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Hola por mimironLove

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Notas del capitulo:

Se usa como canción de fondo, Hello. Interpretada a mi manera. 

Su cabeza reposaba sobre un suave cojín, del mismo color verde del sofá en donde se encontraba recostado. Tenía clavada la mirada en el televisor, aunque realmente no estaba prestando atención al programa; vagamente miraba a la conductora, con esa hipócrita sonrisa que por alguna razón le fastidiaba, anunciar el chisme de la semana. Por fin escuchó los pasos que estaba esperando oír desde hacía media hora. Estos se acercaron lentamente, cruzando el pasillo que dividía las habitaciones de la sala de estar.

 

Otra vez lo mismo.
Otra vez el mayor se iría a quién sabe dónde. ¿Lo peor? con quien sabe quién.



Trató de posar lo más natural posible, como si ese estúpido programa fuera lo más interesante en su vida en aquel momento. Sus labios se tensaron en una línea recta. Los pasos se hicieron más fuerte, incluso podía jurar que el perfume del otro inundaba su olfato. Vio vagamente su silueta ir de aquí para allá por la sala; un ruido metálico sonó de manera estruendosa y esa era señal indiscutible de que el mayor estaba por salir de la casa. Era hora de intervenir, era demasiado cobarde como para pedirle que se quedara con él; sin embargo, quería retrasar su ida aunque sea algunos segundos.

 

—¿Vas a salir?—  Preguntó, como si no supiese la respuesta. De una manera tan casual que el otro no percibió la acusación en su voz aunque, se veía tan apurado que probablemente no se hubiera dado cuenta si el otro no se lo decía de manera directa.

 

—Ajá, debo ir a la universidad de devolver unos libros, también me quedaré un rato para hacer un trabajo—. Alzó una de sus manos y se rascó la nuca, revolviendo sus cabellos traseros y haciendo una mueca, como si aquella actividad le causara malestar.

 

—Ya veo, ¿llegarás a cenar?

 

—No... Bueno, no lo sé. Es sábado, seguramente hay mucha gente y tráfico y... yo te mando un mensaje ¿sí?—  Soltó un suspiro y en su rostro apareció una sonrisa tan inocente que al otro le dieron algo de nauseas al percatarse de lo falsa que era. —Pero vamos, mañana será día de Aron y Min todo el día ¿Está bien?

 

Con eso último, Aron salió del departamento, casi como queriendo evitar aún más preguntas. MinHyun volvió a su posición. Devolver libros, la excusa perfecta. Claro, si el otro llevara esos libros. Sintió las lágrimas agolparse en sus ojos mientras posaba estos de nuevo en la rubia del televisor. ¿Cuántas mentiras en los últimos meses? ¿Cuántas más tendría que escuchar?.

 

Las horas pasaron tan lento que temía hacerse anciano en aquel tiempo que había transcurrido. Miró el reloj y ya eran casi las ocho de la noche, miró su móvil por milésima vez en aquella tarde. Ni un solo mensaje. En automático marcó el teléfono de Aron. Una. Dos. Cinco veces. No entró la llamada, seguramente no había señal ¿Cierto?. Decidió levantarse, le era imposible seguir tumbado, tenía que entretenerse en lo que fuera. No quería pensar.

 

¿Hola? ¿Has comido?

¿Dónde estás? tu paradero me preocupa.

Dime chica, ¿dónde estás?.
¿Hola? Llámame chica que ahí estaré.
Donde quiera que estés yo ahí estaré.
Responde el teléfono, chica.
Porque tengo que estar ahí.

 

Tomó dos paquetes de ramen, quizás el otro si llegara a cenar esta vez. Hace bastante que no cenaban juntos, realmente lo anhelaba pero era demasiado torpe para pedírselo al mayor. Seguramente estaba ocupado, ser universitario no era fácil, suponía.  Removió un poco el ramen instantáneo que estaba preparando. Se recargó en la tarja con ambas manos, sus ojos se clavaron en la nada. Sus pensamientos le torturaban de manera horrorosa.

 

¡Mierda! Gritó, un fuerte trueno rompió el cielo, tan fuerte que los vidrios temblaron casi tanto como él. Era claro que caería una tormenta y, por los truenos que caían en ese momento, seguramente sería como diluvio. Se mordió el labio inferior ligeramente, Aron no traía sombrilla y llevaba una escuálida sudadera solamente.

