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AGONY por VanillaPostt

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Notas del capitulo:

¡Y aquí está el segundo capítulo! :Nomedigas:

A los que están siguiendo el fic muchas gracias por hacerlo, de verdad mi corazón se regocija y mi alma danza hasta caer rendida~ Pft Hahaha~

Esta vez es un poquito más largo~ y repleto de diálogos~

 

¡Espero que lo disfruten!

CAPITULO 2: Imprudencia.

 

 

—Yo puedo notarlo…—Susurró el bajista apoyando su antebrazo en el respaldar del sillón. 

Ruki guardó silencio por unos momentos, era evidente que el mayor no se encontraba allí solo para saber cómo estaba, tenía que aceptarlo, admiraba la capacidad intuitiva de Reita, aun cuando éste no se lo hiciese saber siempre, era consciente de lo observador que podía llegar a ser. Exhaló con pesadez posando su mirada en los nudillos de sus manos, aquellos que fueron emblanqueciéndose al apretar tan fuertemente sus puños, tener que hablar de algo que lo mantenía disperso no le gustaba de a mucho. —No sé si deba…—Susurró desviando ahora su mirada a la del expectante bajista. —La verdad es… que estoy cansado… —Confesó con algo de duda. El contrario tan solo entreabrió su boca, no lo entendía del todo, ¿qué era lo que estaba cansándolo?, ¿sería prudente preguntárselo? , fuera como fuera su curiosidad fue en aumento, y es que aquella actitud ya llevaba con el menor un par de semanas, era inevitable no sentirse preocupado, el Ruki vital y solidario estaba opacado por una preocupación, una que a lo mejor Reita podría ayudar a solucionar. Akira frunció levemente el entrecejo dejando que una sonrisa forzada le adornara el rostro, no podía imaginarse su cara ahora, sería la expresión más falsa que jamás había mostrado, ¿pero qué otra cosa podía hacer cuando se sentía tan confundido?, mentir así  a veces era más que útil.

—Puedes decírmelo, de qué se trata. —Murmuró apretando con fuerza un pedazo del respaldar en donde reposaba su mano, su cuerpo se encontraba ladeado en dirección al menor, creyó que aquella postura ’’acogedora’’ tal vez lograría que el contrario se sintiese más cómodo. Akira quería creer que era un amigo de confianza, aún si sus intereses en el vocalista fueran más que eso.

Ruki observó inmóvil a su acompañante, su expresión ’’cálida’’ y atenta estaban enfermándolo de a poco, y era comprensible, aquello estaba disgustándole por una única y sencilla razón: era deshonesto.

—Estoy cansado de esta situación. —Comentó en un pequeño y casi inaudible susurro. La sonrisa del rubio fue despintándose sin mayor problema, aquél sonaba totalmente serio con lo que decía.

’’Esta situación’’…’’situación’’                                ¿A qué se refiere?

—Lamento no estar entendiéndolo…—Murmuró el bajista apretando aún más el cuero de dicho sillón. El más bajo pintó una sonrisa frustrada, no es como si fuese obligación del mayor hacerlo. Takanori se levantó de allí con una evidente frialdad invadiéndole la mirada, Reita lo percibió fácilmente.

—Por supuesto que no, no tiene que ver contigo. —Comentó mirándole desde lo alto. —…Puedes irte ya.

¿Por qué…siempre buscas zafarte de este modo?

—Es tarde y no traje mi moto.

El menor rió suavemente mientras enarcaba con sobrades una de sus cejas. —Entonces… ¿tomaste el transporte público para venir hasta aquí?, eso no me lo esper…

—No. —Acotó el mayor sin permitirle terminar de hablar, eso indiscutiblemente terminó por molestar aún más al vocalista.

—Tsk!, ¿¡ esperas una obra de caridad por parte mía!?. —Interrogó gritándole con fuerza.

— ¡No se trata de eso! —Alegó el Rubio.

—Entonces… qué pretendes, ¿quedarte aquí?... ¿es eso?, ¿eso es lo que quieres?

