos sino de entre las nalgas que empezaba a abrir para ver la rosada entrada que pronto quedaría negra de cuanto planeaba usarla. Sacó el miembro, relamiéndose la saliva que le choreaba-¿Cómo estás?

No le respondieron, aun gozaba como si su boca siguiera haciendo el trabajo.

Alzó las caderas y empezó a lamer entre ellas, haciendo que poco a poco en vez de contraerse se abriera, metiendo un dedo que no hizo esperar una queja del menor pero que no habló, prefiriendo sostener la cobija con fuerza.

-no te tenses.

-lo siento.

Volvió a lamer para relajar y meter el mismo dedo, esta vez mejor aceptado. Le dolía su pene apretado en el pantalón pero no quería enseñarle a Ichigo la diferencia entre tres de sus dedos y su gran “pantera”.

 Con el tercer dedo le dolía bastante su ano, no imaginándose que sería mucha diferencia penetrarse a sí mismo con su propio cuerpo que el de su novio. Resistió, ya había visto que el pantera se sobaba de vez en vez sobre el pantalón y hacia mueca de dolor.

-aquí vamos-anunció el felino y respiró hondo, recalcándose estar tranquilo.

Se abrió el pantalón y rebotó su pene endurecido. Se lo masajeó antes de sacar de su cajón un condón y colocarse. Besó a su pareja volviendo a meter los dedos que ya entraban con facilidad, entonces guio la cabeza de su miembro que no entró siendo succionado, necesitaría ponerle algo de fuerza.

-hazlo-dijo el menor abriendo más las piernas en la cintura del otro.

-ya no estoy seguro-se dijo por fin notando que era una exageración tratar de meterse, odiándose por primera vez por el tamaño de su pene.

-yo si… quiero…-cerró los ojos-quiero hacerlo contigo, tengo ganas-los abrió y notó los ojos azules comprensivos y con miedo de herirlo.

-está bien. Seré cuidadoso. Haremos esto juntos-volvió a sujetar su miembro y a guiarlo, poniendo la cabeza y aprovechando la lubricación del condón para deslizarlo lentamente, pareciendo muy sencillo hasta que entró por completo esa parte, sacando un grito del menor-¿estás bien?

-… ah… dame un… momento…-respiró y aguantó no maldecir al amigote de Grimmjow, no sabiendo como esos desconocidos envidiaban tener semejante pedazo de carne en su interior cuando apenas aguantaba el dolor de tener la primera parte en él. Pensó que todo mejoraría si seguir avanzando por lo que afirmó que siguiera, siendo más doloroso el movimiento que le partía en dos.-¡ah…! ¡Basta…!

Se quedó quieto aunque faltaba más de medio pene por entrar, se dijo que era suficiente, masajeando el miembro de su pareja y diciendo que gozaría con sólo esa parte dentro. Kurosaki se relajó con la masturbación, al punto que pudo empezar a embestir levemente y ya que su pareja gozaba plenamente se dejó disfrutar el interior de Ichigo aunque sólo entrando hasta la mitad, no deseando hacer sangrar a su virgen.

-ahhh… Grimm… bien… ¡bien!-gritó pensando que únicamente en las películas pornográficas vería aquello, aceptando que dolía pero se sentía genial el  miembro del felino pujando cada vez más rápido, sacándole el aire y muchos gemidos, cubriéndole en sudor y excitándole la mirada cargada de placer de Jeagerjaquez, pareciéndole un sueño erótico su cuerpo brillando de sudor, los músculos marcados del esfuerzo y los gemidos roncos, a la vez que ver hacia abajo le producía un morbo inconcebible a verse siendo penetrado o la mano de su novio masturbándole o acomodase el condón de vez en vez.

Le tomaron los brazos con fuerza, apurándose a correrse para hacerlo al mismo tiempo que el novato y no tuviera que sufrir de no estar más excitado pero que tuviera que complacerle, eso provocó un gran orgasmo en el menor y algo que no conocía Grimmjow, querer lograr ese máximo placer en alguien y pensar que desearía fuera el único en su cama de ahora en adelante, mañana tarde y noche, al final diciéndose que no necesariamente sólo en la cama.

Gritaron con fuerza y el estruendo de la cómoda crujiendo se detuvo al acostarse cobre el pecho del pelinaranja.

Podía sentir el semen de su pareja en su vientre y se levantó para probar un poco y salir, viendo que esta vez se corrió bastante, procurando no derramar nada mientras se sacaba el preservativo, lo anudaba y tiraba en la basura con paso cansado. Volvió a la cama y abrazó al otro que razonaba haber perdido la virginidad y sentirse tan bien. También le abrazaron, se besaron y le sonrieron.

-no me arrepiento de hacerlo contigo-dijo Ichigo  pegándose con cuidado el pecho de Grimmjow, sintiendo su dilatado culo adolorido.

