El sol brillaba fuertemente, demasiado intenso podría decirse, casi hasta el punto de ser irritante pues no era agradable que prácticamente media cara del mismo impactara en la tuya, ocultando inclusive la vista, mas incomodo aun lo que era aquella luminosa por defecto, lisa y alargada superficie del pizarrón. La profesora escribía totalmente inmutable ante lo que eran las burlas de los de atrás, aquella algarabía que era nuestro desorden de cada día, tal vez se había acostumbrado al que no le prestáramos atención, el que nos preguntara sin saber absolutamente nada de lo que aquella joven mujer había dicho con anterioridad, colocarnos un dichoso negativo que a la larga no será más que nuestra perdición y colocar en nuestra hoja de examen un condenado cinco como calificación.
Mire al cielo, solo por masoquismo, aquello, sí que era aburrido, la profesora, lo escrito en la pizarra, las burlas, las broma eh inclusive mis amigos que siempre me sacaban una sonrisa no importa que tan amargado estuviera; me sentía algo extraño aquella mañana, eran las 8:30am faltaba aun para salir al receso y poder correr a la cancha a practicar deportes con los que yo consideraba mi equipo, si, era el mejor, capitán, el líder de mi grupo con un promedio podría decirse que el mejor por lo menos del equipo de futbol. Cerré los ojos cansado, no había dormido bien aquella noche, estaba completamente agotado ¿razón? Había salido de casa a escondidas de mi madre, unos amigos habían venido a tocar mi ventana para informarme de una reunión el centro de la ciudad, un simple juego callejero en el cual salimos victoriosos, un poco de alcohol y finalmente una buena noche con una hermosa chica de las que por ahí estuvieran, volver corriendo a las 5:00am y fingir que nada paso cuando esta fuera a despertarme ya que era seguro que yo ignoraría por completo el despertador.
Sasuke - susurro uno de los chicos a mi lado, un pelirrojo, era obvio que era teñido pero aquel color le favorecía, su cabello natural era rubio más el odiaba ese color porque según él le hacía parecer un tarado, además de que, también hablaba de que a las mujeres ya no les atraían los rubios gringos de ojos azules con porte de príncipe, si no los pelirrojos según revistas de cualquier color de ojos con una buena chaqueta de cuero encima. Recuerdo claramente haberle gritado metrosexual al ver cómo le pedía a su hermana que lo tiñera al rojo más fuerte que pudiera haber, color sangre con mechas vino tinto, más el solo respondió con un “pero por lo menos, yo tendré sexo esta noche” aquello me hizo reír, y lo hizo aún más cuando vi que fue cierto.
¿Qué quieres Gaara?- aquel recuerdo nostálgico me había hecho reír más, aun así no me sacaba de ese mal humor en el que me había metido, tenía sueño y el mundo me era irritante- no molestes tengo sueño- murmure gruñón mientras me acomodaba en mi espacio prácticamente acostándome sobre la tabla del escritorio, eran un conjunto de mesas pegadas las unas a las otras en línea recta dejando un espacio al final para el movimiento de todos.
No seas tan amargado- susurro molesto- odio cuando tienes ese humor de perro ¿tuviste sexo ayer no? Entonces no sé de qué diablos te quejas- me riño, aquello era típico entre nosotros, era, podría qué decirse el más cercano a mí, más aun lo reconocía como mi amigo ni mucho menos mejor amigo, lo irónico era que estábamos juntos desde que teníamos siete años, hoy, teníamos 18.
Gaara, que haya tenido sexo no significa que estaré como un niñato gritándoselo a todo el mundo, ni que fuera virgen o algo así, es solo que no me levante con ánimos de respirar hoy ¿entiendes?
Si, más o menos, supongo que debe ser el clima, odias este tipo de clima soleado- así era, el me conocía, y yo apenas sabia unas cuantas cosas de él, incluso me sentía un poco culpable, quiero decir, el me consideraba su hermano, para él era su apoyo y yo apenas le daba la hora con confianza- ¡pero lo olvidaras cuando escuches esto!- hablo emocionado- ¡es increíble!
