POV Albus.
Caminaba por los pasillos de Hogwarts, era la hora de la comida pero yo no tenía nada de hambre, estaba demasiado triste, ya habían pasado 2 meses y no había recibido ninguna carta de Scorp, al principio pensé que era normal por eso de adaptarse a su nueva escuela y nuevos compañeros, pero después comencé a preocuparme, y luego fue la tristeza ¿se había olvidado de mí? Los ojos se me pusieron llorosos pero parpadee rápidamente, nadie me podía ver llorar además Rose se acercaba hacía donde estaba.
- Al, ¿te encuentras bien? – dijo mi prima mientras me veía con cara de analizarme, se había puesto muy guapa, con sus 14 años ya tenía una figura de una adolescente por la que varios chicos y algunas chicas babeaban – ven vamos a comer, escuche que habrá fresas con chocolate postre – dijo tomándome la mano y yo contuve un sollozo – son tus fav… -
- No, eran las favoritas de Scorp – y aguante y una lágrima se me escapo.
- Albus, dime que sucede – dijo alarmada.
- Está bien pero no aquí – y caminamos hasta el baño de niñas del segundo piso y ahí me derrumbe – Rose, me abandono – ya no aguantaba hacerme el fuerte, estos dos meses lo logre pero ya no podía más – Scorp se olvidó de mi por completo –
- ¿A qué te refieres? – dijo abrazándome, aunque ahora yo era más alto que ella, me sentía como un niño que se había caído de un árbol y era consolado por su madre.
- Scorpius Malfoy, no me ha escrito ninguna vez desde que se fue, me olvido por completo, seguramente ya no me ama y rompió nuestra promesa – Rose estaba siendo un apoyo emocional, pero en ella algo se estaba rompiendo, pues aunque tenía varios amigos ella consideraba a Scorpius como su mejor amigo y también comenzó a llorar.
- Lo sé, Al, lo sé, yo también lo extraño, tal vez no de la misma manera que tú, pero es raro estar contigo sin verlo a él, sin sus bromas, sin alguien con quien estudiar, ni con quien ir a las 3 escobas – estábamos llorando, cuando Mirtle la Llorona, hizo su aparición.
- Oh, Merlín bendito ¿qué le sucede a este par de niños? – comenzando a llorar también.
- Muchas cosas, la persona más importante para nosotros se fue lejos y prometió escribirnos cada semana y ya pasaron 2 meses de eso y no nos ha escrito – dijo Rose, recobrando un poco la compostura, pero son leves sollozos de vez en cuando.
- Oh y… ¿ustedes ya le han escrito a él? – dijo, haciendo que recobráramos la cordura y salimos corriendo despavoridos hacía la lechucería.
POV Scorp.
Ya llevaba 2 meses en mi nueva escuela, mi vida en Hogwarts, había sido buena, pero no había tenido a ningún amigo, cosa que aquí paso en minutos, aunque no aguantaba mucho el frío me llevaba bien con algunos compañeros. Iba caminando hacia la clase de Encantamientos, pero iba sumido en mis pensamientos, últimamente había estado soñando con un chico de cabello castaño y alborotado, cada que soñaba con él, sentía que algo no estaba bien, que yo no debía de estar aquí, sino con él, pero no lograba entender porque, ni sabía quién era, pero de algo estaba seguro, cuando lo encontrara, sería muy feliz, porque me daba la sensación de felicidad.
Seguía abrumado con mis pensamientos, cuando choque con una armadura, y la espada que estaba blandiendo iba a caer, directo a mi cabeza, pero alguien me jalo de la mano y me puso a salvo.
- ¿estás bien? Hermosa criatura – dijo mi salvador, sabía que era un él, no solo por la fuerza, también por la voz.
- S-sí, esto-oy bien – conteste muy nervioso, pues me tenía pegado a su pecho, y aunque yo estaba de espaldas presentía que era muy guapo. Logre zafarme de su agarra y dar la vuelta – mi nombre es… - pero me quede mudo, su cabello, era castaño, y muy revuelto, como si un pájaro hubiera hecho un nido en su cabeza, era solo un poco más alto que yo, abrí la boca, pero la volví a cerrar, demonios había olvidado mi nombre.
- ¿mmm? ¿acoso te comió la lengua el basilisco? – dijo él sonriendo, estaba casi seguro de que era el chico de mis sueños, solo había algo que no encajaba, sus ojos, eran marrón, y yo siempre pensé que el chico de mis sueños los tenía verdes, un verde muy brillante.
