“No se que intentas pero estás equivocado si crees que me humillaré delante de un mocoso, con tal de complacerlo…”
“Realmente no me interesa, pero quiero verte acabado, por que estoy muriendo por saborear ese delicioso manjar carmesí.”
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Le había costado trabajo derribar al mayor pero una vez encontrado sus puntos débiles fue fácil seguir con su fantasía…
Siempre te consideré alguien realmente fuerte pero no existe excepción alguna para verse vulnerable ante otros.
Aunque Rivaille estaba enfadado fue algo que muy poco le importo, quería saciar ese escozor de sus entrañas, quería probar completamente todo de su amante, aunque su otro yo había estado interviniendo para que no cometiera tal locura…*
Con unas tijeras de jardinería rasgo los costados de su amante, enterrándolas de manera suave no quería acabar rápido con el juego así que solo causo algo superficial, poso sus labios sobre las heridas saboreando ese sabor metálico que tanto le gustaba.
Te daré un tip… hay que beberla cuando está aún caliente, por que es cuando mejor se puede apreciar su sabor…
El otro simplemente no desviaba la mirada del menor, no le daría el placer de verse débil ante el menor, él cuál a pesar de ser una persona importante para este; simplemente su debilidad era algo que no tenía permitido mostrar.
Mi querido Rivaille, muéstrate, quiero ver ese rostro desesperado por seguir viviendo… deja de ser perfecto en un momento tan bello como este.
Eren empezó a lamer el cuello del otro, desabrochando la camisa del mayor, a pesar de estar rasgada y manchada de sangre, quería hacerlo con la mayor delicadeza. El otro simplemente se sintió asqueado, primero por el lugar donde estaban y segundo por la situación en la que se encontraba su cuerpo.
Juguemos un rato, no hay prisas… ¿Cierto?
Se acomodo en sus caderas, ignorando el chillido de las ratas que pasaban a su lado, el olor a putrefacción, el agua puerca de algunos charcos, las alcantarillas de la ciudad había sido una maravillosa idea.
Amo que tu rostro sean tan inexpresivo, tus hermosos ojos grises que no tardaran en derribar a cualquiera que los mire, tu obsesión por la limpieza y tu forma de disciplinar. El dolor es lo más efectivo… Ahora veamos si funciona contigo…
El menor coloco una varilla en la muñeca del pelinegro, y en solo martillazo esta había atravesado la muñeca y el piso, una corriente eléctrica recorrió el cuerpo del castaño al ver ese líquido brotar.
Disfruta este placer por que no sentirás algo parecido en tu vida...
Otra varilla en su muñeca y rodillas, más sangre broto de ese perfecto cuerpo y las lamidas del castaño no se hicieron del rogar, uno de sus fluidos favoritos era la aquel liquido carmesí, aquel que le hacía acabar con su demandante sed.
Paso sus manos por el muy buen formado pecho, contemplándolo antes de que terminara destrozado.
El fuego siempre ha sido algo tan maravilloso, ver como puede acabar un extenso paisaje en cuestión de minutos, algo que si logras manipularlo te dará un gran espectáculo…
Acerco un mechero a los pezones, viendo como empezaban a tomar un color distinto al que naturalmente eran, aun así la cara de Rivaille no pareció cambiar mucho. Dejo un poco más el mechero cerca de ellos, haciendo que perdieran su forma. Con una fuerte mordida arranco uno de ellos, saboreándolo en sus labios, para tragárselo de manera lasciva.
Se que no podré cambiar mi arte excepcional en depravación pero existiendo gente como tú, tengo motivos para seguir satisfaciéndome… Tus subordinados ya sabían que era en realidadpero antes de que pudieran avisarte yo había movido mis cartas, yo soy aquel que llevo a la ruina tu reputación a la de una rata, por que eso siempre has sido… No negarás tus raíces, ¿o sí?... *
Termino su tarea de desvestir al ojigris para seguir con sus estimulaciones, algunas heridas superficiales y cuatro profundas en sus extremidades, era el calentamiento de ese placentero atardecer. Arrastro desde unos botes un marro dejándolo caer en la boca del estomago de Rivaille cambiando su expresión y soltando un pequeño grito, el cuál aumento la excitación de Eren.