¡Señor Sabaku!- hablo la profesora con una ceja enarcada, y sus lentes cayendo por el puente de su nariz, si bien era hermosa pero no tenía pinta de ser esa de las fáciles que con solo una sonrisa podían caer a tus pies, mas, si me lo proponía podía acostarme con ella. - ¿sabe que es lo increíble? El que yo tenga que aguantarle a usted por un sueldo mínimo.
Pero señorita Anko, ya le eh dicho que yo puedo pagarle por mucho más y que me llame Gaara- sonrió arqueando una ceja, siendo apoyado por los murmullos y risas de sus compañeros.
Yo estoy pensando en muchas formas para llamarle- sonrió amenazante- como por ejemplo, no sé si a la oficina del director o a un reformatorio, no te confíes “Gaara” una más y estas fuera por 4 días y créeme que el eximente de este jueves no lo voy a repetir- eso era malo, Greg no tenía el mejor promedio que digamos.
Pero profesora, usted que es tan bonita ¿Por qué no mejor llamamos a la recepción de un hotel? y tomamos unas cuantas c- fue interrumpido por mi brazo al jalarle de la manga aun en la posición donde yacía acostado-
¡Cállate Gaara!- susurre molesto, este me miro un poco confundido pero luego se sentó bajando la cabeza después de dar una disculpa a la muer que no pasaba de los 28 años- ¡maldición, parezco tu padre! ¿Quieres por una vez comportarte?- no es que yo fuera precisamente el mejor en conducta, y, era del peor pero esos días en los que no quería hacer nada si podría admitir que era un ángel, él ya tenía demasiados problemas y a diferencia de mí, él no sabía cuándo cerrar aquella boca.
El timbre sonó, dando la finalización de aquel modulo que pareció eterno, aquella tipeja para vengarse de Gaara la había pagado con todos haciéndonos un quizz el que seguramente todos reprobamos excepto claros los cráneos del salón. Nueva clase, historia, entre a aquel salón frio lleno de figuras que nunca recordaría no importa cuántas veces viera su nombre debajo de los marcos, mire extrañado a un chico al lado del profesor que se escondía un poco tras su espalda, me pareció interesante el ver como temblaba.
¡Hey! sasuke, mira- señalando al chico a mi lado- carne fresca ¿no lo crees?- asentí con una sonrisa diabólica, aquello me había puesto de buen humor, y aquella necesidad de ver a esa inocente criatura hundirse en lo profundo de lo miserable comenzó a crecer, no había explicación, yo era un brabucón, él era un débil posiblemente nerd y yo estaba por encima de él, esa eran las reglas, todos pertenecíamos a un grupo, y nosotros estábamos muy por arriba de él.
¡chicos!- hablo moderadamente algo aquel hombre en un intento de llamar la atención de los alumnos más estos aun hablaban de lo que sea, sin importarle siquiera el que aquel hombre siguiera estando ahí, unas fuertes palmadas se hicieron escuchar y fue cuando todo quedo en silencio- muchas gracias, verán, quiero presentarles a un nuevo amigo y compañero al que quiero que hagan sentir como uno más de ustedes ¿sí?- por supuesto que lo haríamos sentir como uno de nosotros, muy adentro del inodoro.- saluda, vamos, sin miedo.
h-hola , soy Naruto Uzumaki p- sonidos de perros aullando comenzaron a escucharse tras decir su apellido, estando yo entre ellos- pero mis amigos me dice Kyuuby, porque dicen que tengo cara de zorro no lo entiendo- rio levemente, me sorprendí tras oírlo, era la risa de una chica pero algo más gruesa y su voz, prácticamente la de un niño.- vengo de Cansas- “ Ajua” – se escuchó, imitando a un vaquero- eh no, no, no soy vaquero, eso solo es un estereotipo, así que no tiene porque hacerlo- pude ver la tristeza en sus ojos, nuestros insultos si lo estaban afectando y aquello no podía hacerme mas feliz.
¡Hey! Es suficiente, ¿Qué pasa? Dejen al alumno nuevo presentarse por favor o le juro que les dejo a todos castigados después de clases-hablo severo, aquel profesor era realmente estricto, pero ya no debíamos preocuparnos más por, el, de todas formas ese mismo año iba a jubilarse.