-me da gusto, porque te seguiré cogiendo.

No le dijo nada a la vulgaridad, se acurrucó y durmió. Más tarde haría lo mismo el felino.

 

Llegó a su casa no queriendo mostrar que le dolía caminar pero si andando lentamente, incluso le pidió a su pareja llevara un auto y no la moto. En su hogar no logró llegar a su cuarto sin que padre le interceptara.

-te ves adolorido.

-ya sabes que el estúpido de Grimmjow no sabe controlar su fuerzo-se reprimió por recordarle empujando fuertemente dentro suyo.

-sí, ese  muchacho no lo has traído.

-lo haré luego.

-¿y qué hacen para que te duela caminar?

-estoy cansado de las piernas-las estiró un poco para que pareciera que era debido a ellas y no a la entrepierna-voy a mi cuarto, no dormimos mucho por estar jugando videojuegos-se encerró y con un suspiro se dijo-eso no debe repetirse seguido.

 

Y todo lo contrario ocurrió pues no le llamaban pantera por nada, deseaba sexo cada vez que se pudiera y era difícil negarse, llegando a corromperlo al punto de el mismo pedírselo, gracias a ello pudiendo soportar e incluso gozar el gran miembro del pantera. Aunque había un problema, su padre sospechaba de su ausencia y mordidas en el cuello y por supuesto no era muy cómodo ver la cara de Byakuya o Rukia hacia el cuándo era obvia que gritaban demasiado, creí que jamás los verían pero no fue así.

-¡Grimm… más, más… más!-gritoneaba de pie, con las manos en la pared y el otro resoplando en su oído mientras empujaba cada vez más fuerte.

-Grimmjow-dijo la voz seria de Kuchiki fuera.

-estoy… ocupado-anunció con poco importancia aunque el otro se cubrió la boca para acallarse sin lograrlo pues continuaba embistiendo.

-lo sé. Pero es urgente.

-nada puede ser más… ah… urgente que esto.

-Grimmjow.

-vete a la mierda.

-maldita sea-insultó Byakuya molesto y sin decirlo aun algo celoso. Pasó sin más, haciendo que Ichigo corriera a esconder en las sabanas con la mayor vergüenza que nunca sintió, haciéndole derramar algunas lágrimas que Grimmjow vio al tratar de calmarlo-escucha…

-¡no, tu escúchame! ¡Jamás molestes a mi Ichigo, perra en celo!-gritó enfurecido, encarándolo con ganas de destrozarle la cara.

-no me hables así, gato callejero. Es mi casa y me debes más de lo que piensas. Si quieres coger con tu zorra búscate un hotel-concluyó no creyendo él mismo lo que dijo, atribuyéndoselo a los celos saliendo a flote y su propio orgullo. Aunque no contando con la ira de Jeagerjaquez que le tiró al piso de golpe.

-en esta casa soy el único hombre, maldita golfa caliente. Aquí me fornico a quien quiera ¿entiendes? Si no fuera así no me habría tirado a tu hermana en las noches y a ti por las mañanas.

Byakuya apenas si pudo creer que ante su propia gratitud, a tomarlo a él y el poco respeto que debía tener se había atrevido a tomar a su hermana frente a sus narices. Se levantó y se marchó sin saber qué hacer, dispuesto a consultar la verdad con Rukia y de ser necesario sacar a un animal en celo de su hogar a fin de proteger a su sangre y dejar de llevarse por los sentimientos que nunca le habían hecho actuar de aquella manera. Incluso dejó para después la urgencia que ocasionó el problema.

 

-eso fue cruel, Grimmjow-dijo Ichigo apenado por Kuchiki.

-lo sé. Jamás debió llamarte así.

-pero…

-hacíamos el amor porque… te amo, no porque te pague.

Kurosaki sonrió bajó las sabanas, nunca le había dicho que lo amaba.

-¿Por qué lo hacemos?-cuestionó divertido, saliendo de las cobijas.

-arrrggg… ya sabes.

-dímelo otra vez.

-no, debiste aprovechar.

-Grimm.

-no.

-ahhh…

-ni modo. La próxima vez que nos vean haciéndolo te lo digo-bromeó sin mostrar que seguramente se perdía algo de sus compañeros y de Aizen por el pelinaranja. No se arrepentía y se decía que nunca lo haría. Él era su vida y nada lo cambiaria.

 

En  la sala, un afligido Byakuya tomó asiento al enterarse que su hermana también era tomada por el pantera, olvidándose de su invitado.

-no se aflija, Kuchiki-san-le dijeron para que recordara que no estaba solo-Grimmjow siempre ha sido brusco y torpe, lo sé, yo lo crié.

Notas finales:

Gracias por leer.


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