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En busca de la Felicidad por maxi anime

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Notas del capitulo:

Hola a todos, volvió su peor pesadilla XDD ok no, pero volví y espero volver para quedarme, pido disculpas por no actualizar el fic en…cinco meses, pero tengo fics que están peor he que llevan años y años sin actualizar XD, bueno, al menos este ya tiene un nuevo capítulo que le pueden envidiar los demás fics.

Espero que les guste porque a mí me gusto escribirlo, me salió corto pero tiene lo que debe tener jejeje.

El club de Botánica se había creado como un Hobby cuando sus tres principales integrantes, Yukimura, Fuji y Shiraishi estaban en último año de secundaria al tener los tres gustos por las plantas. La idea había surgido como una forma de conocerse mejor entre los tres y ya que tenían los mismos gustos podían pasar horas hablando y hablando sin aburrirse. Con los años el club estaba conformado por quienes tenían un jardín en su casas y querían cuidarlo o recuperarlo, en el caso de Yanagi, por algún descuido. Pero también el club era una forma que tenían los tres de ponerse al día con sus vidas, gracias a él, tras años de estar separados ya sabían todo de uno y otro, incluso lo que hacían el día anterior, hasta pequeños chismes de sus parejas.

Que los lentes de Tezuka habían aumentado su graduación, que Chitose había gastando grandes sumas de dinero en incienso y así hasta que la charla se disipaba de tal manera que terminaban hablando sobre cosas cotidianas en vez de las plantas que cada uno tenía en su jardín. Y esa era de otras de las tantas charlas que comenzó hablando de plantas y término hablando de otras trivialidades.

-Es difícil despegar a Senri de Ryosuke, si dependiera de el Ryosuke no debería caminar, Senri lo tiene en brazos todo el día, así que lo que haces con Kenji, Seiichi,  no esta tan mal, no es un extremo- exclamo Shiraishi tomando un sorbo de té.

-Todo mundo me dice que debo dejarlo en una guardería, yo no creo que sea momento, Kenji es muy pequeño- acoto tomando un poco de té.

-Siéntete afortunado de tener un bebé al que mimar, yo tengo solo dos hijos y los dos andan en sus cosas, Kunihiro que practica todo el día tenis, y Syuichi con sus aficiones- exclamo Fuji mirando a su hijo sacarle foto a los dos bebés que estaban durmiendo en la sala chupándose el dedo.

- A mí me sorprende Seiichi que teniendo tres hijos tengas tiempo para mantener tu casa reluciente- dijo Shiraishi maravillado- yo con cuatro chicos, mi casa esta patas para arriba.

-Y yo con dos.

-No es tanto el problema, todos en casa ayudan, desde Genichirou a Geniichi, todos ayudan a mantener la casa limpia, creo que ese es mi secreto- sonrió-  aunque me gustaría que el cabello de la ducha lo saque Sanada.

-¿Cabello de la ducha?- pregunto Shiraishi.

-Sí, Genichirou y yo tenemos nuestro propio baño privado- explico- normalmente no hay problema, hasta que el agua de la ducha se empoza y debes sacar una pelota de cabello.

-¿A Sanada se le cae el cabello?- pregunto Fuji sorprendido- Bueno el uso de la gorra veinticuatro horas al día tenía que tener un precio.

-Bueno, al menos no tienes olor a incienso en tu casa todo el tiempo- exclamo sonriendo Shiraishi- hay días que no quiero volver a casa porque creo que me droga estar ahí, incluso tengo que llevar a los chicos a algún parque.

-Cuando tengas libros tirados por toda la casa avísame Shiraishi, yo tengo libros por toda la casa y sus dueños son mi hijo mayor y mi querido Kunimitsu.

-Yo pronostique que pasaría- exclamo Yanagi sonriendo.

Sanada se encontraba detrás de una pared escuchando  aquella charla y no pudo evitar sentirse avergonzado por lo que escuchaba, se sacó la gorra lentamente y  luego paso su mano por sus cabellos buscando su salía alguno, aunque nada salió, volvió a colocarse la gorra y fue a la cocina a servirse un vaso de agua y allí vio a Hiroki leyendo un libro.

-Cierto que tus padres están trabajando- exclamo mirando al menor sumergido en su lectura- ¿Tus hermanos?

-Masashi y Hirohito con Geniichi- respondió el menor sin dejar de leer.

-¿Por qué no vas a jugar con Seichirou? Hiroki- pregunto mirándolo detenidamente.

-Esta con Kami y Ren con Kyo, tres son multitud- volvió a decir sin apartar su vista del libro que leía.

