Lonely love
- Porque he vivido mil veces por ti, he muerto mil veces por ti. Dime Minho, ¿puedes amarme en la soledad? Yo acabo de olvidarte.
***
- Si tan solo no hubiese sabido quien eras tú, entonces te habría amado. Si tuviera la oportunidad de encontrarte en nuestra próxima vida, jamás de haría sufrir de nuevo Taemin.
Letter to Romeo
Fue apenas un susurro el que se marco inevitablemente en lo profundo de su ser. Una mirada escondida entre mechones de cabellos negros lo que le hizo perderse en un mundo que hasta ese momento parecía inexistente. Una mano cálida que acaricio sus pálidas mejillas y limpio sus cristalinas lágrimas.
* Un ser maravillosamente indescriptible que me enamoro.
….
….
Elevo su mirada apagada hacia el triste y nublado cielo dejando que la brisa congelada golpeara enardecida su rostro, mientras le susurraba ese “te amo” que tanto disfrutaba escuchar.
Apretó contra su pecho el retrato de su único amor, ese que sin pedir permiso se había adueñado en su totalidad de su ser.
- Minho… te amo
Le dio una última mirada a la foto, entro a su habitación y coloco la imagen en su velador. Se obligo a si mismo a dirigirse a su armario y escoger un atuendo adecuado para la ocasión, sea cual fuese esta debía verse bien para Minho.
“Taemin ah, debemos hablar, mañana por la noche pasare a recogerte.”
Sus palabras volvieron a repetirse claramente en su mente, temía por lo que pudiese pasar y mucho más al pensar en ese “tenemos que hablar.”
Si no se equivocaba y esperaba hacerlo, eso significaba que romperían y tan solo imaginarlo le aterraba inimaginablemente.
Pero… debía ser realista ¿Cómo iba a terminar algo que nunca comenzó? Desde que lo conoce su relación había sido solo de una gran amistad pudiendo llegar a compararse con hermandad, nunca como a él le hubiese gustado, muy a su pesar.
Termino de cambiarse y tras repetirse que nada malo iba pasar, salió de su habitación y se dispuso a esperar la llegada de Minho en el living.
Pasados unos minutos su puerta sonó, en ese momento creyó que podría morir por el miedo que sintió al saber que había llegado la hora de enfrentarse a lo que fuese que le esperaba. Se levanto del sillón y abrió muy despacio la puerta.
Por un momento se perdió en la hermosura frente a sus ojos, estaba completamente seguro que sus gustos eran los mejores y a la vez los más dolorosos.
- Taemin
Su voz sonó ronca, le miro con esos grandes ojos que no transmitían nada y le dedico una sonrisa encantadora.
- Vamos
Subieron en silencio al auto del mayor y durante el recorrido hacia… la verdad nadie excepto Minho sabia a donde se dirigían, no pronunciaron si quiera una palabra, el ambiente no era para nada cómodo, era en sí, todo lo contrario.
Llegaron a un restaurante no muy lujoso, más bien modesto y hermoso. Entro primero Minho saludando a las personas que trabajaban allí, siendo seguido por un Taemin cabizbajo y tímido.
- Minho… ¿Qué pasa?
Se atrevió a preguntar ya cuando estuvieron en su mesa, tal vez un poco cansado y miedoso de que la hora crucial se alargara mucho más.
Minho estiro su brazo y su mano revolvió los rubios cabellos del menor, mientras una risita se escapaba de sus labios.
- Siempre tan impaciente – dijo y luego de unos segundos se volvió a poner serio – lo que tenemos que hablar es algo muy serio y preferiría dejarlo para el final, no es cómodo ahora.
- ¡Oh!... Está bien
Susurro Lee un poco triste. Hicieron su orden y después de casi hora y media que duro la comida, en absoluto silencio. Minho le dedico una mirada al menor indicándole que era hora de irse. Salieron en silencio y el mayor condujo a la casa de Lee.
Se estaciono frente a la casa y suspiro cansado, sin sentido del que pasaría, solo tomándose su tiempo para alargar la agonía de Taemin. Nervioso quizás un poco.
- Minho…. Me dirás ahora lo que querías decirme, ¿verdad?
- Es difícil
Contesto sincero, busco entre los bolsillos de su saco un pedazo de papel doblado en cuatro, impregnado de un peculiar olor perteneciente a solo una persona en todo el universo y lleno de un amor que parecía de ensueño.
Taemin vio la carta sorprendido, sintiendo una corriente recorrerle hasta la última célula en su cuerpo, sintió miedo, vergüenza, tristeza…
- No lo sabía, ni siquiera lo imagine…
No quería escuchar más, la verdad no podía hacerlo.
