Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I'm your prey por LittlePrincess73

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este es otro de los interminables pedidos de mi gemela que tengo en el blog >/////<

En general soy más fan de KrisLay, pero bueno... yo me adapto (?) XD

Notas del capitulo:

Mmm Espero que me déis vuestra opinión sobre este mini fic ^^

Apenas serán 3 capítulos y la verdad es que me inspiré en una historia parecida de una amiga mía, claro que el final es completamente distinto en la vida real XD

Pero bueno... que a mí me inspira cualquier cosa XDD

Espero que me perdonéis si hay muchas faltas de ortografía :S

POV. TAO

 

No sabía cómo liberarme de él, porque sabía que no quería aquello, pero tampoco podía afirmar que no me atrajese la idea.

Todo había sido por culpa de Xiumin por insistir en que fuese a pasar el fin de semana a su casa porque sus padres no iban a estar.

En realidad, no sabía cuando me había hecho tan amigo de ese chico, si apenas hacía unos meses que nos conocíamos, pero me sentía cómodo con él.

Supongo que quería que saliésemos de fiesta esos días porque me había visto decaído, pero no es como si yo usualmente no soliese estar en silencio y pensase tranquilamente mirando hacia la nada.

Sin embargo, accedí a ir a su casa. Solía ser divertido pasar tiempo juntos.

Esa fue, claramente, una mala decisión. Alguien debería de haberme advertido en su momento, pero no, por lo visto la vida consideró que no era necesario.

Después de pasar toda la mañana sin hacer mucho, solo repasando algunas cosas sobre vocabulario y pronunciación en coreano, pues a veces a Xiumin le gustaba usar expresiones que sacaba de dios sabría donde y no le entendía, preparé una pequeña bolsa con el pijama y algo de ropa, listo para irme a su casa.

El trayecto en tren fue tranquilo, nada raro, solo la música sonando en mis oídos.

En realidad, nada parecía indicar que las cosas fuesen a terminar como lo habían hecho.

Cuando llegué a la estación, Xiumin me estaba esperando sonriente. Le sonreí de vuelta, cambiando de andén hasta quedar donde él estaba.

Me sorprendí cuando otro chico, algo más alto que nosotros, se acercó desde fuera, como si nos hubiese estado esperando a ambos.

Miré a Xiumin por si se conocían y venía a saludar, y este carraspeó, deteniéndose frente al chico.

   -    Tao, ¿recuerdas que te hablé sobre un primo segundo que iba a venir unos días? Pues este es Kris, ha decidido que quería quedarse este fin de semana – nos presentó.

Hubiese pensado que era una disculpa, por obligarme a estar en presencia de alguien que no conocía, sabiendo que era algo tímido, pero no hacía faltar ser un genio como para ver que no le molestaba en absoluto que se le hubiesen juntado dos compromisos.

Incliné la cabeza, murmurando el típico: encantado de conocerte.

Camino a casa de Xiumin, me enteré de que ambos eran primos lejanos, pues Kris era chino, igual que yo, incluso había vivido en Canadá una temporada.

No hacía mucho que había vuelto allí por cuestión de estudios y le apetecía pasar tiempo con su primo, al que hacía tiempo que veía demasiado poco, aunque de pequeños habían estado muy unidos.

Parecía un chico agradable, aunque imponía bastante por su altura y con esa mirada que parecía decir que iba a matar a alguien en cualquier momento.

Pero tenía una sonrisa bonita… aunque no tenía la impresión de que fuese alguien dado a sonreír.

Dejé mis cosas en la habitación donde solía dormir cuando iba a su casa y bajé a la cocina, donde Xiumin pretendía hacer algo de cenar, aunque después de una hora, se rindió y Kris llamó por teléfono para pedir una pizza.

No era mi comida favorita, pero era mejor que nada.

Después de cenar y vestirnos, volvimos andado hasta la estación para ir al centro de la ciudad, a una de las discotecas de renombre esos días y que hacía tiempo que Xiumin quería ver.

Por algún motivo, nos dejaron entrar sin esperar demasiado, probablemente por Kris. Era guapo y alto, y sin duda alguna, enamoró al portero con la sonrisa ladina que le lanzó.

A veces la gente era algo evidente.

Nada más entrar, el ruido invadió mis oídos, casi ensordeciéndome, el humo se impregnó en mi ropa, mis ojos cambiaron para acomodarse a aquellas luces de colores parpadeantes.

Atravesamos en local en dirección a la barra esquivando los cuerpos de los bailarines que se movían frenéticamente en la pista al son de la música, bordeando parejitas que se demostraban su afecto delante de todo el mundo.