Sanada negó con la cabeza y subió hacia el piso superior buscando a los demás niños, Geniichi, Akira y Hirohito estaban jugando en el cuarto del primero al Ludo, aunque cada vez que Akira tiraba los dados y movía su ficha luego se ponía a saltar en la cama de Geniichi contento.  En la habitación de Seichirou estaba este mostrándolo a Kami como entrenaba Kendo muy animado, pero no había rastros de los demás niños, por lo que comenzó a buscarlos. En el piso inferior encontró a Ren y Kyo hablando sobre lo que parecían datos y ninguno se callaba, por lo que opto por seguir buscando a los que restaban, Seisuke escuchaba música.

-Seiichi ¿viste a Kenji y Masashi?- pregunto interrumpiendo la supuesta reunión al no ver a los dos niños.

-Kenji estaba durmiendo con Ryosuke…- marco a donde había una frazada de bebe en el suelo y dos mamilas, donde hasta hacia un rato atrás estaban los dos bebés.

El club de botánica decidió dejar su reunión hasta ahí al percatarse de la desaparición de los dos menores de dos años y el menor de los hermanos Nioh, por lo que comenzaron a buscarlos por toda la casa. Subiendo al piso superior comenzaron a buscar  a los escapistas cuarto por cuarto hasta que los encontraron en la habitación de Kazuya.

Kazuya estaba sentado frente a su escritorio con la lapicera en la mano, un libro abierto y su cuaderno, pero no había nada escrito, mirando a la pared, como si encontrara en un especie de transe hipnótico y luego comenzó  a llorar. Sanada entro al cuarto asustado ante ello, fue hasta el escritorio y abrazo al menor de once años,  mientras los demás pasaban a ver que estaba pasando.

Masashi estaba dibujando recostado en el piso, sin hacer el menor ruido, mientras los dos más pequeños estaban durmiendo en la cama de Kazuya chupándose los dedos de la mano derecha.

-Ya mi niño- exclamo Sanada asustado abrazándolo- ¿Qué pasa?

-Dolor…mucho dolor- dijo el menor abrazando a su padre.

-¿Te duele algo hijo?- pregunto preocupado.

-Aquí – señalo su pecho.

-Vamos a llevarlo al hospital- dijo Yukimura preocupado.

-No creo que sea dolor de su cuerpo- exclamo Shiraishi mirándolo- ¿medito hoy?

-Si, como todos los días, nunca deja de hacerlo- respondió Sanada secándole las lágrimas a Kazuya- Vamos al dojo, meditaremos un rato.

Sin más Kazuya abrazo a su padre y asintió con un pequeño susurro, Genichirou le dio la mano y lo llevo al sótano, donde estaba el dojo de la casa y se colocó en posición para meditar, poniendo a Kazuya sobre si, mientras lo abrazaba. Después de lo que vieron, Shiraishi, Yanagi y Fuji vieron oportuno retirarse, dejando solo en la casa a los hermanos Nioh y a la familia Sanada.

Kazuya, como de costumbre, se había dormido en los brazos de su padre mientras meditaba, se sentía muy seguro en los brazos de su padre y este mantenía siempre esa aura calma para tranquilizar a su afligido hijo. 

Mientras tanto en el piso superior Seichirou estaba mirando la pelota de su encuentro con Kunihiro Tezuka, aquella derrota fue inaceptable, boto la pelota una y otra vez, buscando una respuesta a lo que había pasado, porque él había sido derrotado. Físicamente era más fuerte  que Kunihiro, mentalmente también, el todos los días se mantenía en un entrenamiento Zen muy exigente y de Kendo, ¿Cómo había perdido contra aquel que se veía más débil?

-¿Cómo paso?- se preguntó mirando la pelota.

-Seichirou ¿Estas bien?- le interrumpió Hiroki.

-Ha… ¿estabas aquí? Bueno… Si estoy bien, no te preocupes….

-Cuando el camino tiene obstáculos hay que ir contra ellos para sobrepasarlos- exclamo el de lentes y luego se fue.

-He… ¿Qué sabes?...Hiroki…Hiroki.

Geniichi y Hirohito estaban terminando de jugar a la oca, ahora que se había marchado el inquieto Akira, ambos eran como los mejores amigos desde que se habían conocido, según las maestras eran los dos amigos más normales del grupo, ya que Akira se la pasaba jugando videojuegos. Geniichi confiaba ciegamente en Hirohito y Hirohito en él, por lo que podían contarse casi cualquier cosa.

-Necesito que me guardes un secreto- dijo el peliazul sonriendo-

-¿Qué pasa?- pregunto el de lentes moviendo sus fichas.