Arrebato la carta sin delicadeza alguna de las manos de Minho y salió del auto a gran velocidad, corrió hacia su hogar y dentro de esta, fue directamente a encerrarse en su habitación.
Ya nadie le vería ahora, por lo cual llorar para aliviar ese peso en su corazón, le pareció una buena opción.
Una a una sus lagrimas recorrieron sus mejillas, siendo incapaz de secarlas. Levanto la carta que aun mantenía en sus manos y la desdoblo con pesar.
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Cuando Taemin se perdió tras la puerta de su casa, por fin pudo respirar aliviado. Extrañamente no sentía nada. Ni ganas de correr a abrazarlo como siempre lo hacía cuando el menor se sentía mal, ni largarse a llorar por ser tan estúpido. En realidad aun no asimilaba la sola idea de que su pequeño niño este enamorado de él. No lo merecía y no entendía como esto pudo llegar a pasar.
Se reprimió incontables veces deseando que el día que se hicieron amigos jamás hubiese ocurrido.
Taemin conocía al Choi Minho que lo cuidaba y estaba siempre a su lado en el momento adecuado, si supiera la verdad, si tan solo lo supiera aseguraba su más preciado tesoro que él lo odiaría.
No negaba el gran cariño que había empezado a sentir por él, ese amor infinito que lo envolvía cuando lo veía sonreír, llorar o hacer sus berrinches, simplemente sería negar lo evidente. Pero él no podía quererlo a otro punto. Sería un delito castigado por la ley y por Dios. Y Minho quería demostrar que ahora era una persona diferente, quería remediar el terrible error que lo atormentaba cada noche.
Recordó la carta que había encontrado una vez en la habitación del menor, entre las hojas de un libro viejo cubierto por una capa de polvo.
Letter to Romeo
Incontables veces he tratado de olvidar y deshacerme de este sentimiento que sin tenerlo previsto me empezaba a matar por dentro. Pero aunque lo haya intentando e intentado, mi corazón que miro hacia un lugar equivocado no puede dejar de verte solo a ti, latir por ti, quererte a ti.
Aun no tengo claro cuando fue que llegue a sentir esto, pienso que fue desde el momento en el que nos conocimos. ¿Lo recuerdas?
Yo caminaba por un puente hacia mi casa, eran aproximadamente las 23:00 pm cuando empezó a llover de manera tempestuosa, quise correr pero mi pie se atasco en la ranura de las maderas y caí.
El agua golpeo mis manos y mi rostro con fuerza, trate de pararme pero mis manos dolian,0 cuando las vi estaban sangrando, mi nariz y mi labio inferior también lo hacían y entonces me largué a llorar, porque tenía miedo. Estaba solo y herido.
Pero tú llegaste corriendo, sin decir una palabra me cogiste entre tus brazos y me llevaste a tu casa, curaste mis heridas, me prestaste ropa seca, me preparaste chocolate caliente y luego me dijiste que me fuera a dormir y que al día siguiente me llevarías a mi hogar.
Yo solo podía asentir mientras una sonrisa tímida aparecía en mis labios. Había encontrado a un ángel, mi ángel.
Creo que en ese entonces los extraños sentimientos hacia ti ya existían incluso antes de conocernos yo ya te amaba.
Sé muy bien que tu nunca sentirás lo que yo por ti siento, que jamás me miraras como quisiera, que de tus labios nunca escuchare ese “te amo” que anhelo con todo mi ser, pero así estoy bien, porque estas a mi lado, eso es suficiente para mí. No espero nada más que tu incondicional compañía por siempre.
He escrito esta carta para confesarte mi amor, aunque tú nunca te llegues a enterar, solo quise escribirlo. Para el amor de mi vida que no corresponde a mis sentimientos y que es mi primer amor por siempre. Te amo.
Sin darse cuenta algo empezó a apretar su corazón, estrujándolo hasta un punto de insoportable dolor. Sus lágrimas empezaron a salir raudas por sus mejillas. Apretó con fuerza sus puños y dejo caer su cabeza al espaldar del asiento de su auto.
No podía más.
No podía mentirse a sí mismo.
No por más tiempo.
- Si tan solo no hubiese sabido quien eras tú, entonces te habría amado. Si tuviera la oportunidad de encontrarte en nuestra próxima vida, jamás de haría sufrir de nuevo Taemin.
Pero ahora eso no puede ser, por qué aunque te amé desde el inicio, lo nuestro jamás estaría bien. Jamás lo estaría. Lo siento mi niño, lo siento tanto.
El tiempo que camine al mismo lugar
Perdido sin rumbo y en soledad
Mas tu me encontraste y me enseñaste
Hacia donde ir