El chico de la barra nos sonrió cuando nos sentamos en unos taburetes, ofreciéndose a prepararnos la bebida especial de la casa.

Xiumin dijo que preferíamos empezar con unas cervezas, a lo que asentí.

Quería pasármelo bien, no emborracharme para no recordar nada la mañana siguiente, excepto la resaca.

Como esperaba, no estuvimos demasiado tiempo en el pub, apenas bailamos un poco antes de darnos cuenta de que aquel ambiente no acababa de gustarnos y nos volvimos a casa.

La música que ponían no era nuestro estilo, el hecho de que la gente ni siquiera buscase lugares mínimamente apartados u oscuros para montar aquellos espectáculos no era bonito de ver.

Además, el olor… olía claramente a droga, y no quería que me relacionasen con algo como eso.

Así que en apenas 3 horas estábamos de vuelta en casa, los tres tirados en el sofá de Xiumin, sentado entre ambos, cuando a mi amigo se le ocurrió una soberana estupidez.

   -    Juguemos al “Yo Nunca…” – propuso, sacando algunas botellas de alcohol del armario de la sala.

No era excesivamente aficionado a esos juegos, pero solo estábamos nosotros tres, y confiaba en que Xiumin guardaría los secretos que de ahí saliesen. Sobre su primo... bueno, no creía que fuésemos a vernos más.

Asentí, acomodándome en el suelo, donde él había puesto las botellas con pequeños vasos para chupitos.

Nos sentamos rodeando los vasos, formando, más que un círculo, un triángulo.

Miré a los dos primos, puesto que yo no tenía intención alguna de comenzar aquel juego.

Xiumin acabó suspirando sonoramente, casi de forma dramática, rodando los ojos y llenando los vasos con algo de alcohol.

   -    Yo empiezo. Veamos… Yo nunca me he sentido atraído por una mujer.

Me hizo gracia esa oración, puesto que sabía que Xiumin era gay, extremadamente gay, aunque no lo pareciese ni por su actitud ni apariencia.

Él no bebió. Yo tampoco. Kris sí lo hizo.

El alcohol a secas debió de quemar en su garganta pues tosió un poco cuando tragó de golpe, dejando el vaso nuevamente en el suelo. Xiumin lo rellenó en seguida.

Le tocaba a Kris continuar.

   -    Yo nunca… he mantenido relaciones en público – rió, al ver que Xiumin gruñía y bebía de su vasito.

Intuí que lo hizo por venganza, pero sus ojos se abrieron sobremanera cuando cogí mi propio vaso y lo bebí de un golpe, muerto de la vergüenza. Pero hubiese sido injusto no ser sincero.

Incluso los ojos de Xiumin se abrieron sorprendidos y comenzó a reír cuando calló Kris.

   -    Vaya, hay cosas que no me has contado aún eh – se burló, rellenándonos los vasos.

Carraspeé, intentando ocultar mi vergüenza, y de paso, quitarme de encima el escozor del alcohol.

Bien, mi turno. Pensé unos segundos en cosas vergonzosas que no hubiese hecho pero que ellos sí pudiesen haber hecho.

   -    Yo nunca… he tenido que esconderme de los padres de alguna de mis aventuras o relaciones estando en una situación comprometida – apunté, confiado.

Tanto Xiumin como Kris bebieron, obligándome a reír. Me moría de ganar por preguntarles cómo de estúpidos podían haber sido como para encontrarse con algo así.

Pero no lo hice, los detalles quedaban fuera.

Preguntas de ese estilo continuaron saliendo durante un buen rato, y bebí en muchas de ellas, hasta el punto que en una hora, estábamos bastante contentos a causa de tanto alcohol.

Había empezado a notar que los ojos de Kris me miraban diferente, como si ahora se hubiese dado cuenta realmente de mi presencia.

Me sonreía bastante, pero lo achaqué a que también le afectaba el alcohol.

Los ojos de Xiumin brillaron cuando una pregunta que me descolocó salió de entre sus labios.

   -    Yo nunca soy el que suplica para que se la metan desesperadamente.

Touché. Ese había sido un gran golpe bajo, pero bebí, ante la sonrisa incrédula de Kris y la risa histérica de Xiumin.

   -    ¡Lo sabía, sabía que eras de esos! – exclamó riendo.

No iba a dar detalles, pero eso solo ocurría cuando me interesaba la otra persona y había una relación por en medio, jamás llegaría a una situación así con un completo desconocido.