No, tranquilo profesor, ellos solo estan jugando- una risilla nerviosa salió de sus labios, no, él no podía tener dieciocho, cuando mucho merecía un dieciséis, y tal vez era así, habían aquellos que por su rendimiento académico les adelantaban si era así, nos íbamos a dar vida molestando a ese pequeño.- bueno, toco el piano y el violín, no practico deportes, yo no soy muy bueno en ellos, supongo que eso es todo ¿puedo sentarme profesor Azuma?- educado, pertenecido posible de la banda escolar, un cerebro y no practica deportes, ese rubio iba a hacer muy infeliz en esta escuela.
No era rubio, en realidad era castaño pero uno demasiado claro liso llegando a sus hombros, usaba unos lentes rectangulares color azul oscuro, sus ropas tan arregladas perfectamente para causar una buena impresión, una camisa manga larga, con un chaleco negro encima, pantalones negros y zapatos deportivos a mi parecer muy pequeños para ser un hombre, sus ojos azules claros, casi al borde de convertirse en el mar, su contextura delgada, salvándose por solo unos pocos músculos en los brazos casi invisibles y aquella piel prácticamente de papel no le ayudaba, seguramente era de aquellos que no debían dejar que les tocara el sol o se quemarían con el rose. Perfecto.
Si Naruto, siéntate donde quieras- en esa sala la forma de los asientos era diferente, eran mesas individuales las cuales hacían columnas, uno de tras del otro, aquel rubio o bueno para mí era un rubio, se sentó como era de esperarse, al frente.
Sasuke-susurro Gaara- ten, estas más cerca- coloco en mi mano una bola de aluminio, el aroma a comida se extendió en el salón, él había desenvuelto su sándwich para que le arrojara aquella pelote cubierta de salsa, con una sonrisa, calcule bien la trayectoria aventándole el objeto, observando complacido el como este se volteaba con la mano en la cabeza y un rostro de desconcierto- ese niño es raro-
Si-corrobore con lo que había dicho, no se había molestado ni había ido como una nena a decirle al profesor- dame una borra- susurre comenzando a picarla de a poco con la regla, haciendo cuadros de la misma y en una faena sin fin entre los 3, Gaara, Sai y yo comenzamos a arrojarle de estas, este seguía escribiendo, mientras más arrojábamos más se encorvaba, en un intento de ignorarnos.- el chico es duro.
Si… ¿Qué le pasa? Ja, seguro que en la otra escuela le trataron igual y está acostumbrado, creo que no- fue cortado por mí.
No, si ellos fueron malos, entonces nosotros seremos su demonios, pásame el libro de historia, se me ha quedado el mío- susurre un poco molesto, ¿Quién se creía que era para ignorarme a mí?- espere un rato hasta que el timbre de salida por fin sonó, automáticamente antes de que alguno se levantara arroje el libro prácticamente una enciclopedia, quizás me había pasado, podía torcerle el cuello, para buena fortuna este solo cayo junto a sus cosas armando un escándalo que fue opacado por la risas de los presentes en el aula, sonreí al ver como aquella cara de inocencia por fin mostraba indicios de llanto, estaba roja, sus mejillas sonrojadas y sus ojos húmedos- ¿ven? Así se hace un buen trabajo- murmure colocando mis palmas al aire siendo estas chocadas por mis “amigos”
Eres un demonio Sasuke- dijo Gaara apenas pudiendo hablar por la risa.
Creo que te pasaste Sasuke, eso no se hace- hablo de igual forma Suigetsu, él era el tercero en mi grupo de amigos, el tercero y el ultimo, era un moreno, piel bronceada ojos de un extraño color era un azul tan un poco extraño, era ciego por lo que usaba lentillas que no eran del mismo color de sus ojos por lo tanto hacían un reflejo con la luz color violeta, era extraño pero atraía a las mujeres, anteriormente su cabello era negro, mas hace poco había salido con una chica, una mujerzuela que le dejo por mí, por supuesto si me acosté con ella, no desperdiciaría lo que era un buena noche, claro no fui imbécil y grave toda la sesión mostrándosela a él azabache que “por depresión” se tiño el pelo de blanco, aunque todos sabíamos que era por odio y no quería parecerse ni por un segundo a mí, lo deje así, después de un tiempo volvimos a “ser amigos”.