¿Marro o pico? No pude decidir cual utilizaría así que termine convencido de que ocuparía las dos… También sobre las varillas fue algo difícil decidir ya que estaba el bondage pero sería algo demasiado sencillo para ti. ¿Qué te gustaría probar? ¿Quieres sentir el dolor de tú entrañas desagarrarse? O saber que mi eterna fantasía será tener aquellos hermosos ojos solo para mi, a veces he llegado a la conclusión de que no encajan contigo… es un pecado el que tengas algo tan bello en ti, siendo de lo peor… Algo tan bello no debería de existir.
¡Ah! Que delicioso placer me brindas hoy, Rivaille… ruega por tu vida, ruega por tus sueños, ruega por todo el amor que me tienes…
Se abrazo a si mismo, frotándose los brazos, dejándose llevar por esos escalofríos que le hacían sentir un exquisito placer que muy pocas veces conseguía. Poso sus orbes verdes en aquel cuerpo sucio y maltratado que yacía en el suelo, con pasos lentos se acerco mirando embelesado el cuerpo, aquel que tantas veces había soñado con llevar a la ruina.
Acerco su mano al ojo derecho del otro, ejerciendo una presión levemente, el poco autocontrol que tenía desapareció enterrando sus dedos en esa cavidad, decidió simular pequeñas embestidas.
“¡¿AAAAAH?!
Esto nunca tuvo que haber sido así…
No soy el mismo iluso de antes, me he matado tratando de acabar con las ratas de esta ciudad, en ser el mejor en el arte de la locura, en como podría hacerlos desaparecer de forma artística sin dejar de satisfacer mis más enfermizos deseos…
No acabaré aquí, mi vida, mis sueños, no pienso perder, pienso borrarlos de la tierra…
Los mataré a todos, hasta que no quede ninguno… Lo haré de cerca y personalmente…Hasta el último de ellos…
Otra vez… Quiero matarlos de nuevo, quiero saborear su miedo, su desesperación pero sobre todo quiero saborear sus hermosos rostros de debilidad… Quiero matar más y más, hasta que mi cuerpo no pida más de sus fluidos.
Voy a matarlos a todos…”*
Salió de su pequeño trance, pronto anochecería y tendría que acabar con esto antes de que alguien interrumpiera. Se volvió a colocar sobre las caderas de su amado, para sacar el miembro flácido de este, masajeándolo, ansiaba tener ese trozo de carne dentro suyo.
¡Rivaille! ¡Rivaille!
Un par de agujas terminaron en el pezón que aun conservaba el pelinegro, también sintió aquella calidez que le brindaba el menor.
Quiero tener tu espesa esencia, por favor no te contengas…
Era inútil, esa situación era demasiado, practicaban el bondage y otras cosas pero esto era demasiado, su miembro reaccionaba al contacto de Eren pero su mente trataba de procesar toda la escena. Un par de movimientos y sonidos obscenos más para saber que pronto estarían en su límite, sus respiraciones eran agitadas y se notaba el cansancio en ambos pero eso no impidió que el castaño detuviera su practica, termino de extraer el ojo derecho de Rivaille; escuchando aquello que desde hace tiempo quería ayudar, un “ayuda”.
Pronto estarás en el lugar donde perteneces…
Sin más demoras saco el otro ojo, depositándolos en un recipiente, Rivaille ya no pensaba del todo, el dolor empezaba ser sofocante, ya que aquel sedante empezaba a retirarse de su cuerpo. Eren volvió a acercar el mechero a los genitales de Rivaille echando un poco de coñac, admirando el hermoso espectáculo que le daba el otro.
Siente ese hermoso pero pecaminoso placer, siente por que soy el único que puedo proporcionártelo…
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Caminaba libremente por las calles, vestido con una gabardina color negra, un pequeño frasco yacían los ojos grises del pelinegro, guardándolos delicadamente en una bolsa de papel.
Te dije que eran muy hermosos para ser parte de ti... Al final de en cuentas nadie es fuerte, todos tienen una apetecible debilidad, Rivaille.
De ahora en adelante el tendría el control de ese cuerpo que siempre fue suyo, el pequeño Eren jamás volvería a ser el propietario de su cuerpo.*
¡Ah! -un travieso gemido dejo escapar- A que delicioso orgasmo~ Quiero más… quiero seguir saboreando más de sus hermosos fluidos…