Akira lo observó desde el sillón totalmente pasmado. Takanori sin ánimo alguno de seguir discutiendo guardó silencio.

—Quería saber cómo estabas….

Tan solo eso…

—Reita.

Es lo que pretendo…

—Es suficiente…he tenido suficiente…—Susurró el menor con la voz quebrada. Él no era de ese tipo de personas despreciables, todo lo contrario, llegaba a ser un tipo muy dulce cuando se lo proponía, pero cuando estaba de malas muy difícilmente lograba mantenerse en calma, se iba incluso sobre la primera persona que quisiera romper esa bien labrada barrera de malas palabras y actos egoístas a la que recorría como escudo.

No podía quejarse, estaba rodeado de personas maravillosas, algunas más que otras… pero no estaba solo o eso era lo que Reita le hacía creer cuando lo veía tan preocupado por causa suya.

Una vez el rubio escuchó aquel tono delatador en su voz se levantó a toda prisa empezando a  caminar hacia donde estaba el contrario, no podía verlo de ese modo, se le partía el corazón,  al tenerlo en frente suyo no pudo hacer otra cosa más que apoyar sus palmas sobre sus hombros, quería reconfortarlo, aún si esto no fuese suficiente sintió la obligación de hacerlo, el castaño solo le observó en silencio… lenta y casi inconscientemente reposó su frente en el pecho del más alto. Akira quería preguntarle qué cosa lo tenía así…de verdad eso deseaba, pero eran pocas las veces (por no decir que muy  pocas) en las que sentía aquella cercanía con el menor, aun si se trataba de un simple abrazo no lo desaprovecharía…

—Puedes quedarte aquí…tan solo…no me jodas más.

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—Uruha no tiene caso que sigamos aquí, ya marchémonos. —Insistía una y otra vez el baterista en un intento desesperado por despertar al más alto. —Uruha…por favor, ¿no que estabas cansado?

—¿Mhn…pero…pero y Aoi?. —Balbuceaba el contrario con el pelo tapándole  la cara completamente y la boca apestándole a alcohol, era un auténtico desastre.

—De seguro ya se fue y…¡Uru, de verdad mi hombro ya me duele!. —Alegó zarandeándolo de un lado a otro con la mano que tenía libre.

—Líder…eres tan cómodo ~.—Añadió sin prestar mucha atención a lo que decía el pelinegro.

—Vamos, te llevaré a tu apartamento, ¿tienes idea de la hora que es?

—Mhn~ pero Aoi…

Kai inhaló de ese pesado aire con ’’tranquilidad’’  tratando de no salirse de sus cabales, sabía que dialogar con Uruha totalmente borracho no tenía razón de ser, así que guardó silencio tratando de hallarse un tanto más calmado y de ese modo no exagerar con su respuesta. —Ya estuvo…¡Te digo que debió irse hace un buen rato!. —Exclamó el baterista sin llegar a ser lo suficientemente ’’grosero’’

—¡Kai-chan…no me grites!. —Replicó infantil el castaño mientras se enderezaba un poco para verlo. —¿Es porque soy molesto, verdad?, ¿por eso me gritas tan feo?, ¡qué insensible!

—Muy bien Uru, me has tenido aquí clavado un par de horas y ahora soy yo quien está cansado, así que te mueves de una maldita vez o a la próxima te dejaré como parte de pago y sabrá el diablo qué cosa harán contigo. —Comentó con una muy dulce (cínica) sonrisa adornándole el rostro, el contrario solo asintió consternado, escuchar a Kai utilizando ese tono de voz era una alerta, o la usaba para dirigir a sus  compañeros en la banda o la usaba para controlar cruelmente la mente de cualquier persona utilizando también  esa tierna y endemoniada sonrisa como un lindo engaño hacia la perdición. Algo como eso.