Sentía las mejillas ardiendo, y no sabía si era por la bebida o por lo que acababa de confesar sin palabras. Bueno más bien, por la gran cantidad de cosas que había desvelado a esos dos sujetos sentados a mis lados.

Pero iba a vengarme, oh, lo haría, aunque no solía ser vengativo, esa ocasión lo merecía.

O eso me hacía pensar mi mente, ya ebria y fuera de control.

Turno de Kris.

   -    Yo nunca… - pareció pensárselo unos segundos, hasta que me miró fijamente, justo antes de hablar – he sido sometido en contra de mi voluntad y lo he disfrutado.

Mi cara terminó de cubrirse de un tono rojo escarlata, mientras Xiumin a mi lado reía, diciendo que nadie allí podía haber pasado por algo así y menos disfrutarlo… hasta que me vio beber, con la vergüenza comiéndome vivo.

Sí, aunque no lo pareciese… era algo especial con esos asuntos. Pero solo había sido una ocasión, y fue porque había tenido una pelea con mi antiguo novio… de alguna forma nos reconciliamos después de eso y varios regalos por su parte.

Había sido una maldita ocasión aislada en mi vida, pero, al fin y al cabo, había ocurrido.

Rellené yo mismo los vasos de los otros cuando hablé.

   -    Yo nunca he tenido que quedarme con las ganas de tener sexo – sonreí, victorioso cuando ambos sujetos bebieron después de hacerme quedar mal.

Pensarían que yo era un promiscuo, pero al menos un promiscuo con más éxito que ellos.

Poco después de aquello, mi memoria sufre una gran cantidad de episodios con grandes lagunas… pero puedo asegurar que mi reputación fue claramente pisoteada en aquella sala, junto con la de Kris, que al igual que yo, no era un santo.

Pero había una diferencia entre ambos. Lo que yo hubiese hecho, siempre era con pareja estable. Él, con cualquiera.

Recuerdo que pusimos una película antes de ir a dormir, claro que Xiumin y yo nos fuimos antes, arrastrándonos escaleras arriba por su casa, mientras que Kris se quedó en el sofá, donde lo encontramos a la mañana siguiente, dormido.

Me dolía bastante la cabeza cuando me levanté, y por la cara de mi amigo, él no estaba mejor.

Él despertó a su primo mientras yo sacaba algo para desayunar.

Por mi parte, un café bien cargado me venía perfecto, no quería llegar a casa y que me matase mi madre.

Aunque bueno, la parte de las ojeras por no haber dormido no era un problema, solía tener ojeras permanentemente.

Durante el desayuno ninguno mencionó absolutamente nada de lo que había salido a la luz la noche anterior.

Por mutuo acuerdo, y sin necesidad de palabras, parecíamos coincidir en que era mejor ocultar aquello en un cajón, a ser posible, en lo más hondo, y no volver a sacar a relucirlo jamás.

Poco antes del mediodía me despedí de Xiumin para volver a casa, aunque Kris decidió acompañarme.

No hasta mi casa, pero sí durante parte del trayecto, pues él había quedado en ir a ver a no sé quién y parte del trayecto en tren era el mismo.

Salimos en silencio de la casa de mi amigo y en algún momento comenzamos a hablar.

Aunque Kris parecía imponente, luego resultó ser un chico muy tierno, la conversación que mantuvimos puedo decir que me encantó.

Fue entretenido y ameno, nos contamos cosas algo personales, pero porque fueron experiencias que marcaron nuestra vida de alguna manera.

No fue incómodo, pero tampoco diría que fue completamente cómodo. Fue extraño en conjunto.

Me despedí cuando llegamos a mi parada e intercambiamos números, aunque no tenía muy claro para qué, pero bueno, no quería quedar mal con el primo de mi mejor amigo.

Cuando ya estaba llegando a casa recibí un mensaje de Xiumin que me llamó la atención:

   -    “Estoy esperando para ver cuánto tarda mi primo en intentar pescarte. Olvidé decirte que cuando le echa el ojo a alguien no para hasta conseguirlo. Hace poco se ligó a un conocido mío. Te aviso porque creo que le llamaste bastante la atención. Hablamos cuando vengas en un par de días”.

Sonreí, pensando que no era posible que se atreviese a algo así con uno de los mejores amigos de su primo.

Pero… probablemente pensar aquello fue otro error mío.

Notas finales:

Mmm y bien?

Qué pensáis de la introducción a esta historia??

No puedo decir que sea de lo mejor que he escrito... pero os aseguro que tampoco es de lo peor (sí... se puede hacer peor, creedme, soy la prueba viviente ?? XD).

Gracias por leer ;P

Intentaré actualizarlo prontito!! ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).