Cállense, vamos si tenemos suerte se sentó en la cafetería- me estaba emocionando, aquel día había mejorado de una manera drástica, pero aun así se me hacía raro, ¿Por qué él había ingresado a una escuela tan lejos? y lo más importante ¿en enero? Sí, me daba curiosidad pero me era aburrido el averiguar por lo tanto, solo decidí a ignorar.
La cafetería como siempre al tope, después de lidiar con lo que era la larga fila del desayuno, con la esperanza de tomar una buena comida, comenzamos con la búsqueda del pequeño nuevo, pequeño porque para ser un chico de 16 años cuando mucho tenía la estatura de uno de trece, me costó un poco buscarlo pues yo estaba confiando en que el rubio estaría solo, pero no, no estaba solo, estaba con nadie más que el segundo capitán del equipo de fut, mi suplente ¿estaría fastidiando al nuevo? Pues, era rápido, él y yo no nos llevábamos tan bien, era natural, yo era el capitán, él el remplazo que luchaba por tener mi puesto.
¡Buen provecho!- hable en voz alta, guiando a Gaara y Suigetsu que me siguiera, y al igual que yo, ellos siguieron mis movimientos sentándonos con él y el segundo capitán- Pein ¿conociste a mi mejor amigo Naru?- bromee abrazándole con fuerza pasando mi brazos por su cuello casi asfixiándolo- el un vaquero, y es mi mejor amigo-
Oye, suéltame me lastimas- hablo débilmente tratando de quitarse mi brazo en un muy patético intento de fuerza, él estaba frio, era raro, prácticamente todos nos estábamos asando-
Suéltalo, ahora- habla por fin el colorado, Pein, él era un chico pálido pero fuerte, por eso era segundo capitán, sus cabellos era un poco largos llegándole por los hombros, era un castaño rojizo, más las quejas que debían caracterizar a un “colorado”, aunque tal vez podía ser teñido, y solo se los había pintado, seguramente o tal vez no, no lo sabía ni me importaba, con el tatuaje de un nombre o algo en chino en el brazo y un dragón en el otro, él no era de etnia asiática o algo más su padre si según recuerdo en la reunión, y él tenía muchos problemas por eso aunque aún no entendía porque, una vez quise investigarlo para que lo sacaran del equipo pero luego descubrí algo que me quito todas las ganas y simplemente lo deje así.
¿O que, qué vas hacer Pein, limpiaras los balones que ensucie?- reí ante aquello, siempre, siempre me enorgullecía marcarle que él, por siempre sería el segundo, ni más ni menos- ¿Por qué no mejor? En lugar de estar aquí como un estorbo ¿Por qué no vas a llorarle al entrenador para que te ponga como primero?- bajo la cabeza con una mueca de ira- ah, creo que olvide que tu propio abuelo te ¡odia!- sentí un muy fuerte dolor en la mandíbula y estaba seguro que próximamente en la espalda, mas, Gaara junto a Suigetsu amortiguaron mi caída- ¡Pein eres un imbécil, voy a matarte!
Sasuke- hablo un ¿asustado? Gaara – no fue Pein- hablo impresionado, mire al frente, no eme la podía creer, ahí estaba el niño que ni siquiera podía quitarse mi brazo de encima, temblando de ¿ira?
P-pero tu… mocoso vas a desear estar muerto- aquello me había puesto molesto, ¿cómo e atrevía aquel niñato? Nadie nunca me había golpeado, ni siquiera mi madre y aquella pequeñajo venia de lo más tranquilo a hacerlo. Me levante colocando mi puño en alto, mas antes de que este impactara siquiera con uno de sus cabellos algo duro pero a la vez blando me detuvo, llevándose mi mano al piso. Sasuke se había interpuesto evitando que golpeara al rubio colocando su abdomen cayendo por el dolor- ¿maldición porque te interpones?- pregunte desconcertado, ¿eran amigos, familiares, algo que no sepa? Mi impresión fue a aquel blondo comenzar a toser repetidas veces, ignorando su propio dolor aquel peli naranja le sostuvo evitando que cayera.