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Las luces estaban totalmente apagadas, el silencio que le acompañaba pronto se tornó en una compañía poco placentera, era agobiante. No importaba cuán cansado se encontrase, si los párpados le pesaban, querer dormir tranquilamente en el apartamento del vocalista simplemente no era posible. Al menos el menor no terminó sacándolo a patadas por el simple hecho de que el rubio se había caminado unas treinta cuadras o más únicamente para preguntarle ’’cómo estaba’’. Ruki había sido medianamente ’’flexible’’ al ofrecerle el sillón de su sala para que pasara la noche allí (pese a que éste fuera de un material poco cómodo y tampoco fuese muy amplio). Era normal que los integrantes de tan afamado grupo pasaran la noche por fuera de sus residencias al quedarse en la de alguno más, pero esta vez fue para Reita algo significativamente diferente, no solo estaba durmiendo bajo el techo del menor sino que estaba completamente solo con él (aun si esto conllevaba no compartir la misma habitación), querer tragarse las ansias  e ignorar dichos factores terminaron por volarle la cabeza.

Podía escucharlo retorciéndose en el colchón de su muy seguramente cómoda y para nada pequeña cama, lograba imaginárselo también durmiendo plácidamente con ese rostro de ángel caído que fácilmente le hacía añicos  las neuronas. Debía confesar de igual modo que aquel enano  ocupaba su mente la mayor parte del tiempo, que solía imaginárselo con un gesto muy poco viril mientras gemía su nombre con desesperación suplicándole por más y más.

—¿Reita? —  Se escuchó un susurro a sus espaldas que lo dejó helado.

—¿¡Ah!?...Ruki.—Susurró  girándose lentamente hacia donde se escuchaba la voz, menos mal la luz estaba apagada, de seguro el menor habría soltado la carcajada con verle la cara de terror que tenía. —…¿Su…sucede algo?.

—Ehr…no nada, lamento si te desperté.

—No, no…estaba despierto

¡Solo casi me matas de un susto, imbécil!

—¿No puedes dormir?

—No es eso, solo…no lo hacía.

—Ah…

Era más que obvio, Reita no iría a decirle que no dormía por su culpa, que no lo hacía porque estaba lo suficientemente ocupado escuchándolo moverse e imaginándoselo en un que otra ’’circunstancia’’ junto a él, de seguro se ganaría una buena tunda o algo peor, era mejor quedarse calladito.

—¿Qué hay de ti, no puedes dormir? —Preguntó el más alto sin despegar un solo instante su vista de la silueta contraria.

—Tenía algo de sed—Profirió empezando a avanzar lentamente hasta su cocina para por fin después de unos minutos prender la luz— Mhn…¿quieres beber algo? —Interrogó esbozando una pequeña mueca, realmente el bajista no había cambiado de posición desde que se dijeron ’’buenas noches’’, parecía un niño obediente esperando un regaño o algo así.

—Está bien, gracias—Asintió lentamente.

El castaño sacó unas cuantas latas de cerveza del refrigerador, una vez las tomó las llevó consigo hasta ponerlas sobre una mesita cercana al sillón. —Lo lamento, solo tengo de esto—Dijo para luego sentarse al lado del bajista.

—No…está excelente así—Intervino Akira tras pintar una diminuta sonrisa.

 El silencio hizo presencia por algunos segundos hasta que Takanori decidió romperlo, bendito fuera, Reita ya empezaba a sentirse aturdido.

—Oye…¿de verdad los demás…me notaron ’’así’’?

—Sí. — Acotó de tajo.

—Ya…—Susurró sobándose la nuca un tanto apenado. —No es nada grave, así que está bien…¿de acuerdo?

—Mhum…—Reita solo asintió aunque no estuviese muy seguro de ello, tomó una de las latas y la abrió enseguida— Está bien.

—Je…gracias

—No es nada. —Comentó ofreciéndole la lata que previamente había tomado, el menor la agarró  tras observarla un poco y sin  más le dio un trago largo.

—Sin embargo Taka…puedes contar conmigo.

—Eso lo sé, eres mi amigo, Akira.

Reita sonrió. A medida que fueron transcurriendo los minutos el silencio se hacía aún más constante, el rubio terminó por optar que era mejor no insistir con el tema, si Matsumoto aseguraba estar bien entonces debía creerle, por más que con la mirada delatara todo lo contrario.