 

Sin pensarlo demasiado apagó el fuego, corrió a la habitación del contrario y cogió un abrigo; tomó una sombrilla y se apresuró a salir del departamento. La universidad no estaba tan lejos, únicamente un par de estaciones de tren, un par de cuadras y ya. En el camino volvió a marcar el teléfono del contrario, incluso, aunque esté parecía estar muero, mandó varios mensajes. Ninguno con respuesta devuelta.

 

Tal vez llegarías tarde debido al tráfico (me siento impaciente).
Tal vez se te olvidó cargar la batería otra vez (otra vez).
Parecía que iba a llover así que al final será un dilema,
Salí temprano a recogerte porque quería verte lo más pronto posible.



En el tren una sonrisa apareció en su rostro, recordando el momento exacto cuando llegaron a esa ciudad. Desde pequeños habían sido amigos; Aron venía de Estados Unidos, sus padres desde antes de que naciera habían tenido que migrar a aquel sitio. Al llegar nuevamente a Corea, Aron  no sabía absolutamente nada de la cultura, su familia le había enseñado un poco pero no lo suficiente. Los niños en el colegio solamente lo veían como un extranjero, no se daban la oportunidad de conocerlo.

 

Un día, otro niño proveniente de Busan había llegado a la capital,  un chico bastante alto y con facciones realmente lindas. Desde entonces,  MinHyun se convirtió en su único amigo.; crecieron juntos, iban al mismo colegio aunque en diferentes grados. Sus tardes estaban llenas de diversión, se cuidaban y  eran cómplices el uno del otro. Habían enfrentado duras pruebas, como la homosexualidad de ambos.

 

MinHyun era hijo de una familia demasiado recatada, su padre al enterarse de su gusto por los hombres lo golpeó hasta cansarse, lo desconoció como hijo y desde ese entonces comenzó a vivir con Aron. Hace apenas un par de años que ambos migraron a esa ciudad, Aron tenía que ir a la universidad y no dejaría solo a su amigo, así que ambos se aventuraron. El menor seguía con sus estudios y trabajaba de medio tiempo; ese sueldo más la ayuda que le daba su madre de vez en cuando y lo bien acomodado que estaba Aron, les permitía sobrevivir.

 


Probablemente te sorprenderás cuando me veas (te gustaría).
Con el fin de no extrañarnos el uno al otro (corro más rápido).
Te veo desde lejos, pero cuando te llamé ¿por qué no he dicho, Hola has llegado ya?.
¿Dónde estás, qué estás haciendo? Estoy preocupado.

 

La grabación indicó que había llegado a su destino, caminó de manera rápida hasta la universidad. Se alegró de que la lluvia aun no llegara a ese sitio, se veía próxima mas no había comenzado. Tenía bastante que no iba, así que tuvo que preguntarle a la gente como llegar a la biblioteca. Gotas de lluvia comenzaron a caer mientras él aun daba vueltas por el inmenso campus tratando de ubicarse; completamente frustrado volvió a marcar el teléfono. Esta vez entró la llamada, escuchó una multitud de voces e inmediatamente la llamada se cortó. Apretó con su mano el móvil que lo escuchó crujir poco, relajando casi al instante los músculos de su diestra.

 

Hola, ¿por qué no dices nada?
¿Hola? ¿Hola?

 

Lo que eran gotas de agua ahora era una espesa cortina de lluvia que, aun con paraguas, le mojaba  y erizaba la piel. Se refugió en la entrada de la biblioteca, pero sin entrar en ella,  esperando a que el otro saliera de ella. Los minutos pasaban y a medida de ello la lluvia aumentaba su fuerza, una vez más intentó marcar el número del mayor; sin éxito alguno.  Maldijo lo despistado que a veces era el otro con el celular. Sí, porque aun guardaba la esperanza de que se tratase de un evite casual. No de una fría y dura indiferencia.

 

Estaba pensando, que quizá se habían cruzado en el camino, el otro probablemente ya se encontraba en su departamento. Se giró para regresar a casa, sería mejor esperarlo ahí. Alguien lo empujó un poco, no le prestó atención hasta que a sus oídos llegó una risa bastante conocida. No pudo avanzar más, acomodó el paraguas a manera de que su rostro quedara cubierto. Esperó un par de segundos, y buscó al dueño de esa risa, rogando que se tratase de otra persona. Algo lejos, alcanzó a mirarlo; ahí estaba Aron, con una sonrisa radiante. Pero, no iba solo, lo acompañaba un muchacho de figura estilizada, cabello rubio y probablemente uno de los rostros más hermosos que había visto.