¡Kyuu, kyuu! ¿estás bien?-dijo alterado, aquel pequeño asintió tapándose la boca, despegándola de esta luego de que terminara por fin de toser asombrándose, me di cuenta de que estaban ignorándome, aquello me molesto.
Bueno te dejo solo con tu novia- le hable a Pein refiriéndome como novia al rubio- y tu- tomando sus largos cabellos castaños, les jale hacia atrás pegando mi boca de su oído- puedes estar seguro de que hare tu vida un infierno mocoso- empujando su cabeza al frente llenándolo de comida, camine hasta la salida de aquel lugar que miraba expectantes el que nos volviéramos a golpear, apreté mi puño.
¿Qué sucede?- pregunto preocupado Gaara al ver que miraba mi puño tan fijamente.
Si ¿estás bien?- repitió Suigetsu.
¿Ah? Sí, estoy bien, es solo un mocoso con suerte- murmure- solo estaba pensando- pensando en… que cabellos tan suaves eran los de ese niño.
Había pasado las clases normalmente, más, en mi mente seguía aquel niño, no entendía porque ese deseo insaciable de verle molesto, me terminaría ganando otro golpe y eso era lo que quería, quería molestarle a tal punto de ver esa linda cara sucumbir ante la violencia. Fue cuando me di cuenta de lo que había pensado “¿lida cara?” eh de suponer que hasta un hombre reconoce cuando le ganan en belleza, pero no remite el hecho de que me haya sentido muy homosexual al pensar eso, mas, en mi defensa el parece una chica, con aquel cabello largo liso rubio, esos ojos dorados… esa risa. Un golpe fue propinado a la mesa, recibiendo la mirada de mis compañeros
¿Sasuke, pasa algo?- pregunto muy preocupado Gaara pasando su mano por mi hombro masajeándolo de forma en el que pudiese reaccionar, la aparte de un golpe, debía estar muy ido pues pude ver una mirada algo triste.
Nada, solo estoy muy estresado es todo- hable un poco más calmado pero con ese sentimiento de querer golpearlo todo y a todos.
¿Qué pasa amigo? Hace cinco minutos estabas de maravilla ¿el enano te hizo algo?
¡Cállate la boca! – sin darme cuenta grite, lo que he no solo trajo la atención nuevamente de mis compañeros, sino también de la profesora, nos miró con interrogación pero le ignore, estaba molesto, estaba a punto de colapsar internamente y aun no sabía ni siquiera el maldito “¿Por qué?” ¡De todo esto! – ¿quieres cerrar la boca un rato? Abecés eres realmente irritante Anthony- me levante del asiento justo al momento que el timbre de finalización de clases toco.
¡Sasuke, Sasuke, Sasuke!- gritaba entre la multitud de los pasillos Gaara, me tenía arto, siempre, no importa que tan mal lo tratara él no se iba, permanecía ahí aun cuando el mismo sabía que ni siquiera era mi amigo, que no lo consideraba como uno, ¿entonces, por qué?- ¡Sasuke! Por favor espera- volvió a tomarme del hombro recibiendo como respuesta lo anterior
¡¿Qué quieres?!- pregunte molesto, ya me estaba poniendo los pelos verde.- ¡maldición! ¿¡Soy tu novio o que!? ¡Déjame respirar por un segundo!-
Pero… sasuke yo solo, quiero ayudarte- murmuro triste.
¡En que!- volví a hablar- estoy bien, te dije una y otra vez que estaba estresado ¡porque no me haces caso, déjame en paz por un día!
¡Pero soy tu amigo, no quiero dejarte solo!
¡¿Quién dijo que eras mi amigo?! Entiende Gaara… ¡tu-solo-eres-un-compañero-de-equipo!- le deletree en voz alta, todo estaba en silencio a pesar de que había gente por demás saliendo de la institución- ahora ¡deja de acosarme y vete!- dándome la vuelta con mi sudadera en la mano y el bolso guindando de mi hombro emprendí caminata hasta mi casa, todo era su culpa, todo era su maldita culpa, ese enano iba a recibir su castigo.