—No hay ensayo mañana, ¿verdad?

—No creo, como te dije Shima debe estar ebrio hasta los poros, además Aoi debe estar en las mismas…dudo que se aparezcan mañana.

—Mhn…es cierto, de Kai es discutible, él se aparecería incluso si estuviese muriéndose.

—Pero sin guitarristas será una pérdida de tiempo.

—Tienes razón—Rió el menor.

¡Por fin!, Ruki reía…¡no era un androide!, aquello hizo que Reita se sintiera más tranquilo, rápidamente llevó su diestra hasta la cabeza del contrario, no tuvo por qué meditarlo un segundo, se había precipitado a revolverle el cabello sin importar qué, poder escucharlo reír, poder apreciar esa sonrisa… valía la pena.

—Akira, estás despeinándome.

—¿Y?, solo yo te estoy mirando.

—Aun así…

—¿Qué?

—Nada. — Takanori negó un par de veces sin deshacer aquella expresión, Reita solo sonreía satisfecho, ¿cuánto había pasado desde que le vio así?, realmente lo extrañaba, el enano torpe y risueño siempre le traía mucha calma, no importaba cómo…quería poder verlo así siempre. —Gracias por venir…

Akira le observó con ternura y antes de pensarlo con detenimiento ya estaba abrazando al menor fuertemente, la verdad era ésta, dos cosas podían suceder, uno: Ruki no diría nada y le correspondería o dos, lo mandaría al carajo por ser tan sorpresivo e insensato.

—¿Qué demonios Reita?

—¿Qué? —Cuestionó con voz suave sin soltarlo un poco.

—Nada

—¿¡Es que siempre respondes eso!?

Ambos estuvieron así por un rato. Matsumoto Takanori era el típico hombre que se mostraba frío y reservado, pero la verdad era que no era del todo así. Reita había sido su amigo desde la secundaria y era por ello que con personas como él no tenía la necesidad de emplear aquella máscara, al menos…no todo el tiempo.  Era difícil para Reita querer reprimir sus sentimientos, pero cuando meritaba hacerlo no importaba qué tanto dolor pudiese sentir, si estaba ayudándolo a él, a la persona que más quería entonces fingiría estar ciego y no sentir nada.

La noche transcurrió lenta y tortuosamente, Ruki se había quedado dormido unos minutos atrás al rendirse ante aquel abrazo, Akira lo  mantenía consigo, ofreciéndole su pecho como almohada, podía morir de la felicidad en ese mismo instante, pero algo más allá de lo evidente no se lo permitía, ¿sería tan malo decirle la verdad?, eso no lo sabía, por más que creía conocer al menor no podía imaginarse qué cosa sucedería sin un día muy ’’normalmente’’ se le declarara, Uruha siempre había estado ahí para apoyarlo y aunque Reita le negara su gusto hacia Takanori, el guitarrista sabía bien que se moría por él. Lo que el rubio no se imaginaba es que ese día llegaría más pronto de lo que esperaba.

No llegas a imaginarte…lo mucho que te quiero, no tienes idea…ni la más mínima, porque de saberlo…estar junto a ti no me dolería tanto

Debo hacerlo…porque estoy lejos de arrepentirme por ahora, y tú…tú te volviste una debilidad que no puedo seguir soportando, si este dolor que siento en el pecho, si este tamboreo sigue siendo tan contaste e irremediable con solo hablarte, terminaré muriéndome…

Y…por más que quisiera impedírselo no pudo resistirlo más, el vocalista parecía estar sumido totalmente en sus sueños, y sus labios, esos malditos labios totalmente expuestos, tentándolo, llamándolo desde hace tantos años que ya había perdido la cuenta, recordó entonces que un par de veces los había aprisionado contra los suyos, pero odiaba el motivo y no era nada consolador, alcohol, apuestas…¿qué sacaba con eso?, nada, absolutamente nada salvo enamorarse más y arrepentirse luego, eso era. Pero esta vez, él dormía, no hablaba, tan solo dormía…y no se equivocaba al pensar que era un ángel, porque bien o mal ese ángel lo aguardaba, le daba paz y le quitaba el sueño. Akira se arriesgó, rozó delicadamente sus labios con los del menor y luego hizo presión sobre ellos, lo que empezó por ser tan solo ’’un beso’’ se convirtió en dos, en tres…sus ganas de querer despegarse de ahí eran mínimas por no decir nulas.