- No, yo, amm lo siento, voy tarde a mi clase – y corrí despavorido, mi corazón latía rápido y no por el hecho de ir corriendo sino por ver a ese chico, no era el de mis sueños, pero era demasiado guapo.
POV Draco.
Acaba de terminar mi clase de pociones con los de 4to de Ravenclaw y Slytherin, no podía dejar de ver la cara de mis alumnos más destacados y llenarme de tristeza, ya que antes eran 3 y ahora solo son 2, a ellos también se les veía muy tristes, pero como les había aconsejado, no podíamos dejar que eso afectara nuestras actividades educativas, tome mis cosas y me dirigí a mi despacho, lo peor era que aún no le había dicho a Harry lo que el juez había estipulado, como ultimátum, para que yo pudiera seguir viendo a Scorpius. “..plazo que tiene para terminar su relación el Harry Potter..” ¿Por qué? ¿Por qué? Endemoniados sean todos los mago y brujas del mundo, cuando finalmente era feliz, tenía que regresar esa arpía y arrebatarme todo.
- Debo de decirle a Harry – pensé en voz alta.
- ¿qué debes decirme amor? – dijo entrando a mi despacho el hombre que se robaba mis suspiros, porque carajos tenía que verse hoy tan sexy, desde que dejo que yo escogiera su ropa, se veía tan guapo que incluso baje puntos a varios chicos de ultimo grado por verlo de manera pervertida ¿qué se creían? Es solo MÍO.
- Harry, acércate por favor – el me hizo caso – ¿podríamos ir por favor a la sala de menesteres?
- Si eso quieres, vamos – tomo mi mano y nos dirigimos hasta donde se encontraba la dichosa sala, me concentre en un lugar romántico, donde poder decirle que lo amaba y que si lo dejaba era porque tenía que arreglar todo esto, para poder estar juntos.
La sala que apareció era exquisita, una enorme cama como sábanas blancas, el suelo de mármol y del techo caían pequeños destellos verdes, rojos, dorados y plateados. Lo acerque a la cama y lo puse ahí dándole un beso antes de comenzar a soltar una pequeña lágrima.
- Harry ¿sabes que te amo, verdad? – dije mientras me limpiaba la mejilla.
- Lo sé, gracias por darme tiempo, para asimilar el golpe que iba a recibir – dijo mientras me volvía a besar.
- ¿Qué? ¿Ya lo sabías? – pregunte asombrado – ¿pero cómo?
- Ya sabes… tu padrino, no solo me enseño el arte de la oclumancia, yo ya sabía lo que te habían dicho, pero preferí esperarte hasta que estuviéramos listos los dos – contesto sonriendo.
- Entonces, ya que lo sabes… no tenemos nada que hacer aquí – cuando me iba a ir me tomo de la mano y me jalo hacia él.
- La idea de la cama, no fue tuya del todo, antes de que me dejes, concédeme un último deseo – me dijo mientras me tomaba de la nuca y me besaba de manera muy pasional, muy Gryffindor, muy de mi león.
Nos acomodamos en la cama quitándonos las prendas lentamente, teniendo todo el tiempo del mundo, danos el tiempo de impregnarnos en la piel del otro. Sus besos bajaron hacia mi cuello, luego hacia mi pecho y fueron descendiendo hasta llegar a mi miembro, y comenzó con una felación lenta, tranquila y delicada, que me causaba descargas de placer que me llevaban al cielo. Estaba a punto de terminar cuando lo detuve, nos miramos a los ojos y nos besamos y cambiamos de posición.
Comencé a lamer y besar todo en él, hasta el último centímetro de su piel, recordando su sabor, como era, y las sensaciones que me causaba en ambos. Comenzó a prepárame, me subí en él y dándonos besos se introdujo en mí, con movimientos pausados y lentos fuimos entregándonos al placer.
- Harry… - dije mirándolo a los ojos, mientras juntábamos nuestras frentes y conteníamos las lágrimas.
- No será para siempre… - dijo Harry, mientras se le comenzaban a escapar y seguía con los movimientos.
- Siempre estarás en mi corazón – conteste.
- Lo sé, te amo – mientras llegábamos al orgasmo, esperando que no fuera la última vez que nos demostráramos nuestro amor.