Por fin llegue a mi calle, era podría decirse que decente, y con eso me refería a que prácticamente todos los que Vivian por ella no tenían más tres autos importados por persona, estúpidos ricachones que creen que por mostrar autos extranjeros, piscinas, una fachada hermosa y un estúpido gato sin pelo eran importantes, compitiendo los unos a los otros como si fuera una competencia o algo. Comencé a pensar con la cabeza fría mientras veía las ojos de los arboles caer y ese aire de paz, un soplo trajo a mi nariz un aroma extraño, pero no podía decir que no era bueno si de echo era exquisito, mire a mi alrededor ¿serían los arboles? No, olería a pino o a tulipanes, cuando mucho a las rosas.
¿Qué haces aquí?- una sutil y delicada voz me lleno los oídos, no, no podía ser posible, voltee exageradamente, de golpe, impresionado y el ceño fruncido- ¡deja de perseguirme!- automáticamente grito, confundiéndome, sus cejas se juntaron mirando hacia arriba- lamento haberte golpeado, si quieres, hazlo ¡golpéame! No me arrepiento, estabas molestando a mi amigo y él es el único que tengo aquí… por favor, si vas a golpearme hazlo y acabemos con esto.
¡No voy a golpearte crio! No en un lugar donde nadie nos ve, lo hare, y te partiré esa cara bonita- ¡maldición! otra vez lo decía- y hare que esos lentes forme parte de tu cara- comencé a caminar con este a mi lado ahora, le mire por sobre el hombro deteniéndome- ¿Por qué me sigues, no escúchate? Te voy a romper la cara en el colegio no aquí.
No te estoy siguiendo creído, estoy caminando a mi casa, no pienses que por ser el mejor y el más amado en esa escuela signifique que todos queremos estar tras de ti como idiotas sin cerebro.
Y ahora a este que le…- lo mismo digo para ti, yo tampoco te seguía, vengo a mi casa- respondí seco, quería que aquello acabara de una vez.
¿Eres sasuke Uchiha?- pregunto caminando rápidamente, tratando de igualar mi velocidad para luego caminar un poco más lento sacando algo de su bolsillo aspirando fuertemente.
Si- lo vi de reojo, era un inhalador- ¿eres asmático?- pregunte con curiosidad, debía ser que estaba alterado al igual que yo de que por la dirección que tomaba viviéramos al lado del otro- no sabía que los Namizake tuvieran un hijo perdido.
No soy su hijo, soy un sobrino, vengo desde muy lejos para estudiar en la mejor escuela, no para que un idiota con la testosterona muy alta con indicios de narcisismo y complejos de superioridad me haga la vida imposible y para tu información tuve que estar media mañana en la enfermería porque soy alérgico al maní idiota- seguramente se estaba refiriendo al que le había embarrado la cara en la comida.
No es mi problema ni me importa.
¿Sabes?- corrió hasta pararse frente a mi deteniéndome- en Cansas hay brabucones peores que tú que podrían hacerte añicos con solo tocarte un hombro, espero que sepas, que solo eres una molestia en mi trasero que tus bromas son caricias y el que me fastidies es solo una compañía no grata- sonreía mientras me hablaba, una sonrisa prepotente iguales a las mías- tu ¡no les llegas ni a la plataforma de sus zapatos deportivos!- estaba a punto de tomar su cuello torcerlo y esperar sentado a que la policía me arrestara pero simplemente lo deje ir, viendo su caminar un poco raro con ira, hasta que desapareciera tras sacar el dedo medio para entrar a su casa al parecer.
Cría- susurre entrando por fin a la mía. Otra vez, había entrado a lo más fecal del infierno.