Fue entonces cuando abrió sus ojos y sintió esa calidez sobre sus labios, él estaba ahí, sosteniéndolo con fuerza y plantando descaradamente un beso, pero por más extraño que eso fuera, lejos de molestarle…aquel beso empezó a agradarle y antes de que pudiera esquivarlo y hacerse un lado estaba correspondiéndolo. Una de las manos del mayor pronto se posó en una de sus mejillas contrarias  acariciándola con un temor evidente… aquel inocente beso fue intensificándose más y más, ladeaba su cabeza lenta y cuidadosamente para evitar que el menor se asustara, fuera como fuera ya no había modo de retroceder, ¿qué se supone que le diría?, de tener que pensarlo se le ponían los pelos de punta. Los brazos del menor fueron colándose hasta atrapar del cuello al mayor, Reita tan solo  buscó mantener la calma por más de que su corazón latiera sin control alguno, pero antes poder lograrlo el vocalista ya estaba buscando liberarse de él.

—¿¡Qué mierda estás haciendo Reita!?

—Taka…yo, perdón, ¡de verdad que…perdón!

—¿Solo vas a decir eso?, ¡no quieras verme la cara!

—¡No lo hago!, so…solo por favor perdóname…

—¡Estabas besándome, maldito pervertido!

Mierda…

—S…sí…pero…

—¿Pero qué Reita?, ¡lárgate!

Soy un idiota…

—Ruki yo….

—¡Que te largues maldita sea!

¡Díselo!

—¡Hubo una razón!

¡Díselo de una maldita vez!

—¿¡Entonces por qué fue!?

—Bueno…es que…

—¡No me jodas, ya quítate!

¡Por un demonio Reita! ¡Ahora!

—¡Te lo diré, solo no te asustes por favor!

—¿¡Por qué habría de asustarme!?

—…Me gustas…

—Disculpa…¿qué cosa?

—¿Acaso estás sordo?...he dicho que me gustas…—Susurró.

Takanori se quedó pasmado, estupefacto por lo que acaba de oír, su entrecejo fue frunciéndose a medida que entendía aquellas palabras, ¿Acaso estaba loco?, ¡no podía ser cierto!

—Por favor, vete…

—Taka…

—Vete de una buena vez…

Reita soltó un fuerte suspiro y con la cabeza gacha salió de allí sin siquiera cerrar la puerta, estaba afligido, ¿cómo había podido ser tan estúpido?, ¡eso no se hacía!...¿y ahora, qué se suponía que hiciera?

¡Había estado mal desde que llegó a su apartamento!, llegó a creerse un masoquista, ¡eso era tortura!, y por más que creía que no sucedería nada por haber sido tan paciente, todo le salió al revés.

Totalmente intranquilo y con una que otra lágrima asomándosele en el rostro abandonó el edificio, tomó un taxi y se fue a su casa.

Notas finales:

Y aquí acabó ;A; 

Sé que muchos tal vez estén odiándome por darle tanta vuelta a la cosa y hacer de este fic una mala imitación de novela, pero se los juro que en los próximos capítulos dejaré la maricada xD

Como se los dije antes, este es el primer fic que subo aquí, por lo que saber qué piensan me hace mucho bien, soy nivel prekinder aquí, así que los consejos u opiniones caen bien, creo que eso es todo~!

Gracias por leer y hasta la próxima kkk

Ah~! una cosa más, como aún estoy en vacaciones es posible que termine subiendo los capítulos más rápido de lo pensado, creo que será cada miércoles si no antes e^e

Eso es todo, fin del comunicado~~!


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