-No quiero que le digas a nadie que dejare de hablar y si te preguntan no sabes porque- respondio tirando los dados.

-¿Dejaras de hablar?

-Sí, la ley de intercambio equivalente dice que para obtener algo hay que sacrificar algo, hasta que nuestras familias sean felices como hace dos años, no hablare.

-Pero…Geniichi ¿de dónde sacaste esa idea? ¿Dejar de hablar no cambiara las cosas?

-No, cuando tenía tres años, vi en una telenovela que un hombre dejo de ver a cambio de que su amada volviera a ser feliz, tiempo después cuando eso se cumplió el volvió a recuperar la vista, desde hace día deje de hablar para que ese sacrifico que hacia llevara a que mi papá fuera nuevamente feliz…hace dos años las cosas cambiaron y aquí nos vez…si dejar de hablar cuando tenía tres  logro que mi papá volviera a sonreír hace dos años, lo volverá a hacer ahora…si hago ese sacrificio las cosas comenzaran a cambiar, no mañana pero lo van a hacer.

-No estoy de acuerdo- exclamo sin entender- no tiene sentido, pero… ¿Por qué quieres que guarde tu secreto?

-No quiero que nadie sepa que me sacrifico por la sonrisa de quienes quiero mucho- explico- aprendí que un gran sacrificio siempre es necesario por algo que uno quiere.

-No entiendo a dónde vas con dejar de hablar, pero te apoyo- acoto sonriendo- ¿Cuándo dejaras de hablar?

-Ahora- respondió sonriendo y a partir de ese momento comenzó su pacto de silencio.

-Sacrificar algo para obtener algo…no suena como una buena idea- exclamo el hijo del medio de los Nioh.

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Debido a problemas económicos con la tienda de curiosidades, deudas que parecían nunca saldarse, poca o casi nula demanda por lo que se vendía en la tienda, la familia Nioh pasaba por un mal momento económico, para poder con las cuentas Yagyuu había decidido tomar algunas horas de guardia en el hospital general de Kanagawa, a pesar que había terminado recientemente la carrera de medicina y tenía un trabajo fijo en un bufete de abogados. Masaharu también trabaja hasta deshoras con el objeto de poder pagar aquellos préstamos y cuentas que la tienda había generado, pero no siempre había buenos resultados. Mientras ellos trabajan tenían que dejar a sus hijos con Yukimura, quien amablemente se ofreció a cuidarlos en sus tiempos de ausencia.

Nioh se encontraba en la tienda término el inventario de lo que se había vendido en el día, haciendo las cuentas del dinero invertido y el ganado, y la ganancia era casi nula ese día, como venía siendo en los días anteriores.

-Tendré que vender la tienda- exclamo el peliplata mirando las cuentas- se atrasó el pago del préstamo del banco.

-Tomare más horas en la guardia- le interrumpió Hiroshi, quien acababa de entrar a la tienda y coloco el cartel de cerrado- no te preocupes, no se atrasara el pago, no van a estresarte amor.

- Es fácil decirlo ¿Cómo llegamos a esto?- se preguntó mirando las facturas en su mano- la tienda venía bien.

-Es un periodo, ya pasara y cuando nos demos cuenta la tienda se recuperara y podrás comprar ese auto que tanto querías para llevar a los chicos a pasear- intento animarlo y se acercó a abrazarlo- Ya pague el seguro  y las cuota del auto, la casa… yo pagare esa deuda y tu encárgate de los servicios.

-Quería llevar a los chicos a la ciudad de los niños…creo que será para otro día.

-Quizás el mes que viene, quizás el mes que viene, ahora concéntrate en el ahora…hay que ir por los chicos.

-Si- exclamo casando, dejo las cuentas dentro de la capeta correspondiente y la guardo en un portafolio que luego llevaría consigo.  

La antigua platinum pair se dirigio a la casa de sus ex compañeros, donde fueron recibidos por la sonrisa de oreja a oreja de sus tres hijos, Hiroki no tardo en abrazar a Masaharu y Masashi junto a Hirohito corrieron a abrazar a Hiroshi.

-Gracias por cuidarlos, perdonen la demora- dijo cansado el de lentes.

-No hay problema los chicos pueden venir todos los días, no nos molesta cuidarlos, Masashi le hace compañía a Kazuya- exclamo sonriente Yukimura.

-¿Compañía?

-Sí, Masashi se va al cuarto de Kazuya y se queda con el todo el tiempo- respondió sonriendo.

-Papi hoy le gane a Akira y Geniichi jugando a la oca- exclamo Hirohito contento.

-Bien hecho Hito, vamos a casa- dijo Nioh en un tono cansado.