La casa estaba totalmente oscura, aunque fuera de día, demasiado soleado para cualquier humano y con tanto calor más porque el aire acondicionado central de la casa parecer había colapsado por el sobrecalentamiento, todos sabemos que el negro solo absorbe el calor y lo multiplica. Olvidando aquello camine por lo que eran aquellos oscuros pasillos de una casa inútilmente grande ya que eras pocos viviendo ahí, mama, yo y mi hermano menor Obito y mi hermano mayor Itachi, al parecer por el reloj Itachi aun debía estar en la universidad y Obito en algún juego de beisbol, mama debería estar en la cocina esperándome para preguntarme que desperdicio me habían dado de comer en el colegio, mas, no estaba ahí. Escuche el rechinar de algo más un golpeteo en la planta de arriba, curioso subí sigilosamente hasta el cuarto de mi madre, que demonios… ¿acaso mi mama salía con alguien y no nos dijo? Suspire con fastidio, tendría que aguantar la “charla” de Itachi y después yo tendría que dársela a Obito, la puerta estaba semi abierta, yo no iba a ver con quien se estaba acostando, era mi mama y… por más hermosa que fuera, no era el mismo placer que ver pornografía.
Comencé a caminar en lado opuesto de la habitación directo al mío que compartía con bito más por poco resbalo con algo en el suelo, me sostuve de la pared intentando hacer el menos ruido posible para no “incomodar” a los amantes, me agache, recogí lo que por suerte para mí era una billetera junto a un cinturón, ropa interior estaba en el suelo aparentemente húmeda, pasee mis dedos por aquel frio y para lo que me temía pegajoso muro, aparte mi palma rápidamente maldiciendo infinitamente a ese par de calientes en el cuarto ¡asco! No sabía que me daba más arcadas si el que fuera de mi madre o de él, patee el cinturón junto a los bóxer, que cayeron sobre una toalla en un rincón ¿y ella se quejaba de mi por no tener orden en la casa? Un hombre la cortejaba y se le alborotaba la hormona. Mire después de limpiar mi mano con aquella toalla seca la cartera, tenía dinero, tenía cheques, tenía tarjetas… tenía la licencia de conducir de mi hermano mayor.
¿Q-q-que?-tartamudee dando pasos hacia atrás- esto… hay un intruso en casa debo llamar a la policía- mentalice aquello, por dios, yo feliz de la vida y estaban atacando a mi familia, tenía miedo, de hecho tenia demasiado miedo ¿y si Obito también estaba ahí, estarían todos amordazados?- tome el teléfono que estaba en una mesilla al final de pasillo, intentando no hacer ni el más mínimo ruido posible. El timbre del teléfono esperando a que lo cogieran comenzó a sonar- ¡rápido, rápido!- susurre nervioso. Por curiosidad maldita me asome, quería ver la cara de aquel abusador y próximamente asesino, pero ¿el rechinar de la cama, ese hombre seria capas de violar a una mujer? ¿!frente a sus hijos?!- me asome a la puerta. El teléfono cayó.
¿Si, cual es el problema?- se escuchó el sonido de la operadora tras el teléfono.
I-i-itachi…- hay estaba… mi hermano mayor, aunque no quisiera admitirlo mi ejemplo a seguir, teniendo sexo con mi madre, mientras ella gemía de placer.
¡Ya llegue!- grito Obito desde la planta baja, mas ni se inmutaron estaban muy sumergidos en su pecado.
¿Sasuke, que haces a?- le corte tapando su boca, arrastrándole al cuarto, el rechinido se escuchaba más fuerte en mi cabeza al igual que la imagen movida de mi hermano y mi madre moviéndose como animales dentro de aquella sabana delgada, pegándose a sus cuerpo sudados.- sasuke… ¿Qué tienes, porque me abrazas?- pregunto un poco asustado el solo tenía 8 años, abrace su cuerpo más fuerte queriendo olvidar, solo quería olvidar y no recordar nunca más aquello.
¿Dónde había quedado aquella mujer que sufría por mi padre?
Parece que ya se recuperó, pero… ¿Por qué mi hermano? Mi cabeza dolía, no sabía qué hacer, no sabía que pensar ni como mirarlos a los ojos.
Dios… ¿realmente existes?
Continuara.
La confusión el deseo carnal, el pecado que se funde
La pasión que desborda este placer de amarte
Desear tu cuerpo bajo la lujuria del deseo
¿Acaso es esto lo que todos queremos en el fondo?
Por siempre seremos simples seres pecaminosos
Que llegaron por suerte a un mundo perfecto.