 

Aron iba tan entretenido que no se percató de su presencia, seguramente el nombre e MinHyun ni siquiera pasaba por su cabeza. Ambos chicos estaban riendo, a la par que tomados de las manos corrían bajo la lluvia, tratando de resguardarse bajo la cafetería que se encontraba a una distancia considerable de la biblioteca. Tal cual una cursi escena de película, iban jugueteando bajo la lluvia, mojándose uno al otro con los charcos. Antes de alcanzar a resguardarse bajo el techo de la cafetería, Aron tomó por los hombros al más alto, uniendo sus labios en un inocente y corto beso. Cuando éste concluyó, ambos entraron al lugar, el más alto le pasó juguetonamente un brazo por los hombros.

 

He venido a recogerte en caso de que lloviera,
en caso de que tuvieras que caminar sola en la lluvia.
Estoy frente a tu casa, te veo supongo que estás con alguien.
Pero, en realidad, no podía decir esas cosas, no quería perderte.

 

 

Fue como si ese trueno que acaba de romper el cielo también lo hubiera roto a él. Lo sabía, sabía perfectamente que Aron se veía con alguien; de un tiempo acá pasaban menos tiempo juntos, el otro llegaba tarde o inventaba pretextos tontos para salir. Sin embargo, una cosa era saberlo y otra muy distinta verlo.

 

Ver como sus labios se unían con los de alguien más, como su tiempo ahora le pertenecía a otra persona. A alguien que no era él. Se quedó bajo la lluvia un par de minutos, contemplando desde fuera aquella escena bastante dolorosa. Sus lágrimas se mezclaban con la lluvia, caían sin que pudiera hacer nada para evitarlo. Se enjuagó el rostro y se resguardó bajo la sombrilla.

 

Sus pasos eran lentos a comparación de los que daba la demás gente para huir de la lluvia. Apenas y era capaz de pensar en cualquier cosa que no fuera ese beso, esa mirada llena de amor que jamás había sido dirigida a sus personas. No pudo evitar que en su rostro una sonrisa dolida se apoderara de sus labios, aquel chico era realmente hermoso. Su rostro era perfecto, su cuerpo estilizado; parecía una muñeca. En cambio él, ¿que tenía? nada. No tenía absolutamente nada en el mundo. Hasta hace un par de horas pensó que Aron era suyo, ahora... ahora solamente tenía un boleto para arribar al próximo tren, un abrigo mojado y un paraguas que escurría gotitas de agua.

 


Sé que mis acciones son cobardes,
incluso si te burlas de mí diciendo que soy un cobarde, no me puedo ir.
¿Sabes cómo me siento?
¿Por qué caminar hacia ti es como caminar hacia el infierno?
Esto no tiene sentido, yo era el que consolaba tu soledad.
Apúrate y dime por favor, que no hay nada entre ustedes dos.


Cuando llegó a casa le sorprendió ver todo apagado, le cayó de extraño pese a que era tan tarde. MinHyun siempre lo esperaba para cenar, incluso cuando olvidaba avisarle como había ocurrido ahora. Se sacó los zapatos húmedos antes de entrar a la casa. Buscó prender la luz, sin embargo unos brazos lo sostuvieron por la cintura antes de que llegara a hacer. Se exaltó, sin embargo a su nariz llegó el perfume de su compañero, ese que le había regalado por navidad, apenas meses atrás.

 

Estuvo a punto de decir algo, pero una mano se posó en su boca. Aquello, aún le parecía una broma del más alto así que ni siquiera forcejeó. Se quedó atento, esperando el próximo movimiento de MinHyun; seguramente un ataque de cosquillas. Lo último que escuchó un “lo siento” tembloroso, envuelto en llanto y miedo. Lo único que sintió fue un cuchillo enterrarse un par de veces en su pecho, antes de llegar a su corazón y morir a manos de su amigo.

 

MinHyun siempre estuvo enamorado de Aron.
Aron, que ahora estaba en un charco de sangre, pensó que si hacía como que esos sentimientos no existían, alguna vez desaparecían.

 

Que irónico, ahora era él quien ya no estaba más en este mundo.  

 

¿Por qué no puedo ser yo? Por favor, di algo.

 

Notas finales:

Este es un one-shot demasiado simple. Nunca había escrito para esta sección, pero me he leído casi todos los fanfics de Nu'est y no encontré algo parecido, no sé a que me enfrentó así que decidí dejar muy suave la última parte(?). Sólo espero que les guste y eso <3. 


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