-¿Papi estas bien?- pregunto preocupado ajustándose los lentes y luego miro a Yagyuu, quien parecía igual de cansado.

-Si hijo, solo hoy trabaje mucho, pero papi tiene energías para jugar contigo en casa-exclamo el peliplata sonriendo, mientras le daba la mano a Hiroki para caminar a casa.

Hirohito miro hacia atrás, Geniichi desde su ventana le sonreía y comenzó a pensar en sus palabras sobre hacer un sacrificio para obtener la felicidad de su familia a cambio ¿Seria cierto aquello? Si bien algo de sentido tenia, años atrás, antes que apareciera Yukimura-san y Geniichi, la vida de todos no era muy agradable, el dormía junto a Masashi y competían por quien dormiría con sus padres, más de una vez los llevaron a ver médicos que les preguntaban cómo los trataban sus padres, su padre se desaparecía noches enteras y no tenía tiempo para él, cuando aparecieron las cosas cambiaron para mejor.

-¿Sera verdad?- pregunto tomándole la mano a Hiroshi.

-¿Qué pasa Hito?- pregunto el de lentes sonriendo.

-Nada… ¿me leerás un cuento antes de dormir?- pregunto mirando intrigado a lo que la sonrisa casi exhausta del de lentes le respondió antes que sus palabras.

-No hijo, lo siento, tengo guardia en el hospital y tu abuelo necesita que lo ayude, mañana te leeré tu cuento.

-Si- exclamo casi desanimado mirando a Masashi, quien se había separado de todos y saltaba  por los charcos que se habían formado después de la lluvia de días anteriores.

-Akira…espero que tu familia este bien- susurro mirando desanimado a su familia.

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Kirihara y Yanagi se encontraban en el consultorio de un muy importante psicólogo, este les aseguraba que Akira sufría del trastorno de déficit de atención con hiperactividad y estaba dándoles los resultados de unas pruebas que había hecho días atrás. Akira era un niño muy activo, según palabras de todos, pero llamarlo enfermo con TDAH era algo que Yanagi no quería creer, para él, su hijo menor, era solo un niño muy inteligente que necesitaba mantener su mente ocupada. Akaya en cambio se culpaba así mismo, si de alguien venia ese trastorno era de él, el chico que se dormía en clases, que disfrutaba horas y horas jugando videojuegos, que se distraía con facilidad, si alguien tenía la culpa de que Akira naciera con esa era él.

-Con esto Akira se concentrara más en las cosas que hace y su rendimiento escolar mejorar- dijo el médico dándoles un frasco de pastillas- son dos al día, una a la mañana después del desayuno y otra después de la merienda, con esto les aseguro que su hijo mejorar.

-Gracias doctor- dijo Yanagi tomando el frasco de muestra leyendo su nombre- Hipoactividad.

Ambos salieron después del consultorio del médico y vieron a Akira subiendo unas escaleras que llevaban a un consultorio superior y luego bajando deslizándose por el barandal. Cansados y tristes se miraron ambos, si era verdad que Akira estaba enfermo no le gustaría tomar una medicación, mucho menos que lo hiciera quedarse quito, eso nunca.

-Akira, hijo, vamos- exclamo Yanagi dándole la mano.

-Quiero volver a bajar.

-No hijo, es hora de ir a casa,

-En casa jugare entonces- exclamo con una gran y grata sonrisa.

-Si hijo, en casa jugaras- acoto Kirihara dándole la mano- Ren, vamos a casa.

Rentarou se encontraba en una banca haciendo su tarea, ya era común para el acompañar a sus padres a las consultas con los médicos acerca de lo que podría o no tener su hermano menor, y le preocupaba saber si su hermanito estaba o no enfermo, sus padres no le decían nada y el solo tenía que adivinar en base a los datos que tenía, con los rostros de decepción y cansancio en sus padres ya sabía que las estadísticas decían que las probabilidades de que Akira estuviera enfermo fueran muchas. Se levantó del asiento de la sala de espera, guardo su cuaderno en la mochila y corrió a hacia sus padres.

-Todo saldrá bien- exclamo el castaño mirando a sus padres.

-Si hijo, todo estará muy bien- Dijo Kirihara  mirándolo tiernamente- ¿Algún dato interesante Ren?

-Si, el doctor del consultorio 401 tarda 25 minutos con 45 segundos por paciente, sus turnos son de quince minutos cada uno por lo que el periodo de espera es de una hora para el que tenga que entrar ahora- marco mirando su reloj.

-Menos mal que no es mi cardiólogo- sonrió el antiguo haz de octavo.


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